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Los Estudios de la Sr. Yolanda Silva

EL  TEMOR  Y  EL  MIEDO.


El temor y el miedo, son  las fuerzas más paralizantes que puede sufrir el ser humano, son  sentimientos que nublan la razón y nos impiden ser objetivos.  “Cada vez que el hombre cede a la ansiedad, se aleja un paso del espíritu guiador de su corazón”1451.  Jesús vino a traernos la paz y la serenidad a nuestras almas, pero si nos olvidamos que Él es nuestra fuerza, es muy fácil que ante cualquier situación imprevista, nos dejemos paralizar por el temor y el miedo a lo desconocido, a no ser amados, a no ser valorados, a perder lo que con esfuerzo hemos ganado, muchos son los que sienten miedo a la muerte, a viajar en avión, a las arañas, etc.  El miedo puede transformarse en patología, son las fobias que van mas allá de todo lo razonable.

Por eso Jesús nos aconsejaba “no os dejéis enceguecer por el prejuicio, ni paralizar por el miedo”1745.  En verdad el miedo nace de un prejuicio, de una creencia en algo que está la gran mayoría de las veces sólo en nuestra imaginación, nos adelantamos a los hechos y nos angustiamos por un resultado imprevisto, si tuviésemos más fe en Dios y en nosotros mismos, sufriríamos mucho menos. El Maestro nos dice: “no estés constantemente con ansiedad excesiva en cuanto a tus necesidades diarias. No os atribuléis por los problemas terrestres, en todas las cosas, orando y suplicando con un espíritu sincero de gratitud, despliega tus necesidades ante los ojos de tu Padre que está en los cielos” 1640.

Pero esa oración de la cual nos habla Jesús, no puede ser una oración solamente oral, nada sacamos con balbucear letanías aprendidas, es preciso que nuestra oración sea consciente, que sea una verdadera y real conversación con ese Dios que mora en nuestra alma, es hablar con el amigo, contarle con toda confianza nuestras cuitas y problemas y tener fe que Él nos escuchará dándonos muchas veces, no lo que le estamos pidiendo sino lo que en verdad necesitamos.

  Nuestra fe debe estar llena de entrega a que se haga su voluntad, porque sin duda, ella será lo mejor, nosotros sólo vemos el presente y somos incapaces de evaluar las consecuencias futuras, en cambio Dios sabe lo que realmente nos conviene, que bueno sería que cada vez que nos sentimos presionados,  que sentimos miedo, pudiésemos decir:  “Si Dios está conmigo, he determinado que no albergo dudas en mi corazón”1453, por tanto estoy pronto a entregarle “mi voluntad para que se haga su voluntad” 1303.

Pero esta fe, esta confianza en nuestro Padre, requiere de una fe viva, porque “no puede haber paz en el corazón, ni progreso en la mente, a menos que os enamoréis de todo corazón de la verdad, de los ideales de las realidades eternas”, “porque no es el temor de una religión muerta la que os salvará, sino más bien vuestra fe en una experiencia viviente de las realidades espirituales del reino”.  “Deberíais comenzar a liberaros de la esclavitud del temor y de la duda al entrar a vivir una nueva vida de fe y esperanza”1745, porque “la esperanza de una nación, de un mundo mejor, está vinculada con el progreso y el esclarecimiento del individuo, porque la religión debe ser realidad en la experiencia personal” 1630.

El temor y el miedo van desapareciendo cuando nos damos cuenta que como seres humanos,  tanto nosotros, como nuestros problemas del vivir son reales, y que no podemos escapar de ellos mientras estemos vivos, pero a la vez recordar que en nosotros mora el YO superior, el Ajustador, la esencia de Dios y que él nos dice: “pon tu mente a trabajar para resolver tus problemas, enseña a tu intelecto a que trabaje para ti, no te dejes dominar por el temor, como si fueras un animal que no piensa. Tu mente debe ser tu aliado valiente para la solución de los problemas de tu vida, en vez de ser tú, como lo has sido, un esclavo atemorizado, siervo de la depresión y la derrota” 1438.

“El esfuerzo hacia la madurez necesita trabajo y el trabajo requiere de energía. ¿ De dónde vendrá el poder para realizar todo esto ?.  Las cosas físicas, se pueden ver como algo evidente, pero el Maestro ha dicho no sólo de pan vive el hombre.  Una vez que poseemos un cuerpo normal y una actitud razonablemente buena, debemos buscar esas atracciones que actúen como estímulos para despertar las durmientes fuerzas espirituales del hombre.  Jesús nos ha enseñado que Dios vive en el hombre ¿ cómo podemos pues inducir al hombre a liberar esos poderes de divinidad e infinidad que hay en el interior de su alma ?, ¿ Cómo inducir a los hombres a liberar a Dios, para que Él pueda salir adelante y refrescar nuestra alma al pasar hacia fuera y luego esclarecer, elevar y bendecir a innumerables otras almas ?,  ¿Cómo puedo yo, de la mejor manera, despertar estos poderes latentes del bien que yacen durmiendo en mi alma ?”. LU

Preguntas vitales si queremos realmente avanzar en el camino evolutivo.  Como la evolución es un camino absolutamente personal, cada cual debe tener sus propias respuestas, porque un método que a mí me ayude a despertar, pueda que no le sirva a otros, sin embargo hay ciertas normas generales que nos ayudan a todos.  Lo primero creo que es, detener la máquina del tiempo que nos lleva siempre atareados y en busca del éxito y el consumismo y darnos un tiempo físico para pensar en lo trascendente, para tomar contacto con ese Dios que mora en nosotros y junto a El descubrir nuestras verdaderas prioridades, tanto materiales como espirituales.

El ser humano es una máquina programada, por lo tanto debemos parar los engranajes mecánicos, que nos mantienen dormidos y darnos el tiempo y la oportunidad para despertar de nuestras pautas habituales de conducta, nada ayuda más a la inconsciencia que los hábitos, la rutina, el miedo a hacer algo diferente, lo rutinario no requiere esfuerzo alguno, por eso si queremos realmente evolucionar debemos estar siempre alertas a lo imprevisto, porque es de allí donde nace el crecimiento, “la variedad descansa, la monotonía es la que cansa y agota”  555.

“ El hombre mortal es una máquina, un mecanismo vivo, sus raíces están verdaderamente en el mundo físico de la energía.  Muchas reacciones humanas son de naturaleza mecánica, mucho de sus vidas es semejante a una máquina.  Pero a la vez, el hombre es mucho más que una máquina, está dotado de mente y en él reside el espíritu y aun cuando a través de toda su vida material no pueda jamás escapar a la mecánica química y eléctrica de su existencia, puede aprender cada vez más como subordinar su máquina física a la sabiduría directiva de la experiencia por el proceso de consagrar la mente humana a la ejecución de los impulsos espirituales del, Ajustador del Pensamiento residente”1301.  El Ajustador del Pensamiento es una parte del espíritu del Padre Universal que reside en nuestra mente, aun cuando no es parte de ella.

Nada espiritual se consigue si no es a través de la materia ya que por naturaleza estamos inmersos en ella, por eso el proceso evolutivo necesariamente tiene que pasar por hacer cosas materiales y físicas.  Si somos remolones para levantarnos y eso nos hace andar corriendo toda la mañana, llegar estresados al trabajo, no sacamos nada con orar “pidiendo dejar de ser remolones”, cuando lo que tenemos que hacer es aprender a usar nuestra fuerza de voluntad para levantarnos enseguida que suene el despertador y para tener fuerza de voluntad para esto, quizás sea preciso hacer otros pequeños actos en donde vayamos entrenando nuestra fuerza de voluntad, hacer conscientemente algo que nos cuesta hacer, privarnos voluntariamente de algo....cada uno sabe donde le aprieta el zapato, lo importante es darnos cuenta que la evolución, que el camino al Paraíso se debe recorrer ahora y utilizando cada uno sus propios recursos.  Sólo en la medida que “mantengamos un equilibrio entre los controles exteriores en disminución, los controles interiores irán en aumento” 1302.

El miedo, el temor, nacen de la incapacidad de controlar algo, de la inseguridad en nosotros mismos, y a su vez esta inseguridad nace de nuestra falta de voluntad para controlar nuestro entorno y nuestras emociones. Nos falta  ver y sentir a Dios por la fe, lo cual significa adquirir el verdadero discernimiento espiritual, el cual nos permitiría ver la realidad con otros ojos.  “El discernimiento espiritual aumenta la guía del Ajustador y estos dos, terminan por aumentar la conciencia de Dios.  Cuando conoces al Padre, estás seguro de la filiación divina y puedes amar cada vez más a cada uno de tus hermanos en la carne, no sólo como hermano, con amor fraterno, sino también como padre, con afecto paterno” 1574.

Si queremos realmente evolucionar, colaborar con nuestro Ajustador, lo primero que tenemos que hacer es mantenernos armónicos, aun en medio de los problemas, porque “es en los momentos de prueba cuando se revela el alma del hombre, la prueba revela lo que verdaderamente alberga su corazón”1824.  Si logramos aprender a ver a Dios, no como un ser lejano sino como nuestro Padre y amigo, ninguna aflicción, ningún temor ni miedo podrá anidarse en nuestro corazón.  Podemos sentir por un momento estas sensaciones, porque somos humanos y nuestra naturaleza es frágil, pero estas sensaciones serán momentáneas, aves de paso, que volaran muy lejos cuando recordemos nuestra filiación divina y hagamos nuestra la afirmación que con Dios ¡ todo es posible !.