DOCUMENTO 143
DE PASO POR SAMARIA
1607§1
143:0.1
A
fines de junio del año 27 d. de J.C., y en vista de la oposición cada vez mayor que manifestaban los dirigentes
religiosos judíos, Jesús y los doce partieron de Jerusalén, después de enviar sus tiendas y sus escasos efectos
personales a la casa de Lázaro en Betania para que allí fueran guardados. Procedieron hacia el norte a Samaria, y
pasaron el sábado en Betel. Predicaron aquí durante varios días a la gente que había venido de Gofna y Efraín.
Llegó un grupo de ciudadanos de Arimatea y Tamna para invitar a Jesús a que visitara sus aldeas. El Maestro y
sus apóstoles pasaron más de dos semanas enseñando a los judíos y samaritanos de esta región, muchos de los
cuales hasta venían de Antipatris, que estaba bastante lejos, para escuchar la buena nueva del reino.
1607§3
143:1.1
Durante la primera mitad del mes de agosto, el grupo apostólico estableció su cuartel general en las ciudades
griegas de Arquelais y Fasaelis, donde por primera vez enseñaban casi exclusivamente a grupos de gentiles
—griegos, romanos y sirios— ya que vivían pocos judíos en estas dos ciudades griegas. En sus encuentros con
estos ciudadanos romanos, los apóstoles se enfrentaron con nuevas dificultades en la proclamación del mensaje
del reino venidero y oyeron nuevas objeciones a las enseñanzas de Jesús. En una de las muchas conversaciones
nocturnas con sus apóstoles, Jesús escuchó atentamente estas objeciones al evangelio del reino, mientras los
doce relataban sus experiencias de labor personal.
1608§5
143:1.8
Esto no fue todo lo que dijo Jesús en esta ocasión pero sólo es la introducción de su disertación. Después amplió e
ilustró exhaustivamente esta declaración. Fue éste uno de los discursos más apasionados que Jesús jamás
pronunció ante los doce. Pocas veces hablaba el Maestro a sus apóstoles con tanta pasión, pero ésta fue una de
esas pocas ocasiones en las que se expresó con intensidad manifiesta y gran emoción.
1609§1
143:1.9
El efecto sobre la predicación pública y el ministerio personal de los apóstoles fue inmediato; desde ese mismo día
el mensaje de ellos denotó un nuevo matiz valeroso. Los doce continuaron adquiriendo el espíritu de agresión
positiva en el nuevo evangelio del reino. De ahí en adelante ya no se preocuparon tanto por predicar las virtudes
negativas y las exhortaciones pasivas de la muchas facetas del mensaje de su Maestro.
1609§2
143:2.1
El Maestro era un ejemplar perfeccionado del autodominio humano. Si lo vilipendiaban, él no vilipendiaba; cuando
sufría, no amenazaba a sus torturadores; cuando fue denunciado por sus enemigos, se remitió simplemente al
juicio justo del Padre en el cielo.
1609§3
143:2.2
En una de las conferencias nocturnas, Andrés le preguntó a Jesús: «Maestro, ¿hemos de practicar la abnegación,
tal como nos enseñara Juan, o hemos de tratar de adquirir el autocontrol que tú nos enseñas? ¿En qué difiere lo
que enseñas tú de lo que enseñaba Juan?» Jesús respondió:
«Efectivamente, Juan os enseñó el camino de la
justicia de acuerdo con las luces y leyes de sus progenitores, la religión de la introspección y del sacrificio. Pero yo
he venido con un nuevo mensaje de autoolvido y autocontrol. Os muestro el camino de la vida tal como me lo
reveló mi Padre en el cielo.
1610§4
143:3.1
Por este tiempo se desarrolló entre los apóstoles y sus discípulos allegados inmediatos, un estado de gran tensión
nerviosa y emocional. Aún no se habían acostumbrado a convivir y trabajar juntos. Les resultaba cada vez más
difícil mantener relaciones armoniosas con los discípulos de Juan. El contacto con los gentiles y samaritanos era
una dura tribulación para estos judíos. Más aún, las recientes declaraciones de Jesús habían contribuido a la
perturbación de su mente. Andrés estaba casi fuera de sí; ya no sabía qué hacer, y por eso recurrió al Maestro con
sus problemas y perplejidades. Cuando Jesús hubo escuchado a su jefe apostólico relatar sus problemas, dijo:
«Andrés, no puedes disuadir a la gente de sus incertidumbres cuando han llegado a tal comportamiento y cuando
tantas personas con sentimientos tan fuertes están inmiscuidas. No puedo hacer lo que tú me pides no deseo
participar en estas dificultades sociales personales; pero os acompañaré en disfrutar un período de tres días de
descanso y esparcimiento. Ve a tus hermanos y anúnciales que iremos todos al monte Sartaba, donde deseo
descansar por uno o dos días.
1611§1
143:3.3
Fue ésta una maravillosa ocasión en la experiencia de cada uno de ellos; jamás olvidaron el día que subieron a la
montaña. Durante todo el viaje apenas si se mencionó una palabra de sus problemas. Al llegar a la cima de la
montaña, Jesús les indicó que se sentaran a su alrededor mientras decía:
«Hermanos míos, todos vosotros debéis
aprender el valor del descanso y la eficacia del esparcimiento. Debéis daros cuenta de que la mejor manera de
solucionar problemas enmarañados consiste en alejarse de ellos por un tiempo. Así, cuando volváis descansados
después de un período de esparcimiento o de adoración, podréis atacar vuestros problemas con mente más clara
y mano más firme, y desde luego, con el corazón más resuelto. Muchas veces veréis que el problema se ha
achicado en tamaño y proporción durante vuestro reposo de la mente y el cuerpo».
1611§6
143:3.8
No muchos de los gentiles en las dos ciudades griegas de Arquelais y Fasaelis creyeron en el evangelio, pero este
primer período de trabajo intenso entre poblaciones exclusivamente gentiles fue una experiencia valiosa para los
doce. Un lunes por la mañana, alrededor de la mitad del mes, Jesús le dijo a Andrés:
«Vamos a Samaria».
Inmediatamente salieron hacia la ciudad de Sicar, cerca del pozo de Jacob.
1612§1
143:4.1
Durante más de seiscientos años los judíos de Judea, y más tarde también los de Galilea, habían permanecido en
enemistad con los samaritanos. Este sentimiento negativo entre los judíos y los samaritanos resultó de esta
manera: unos setecientos años a. de J.C., Sargón, rey de Asiria, al aplastar una revuelta en la Palestina central, se
llevó en cautiverio a más de veinticinco mil judíos del reino septentrional de Israel e instaló en su lugar un número
casi igual de descendientes de los cutitas, sefarvitas y amatitas. Más adelante Asurbanipal envió otros grupos más
de colonos a Samaria.
1612§4
143:5.1
Cuando el Maestro y los doce llegaron al pozo de Jacob, Jesús, como estaba cansado del viaje, se detuvo junto al
pozo mientras Felipe se llevaba a los apóstoles para traer la comida y las tiendas desde Sicar, ya que estaban
dispuestos a permanecer en este sitio por un tiempo. Pedro y los hijos de Zebedeo se hubieran quedado con
Jesús, pero él les pidió que se fueran con sus hermanos diciendo: «No temáis por mí, los samaritanos serán
cordiales; sólo nuestros hermanos, los judíos, quieren hacernos daño». Eran casi las seis de esta tarde de verano
cuando Jesús se sentó junto al pozo para esperar el regreso de los apóstoles.
1615§2
143:6.1
La tarde en que Nalda atrajo las multitudes de Sicar para ir a ver a Jesús, los doce acababan de volver con
comida, e instaron a Jesús a que comiese con ellos en vez de hablar a la gente, porque habían estado sin comer
todo el día y tenían hambre. Pero Jesús sabía que pronto caería la noche. Por eso persistió en su determinación de
hablar con el pueblo antes de despedirlos. Cuando Andrés intentó persuadirle a que comiera algo poco antes de
dirigirse a la multitud, Jesús le dijo:
«Tengo un alimento del que vosotros no sabéis».
Al escuchar esto los
apóstoles, se dijeron unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer? ¿Es posible que la mujer le dio comida
además de bebida?» Cuando Jesús les oyó conversar entre ellos, antes de hablar a la gente se volvió para decirles
a los doce:
«Mi alimento es hacer la voluntad de Aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra. Ya no debéis
decir vosotros falta tanto y tanto para la cosecha. He aquí a esta gente que sale de una ciudad samaritana para
escucharnos; yo os digo que los campos ya blanquean para la cosecha. Aquel que siega, recibe salario y recoge
estos frutos para la vida eterna; así pues, los sembradores y los segadores se alegran juntos, porque en esto es
verdadero el refrán: 'uno es el sembrador y otro el segador'. Os envío ahora a segar donde vosotros no habéis
trabajado; otros han trabajado, y vosotros ahora estáis a punto de uniros con su trabajo».
Esto dijo refiriéndose a la predicación de Juan Bautista.
1615§4
143:6.3
La primera noche en el campamento en el monte Gerizim los apóstoles esperaban que Jesús les reprochara su
actitud hacia la mujer junto al pozo de Jacob, pero él no habló del asunto. En cambio, les dio un discurso
memorable sobre «las realidades que son centrales en el reino de Dios». En cualquier religión, es muy fácil que los
valores se vuelvan desproporcionados y que los hechos ocupen el lugar de la verdad en la teología personal. El
hecho de la cruz se volvió el centro mismo del cristianismo subsiguiente. Pero éste no es la verdad central de la
religión que se puede derivar de la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret.
1616§3
143:7.1
En las conferencias nocturnas en el monte Gerizim, Jesús enseñó muchas grandes verdades y en particular,
acentuó lo siguiente:
1616§4
143:7.2
La verdadera religión es el acto de un alma en sus relaciones autoconscientes con el Creador; la religión
organizada es el intento del hombre de socializar la adoración de los religionistas individuales.
1616§5
143:7.3
La adoración —la contemplación de lo espiritual— debe alternar con el servicio, el contacto con la realidad
material. El trabajo debe alternar con el esparcimiento; la religión debe ser equilibrada por el buen humor. La
filosofía profunda debe ser aliviada por el ritmo de la poesía. El esfuerzo del vivir —la tensión temporal de la
personalidad— debe ser aliviada por el reposo de la adoración. Las sensaciones de inseguridad que surgen del
temor al aislamiento de la personalidad en el universo, deben ser contrarrestradas por la contemplación, en fe, del
Padre y por el intento de comprender al Supremo.
1616§6
143:7.4
La oración tiene el objeto de hacer que el hombre piense menos pero que comprenda más; no está hecha para
aumentar el conocimiento, sino más bien para ampliar el discernimiento.
1616§7
143:7.5
La adoración tiene el objeto de anticipar una vida mejor en el futuro y después reflejar estos nuevos significados
espirituales sobre la vida en el presente. La oración sostiene a uno espiritualmente, pero la adoración es
divinamente creadora.
1616§8
143:7.6
La adoración es la técnica de buscar en el Unico la inspiración para servir a muchos. La adoración es la vara que
mide el grado de desprendimiento del alma del universo material y su vinculación simultánea y segura a las
realidades espirituales de toda la creación.
1616§9
143:7.7
El orar es recordarse a sí mismo: pensamiento sublime; el adorar es olvidarse de sí mismo: suprapensamiento. La
adoración es atención sin esfuerzo, descanso real e ideal del alma, ejercicio espiritual que lleva al sosiego.
1616§10
143:7.8
La adoración es el acto de una parte que se identifica con el Todo; lo finito con lo Infinito; el hijo con el Padre; el
tiempo en el acto de marcar el paso con la eternidad. La adoración es el acto de comunión personal del hijo con el
Padre divino, la asunción de actitudes refrescantes, creadoras, fraternales y románticas por parte del alma-espíritu
humano.
1616§11
143:7.9
Aunque los apóstoles sólo comprendieron algunas de sus enseñanzas en el campamento, otros mundos las
comprendieron, y otras generaciones en la tierra las comprenderán.
1607§2
143:0.2
Los habitantes del sur de Samaria escuchaban con regocijo a Jesús, y los apóstoles, a excepción de Judas
Iscariote, pudieron sobreponerse considerablemente a su prejuicio contra los samaritanos. A Judas le resultaba
muy difícil amar a estos samaritanos. La última semana de julio, Jesús y sus colaboradores se prepararon para
partir hacia las nuevas ciudades griegas de Fasaelis y Arquelais, cerca del Jordán.
1607§4
143:1.2
Una pregunta de Felipe ilustró claramente sus dificultades. Dijo Felipe: «Maestro, estos griegos y romanos toman
nuestro mensaje con cierta ligereza, pues dicen que estas enseñanzas son sólo adecuadas para los débiles y los
esclavos. Afirman que la religión de los paganos es superior a nuestras enseñanzas, porque inspira a la formación
de un carácter fuerte, robusto y agresivo. Afirman que queremos convertir a los hombres en seres debilitados,
pasivos y sin resistencia que muy pronto desaparecerían de la superficie de la tierra. A ti te aprecian, Maestro, y
admiten libremente que tus enseñanzas son celestiales e ideales, pero a nosotros no nos toman en serio. Afirman
que tu religión no es para este mundo; que los hombres no pueden vivir según tus palabras. Ahora bien, Maestro,
¿qué hemos de decir a estos gentiles?»
1607§5
143:1.3
Después de escuchar Jesús objeciones similares al evangelio del reino presentadas por Tomás, Nataniel, Simón el
Zelote, y Mateo, les dijo a los doce:
1608§1
143:1.4
«He venido a este mundo para hacer la voluntad de mi Padre y para revelar su carácter amante a toda la
humanidad. Esta es, hermanos míos, mi misión. Y ésta es la única cosa que haré, aunque los judíos o gentiles de
esta época o de otras generaciones interpreten mal mis enseñanzas. Pero no debéis olvidar que aun el amor divino
conlleva una disciplina severa. El amor de un padre por su hijo obliga muchas veces al padre a reprimir las
acciones tontas de su hijo imprudente. El hijo no siempre comprende los motivos sabios y amantes de la disciplina
restrictiva del padre. Pero yo os declaro que mi Padre en el Paraíso gobierna un universo de universos por la
irresistible fuerza de su amor. El amor es la más grande de todas las realidades espirituales. La verdad es una
revelación liberadora, pero el amor es la relación suprema. Sean cuales fueren los errores que puedan cometer
vuestros semejantes en la organización del mundo de hoy, el evangelio que os declaro gobernará este mismo
mundo en una era futura. El propósito final del progreso humano es el reconocimiento reverente de la paternidad
de Dios y la materialización amante de la hermandad del hombre.
1608§2
143:1.5
«Pero, ¿quién os dijo que mi evangelio sólo es para esclavos y débiles? ¿Acaso vosotros, mis apóstoles elegidos,
sois débiles? ¿Parecía débil Juan? ¿Me veis acaso esclavizado por el temor? Es verdad que predicamos el
evangelio a los pobres y a los oprimidos de esta generación. Las religiones de este mundo descuidan a los pobres,
pero mi Padre no hace acepción de personas. Además, en esta época los pobres son los primeros en responder al
llamado al arrepentimiento y aceptar la filiación de hijos de Dios. El evangelio del reino debe ser predicado a todos
los hombres —judíos y gentiles, griegos y romanos, ricos y pobres, libres y esclavizados— y en igual medida a
jóvenes y viejos, hombres y mujeres.
1608§3
143:1.6
«Aunque mi Padre es un Dios de amor que se regocija en la práctica de la misericordia, no creáis que será cosa
fácil y monótona servir al reino. La ascensión al Paraíso es la aventura suprema de todos los tiempos, el duro
logro de la eternidad. El servicio del reino sobre la tierra requerirá toda la virilidad valerosa que podáis reunir
vosotros y vuestros allegados. Muchos de vosotros seréis matados por vuestra lealtad al evangelio de este reino.
Es fácil morir en el frente de batalla física, cuando la presencia de vuestros compañeros de lucha fortalece la
valentía, pero se necesita una forma más elevada y profunda de valentía y devoción humanas para dar la vida a
solas y con serenidad, por el amor de una verdad albergada en vuestro corazón mortal.
1608§4
143:1.7
«Puede que hoy se burlen los incrédulos porque predicáis un evangelio de no resistencia y vivís una vida sin
violencia, pero vosotros sois los primeros voluntarios de una larga línea de creyentes sinceros en este evangelio
del reino, que sorprenderán a toda la humanidad por su devoción heroica a estas enseñanzas. Nunca ningún
ejército en el mundo ha demostrado nunca más coraje y valor que el que manifestaréis vosotros y vuestros leales
sucesores cuando salgáis al mundo para proclamar la buena nueva la paternidad de Dios y la hermandad de los
hombres. La valentía física es la forma más modesta de coraje. La valentía de la mente es un tipo más alto de
coraje humano, pero el más elevado y supremo consiste en la lealtad sin compromiso a las convicciones
esclarecidas de las realidades profundas del espíritu. Este coraje constituye el heroísmo del hombre que conoce a
Dios. Y todos vosotros conocéis a Dios; sois, en toda verdad, los allegados personales del Hijo del Hombre».
1609§4
143:2.3
«De cierto, de cierto os digo, que el que sepa gobernarse a sí mismo es más grande que el que conquista una
ciudad. El autodominio es la medida de la naturaleza moral del hombre y el indicador de su desarrollo espiritual.
En el viejo orden, vosotros ayunabais y orabais; como criaturas nuevas, renacidas del espíritu, se os enseña a
creer y a regocijaros. En el reino del Padre habréis de transformaros en criaturas nuevas; las cosas viejas habrán
de perecer; he aquí que os muestro cómo todas las cosas se han de renovar. Y por vuestro amor mutuo,
convenceréis al mundo de que habéis pasado de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida eterna.
1609§5
143:2.4
«Por el viejo método buscáis suprimir, obedecer y conformar a la reglas del vivir; por el nuevo camino, primero
seréis transformados por el Espíritu de la Verdad y así vuestra alma se verá fortalecida por la constante renovación
espiritual de vuestra mente; de este modo estaréis dotados de la fuerza para hacer con seguridad y júbilo la
voluntad misericordiosa, aceptable y perfecta de Dios. No olvidéis: es vuestra fe personal en las
extraordinariamente grandes y preciosas promesas de Dios, la que os asegura que participaréis de la naturaleza
divina. Así pues, mediante vuestra fe y la transformación del espíritu, llegaréis a ser en realidad, templos de Dios, y
su espíritu vive verdaderamente dentro de vosotros. Si el espíritu vive dentro de vosotros, ya no seréis esclavos
encadenados por la carne, sino hijos del espíritu libres y liberados. La nueva ley del espíritu os dota de la libertad
del autodominio, reemplazando la vieja ley del temor, basada en la autoesclavitud y en las cadenas de la
abnegación.
1609§6
143:2.5
«Muchas veces, cuando habéis hecho el mal, habéis pensado en culpar la influencia del demonio en vuestros
actos, aunque en realidad habéis errado guiados por vuestras propias tendencias naturales. ¿Acaso no os dijo el
profeta Jeremías hace mucho tiempo que el corazón humano es engañoso por sobre todas las cosas, y a veces,
aun desesperadamente perverso? ¡Cuán fácil es engañaros a vosotros mismos y caer así en temores tontos,
deseos arrolladores, placeres esclavizadoras, malicia, envidia y aun en odio vengativo!
1610§1
143:2.6
«La salvación se obtiene mediante la regeneración del espíritu y no por las acciones santurronas de la carne.
Estáis justificados por la fe y acompañados por la gracia, no por el temor y la abnegación de la carne, aunque los
hijos del Padre que han nacido del espíritu son siempre y para siempre dueños de su ser y de todo lo que
corresponde a los deseos de la carne. Cuando sabéis que os salva la fe, tendréis paz verdadera con Dios. Y todos
los que sigan el camino de esta paz celestial están destinados a ser santificados al servicio eterno de los hijos del
Dios eterno, hijos en constante progreso. De aquí en adelante, ya no será un deber, sino más bien un gran
privilegio para vosotros purificaros de todos los males de la mente y del cuerpo mientras buscáis la perfección en
el amor de Dios.
1610§2
143:2.7
«Vuestra filiación está fundada en la fe, y debéis permanecer impasibles ante el temor. Vuestro regocijo nace de la
confianza en el verbo divino, por consiguiente no dudaréis de la realidad del amor y de la misericordia del Padre.
Es la bondad misma de Dios la que conduce a los hombres a un arrepentimiento verdadero y genuino. El secreto
de vuestro autodominio está ligado con vuestra fe en el espíritu residente, que siempre labora por amor. La fe
salvadora misma no proviene de vosotros; sino que es otro don de Dios. Al ser hijos de esta fe viviente, ya no
seréis los esclavos de vuestro yo, sino más bien los dueños triunfantes de vuestro yo, los hijos liberados de Dios.
1610§3
143:2.8
«Si entonces, hijos míos, nacéis del espíritu, estaréis por siempre libres de la esclavitud autoconsciente de una
vida de abnegación y vigilancia continua sobre los deseos de la carne; seréis trasladados al reino jubiloso del
espíritu, en el cual haréis resaltar espontáneamente los frutos del espíritu en vuestra vida diaria. Los frutos del
espíritu son la esencia del tipo más elevado de autocontrol ennoblecedor y regocijante, aun el alcance máximo del
logro mortal terrenal: el verdadero autodominio».
1610§5
143:3.2
«Pero debes dirigirte a cada uno de tus once hermanos en privado, diciéndoles: 'el Maestro desea que nos
apartemos con él por una temporada para descansar y calmarnos. Puesto que todos hemos pasado por un período
de desazón espiritual y tensión mental, sugiero que no mencionemos estas tribulaciones y problemas durante
estas vacaciones. ¿Puedo confiar en ti para que cooperes conmigo en este asunto?' Habla pues en privado y
personalmente con cada uno de tus hermanos de esta manera». Y Andrés hizo tal como el Maestro le había
ordenado.
1611§2
143:3.4
Al día siguiente Jesús asignó un tema de discusión a cada uno de los doce. El día entero fue dedicado a las
reminiscencias y a los asuntos no relacionados con su trabajo religioso. Se quedaron ellos anonadados por un
momento cuando vieron que Jesús no dio las gracias —oralmente— al romper el pan para el almuerzo del
mediodía. Era ésta la primera vez que lo habían observado no cumplir con tales formalidades.
1611§3
143:3.5
Cuando subieron a la montaña la mente de Andrés se debatía en una maraña de problemas. Las perplejidades
carcomían el corazón de Juan. El alma de Santiago estaba dolorosamente atribulada. Mateo no tenía suficientes
fondos debido a la permanencia de ellos entre los gentiles. Pedro estaba agitado y más temperamental que nunca.
Judas sufría uno de sus ataques periódicos de susceptibilidad y egoísmo. Simón se preocupaba más que de
costumbre por el esfuerzo de armonizar su patriotismo y la idea del amor de la hermandad de los hombres. Felipe
estaba más y más confundido por el desarrollo de los acontecimientos. El sentido del humor de Nataniel había
disminuido desde que habían comenzado su obra entre las poblaciones gentiles, y Tomás sufría una grave
temporada de depresión. Sólo los gemelos se mostraban normales y sin perturbaciones. Todos ellos estaban
dominados por la preocupación de encontrar una manera para convivir en paz con los discípulos de Juan.
1611§4
143:3.6
Al tercer día, cuando comenzaron el descenso de la montaña para regresar al campamento, se había operado en
ellos un gran cambio. Habían hecho el importante descubrimiento de que muchas perplejidades humanas son en
realidad inexistentes, muchos problemas aparentemente graves son la creación del temor exagerado y el resultado
del recelo magnificado. Habían aprendido que tales perplejidades se manejan mejor alejándose de ellas; al poner
un poco de distancia, habían dejado que esos problemas se solucionaran por sí mismos.
1611§5
143:3.7
Su retorno de este descanso, marcó el comienzo de un período caracterizado por relaciones altamente mejoradas
con los seguidores de Juan. Muchos de los doce dieron rienda suelta a la hilaridad en cuanto observaron el cambio
de su estado de ánimo y la liberación de esa irritabilidad nerviosa que venían sufriendo; y todo esto, gracias a los
tres días de alejamiento de la rutina diaria. Siempre existe el peligro de que la monotonía de las relaciones
humanas multiplique las perplejidades y magnifique las dificultades.
1612§2
143:4.2
La enemistad religiosa entre los judíos y los samaritanos databa del retorno de aquellos del cautiverio en Babilonia;
en esa ocasión, los samaritanos trataron activamente de prevenir la reconstrucción de Jerusalén. Más adelante
ofendieron a los judíos porque ofrecieron ayuda a los ejércitos de Alejandro. En recompensa por su amistad,
Alejandro dio permiso a los samaritanos para que construyeran un templo sobre el monte Gerizim, donde
adoraban a Yahvé y a sus dioses tribales y ofrecían sacrificios, todo esto muy en manera de los servicios del
templo de Jerusalén. Continuaron practicando este culto hasta el tiempo de los macabeos, cuando Juan Hircano
destruyó su templo en el monte Gerizim. El apóstol Felipe, en su obra entre los samaritanos después de la muerte
de Jesús, celebró muchas reuniones en el sitio de este viejo templo samaritano.
1612§3
143:4.3
Los antagonismos entre los judíos y los samaritanos eran históricos, estaban sancionados por el tiempo; la
separación entre los dos grupos había ido en aumento desde la época de Alejandro. Los doce apóstoles no eran
contrarios a predicar en las ciudades griegas y en otras ciudades gentiles de la Decápolis y en Siria, pero fue para
ellos una prueba difícil de su lealtad al Maestro cuando éste dijo, «vamos a Samaria». Sin embargo, durante más
del año de convivencia con Jesús, habían desarrollado una lealtad personal que aun transcendía la fe de ellos en
sus enseñanzas y los prejuicios contra los samaritanos.
1612§5
143:5.2
El agua del pozo de Jacob contenía menos minerales que el de los pozos de Sicar y por eso era muy apreciada
como agua potable. Jesús tenía sed, pero no tenía ningún artefacto para sacar agua del pozo. Por eso, cuando
llegó una mujer de Sicar con su cántaro para sacar agua del pozo, Jesús le dijo:
«Dame de beber».
Esta mujer de
Samaria sabía que Jesús era judío por su apariencia y vestimenta y supuso que era un judío de Galilea por su
acento. El nombre de la mujer era Nalda, y era ella una bella criatura. Mucho se sorprendió de que un hombre
judío le hablara así junto al pozo y le pidiera de beber, porque no se consideraba apropiado en aquellos días que
un hombre respetable hablara con una mujer en público y mucho menos que un judío conversara con una
samaritana. Por eso Nalda le preguntó a Jesús: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una
mujer samaritana?» Jesús contestó:
«En verdad te he pedido de beber, pero si tú pudieras comprender, me
pedirías a mí que te diera de beber el agua viva».
Entonces dijo Nalda: «Pero Señor, no tienes con qué sacarla, el
pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es qué tu eres más que nuestro padre Jacob que nos dio
el pozo y del cual bebió y bebieron sus hijos y sus ganados?»
1613§1
143:5.3
Jesús respondió:
«Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua del espíritu vivo
no volverá a tener sed nunca más. Y esta agua viva se convertirá en él en un manantial refrescante que brotará
para la vida eterna».
Nalda dijo entonces: «Dame de esa agua para que no tenga más sed y no tenga que venir
aquí a sacarla. Además, todo lo que una mujer samaritana pueda recibir de un judío tan digno será un placer».
1613§2
143:5.4
Nalda no sabía cómo interpretar el hecho de que Jesús le había dirigido la palabra. Contemplaba en el rostro del
Maestro la expresión de un hombre justo y santo, pero interpretó su cordialidad como familiaridad, y su metáfora,
como un avance con intenciones lascivas. Siendo ella una mujer de poca moral, estaba dispuesta a flirtear
abiertamente, pero Jesús, mirándola fijamente a los ojos, díjole con voz autoritaria:
«Vete mujer, llama a tu marido y vuelve acá».
Esta orden devolvió a Nalda sus cabales. Vio que había juzgado erróneamente la gentileza del
Maestro, percibió que había interpretado mal sus palabras. Se asustó. Se dio cuenta que estaba en la presencia de
un ser especial, y buscando en su mente una respuesta apropiada, en gran confusión dijo: «Pero Señor, no puedo
llamar a mi marido, porque no tengo marido». Entonces dijo Jesús:
«Has hablado la verdad porque, aunque una
vez tuviste marido, el con que ahora vives no es marido tuyo. Mejor sería que dejaras de jugar con mis palabras y
buscaras el agua viva que te he ofrecido en este día».
1613§3
143:5.5
Ahora Nalda se puso seria, y se despertó su buen sentido moral. No era una mujer ligera sólo por elección. Había
sido repudiada dura e injustamente por su marido y encontrándose en una situación desesperada, había
consentido en cohabitar con cierto griego como su esposa, pero sin casarse. En ese instante pues, Nalda mucho
se avergonzó de haber hablado a Jesús con tanta ligereza, y se dirigió al Maestro con tono penitente, diciendo:
«Señor mío, me arrepiento de la forma en que te hablé, porque percibo que eres un hombre santo o tal vez un
profeta». Y estaba a punto de solicitar una ayuda directa y personal del Maestro, cuando hizo lo que tantos han
hecho antes y después de ella: evitar la cuestión de la salvación personal, embarcándose en cambio en una
discusión de teología y filosofía. Cambió el tema de conversación, de sus propias necesidades espirituales a un
debate teológico. Señalando el monte Gerizim, continuó: «Nuestros padres adoraron en este monte, pero tú
decidirás que el lugar donde los hombres deben adorar está en Jerusalén; ¿cuál es pues el lugar apropiado para
adorar a Dios?»
1613§4
143:5.6
Jesús percibió que el alma de esta mujer intentaba evitar un contacto directo e investigadora con su Hacedor, pero
también vio en su alma el deseo de conocer el mejor camino de la vida. Después de todo, había en el corazón de
Nalda una verdadera sed de agua viva; por eso la trató con paciencia, diciéndole:
«Mujer, déjame que te diga que
pronto vendrá el día en el cual no adoraréis al Padre ni en este monte ni en Jerusalén. Pero ahora, vosotros
adoráis lo que no conocéis, una mezcla de religiones de muchos dioses paganos y filosofías gentiles. Los judíos
por lo menos conocen a quien adoran. Han eliminado toda confusión concentrando su adoración en un solo Dios,
Yahvé. Pero debes creerme cuando te digo que la hora está por venir —ya está aquí— en que todos los que
adoren sinceramente, adorarán al Padre en el espíritu y en la verdad, porque estos son los creyentes que el Padre
busca. Dios es espíritu, y los que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad. Tu salvación nace, no de
conocer cómo deberían adorar otros, o dónde, sino de recibir en tu corazón esa agua viva que aun en este
momento te ofrezco».
1614§1
143:5.7
Pero Nalda persistía en evitar la difícil cuestión personal de su vida sobre la tierra y del estado de su alma ante
Dios. Una vez más, recurrió a preguntas de religión en general, diciendo: «Sí, yo sé, Señor, que Juan ha predicado
sobre el advenimiento del Convertidor, de el que será llamado el Libertador, de el que, cuando venga, nos
declarará todas las cosas...» y Jesús, interrumpiéndola, dijo con sorprendente seguridad:
«Yo que te estoy hablando, soy él».
1614§2
143:5.8
Fue ésta la primera declaración directa, positiva y clara de su naturaleza divina y filiación que hiciera Jesús sobre
la tierra; y esta declaración fue hecha a una mujer, a una mujer samaritana, a una mujer de reputación dudosa
ante los ojos de los hombres hasta este momento, pero una mujer en quien los ojos divinos vieron a una persona
contra cuya integridad habían otros pecado más de lo que ella hubiera pecado por su propio deseo, un alma
humana que ahora deseaba la salvación, la deseaba sinceramente y de todo corazón, y eso bastó.
1614§3
143:5.9
Cuando Nalda estaba a punto de pronunciar su deseo real y personal de cosas mejores y de un camino más noble
del vivir, en el momento en que estaba lista para hablar del verdadero deseo de su corazón, volvieron de Sicar los
doce apóstoles, y al contemplar el espectáculo de Jesús que estaba hablando tan íntimamente con esta mujer
—esta mujer samaritana, y a solas— se quedaron más que sorprendidos. Rápidamente depositaron sus
abastecimientos y se retiraron a un lado, atreviéndose nadie a reprocharle, mientras Jesús decía a Nalda:
«Mujer,
vete por tu camino; Dios te ha perdonado. De ahora en adelante, vivirás una nueva vida. Has recibido el agua viva,
y un nuevo regocijo surgirá dentro de tu alma y serás tú hija del Altísimo». Y la mujer, percibiendo la
desaprobación de los apóstoles, dejó su cántaro y huyó a la ciudad.
1614§4
143:5.10
Al llegar a la ciudad, proclamó a todos los que encontraba: «Id al pozo de Jacob, id inmediatamente para que veáis
a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Convertidor?» Antes de que se pusiera el sol, se
había reunido una gran multitud junto al pozo de Jacob para escuchar a Jesús, y el Maestro les habló sobre el
agua viva, el don del espíritu residente.
1614§5
143:5.11
Los apóstoles no dejaban de asombrarse de la buena voluntad de Jesús de hablar con mujeres, mujeres de
reputación dudosa, aun mujeres inmorales. Era muy difícil para Jesús enseñar a sus apóstoles que las mujeres,
aun las así llamadas mujeres inmorales, tienen un alma capaz de elegir a Dios como su Padre, y así convertirse en
hijas de Dios y candidatas para la vida eterna. Aun después de diecinueve siglos, muchos tienen la misma falta de
deseo a comprender las enseñanzas del Maestro. Hasta la religión cristiana se ha construido persistentemente
sobre el hecho de la muerte de Cristo en lugar de la verdad de su vida. El mundo debería ocuparse más de su vida
feliz y reveladora de Dios que de su trágica y triste muerte.
1614§6
143:5.12
Al día siguiente, Nalda relató toda la historia al apóstol Juan, pero él nunca la divulgó completamente a los demás
apóstoles, y Jesús no les habló en detalle a los doce.
1615 -§1
143:5.13
Nalda le dijo a Juan que Jesús le había dicho «todo lo que he hecho». Juan muchas veces quiso consultar a Jesús
sobre este encuentro con Nalda, pero nunca lo hizo. Jesús le dijo a Nalda una sola cosa sobre la vida de ella, pero
al mirarla fijamente y su forma de hablarle le trajeron a la mente tal visión panorámica de su vida, que desde ese
momento asoció esta autorrevelación con la mirada y la palabra del Maestro. Jesús no le dijo que ella había tenido
cinco maridos. Ella había vivido con cuatro hombres distintos desde que su marido la repudió, y este hecho,
juntamente con la visión de todo su pasado, se le presentó tan vívidamente a la memoria en el momento en que se
dio cuenta de que Jesús era un hombre de Dios, que posteriormente le repitió a Juan que Jesús efectivamente se
lo había dicho todo.
1615§3
143:6.2
Jesús y los apóstoles fueron a Sicar y predicaron dos días antes de establecer su campamento en el monte
Gerizim. Muchos de los habitantes de Sicar creyeron en el evangelio y pidieron ser bautizados, pero los apóstoles
de Jesús aún no bautizaban.
1615§5
143:6.4
El tema de la enseñanza de Jesús en el monte Gerizim fue: que él desea que todos los hombres vean a Dios como
a un Padre-amigo así como él (Jesús) es un hermano-amigo. Una y otra vez les repitió que el amor es la relación
más grande en el mundo en el universo así como la verdad es la declaración más grande del cumplimiento de
estas relaciones divinas.
1616§1
143:6.5
Jesús se declaró tan plenamente ante los samaritanos porque podía hacerlo sin peligro, y porque sabía que no
volvería a visitar el corazón de Samaria para predicar el evangelio del reino.
1616§2
143:6.6
Jesús y los doce acamparon en el monte Gerizim hasta fines de agosto. Durante el día predicaron la buena nueva
del reino —la paternidad de Dios— a los samaritanos de las ciudades y pasaron las noches en el campamento. El
trabajo que Jesús y los doce llevaron a cabo en estas ciudades samaritanas rindió muchas almas para el reino e
hizo mucho para preparar el terreno para la obra maravillosa de Felipe en estas regiones, después de la muerte y
resurrección de Jesús, posteriormente a la dispersión de los apóstoles hasta los confines del mundo debido a la
amarga persecución de los creyentes en Jerusalén.