I.    LA NATURALEZA DE LA ADORACIÓN

1. La religión primitiva era totalmente intelectual en su naturaleza y se basaba enteramente en circunstancias asociativas. Los sujetos de adoración eran siempre sugestivos. (944:2).

2. El hombre mortal a adorado todo lo que se encuentra en la faz de la tierra, incluyéndose así mismo. (944:4).

3. El primer objeto adorado por el hombre fue la piedra. (944:5).

4. Las colinas y montañas también fueron objeto de adoración primitiva. Los aborígenes ignorantes creía que las cuevas llevaban al mundo subterráneo, con sus espíritus y demonios malignos. (945:3).

5. Los cultos de adoración de los árboles están entre los grupos religiosos mas antiguos. (945:6).

6. Las nubes, la lluvia y el granizo han sido temidos y adorados por numerosas tribus primitivas y por muchos cultos primitivos de la naturaleza. (947:2).

7. La adoración de las rocas, las colinas, los árboles y los animales evolucionó naturalmente a través de la veneración temerosa de los elementos hasta deificar el sol, la luna y las estrellas. (947:4).

8. El fuego y los relámpagos también fueron adorados. (947:2).

9. El mas primitivo temor prereligioso del hombre a las fuerzas de la naturaleza, gradualmente se volvió religioso a medida que la naturaleza se fue personificando, espiritualizando y finalmente deificando en la conciencia humana. (950:2).

II.   EL AZAR: LA BUENA SUERTE Y LA MALA SUERTE

1. El hombre primitivo vivía en la inseguridad y en el temor constante del azar. (950:6).

2. Aun en la sabiduría de Salomón está escrito: Me volví y vi que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor, sino que tiempo y acción acontecen a todos. Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en el lazo, así como son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos. (951:2).

3. El salvaje personalizó la naturaleza y el azar. (951:5).

4. A medida que progresó la evolución, la buena suerte se empezó a asociar con los buenos espíritus y la mala suerte con los malos espíritus. (955:9).

5. El salvaje sintió la necesidad de asegurarse, y por consiguiente, pagó voluntariamente las pesadas primas de temor, superstición, terror y obsequios a los sacerdotes para obtener su póliza de seguro mágico contra la mala suerte. (956:4).

6. La sociedad moderna traslada las operaciones de seguro del ambiente sacerdotal y religioso al mundo de la economía. (956:4).

III.   EL CULTO A Los FANTASMAS

1. El temor a los fantasmas es la fuente de todas las religiones mundiales. (961:2).

2. El hombre primitivo consideraba que los espíritus y fantasmas tenían derechos casi ilimitados, pero ningún deber. (962:2).

3. La humildad primitiva no fue un envilecimiento del ego sino mas bien un intento de engatusar los espíritus envidiosos. Todo esto condujo a la modestia civilizada, la reserva y la cortesía. (963:1-2).

4. El esfuerzo por aplacar, satisfacer y sobornar a los espíritus dio origen a una nueva filosofía mundial. (963: 4-5).

5. El avance del culto a los fantasmas tornó inevitablemente a la adoración a los antepasados. (960:5).

6. La religión evolucionaria nace de un temor simple y todopoderoso, el temor que sobrecoge la mente humana que enfrenta lo desconocido, lo inexplicable y lo incomprensible. (986:3).

IV.   EL MIEDO A LA MUERTE

1. La muerte era para el hombre primitivo un misterio supremo, la combinación mas aterradora de azar y misterio. (952:3).

2. El origen onírico de la creencia en una existencia futura explica la tendencia a imaginar siempre cosas invisibles en términos de cosas vistas. (953:1).

3. La doctrina primitiva de la supervivencia después de la muerte no fue necesariamente una creencia en la inmortalidad, mas bien pensaban en encarnaciones recurrentes. (953:4).

4. El culto a los fantasmas dio origen a la idea de la reencarnación. (953:5).

5. El servicio fúnebre se originó en el esfuerzo del hombre por inducir al alma fantasmal a partir hacia su futuro hogar. (959:4).

6. El hombre heredó un medio ambiente natural, adquirió un medio ambiente social e imaginó un medio ambiente fantasmal. El estado es la reacción del hombre a su medio ambiente natural, el hogar a su medio ambiente social, la iglesia a su medio ambiente fantasmal ilusorio. (955).

V.   FETICHES, AMULETOS Y MAGIA

1. Por edades el "aliento de vida fue un fetiche". (955:1).

2. La doctrina de la posesión de espíritus fue un fetiche. (967:1).

3. La creencia en las reliquias es una consecuencia del antiguo culto fetichista. (968:7).

4. La magia dio origen a la ciencia; la astrología llevó al desarrollo de la astronomía; la creencia en la piedra filosofal llevó al conocimiento de los metales; la creencia en los números mágicos fundó las ciencias matemáticas. (972:5).

5. Si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias primitivas de la magia. El idioma contiene muchos fósiles que atestiguan que la raza por mucho tiempo ha estado impregnada de la superstición mágica, palabras como hechizado, malaventurado, posesiones, inspiración, quitarle a uno el espíritu, ingenio, embelesador, estupefacto, asombrado. Los seres humanos inteligentes aun creen en la buena suerte, el mal de ojo y la astrología. (972:7 a 973:0).

6. La magia antigua fue el capullo de la ciencia moderna, indispensable en su tiempo pero ya no útil. (973:1).

 

VI.   SACRAMENTOS Y RITUALES

1. La salvación dependía de votos, juramentos, promesas, autotortura, ayuno y oración. El hombre primitivo desarrolló una austeridad firme en sus prácticas religiosas, la creencia en la eficacia de la autotortura y de la autonegación como ritos capaces de coecionar a los espíritus reacios a reaccionar favorablemente frente a tal  sufrimiento y privación. (965:3).

2. El culto del sacrificio ha evolucionado en el culto del sacramento. (984:3).

3. La evolución de las observaciones religiosas progresó del aplacamiento,  exorcismo, coerción, conciliación y proporción hasta el sacrificio, la expiación y la redención. (986:1).

4. El rito es la técnica de santificar la costumbre; el rito crea y perpetúa mitos contribuyendo a la vez a la preservación de las costumbres sociales y religiosas. (992:3).

5. El misticismo es censurable cuando sus prácticas conducen al aislamiento social y al fanatismo religioso. (1000:2).

6. La gente común ansiaba promesas de salvación, el consuelo religioso para hoy y el seguro de la esperanza de la inmortalidad después de la muerte. (1081:4). 

 

VII.   EVOLUCION DE LA ORACIÓN

 

1. Las primeras oraciones de los primitivos no estaban dirigidas a la Deidad. Estas expresiones eran muy semejantes a las que puedes decir a un amigo al embarcarte en una empresa: "Deséame suerte". (994:2).

2. Cuando los conceptos de fantasmas y espíritus evolucionaron, estas solicitudes se dirigieron a las fuerzas sobrehumanas, y con la conciencia de los dioses, dichas expresiones llegaron a los niveles de verdadera adoración. (994:3).

3. El hombre oraba desde antes de tener un concepto claro de Dios. Solía orar cuando tenía grandes penurias o cuando se regocijaba. (1001:5).

4. Las formas primitivas de oración no fueron ni mas ni menos que negociaciones con los espíritus, regateos con los dioses. (983:5).

5. La oración primitiva no era adoración; era una petición negociadora de salud, riqueza y vida. (983:6).

6. La oración puede ser un grito airado de venganza o una intervención misericordiosa para con los enemigos de uno. Puede ser el ruego servil de un pecador perdido ante un juez supuestamente severo o la expresión regocijada de un hijo liberado del Padre celestial viviente y misericordioso. (1001:11).

 

VIII. ESFERA DE ORACIÓN

 

1. La oración es una comunión entre el hombre y su Creador. (996:11).

2. Es imposible separar los aspectos sicológicos y espirituales de la oración. (997:4).

3. Ninguna oración puede ser ética cuando el que solicita busca ventajas egoístas por sobre los intereses de sus semejantes. (997:6).

4. La oración no debe prostituirse nunca tanto hasta el punto de volverse un sustituto de la acción. (997:7).

5. Aunque la oración no cambia a Dios, muy frecuentemente efectúa grandes cambios en el que ora con fe y confianza. (998:3).

6. Si deseas verdaderamente sobreponerte a la constumbre de criticar a un amigo, la clave esta en establecer el hábito de orar por esa persona cada dia de nuestra vida. (998:6).

7. La mente de mayor esclarecimiento espiritual debe ser paciente y tolerante de los intelectos menos dotados que desean el simbolismo para movilizar su débil visión espiritual. (999:3).

8. La oración no es una técnica para curar males reales y orgánicos. (999:5).

9. La oración enriquece la vida, la adoración ilumina el destino. (1123:5).

10. Jesús enseñó dieciséis condiciones para una oración efectiva. (1638 a 1641).

 

IX.   LA VERDADERA ADORACIÓN

 

1. En el sentido más elevado, adoramos al Padre Universal. (65:3).

2. La adoración indudablemente entra en circuito y es enviada a la persona del Creador por el circuito de la personalidad del Padre Universal. (65:4).

3. La adoración no pide nada ni espera nada a favor del que adora. (65:5).

4. Desde el punto de vista de la adoración Dios es uno; una Deidad unificada y personal. (640:4).

5. La adoración es el regocijo mas elevado de la existencia en el Paraíso. (304).

 

X.   LA AUTENTICA RELIGIÓN

 

1. El culto cristiano primitivo fue mas eficaz, atrayente y duradero, pero mucho de su valor ha sido destruido en una era científica que derrocó tantos de sus principios originales subyacentes. El culto cristiano ha sido debilitado por la pérdida de muchas ideas fundamentales. (965:8).

2. Ningún culto puede sobrevivir a menos que comprenda un misterio poderoso y oculto un bien inalcanzable. (966:4).

3. Las religiones no pueden esperar jamás obtener uniformidad de credos, dogmas, ritos (estos son valores intelectuales) pero si pueden (y algún día lo harán) lograr la unidad en la verdadera adoración del Padre de todos. (1012:5).

4. La verdadera religión debe ser siempre y al mismo tiempo, el crecimiento eterno y la estrella guiadora de toda civilización duradera. (1013:10).

5. Jesús amplió el alcance del prójimo hasta comprender a toda la humanidad, hasta declarar que deberíamos amar a nuestros enemigos. (1133).

6. Tanto la ciencia como la religión necesitan de una mirada más penetrante y una autocrítica sin miedo, una mayor conciencia de la condición incompleta del estado evolucionario. (1138:3).

7. Los hebreos tenían una religión de sublimidad moral; los griegos desarrollaron una religión basada en la belleza; Pablo y sus asociados fundaron una religión de fe, esperanza y caridad. (2095:3).

8. Jesús interpretó la religión siempre y constantemente sólo en términos de la "Voluntad del Padre". (2088-2089).

XI.   LA RELIGIÓN Y LA CIVILIZACIÓN

1. El Poder de toda idea yace en la intensidad de su atracción para el ser humano. (1005:6).

2. La religión ha dificultado de muchas maneras el desarrollo social, pero sin religión no existiría moral y ética duradera. (1006:3).

3. La religión evolucionaria ha sido la institución mas cara pero incomparablemente la mas eficaz. (1006:5).

4. La religión es el flagelo eficiente de la evolución que impulsa de un estado natural de inercia intelectual hacia delante y hacia arriba, hasta los niveles más altos de raciocinio y sabiduría. (1006:6).

5. La iglesia a perpetuado las cepas racionalmente degeneradas que han retardado el progreso de la civilización. (1088:6).

6. Durante los últimos tiempos, ahora mas que nuca, el hombre necesita del consuelo de una religión estable y sólida. (1090:2).

7. La cosmología de la revelación de Urantia no es inspirada. (1109:3).

8. Toda nueva revelación de la verdad ha originado un nuevo culto, y aun el nuevo pronunciamiento de la religión de Jesús debe desarrollar un simbolismo muevo y apropiado. (966:1).

9. Han habido cinco revelaciones epocales en Urantia:

1. Las enseñanzas de Dalamatia.
2. Las enseñanzas edénicas.
3. Melquizedec de Salem.
4. Jesús de Nazaret.
5. Los documentos de Urantia. (1007: 5-7 al 1008: 1-2).

Referencias Bíblicas: Sl. 66:18; 37,4; 92:1; Pr. 21:13; 15:8; I Jn. 5:14-15; Jn. 15:7; St. 1:5; Lc. 18:1; Mr. 14:38; Filp. 4:6; 19; Jer. 29:12-13; Col. 4:2; 1 Tes. 5:18.