Indice del sitio
Indice de los estudios


Los Estudios de la Sr. Yolanda Silva

DESPIDIENDO AL AÑO VIEJO... Y...
ESPERANDO EL NUEVO AÑO.


Al terminar un Año, es bueno hacer un recuento de lo que nos ha tocado vivir, porque al hacerlo podemos dar gracias al Padre por lo mucho que hemos recibido, a veces nos acordamos más de Dios para pedir sus favores que para agradecer los muchos dones que a diario Él  nos da.

También es conveniente tomar conciencia de aquellas cosas aparentemente malas, porque aun cuando puedan habernos hecho sufrir, ellas no fueron un castigo ni una injusticia, sino una oportunidad para que nuestro espíritu creciera y se fortaleciera porque “ los mortales tan sólo aprendemos la sabiduría a través de la experiencia de las tribulaciones”1663.  “El mal no siempre es negativo.  Hay un negativo potencial que conduce al camino positivo de luz y vida”1429.

Cuando las pruebas y el sufrimiento dejan de verse como un castigo, toman otra dimensión y otras son sus consecuencias porque nos damos cuenta que son una oportunidad que el Padre nos está dando para crecer en amor y sabiduría. Los sufrimientos son el crisol donde nuestra alma se purifica y se templa, son el barómetro con el cual podemos medir nuestro avance espiritual.  Cuando sufrimos, es el momento de unirnos a la agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní y decir como El: Señor aparta de mi este cáliz, pero que se haga tu voluntad y no la mía.

No debemos asustarnos ante el mal pues el mal y el bien marchan unidos, uno al lado del otro hasta el fin de la vida, al igual que lo hace el trigo y la cizaña.  Aun en medio del caos siempre habrá un bien que podemos rescatar si estamos en un estado de conciencia superior que nos permita ir más allá de las apariencias, para que seamos capaces de extraer lo positivo de una situación aparentemente mala.  Cuenta la leyenda que al fondo del cofre de Pandora, después que salieron todos los males, quedó brillando la Esperanza.

“No podemos experimentar la verdad espiritual hasta que no la experimentamos con los sentimientos y muchas verdades no son realmente sentidas sino es a través de las adversidades”. 556

“El amor de Dios es por naturaleza un afecto paternal, por consiguiente, a veces nos disciplina por nuestro propio bien para que podamos ser partícipes de su santidad. Pero no debemos olvidar que incluso durante nuestras pruebas más duras y en todas nuestras aflicciones Él se aflige con nosotros”. 39

“Nuestro Padre sabe lo que necesitamos aun antes que se lo pidamos”49,  claro que la gran mayoría de las veces nuestras peticiones no concuerdan con lo que El nos da:  “Pedí fuerzas... y Dios me dio dificultades para hacerme más fuerte.  Pedí sabiduría...y Dios me dio problemas para resolver.  Pedí prosperidad...y Dios me dio un cerebro y músculos para trabajar.  Pedí coraje... y Dios me dio obstáculos que superar.  Pedí amor... y Dios me dio personas para ayudar.  Pedí favores... y Dios me dio oportunidades.  No recibí nada de lo que pedí...pero recibí todo lo que precisaba”. (Internet).

Sea este un mensaje para esperar el Nuevo Año con mucha fe y optimismo porque estos 365 días que la vida nos está regalando no serán en sí, ni buenos ni malos.  Ellos serán y nos traerán lo que cada uno quiera, pues somos dueños de nuestro propio destino.  De nuestro esfuerzo, de nuestro amor y de nuestra fe dependerá lo que hagamos con este Año que comienza. “Pero no olvidemos que El nos dará lo más adecuado, de la manera que realmente  que necesitamos”.  Anónimo

La felicidad es una responsabilidad individual, debemos trabajar en ella , no como algo ocasional, sino como un estado de conciencia que nace de la alegría interna y de la percepción espiritual de los acontecimientos.  Si estamos unidos y centrados con nuestro Ajustador de Pensamiento podremos ser felices en cualquier circunstancia, incluso en medio del dolor, porque estaremos unidos a Dios y aceptando su voluntad.  El Padre se hace real , cuando le permitimos participar directamente en nuestra vida cotidiana , entonces Él se transforma en una fuerza activa de interacción constante, sólida e íntima.  Dios quiere guiarnos y ayudarnos, pero somos nosotros los que tenemos que abrirle la puerta de nuestro corazón y dejarlo hacer lo que sea mejor para nuestra evolución.

.

Ojalá que nuestro lema para este Nuevo Año fuese: “Con Dios todo es posible, el Creador eterno es la causa de las causas”34.  Mientras nuestro amor a El se vea reflejado en el servicio a nuestros hermanos, todo, absolutamente todo, será para nuestro bien espiritual y el día 31 al abrazarnos fraternalmente podremos decir con verdad:

¡¡¡Feliz  Año Nuevo ¡¡¡