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Los Estudios de la Sr. Yolanda Silva
LA REBELIÓN DE LUCIFER
Lucifer y Satanás deambularon libremente por el sistema de Satania hasta que se completó la misión y el autootorgamiento de Miguel en Urantia.
El autootorgamiento de Miguel terminó la rebelión de Lucifer en todo Satania luego que sus intentos por corromper a Miguel fracasaran. Hubo supervivencia para los mortales y certidumbre para los ángeles, cuando el Maestro, en respuesta a las propuestas de Lucifer, respondió calmadamente y con certidumbre divina: Vete detrás de mí Satanás. Este fue en principio, el fin verdadero de la rebelión de Lucifer.
Es verdad que los tribunales de Uversa aun no han emitido la decisión ejecutiva respecto de la apelación de Gabriel, solicitando la destrucción de los rebeldes, pero un tal decreto, indudablemente será emitido en plenitud del tiempo, puesto que el primer paso en la adjudicación de este caso ya ha sido tomado.
La última acción de Miguel antes de abandonar Urantia, consistió en ofrecer misericordia a Caligastia Y Daligastia, pero despreciaron su tierna oferta. Caligastia, nuestro Príncipe Planetario apóstata, aun está libre en Urantia de perseguir sus nefastos designios, pero NO TIENE ABSOLUTAMENTE NINGÚN PODER PARA ENTRAR EN LA MENTE DE LOS HOMBRES, NI TAMPOCO PUEDE ACERCARSE A SUS ALMAS PARA TENTARLAS O CORROMPERLAS, A MENOS QUE REALMENTE DESEEN SER MALDECIDAS POR SU MALVADA PRESENCIA.
Es importante tener esto presente, pues ningún mortal puede aminorar sus faltas, culpando de ellas a la acción del diablo porque la fe es una armadura eficaz contra el pecado y la iniquidad, pues es verdad que aquel que nace de Dios, se guarda y el maligno no le toca.
En general cuando se supone que los mortales débiles y disolutos están bajo la influencia de los diablos y demonios, es que están solamente dominados por sus propias tendencias inherentes y viles, siendo descarriados por sus propias propensiones naturales. Al diablo se le ha acreditado mucho del mal que no le pertenece.
A partir del día de Pentecostés tanto Caligastia como Daligastia, son serviles ante la majestad divina de los Ajustadores de Pensamiento y el protector de la Verdad, el espíritu de Miguel, que ha sido derramado sobre toda la carne.
Cuando Miguel se volvió el jefe establecido del universo de Nebadón, Lucifer fue detenido por los agentes de las Ancianos de los Días de Uversa y desde entonces ha estado encarcelado, está totalmente inactivo.
Vale la pena recordar que la verdadera locura de Lucifer fue: tratar de hacer lo que no se puede hacer, saltarse el tiempo en un universo experiencial. El crimen de Lucifer fue el intento de privar a todas las personalidades de Satania de los derechos creativos, el acortamiento no reconocido de la participación personal de la criatura, la participación del libre albedrío, en la larga lucha evolucionaria para lograr el estado de luz y vida tanto individual como colectivamente.
El manifiesto de Lucifer, enmascarado en los mantos de la libertad, se presenta a la luz clara de la razón como una amenaza monumental, en consumación del hurto de la libertad personal. Lucifer quiso quitarles a las criaturas y a los ángeles el privilegio divino de participar en la creación de sus propios destinos.
Lucifer perdió todos los dones preciosos que Dios le había dado por dar paso a la impaciencia y someterse al deseo de poseer lo que uno anhela ahora y poseerlo en desafío de toda obligación de respeto de los derechos y libertades de todos los demás seres que componen el universo.
Bien vale la pena meditar en estas causas, porque en el camino espiritual solemos caer en los mismos argumentos, queremos acelerar la evolución, la nuestra y la de los demás e ignoramos el tiempo y el espacio que se necesita para ello.
La intolerancia y el fanatismo tienen mucho que ver con esto, no respetamos el libre albedrío espiritual de nuestros hermanos, recordemos el celo de Ganid que fue aplacado por Jesús cuando le dijo: aquel hombre no tenía ningún interés en ser salvado.
Las almas no se pueden violentar y debemos tener presente que la capacidad de rehusar la supervivencia no data de los tiempos de Lucifer. El hombre mortal ha poseído siempre la dote de elección del libre albedrío, en cuanto a la carrera al Paraíso.
Por lo tanto no culpemos “al diablo “ de lo que nosotros libremente, no somos capaces de hacer pues tenemos las herramientas para sobrevivir, sólo depende de nosotros el que las usemos...