LA
FE, LA ORACIÓN Y LA ADORACIÓN
1098:4
100:5.1 El mundo
está lleno de almas perdidas, no perdidas en el sentido teológico sino perdidas
en el significado direccional, almas que vagan confusas entre los ismos y
los cultos de una era filosófica frustrada. Demasiado pocos han aprendido
cómo reemplazar la autoridad religiosa con una filosofía de vida. (Los símbolos
de la religión socializada no han de ser despreciados como canales para el
crecimiento, aunque el lecho del río no es el río mismo, por él corren sus
aguas.)
1098:5
100:5.2 El progreso
del crecimiento religioso conduce desde el estancamiento, a través del conflicto,
a la coordinación; desde la inseguridad, a la fe firme; desde la confusión
de la conciencia cósmica, a la unificación de la personalidad; desde el objetivo
temporal, al eterno; desde la esclavitud del temor, a la libertad de la filiación
divina.
1099:2
100:5.4 La mayoría
de los fenómenos espectaculares vinculados con las así llamadas conversiones
religiosas, son enteramente psicológicos en su naturaleza, pero de vez en
cuando ocurren experiencias que son también espirituales en origen. Cuando
la movilización mental es absolutamente total en cualquier nivel de alcance
psíquico hacia el logro espiritual, cuando existe perfección de motivación
humana en las lealtades a la idea divina, entonces muy frecuentemente ocurre
un abrazo repentino del espíritu residente que se sincroniza con el propósito
concentrado y consagrado de la mente supraconsciente del mortal creyente.
Y son tales experiencias de fenómenos intelectuales y espirituales unificados
los que constituyen la conversión que consiste en factores más allá de la
involucración puramente psicológica.
1099:3
100:5.5 Pero la
emoción por sí sola es una conversión falsa; hace falta tanto la fe como el
sentimiento. En cuanto tal movilización de lealtad humana permanezca incompleta,
hasta ese punto la experiencia de la conversión será una realidad mezclada
de lo intelectual, lo emocional y lo espiritual.
1099:4
100:5.6 Si uno está
dispuesto a reconocer una mente subconsciente teórica como hipótesis práctica
de trabajo en una vida intelectual por otra parte unificada, entonces, para
ser constantes, habrá que postular un medio similar y correspondiente de actividad
intelectual ascendente como nivel supraconsciente, la zona de contacto inmediato
con la entidad de espíritu residente, el Modelador del Pensamiento. El gran
peligro en todas estas especulaciones psíquicas consiste en que las visiones
y otras experiencias así llamadas místicas, juntamente con sueños extraordinarios,
pueden ser considerados comunicaciones divinas a la mente humana. En épocas
pasadas, los seres divinos se han revelado a ciertas personas que conocen
a Dios, no debido a sus trances místicos o visiones morbosas, sino a pesar
de todos estos fenómenos.
1099:5
100:5.7 El contraste
con la búsqueda de la conversión, el acercamiento mejor a las zonas moronciales
de posible contacto con el Modelador del Pensamiento debe buscarse mediante
una vida de fe viviente y de adoración sincera, y de oración franca y altruista.
Demasiado de lo que surge de los recuerdos de los niveles inconscientes de
la mente humana se ha interpretado erróneamente como revelación divina y guía
espiritual.
1099:6
100:5.8 Existe gran
peligro vinculado con la práctica habitual de los ensueños religiosos; el
misticismo puede volverse una técnica para evitar la realidad, aunque a veces
haya sido un medio para la comunión espiritual genuina. Cortas temporadas
de retiro de las escenas activas de la vida, pueden no ser gravemente peligrosas,
pero el aislamiento prolongado de la personalidad no es deseable. No debe
cultivarse nunca, bajo ninguna circunstancia, el estado semejante al trance
de una conciencia visionaria como experiencia religiosa.
1099:7
100:5.9 Las características
del estado místico son, la difusión de la conciencia con vívidas islas de
atención focal que operan sobre un intelecto comparativamente pasivo. Todo
esto lleva la conciencia hacia el subconsciente en vez de llevarla en dirección
de la zona de contacto espiritual, el supraconsciente. Muchos místicos han
llevado su disociación mental hasta un nivel de manifestaciones mentales anormales.
1100§1
100:5.10 La actitud
más sana de la meditación espiritual se ha de encontrar en la adoración reflexiva
y en la oración de acción de gracias. La comunión directa con el Modelador
del Pensamiento, tal como ocurrió en los últimos años de la vida de Jesús
en la carne, no debe ser confundido con estas experiencias así llamadas místicas.
Los factores que contribuyen a la iniciación de la comunión mística son indicativo
del peligro de tales estados psíquicos. El estado místico está favorecido
por cosas tales como la fatiga física, el ayuno, la disociación psíquica,
profundas experiencias estéticas, impulsos sexuales vívidos, temor, ansiedad,
rabia y baile desenfrenado. Mucho del material que surge como resultado de
esta preparación preliminar tiene su origen en la mente subconsciente.
1100§2
100:5.11 Aunque
las condiciones pudieran ser favorables para los fenómenos místicos, es necesario
comprender claramente que Jesús de Nazaret no recurrió nunca a estos métodos
para comunicarse con el Padre en el Paraíso. Jesús no tenía delirios subconscientes
ni ilusiones supraconscientes.
La verdadera religión
es una devoción incondicional a una realidad que el religionista considera
de valor supremo para él y para toda la humanidad. Las características sobresalientes
de todas las religiones son: lealtad incondicional y devoción sincera a los
valores supremos. Esta devoción religiosa a los valores supremos se demuestra
en la relación de la madre supuestamente no religiosa hacia su hijo y en la
lealtad ferviente de los no religiosos a una causa abrazada.
1100§4
100:6.2 El valor
supremo aceptado por el religionista puede ser bajo o aun falso, pero es sin
embargo religioso. Una religión es genuina en cuanto el valor que se considera
supremo es verdaderamente una realidad cósmica de genuino valor espiritual.
1100§5
100:6.3 Las marcas
de la respuesta humana al impulso religioso comprenden las cualidades de la
nobleza y la grandeza. El religioso sincero tiene conciencia de una ciudadanía
en el universo y es consciente de ponerse en contacto con las fuentes de poder
sobrehumano. El religionista está impulsado y energizado por la seguridad
de pertenecer a una hermandad superior y ennoblecida de hijos de Dios. La
conciencia del valor de su propio yo va aumentada por el estímulo de la búsqueda
de los objetivos universales más elevados las metas supremas.
1100§6
100:6.4 El yo ha
cedido al fascinante impulso de una motivación que todo lo abarca, que impone
una mayor autodisciplina, disminuye el conflicto emocional, y hace que la
vida mortal valga realmente la pena vivir. El reconocimiento morboso de las
limitaciones humanas se transforma en la conciencia natural de las limitaciones
mortales, vinculadas con la determinación moral y la aspiración espiritual
de lograr los fines del universo y del suprauniverso más elevados. Y esta
intensa lucha por el logro de los ideales supramortales está siempre caracterizada
por una mayor paciencia, fuerza, y tolerancia.
1100§7
100:6.5 Pero la
verdadera religión es amor vivo, una vida de servicio. La separación del religionista
de mucho de lo que es puramente temporal y trivial no conduce nunca al aislamiento
social, y no debería destruir jamás el sentido del humor. La religión genuina
no quita nada de la existencia humana, sino que agrega nuevos significados
a la vida entera; genera nuevos tipos de entusiasmo, fervor y valentía. Aun
es posible que engendre el espíritu del cruzado, que es más que peligroso
sino está controlado por la visión espiritual y la devoción leal a las obligaciones
sociales comunes de las lealtades humanas.
1101§1
100:6.6 Una de las
características más sorprendentes de la vida religiosa, es esa paz dinámica
y sublime, esa paz que trasciende toda comprensión humana, esa calma cósmica
que simboliza la ausencia de toda duda y confusión. Tales niveles de estabilidad
espiritual son inmunes a la decepción. Estos religionistas son como el apóstol
Pablo, quien dijo: «Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto,
ni lo profundo, ni ninguna otra cosa nos podrá separar del amor de Dios».
1103§4
100:7.16 El Maestro
era un modelo de reverencia. La oración, aun en su juventud, comenzaba «Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre». Aun respetaba
la adoración defectuosa de sus semejantes. Pero esto no le impidió atacar
las tradiciones religiosas o asaltar los errores de las creencias humanas.
Reverenciaba la verdadera santidad, y sin embargo podía apelar con justicia
a sus semejantes diciendo: «¿Quien de vosotros me redarguye de pecado?».
1103§6
100:7.18 Jesús fue
la personalidad humana perfectamente unificada. Y hoy, como en Galilea, sigue
unificando la experiencia mortal y coordinando las empresas humanas. Unifica
la vida, ennoblece el carácter y simplifica la experiencia. Entra en la mente
humana para elevar, transformar y transfigurar. Es literalmente verdad: «Si
un hombre tiene dentro de sí a Jesús Cristo, es él una criatura nueva; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas».
553§7
48:6.15 Aun en Urantia,
estos serafines enseñan la verdad sempiterna: si tu propia mente no te sirve
bien, puedes intercambiarla por la mente de Jesús de Nazaret, que siempre
te sirve bien.
552§6
48:6.8 Aun en Urantia
aconsejan a los maestros humanos de la verdad y la rectitud que adhieran a
la predicación de «la bondad de Dios, que lleva al arrepentimiento», para
proclamar «el amor de Dios, que elimina todo temor». Aun así se han declarado
estas verdades en vuestro mundo:
Los Dioses son mis pastores;
no me descarriaré;
De la mano me conducirán
por los bellos y gloriosos senderos refrescantes de la vida eterna.
Ante esta presencia
divina no careceré de alimento ni tendré sed de agua.
Aunque descienda al
valle de la incertidumbre o ascienda a los mundos de la duda,
Aunque camine en soledad
o con los semejantes de mi clase,
Aunque triunfe en los
coros de la luz o trastabille en los ámbitos solitarios de las esferas,
Tu buen espíritu me
ministrará, y tu ángel glorioso me confortará.
Aunque descienda a las
profundidades de la oscuridad y de la muerte misma,
No dudare de ti, ni
te temeré,
Porque sé que en la
plenitud del tiempo y en la gloria de tu nombre
Me elevarás hasta sentarme
junto a ti en los almenajes de las alturas.
2087§1
196:0.1 Jesús poseía
una fe sublime y incondicionada en Dios. Él experimentó los estados de ánimo
buenos y malos, típicos de la existencia mortal, pero, en el sentido religioso,
no dudó nunca de la certeza de la vigilancia y la guía de Dios. Su fe fue
la consecuencia de la visión interna, nacida de la actividad de su Modelador
residente, la presencia divina. Su fe no fue ni tradicional ni meramente intelectual.
Fue totalmente personal y puramente espiritual.
2087§3
196:0.3 Jesús no
se aferró a la fe en Dios así como lo haría un alma en guerra con el universo
y en lucha de muerte con un mundo hostil y pecaminoso; no recurrió a la fe
como simple consuelo cuando estaba plagado de dificultades ni como alivio
cuando lo amenazaba la desesperanza; su fe no fue tan sólo una compensación
ilusoria de las realidades desagradables y de las congojas del vivir. Al enfrentarse
con todas las dificultades naturales y las contradicciones temporales de la
existencia mortal, él experimentó la tranquilidad de la confianza suprema
y indiscutida en Dios y sintió la tremenda emoción de vivir, por la fe, en
la presencia misma del Padre celestial. Esta fe triunfante fue una experiencia
viva de real alcance espiritual. La gran contribución de Jesús a los valores
de la experiencia humana no fue que revelara tantas nuevas ideas sobre el
Padre en el cielo, sino más bien que tan magnífica y humanamente demostró
un nuevo y más alto tipo de fe viva en Dios. Nunca en todos los mundos de
este universo, en la vida de cualquier mortal, vino Dios a ser tal realidad
viva como en la experiencia humana de Jesús de Nazaret.
2087§4
196:0.4 En la vida
del Maestro en Urantia, este mundo y todos los demás de la creación local
descubren un nuevo tipo más elevado de religión, una religión basada en las
relaciones espirituales personales con el Padre Universal y totalmente validada
por la autoridad suprema de la experiencia personal genuina. Esta fe viva
de Jesús fue más que una reflexión intelectual, y no fue una meditación mística.
2087§5
196:0.5 La teología
puede fijar, formular, definir y dogmatizar la fe, pero en la vida humana
de Jesús la fe fue personal, viva, original, espontánea y puramente espiritual.
Esta fe no fue reverencia por la tradición ni una mera creencia intelectual
que él sostenía como un credo sagrado, sino más bien una experiencia sublime
y una convicción profunda que lo sostenía firmemente. Su fe fue tan real y
tan completa que eliminó en forma absoluta toda duda espiritual y destruyó
en forma efectiva todo deseo contradictorio. Nada pudo arrancarlo del ancla
espiritual de esta fe ferviente, sublime y impávida. Aun frente a la derrota
aparente o en las garras del desencanto y de la desesperación amenazante,
permaneció calmo en la presencia divina, libre de temores y plenamente consciente
de su invencibilidad espiritual. Jesús disfrutó de la certeza vigorizadora
de poseer una fe sin incertidumbres, y en cada una de las difíciles situaciones
de la vida, infaliblemente exhibió una lealtad inamovible a la voluntad del
Padre. Esta fe estupenda permaneció impávida aun frente a la amenaza cruel
y sobrecogedora de una muerte ignominiosa.
2088§1
196:0.6 En un genio
religioso, muchas veces una poderosa fe espiritual lleva directamente al fanatismo
desastroso, a la exageración del ego religioso, pero esto no le ocurrió a
Jesús. No hubo influencias negativas de su extraordinaria fe y alcance espiritual
en su vida práctica, porque esta exaltación espiritual era una expresión totalmente
inconsciente y espontánea del alma de su experiencia personal con Dios.
2088§2
196:0.7 La fe espiritual
indomable y apasionada de Jesús no rayó jamás en el fanatismo porque su fe
no llegó nunca a afectar su juicio intelectual equilibrado en cuanto a los
valores proporcionales de las situaciones sociales, económicas y prácticas
morales corrientes de la vida. El Hijo del Hombre era una personalidad humana
espléndidamente unificada; era un ser divino de dones perfectos; también era
magníficamente coordinado como ser humano y divino combinados, funcionando
en la tierra como una sola personalidad. Siempre coordinó el Maestro la fe
del alma con el juicio de la sabiduría de la experiencia. La fe personal,
la esperanza espiritual y la devoción moral siempre estuvieron correlacionadas
en una unidad religiosa incomparable de vinculación armoniosa con una realización
sagaz de la realidad y santidad de todas las lealtades humanas: honor personal,
amor familiar, obligación religiosa, deber social y necesidad económica.
2088§3
196:0.8 La fe de
Jesús visualizaba todos los valores espirituales como se encuentran en el
reino de Dios; por lo tanto dijo: «Buscad primero el reino del cielo». Jesús
vio en la desarrollada e ideal comunidad del reino, el logro y la satisfacción
de la «voluntad de Dios». El corazón mismo de la oración que enseñó a sus
discípulos fue «venga tu reino; hágase voluntad tuya». Habiendo así concebido
que el reino comprendía la voluntad e Dios, se dedicó a la causa de su realización
con extraordinario autoolvido y entusiasmo sin límites. Pero en su extensa
misión y a lo largo de su vida extraordinaria no se asomó nunca la furia del
fanático ni la frivolidad del egocéntrico religioso.
2088§4
196:0.9 La vida
entera del Maestro estuvo constantemente condicionada por su fe viva, su experiencia
religiosa sublime. Esta actitud espiritual dominó totalmente sus pensamientos
y sentimientos, su creencia y su oración, su enseñanza y su predicación. Esta
fe personal de un hijo en la certeza y seguridad de la guía y protección del
Padre celestial impartió una profunda dote de realidad espiritual a su vida
singular. Sin embargo, a pesar de la muy profunda conciencia de relación estrecha
con la divinidad, este Galileo, este Galileo de Dios, cuando se le apeló Buen
Instructor, replicó instantáneamente: «¿Por qué me llamáis bueno?» Cuando
nos enfrentamos con un autoolvido tan esplendoroso comenzamos a comprender
cómo el Padre Universal pudo tan plenamente manifestarse a él y revelarse
a través de él a los mortales de los mundos.
2088§5
196:0.10 Jesús llevó
a Dios, como hombre del reino, la más grande de las ofrendas: la consagración
y dedicación de su propia voluntad al servicio majestuoso de hacer la voluntad
divina. Jesús interpretó la religión siempre y constantemente sólo en términos
de la voluntad del Padre. Cuando estudiéis la andadura del Maestro, en lo
que concierna a la oración o a cualquier otra característica de la vida religiosa,
buscad no tanto lo que él enseñó sino lo que él hizo. Jesús no oraba jamás
porque fuera un deber religioso hacerlo. Para él la oración era una expresión
sincera de actitud espiritual, una declaración de lealtad del alma, un recital
de devoción personal, una expresión de gratitud, un evitar de las tensiones
emocionales, una prevención de los conflictos, una exaltación del intelecto,
un ennoblecimiento de los deseos, una vindicación de la decisión moral, un
enriquecimiento del pensamiento, una vigorización de las inclinaciones más
elevadas, una consagración del impulso, una clarificación de un punto de vista,
una declaración de fe, una rendición trascendental de la voluntad, una afirmación
sublime de confianza, una revelación de coraje, la proclamación del descubrimiento,
una confesión de devoción suprema, la validación de la consagración, una técnica
para la adaptación de las dificultades y la poderosa movilización de los poderes
combinados del alma para soportar las tendencias humanas hacia el egoísmo,
el mal y el pecado. Él vivió una vida de consagración oracional de hacer la
voluntad de su Padre y terminó su vida triunfalmente con esa oración. El secreto
de su religión sin paralelo fue esta conciencia de la presencia de Dios; y
la alcanzó mediante la oración inteligente y la adoración sincera -comunión
constante con Dios- y no por medio de augurios, voces, visiones, apariciones
o prácticas religiosas extraordinarias.
2089§3
196:0.13 Jesús no
requiere que sus discípulos crean en él sino más bien que crean con él, que
crean en la realidad del amor de Dios y acepten con plena confianza la certeza
de la seguridad de la filiación con el Padre celestial. El Maestro desea que
todos sus seguidores compartan plenamente su fe trascendental. Jesús desafió
en forma enternecedora a sus seguidores, no sólo a que creyeran lo que él
creía, sino también a que creyeran como creía él. Este es el significado pleno
de su requisito supremo: «sígueme».
2090§1
196:0.14 La vida
terrenal de Jesús estuvo dedicada a un gran propósito hacer la voluntad del
Padre, vivir la vida humana religiosamente y por la fe. La fe de Jesús era
confiada como la de un niño, pero estaba totalmente libre de presunción. Tomó
decisiones fuertes y varoniles, se enfrentó valientemente con muchas desilusiones,
franqueó resueltamente dificultades extraordinarias, atacó sin titubear los
duros requisitos del deber. Se necesitó una voluntad fuerte y una confianza
infalible para creer lo que Jesús creía, y como él creía.
2090§4
196:1.3 «Seguir
a Jesús» significa compartir personalmente su fe religiosa y entrar en el
espíritu de la vida del Maestro de servicio altruista al hombre. Una de las
cosas más importantes del vivir humano es descubrir qué creía Jesús, cuáles
eran sus ideales, y luchar por alcanzar este propósito excelso de la vida.
De todo el conocimiento humano, el que tiene mayor valor es el conocer la
vida religiosa de Jesús y como la vivió.
2092§4
196:2.6 Jesús fundó
la religión de la experiencia personal al hacer la voluntad de Dios y servir
a la hermandad humana.
2093§3
196:2.9 Jesús guió
a los hombres a que se sintieran en el mundo como en su propia casa; los liberó
de la esclavitud de los tabúes y les enseñó que el mundo no es fundamentalmente
malo. No anhelaba escapar de su vida terrenal; dominó la técnica de hacer
la voluntad del Padre aceptablemente mientras estaba en la carne.
La verdadera religión
unifica la personalidad para la efectiva adaptación a todos los requisitos
mortales. La fe religiosa -la guía positiva de la presencia divina residente-
permite infaliblemente al hombre que conoce a Dios llenar el vacío que existe
entre la lógica intelectual que reconoce la Primera Causa Universal como Eso
y las afirmaciones positivas del alma que atestiguan que la Primera Causa
es Él, el Padre celestial del evangelio de Jesús, el Dios personal de la salvación
humana.
2094§1
196:3.2 Tan sólo
hay tres elementos en la realidad universal: hecho, idea y relación. La conciencia
religiosa identifica estas realidades como ciencia, filosofía y verdad. La
filosofía tiende a considerar estas actividades como razón, sabiduría y fe:
realidad física, realidad intelectual y realidad espiritual. Nosotros tenemos
por costumbre designar estas realidades como cosa, significado y valor.
2094§2
196:3.3 La comprensión
progresiva de la realidad es el equivalente de acercarse a Dios. Encontrar
a Dios, la conciencia de la identidad con la realidad, es el equivalente de
experimentar el yo completo: el yo entero, el yo total. La experiencia de
la realidad total es la realización plena de Dios, la finalidad de la experiencia
conocedora de Dios.
2094§3
196:3.4 La suma
total de la vida humana es el conocimiento de que al hombre se le educa con
los hechos, se ennoblece por la sabiduría, y se salva -se justifica- por la
fe religiosa.
2094§15
196:3.13 El hombre
no podría amar altruista y espiritualmente si no viviera en su mente un amante
divino. El hombre no podría comprender verdaderamente la unidad del universo
si no viviera en su mente un intérprete. No podría estimar los valores morales
y reconocer los significados espirituales si no viviera en su mente un evaluador.
Y este amante surge de la fuente misma del amor infinito; este intérprete
es parte de la Unidad Universal; este evaluador es el hijo del Centro y Fuente
de todos los valores absolutos de la realidad divina y eterna.
2095§1
196:3.14 La evaluación
moral con significación religiosa -entendimiento espiritual- connota la elección
del individuo entre el bien y el mal, la verdad y el error, lo material y
lo espiritual, lo humano y lo divino, tiempo y eternidad. La supervivencia
humana depende en gran parte de que la voluntad humana se consagre a elegir
aquellos valores que este clasificador de valores espirituales -el intérprete
y unificador residente- haya seleccionado. La experiencia religiosa personal
consiste en dos fases: descubrimiento en la mente humana y revelación por
el espíritu divino residente. Debido a una sofisticación excesiva o como resultado
de la conducta irreligiosa de los religionistas profesos, un hombre o aun
una generación de hombres, pueden elegir interrumpir sus esfuerzos para que
descubran a Dios que vive en ellos; pueden dejar de progresar en la revelación
divina y de alcanzarla. Pero estas actitudes de falta de progreso espiritual
no pueden persistir por mucho tiempo, debido a la presencia e influencia de
los Modeladores del Pensamiento residentes.
2095§2
196:3.15 Esta profunda
experiencia de la realidad de la residencia divina trasciende por siempre
la técnica materialista poco refinada de las ciencias físicas. No podéis colocar
el gozo espiritual bajo un microscopio; no podéis pesar el amor en una balanza;
no podéis medir los valores morales; tampoco podéis estimar la calidad de
la adoración espiritual.
Jesús reveló y ejemplificó
una religión de amor: seguridad en el amor del Padre, con regocijo y satisfacción
consiguientes al compartir este amor en el servicio de la hermandad humana.
2095§4
196:3.17 Cada vez
que el hombre hace una elección moral reflexiva, al instante experimenta una
invasión divina de su alma. La elección moral designa la religión como el
motivo de respuesta interior a las condiciones exteriores. Pero esta religión
real no es una experiencia puramente subjetiva. Significa el total de la subjetividad
del individuo ocupado en una respuesta significativa e inteligente a la objetividad
total: el universo y su Hacedor.
2095§5
196:3.18 La experiencia
exquisita y transcendental de amar y ser amado no es solamente una ilusión
psíquica sólo porque es tan puramente subjetiva. La única realidad verdaderamente
divina y objetiva vinculada con los seres mortales, el Modelador del Pensamiento,
funciona aparentemente para la observación humana como un fenómeno subjetivo
exclusivo. El contacto del hombre con la realidad objetiva más alta, Dios,
es solamente a través de la experiencia puramente subjetiva de conocerlo,
adorarlo y comprender la filiación con él.
2095§6
196:3.19 La verdadera
adoración religiosa no es un fútil monólogo de autodecepción. La adoración
es comunión personal con lo que es divinamente real, con lo que es la fuente
misma de la realidad. El hombre aspira a adorar para ser mejor, y de este
modo por fin alcanza lo óptimo.
2095§7
196:3.20 La idealización
y el intento de servir la verdad, la belleza y la bondad no es un sustituto
de la experiencia religiosa genuina: la realidad espiritual. La Psicología
y el idealismo no son equivalentes a la realidad religiosa. Las proyecciones
del intelecto humano pueden en efecto originar dioses falsos -dioses a imagen
del hombre- pero la verdadera conciencia de Dios no se origina de tal manera.
La conciencia de Dios reside en el espíritu residente. Muchos de los sistemas
religiosos del hombre vienen de las formulaciones del intelecto humano, pero
la conciencia de Dios no es necesariamente parte de estos sistemas grotescos
de esclavitud religiosa.
2096§7
196:3.28 En el reino
de la experiencia religiosa, la posibilidad espiritual es realidad potencial.
El impulso espiritual hacia delante del hombre no es una ilusión psíquica.
Puede que no sea todo en el fantaseamiento del hombre sobre el universo un
hecho, pero mucho, muchísimo en él es verdad.
2097§1
196:3.30 No os desalentéis;
la evolución humana sigue progresando, y la revelación de Dios al mundo, en
Jesús y por Jesús, no fracasará.
2097§2
196:3.31 El gran
desafío del hombre moderno consiste en alcanzar una mejor comunicación con
el Preceptor divino que reside en la mente humana. La aventura más grande
del hombre en la carne consiste en un esfuerzo bien balanceado y sano por
avanzar los límites de la autoconciencia hasta los ocultos reinos de la conciencia
embriónica del alma en un esfuerzo sincero por alcanzar el terreno que linda
con la conciencia espiritual: al contacto con la presencia divina. Esta experiencia
constituye la conciencia de Dios, una experiencia poderosamente confirmadora
de la verdad preexistente de la experiencia religiosa de conocer a Dios. Esta
conciencia del espíritu equivale al conocimiento de la actualidad de la filiación
de Dios. De otra manera, la certeza de la filiación es una experiencia de
fe.
2097§3
196:3.32 La conciencia
de Dios es equivalente a la integración del yo con el universo, y en sus niveles
más altos de la realidad espiritual. Sólo el contenido espiritual de cualquier
valor es imperecedero. Aun lo que es verdadero, bello y bueno no puede perecer
en la experiencia humana. Si el hombre no elige sobrevivir, el Modelador superviviente
conservará esas realidades nacidas del amor y alimentadas en el servicio. Todas estas cosas son parte del
Padre Universal. El Padre es amor vivo, y esta vida del Padre reside en sus
Hijos. Y el espíritu del Padre reside en los hijos de sus Hijos: los hombres
mortales. Al fin y al cabo, la idea del Padre seguirá siendo el más alto concepto
humano de Dios.
LA
EVOLUCIÓN DE LA ORACIÓN
994§1
91:0.1 La oración,
como agencia de la religión, evolucionó de las expresiones previas no religiosas
en forma de monólogos y diálogos. Con el logro de la autoconciencia, ocurrió
inevitablemente en el hombre primitivo el corolario de que existen otras consciencias,
el potencial dual de la respuesta social y del reconocimiento de Dios.
994§2
91:0.2 Las formas
más primitivas de oración no estaban dirigidas a la Deidad. Estas expresiones
eran muy semejantes a lo que puedes decir a un amigo al embarcarte en alguna
empresa importante, «deséame suerte». El hombre primitivo estaba encadenado
por la magia; la suerte, tanto buena como mala, participaba en todos los asuntos
de la vida. Al principio, estas solicitudes de suerte eran monólogos: una
vocalización de los pensamientos del asistente de la magia. Luego, estos creyentes
en la suerte buscaron el apoyo de sus amigos y familias, y finalmente se realizó
cierta forma de ceremonia que incluía al entero clan o tribu.
994§3
91:0.3 Cuando los
conceptos de fantasmas y espíritus evolucionaron, estas solicitudes se dirigieron
a las fuerzas sobrehumanas, y con la conciencia de los dioses, dichas expresiones
llegaron a los niveles de la verdadera oración. Como ilustración de esto,
entre algunas tribus australianas las oraciones religiosas primitivas antedataron
su creencia en los espíritus y en las personalidades sobrehumanas.
994§4
91:0.4 La tribu
que se llama los todas, en la India, observa ahora esta práctica de orar sin
dirigir la oración a nadie en particular, así como lo hacían los pueblos primitivos
antes de los tiempos de la conciencia religiosa. Pero, entre los todas, esto
representa una regresión de su religión, degenerada a este nivel primitivo.
Los ritos actuales de los sacerdotes lecheros de los todas no representan
una ceremonia religiosa puesto que estas oraciones impersonales no contribuyen
nada a la conservación ni al enaltecimiento de los valores sociales, morales
o espirituales.
994§5
91:0.5 La oración
pre-religiosa fue parte de las prácticas mana de los melanesios, las creencias
oudah de los pigmeos africanos, y las supersticiones manitou de los indios
norteamericanos. Las tribus baganda de África tan sólo recientemente emergieron
del nivel mana de oración. En esta confusión evolutiva primitiva los hombres
oran a los dioses -locales y nacionales- a los fetiches, los amuletos, los
fantasmas, los gobernantes y la gente corriente.
994§6
91:1.1 La función
de la religión evolutiva primitiva consiste en conservar y aumentar los valores
esenciales sociales, morales y espirituales que están tomando forma lentamente.
Esta misión de la religión no es observada conscientemente por la humanidad,
sino que se efectúa fundamentalmente mediante la oración. La práctica de orar
representa el esfuerzo no intencional, pero sin embargo personal y colectivo,
de todo grupo por asegurarse (por realizar) esta conservación de los valores
más elevados. Si no fuese por la salvaguardia de la oración, todos los días
sagrados retrogradarían rápidamente a la condición de simples feriados.
.995§1
91:1.2 La religión
y sus agencias, la principal de las cuales es la oración, se alían solo con
aquellos valores que tienen reconocimiento social general, aprobación del
grupo. Por lo tanto, cuando el hombre primitivo intentaba gratificar sus emociones
más bajas o satisfacer ambiciones egoístas no mitigadas, perdía el consuelo
de la religión y la ayuda de la oración. Si el individuo intentaba realizar
algo antisocial, estaba obligado a buscar ayuda en la magia no religiosa,
recurrir a los hechiceros, y perder de este modo la ayuda de la oración. La
oración, por consiguiente, muy pronto se tornó un elemento poderoso en promover
la evolución social, el progreso moral y el logro espiritual.
995§2
91:1.3 Pero la mente
primitiva no era ni lógica ni coherente. Los hombres primitivos no percibían
que las cosas materiales no pertenecían a la provincia de la oración. Estas
almas de mentes sencilla razonaban que el alimento, el techo, la lluvia, la
caza y otros bienes materiales enaltecían el bienestar social, y por lo tanto,
comenzaron a orar para obtener estas bendiciones físicas. Aunque esto constituía
una perversión de la oración, alentaba el esfuerzo a obtener objetivos materiales
mediante acciones sociales y éticas. Tal prostitución de la oración, aunque
degradaba los valores espirituales de un pueblo, elevaba, sin embargo, en
forma directa sus costumbres económicas, sociales y éticas.
995§3
91:1.4 La oración
es monólogo tan sólo en el tipo más primitivo de mente. Muy pronto se torna
diálogo y rápidamente se amplía al nivel de adoración de grupo. La oración
significa que las encantaciones premágicas de la religión primitiva han evolucionado
a ese nivel en el que la mente humana reconoce la realidad de los poderes
o beneficios de los seres que pueden enaltecer los valores sociales y aumentar
los ideales morales, y además, que esas influencias son sobrehumanas y distintas
del ego humano autoconsciente y de sus semejantes mortales. La verdadera oración
no aparece, por consiguiente, hasta que la agencia del ministerio religioso
se visualice como personal.
995§4
91:1.5 La oración
poco se relaciona con el animismo, pero estas creencias pueden existir paralelamente
a los sentimientos religiosos emergentes. Muchas veces, la religión y el animismo
han tenido orígenes enteramente separados.
995§5
91:1.6 Para aquellos
mortales que no han sido redimidos de la esclavitud primitiva del temor, hay
verdadero peligro de que la oración pueda conducir a un sentido morboso del
pecado, convicciones no justificadas de culpa, reales o imaginarias. Pero
en los tiempos modernos no es probable que muchos pasen tanto tiempo orando
como para llegar a preocuparse peligrosamente por su falta de valor o sus
tendencias pecaminosas. Los peligros que se relacionan a la distorsión y a
la perversión de la oración estriban en la ignorancia, la superstición, la
cristalización, la desvitalización, el materialismo y el fanatismo.
996§5
91:2.7 La oración
contribuye en gran medida al desarrollo del sentimiento religioso de una mente
humana en evolución. Es una influencia poderosa que actúa para prevenir el
aislamiento de la personalidad.
996§6
91:2.8 La oración
representa una técnica vinculada con las religiones naturales de la evolución
racial que también forma parte de los valores vivenciales de las religiones
más elevadas de excelencia ética, las religiones de revelación.
996§7
91:3.1 Los niños
cuando comienzan a aprender a usar el idioma, tienen tendencia a pensar en
voz alta, expresar sus pensamientos en palabras, aunque no haya nadie presente
para oírles. En los albores de la imaginación creadora manifiestan una tendencia
a conversar con compañeros imaginarios. De esta manera, un yo en formación,
busca comunicarse con un otro yo ficticio. Mediante esta técnica el niño aprende
muy pronto a convertir sus conversaciones de monólogo en seudodiálogo, en
los que este otro yo responde a su pensamiento oral y expresión de deseo.
Mucho del pensamiento del adulto se lleva a cabo mentalmente en forma de conversación.
997§2
91:3.4 La simple
oración de fe evidencia una evolución poderosa en la experiencia humana por
la cual las conversaciones antiguas con el símbolo ficticio del otro yo de
la religión primitiva se han enaltecido al nivel de la comunión con el espíritu
del Infinito y al de la auténtica conciencia de la realidad del Dios eterno
y Padre Paradisiaco de toda la creación inteligente.
997§3
91:3.5 Aparte de
todo lo que es superyo en la experiencia de orar, debe recordarse que la oración
ética es una forma espléndida de elevar al propio yo y reforzar al ego para
una mejor vida y un logro más elevado. La oración induce al ego humano a mirar
a los dos lados para conseguir ayuda: ayuda material de la reserva subconsciente
de experiencia mortal, inspiración y guía a los límites supraconscientes de
contacto de lo material con lo espiritual, con el Preceptor Misterioso.
997§4
91:3.6 La oración
siempre ha sido y siempre será una experiencia humana doble: un procedimiento
psicológico intervinculado con una técnica espiritual. Estas dos funciones
de la oración no pueden ser nunca completamente separadas.
997§5
91:3.7 La oración
esclarecida debe reconocer no sólo a un Dios externo y personal sino también
a una Divinidad interna e impersonal, el Modelador residente. Corresponde
al hombre, cuando ora, intentar captar el concepto del Padre Universal en
el Paraíso, pero la técnica más eficaz para la mayor parte de los fines prácticos
será volver al concepto del otro yo cercano, tal como solía hacerlo la mente
primitiva, y luego reconocer que la idea de este otro yo ha evolucionado de
una mera ficción a la verdad de lo que Dios reside en el hombre mortal en
la presencia factual del Modelador para que el hombre pueda hablar cara a
cara, por así decirlo, con un otro yo real y genuino y divino que reside en
él y que es la presencia y esencia misma del Dios vivo, el Padre Universal.
Los CANALES DE LA
ORACIÓN Y ADORACIÓN A TRAVÉS DEL CIRCUITO DEL HIJO ETERNO Y Los AJUSTADORES
DEL PENSAMIENTO
84§3 7:3.3 El circuito de gravedad espiritual
es el canal básico para transmitir las oraciones sinceras del corazón humano
creyente desde el nivel de la conciencia humana hasta la verdadera conciencia
de la Deidad. Aquello que representa verdadero valor espiritual en vuestras
peticiones será aprehendido por el circuito universal de la gravedad espiritual
y pasará inmediata y simultáneamente a todas las personalidades divinas competentes,
y cada una de ellas se ocupará de aquello que pertenece a su especialidad
personal. Por lo tanto, en vuestra experiencia religiosa práctica, es inmaterial
si, al dirigir vuestras súplicas, visualizáis al Hijo Creador de vuestro universo
local o al Hijo Eterno en el centro de todas las cosas.
84§4
7:3.4 La operación
discriminadora del circuito de gravedad espiritual podría compararse tal vez
a las funciones de los circuitos del sistema nervioso en el cuerpo humano
material: las sensaciones viajan hacia adentro por las sendas neuronales;
algunas se detienen y responden a los centros automáticos espinales inferiores;
otras siguen hasta los centros menos automáticos, pero condicionados por el
hábito del cerebro inferior, mientras que los mensajes más importantes y vitales
atraviesan velozmente estos centros subordinados y se registran inmediatamente
en los niveles más altos de la conciencia humana.
84§5
7:3.5 Pero ¡cuánto
más perfecta es la magnífica técnica del mundo espiritual! Si algo que se
origina en vuestra conciencia contiene un valor espiritual supremo, una vez
que lo hayáis expresado, ningún poder en el universo podrá impedir su veloz
llegada directa a la Personalidad del Espíritu Absoluto de toda la creación.
84§6
7:3.6 Por el contrario,
si vuestras súplicas son puramente materiales y totalmente egocéntricas, no
existe ningún plan por el cual tales oraciones indignas puedan encontrar cabida
en el circuito espiritual del Hijo Eterno. El contenido de cada petición que
no sea «dictada por el espíritu» no puede encontrar lugar en el circuito espiritual
universal; esas peticiones, puramente egoístas y materiales, perecen; no ascienden
a los circuitos de los verdaderos valores espirituales. Tales palabras son
como «metal que resuena y címbalo que retiñe».
85§1
7:3.7 Es el pensamiento
motivador, el contenido espiritual, el que valida la súplica del mortal. Las
palabras carecen de valor.
1638§2
146:2.2 1. La iniquidad
albergada consciente y persistentemente en el corazón del hombre va destruyendo
poco a poco la conexión establecida por la oración en el alma humana, con
los circuitos espirituales de comunicación entre el hombre y su Hacedor. Naturalmente,
Dios oye la súplica de su hijo, pero cuando el corazón humano alberga deliberada
y constantemente los conceptos de iniquidad, se produce gradualmente una pérdida
de comunión personal entre el hijo terrenal y su Padre celestial.
1638§4
146:2.4 3. Al abrir
los mortales el terminal humano del canal de comunicación entre Dios y el
hombre, la corriente constante del ministerio divino a las criaturas de los
mundos, se hace inmediatamente disponible. Cuando el hombre escucha las palabras
del espíritu de Dios dentro del corazón humano, existe inherente a esta experiencia
el hecho de que Dios escucha simultáneamente la súplica del hombre. Aun el
perdón de los pecados también opera en esta misma forma infalible. El Padre
en el cielo te ha perdonado aun antes de que hayas pensado en pedírselo, pero
dicho perdón no es asequible en tu experiencia religiosa personal hasta tanto
no perdones tú a tus semejantes. El perdón de Dios -como hecho- no depende
de que perdones a tus semejantes, pero en experiencia depende en forma precisa
de este factor. Y este hecho de la sincronía del perdón divino y humano fue
así reconocido y vinculado en la oración que Jesús enseñó a los apóstoles.
1641§1
146:2.17 16. Jesús
enseñó a sus seguidores a que, después de elevar sus oraciones al Padre, permanecieran
en acallada receptividad por un tiempo ofreciendo así al espíritu residente
una mejor oportunidad para hablar al alma dispuesta a escuchar. El espíritu
del Padre se comunica mejor con el hombre cuando la mente humana está en actitud
de verdadera adoración.
Adoramos a Dios con
ayuda del espíritu residente del Padre y por el esclarecimiento de la mente
humana mediante el ministerio de la verdad. La adoración, enseñó Jesús, lo
hace a uno cada vez más semejante al ser que está adorando. La adoración es
una experiencia transformadora por medio de la cual lo finito se va gradualmente
acercando hasta finalmente alcanzar la presencia de lo Infinito.
Los Ajustadores del
Pensamiento residentes son parte de la Deidad eterna del Padre Paradisiaco.
El hombre no necesita ir más allá de su propia experiencia interior de contemplación
del alma de esta presencia de realidad espiritual para encontrar a Dios e
intentar la comunión con él.
63§3
5:1.5 Por mucho
que los mortales de Urantia puedan diferir en sus oportunidades y dotes intelectuales,
sociales, económicas e incluso morales, no olvidéis que su dote espiritual
es uniforme y única. Todos ellos disfrutan de la misma presencia divina de
la dádiva del Padre, y todos cuentan con el idéntico privilegio de poder procurar
una íntima comunión personal con el espíritu residente de origen divino, a
la vez que todos pueden igualmente elegir aceptar la uniforme dirección espiritual
de estos Preceptores Misteriosos.
63§4
5:1.6 Si el hombre
mortal está sincera y espiritualmente motivado y consagrado sin reservas al
hacer la voluntad del Padre, entonces, puesto que está tan certera y efectivamente
dotado por el Ajustador divino que mora en él, no puede dejar de materializarse
en la experiencia de ese individuo la conciencia sublime de conocer a Dios
y la excelsa certidumbre de sobrevivir para el propósito de encontrar a Dios
mediante la experiencia progresiva de hacerse cada vez más semejante a él.
63§6
5:1.8 El Padre desea
que todas sus criaturas estén en comunión personal con él. Él tiene un lugar
en el Paraíso para recibir a todos los que por su estado de supervivencia
y naturaleza espiritual hacen posible tal logro. Por lo tanto, asentad en
vuestra filosofía ahora y para siempre: para cada uno de vosotros y para todos
nosotros, Dios es accesible, el Padre es alcanzable, el camino está abierto;
las fuerzas del amor divino y los medios y arbitrios de la administración
divina se entrelazan para facilitar el avance de todas las inteligencias merecedoras
de todos los universos hasta la presencia en el Paraíso del Padre Universal.
64§7
5:2.4 Es debido
a este fragmento de Dios que reside en ti que puedes esperar, según progresas
en armonía con la dirección espiritual del Ajustador, discernir más plenamente
la presencia y el poder transformador de esas otras influencias espirituales
que te rodean y sobrecogen pero que no funcionan como parte integrante de
ti. El hecho de que no tengas intelectualmente conciencia de un contacto estrecho
y íntimo con el Ajustador residente no refuta en lo más mínimo tan elevada
experiencia. La prueba de la fraternidad con el Ajustador divino consiste
totalmente en la naturaleza y grado de los frutos del espíritu que rinden
en la experiencia vital del creyente. «Por sus frutos los conoceréis».
381§7
34:6.13 La conciencia
de la dominación del espíritu en una vida humana exhibe finalmente manifestaciones
cada vez mayores de las características del Espíritu en las reacciones vitales
de tales mortales guiados por el espíritu, «porque los frutos del espíritu
son el amor, la alegría, la paz, la resignación, la dulzura, la bondad, la
fe, la humildad, y la templanza». Tales mortales que son guiados por el espíritu
y están divinamente iluminados, aun cuando caminan por los bajos senderos
del sufrimiento y con lealtad humana cumplen con las obligaciones de sus deberes
terrenales, han comenzado ya a discernir las luces de la vida eterna que centellean
en las lejanas orillas de otro mundo; ya han comenzado a comprender la realidad
de esa verdad inspiradora y reconfortante, «El reino de Dios no es comida
ni bebida, sino justicia, paz, y alegría en el Espíritu Santo». A través de
cada prueba, frente a cada penuria, las almas nacidas del espíritu están sostenidas
por esa esperanza que trasciende todos los temores, porque el amor de Dios
se esparce a todos los corazones a través de la presencia del Espíritu divino.
2054§3
193:2.2 » Jesús
le dijo ; Que la paz sea con vosotros. Vosotros os regocijáis de saber que
el Hijo del Hombre ha resucitado de entre los muertos porque así sabéis que
vosotros y vuestros hermanos también sobreviviréis al fallecimiento mortal.
Pero esa supervivencia depende de que hayáis nacido primero del espíritu de
búsqueda de la verdad y descubrimiento de Dios. El pan y el agua de la vida
se otorgan tan sólo a los que tienen hambre de verdad y sed de rectitud de
Dios. El hecho de que los muertos resucitan, no constituye el evangelio del
reino. Estas grandes verdades y estos hechos del universo están todos relacionados
con este evangelio en cuanto son una parte del resultado de creer la buena
nueva y están comprendidos en la experiencia subsiguiente de los que, por
la fe, se tornan, de hecho y en verdad, en hijos sempiternos del Dios eterno.
Mi Padre me envió a este mundo para proclamar a todos los hombres esta salvación
de filiación. Así yo os envío a que prediquéis esta salvación de filiación.
La salvación es el don de Dios, pero los que nacen del espíritu, comienzan
inmediatamente a rendir los frutos del espíritu en servicio amante de sus
semejantes. Y los frutos del espíritu divino cosechados en la vida de los
mortales nacidos del espíritu y conocedores de Dios son: servicio amante,
devoción altruista, lealtad valiente, justicia sincera, honestidad esclarecida,
esperanza sin fin, confianza incondicionada, ministerio misericordioso, bondad
infalible, tolerancia clemente y paz duradera. Si los creyentes profesos no
rinden estos frutos del espíritu divino en su vida, están muertos. El Espíritu
de la Verdad no está en ellos; son ramas inútiles de una vida viva y pronto
serán podadas. Mi Padre requiere que todos los hijos de la fe rindan muchos
frutos del espíritu. Si por lo tanto vosotros no sois fructíferos, él cavará
alrededor de vuestras raíces y podará vuestras ramas estériles. Cada vez más
debéis rendir los frutos del espíritu, a medida que progresáis hacia el cielo
en el reino de Dios. Podéis entrar al reino como un niño, pero el Padre requiere
que crezcáis por la gracia, a la plena estatura del adulto espiritual. Cuando
vayáis a decir a todas las naciones la buena nueva del evangelio, yo iré delante
de vosotros, y mi Espíritu de la Verdad morará en vuestro corazón. Mi paz
os dejo».
65§2
5:2.6 La entera
experiencia de comunión con el Ajustador implica un estado moral, una motivación
mental, y una experiencia espiritual. La realización de tal logro se limita
principalmente, aunque no exclusivamente, a los dominios de la conciencia
del alma, pero las pruebas se producen y abundan en la manifestación de los
frutos del espíritu en la vida de todos los que se ponen en contacto con ese
espíritu interior.
998§6
91:5.3 Si deseas
verdaderamente sobreponerte a la costumbre de criticar a un amigo, la forma
más rápida y segura de alcanzar este cambio de actitud consiste en establecer
el hábito de orar por esa persona cada día de tu vida. Pero las repercusiones
sociales de dichas oraciones dependen en su mayor parte de dos condiciones:
1. La persona por la
cual se ora debe saber que se está orando por ella.
2. La persona que ora
debe tener una relación social íntima con la persona por quien está orando.
999§2
91:5.6 La oración
es la técnica por la cual, más pronto o más tarde, toda religión se torna
institucionalizada. Y con el tiempo, la oración se asocia con numerosas agencias
secundarias, algunas útiles, otras decididamente deletéreas, tales como los
sacerdotes, los libros sagrados, los ritos de adoración y las ceremonias.
999§3
91:5.7 Pero la mente
de mayor esclarecimiento espiritual debe ser paciente y tolerante de los intelectos
menos dotados que desean el simbolismo para movilizar su débil visión espiritual.
Los fuertes no deben mirar con desprecio a los débiles. Aquellos que tienen
conciencia de Dios sin simbolismo no deben negar el ministerio gracioso del
símbolo a aquellos que encuentran difícil adorar a la Deidad y reverenciar
la verdad, la belleza y la bondad sin forma ni rito. En la adoración orante,
la mayor parte de los mortales visualizan un símbolo del objeto-meta de sus
devociones.
1618§6
144:2.2 «La oración
es una expresión enteramente personal y espontánea de la actitud del alma
hacia el espíritu; el rezo debe ser la comunión de la filiación y la expresión
de la hermandad. La oración dictada por el espíritu, conduce al progreso espiritual
cooperativo. La oración ideal es una forma de comunión espiritual que conduce
a la adoración inteligente. La oración verdadera es la actitud sincera en
pos de los cielos para alcanzar vuestros ideales.
1619§1
144:2.3 «La oración
es el aliento del alma y debe conduciros a persistir en vuestro intento de
conocer la voluntad del Padre. Si alguno de vosotros tiene un vecino, y vas
a verle a la media noche para decirle: 'amigo mío, préstame tres panes, porque
acaba de llegar un viajero amigo mío, y nada tengo para darle'; y tu vecino
responde, 'ya no me molestes; mi puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya
estamos acostados; por eso no puedo levantarme a darte pan', pero perseverarás
y explicarás que tu amigo tiene hambre, y que no tienes comida para darle.
Y yo te digo que si tu vecino no quiere levantarse para darte pan por amistad,
se levantará y te dará tantos panes como necesites simplemente para que no
lo importunes más. Así pues, si la perseverancia gana el favor de un simple
mortal, imaginaos cuanto más ganará vuestra perseverancia en el espíritu,
el pan de la vida de las manos generosas del Padre en el cielo. Nuevamente
os digo, pedid y se os dará; buscad y encontraréis, golpead la puerta y se
os abrirá. Porque el que pide recibe; el que busca encuentra; y el que golpea
la puerta de la salvación, la puerta se le abrirá.
.1619§2
144:2.4 «¿Qué padre
entre vosotros, ante la súplica inmadura del hijo, vacilaría en dar según
la sabiduría paterna, y no de acuerdo con la solicitud errónea del hijo? Si
el niño necesita pan, ¿le darás una piedra sólo porque incesantemente la solicitó?
Si tu hijo necesita pescado, ¿le darás una serpiente de agua sólo porque apareció
en la red con el pez y el niño tontamente la pide? Si vosotros, mortales y
finitos, sabéis cómo responder a las súplicas y dar a vuestros hijos dones
buenos y apropiados, ¡cuánto más dará al espíritu y cuantas bendiciones adicionales
dará vuestro Padre celestial a los que se lo pidan! Los hombres deben siempre
orar sin perder nunca la esperanza.
1619§4
144:2.6 «Pero cuando
oráis, ejercéis tan poca fe. La fe genuina es capaz de mover montañas de dificultades
materiales encontradas en el camino de la expansión del alma y del progreso
espiritual».
1619§5
144:3.1 Pero los
apóstoles aún no estaban satisfechos; querían que Jesús les diese una oración
modelo para que ellos pudieran enseñársela a los nuevos discípulos. Después
de escuchar las palabras de Jesús sobre la oración, Santiago Zebedeo dijo:
«Muy bien, Maestro, pero no pedimos una fórmula de oración para nosotros,
sino más bien para los nuevos creyentes que tan frecuentemente nos imploran:
'enseñadnos a orar en una forma que sea aceptable al Padre en los cielos'».
1619§6
144:3.2 Cuando Santiago
terminó de hablar, Jesús dijo: «Si pues, aún deseáis tal oración, os daré
la que enseñé a mis hermanos y hermanas en Nazaret»:
Padre nuestro que estás
en los cielos,
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino; hágase
tu voluntad
En la tierra así como
se hace en el cielo.
Danos hoy nuestro pan
para mañana;
Refresca nuestra alma
con el agua de la vida.
Y perdónanos nuestras
deudas
Así como también perdonamos
a nuestros deudores.
Sálvanos de la tentación,
líbranos del mal,
Y haznos cada vez tan
perfectos como tú.
LA
FORMA DE ORAR
1620§12
144:3.5 Jesús enseñó
a los doce que debían orar siempre en secreto; que debían alejarse a solas,
en la serenidad de la naturaleza, o encerrarse en sus cuartos para orar.
1620§13
144:3.6 Después
de la muerte de Jesús y de su ascensión al Padre, muchos creyentes optaron
por agregar al final de esta oración, así llamada el Padre nuestro, estas
palabras «En el nombre de Señor Jesús Cristo». Más tarde se perdieron dos
líneas al copiarse la oración, y fue agregada una cláusula adicional, como
sigue: «Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria, por siempre jamás»
1620§14
144:3.7 Jesús dio
esta oración a los apóstoles en su forma colectiva, tal como se la rezaba
en la casa de Nazaret. No enseñó nunca una oración personal formal, sino tan
sólo súplicas para grupos, familias, o reuniones sociales; aun así, tampoco
accedió a hacerlo espontáneamente.
1620§15
144:3.8 Jesús enseñaba
que la oración eficaz debe ser:
1. Altruista: no solamente
para uno mismo.
2. Creyente: de acuerdo
con la fe.
3. Sincera: de corazón
honesto.
4. Inteligente: de acuerdo
con las propias luces.
5. Confiada: en sumisión
a la voluntad omnisapiente del Padre.
1620§21
144:3.9 Cuando Jesús
pasaba noches enteras en la montaña rezando, lo hacía principalmente en súplica
para sus discípulos, sobre todo para los doce. El Maestro muy poco oraba por
sí mismo, aunque si practicaba mucha adoración de naturaleza de la comunión
de entendimiento con su Padre en el Paraíso.
ORACIÓN
ÉTICA
997§6
91:4.1 Ninguna oración
puede ser ética cuando el que solicita busca la ventaja egoísta por sobre
los intereses de sus semejantes. La oración egoísta y materialista es incompatible
con las religiones éticas que se predican sobre la base del amor altruista
y divino. Toda oración no ética revierte a los niveles primitivos de la seudomagia
y es inmerecedora de las civilizaciones en avance y de las religiones esclarecidas.
La oración egoísta transgrede el espíritu de toda ética fundada en una justicia
amante.
997§7
91:4.2 La oración
no debe prostituirse nunca tanto hasta el punto de volverse un sustituto de
la acción. Toda oración ética es un estímulo a la acción y la guía a la lucha
progresiva por obtener los fines idealistas del logro del superyo.
998§1
91:4.3 En todas
tus oraciones, sé justo; no esperes que Dios muestre parcialidad, que te ame
más que a sus otros hijos, tus amigos, vecinos, aun tus enemigos. Pero la
oración de las religiones naturales o evolucionadas no es al principio ética,
como lo es en las religiones reveladas más recientes. Toda oración, sea ésta
individual o comunal, puede ser o egoísta o altruista. Es decir que la oración
puede centrarse en el yo o en los demás. Cuando la oración no busca nada para
el que ora ni para sus semejantes, esta actitud del alma tiende hacia los
niveles de la verdadera adoración. Las oraciones egoístas comprenden confesiones
y solicitudes y frecuentemente consisten en demandas de favores materiales.
La oración es un poco más ética cuando comprende el perdón y busca la sabiduría
para llegar a un mayor autocontrol.
998§2
91:4.4 La oración
de tipo altruista fortalece y consuela, la oración materialista está destinada
a atraer desilusión y desencanto a medida que los descubrimientos de la ciencia
en avance demuestran que el hombre vive en un universo físico de ley y orden.
La infancia de un individuo o de una raza se caracteriza por la oración primitiva,
egoísta y materialista. Y, hasta cierto punto, todas estas solicitudes son
eficaces en cuanto conducen invariablemente a aquellos esfuerzos y ejercicios
que contribuyen a la obtención de respuestas con estas oraciones. La verdadera
oración de fe siempre contribuye al mejoramiento de la técnica del vivir,
aun cuando las solicitudes no sean merecedoras del reconocimiento espiritual.
Pero la persona espiritualmente adelantada debe ejercer gran cuidado al intentar
desalentar a la mente primitiva o inmadura respecto de tales oraciones.
998§3
91:4.5 Recordad,
aunque la oración no cambia a Dios, muy frecuentemente efectúa cambios grandes
y duraderos en el que ora con fe y confianza. La oración ha sido el antepasado
de mucha paz mental, alegría, calma, valor, autodominio, y justicia entre
los hombres y las mujeres de las razas en evolución.
COMBINACIÓN
DE ORACIÓN Y ADORACIÓN
1621§1
144:4.2 La repetición
sincera y honesta de una súplica, cuando esta oración es la expresión sincera
de un hijo de Dios, y es pronunciada con fe, aunque desatinada o imposible
de responder directamente, siempre servirá para expandir la capacidad de recepción
espiritual del alma.
1621§2
144:4.3 En toda
oración, recordad que la filiación es un don. Ningún niño tiene que hacer
nada para ganar el estado de hijo o hija. El hijo terrestre adquiere el ser
por voluntad de sus padres. De la misma manera llega el hijo de Dios a la
gracia y a la nueva vida del espíritu por voluntad del Padre en el cielo.
Por consiguiente, el reino del cielo -la filiación divina- debe ser recibida
por el hijo como si fuese un niño pequeño. La rectitud el desarrollo progresivo
del carácter: se gana, pero la filiación se recibe mediante la gracia y por
la fe.
1621§3
144:4.4 La oración
condujo a Jesús a la supracomunión de su alma con los Gobernantes Supremos
del universo de los universos. La oración conducirá a los mortales de la tierra
a la comunión de una verdadera adoración. La capacidad espiritual del alma
para recibir determina la cantidad de bendiciones celestiales que pueden conseguirse
personalmente y que se pueden percibir conscientemente como respuesta a la
oración.
1621§4
144:4.5 La oración,
y la adoración con que ésta se vincula, es una técnica para apartarse de la
rutina diaria de la vida, del agobio y monotonía de la existencia material.
Es un camino para acercarse a la autorrealización y la individualidad espiritualizadas
que constituyen un logro intelectual y religioso.
1621§5
144:4.6 La oración
es el antídoto contra la introspección nociva; por lo menos, el rezo así como
el Maestro lo enseñó es tal ministerio beneficioso para el alma. Jesús siempre
usó la influencia benéfica de la oración para sus semejantes. El Maestro generalmente
rezaba en plural, no en singular. Sólo en las grandes crisis de su vida terrestre
rezó Jesús para sí mismo.
1621§6
144:4.7 La oración
es el aliento de la vida del espíritu en medio de la civilización material
de las razas humanas. La adoración es la salvación para las generaciones de
mortales en busca de placer.
1621§7
144:4.8 Orar es
como recargar las baterías espirituales del alma, y adorar sería como sintonizar
el alma para captar las transmisiones universales del espíritu infinito del
Padre Universal.
1621§8
144:4.9 La oración
es la mirada sincera y anhelante del hijo dirigida a su Padre espíritu; es
el proceso psicológico de intercambio de la voluntad humana por la voluntad
divina. La oración es una parte del plan divino para transformar lo que es
en lo que debería ser.
Padre nuestro que eres
en el misterio,
Revélanos tu santo carácter.
Haz que hoy tus hijos
en la tierra
Vean el camino, la luz
y la verdad.
Muéstranos el camino
del progreso eterno,
Y danos la voluntad
para marchar en él.
Afianza en nosotros
tu reino divino
Y concédenos así el
pleno dominio de nosotros mismos.
No nos dejes errar por
los caminos de la oscuridad y la muerte;
Condúcenos por siempre
junto a las aguas de vida.
Escucha éstas, nuestras
oraciones, y acógelas;
Complácete en hacernos
más y más como tú.
Finalmente, por tu Hijo
divino,
Recíbenos en tu abrazo
eterno.
Padre nuestro celestial
perfecto y justo,
Guía y dirige hoy nuestra
travesía.
Santifica nuestros pasos
y coordina nuestros pensamientos
Condúcenos para siempre
por los caminos del progreso eterno.
Llénanos de sabiduría
hasta la plenitud del poder
Y danos vitalidad con
tu energía infinita.
Inspíranos con la conciencia
divina de
La presencia y guía
de las huestes seráficas.
Condúcenos por siempre
en nuestro ascenso por el camino de la luz;
Reivindícanos plenamente
en el día del gran juicio.
Haznos como tú en gloria
eterna
Y recíbenos en tu servicio
eterno en lo alto.
Glorioso Padre y Madre,
en uno combinados,
Leales seamos a tu naturaleza
divina.
Que tu esencia misma
reviva en nosotros y a través de nosotros
Por el don y efusión
de tu espíritu divino.
Reproduciéndote así
imperfectamente en esta esfera
Así como te muestras
perfecta y majestuosamente en lo alto.
Danos día a día tu dulce
ministerio de hermandad
Y condúcenos en todo
momento por el camino del servicio amoroso.
Sé por siempre y incansablemente
paciente con nosotros
Así como nosotros mostramos
nuestra paciencia con nuestros hijos.
Danos la sabiduría divina
que todo lo hace bien
Y el amor infinito que
se vuelca a todas las criaturas.
Concédenos tu paciencia
y clemencia,
Para que nuestra caridad
abrace a los débiles del reino.
Y cuando nuestra andadura
se acaba, haz que honre y glorifique tu nombre,
Que complazca a tu buen
espíritu, y que satisfaga a quienes cuidan nuestra alma.
No según nuestros deseos,
Padre nuestro amante, sino según tus deseos de bien eterno para tus hijos
mortales Que así sea.
CONDICIONES
PARA QUE LA ORACIÓN SEA EFECTIVA
Si
quieres orar eficazmente, debes recordar las leyes de las solicitudes prevalecientes:
1.
Debes estar facultado como orador poderoso enfrentando sincera y valientemente
los problemas de la realidad del universo. Debes poseer vigor cósmico.
2.
Debes haber agotado honestamente la capacidad humana de adaptación humana.
Debes haber sido industrioso.( Hábil, experto, activo.)
3.
Debes rendir todo deseo de la mente y todo apetito del alma al abrazo transformador
del crecimiento espiritual. Debes haber experimentado un enaltecimiento de
los significados y una elevación de los valores.
4.
Debes hacer una Elección sincera de la voluntad divina. Debes obliterar el
punto muerto de la indecisión.
5.
No sólo reconoces la voluntad del Padre y eliges cumplir con ella, sino que
has efectuado una consagración incondicional, y una dedicación dinámica, al
hacer efectivo de la voluntad del Padre.
6.
Tu oración será dirigida exclusivamente por la sabiduría divina a solucionar
los problemas humanos específicos con que te encuentras en la ascensión al
Paraíso, el logro de la perfección divina.
7.
Y debes tener fe: fe viviente. Pág. 1002.
LA
REPUESTA A LA ORACIÓN
1641§1
146:2.17 16. Jesús
enseñó a sus seguidores a que, después de elevar sus oraciones al Padre, permanecieran
en acallada receptividad por un tiempo ofreciendo así al espíritu residente
una mejor oportunidad para hablar al alma dispuesta a escuchar. El espíritu
del Padre se comunica mejor con el hombre cuando la mente humana está en actitud
de verdadera adoración. Adoramos a Dios con ayuda del espíritu residente del
Padre y por el esclarecimiento de la mente humana mediante el ministerio de
la verdad. La adoración, enseñó Jesús, lo hace a uno cada vez más semejante
al ser que está adorando. La adoración es una experiencia transformadora por
medio de la cual lo finito se va gradualmente acercando hasta finalmente
ENSEÑANZAS ACERCA
DE LA ORACIÓN Y LA ADORACIÓN
1611§1
143:3.3 Jesús les
indicó que se sentaran a su alrededor mientras decía: «Hermanos míos, todos
vosotros debéis aprender el valor del descanso y la eficacia del esparcimiento.
Debéis daros cuenta de que la mejor manera de solucionar problemas enmarañados
consiste en alejarse de ellos por un tiempo. Así, cuando volváis descansados
después de un período de esparcimiento o de adoración, podréis atacar vuestros
problemas con mente más clara y mano más firme, y desde luego, con el corazón
más resuelto. Muchas veces veréis que el problema se ha achicado en tamaño
y proporción durante vuestro reposo de la mente y el cuerpo».
1616§5
143:7.3 La adoración
-la contemplación de lo espiritual- debe alternar con el servicio, el contacto
con la realidad material. El trabajo debe alternar con el esparcimiento; la
religión debe ser equilibrada por el buen humor. La filosofía profunda debe
ser aliviada por el ritmo de la poesía. El esfuerzo del vivir -la tensión
temporal de la personalidad- debe ser aliviada por el reposo de la adoración.
Las sensaciones de inseguridad que surgen del temor al aislamiento de la
personalidad en el universo, deben ser contrarrestadas por la contemplación,
en fe, del Padre y por el intento de comprender al Supremo.
1616§6
143:7.4 La oración
tiene el objeto de hacer que el hombre piense menos pero que comprenda más;
no está hecha para aumentar el conocimiento, sino más bien para ampliar el
discernimiento.
1616§7
143:7.5 La adoración
tiene el objeto de anticipar una vida mejor en el futuro y después reflejar
estos nuevos significados espirituales sobre la vida en el presente. La oración
sostiene a uno espiritualmente, pero la adoración es divinamente creadora.
1616§8
143:7.6 La adoración
es la técnica de buscar en el Único la inspiración para servir a muchos. La
adoración es la vara que mide el grado de desprendimiento del alma del universo
material y su vinculación simultánea y segura a las realidades espirituales
de toda la creación.
1616§9
143:7.7 El orar
es recordarse a sí mismo: pensamiento sublime; el adorar es olvidarse de sí
mismo: suprapensamiento. La adoración es atención sin esfuerzo, descanso real
e ideal del alma, ejercicio espiritual que lleva al sosiego.
1616§10
143:7.8 La adoración
es el acto de una parte que se identifica con el Todo; lo finito con lo Infinito;
el hijo con el Padre; el tiempo en el acto de marcar el paso con la eternidad.
La adoración es el acto de comunión personal del hijo con el Padre divino,
la asunción de actitudes refrescantes, creadoras, fraternales y románticas
por parte del alma-espíritu humano.
1616§11
143:7.9 Aunque los
apóstoles sólo comprendieron algunas de sus enseñanzas en el campamento, otros
mundos las comprendieron, y otras generaciones en la tierra las comprenderán.
Jesús enseñó que la
oración por la guía divina a través del camino de la vida en este mundo, le
seguía en importancia a la súplica por el conocimiento de la voluntad del
Padre.
En realidad esto significa
orar por la sabiduría divina. Jesús nunca enseñó que pudieran obtenerse conocimientos
y artes específicas humanas mediante la oración. Pero sí enseñó que la oración
contribuye a ampliar la capacidad del ser para recibir la presencia del espíritu
divino. Cuando Jesús enseñó a sus colaboradores a que oraran en el espíritu
y en la verdad, explicó que eso significaba orar con sinceridad y de acuerdo
con el esclarecimiento de cada cual, orar de todo corazón y con inteligencia,
con honestidad y con constancia.
Jesús advirtió a sus
seguidores que las oraciones no se volverían más eficaces mediante repeticiones
elegantes, una fraseología elocuente, el ayuno, la penitencia o los sacrificios.
Exhortó a sus creyentes a que emplearan la oración como medio para llegar
a la verdadera adoración mediante la acción de gracias. Jesús lamentaba el
hecho de que se encontrara tan poco del espíritu de gratitud en las oraciones
y culto de sus seguidores. Citó en esta ocasión de las Escrituras, diciendo:
«Bueno es dar gracias al Señor y cantar alabanzas al nombre del Altísimo,
anunciar por la mañana su compasión amante y su fidelidad cada noche, porque
Dios me ha dado la dicha con su obra. Daré pues gracias por todas las cosas
según la voluntad de Dios»
Jesús enseñó a sus
seguidores a que, después de elevar sus oraciones al Padre, permanecieran
en acallada receptividad por un tiempo ofreciendo así al espíritu residente
una mejor oportunidad para hablar al alma dispuesta a escuchar. El espíritu
del Padre se comunica mejor con el hombre cuando la mente humana está en actitud
de verdadera adoración. Adoramos a Dios con ayuda del espíritu residente del
Padre y por el esclarecimiento de la mente humana mediante el ministerio de
la verdad. La adoración, enseñó Jesús, lo hace a uno cada vez más semejante
al ser que está adorando. La adoración es una experiencia transformadora por
medio de la cual lo finito se va gradualmente acercando hasta finalmente alcanzar
la presencia de lo Infinito.
LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL
DE LA ORACIÓN
1101§1
100:6.6 Una de las
características más sorprendentes de la vida religiosa, es esa paz dinámica
y sublime, esa paz que trasciende toda comprensión humana, esa calma cósmica
que simboliza la ausencia de toda duda y confusión. Tales niveles de estabilidad
espiritual son inmunes a la decepción. Estos religionistas son como el apóstol
Pablo, quien dijo: «Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto,
ni lo profundo, ni ninguna otra cosa nos podrá separar del amor de Dios».
1774§2
160:1.10 Pero el
mejor de todos los métodos para solucionar problemas lo aprendí de Jesús,
vuestro Maestro. Me refiero a aquello que él practica tan constantemente,
y que tan fielmente os ha enseñado: el aislamiento para la meditación adoradora.
En esta costumbre de Jesús de apartarse tan frecuentemente para comulgar
con el Padre en el cielo, se ha de encontrar la técnica, no sólo para reunir
la fuerza y sabiduría necesarias en los conflictos ordinarios del vivir, sino
también para apropiarse de la energía necesaria en la solución de los problemas
más elevados de naturaleza moral y espiritual. Pero aun los métodos correctos
de solucionar problemas no compensarán los defectos inherentes de la personalidad
ni la ausencia de hambre y sed de la verdadera rectitud.
1774§3
160:1.11 Me impresiona
profundamente el hábito de Jesús de apartarse a solas para pasar esas temporadas
de encuesta solitaria de los problemas del vivir; buscar nuevas reservas de
sabiduría y energía para así poder enfrentarse a las múltiples demandas del
servicio social; acelerar y profundizar el supremo propósito del vivir sometiendo
verdaderamente la personalidad total a la conciencia de estar en contacto
con la divinidad; luchar por alcanzar métodos nuevos y mejores de adaptarse
a las situaciones en constante cambio de la existencia viviente; efectuar
aquellas reconstrucciones vitales y reajustes de las actitudes personales
que son tan esenciales para un mayor discernimiento de todo lo que es válido
y real; y hacer todo esto con el único propósito de la gloria de Dios enviar
como aliento a los cielos la oración favorita de vuestro Maestro: «Que se
haga, no mi voluntad, sino la tuya».
1774§4
160:1.12 Esta práctica
de adoración de vuestro Maestro trae ese reposo que renueva la mente; esa
iluminación que inspira el alma; ese valor que permite enfrentarse valientemente
con los propios problemas; esa autocomprensión que borra el temor debilitante;
y esa conciencia de la unión con la divinidad que da al hombre la seguridad
necesaria para atreverse a ser como Dios. El reposo de la adoración, o comunión
espiritual, como la practica el Maestro, alivia la tensión, elimina los conflictos,
y aumenta poderosamente los recursos totales de la personalidad.
CONCLUSIONES
1112:3
101:6.7 La revelación
enseña al hombre mortal que, para comenzar tan magnífica y fascinante aventura
a través del espacio mediante la progresión del tiempo, debe comenzar por
organizar el conocimiento en ideas-decisiones; luego, exhortar a la sabiduría
que trabaje sin descanso en su noble tarea de transformar las ideas autoposeídas
en ideales cada vez más prácticos pero sin embargo excelsos, aun aquellos
conceptos que son tan razonables como ideas y tan lógicos como ideales que
el Modelador se atreve a combinarlos y espiritualizarlos de modo de tornarlos
disponibles para que se asocien en la mente finita en forma tal como para
constituirlos en complementos humanos reales, así preparados para la acción
del Espíritu de la Verdad de los Hijos, las manifestaciones espacio-temporales
de la verdad del Paraíso: la verdad universal. La coordinación de ideas-decisiones,
ideales lógicos y verdad divina constituye la posesión de un carácter recto,
el prerrequisito para la admisión mortal a las realidades en constante expansión
y cada vez más espirituales de los mundos moronciales.
1112:4
101:6.8 Las enseñanzas
de Jesús constituyeron la primera religión urantiana que comprendió tan plenamente
una coordinación armoniosa de conocimiento, sabiduría, fe, verdad y amor,
tan completa y simultáneamente como para proveer tranquilidad temporal, certidumbre
intelectual, esclarecimiento moral, estabilidad filosófica, sensibilidad ética,
conciencia de Dios y la seguridad positiva de la supervivencia personal. La
fe de Jesús trazó el camino a la finalidad de la salvación humana, a lo último
de la obtención mortal del universo, puesto que proveyó:
1. La salvación a partir
de las cadenas materiales en la comprensión personal de la filiación de Dios,
que es espíritu.
2. La salvación a partir
de la esclavitud intelectual: el hombre conocerá la verdad y la verdad lo
hará libre.
3. La salvación a partir
de la ceguera espiritual, la comprensión humana de la fraternidad de los seres
mortales y el conocimiento morontial de la hermandad de todas las criaturas
universales; el descubrimiento por medio del servicio de la realidad espiritual
y la revelación -a través del ministerio- de la bondad de los valores espirituales.
4. La salvación a partir
de la condición incompleta del yo mediante la obtención de los niveles espirituales
del universo y a través de la comprensión final de la armonía de Havona y
de la perfección del Paraíso.
5. La salvación a partir
del yo, la liberación de las limitaciones de la autoconciencia a través de
la obtención de los niveles cósmicos de la mente Suprema y por coordinación
con los logros de todos los demás seres autoconscientes.
6. La salvación a partir
del tiempo, la obtención de una vida eterna de progresión sin fin en el reconocimiento
de Dios y al servicio de Dios.
7. La salvación a partir
de lo finito, la unión perfeccionada con la Deidad en el Supremo y a través
de él, mediante la cual la criatura intenta el descubrimiento trascendental
del Último en los niveles posfinales de lo absónita.
1113:5
101:6.9 Esta salvación
séptupla es el equivalente del carácter completo y perfecto de la realización
de la experiencia última del Padre Universal. Y todo esto, potencialmente,
está contenido dentro de la realidad de la fe de la experiencia humana de
la religión. Y puede estar así contenido puesto que la fe de Jesús estuvo
alimentada por realidades aún más allá de lo último y las reveló; la fe de
Jesús se aproximó a un absoluto universal en cuanto como tal es posible manifestarse
en el cosmos espacio-temporal en evolución.
1113§6
101:6.10 Mediante
la apropiación de la fe de Jesús, el hombre mortal puede empezar a saborear
en el tiempo las realidades de la eternidad. Jesús hizo el descubrimiento,
en la experiencia humana, del Padre Final, y sus hermanos en la carne de la
vida mortal pueden seguirle en esta misma experiencia del descubrimiento del
Padre. Aun pueden obtener, por lo que son, la misma satisfacción en esta experiencia
con el Padre como lo logró Jesús por lo que era. Nuevos potenciales se actualizaron
en el universo de Nebadón como consecuencia de la efusión terminal de Miguel,
y uno de éstos fue la nueva iluminación del camino de la eternidad que conduce
al Padre de todos, y que puede ser emprendido aun por los mortales materiales,
de carne y hueso, en su vida inicial en los planetas del espacio. Jesús fue
y es el nuevo camino viviente por el cual el hombre puede alcanzar la herencia
divina que el Padre ha decretado será suya si sólo la pide. En Jesús se demuestra
abundantemente tanto el comienzo como el fin de la experiencia de fe de la
humanidad, aun de la humanidad divina.
Más referencias Pág.;1638-1123-1389-1619-1620-747-1618-1621-1360-2088-1946-
distorsión de la oración Pág. 995-1946-999-997. -1107-al 1109- la fe y la
creencia Pág.;1114-al 1117. documentos 102-103.
Cooperando con el ajustador
del pensamiento Pág.; 11204-1205-Pág.59;5 - el discurso sobre la certidumbre
Pág. 1601. la obra del espíritu en la mente Pág. 642;2
El anterior trabajo
fue presentado por JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ V. - CORDESAES a los lectores de
la Asociación Urantia Colombia.