H.
N. Wieman
Traducido por Anibal
Pacheco O.
Experimentos en la Experiencia Religiosa del Esfuerzo
1. El Problema Practico del Esfuerzo
La parte precedente de este estudio ha demostrado la importancia del esfuerzo. Los mayores bienes de la vida raramente se han logrado salvo en aquellas circunstancias donde los hombres ha sido forzados a luchar. Los mas grandes bienes y los mas altos niveles de bien pueden ser logrados solamente cuando los hombres continzan luchando azn despuis de que no sean forzados mas alla por los peligros y la privaciones
He aqum el gran problema practico, el cual cada dma sea vuelve mas urgente y vital mientras que la vida en nuestra civilizacisn se hace mas tranquila y lujosa. El problema es doble: (1) csmo se puede inducir a los hombres a que se esfuercen por los bienes superiores cuando la necesidad no los obliga hacia ellos; (2) csmo se puede mantener cuando estan desalentados, cansados o presionados por los sentimientos de culpa. La primera de estas dos partes del problema no se reconoce tan extensamente como la segunda, pero creemos que es mucho mas seria. La triste y vieja historia de las civilizaciones que alcanzan cierto nivel de excelencia para despuis hundirse nuevamente en la decadencia; la vieja historia de padres esforzandose por salir de bajos niveles de vida solamente para ver a sus hijos llegar a ser flojos y dibiles, si no viciosos y disolutos; de individuos que logran la realizacisn de un ixito noble, pero que a la edad de cuarenta o cincuenta aqos comienzan un decaimiento moral, mental, fmsico esta vieja historia continuara si fallamos en continuar la gran lucha del vivir despuis que el latigo de la necesidad nos deje de dar azotes hacia el esfuerzo. Esto se aplica especialmente a los mas altamente dotados. Estos habiles hombres pueden a menudo conseguir lo que desean con un dicimo del esfuerzo que otros gastan. Tan solo viven sus vidas sin hacer ninguna gran contribucisn al bienestar humano que podrman hacer si se empeqaran y, toda la vida humana esta empobrecida por esto.
Aqum, entonces, esta el doble problema vital implicado en el esfuerzo: ?Csmo podemos mantenerlo alto cuando estamos relajados y cuando estamos desanimados?
Dejemos el primer estado como si no pudiese ser logrado. No puede ser logrado simplemente al poner en nuestras mentes la decisisn de hacerlo. La resolucisn no es suficiente. La resolucisn puede producir arranques de esfuerzo, pero no puede nunca mantenernos empeqados con esa fuerza de persistencia y valor la cual es la znica ruta hacia los mas elevados bienes. La futilidad de toda la volicisn moral proviene del hecho de que el esfuerzo persistente y potente depende de la liberacisn de la energma personal; y la energma personal puede liberarse solamente cuando el individuo es correctamente estimulado. Solo aquellas situaciones que despierten el deseo intenso, el miedo, la cslera u otra tal emocisn profundamente arraigada, pueden liberar dentro de nosotros esa cantidad de energma que se requiere para el gran esfuerzo. En tirminos cientmficos, es un problema de qummica organica. La energma esta encerrada en el organismo. Debe ser liberada antes de que el esfuerzo, continuo y de gran alcance, sea posible. No importa cuan conciente, cuan magnanimo , idealista y espiritual pudiera ser un hombre, si la energma necesaria no es liberada dentro de il por el estmmulo requerido, il simplemente no la tiene en la forma necesaria para el esfuerzo.
Aqum es donde los pasos de la ciencia avanzan para mostrar la futilidad de la moralidad, de la cultura y de la educacisn sin la religisn cuando se llega a este problema del esfuerzo. La extrema buena voluntad moral en el mundo no puede mantener al esfuerzo si ella no tiene la energma. La sicologma y la historia de la religisn y el testimonio de personas profundamente religiosas indican que la religisn puede liberar la energma en grandes cantidades. Es muy cierto que la moralidad sin religisn no puede hacer esto. Una de las principales razones por las que la gente comznmente coloca su confianza en la moralidad, la cultura y la educacisn mas bien que en la religisn es porque ellos no puede ver esta verdad basica sobre la naturaleza humana. La obtencisn de comida, el sexo, el miedo, la cslera liberan energma. Pero cuando estamos relajados o cuando estamos desalentados ?csmo la conseguimos? Ise es el gran problema. La religisn es la respuesta.
El propssito del experimento personal en religisn a ser descrito mas adelante sera descubrir aquella manera de practicar la religisn por la cual se liberara la energma para el esfuerzo. Pero antes de que presentemos ese experimento debemos mirar un poco mas de cerca en las fuentes de la energma personal para mostrar claramente que el experimento personal en religisn es la znica manera posible de encontrar csmo conseguir la energma para el esfuerzo cuando estamos relajados o desalentados.
2. Las Fuentes de la Energma Personal
La cantidad de energma personal disponible para el esfuerzo depende de dos condiciones, una fisiolsgica y la otra psicolsgica. La condicisn fisiolsgica es un estmmulo de los procesos viscerales, principalmente de las glandulas endocrinas. La condicisn psicolsgica es estar libre de conflictos, en otras palabras, estar en paz. Brevemente examinemos cada uno de istos en orden.
Cuando se estimulan las glandulas endocrinas y se hacen los ajustes viscerales a travis de los cuales la maxima energma es liberada, el proceso entero produce un estado mental llamado emocisn. Ejemplos generales son miedo, cslera, y las fases emocionales del deseo, aspiracisn, esperanza, alegrma, exultacisn, entusiasmo. Pero la cosa importante, a ser recordada, no es el estado consciente llamado emocisn; la cosa importante son los reajustes viscerales, los procesos glandulares y el desbloqueo consiguiente de la energma. El estado consciente, la emocisn, sirve simplemente para informarnos que la energma ahora esta liberada y disponible para el esfuerzo. Cuando esta energma se descarga inmediata y totalmente en algzn esfuerzo que se este realizando, uno no experimenta la emocisn a cualquier grado, aunque la energma sea liberada en grandes cantidades.
Los hombres varman grandemente con respecto a la cantidad de energma personal a su disposicisn. Algunos estan de tal manera constituido organicamente que tienen constantemente mas energma que otros. Esta constitucisn organica no puede, en cuanto sabemos, ser cambiada por el entrenamiento o el estmmulo. Pero dada esta constitucisn organica, un hombre puede ser llevado a un estmmulo tal como para liberar mas energma que la que el pudiera de otra manera. El estmmulo religioso puede hacer esto, quizas, de una manera mas poderosa que cualquier otra. No puede cambiar la constitucisn organica, pero puede estimular esa constitucisn de tal modo que rinda toda la energma de la cual sea capaz.
Ahora vallamos a la segunda fuente de la energma, la psicolsgica. No es tanto una fuente como una condicisn determinante. Es armonma mental; es paz dinamica. Es esa organizacisn plastica de respuestas tales que cada impulso utiliza a los otros y ninguno frustra a los otros. Si hay conflicto en nuestra mente entre dos o mas deseos opuestos, uno de los cuales puede ser subconscientes, nuestras energmas seran consumidas en este conflicto y por lo tanto hechas inasequibles para el esfuerzo con cosas fuera de nosotros mismos. Si toda nuestra energma se consume en esfuerzos entre nuestros propios impulsos no quedara nada para el esfuerzo con las dificultades ambientales. Por lo tanto nuestros deseos y apetencias deben ser armoniosos unos con otros si queremos tener suficiente energma para las mayores esfuerzos. Este conflicto interno aparece concientemente , en forma de preocupacisn, enfado, ansiedad, melancolma, excitacisn y, de formas extremas, desilusisn y locura. Uno puede sufrir este conflicto mental y no saber que esta mal. El conflicto puede ser subconsciente en parte o completamente.
Podemos ahora ver la naturaleza del problema que tenemos que solucionar mediante el experimento personal. Debemos encontrar alguna manera (1) de estimular esos procesos glandulares y otros procesos a travis de los cuales liberar la energma y (2) trae paz a la mente removiendo esos conflictos mentales que gastan y desvman nuestras energmas vitales.
3. Experimento Personal en Religisn para Liberar la Energma
Tengamos en mente que el aspecto del universo llamado Dios es un aspecto que se esparce constantemente y opera mntimamente en nuestras vidas y en el mundo alrededor nuestro. En cuanto nos rendimos il, posibilidades indescriptibles para el bien revolotean sobre nosotros y asoman antes nosotros. Pero en cuanto nos rendimos a los aspectos destructivos del universo grandes males nos toman y se despliegan ante nosotros. Sesiones regulares de adoracisn nos cultivaran este sentido de la presencia divina, con las concomitantes posibilidades de bien y de mal.
Pero no debemos detener este sentido de la presencia divina y vivir con la aprehensisn de las posibilidades concomitantes . Cada uno de nosotros debe reconocer, y con regulares detenciones de meditacisn clarificar, la parte definida que le cabe para hacer que el aspecto bueno del universo domine, con todo el bien consiguiente, y que se reduzcan los aspectos malvados con sus desastres concomitantes. Cada uno de nosotros, por causa de su individualidad y sus circunstancia znicas, tiene una parte definida en este vasto proceso. Esta parte deberma ser formulada por nosotros tan claramente como sea posible. Debe ser puesta en palabras y ser repetida en las detenciones de adoracisn meditativa, cambiando la fraseologma mientras nuestra vocacisn crece mas clara con el paso del tiempo. Asm un propssito en la vida crecera en nosotros. Dentro de este vida-propssito los objetivos especmficos deben ser definidos verbalmente en cuanto podamos. Esto se debe continuar en las detenciones regulares de adoracisn hasta que logremos un sentido del destino y tengamos una pasisn. Con algo de este sentido de destino y el mecanismo impulsor de la pasisn sera mucho mas fuerte que otros. Pero creo que cada uno puede alcanzar un propssito en la vida, practicando regularmente y durante suficiente cantidad de tiempo el mitodo descrito. Una cierta cantidad de tiempo cada dma sabatico podrma ser usado de esta forma. Las vacaciones se podrman usar de un modo semejante. No podemos imaginar ninguna otra manera mejor de pasar vacaciones que en tal estado de meditacisn y adoracisn.
Lo que hemos descrito debe ser cuidadosamente distinguido de la mera resolucisn o determinacisn moral. El mitodo ante nosotros consiste en exponer a si mismo al estmmulo de ciertos hechos hasta que ellos hayan trabajado en nosotros los reajustes fisiolsgicos y psicolsgicos con los cuales la energma personal se libere. No es resolucisn; es un rehacer de la personalidad con la exposicisn al estmmulo de hechos supremamente significativos. El consecuente estado del cuerpo y de la mente puede convertirse en una disposicisn permanente a la reexposicisn regular. Esta exposicisn es una clase de adoracisn.
Existen otros problemas implicados en el esfuerzo ademas de encontrar la energma requerida. Existe el problema de dirigir la energma a fines dignos. Uno puede luchar por hacer cosas triviales o malvadas. Existe el problema de la eficiencia. Uno puede gastar su energma en el movimiento inztil. Existe el problema de mantenerse bueno, comprensivo y elogioso hacia personas y empresas exteriores a nuestro propio trabajo. Cuyo esfuerzo es a menudo aspero e incluso cruel en su fervor. No hemos discutido estos tres problemas, sino que creemos que son solucionados automaticamente en la practica de la religisn que hemos propuesto. El mismo experimento en religisn que libera energma nos guardara contra estos peligros tambiin.
La practica que hemos descrito debe dar lugar a una pasisn cada vez mayor. Es la pasisn que resulta de encontrar su destino y de entregarse en sus manos. La pasisn significa la liberacisn maxima de la energma. Los archivos histsricos indican que no importa cuan fragil pueda ser el cuerpo de uno, tal pasisn y el sentido de destino liberara la energma. Uno puede encender la llama y quemarse , pero mientras el continze, el tiene la energma necesaria para el esfuerzo que no puede ser estrangulada por la relajacisn ni apagada por el desaliento