H.
N. Wieman
Traducido por Anibal
Pacheco O.
Experimento en Lealtad a una Causa
1. El Problema
La gran causa es toda la empresa inclusiva de engrandecer y de refinar la vida del hombre, una empresa en la cual cada uno de nosotros puede tener parte. Cuando consideramos esta causa y el csmo hacer conexisn personal con ella, inmediatamente nos enfrentamos con un problema practico.
?Puedo estar seguro que la actividad especmfica que estoy realizando es de manera completa y significativa un servicio a esta causa? ?Puedo estar seguro que lo que estoy haciendo o que puedo hacer, cualquier cosa por la causa, es de suficiente mirito como para dedicar mi completa atencisn? La causa es totalmente correcta, pero mi parte en ella -- ese es el problema. ?Puedo estar seguro que yo, incluso con las mejores intenciones y con el mayor esfuerzo, no estari produciendo, al menos, algunos resultados a travis de mi trabajo que obstruyan positivamente la causa? Que sobrevengan tales resultados es evidente para cualquier persona con mentalidad imparcial que observe cuidadosamente su propia experiencia y estudie los archivos histsrico. Cada forma especmfica y definida de necesidad humana en este mundo malvado , cuando es satisfecha por mm hasta donde puedo lograrla, conducira al mal tanto como al bien. No hay iglesia u otra institucisn con la cual pueda trabajar que no pueda involucrarme con el mal. No hay campaqa o empresa o grupo de hombres con quienes pueda aliarme que no puedan ser corrompido y que produzca el mal. Y muchas veces los malos resultados son mayores que los buenos. Cada empresa concreta y especmfica que los hombres han comenzado con alta esperanza y gran entusiasmo ha sido decepcionante al final para aquellos a fueron suficientemente observadores, humildes y de mente abierta para ver el mal y el futilidad de sus esfuerzos algo bueno como resultado.
Los hombres no piensan necesariamente sus asuntos de la manera que lo hemos presentado; no analizan sus sentimientos; mas su problema en relacisn a cualquier gran causa tramda a su atencisn es, a menudo, apenas eso. No responden con dedicacisn completa porque la causa no esta suficientemente definida, concreta, y cercana como para hacer la conexisn directa con ella, o bien la actividad especmfica y concreta presentada no tiene ninguna urgencia indudable, dominante o grandiosa como para producir su completa lealtad. Tu y yo y la mayorma de los hombres responderman facil, apasionada y completamente si pudiiramos estar seguros que la parte concreta e inmediata de trabajo accesible a nosotros fuera completamente pura y gloriosa, y que nuestra dedicacisn a ella realmente contara para algo de importancia en el servicio de la gran causa. Pero tan pronto como una causa se incorpora de forma concreta a este mundo malo y complicado deja de ser pura. No puede ordenar nuestros corazones y no debe. El mal esta tan intrincadamente involucrado con el bien, la cizaqa mezclada con el trigo, y hay tanta incertidumbre respecto a cual es el trigo y cual la cizaqa, que no podemos hacer la conexisn directa con la gran causa.
He aqum entonces, nuestro problema practico: ?Csmo encontrar la gran causa de tal forma que podamos rendir nuestras vidas a ella?
Una forma para resolver este problema es la del fanatico. Il se ciega asimismo al mal y a las caractermsticas chillonas que involucra la empresa a la cual il da su lealtad. Il ha encontrado una "gran causa" para estar seguro. Il puede llamarla Cristo o socialismo, Reino del Cielo o dieta vegetariana, almas salvadas o pacifismo. El lema que usa tiene pocas diferencias. El punto es que il puede estimar su causa como muy grande y puede darle su dedicacisn sin reservas, sslo porque il no admitira lo que pueden ver otros menos prejuiciados puedan ver. Il no admitira que la causa servida por il esta mezclada de muchas maneras con cosas sin valor y malvadas que al final puede dar lugar al mal tanto como al bien. Il se hace pensar a si mismo que esta enganchado con algo maravilloso cuando no lo esta. Tal fanatismo no es la lealtad transfigurada que necesitamos y anhelamos. No es la lealtad que ha sido presentada en la parte precedente de este documento. Azn todos podemos ver alrededor nuestro y leer en los registros histsricos que no importa cuan devotos pueden haber sido los hombres y no importa cuan seguro a de servir a una gran causa, ellos siempre han sembrado el mal asm como el bien y a menudo los resultados de sus esfuerzos, cuando son examinados de cerca, pueden haber sido absolutamente vanos.
?Dsnde y csmo encontrar nuestra causa, nosotros que rechazamos engaqarnos y seguir al fanatico? ?Csmo podemos agarran la dedicacisn transfiguradora sin entregarnos al fanatismo?
2. La Propuesta
Este mundo tiene cierta posibilidad de maximizar el bien que pueda lograrse con el ajuste correcto de los diversos factores que entran en la creacisn de el. Qui este maximo bien posible pueda ser no lo sabemos. El ojo no ha visto ni la oreja omdo, nadie ha entrado al corazsn del hombre en la forma de algzn sueqo o visisn. Nuestros pensamientos referentes a su naturaleza pueden ser errados. De hecho, nuestras ideas sobre el en su mayorma deben estar erradas, incluso estarmamos en desacuerdo sobre el de manera radical violenta. Y nuestras maneras de servir a la causa deben estar erradas en su mayor parte incluso ya que no trabajarmamos tan comznmente con propssitos cruzados. Pero a pesar de estos hechos es una verdad evidente en sm el decir que entre todas las posibilidades de bien y de mal que sean inherentes en este universo hay uno o mas que maximizan el bien. Esta posibilidad genuina de maximizar el bien inherente al universo se puede llamar la causa de Cristo, la voluntad de Dios, Reino de los Cielos, el maximo bienestar de la humanidad, etc., pero su naturaleza especmfica y la mejor manera de promoverlo es algo sobre lo cual solamente el fanatico esta seguro; y il es probablemente el mas equivocado de todos
No hay ningzn curso de accisn definido y recto conocido para nosotros que nos conducira directamente a la actualizacisn de este maximo bien posible. Es demasiado misterioso, demasiado funesto definido en nuestras propias mentes; los procesos de la vida son demasiado intrincados y somos demasiado ignorantes del resultado del curso de accisn sugerido. Hay, sin embargo, una forma de proceder y una forma de vida con la cual podemos dar nuestras vidas enteras en completa lealtad a ese bien desconocido.
3. El Mitodo
El mitodo inteligente de lealtad al bien supremo pero desconocido consiste en lanzar a la luz de la observacisn y de la investigacisn experimental todos los procesos de la vida. Eso significa primero que todo eso que nos examinaremos y que nos observaremos constantemente para ver qui habitos, qui impulsos, qui actitudes mentales producen qui consecuencias, e intentaremos comprobar el valor de estas consecuencias.
Segundo, lo anterior significa que observaremos constantemente qui costumbres, qui adaptaciones mutuas dentro de nuestra familia, entre nosotros mismos y otros asociados mntimos, produce una comunidad mas profunda de corazsn y de mente y de mayor cooperacisn. En tercer lugar, significa que observaremos e investigaremos constantemente qui consecuencias resultan de qui costumbres sociales, y otras condiciones generalmente en el mundo alrededor nuestro. Por supuesto ningzn hombre puede cubrir todos estos campos de la investigacisn. Pero cada hombre puede tomar su propia lmnea especial de esfuerzo, lo que puede ser y hacer en un ambiente de constante observacisn e investigacisn experimental con el fin de comprobar qui resultados de bien o de mal pueden sobrevenir. Tambiin, cada hombre puede crear su propia conducta personal en tratar con sus mntimos una cuestisn de pregunta de preguntas
?Qui constituye el significado de este mitodo? Su significado se tiende en esto: que descansamos nuestra esperanza en la zltima actualizacisn del bien supremo, no sobre el ixito especmfico de la empresa practica, pero acumulamos lentamente la sabidurma la cual crece con este mitodo de infatigable observacisn. Significa que nos daremos sobre nuestros errores y peores desastres con las herramientas para el logro de este bien zltimo, ya que tales incidentes y desastres producen la cosecha mas grande de sabidurma si mantenemos constantemente la clara luz de la conciencia, tanto como podamos, a todos los factores que puedan mostrarnos esos errores o desastres
Las paradas para cultivar y practicar esta observacisn de forma mas intensa posible son las paradas de adoracisn. ?Adsnde vamos? ?Qui hemos estado haciendo? ?Qui actitudes de nuestra parte y de parte de la humanidad han producido qui resultados y cuales son los valores de istas? Tales preguntas deben encontrar de manera apropiada alguna respuesta en la parada de adoracisn. Para la adoracisn debe ser la cima de una montaqa desde dsnde podamos examinar nuestras vidas y la vida delos hombres. No estamos diciendo que todo allm es para adorar; pero ista es una parte esencial de il. Por supuesto, azn la observacisn de la vida no puede limitarse a la adoracisn. Nuestra posicisn es que debe ser practicada constantemente. Pero nada puede ser practicado constantemente a menos que pongamos cierta cantidad de tiempo para su cultivo especial. La adoracisn es tal hora.
Algunos pueden oponerse a este mitodo propuesto de observacisn, pensando que destruiran las grandes alegrmas y entusiasmos de la vida. Alguna veces, se dice, debemos abandonarnos a nosotros mismos por un "ixtasis descuidado" y pasar por alto las consecuencias. Es verdad ahora que la observacisn constante, crmtica de uno mismo de otros y de la vida en su totalidad destruye la alegrma y el entusiasmo a menos que este examen crmtico constante sea realizado como la encarnacisn y la expresisn de la dedicacisn apasionada a la causa suprema. Y eso es exactamente lo que estamos proponiendo.
Sugerimos este mitodo para resolver el problema de csmo hacer la conexisn personal con la gran causa: (1) bzsqueda, observacisn experimental constante y crmtica en todo que hacemos para promover el bien; (2) medir nuestro servicio al bien no simplemente por el logro objetivo sino por la sabidurma ganada en csmo hacer el bien. Asm transformaremos nuestros errores , decepciones, desilusiones y dificultades en ganancias . Podemos comenzar aplicando este mitodo y asumir esta actitud en una empresa de menor importancia que hemos comenzado o que estamos a punto de comenzar. (3) podemos tomar ciertas paradas de adoracisn para examinar especialmente lo que hemos hecho, csmo lo hemos hecho y tambiin para sacar las conclusiones sobre la base de estas observaciones.
Los resultados a buscar como pruebas de este mitodo son: (1) cambios en el tipo de cosas que emprendemos; (2) cambios en la forma en que vamos a hacerlo; (3) aumento del valor final de lo que lo hacemos; (4) transferencia de nuestra mas alta lealtad y entusiasmo mas profundo de la tarea especial al bien desconocido al cual servimos trayindolo lentamente a la luz con la sabidurma acumulada de la historia, nuestro principal servicio ha sido la asimilacisn de , y la contribucisn a, esta sabidurma de la vida. De esta manera los errores pueden ser grandes ixitos. Quizas esta clase de errores es el genio del Cristianismo y el Espmritu de Cristo.