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Los Estudios de la Sr. Yolanda Silva

DIVINO ALFARERO.


Divino Alfarero, quiero ser arcilla dúctil y suave en tus manos, para juntos realicemos la obra maestra para la cual fuimos creados : Ser perfectos como nuestro Padre en los cielos es perfecto.

Para mí, simple mortal de mente finita, me sería imposible ni siquiera vislumbrar esta meta, pero, no soy sólo un alma de origen animal, porque en lo profundo de mi ser, desde el día de Pentecostés, tú resides en mi alma y eres el don divino que viene directo del Padre.

Me maravilla pensar, que entre tú y yo, no existen intermediarios ni otras autoridades que funcionen entre los Ajustadores Divinos y los sujetos humanos ¡ Dios y el hombre están relacionados directamente ! .

Se ha otorgado al cuidado del hombre, no sólo la presencia Ajustadora del Padre paradisíaco, sino también el control sobre el destino  de una fracción infinita del futuro del Supremo. Porque así como el hombre alcanza su destino humano, del mismo modo alcanza el Supremo el destino en niveles de deidad”

Tú eres, el amor del Padre actualizado, encarnado en el alma de los hombres para convertirte en socio experiencial y así unidos y algún día fusionados, cumplir la voluntad divina más allá de los mundos de estancia.

“Tú, creas en mí, ese deseo insaciable y el anhelo incesante de ser como Dios y alcanzar algún día el Paraíso, Tú eres mi brújula cósmica, que apunta constantemente mi alma hacia Dios. Eres mi director amante y el maestro que me guía a través de los laberintos oscuros e inciertos de mi vida terrenal, porque te regocija contribuir a mi salud, felicidad y prosperidad auténtica, porque Tú te interesas en mis acciones cotidianas porque sabes muy bien que de ellas depende mi futuro eterno.”

 “Permaneces en mí, en todo desastre y a través de toda enfermedad que no destruya totalmente mi mentalidad.  Eres persistente e ingenioso para mostrarme el camino ascendente hacia al Padre, pero en tu perfección, jamás actúas violentando mi yo volitivo ni mi libre albedrío.”

Mi divino Ajustador, tú eres mi posibilidad para lograr la eternidad  y la supervivencia más allá de mi envoltura mortal, pero yo, a pesar de mi origen animal y de mi pequeñez, también tengo un papel cósmico muy importante, pues a través de mí, tú alcanzas tu personalidad.

Cuando soy capaz de escuchar tu voz y actúo sabiamente, estoy contribuyendo a tu realización como parte de la deidad, te estoy liberando de las cadenas de la soledad y de las limitaciones del tiempo y el espacio. ¡ Qué responsabilidad y qué privilegio para un alma finita, poder contribuir al ordenamiento  cósmico ascendente ! .

“Cuando elijo responder a tu guía divina y baso sinceramente mi vida en la conciencia más alta de la verdad, la belleza y la bondad y luego coordino estas cualidades divinas a través de la sabiduría, la adoración , la fe y el amor, entonces ambos, estamos en perfecta armonía con nuestro Creador”.

Contigo mi divino Ajustador, mi tarea de ser perfecta, como mi Padre es perfecto, se hace posible, porque permanentemente tú me ofreces tu ayuda incondicional, lo cual   “no quiere decir que hagas más fácil mi carrera mortal, pues tú sabes bien que cada decisión volitiva de mi parte, me hace crecer y me confiere la paz sublime de mi mente y la tranquilidad infalible de mi espíritu”.

“Tú sabes que en los momentos de prueba, es cuando se revela el alma del hombre, la prueba revela lo que verdaderamente alberga el corazón,  por eso tú estás atento cuando el rigor de los problemas aflige mi alma, porque de ella, puedo salir fortalecida o derrotada, porque el fracaso es simplemente un episodio educacional, un experimento cultural en la adquisición de la sabiduría, en la experiencia del hombre que busca a Dios”.

Porque el éxito puede generar valor y promover confianza, pero la sabiduría sólo proviene de las experiencias del ajuste al resultado de los propios fracasos.  Los hombres que prefieren las ilusiones optimistas a la realidad, jamás podrán ser sabios.  Sólo los que enfrentan los hechos y los adaptan a los ideales pueden llegar a la sabiduría”.

Para alcanzar estos ideales, Tú sólo me pides que me deje guiar con la confianza que un niño tiene en su padre, porque se sabe amado y que destierre de mi mente y de mi alma todo sentimiento de miedo, porque no es el temor a una religión muerta lo que me salvará, sino mi fe en una experiencia viviente de las realidades del reino.  No debo dejarme enceguecer por el prejuicio ni paralizarme por el miedo”.

No preciso comprenderlo todo, aun cuando no pueda buscar a Dios por medio del conocimiento, puedo encontrarlo por medio de la experiencia personal, que Tú mi Ajustador me permites vislumbrar, cada vez que entrego mi voluntad a la voluntad del Padre y esto puedo hacerlo diariamente y desde cualquier ocupación, porque aislar parte de la vida y llamarla religión es desintegrar la vida y distorsionar la religión.”

Cuando la voluntad de Dios es una ley que debo cumplir, me convierto en una esclava de esa ley, en cambio cuando creo en este nuevo evangelio de filiación divina, la voluntad de mi Padre, se hace mi voluntad, en forma gozosa y libre, porque hacer la voluntad de Dios es no más ni menos, que una demostración de la criatura, a compartir la vida interior con su Ajustador, que es la chispa divina que nos permitirá llegar a la sobrevivencia.

Yo criatura mortal, vivo en Dios y a su vez Dios ha querido vivir en mi.  Así como los hombres confían en Dios, del mismo modo y en primer término, Él nos ha confiado una porción de sí mismo para que esté con los hombres, ha consentido en vivir en los hombres y residir en los hombres sujeto a la voluntad humana.

¿ Puede haber una muestra mayor del amor de nuestro Padre ? .El hombre no podría amar  altruista y espiritualmente si no viviera en su mente un amante divino.  El hombre no podría comprender verdaderamente la unidad del universo si no viviera en su mente un intérprete.  No podría estimar los valores morales y reconocer los significados espirituales si no viviera en su mente un evaluador” .

Tú mi divino Ajustador eres eso y mucho más porque surges de la fuente misma del amor infinito de Dios, eres mi alfarero y yo quiero ser tu arcilla suave que se entregue a tu modelaje, pero no permitas que me vuelva “místico pasivo, ni asceta insulso, porque no veo como puedo regocijarme en la paternidad de Dio, si rechazo la fraternidad de mis hermanos, porque lo único importante es aprender y luego poner en práctica lo aprendido”,  porque como el Maestro nos dijo, la fe sin obras es muerta.

Todo lo escrito entre comilla (“... ”) y cursiva, corresponde a pasajes del LU