LA  VERDAD.

 

 

Las palabras no pueden describir la Verdad, porque no hay palabra capaz de expresarla o contenerla, porque la verdad es Dios mismo, por eso nuestra mente finita es incapaz no sólo de definirla, sino lo que es peor, de comprenderla en su plenitud.  “La verdad divina es una realidad viva, discernida por el Espíritu.  La verdad existe sólo en los altos niveles espirituales de la comprensión de la divinidad y de la conciencia de la comunión con Dios.  Puedes conocer la verdad, puedes vivir la verdad, puedes experimentar el crecimiento de la verdad en el alma y disfrutar de la libertad de su esclarecimiento en la mente, pero no puedes aprisionar la verdad en fórmulas, códigos, credos o esquemas intelectuales.  Cuando intentas una formulación humana de la verdad divina, ésta muere rápidamente.  La verdad estática es verdad muerta, sólo la verdad muerta puede ser contenida en una teoría.  La verdad viva es dinámica y tan sólo puede tener una existencia experiencial en la mente humana” 1949.

 

Lo más nefasto que podemos hacer, es encasillar la verdad en dogmas o ritos, pues al hacerlo sólo conseguimos empequeñecerla, mientras nosotros nos convertimos fácilmente en fanáticos e intolerantes.  Son incontables los crímenes que se han cometido y que se siguen cometiendo por defender lo que burdamente llamamos verdad.  No cometáis el error de tratar de probar a otros hombres que habéis encontrado a Dios, no podéis producir conscientemente tal prueba válida, aun cuando existen dos demostraciones positivas y poderosas del hecho de que conocéis a Dios, ellas son:

 

1.-Los frutos del espíritu de Dios se muestran en vuestra vida diaria.

2.- El hecho de que todo el plan de vuestra vida, ofrece una prueba positiva de que habéis arriesgado sin reserva, todo lo que sois y tenéis, en la aventura de la supervivencia después de la muerte 1783.

 

 “El verdadero hijo del discernimiento universal, busca el espíritu vivo de la Verdad, en toda palabra sabia.  La persona conocedora de Dios está constantemente elevando la sabiduría a los niveles de la verdad viva de alcance divino, en cambio la persona no espiritualizada, arrastra hacia abajo a la verdad, hasta los niveles muertos de la sabiduría y dominio del mero conocimiento exaltado”1949.  “El hombre sabio universaliza su corazón porque un poco de conocimiento es una cosa peligrosa” 1452.

 

Lo habitual es que las diversas religiones y credos se crean depositarias de la verdad única “Los hebreos tenían una religión de sublimidad moral, los griegos en la belleza, los hindúes en una religión metafísica. Los confucionistas una religión de ética”.   “Todas las religiones enseñan la adoración de la Deidad y alguna doctrina de salvación humana.  Todas estas religiones son valiosas en la medida en que se aproximan a las enseñanzas de Jesús y deberían estar destinadas a convertirse en la realidad de la unificación espiritual de todo lo bueno, bello y verdadero en la experiencia humana” 67.

 

“El científico que investiga, concibe a Dios como Primera Causa, un Dios de fuerza.  El artista emotivo, ve a Dios como un ideal de belleza, un dios de la estética.  El filósofo razonador, a veces tiende a proponer un Dios universal, incluso una deidad panteísta.  El religioso de fe, cree en un Dios que fomenta la supervivencia en el Padre que está en el cielo, el Dios de amor”68.  Todos ellos conciben a Dios, pero cada uno, sólo tiene una parte de la totalidad indescriptible de Dios.  “El fetiche de la verdad fosilizada, la mano de hierro de la así llamada verdad invariable, os retiene ciegamente en el circuito cerrado de los hechos fríos.  Es posible conocer técnicamente un hecho y sin embargo errar eternamente en cuanto a la verdad” 555.

 

“La verdad divina es una realidad viva discernida por el Espíritu.  La verdad existe sólo en los altos niveles espirituales de la comprensión de la divinidad y de la conciencia de la comunión con Dios.  Puedes conocer la verdad, puedes vivir la verdad, puedes experimentar el crecimiento de la verdad en el alma y disfrutar de la libertad de su esclarecimiento en la mente, pero no puedes aprisionar la verdad en fórmulas, códigos, credos o esquemas intelectuales de conducta humana.  Cuando intentas una formulación humana de la verdad divina, ésta muere rápidamente.  La verdad estática es verdad muerta y sólo la verdad muerta puede ser contenida en una teoría.  La verdad viva es dinámica y tan sólo puede tener una existencia experiencial en la mente humana” 1949.

 

La Verdad pues, no se encasilla, no se discute y menos se impone.  Cuando se ha descubierto parte de ella, sólo cabe ¡vivirla.! Porque “muchos de vuestros hermanos aceptan la teoría de Dios con la mente, pero espiritualmente no consiguen comprender la presencia de Dios.  Esta es justamente la razón por la cual tan a menudo os he enseñado que el reino del cielo puede ser comprendido mejor, si se adquiere la actitud espiritual de un niño sincero.  No es la inmadurez mental del niño la que os recomiendo, sino mas bien su simpleza espiritual, que cree con facilidad y confía plenamente.  No es tan importante que conozcáis el hecho de Dios, como que crezcáis cada vez más en la habilidad de sentir la presencia de Dios”1733, porque en esencia la Verdad está en el cumplimiento de la voluntad del Padre y ella está escrita en el libro de la vida cotidiana, está dentro de nosotros. Jesús nos dijo: “El reino de Dios está en tu interior.  No debéis de tratar de promulgar la Verdad, ni establecer la rectitud por el poder de los gobiernos civiles ni por la vigencia de las leyes.  Siempre podéis laborar, para persuadir la mente de los hombres, pero no debéis atreveros  nunca a forzarlos”193, porque “la presencia espiritual de la divinidad, no es caprichosa ni arbitraria, su variante experiencial, es inherente a la dote del libre albedrío de las criaturas personales”150.

 

“Debéis dejar de buscar la palabra de Dios tan sólo en las páginas de los viejos libros de autoridad teológica.  Los que han nacido del espíritu de Dios, de ahora en adelante, discernirán la palabra de Dios, sea donde fuere que ésta parezca originarse.  La verdad no debe ser desechada porque el canal de su transmisión sea aparentemente humano.”1732  “El verdadero hijo del discernimiento universal, busca el Espíritu vivo de la verdad en toda palabra sabia.  La persona conocedora de Dios, está constantemente elevando la sabiduría a los niveles de la verdad viva de alcance divino.  En cambio, el alma espiritualmente no progresiva, arrastra hacia abajo a la verdad viva hasta los niveles muertos de la sabiduría y el dominio del mero conocimiento exaltado” 1949.

 

Cuando la Verdad, deja de verse desde un punto de vista meramente intelectual, sensibilero o tradicional, se convierte en algo existencial, en algo vivo que hace que nuestra vida común, cambie porque su revelación permite que despertemos a la realidad y vivamos con plenitud el momento presente, el único que en verdad nos pertenece.  “Así pues, debemos reconocer claramente que ni la regla de oro, ni las enseñanzas de no resistencia, pueden ser comprendidas adecuadamente como dogmas o preceptos.  Tan sólo pueden ser comprendidas viviéndolas, percatándose de sus significados, en la interpretación viva del Espíritu de la verdad, que dirige el contacto amante de un ser humano con otro” 1951.

 

La búsqueda de la Verdad, requiere también de una gran humildad, porque muchas veces el conocimiento se convierte por orgullo, en luz enceguecedora y en vez de acercarnos, nos aparta de Dios, como le ocurrió a Lucifer de quien se dice: “tu corazón se enalteció por tu hermosura, pero tu esplendor corrompió tu sabiduría” 601.

 

“La valentía que se requiere para efectuar la conquista de la naturaleza y el trascenderse a sí mismo es una valentía que puede sucumbir ante la tentación del orgullo.  En los niveles materiales el hombre se encuentra bajo la naturaleza, en cambio en los niveles espirituales, triunfa sobre la naturaleza y sobre todas las cosas temporales y finitas.  Dicha paradoja, es inseparable de la tentación, del mal potencial, por eso cuando el yo se vuelve orgulloso y arrogante, es posible que crezca el pecado” 1222.

 

“La verdad, no puede ser nunca un asunto de mera creencia intelectual o razonamiento filosófico, la Verdad es siempre  y para siempre, una forma de reaccionar a las situaciones de la vida, es una especie de conducta.  La verdad engloba el pensar, el sentir y el actuar con reverencia hacia una realidad que consideramos digna de adoración universal” 1780.

 

“El hombre tiende a cristalizar la ciencia, a formular la filosofía y dogmatizar la verdad, porque tiene pereza mental para ajustarse a la lucha progresiva del vivir, a la vez que también teme terriblemente lo desconocido.  El hombre natural es lento para iniciar cambios de pensamiento y en su manera de vivir” 1459.

 

“Si no eres un evangelista positivo y misionero de tu verdad, te autoengañas y eso que llamas verdad, es tan sólo una creencia tradicional o un mero sistema filosófico intelectual.  Las características sociales de la verdad es que busca invariablemente, convertir al individuo y transformar el mundo.  La verdad busca ideales no descubiertos, realidades no exploradas, valores sobrehumanos, sabiduría divina y verdadero alcance espiritual”1780

 

“La verdad revelada, la verdad descubierta personalmente, es el deleite supremo del alma humana, es la creación conjunta de la mente material y del espíritu residente.  La salvación eterna de esta alma que discierne la verdad y que es amante de la belleza, está asegurada por el hambre y sed de bondad que conduce a este mortal a desarrollar una singularidad de propósito dedicada a hacer la voluntad del Padre, a encontrar a Dios y a asemejarse a él:  Nunca hay conflicto entre el verdadero conocimiento y la verdad” 1459.

 

“El amor, el altruismo, debe someterse a una interpretación constante y viva de readaptación de acuerdo con la guía del Espíritu de la verdad.  El amor debe así captar los conceptos constantemente cambiantes y ampliados del más alto bien cósmico del individuo que es amado.  Luego el amor continúa con esta misma actitud relativa a todos los demás individuos que pudieran posiblemente ser influidos por la relación creciente y viva del amor, por parte de un mortal conducido por el espíritu, hacia otros ciudadanos del universo” 1950.

 

“En el reino de la hermandad creyente de los amantes de la verdad y conocedores de Dios la regla de oro “Amaos los unos a los otros” adquiere cualidades vivas de comprensión espiritual en aquellos niveles más altos de interpretación, que hace que los hijos mortales de Dios, consideren esta admonición del Maestro, como se requiere de ellos, que se relacionen con sus semejantes, de una manera que permita ver el más alto bien posible, como el resultado del contacto de los creyentes con sus semejantes.  Esta es la esencia de la verdadera religión: amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos” 1950.