EL ESPÍRITU DE LA
VERDAD.
“La verdad divina es una realidad viva discernida por el espíritu. La verdad existe sólo en los altos niveles espirituales de la comprensión de la divinidad y de la conciencia de la comunión con Dios”1849, pero después del día de Pentecostés todos los hombres y mujeres del mundo, sin importar raza ni color, tenemos el don de recibir a este nuevo Maestro como un don personal para cada mortal, sólo necesitamos tener fe y amor para ser capaces de captar y comprender las realidades espirituales.
“La verdad, deja de ser posesión de las religiones y las castas sagradas pues la llegada del Espíritu de la verdad, posibilitó una religión que no es radical ni conservadora, ni antigua ni nueva, no está dominada ni por los viejos ni por los jóvenes. El hecho de la vida terrenal de Jesús provee un punto fijo para el ancla del tiempo, mientras que el otorgamiento del Espíritu de la Verdad provee la expansión eterna y el crecimiento interminable de la religión que Él vivió y el evangelio que Él proclamó. El Espíritu guía a toda la verdad, es el maestro de una religión en expansión y constante crecimiento, de progreso sin fin y desarrollo divino” 2064.
“Este don divino, no es la letra ni la ley de la verdad, tampoco ha de funcionar como una forma de expresión de la verdad. El nuevo maestro es la convicción de la verdad, la conciencia y certeza de los verdaderos significados de los niveles espirituales reales. Este nuevo maestro es el espíritu de la verdad viva y creciente que se expande, se despliega y se adapta” 1949.
El Espíritu de la Verdad es una muestra más del amor del Padre, quien vino a perpetuar la obra de Jesús, fue su promesa antes de partir de este mundo, cuando dijo a sus apóstoles: Mis pequeños, yo me voy, vuelvo al Padre. Dentro de muy poco tiempo ya no me veréis como me veis aquí, como carne y hueso. Dentro de muy poco tiempo, os enviaré mi espíritu, tal como yo, excepto por este cuerpo material. Este nuevo maestro es el Espíritu de la Verdad que vivirá con cada uno de vosotros, en vuestro corazón y así todos los hijos de la luz serán uno y serán atraídos unos a los otros. De esta misma manera mi Padre y yo podremos vivir en el alma de cada uno de vosotros y también en el corazón de todos los demás hombres que nos aman y realizan ese amor en sus experiencias amándose los unos a los otros, como yo ahora os amo a vosotros” 1949.
“Aun cuando la Divinidad puede ser plural en su manifestación, en la experiencia humana la Deidad es singular, siempre única. Aquellos que han recibido y reconocido la presencia de Dios, han nacido del Espíritu. Sois templos de Dios y el espíritu de Dios mora en vosotros. No es suficiente que se haya derramado este espíritu sobre vosotros, el Espíritu divino debe dominar y controlar cada fase de la experiencia humana” 381.
Sin embargo, para que el Espíritu pueda tener influencia en nuestras experiencias, necesita que libremente le entreguemos nuestra voluntad porque “El Espíritu nunca obliga, sólo guía” 381.
“Puedes conocer la verdad, puedes vivir la verdad, puedes experimentar el crecimiento de la verdad en el alma y disfrutar la libertad de su esclarecimiento de la mente, pero no puedes aprisionar la verdad en fórmulas, códigos, credos o esquemas intelectuales de conducta humana. Cuando intentas una formulación humana de la verdad divina, esta muere rápidamente. La verdad estática es verdad muerta y sólo la verdad muerta puede ser contenida en una teoría. La verdad viva es dinámica y tan sólo puede tener una existencia experiencial en la mente humana” 1949.
El Espíritu de la Verdad vino para “cambiar vuestros sentimientos de seguridad autoritaria, por la seguridad del espíritu de fe progresiva y venturosa. Mi Padre no hace acepción de razas ni de generaciones, no vierte la palabra de la verdad sobre una era y se niega a concederla a otra. No cometáis la locura de llamar divino lo que es completamente humano y no dejéis de discernir las palabras de la verdad que no vienen a través de oráculos tradicionales de la supuesta inspiración” 1731.
“Jesús tenía una habilidad infalible para reconocer la verdad y nunca vacilaba en abrazar la verdad, no importa de cual fuente pareciera emanar”1390. ¡ Cuántas guerras “santas” y cuantas atrocidades nos evitaríamos, si fuésemos capaces de tener esta amplitud de criterio que nos permitiera, no sólo escuchar a nuestros hermanos, sino reconocer la verdad que también hay en ellos. Y esto lo debemos aplicar no sólo a la defensa de la religión, sino en todo orden de cosas. En general estamos acostumbrados a oír, no a escuchar a nuestro interlocutor, mientras él habla, estamos pensando lo que le vamos a contestar, en vez de tratar de comprender lo que nos pretende expresar y de esto, nace la tremenda incomunicación e incomprensión que existe hoy en día en el género humano.
Cada uno se parapeta en sus creencias, en sus costumbres, porque tiene miedo que la opinión ajena le muestre algo diferente a su programa cultural, social o religioso. El ser humano se refugia en lo conocido porque prefiere el calorcito del huevo de su existencia, teme a todo cambio que le obligue a cambiar los paradigmas establecidos.
Sin embargo, el camino evolutivo es lo contrario porque “la variedad descansa, la monotonía es la que cansa y agota”555. Por lo mismo Jesús nos dice: “Os he llamado para que renazcáis, para que nazcáis del espíritu. Os he llamado de las tinieblas de la autoridad y de la letargia de la tradición, a la luz trascendental de la comprensión, de hacer por vosotros mismos y de vosotros mismos y de todo esto como un hecho de vuestra experiencia personal”1731 y continuaba: “durante todas estas generaciones habéis tenido una religión nacional o racial, yo he venido ahora, para daros una religión personal” 1629.
“La vida religiosa es una vida dedicada y la vida dedicada es una vida creadora, original y espontánea. De los conflictos que inician la selección de hábitos de reacción nuevos y mejores, en lugar de esquemas más viejos e inferiores de reacción, surgen nuevas visiones religiosas”. “Las perplejidades religiosas son inevitables, no puede haber crecimiento ninguno sin conflicto psíquico y agitación espiritual. Pero el crecimiento no es mero progreso. El progreso es siempre significativo, pero es relativamente sin valor en ausencia del crecimiento” 1097.
“El mundo está lleno de almas perdidas, no perdidas en el sentido teológico, sino perdidas en el significado direccional, almas que vagan confusas entre los istmos y cultos de una era filosófica frustrada. Demasiado pocos han aprendido como reemplazar la autoridad religiosa por la filosofía de vida. El progreso del crecimiento religioso conduce desde el estancamiento a través del conflicto, a la coordinación; desde la inseguridad, a la fe firme; desde la confusión de la conciencia cósmica, a la unificación de la personalidad; desde el objetivo temporal, al eterno; desde la esclavitud del temor, a la libertad de la filiación divina” 1099.
“Vuestra religión cambiará de la pura creencia intelectual en la autoridad tradicional, a la experiencia real, de esa fe viviente que es capaz de alcanzar la realidad con Dios y todo lo que se relaciona con el espíritu divino del Padre. La religión de la mente os vincula sin esperanzas al pasado, la religión del espíritu consiste en la revelación progresiva y os llama constantemente a alcances más altos y santos en ideales espirituales y en realidades eternas” 1731.
“La filosofía de la flexibilidad viva y de la adaptabilidad cósmica de la verdad divina a las necesidades individuales y a la capacidad de cada uno de los hijos de Dios, debe ser percibida antes de que puedas esperar comprender adecuadamente las enseñanzas del Maestro, en la práctica de la no resistencia al mal. Las enseñanzas del Maestro son básicamente una declaración espiritual. Aun las implicaciones materiales de su filosofía, no pueden considerarse en forma útil separadamente de sus correlaciones espirituales. El espíritu de la admonición del Maestro, consiste en la no resistencia a todas las reacciones egoístas del universo, combinada con el alcance agresivo y progresivo de los niveles rectos de los valores espirituales, la perfección divina, virtud infinita y la verdad eterna, que nos permiten conocer a Dios y volverse cada vez más como Él” 1950.
“No podemos ver a Dios por medio del conocimiento, pero podemos conocerlo en nuestro corazón por medio de la experiencia personal. Aun cuando no podemos ver a Dios, podemos conocerlo, viviendo diariamente la voluntad del Padre celestial y revelarlo a nuestros semejantes”1453, porque cuando el hombre rinde los frutos del espíritu en su vida, simplemente exhibe los rasgos que el Maestro manifestó en su vida terrenal. Cuando Jesús estuvo en la tierra vivió su vida como una personalidad, como Jesús de Nazaret. Como espíritu residente del nuevo maestro, El Maestro, desde Pentecostés ha podido vivir su vida nuevamente en la experiencia de cada creyente guiado por la verdad” 2062.
“La religión de Jesús no busca escapar de esta vida para disfrutar de la felicidad que aguarda en otra existencia. La religión de Jesús proporciona la felicidad y la paz de otra existencia espiritual, para elevar y ennoblecer la vida que los hombres viven ahora en la carne”2063. Aislar parte de la vida y llamarla religión es desintegrar la vida y distorsionar la religión” 1124.
Cuando los que nos llamamos cristianos, no hablemos de las enseñanzas de Jesús, sino que seamos capaces de vivirlas en lo cotidiano de nuestras vidas, el Espíritu de la Verdad podrá manifestarse porque “el secreto de una civilización mejor está encerrado en las enseñanzas del Maestro, sobre la buena voluntad del amor y la confianza mutua”.