Nota del traductor:
He optado por la traducción de este artículo sobre la reencarnación por su
interesante planteamiento y por la especial relevancia que tiene, para muchos
lectores que comienzan, conocer qué se puede deducir del The Urantia Book
(1955) en torno al supuesto fenómeno de la reencarnación. Pero, a mi entender,
en toda traducción del inglés de material de apoyo para el lector en lengua
española se suelen dar dos problemas principales: en primer lugar la comparativa
falta de pericia estos lectores por la publicación, relativamente reciente, de
la edición española de El libro de Urantia (1993), y en segundo lugar, ya
de muchos conocido, la deficiente traducción al español.
Esto me obliga pues, por un lado, a allanar el camino y a realizar ligeros
cambios que favorezcan el hilo conductor a posibles nuevos lectores y, por otro,
a realizar mi propia interpretación lingüística de los textos en inglés, a veces
diferente a la de la versión española en circulación; cambios que, sin embargo,
deben verse no como finales sino como un escalón hasta la aparición de una
traducción menos literal y más cercana, en lo humanamente posible, a la
apreciación de los reveladores. Por último, para que no haya confusión en el
lector, hago referencias y cito pasajes, que yo mismo traduzco, de The
Urantia Book (1955); es decir, de la versión inglesa, el idioma humano que
originariamente usaron los reveladores.
En definitiva, Dean White, la ensayista de este artículo, nos viene a decir,
a la luz de The Urantia Book, que hay fenómenos, no atribuibles a lo que
se denomina reencarnación, que podían explicar nuestras sensaciones de haber
vivido "otra vida".
La palabra "Urantia" en el contexto de este artículo, y en general entre
hablantes de habla inglesa, no alude simplemente a su significado literal, a la
tierra -nuestro mundo-, sino que ha tomado un significado plural englobando a la
quinta revelación de los tiempos conocida a través de The Urantia Book y a los
lectores que la aceptan como tal.
Ángel F. Sánchez-Escobar
ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO A LA
REENCARNACIÓN
Dean White
Traducción y adaptación de Ángel F. Sánchez Escobar
¿Imparte The Urantia Book (El libro de Urantia)
la enseñanza de la reencarnación? Esta es una pregunta muy común entre los
grupos de la llamada "nueva era" y entre muchas otras personas que visitan
nuestros kioscos de información en exposiciones. Para muchos estudiantes de
Urantia, la respuesta es por lo general un rotundo no. Pero esos amigos,
buscadores espirituales de la verdad que aceptan la reencarnación como una
experiencia espiritual válida, interpretan a veces nuestra postura de rechazo a
ésta como una especie de agresión a sus creencias más profundas.
I Introducción
Antes de descubrir a través del libro, esta nueva revelación, yo había leído,
entre otras cosas, los libros de Set, publicaciones de Edgar Cayce y estudios
sobre filosofía oriental, y, por lo tanto, yo también creía en la reencarnación.
E incluso creo que sin esta nueva revelación, la reencarnación puede dar una
explicación supuestamente lógica a esa sensación de haber vivido antes. Pero a
medida que profundizaba en su estudio, no tuve más remedio que aceptar, por su
solidez, los planteamientos de los reveladores. Un Melquisedec considera esta
creencia como creencia filosóficamente poco convincente (1092:2); una Estrella
Vespertina la denomina doctrina absurda del barbarismo del siglo veinte (953:5).
Al haber arrojado Urantia tanta luz sobre muchas verdades consideradas confusas
o polémicas como la creación-evolución, Dios inminente-Dios transcendente o los
conceptos unitarios-trinitarios opté por admitir que no sólo no nos habían
mentido sino que nos incitaban a contemplar el supuesto fenómeno de la
reencarnación desde una perspectiva más amplia, positiva y clarificadora. Así
pues, este estudio resulta de mis propias reflexiones en la materia; pero mi
propósito, más que el de establecer conclusiones, es formular preguntas que
guien al lector a realizar sus propias reflexiones, y a partir de aquí sus
propias conclusiones. Los reveladores nos dicen una y otra vez que no pueden
decirnos demasiadas cosas. Se encuentran restringidos por el mandato de
revelación recibido, por nuestra limitada capacidad de meros mortales y por la
pobreza de nuestro lenguaje. Mucho de lo que nos dicen es una concesión
filosófica, puede ser distorsionado o se convertirá en anticuado en cuanto las
ciencias descubran nuevas verdades. Entonces, ¿cómo podemos explicar a la luz de
nuestra revelación esos evasivos recuerdos de vidas pasadas si nada tienen que
ver con la reencarnación? A mi entender, reencarnación significa volver a
nuestro planeta con un cuerpo distinto pero con el mismo ser personal. De
acuerdo con lo que se nos ha revelado, existen varias posibilidades que nos
pueden hacer creer que hemos vivido antes. Estudiemos estas posibilidades a la
luz de los textos de The Urantia Book.
II El Colectivo de Reserva
Una primera y clara referencia la tenemos con relación al Colectivo de
Reserva de Destino. Un Jefe de Serafines nos dice:
Muchas veces, a la muerte de un reservista, se realiza una transferencia de
ciertos datos cruciales de la mente del reservista que fallece a un sucesor más
joven mediante la coordinación de dos Modeladores del Pensamiento. En relación
con estos colectivos de reserva, los Modeladores obran, sin duda alguna, de
muchas otras maneras desconocidas para nosotros. (1258:2) ¿Podría esta
transferencia de datos de la mente de un reservista a su sucesor hacer pensar a
éste que ha vivido antes en este planeta o que ha tenido alguna experiencia
previa aquí?
III Serafines Custodios
Otra posibilidad tiene que ver con nuestros Serafines Custodios. Se nos dice
que no intentan influenciarnos y que muy raras veces contactan de verdad con
nosotros (1246:3), pero tanto en la Biblia como en El Libro de Urantia se
dan ejemplos en los que un ángel "susurra por la noche" a su tutelado humano
(553:1). Un Mensajero Solitario nos dice que:
(...) el custodio seráfico se erige finalmente como el custodio personal de
los patrones de la mente, de las fórmulas de la memoria y de las realidades del
alma del mortal superviviente durante ese intervalo entre la muerte física y la
resurrección morontial. (1244:5)
Los custodios personales cuyos tutelados no van de forma inmediata a los
mundos de las moradas no permanecen ociosos esperando la llamada dispensacional
a juicio; se les asigna de nuevo a numerosas misiones de servicio en todo el
universo. (1247:2)
¿Pueden nuestro Serafines Custodios hacernos conscientes de los recuerdos de
aquellos que no van de forma inmediata a los mundos de las moradas? Parece poco
posible puesto que se nos menciona, al respecto, la sagrada responsabilidad que
éstos tienen:
Durante el lapso de tiempo en la vida de los supervivientes dormidos, los
valores espirituales y las realidades eternas de sus almas recién evolucionadas
e inmortales se depositan bajo la sagrada responsabilidad del serafín custodio
personal o de grupo. (567:7)
Sin embargo, cuando los seres humanos no consiguen fusionar con sus
Modeladores, sus custodios pueden servir repetidas veces con atribuciones
similares en el mismo planeta (1247:1). ¿Sería posible que esa sensación de
haber vivido antes la recibiéramos de estos custodios que vuelven al mismo
planeta y con atribuciones similares?
IV El alma
¿Cómo experimentamos nuestras almas? Antes de nuestra revelación, muchos de
nosotros no hacía distinción entre el alma y el Espíritu de Dios interior. Según
los conceptos primordiales que se nos han revelado, nuestra alma resulta del
fruto conjunto de nuestro ser personal humano y de nuestro Modelador y
constituye un elemento que sobrevive y resucita en los mundos de moradas
(1234:1). Nuestra alma es inmortal y representa "el embrión del futuro medio de
expresión morontial de la identidad del ser personal" (1219:2). En la muerte, el
alma abandona el cuerpo, o puede ser retirada de éste por nuestro serafín. Somos
un alma morontial en evolución, y esta materia morontial no es perceptible con
los ojos materiales. Mientras dormimos, el Modelador puede abandonar nuestro
cuerpo, ¿sería entonces también posible que nuestra alma viajara con él y
tuviéramos realmente experiencias extracorporales? Muchas experiencias cercanas
a la muerte parecen confirmar este hecho. Al estar fuera del cuerpo, ¿podría el
alma ponerse en contacto con otros seres supramateriales, quizás medianos o
ángeles, y adquirir así, a partir de éstos, sensaciones y recuerdos? Un
Mensajero Solitario parece sentirse algo ofuscado por no serle permitido dar
detalles más interesantes de nuestras almas (1233:7).
V Los Modeladores del Pensamiento
También existe la posibilidad de que nuestro Modelador del Pensamiento nos
pudiera aportar esa conciencia de otras vidas. Un Consejero Divino nos dice: "En
el mundo material vosotros pensáis que el cuerpo tiene un espíritu, pero
nosotros consideramos que el espíritu tiene un cuerpo" (483:5). Miguel deseaba
que nos identificáramos con este Espíritu, y pedía a sus apóstoles que se viesen
a sí mismos como Hijos de Dios, ciudadanos ya del Reino del Padre. Para mí, esto
significa identificación con el Modelador, con nuestro real y mejor Yo (2078:8).
Sin embargo, cuando consideramos a nuestro Modelador como la fuente de
experiencias anteriores, tenemos primeramente que descartar cualquier
experiencia previa en Urantia en el momento de nuestra revelación. Se nos dice
que el Modelador que habitó en Miguel era el único que había habitado dos mentes
en Urantia (1116:1). Además, durante la dispensación actual, nuestros
Modeladores nunca regresan a la tierra en calidad del ser que habitaran con
anterioridad, y no se les permite a aquellos que van a los mundos de las moradas
comunicación alguna con sus seres queridos hasta después de haber completado su
supervivencia (1230:5). ¿Constituye finalización de supervivencia la fusión con
nuestro Modelador? En relación con nuestros Modeladores, un Mensajero Solitario
nos dice:
En mundos de seres con dos cerebros, como Urantia, con posterioridad a la
permanencia de un Hijo de efusión del Paraíso, raras veces se asignan
Modeladores principiantes a personas que tengan una incuestionable capacidad de
supervivencia. Creemos que en tales mundos casi todos los Modeladores que moran
en hombres y mujeres inteligentes con capacidad de supervivencia pertenecen al
tipo superior o al supremo. (1198:1)
Con relación a los tipos superiores y supremos se nos dice:
Modeladores superiores, aquellos que han servido, en una o más ocasiones, con
criaturas volitivas, en mundos donde tiene lugar la fusión final entre la
identidad de la criatura del tiempo y una porción individualizada del espíritu,
que es la manifestación de la Tercera Fuente y Centro en el universo local.
(1178:4)
Modeladores supremos, aquellos que han servido en la aventura del tiempo en
los mundos evolutivos, pero cuyos acompañantes humanos rehusaron, por alguna
razón, la supervivencia eterna, y aquellos que han sido designados con
posterioridad a otras aventuras en otros mortales en otros mundos en evolución.
(...) (1178:5)
Un Censor Universal nos dice que si no logramos sobrevivir como candidato a
la fusión, la parte realmente espiritual de cualquier experiencia humana
sobrevive como parte de la continuada experiencia de nuestro Modelador (195:5).
Cuando un mortal de fusión con el espíritu despierta en los mundos de las
moradas, su Modelador puede entonces habitar en otros mortales, pero el
Modelador de un superviviente dormido debe esperar a su re-personalización y no
puede habitar en nadie más hasta una nueva dispensación (1231:1, 3). Nuestros
Modeladores han adquirido una valiosa experiencia por sus servicios transitorios
en los mundos de prestación (1212:4). ¿Podría esta re-inhabitación de nuestra
mente proporcionarnos sensaciones y recuerdos de vidas anteriores? Creo que sí
puesto que se nos dice además que los artesanos celestiales vienen a nuestro
planeta, de vez en cuando, para ayudar a aquellos seres que ha sido dotados por
la naturaleza y que poseen Modeladores de una experiencia especial e inestimable
(507:6). Un Arcángel dice:
Además de esta capacidad natural, o más bien suplementaria a ella, se aporta
la guía directiva del Modelador del Pensamiento a aquellos seres cuyos
Modeladores interiores puedan haber tenido experiencias concretas y auténticas
en la misma línea en otros mundos y en otras criaturas mortales. (508:0)
Considerando estas afirmaciones, creo que todos nuestros Modeladores han
podido, sin duda, tener alguna experiencia previa y pueden hacer, en ese
sentido, aportaciones a nuestra mente. Sin una revelación nueva, muy
probablemente llamaríamos a esto reencarnación. Sin embargo, se nos dice
repetidas veces que nuestro Modelador no es parte de la materia física (1203),
sino que habita en nuestra mente. Si nuestro Modelador regresa al mundo para
habitar en otra mente y establecer vinculación con otro ser personal,
llamaríamos a esto re-inhabitación de una mente, pero no reencarnación en otro
cuerpo físico. Si nuestros Modeladores no encarnan, ciertamente no reencarnan.
¿Podríamos entonces concebir esto como una nueva perspectiva que nos alivie el
miedo a regresar a nuestro sombrío y funesto planeta en una especie de
existencia kármica? Tras hacer estas reflexiones, empecé a ver el hecho de
regresar a Urantia como algo poco convincente en la misma línea de pensamiento
que el Melquisedec y, más particularmente, cuando comparo la reencarnación con
la perspectiva en plenitud que se nos ofrece de nuestra andadura de ascensión en
el Universo de los Universos de Dios.
VI Nuestro ser personal
¿Que papel juega nuestro ser personal en esta conciencia de experiencias
previas? ¿Podemos de alguna manera tener una memoria real de otro ser personal?
Se nos dice del ser personal que es la efusión directa del Padre Universal, que
es único e inmutable en presencia de cambio, que es el ser personal el que
reconoce al ser personal, que unifica todos los aspectos de lo que somos y que
se caracteriza por la conciencia y por la libre voluntad (1225:2). Un Censor
Universal nos dice:
Si el hombre mortal no consigue sobrevivir a la muerte natural, el verdadero
valor espiritual de su experiencia humana sobrevive como parte de la experiencia
continuada del Modelador del Pensamiento. Los valores del ser personal de ese
ser no superviviente persisten como factores constitutivos del ser personal del
Ser Supremo en actualización. Estas persistentes cualidades del ser personal
están privadas de identidad, pero no de los valores vivenciales acumulados
durante la vida mortal en la carne. (195:9)
Un Mensajero Solitario dice:
El ser personal del hombre es eterno, pero la identidad es una realidad
eterna y condicionada. Habiendo aparecido como respuesta a la voluntad del
Padre, el ser personal conseguirá el destino de Deidad, pero el hombre debe
elegir si estará o no presente en la consecución de tal destino. En ausencia de
dicha elección, el ser personal consigue la Deidad vivencial de forma directa,
convirtiéndose en parte del Ser Supremo. (1232:3)
Si elegimos no sobrevivir con nuestro Modelador, nuestro ser personal pierde
identidad pero no valor vivencial; sin embargo, los valores del ser personal
persisten como elemento que contribuye al ser personal del Ser Supremo. ¿Podemos
de alguna manera recibir esa memoria a través del Ser Supremo? Si nosotros
también formamos parte de la actualización del Supremo, ¿no forman esas
persistentes cualidades del ser personal igualmente parte de nuestra mente?
VII La mente cósmica
Esto nos conduce a algunas cuestiones relativas a la mente cósmica. La mente
absoluta es la mente del Espíritu Infinito, y la efusión de la mente de los
Siete Espíritu Mayores, que se distribuye a los suprauniversos, se llama la
mente cósmica (102:3). La mente cósmica abarca todos los niveles de la mente
finita y se coordina de manera vivencial con la mente del Supremo (481:3).
Nuestra mente morontial evoluciona mediante contacto directo con la mente
cósmica, puesto que esta mente cósmica ha sido modificada y convertida por el
Ministro Divino (1236:4). Un Consejero Divino nos dice: El Actor Conjunto es el
ancestro de la mente cósmica, y la mente del hombre es una vía individualizada,
una porción impersonal, de esa mente cósmica tal como la concede, en los
universos locales, una Hija Creadora de la Tercera Fuente y Centro. (103:2)
Lo que esto nos dice es que la mente es una realidad impersonal y, en nuestro
universo local, una aminoración de la mente Infinita a la mente Divina, la cual
es la fuente de la vía individualizada que constituye nuestra mente. Lo
que esto significa y conlleva es que jamás nada que tenga valor cósmico se
perderá sino que, por el contrario, persistirá (1235:4). Entonces, ¿qué
elementos de la mente de esos seres que no continúan como vía individualizada y
de su ser personal forman parte del Supremo como si fuese una gota de agua que
regresase al océano? (1284:0) ¿Podemos sintonizar con la mente cósmica por medio
de la mente Divina, que constituye nuestra vía individualizada? ¿Podemos de
alguna manera tener acceso a los componentes de esta mente, o quizás sintonizar
con la otras mentes? ¿Es esto a lo que Jung se refería cuando hablaba del
supraconsciente y del inconsciente colectivo? Puesto que todos somos parte de
esta mente cósmica y existe en los universos un proceso de reflectividad que
transciende el tiempo y el espacio, ¿sería posible que nuestra mente pudiera
viajar y ser testigo de acontecimientos pasados y futuros? Se nos dice que tanto
la mente como el ser personal son capaces de transcender el orden esencial de
los sucesos temporales (1439:2). Desde este punto de vista del tiempo y el
espacio transcendidos, tampoco parece demasiado adecuada la idea de la
reencarnación.
VIII ¿Genes psíquicos hereditarios?
¿Estamos en realidad viviendo un número infinito de vidas en un número
infinito de universos paralelos como nos propone Fred A. Wolff en su Universos
Paralelos? A los estudiantes de Urantia les resulta conocida la afirmación de un
hijo Vorondadek que parece entrar en conflicto con la ciencia:
En planetas como el vuestro la forma de vida más elevada se reproduce por un
haz portador de vida que posee veinticuatro unidades modelos. (Y puesto que la
vida intelectual surge de lo material, en donde tiene su fundamento, de ahí
nacen las veinticuatro órdenes básicas de la organización psíquica). (398:3)
Esta afirmación en paréntesis parece únicamente referirse a los modelos
psíquicos hereditarios. ¿Nos están diciendo que también heredamos algo parecido
a veinticuatro unidades psíquicas básicas? Puesto que la mente misma se suma a
la materia, la vida intelectual que surge de lo material debe hacer alusión a
los procesos de interacción entre la mente y el cerebro. ¿Se da esta interacción
entre los genes psíquicos y los genes biológicos, o depende la experiencia
psíquica de los genes que hemos heredado de forma biológica? ¿Se puede dar la
remota posibilidad de que podamos percibir sensaciones y recuerdos de vivencias
ancestrales por medio de nuestro código genético? Betty Eadie en Embraced by the
Light (abrazados por la luz) describe una experiencia cercana a la muerte en la
que vio a Jesús que le decía: "No tenemos vidas repetidas en la tierra; cuando
parece que 'recordamos' una vida anterior lo que hacemos realmente es recuperar
la memoria contenida en las células" (p. 93 de este libro).
IX Otras preguntas
Se pueden formular otras muchas preguntas sobre la experiencia de vidas
anteriores. ¿Podríamos considerar como encarnación la rematerialización de los
cien de Caligastia? Ellos pertenecían a una dispensación previa y no visitaban
un mismo planeta. ¿Puede la referencia a los Spornagias como las únicas
criaturas en Nebadón que reencarnan darnos una explicación satisfactoria a lo
que verdaderamente significa la reencarnación?
X Consideraciones finales
Tras explorar estas cuestiones, estoy en disposición de afirmar que, para mí,
el camino de ascensión dispuesto para todos los seres humanos, con su primer
despertar en los mundos de morada y su último y maravilloso despertar en las
orillas de la Isla Paraíso, representa una forma de "reencarnación" mucho más
convincente, iluminadora y espiritual que la oscura y kármica vuelta a nuestro
planeta de origen. Sí, la revelación legada a través de The Urantia Book parece
ofrecernos ciertas explicaciones para esa sensación de experiencias anteriores,
totalmente ajenas a las que se deducirían de una supuesta
reencarnación.