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Algunas reflexiones en torno a valores y familia

por Nina Bravo

El camino de mi vida ha estado desde siempre guiado por una permanente búsqueda de herramientas para tratar de alcanzar una evolución física, psíquica y espiritual y así, compartirlas con los que me rodean y especialmente con mis pacientes, quienes buscan una mejoría para sus dolores del alma y la posibilidad del logro de una vida feliz.

En este peregrinaje me encontré con muchos caminos, escuelas, filosofías y modelos de pensamiento; proposiciones que a muy temprana edad me hicieron darme cuenta que el ser humano necesita para lograr un real y efectivo perfeccionamiento de sí, una Carta de Navegación clara, concreta, precisa, que lo haga llegar a puerto seguro, pleno y en paz. Esta carta de navegación está constituida por el conocimiento y realización vivencial-experiencial de los valores humanos; ellos, que si bien están en nuestra impronta espiritual desde el momento que Dios, nuestro supremo creador, nos dotó de una personalidad, deben ser enseñados, transmitidos y mostrados al ser humano desde su nacimiento, para así ir logrando gradualmente hacerlos experiencia viva en su diario quehacer.

El Libro de Urantia nos muestra y demuestra que Dios es Amor. Es los valores mismos, y que a través de la segunda persona de la Trinidad, el Hijo Eterno, expresa la Verdad, la Bondad y Belleza como las tres metas ideales para la realización del Amor que finalmente es el Alfa y Omega axiológico. Más aún, todos llevamos este Amor dentro de nosotros, en el fragmento que Dios nos otorgó de sí mismo llamado Ajustador del Pensamiento, con el que al asociarnos activamente, elegimos hacer la voluntad del Padre que no es otra cosa que nuestro propio bien.

Cabe entonces hacernos la siguiente pregunta : ¿Cuál es en la Tierra el lugar donde el ser humano recibe esta posibilidad de llevar al ACTO, los valores que en potencia están dentro de sí mismo? y digo POTENCIA, ya que por tener libre albedrío, será siempre el hombre el que irá eligiendo un camino valórico o disvalórico, una senda que lo aleje o lo acerque a Dios.

Sabemos que entre toda la diversidad de especies somos los que nacemos más desvalidos, que necesitamos como ningún otro ser de los cuidados y protección de los adultos, ellos van a ser los que nos guiarán en nuestro desarrollo bio-psico-social-espiritual, hasta hacernos autovalentes en todas esas esferas; por lo mismo entonces, necesitamos dar nuestros primeros pasos en un lugar que nos brinde seguridad, confianza y por sobre todo,, sentirnos amados, para sí poder ir actualizando en forma sana, gradual y equilibrada todas esas dotes que nos fueron entregadas al momento de existir; ese lugar se llama HOGAR.

No puede entonces, por la trascendencia que tiene para nuestra formación, ser cualquier instancia dejada al azar, a la improvisación o a la causalidad. Es absolutamente necesario que esta cuna espiritual sea una estructura sólidamente constituida, elegida libremente por parte de quienes la constituyen, con roles definidos y claros, donde la mujer es la sembradora de los valores y el hombre es el defensor de los mismos, con lazos y vínculos permanentes e indestructibles, que aseguren el desarrollo moral y espiritual de ese ser que se está formando. Me estoy refiriendo por cierto a la FAMILIA, que tan bien se le ha denominado célula básica de la sociedad, núcleo formador y transmisor de valores, instancia primigenia, reguladora de las futuras interacciones sociales del hombre.

En esta reflexión no me voy a referir al desarrollo histórico de la familia, ya que han existido diversos tipos de ella y por lo tanto sus características han ido cambiando por la evolución histórica de la sociedad, sino que me voy a centrar en lo más básico que la constituye : un Padre, una Madre y sus hijos, característica esencial que se ha mantenido a través del tiempo, es decir, un hombre y una mujer que se unen para compartir la vida y acoger los frutos de este amor que son los hijos, en un compromiso sólido y duradero en el tiempo. No es porque sí que cuando Micael de Nebadón vino a la Tierra como Jesús humano, necesitó de una familia, ni tampoco es porque sí, que Adán y Eva también vinieron a formar una familia cuya descendencia elevaría el nivel biológico de la especie humana.

¿Por qué seres tan evolucionados como ellos necesitaron de esta estructura social básica?

Con respecto a la familia, el Libro de Urantia sostiene lo siguiente: "El matrimonio con los hijos y con la consiguiente vida familiar estimula los potenciales más elevados de la naturaleza humana y provee simultáneamente el camino ideal para la expresión de estos atributos acelerados de la personalidad mortal. La familia provee la perpetuación biológica de la especie humana. El hogar es la arena social natural, en que los niños pueden captar la ética de la hermandad de la sangre. La familia es la unidad fundamental de la fraternidad en que, padres e hijos aprenden esas lecciones de paciencia y altruismo, tolerancia e indulgencia que son tan especiales para la realización de la hermandad entre los hombres".(Pág. 941).

Tal como dije anteriormente, tanto Micael de Nebadón como Adán y Eva necesitaron de la familia. A mi modesto modo de ver, ambas familias constituyen en el Libro de Urantia un contrapunto axiológico; la familia de Jesús es un modelo valórico, en cambio la de Adán y Eva un modelo disvalórico.

Sin pretender erigirnos en jueces de Adán y Eva, ya que sus motivaciones sólo las conoce y juzga Dios, sí podemos apreciar los efectos y consecuencias que trajo para nuestro planeta las decisiones disvalóricas que libremente ellos tomaron en torno a su misión de levantar biológicamente la raza humana.

Para hacer una apreciación axiológica, haré un breve resumen recordatorio de los hitos más importantes de su estadía en Urantia:

Como pareja llevaban 15.000 años trabajando en Jerusem, como directores de aplicación de energía experimental a la modificación de las formas vivientes. Aceptaron libremente todas las condiciones que se les plantearon para venir a la Tierra, haciendo juramentos de lealtad a los Altísimos de Edentia y a Micael de Nebadón. (Al no cumplirlos fueron desleales). Dejaron atrás a 100 descendientes, quienes felices esperaban el retorno de sus padres como cabezas visibles de Urantia (Pág. 829). (Traicionaron sus esperanzas).

Se les instruyó sobre los deberes y peligros a los cuales se enfrentarían. (Al venir advertidos faltaron a la prudencia). Uno de los primeros indicadores disvalóricos sería el que, al llegar a Urantia "con gran pesar tomaron conciencia del aislamiento en que estaban" (disvalor del pesimismo). Tras un esfuerzo de 100 años, al percatarse Adán que no había progresos, comparte con Eva el agobio por la soledad y aislamiento a que estaban sometidos: "se les debilitaba la valentía, se les caía el ánimo y casi les fallaba la fe".(Pág. 840). Pero, dice el libro : "si hubiesen sido previsores y pacientes, habrían llegado a triunfar". (Fallan a los valores de fortaleza, prudencia y paciencia).

Eva quería ver resultados rápidos y los Melquisedec, conscientes de la impaciencia propia femenina de buscar efectos inmediatos antes de planear a largo plazo, le advirtieron que no se alejara de Adán, ni le ocultara proyectos personales. (Eva falla a la obediencia y a la paciencia).

De esta situación de falta de fortaleza de Adán y de perseverancia de Eva se aprovechó Caligastia quien, para lograr sus fines, utilizó la ingenuidad, negligencia y temeridad de Serapatatia para que convenciese a Eva de adelantar el experimento. Durante 5 años Eva y Serapatatia sostuvieron conversaciones secretas (falta a la lealtad y comunicación con Adán), hasta el día que conoció a Cano y convencida, dio el paso fatal (infidelidad).

No deja de llamar la atención que Adán se hubiera demorado 5 años en darse cuenta que las cosas estaban mal (negligencia) y recién ahí llevó a Eva a un lugar apartado para que le contase lo que sucedía. Me pregunto : ¿puede una pareja estar 5 años sin comunicarse ni compartir al menos las cosas importantes que les están sucediendo?

Es curioso también analizar que si bien Eva fue advertida de su impaciencia femenina, también Adán y Serapatatia fueron impacientes. A mi juicio los valores no tienen sexo, pero sí las "valoraciones" femeninas y masculinas son diferentes y se dan en áreas distintas de acuerdo a sus propias necesidades. Me es difícil pensar que una persona evolucionada como Adán, que decía sentir un amor suprahumano por ella, no hubiese previsto, dado todo lo que ellos estaban viviendo, la probable decisión de su mujer.

¿Por qué la dejó tan sola y por tanto tiempo? ¿Por qué no se interesaba en preguntarle su día a día?

Se dice que amar es "morar en el otro", ¿qué sucedió con la Comprensión, Empatía y Responsabilidad de Adán hacia Eva? ¿No sería que la comunicación entre ellos estaba rota por los continuos estados depresivos de Adán, lo que hacía que tuviese la mirada sólo posada en sí mismo? (Egoísmo).

Es cierto que un matrimonio tiene sus actividades por separado y así es bueno que sea, pero tiene que haber un momento en el día para el compartir, comunicar, apoyarse, consolarse y retroalimentarse de las experiencias del otro. ¿Qué paso ahí? Parece que realmente hubo un descuido profundo de la relación. Más aún, después de haber sido acusados de desleales a Dios, en el jardín se les dieron sugerencias de los que podían hacer y el Libro de Urantia dice: "siguieron unos consejos y desobedecieron otros" (Pág. 843). (Vuelven a caer en la Rebeldía, Omnipotencia y Desobediencia).

A continuación, me parece digna la reflexión, la actitud de Adán al día siguiente de la confesión de Eva: para compartir el mismo castigo de Eva a quien le tenía un afecto supermortal, la traiciona y le es infiel con Laotta. Desconozco la vida de los supermortales, pero no creo que sea un acto valórico tener que cometer un disvalor, en este caso la infidelidad, para compartir el destino de destierro. ¿No habían otros mecanismos más sanos para quedarse con ella?

Reflexionemos en torno a Laotta. ¿Qué derecho tenía Adán para utilizar a otro ser humano para lograr sus fines? Acaso Laotta no merecía Respeto, Amor, Generosidad y Justicia para con ella? Aquí parece aprobarse lo que tristemente vemos que se practica hasta hoy en día: "El fin justifica los medios" y, trasgredirse brutalmente, la máxima: "No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti".

No bien contento con esto, Adán en vez de apoyar y comprender a su mujer, se fue a deambular 30 días sin rumbo fijo, dejando a sus hijos la carga psicológica de reconfortar a Eva. Adán asume una conducta Evasiva, Irresponsable y Descomprometida. ¿No habría sido un acto de amor y solidaridad estar con ella y con sus hijos?

Dice el Libro de Urantia : "Los hijos inocentes a menudo comparten los desatinos de sus padres descarriados". ¡ No me cabe ninguna duda ! Hace 30 mil años atrás y hoy, las consecuencias son las mismas para la familia. Se dice que los hijos de Adán tardaron 50 años en recuperarse (y eso que eran más evolucionados que nosotros).

La Tragedia de Caín y Abel

Abel sabía que era hijo de Adán y Eva y nunca dejó de enrostrarle esto a Caín, hasta que logró provocar tal ira en su hermanastro, hijo de la Deslealtad de su madre con Cano, que Caín lo mató. Hago un resumen de lo que nos propone el Libro de Urantia sobre la relación directa entre los valores y un hogar sano: "Abel tenía una herencia ideal, pero nunca pudo sobreponerse al mal ambiente" (familia mal constituida). "Un buen ambiente social y una educación adecuada son factores indispensables para hacer que se aproveche al máximo una buena herencia". (Pág. 848).

Leer y comprender la verdadera historia de Adán y Eva, acaecida hace más de 30.000 años, produce sobrecogimiento y dolor, ya que nuevamente nos vemos enfrentados a lo imperfectos y frágiles que somos. ¿Cuál habría sido el destino de Urantia si las decisiones de esta familia hubiesen estado regidas por los valores? ¿Cuál sería el destino de la familia de hoy, y en consecuencia el desarrollo espiritual del planeta, si de verdad se vivieran los valores?

La Familia de Nazareth

Por oposición, el Libro de Urantia nos muestra la familia de Nazareth, el hogar donde Jesús vino a vivir su último auto-otorgamiento. ¡Qué diferencia con la anterior! ¡Cómo nos vamos dando cuenta al leer la infancia y adolescencia de Jesús que su formación estuvo en manos de seres sólidos, coherentes y consistentes!

María y José son polos opuestos pero complementarios, supieron sumar sus talentos y no restarlos, podían comunicarse desde lo femenino y lo masculino para lograr transacciones creativas y originales en beneficio de la formación de este Jesús humano.

Jesús vivió su infancia y adolescencia con padres que fueron capaces de acogerlo, comprenderlo, contenerlo, contactándolo con todos los valores y, transmitiéndoselos con su ejemplo.¡ No debe haber sido fácil para ellos educar al Hijo de Dios! María y José respetaron sus esencias masculina y femenina sin competencias ni luchas de poder, entregando a su hijo lo mejor de ellos mismos, obteniendo por lo tanto los mejores efectos: un hijo sano física, psíquica y espiritualmente.

Hacer un análisis valórico de la familia de Nazareth, daría para un libro completo, pero sí de ellos podemos aprender mucho de lo que la familia necesita hoy, aquí y ahora. Sería maravilloso que el hombre y la mujer actual se replantearan el valor del matrimonio, la relación de pareja y la formación de los hijos en torno a un camino espiritual para el encuentro con nuestro Creador pero, lamentablemente, vemos con dolor y tristeza que este planeta poco progresa y si ponemos la mirada en donde está la causa de todo esto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que estamos presenciando la aniquilación de la familia como núcleo de formación valórica.

La Familia Hoy

La familia de hoy, inserta en el llamado post-modernismo, se mueve por valores subjetivos, lo que va llevando a un relativismo total y por consecuencia a un caos moral. Privilegia todo lo que le produce placer instantáneo, es una familia hedonista, preocupada de esperar ansiosamente cómo la tecnología le va a mostrar nuevos escenarios más seductores y entretenidos, pero más fugaces..., conducta que le impide gozar y profundizar el momento presente, para no privarse de participar del momento que viene.

Con es te deambular por las superficies de la vida (ya que no se busca la trascendencia espiritual), los compromisos y vínculos con otras personas pierden su sentido, no hay tiempo para cultivar con trabajo y perseverancia los lazos con los demás. Todo pasa a ser desechable, cambiable, reponible..., aparece una mirada escéptica que se traduce en una frase que identifica al ser humano de hoy: "No estoy ni ahí con nada", "nada me toca", "no me interesan los compromisos con nada ni nadie...".

Todo este relativismo afecta directamente a la familia, apareciendo consecuencias conocidas por todos, tales como aumento de las separaciones y divorcios, hijos abandonados, embarazos no deseados, infidelidad, drogadicción, alcoholismo, consumismo, maltrato y violencia intrafamiliar entre muchos otros. ¿Cómo salir de esto? Decíamos al comienzo que necesitamos una carta de navegación...reencontrarnos con los valores atemporales y eternos, revisar las causas-efectos de nuestros antepasados y aprender de sus experiencias.

Adán y Eva son el ejemplo claro de lo que significa una familia que no respeta ni conserva sus valores. Transgredieron sus propias decisiones y juramentos, se dejaron invadir por sentimientos negativos que los llevaron a elegir un disvalor tras otro, lo que finalmente se tradujo en un fracaso total en su gestión como pareja, padres y elevadores biológicos de la especie humana. No tomaron en cuenta que "toda causa trae inevitablemente un efecto" y en este caso, fue un nuevo estancamiento para nuestro planeta.

La familia de Adán y Eva y la de Nazareth, ambas con sus cualidades y defectos son dos polos opuestos que a nosotros, Urantianos, en una búsqueda activa al encuentro con el Padre, nos pueden servir como fuente de inspiración y reflexión profunda para discriminar, diferenciar y distinguir un modelo disvalórico que conlleva funestas consecuencias, y un modelo valórico del cual podemos tomar infinitos ejemplos como para que a partir de ahora, podamos seguir revisando nuestros comportamientos y nuestras elecciones, dirigiéndolos siempre al Bien.

Para concluir, quiero referirme a la postura filosófica de Micael de Nebadón, citando sus propias palabras con respecto al valor del matrimonio y de la relación de pareja, con ello se vuelve a confirmar que Jesús es "el gran modelo axiológico" que todos debemos tener.

"El matrimonio es loable y todos los hombres lo deberían desear. El hecho de que el Hijo del Hombre cumpla solo su misión terrenal no debe reflejarse en forma negativa sobre la deseabilidad del matrimonio. Es voluntad del Padre que yo trabaje de esta manera, pero el mismo Padre ha ordenado la creación del hombre y de la mujer y es voluntad divina que los hombres y mujeres encuentren su servicio más elevado y regocijo consiguiente en el establecimiento del hogar para recibir y criar a los hijos, en cuya creación estos padres se asocian con los hacedores del cielo y de la Tierra. Por esta causa el hombre dejará a Padre y Madre para unirse a su esposa, y los dos llegarán a ser uno solo". (Pág. 1839).

En este discurso, Jesús afirma el valor del matrimonio y nuestro rol de co-creadores con Dios. Con respecto a la relación de pareja, hay otro discurso de Jesús que lo hace en Tarento para el hombre que maltrataba a su mujer. A mí en lo personal, este texto no ha dejado de llamarme poderosamente la atención por lo revelador que es, y por los estudios profundos que se podrían hacer respecto de la relación de la 1ra. y 2da. personas de la Trinidad. Jesús, tomando este modelo, nos explica cómo tendría que ser la relación de pareja y dice así:

"Hermano mío, recuerda siempre que el hombre no tiene autoridad legítima sobre la mujer a menos que ésta le haya concedido voluntariamente tal autoridad. Tu esposa se ha comprometido a recorrer contigo el trayecto de la vida, a ayudarte en las luchas y a asumir el mayor peso en la crianza de los hijos; a cambio de este servicio especial, es justo que reciba de ti esa protección especial que el hombre puede dar a la mujer, a la compañera que concibe, da a luz y nutre a los hijos. La solicitud y consideración que un hombre está dispuesto a conceder a su esposa y a sus hijos son la medida por la cual conoce el alcance de los niveles más altos de su autoconciencia espiritual y creativa.¿ No sabes acaso que los hombres y las mujeres son los socios de Dios, en el sentido de que cooperan para crear seres que crecen y que llegan también a poseer el potencial de un alma inmortal?

El Padre celestial trata a la Madre Espíritu de los hijos del universo como su igual. Convivir tu vida y todo lo que en vida está contenido en términos de igualdad con la compañera y madre, que tan plenamente comparte contigo esa experiencia divina de reproduciros en las vidas de vuestros hijos, es una acción casi divina. "Si puedes amar a tus hijos como Dios te ama a ti, amarás y apreciarás a tu esposa, como el Padre en el cielo honra y exalta al Espíritu Infinito, la madre de todos los hijos espirituales de un vasto universo". (Pág. 1471).

Este discurso de Jesús me lleva a recordar la antigua ley del Kybalyon que dice : "Así como es arriba, es abajo". ¿Quiere decir entonces que nuestra familia humana es sólo un pálido reflejo de lo que es la Familia Divina y de los valores que ella practica?

Los invito a seguir reflexionando sobre la profunda relación entre valores y familia para conseguir la evolución espiritual y, por cierto, de estos grandes misterios cósmicos que sobrepasan absolutamente nuestra capacidad humana de comprenderlos. Y no olvidemos que siempre nuestro Libro de Urantia seguirá siendo la luz que nos guiará a develar las grandes preguntas del hombre. ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Cuál es el por qué y el para qué de todo y todas las cosas?.

Con todo mi cariño y agradecimiento,

NINA BRAVO 3 de Agosto de 1996.


    NOTA : Si desea enviarle sus comentarios a la autora de este documento, la Sra. Nina Bravo, puede enviarle correspondencia:

    NINA BRAVO
    Armando Jaramillo 1524 depto. 1201
    Vitacura
    Santiago de Chile
    CHILE