DOCUMENTO 95
LAS ENSEÑANZAS DE MELQUISEDEC
EN EL LEVANTE
1042§1
95:0.1
Asi
como la India dio origen a muchas de las religiones y filosofías de Asia oriental, del mismo modo el Levante fue la cuna de las fes del
mundo occidental. Los misioneros de Salem se difundieron por todo el suroeste de Asia, a través de Palestina, Mesopotamia, Egipto, Irán
y Arabia, proclamando por todas partes la buena nueva del evangelio de Maquiventa Melquisedec. En algunas de estas tierras sus
enseñanzas dieron frutos; en otras tuvieron éxito variable. A veces su fracaso se debió a la falta de sabiduría, otras veces a
circunstancias más allá del control de los misioneros.
1042§2
95:1.1
Para el año 2000 a. de J. C. las religiones de la Mesopotamia habían prácticamente perdido las enseñanzas de los setitas y estaban en
gran parte bajo la influencia de las creencias primitivas de dos grupos de invasores, los beduinos semitas que se habían filtrado desde el
desierto occidental y los jinetes bárbaros que habían venido desde el norte.
1043§1
95:1.6
El primero progreso de las enseñanzas de Melquisedec fue altamente gratificante hasta que Nabodad, el líder de la escuela de Cis,
decidió librar un ataque concentrado contra las difundidas prácticas de prostitución en el templo. Pero los misioneros de Salem
fracasaron en su esfuerzo de efectuar esta reforma social, y este naufragio arrastró consigo todas sus enseñanzas espirituales y
filosóficas más importantes.
1043§5
95:1.10
Fueron los misioneros de Salem del periodo siguiente al rechazo de su enseñanza quienes escribieron muchos de los salmos del Antiguo
Testamento, inscribiéndolos en piedra, allí donde los sacerdotes hebreos de tiempos más recientes los encontraron durante su cautiverio
y posteriormente los incorporaron en la colección de himnos adscritos a los autores judíos. Estos hermosos salmos de Babilonia no
fueron escritos en los templos de Bel-Marduc; fueron obra de los descendientes de los misioneros salemitas de tiempos anteriores, y
ofrecen un contraste notable respecto de los conglomerados mágicos de los sacerdotes babilónicos. El libro de Job es un reflejo bastante
bueno de las enseñanzas de la escuela de Salem en Cis y en toda Mesopotamia.
1043§7
95:2.1
Las enseñanzas originales de Melquisedec en realidad se arraigaron más fuertemente en Egipto, y desde allí posteriormente se
difundieron en Europa. La religión evolutiva del valle del Nilo fue periódicamente enaltecida por la llegada de linajes superiores de noditas,
adanitas y pueblos anditas más recientes provenientes del valle del Eúfrates. De vez en cuando, muchos de los administradores civiles
egipcios eran sumerios. Así como la India en esos días cobijaba la mezcla más grande de razas del mundo, del mismo modo Egipto
fomentó el tipo más completamente mezclado de filosofía religiosa que se pudiera encontrar en Urantia, y desde el valle del Nilo éste se
difundió a muchas partes del mundo. Los judíos recibieron mucho de su idea de la creación del mundo de los babilónicos, pero éstos
derivaron el concepto de la Providencia divina de los egipcios.
1044§3
95:1.4
Con el tiempo los egipcios observaron que los cadáveres colocados en las tumbas sin ladrillos eran preservados —embalsamados— por
la acción de la arena impregnada de soda, mientras que aquellos cadáveres enterrados en bóvedas de ladrillos se descomponían. Estas
observaciones condujeron a aquellos experimentos que dieron como resultado la práctica posterior de embalsamar a los muertos. Los
egipcios creían que la preservación del cuerpo facilitaba el pasaje del muerto a la vida futura. Para que el individuo pudiera ser
identificado en forma apropiada en el futuro distante después de la putrefacción del cuerpo, colocaban una estatua fúnebre en la tumba
junto con el cadáver y esculpían un retrato sobre el ataúd. El esculpir estas estatuas fúnebres llevó un gran mejoramiento del arte egipcio.
1044§6
95:1.7
Los egipcios por mucho tiempo creyeron que las estrellas centelleantes en el cielo nocturno representaban la supervivencia de las almas
de los muertos virtuosos; otros supervivientes, según ellos, eran absorbidos por el sol. Durante cierto período, la veneración solar se
volvió una especie de adoración de los antepasados. El pasaje inclinado de entrada a la gran pirámide estaba construido en dirección
hacia la estrella polar para que el alma del rey, al surgir de la tumba, pudiera ir derecho a las constelaciones estacionarias y establecidas
de las estrellas fijas, la supuesta morada de los reyes.
1045§1
95:1.8
Cuando los rayos oblicuos del sol llegaban a la tierra a través de un claro entre las nubes, se creía que eso simbolizaba el descenso de
una escalinata celestial para que ascendieran el rey y otras almas justas. «El rey Pepi derramó su resplandor como una escalinata bajo
sus pies por la que pudiera ascender hasta su madre».
1045§4
95:3.1
Aunque la cultura y religión de Egipto se habían derivado principalmente de la Mesopotamia andita y en su mayor parte transmitido a las
civilizaciones subsiguientes a través de los hebreos y los griegos, muchísimo del idealismo social y ético de los egipcios surgió en el valle
del Nilo como puro desarrollo evolutivo. A pesar de la importación de mucha verdad y cultura de origen andita, se evolucionó en Egipto
más cultura moral como desarrollo puramente humano que la que apareciera por técnicas naturales similares en ninguna otra zona
circunscrita antes de la encarnación de Miguel.
1046§1
95:3.5
Egipto fue un país de valores intelectuales y morales, pero no muy espiritual. Durante seis mil años sólo surgieron cuatro grandes
profetas entre los egipcios. Amenemope fue escuchado durante un período; Okhbán fue asesinado; Ikhnáton fue aceptado pero no de
todo corazón y tan sólo por una corta generación; Moisés fue rechazado. Nuevamente fue por circunstancias políticas más bien que
religiosas que le resultó fácil a Abraham y, más adelante, a José ejercer gran influencia en todo Egipto a favor de las enseñanzas
salemitas de un Dios único. Pero cuando los misioneros de Salem entraron primero a Egipto, encontraron esta cultura altamente ética de
evolución combinada con las normas morales modificadas de los inmigrantes mesopotámicos. Estos primitivos maestros del valle del
Nilo fueron los primeros en proclamar la conciencia como mandato de Dios, la voz de la Deidad.
1046§2
95:4.1
A su debido tiempo creció en Egipto un maestro llamado por muchos el «hijo del hombre» y por otros Amenemope. Este vidente exaltó la
conciencia a su más alta cúspide de arbitraje entre el bien y el mal, enseñó el castigo por el pecado, y proclamó la salvación mediante la
intervención de la deidad solar.
1046§6
95:4.5
En el Libro de los proverbios hebreos, los capítulos quince, diecisiete, veinte y veintidós, verso diecisiete hasta el capítulo veinticuatro,
verso veintidós, fueron tomados casi textualmente del Libro de la sabiduría de Amenemope. El primer salmo del Libro de los salmos
hebreos fue escrito por Amenemope y es la esencia de las enseñanzas de Ikhnáton.
1047§1
95:5.1
Las enseñanzas de Amenemope iban lentamente perdiendo su influencia sobre la mente egipcia cuando, mediante la influencia de un
médico salemita egipcio, una mujer de la familia real adoptó las enseñanzas de Melquisedec. Esta mujer convenció a su hijo Ikhnáton,
faraón de Egipto, a que aceptara estas doctrinas del Dios Único.
1048§2
95:5.8
La palabra suprema de la religión de Ikhnáton en la vida diaria era «rectitud», y rápidamente expandió el concepto de la rectitud para que
abrazara la ética internacional a la vez que la nacional. Esta fue una generación de sorprendente piedad personal y fue caracterizada por
una genuina aspiración entre los hombres y las mujeres más inteligentes de encontrar a Dios y de conocerlo. En aquellos días la posición
social o la riqueza no ofrecía ninguna ventaja a los egipcios ante los ojos de la ley. La vida familiar en Egipto hizo mucho para preservar y
aumentar la cultura moral y fue posteriormente la inspiración de la excelsa vida familiar de los judíos en Palestina.
1048§4
95:5.10
Aunque el ideal monoteísta sufrió con la muerte de Ikhnáton, la idea de un Dios único persistió en la mente de muchos grupos. El yerno
de Ikhnáton siguió a los sacerdotes, volviendo a la adoración de los viejos dioses, y cambiando su nombre a Tutankhamén. La capital
volvió a Tebes, y los sacerdotes se enriquecieron con la tierra, ganando eventualmente la posesión de un séptimo de todo Egipto; y
finalmente uno de entre la fila de los sacerdotes se atrevió a tomarse el trono.
1049§2
95:5.14
Aunque el esfuerzo de este gobernante egipcio por imponer la adoración del Dios único a su pueblo aparentemente fracasó, es necesario
que registremos que las repercusiones de su trabajo persistieron durante siglos tanto en Palestina como en Grecia, y que Egipto de este
modo se tornó el agente de transmisión de la cultura evolutiva combinada del Nilo y de la religión reveladora del Eúfrates para todos los
pueblos subsiguientes del occidente.
1049§4
95:6.1
Desde Palestina algunos de los misioneros Melquisedec pasaron a través de Mesopotamia a la gran llanura de Irán. Durante más de
quinientos años los maestros de Salem progresaron en Irán, y la nación entera estaba en punto de adoptar la religión de Melquisedec
cuando un cambio de gobernantes precipitó la persecución amarga que prácticamente puso fin a las enseñanzas monoteístas del culto
salemita. La doctrina del pacto abrahámico virtualmente se extinguió en Persia cuando, en aquel gran siglo del renacimiento moral, el
sexto siglo antes de Cristo, apareció Zoroastro, reavivando las brasas del evangelio de Salem.
1050§1
95:6.5
El zoroastrismo es el único credo urantiano que perpetúa las enseñanzas edénicas y dalamatianas sobre los Siete Espíritus Mayores.
Aunque no supo desarrollar el concepto de la Trinidad, se acercó en cierto modo al concepto de Dios Séptuplo. El zoroastrismo original
no era puro dualismo; aunque las enseñanzas primitivas ilustraron el mal como un igual temporal de la bondad, estaba definitivamente
sumergido en la eternidad en la realidad última de la bondad. Sólo en tiempos posteriores ganó terreno la creencia de que el bien y el mal
competían en planos equivalentes.
1050§4
95:6.8
Pero hay gran distancia entre las enseñanzas excelsas y los nobles salmos de Zoroastro y las perversiones modernas de su evangelio por
parte de los persas con su gran temor de los muertos, combinado con las creencias en las sofisterías que Zoroastro jamás se dignó
considerar.
1050§6
95:7.1
Las enseñanzas de Melquisedec sobre el Dios único se establecieron en el desierto árabe en fecha comparativamente reciente. Así como
fracasaron en Grecia, los misioneros de Salem también fracasaron en Arabia debido a su errónea comprensión de las instrucciones de
Maquiventa sobre un exceso de organización. Pero no se vieron obstaculizados por su interpretación de las exhortaciones de éste contra
todo esfuerzo por difundir el evangelio por la fuerza militar y la obligación civil.
1042§3
95:1.2
Pero la costumbre de estos pueblos adanitas primitivos de honrar el séptimo día de la semana no desapareció nunca por completo en
Mesopotamia. Pero, durante la era de Melquisedec, el séptimo día se consideraba el peor día de la mala suerte. Estaba lleno de tabúes;
era ilegal viajar, cocinar alimento, o prender fuego en el peligroso séptimo día. Los judíos llevaron de vuelta a Palestina muchos de los
tabúes mesopotamianos que habían encontrado en la observancia babilónica del séptimo día, el shabatum.
1042§4
95:1.3
Aunque los maestros de Salem mucho hicieron por redefinir y elevar las religiones de la Mesopotamia, no tuvieron éxito en hacer que los
varios pueblos reconocieran en forma permanente a un Dios único. Estas enseñanzas ganaron ascendencia durante más de ciento
cincuenta años y luego gradualmente fueron reemplazadas por las creencias más antiguas en una multiplicidad de deidades.
1042§5
95:1.4
Los maestros de Salem redujeron grandemente el número de dioses de la Mesopotamia, limitando en cierto momento las deidades
principales a siete: Bel, Shamash, Nabu, Anu, Ea, Marduc y Sin. En la cumbre de sus nuevas enseñanzas exaltaron a tres de estos dioses
por encima de todos los demás, la tríada de Babilonia: Bel, Ea y Anu, los dioses de la tierra, el mar y el cielo. Otras tríadas se originaron
en diferentes localidades, reminiscentes todos de las enseñanzas de la trinidad transmitidas por los anditas y los sumerios y basadas en
las creencias de los salemitas en la insignia de los tres círculos de Melquisedec.
1042§6
95:1.5
Los maestros salemitas no sobrecogieron nunca plenamente la popularidad de Ishtar, madre de los dioses y espíritu de la fertilidad
sexual. Mucho hicieron por refinar la adoración de esta diosa, pero los babilónicos y sus vecinos no habían superado nunca
completamente ciertas formas solapadas de cultos sexuales. Se había vuelto práctica universal en toda Mesopotamia que las mujeres se
sometieran, por lo menos una vez en su juventud, al abrazo de extraños; esto se consideraba una devoción exigida por Ishtar, y se creía
que la fertilidad dependía en gran parte de este sacrificio sexual.
1043§2
95:1.7
Esta derrota del evangelio de Salem fue seguida inmediatamente por un gran crecimiento del culto a Ishtar, rito que ya había invadido
Palestina con el nombre de Astoret, Egipto como Isis, Grecia como Afrodita, y las tribus norteñas como Astarte. Y fue en relación con
este renacimiento de la adoración a Ishtar, en que los sacerdotes babilónicos nuevamente volvieron los ojos hacia las estrellas; la
astrología experimentó su último gran renacimiento en la Mesopotamia, se puso de moda la adivinanza y durante siglos el sacerdocio se
fue deteriorando cada vez más.
1043§3
95:1.8
Melquisedec había advertido a sus seguidores que enseñaran el Dios único, el Padre y Hacedor de todos, y que predicaran tan sólo el
evangelio del favor divino mediante la sola fe. Pero ha sido frecuentemente error de los maestros de nuevas verdades intentar demasiado,
intentar suplantar la evolución lenta por la revolución repentina. Los misioneros de Melquisedec en Mesopotamia elevaron excesivamente
las normas morales para el pueblo; intentaron demasiado, y su noble causa fue derrotada. Se les había comisionado que predicaran un
evangelio definido, que proclamaran la verdad de la realidad del Padre Universal, pero se embrollaron en una causa aparentemente noble
de reforma de hábitos, y de esta manera su gran misión se desvió y virtualmente se perdió en la frustración y el olvido.
1043§4
95:1.9
En una generación el centro de Salem en Cis llegó a su fin, y la propaganda a favor de la creencia en un solo Dios virtualmente cesó por
toda Mesopotamia. Pero los residuos de las escuelas salemitas persistieron. Pequeños grupos aquí y allá continuaron creyendo en el
Creador único y luchando contra la idolatría e inmoralidad de los sacerdotes mesopotamianos.
1043§6
95:1.11
Mucha de la cultura religiosa de Mesopotamia se abrió camino en la literatura hebrea y en su liturgia por Egipto a través de los trabajos
de Amenemope e Ikhnáton. Los egipcios conservaron notablemente las enseñanzas de la obligación social derivada de los
mesopotamianos anditas más primitivos y perdidas, en gran parte por los babilónicos más recientes que habitaron el valle del Eúfrates.
1044§1
95:1.2
Fueron tendencias políticas y morales más bien que filosóficas o religiosas las que hicieron que Egipto fuera terreno más fértil para las
enseñanzas de Salem que la Mesopotamia. Cada líder tribal en Egipto, después de pelear hasta llegar al trono, buscaba perpetuar su
dinastía proclamando a su Dios tribal como deidad original y creador de todos los demás dioses. De esta manera, los egipcios se fueron
acostumbrando paulatinamente a la idea de un superdios, lo cual representó un paso hacia la doctrina posterior de la Deidad universal
creadora. La idea del monoteísmo tuvo en Egipto altos y bajos durante muchos siglos, ganando terreno constantemente pero sin llegar a
dominar por completo los conceptos evolutivos del politeísmo.
1044§2
95:1.3
Durante muchas edades los pueblos egipcios se habían dedicado a la adoración de los dioses de la naturaleza; más particularmente,
cada una de las cuarenta tribus distintas tenía su propio dios especial: una adoraba al toro, otra al león, una tercera al carnero, y así
sucesivamente. Aun antes éstas tribus adoraban su tótem muy parecido a los amerindios.
1044§4
95:1.5
Durante siglos los egipcios tenían fe en las tumbas como salvaguardia del cuerpo y consiguiente supervivencia placentera después de la
muerte. La evolución posterior de prácticas mágicas, aunque engorrosas durante toda la vida desde la cuna hasta la tumba, los redimió
muy eficazmente de la religión de las tumbas. Los sacerdotes inscribían sobre el ataúd textos encantados que se creía protegían contra el
peligro de que «se le arrancara al hombre el corazón en el mundo inferior». Finalmente se coleccionaron y preservaron selecciones varias
de estos textos mágicos bajo el nombre de El libro de los Muertos. Pero en el valle del Nilo el ritual mágico se mezcló muy pronto con los
mundos de la conciencia y del carácter, en una forma pocas veces alcanzada por los rituales de aquellos días. Y posteriormente se creyó
en la salvación por medio de estos ideales éticos y morales, en vez de confiar en tumbas elaboradas.
1044§5
95:1.6
Las supersticiones de estos tiempos están bien ilustradas por la creencia general en la eficacia del esputo como agente curativo, una idea
que se había originado en Egipto y se difundió desde allí a Arabia y Mesopotamia. En la legendaria batalla de Horus contra Set, el joven
dios perdió el ojo, pero una vez que Set fue vencido, el ojo de Orus fue restaurado por el sabio dios Thoth, quien escupió sobre la herida y
la curó.
1045§2
95:1.9
Cuando Melquisedec apareció en la carne, los egipcios tenían una religión mucho más elevada que la de los pueblos circunvecinos.
Creían que un alma incorpórea, si iba adecuadamente armada de fórmulas mágicas, podía evadir a los espíritus malignos que
interviniesen y abrirse camino hasta la sala del juicio de Osiris, donde, si era inocente de «asesinato, robo, falsedad, adulterio, hurto y
egoísmo», sería admitida a los reinos de la felicidad. Si se pesaba esta alma en las balanzas y se la hallaba faltante, sería enviada al
infierno, a la Devoradora. Era éste, relativamente, un concepto avanzado de una vida futura en comparación con las creencias de muchos
pueblos circunvecinos.
1045§3
95:1.10
El concepto del juicio en el más allá por los pecados en la vida terrenal encontrado en la teología hebrea, provino de Egipto. La palabra
juicio aparece sólo una vez en el entero Libro de los salmos hebreos, y ese salmo particular fue escrito por un egipcio.
1045§5
95:3.2
La evolución moral no depende totalmente de la revelación. Se pueden derivar altos conceptos morales de la experiencia propia del
hombre. El hombre puede incluso evolucionar valores espirituales y derivar compenetración cósmica de su vida personal vivencial,
porque en él reside un espíritu divino. Estas evoluciones naturales de la conciencia y del carácter también fueron aumentadas por la
llegada periódica de maestros de la verdad, provenientes en los tiempos antiguos del segundo Edén, más adelante desde la central de
Melquisedec en Salem.
1045§6
95:3.3
Miles de años antes de que penetrara en Egipto el evangelio salemita, sus líderes morales enseñaron justicia, rectitud y a evitar la
avaricia. Tres mil años antes de que se escribieran las escrituras hebreas, la máxima de los egipcios era: «De buena reputación es el
hombre cuya norma es la rectitud; que camina de acuerdo con la rectitud». Enseñaron suavidad, moderación y discreción. El mensaje de
uno de los grandes maestros de esa época fue: «Haz justicia y trata a todos con rectitud». La tríada egipcia de esta edad era
Verdad-Justicia-Rectitud. De todas las religiones puramente humanas de Urantia ninguna sobrepasó jamás los ideales sociales y la
grandeza moral de este humanismo que existió antiguamente en el valle del Nilo.
1045§7
95:3.4
En el fértil terreno de estas ideas éticas e ideales morales en evolución florecieron las doctrinas supervivientes de la religión salemita. Los
conceptos del bien y el mal encontraron una respuesta pronta en el corazón de un pueblo que creía que «se da la vida a los pacíficos, la
muerte a los culpables». «El pacífico es aquel que hace lo que se ama; el culpable es aquel que hace lo que se odia». Durante siglos los
habitantes del valle del Nilo vivieron de acuerdo con estas normas éticas y sociales que surgieron antes de que aparecieran los conceptos
más recientes del bien y del mal de lo bueno y lo malo.
1046§3
95:4.2
Amenemope enseñó que las riquezas y la fortuna eran dones de Dios, y este concepto coloreó profundamente la filosofía hebrea que
surgió más adelante. Este noble maestro creía que la conciencia de Dios era el factor determinante de toda conducta; que cada momento
debía vivirse en la comprensión de la presencia de Dios y de la responsabilidad que se le debía. Las enseñanzas de este sabio fueron
posteriormente traducidas al hebreo y se tornaron el libro sagrado de ese pueblo mucho antes de que se redujera a escritura el Antiguo
Testamento. La predicación principal de este buen hombre tuvo que ver con instruir a su hijo en la rectitud y honestidad en las posiciones
gubernamentales de confianza, y estos nobles sentimientos de antaño harían honor a cualquier estadista moderno.
1046§4
95:4.3
Este hombre sabio del Nilo enseñó que «las riquezas crecen alas y vuelan»: que todas las cosas terrestres son evanescentes. Su oración
más sentida era «sálvame del temor». El exhortó a todos a que prestaran oído sordo a las «palabras de los hombres» para escuchar en
cambio «los actos de Dios». En sustancia enseñó: el hombre propone pero Dios dispone. Sus enseñanzas, traducidas al hebreo,
determinaron la filosofía del Libro de los proverbios del Antiguo Testamento. Traducidos al griego, colorearon toda la filosofía religiosa
helénica subsiguiente. El filósofo alejandrino más reciente, Filón, poseía un ejemplar del Libro de la sabiduría.
1046§5
95:4.4
Amenemope supo conservar la ética de la evolución y la moral de la revelación y en sus escritos las transmitió a los hebreos y a los
griegos. No fue el más grande de los maestros religiosos de esa época, pero fue el que tuvo más influencia en cuanto tiñó el pensamiento
ulterior de dos eslabones vitales en el crecimiento de la civilización occidental: los hebreos, entre quienes evolucionó la cumbre de la fe
religiosa occidental, y los griegos, que desarrollaron el pensamiento filosófico puro hasta sus más altos niveles europeos.
1047§2
95:5.2
Desde la desaparición de Melquisedec de la carne, ningún ser humano hasta ese momento había poseído como Ikhnáton un concepto tan
sorprendentemente claro de la religión revelada salemita. En algunos aspectos este joven rey egipcio es una de las personas más
notables de la historia humana. Durante esta época de cada vez mayor depresión espiritual en Mesopotamia, mantuvo viva la doctrina de
El Elyón, el Dios Único, en Egipto, manteniendo así el canal monoteísta filosófico que fue vital más adelante como base religiosa para la
efusión futura de Miguel. Fue en reconocimiento de este logro, entre otras razones, que el niño Jesús fue llevado a Egipto, donde algunos
de los sucesores espirituales de Ikhnáton le vieron y hasta cierto punto comprendieron ciertas fases de su misión divina en Urantia.
1047§3
95:5.3
Moisés, la más grande personalidad entre Melquisedec y Jesús, fue un regalo conjunto al mundo de la raza hebrea y de la familia real
egipcia; y si Ikhnáton hubiese poseído la versatilidad y habilidad de Moisés, se habría manifestado como genio político a la vez que por
su sorprendente liderazgo religioso, Egipto se habría vuelto la gran nación monoteísta de esa edad; y si esto hubiese sucedido, es posible
tal vez que Jesús podría haber vivido la mayor parte de su vida mortal en Egipto.
1047§4
95:5.4
Jamás en la historia procedió ningún rey tan metódicamente para llevar a una entera nación del politeísmo al monoteísmo tal como lo
hizo este extraordinario Ikhnáton. Con la más sorprendente determinación este joven gobernante rompió con el pasado, cambió su
nombre, abandonó su capital, construyó una ciudad enteramente nueva, y creó un nuevo arte y nueva literatura para todo un pueblo. Pero
fue demasiado rápido; construyó demasiado, más de lo que podía sobrevivir una vez que hubiese desaparecido. Nuevamente, no supo
proveer la estabilidad y prosperidad material de su pueblo, todo lo cual reaccionó desfavorablemente contra sus enseñanzas religiosas
cuando las subsiguientes mareas de adversidad y opresión sobrecogieron a los egipcios.
1047§5
95:5.5
Si este hombre de sorprendentemente clara visión y extraordinaria singularidad de propósito hubiese tenido la sagacidad política de
Moisés, habría cambiado toda la historia de la evolución de la religión y de la revelación de la verdad en el mundo occidental. Durante su
vida fue capaz de refrenar las actividades de los sacerdotes, a quienes en general él desacreditó, pero mantuvieron sus cultos en secreto
y se arrojaron a la acción en cuanto el joven rey desapareció del poder; y no fueron lentos en relacionar todos los problemas
subsiguientes que sufriera Egipto con el establecimiento del monoteísmo durante su reinado.
1047§6
95:5.6
Muy sabiamente Ikhnáton trató de establecer el monoteísmo bajo el aspecto del dios solar. Esta decisión de plantear la adoración del
Padre Universal absorbiendo a todos los dioses en la adoración del sol se debió al consejo del médico salemita. Ikhnáton tomó las
doctrinas generalizadas de la entonces existente fe atónica sobre la paternidad y maternidad de la Deidad y creó una religión que
reconocía a una íntima relación de adoración entre el hombre y Dios.
1048§1
95:5.7
Ikhnáton fue lo suficientemente sabio como para mantener la adoración exterior de Atón, el dios solar, mientras que condujo a sus
colaboradores en la adoración del Dios único, creador de Atón y supremo Padre de todos. Este joven rey maestro fue un escritor prolífico,
siendo el autor de la exposición que lleva por título «El Dios Único», un libro de treinta y un capítulos, que los sacerdotes, cuando
volvieron al poder, destruyeron hasta el último ejemplar. Ikhnáton también escribió ciento treinta y siete himnos, doce de los cuales están
preservados en el libro de salmos del Antiguo Testamento, acreditados a un autor hebreo.
1048§3
95:5.9
La debilidad fatal del evangelio de Ikhnáton estribó en su verdad más grande, la enseñanza de que Atón era no sólo el creador de Egipto
sino también de «todo el mundo, hombre y bestias, y todas las tierras extranjeras, aun Siria y Kush, además de esta tierra de Egipto.
Todo lo coloca en su lugar y provee por las necesidades de todos». Estos conceptos de la Deidad eran elevados y exaltados, pero no eran
nacionalistas. Estos sentimientos de internacionalidad en la religión no podían mejorar el estado de ánimo del ejército egipcio en el
campo de batalla, aunque sí proveían armas eficaces para los sacerdotes para que los usaran contra el joven rey y su nueva religión.
Tenía un concepto de la Deidad muy por encima de la de los hebreos posteriores, pero era demasiado avanzado para servir los objetivos
del constructor de una nación.
1048§5
95:5.11
Pero los sacerdotes no pudieron sobrecoger completamente la oleada monoteísta. Cada vez más se vieron obligados a combinar sus
dioses; más y más la familia de los dioses se achicaba. Ikhnáton había asociado el disco inflamado de los cielos con el Dios creador, y
esta idea continuó albergandose en el corazón de los hombres, aun de los sacerdotes, mucho después de la muerte del joven reformador.
Jamás murió completamente este concepto del monoteísmo en el corazón de los hombres de Egipto y en el mundo. Persistió aun hasta
la llegada del Hijo Creador de ese mismo Padre divino, el Dios único a quien Ikhnáton había tan celosamente proclamado para que todo
Egipto lo adorara.
1048§6
95:5.12
La debilidad de la doctrina de Ikhnáton yacía en el hecho de que proponía una religión tan avanzada que tan sólo los egipcios instruidos
podían comprender plenamente sus enseñanzas. La masa de los trabajadores de la tierra nunca captó plenamente su evangelio y por lo
tanto estaba lista para volver con los sacerdotes a la adoración antigua de Isis y de su consorte Osiris, quien supuestamente había
resucitado milagrosamente de la muerte cruel a manos de Set, el dios de la oscuridad y del mal.
1049§1
95:5.13
La enseñanza de la inmortalidad para todos los hombres era demasiado avanzada para los egipcios. Sólo los reyes y los ricos tenían la
promesa de la resurrección; por lo tanto, embalsamaban y preservaban tan cuidadosamente sus cuerpos en las tumbas para el día del
juicio. Pero la democracia de la salvación y resurrección tal como la enseñó Ikhnáton finalmente prevaleció, hasta el grado en que los
egipcios más adelante creyeron en la supervivencia aun de los animales.
1049§3
95:5.15
La gloria de esta gran era de desarrollo moral y crecimiento espiritual en el valle del Nilo estaba pasando rápidamente alrededor del
tiempo en que estaba comenzando la vida nacional de los hebreos, y después de su permanencia en Egipto estos beduinos se llevaron
consigo muchas de estas enseñanzas y perpetuaron muchas de las doctrinas de Ikhnáton en su religión racial.
1049§5
95:6.2
Este fundador de una nueva religión era un joven aventuroso y viril quien, en su primer peregrinaje a Ur en Mesopotamia, había aprendido
de las tradiciones de Caligastia y de la rebelión de Lucifer juntamente con muchas otras tradiciones todo lo cual hizo gran impresión
sobre su naturaleza religiosa. Por consiguiente, como resultado de un sueño mientras estaba en Ur, decidió volver a su hogar norteño
para remodelar la religión de su pueblo. Había asimilado la idea hebraica del Dios de la justicia, el concepto mosaico de divinidad. La
idea de un Dios supremo estaba clara en su mente, y degradó a todos los demás dioses como diablos, consignándolos a las filas de los
demonios de los cuales había oído hablar en Mesopotamia. Había aprendido de la historia de los Siete Espíritus Mayores puesto que esta
tradición aún existía en Ur y, por eso, creó un firmamento de siete dioses supremos con Aura-Mazda a su cabeza. Asoció a estos dioses
de menor rango con la idealización de la Ley Justa, el Buen Pensamiento, el Gobierno Noble, el Carácter Santo, la Salud y la
Inmortalidad.
1049§6
95:6.3
Esta nueva religión era una religión de acción —de trabajo— no de oraciones ni rituales. Su Dios era un ser de suprema sabiduría y el
patrono de la civilización; era una filosofía religiosa militante que se atrevía a batallar con el mal, la pereza y el atraso.
1049§7
95:6.4
Zoroastro no enseñó la adoración del fuego sino que trató de utilizar la llama como símbolo del Espíritu puro y sabio de dominio universal
y supremo. (Es verdad que sus seguidores más recientes reverenciaron y adoraron este fuego simbólico). Finalmente, cuando un príncipe
iranio se convirtió, esta nueva religión se difundió por la espada. Y Zoroastro murió heroicamente en una batalla por lo que creía la
«verdad del Señor de la luz».
1050§2
95:6.6
Las tradiciones judías del cielo y del infierno y la doctrina de los diablos tal como se la encuentra en las escrituras hebreas, aunque
estaban fundadas en las tradiciones residuales de Lucifer y Caligastia, se derivaron principalmente del zoroastrismo durante los tiempos
en que los judíos estuvieron bajo el dominio político y cultural de los persas. Zoroastro, tal como los egipcios, enseñó el «día del juicio»,
pero relacionó este acontecimiento con el fin del mundo.
1050§3
95:6.7
Aun la religión que sucedió al zoroastrismo en Persia estuvo marcadamente influida por éste. Cuando los sacerdotes iranios trataron de
derribar las enseñanzas de Zoroastro, resucitaron la antigua adoración de Mitra, y el mitraísmo se difundió a lo largo y a lo ancho del
Levante y de las regiones mediterráneas, siendo durante cierto tiempo contemporal tanto del judaísmo como del cristianismo. Las
enseñanzas de Zoroastro de esta manera dejaron su huella sucesivamente sobre tres grandes religiones: el judaísmo y el cristianismo y a
través de ellos, el mahometismo.
1050§5
95:6.9
Este gran hombre formó parte de ese grupo único que surgió en el siglo sexto antes de Cristo para que la luz de Salem no se apagara
completamente y para siempre; en ese período en que brillaba tan exiguamente como para mostrar al hombre en su mundo oscurecido el
camino de la luz que lleva a la vida eterna.
1050§7
95:7.2
Ni siquiera en la China ni en Roma fracasaron más completamente las enseñanzas de Melquisedec que en esta región desértica tan
cercana a Salem mismo. Mucho después de que la mayoría de los pueblos del oriente y del occidente se volvieran budistas y cristianos
respectivamente, el desierto de Arabia continuaba como lo había hecho durante miles de años. Cada tribu adoraba a sus antiguos
fetiches, y muchas familias tenían sus propios dioses de la casa. Por mucho tiempo continuó la lucha entre Istar babilónica, Yahvé
hebreo, Aura iranio, y el Padre cristiano del Señor Jesucristo. Jamás pudo un concepto desplazar completamente a los otros.
1051§1
95:7.3
Aquí y allí a lo largo y a lo ancho de Arabia hubo familias y clanes que se aferraron a una idea nebulosa del Dios único. Dichos grupos
atesoraban las tradiciones de Melquisedec, Abraham, Moisés y Zoroastro. Hubo numerosos centros que podían haber respondido al
evangelio jesuístico, pero los misioneros cristianos de las tierras desérticas constituían un grupo austero y rígido en contraste con los
misioneros innovadores y prontos al compromiso que hicieron obra en los países mediterráneos. Si los seguidores de Jesús hubiesen
tomado más en serio su exhortación de «ir a todo el mundo y predicar el evangelio», y hubiesen sido más graciosos en esa predicación,
menos rígidos en las exigencias sociales colaterales de su propia invención, muchas tierras habrían recibido con alegría el sencillo
evangelio del hijo del carpintero, Arabia entre ellas.
1051§2
95:7.4
A pesar del hecho de que los grandes monoteísmos levantinos no consiguieron arraigarse en Arabia, esta tierra desértica fue capaz de
producir una fe que, aunque menos exigente en sus requisitos sociales, fue sin embargo monoteísta.
1051§3
95:7.5
Había un solo factor de naturaleza tribal, racial o nacional, en las creencias primitivas y desorganizadas del desierto, y ese era el respeto
peculiar y general que casi todas las tribus árabes tenían por cierto fetiche que era una piedra oscura situada en cierto templo de Meca.
Este punto de contacto común y reverencia posteriormente llevó al establecimiento de la religión islámica. Lo que Yahvé, el espíritu del
volcán, fue para los semitas judíos, la piedra Kaaba llegó a ser para sus primos árabes.
1051§4
95:7.6
La fuerza de Islam ha sido su presentación clara y bien definida de Alá como Deidad singular y única; su debilidad, el uso de la fuerza de
las armas para su difusión, juntamente con la degradación de la mujer. Pero esta religión se ha mantenido fiel a la idea de la Deidad
Única Universal de todos, «quien conoce lo invisible y lo visible. El es el misericordioso y el compasionado». «Dios es verdaderamente
pletórico de bondad para con todos los hombres». «Y cuando estoy enfermo, él es quien me cura». «Porque dondequiera que tres
hombres hablen juntos, Dios está presente y es el cuarto», porque ¿acaso no es él «el primero y el último, aquel que se ve y aquel que
está oculto»?
1051§5
95:7.7
[Presentado por un Melquisedec de Nebadón.]