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ÍNDICE
El libro de Urantia
Edición 1999
DOCUMENTO 5
LA RELACIÓN DE DIOS CON EL INDIVIDUO
62:1 5:0.1 SI LA mente finita del hombre es incapaz de comprender
cómo un Dios tan grande y majestuoso como el Padre Universal puede descender
de su morada eterna en perfección infinita para fraternizar con cada criatura
humana, entonces tal intelecto finito debe hallar la certidumbre de la comunión
divina en la verdad del hecho de que un fragmento real del Dios viviente reside
en el intelecto de cada mortal urantiano de mente normal y moralmente consciente.
Los Ajustadores del Pensamiento residentes son parte de la Deidad eterna del
Padre Paradisiaco. El hombre no necesita ir más allá de su propia experiencia
interior de contemplación del alma de esta presencia de realidad espiritual
para encontrar a Dios e intentar la comunión con él.
62:2 5:0.2 Dios ha distribuido la infinidad de su naturaleza
eterna por todas las realidades existenciales de sus seis coordinados absolutos,
pero él puede, en cualquier momento, establecer un contacto personal directo
con cualquier parte o fase o género de creación mediante la agencia de sus
fragmentos prepersonales. Y el Dios eterno también se ha reservado la prerrogativa
de otorgar personalidad a los Creadores divinos y a las criaturas vivientes
del universo de los universos, mientras se reserva también la prerrogativa
de mantener contacto directo y paternal con todos estos seres personales a
través del circuito de la personalidad.
1. EL ACERCAMIENTO A DIOS
62:3 5:1.1 La incapacidad
de la criatura finita de llegar al Padre infinito está implícita, no en el
retraimiento del Padre, sino en la finitud y limitaciones materiales de los
seres creados. La magnitud de la diferencia espiritual entre la más alta personalidad
de existencia universal y los grupos más bajos de inteligencias creadas, es
inconcebible. Si fuera posible transportar instantáneamente las inteligencias
más bajas ante la presencia del Padre mismo, no sabrían reconocer que están
allí. Serían tan insensibles a la presencia del Padre Universal allí como
lo son donde se encuentran ahora. El hombre mortal ha de recorrer un camino
largo, muy largo, antes de que pueda de manera coherente y dentro de los dominios
de lo posible solicitar salvoconducto a la presencia paradisiaca del Padre
Universal. Espiritualmente, el hombre debe pasar por muchas traslaciones antes
de que pueda alcanzar un plano que le permita la visión espiritual, que lo
capacitará para ver por lo menos a uno de los Siete Espíritus Rectores.
62:4 5:1.2 Nuestro Padre no está oculto, ni se encuentra arbitrariamente
en reclusión. Él ha movilizado los recursos de la sabiduría divina en un esfuerzo
sin fin para revelarse a los hijos de sus dominios universales. Hay una infinita
grandeza y una generosidad inefable relacionadas con la majestad de su amor,
que lo lleva a anhelar la asociación con todos los seres creados que puedan
comprenderlo, amarlo o acercarse a él; y son, por consiguiente, las limitaciones
inherentes a ti, inseparables de tu personalidad finita y de tu existencia
material, las que determinan el tiempo y el lugar y las circunstancias en
que puedes alcanzar la meta del viaje de ascensión mortal y gozar de la presencia
del Padre en el centro de todas las cosas.
63:1 5:1.3 Aunque el acercamiento a la presencia del Padre
en el Paraíso debe esperar a que alcancéis los más altos niveles finitos de
progresión espiritual, debéis regocijaros en el reconocimiento de la posibilidad
siempre presente de una comunión inmediata con el espíritu otorgado por el
Padre y tan íntimamente asociado con vuestra alma y con vuestro ser espiritualizante.
63:2 5:1.4 Los mortales de los dominios del tiempo y el espacio
pueden diferir grandemente en capacidades innatas y en dotes intelectuales,
pueden contar con ambientes excepcionalmente favorables al avance social y
al progreso moral, o bien pueden sufrir de la carencia de casi toda ayuda
humana a la cultura y a los supuestos avances en las artes de la civilización;
pero las posibilidades del progreso espiritual en la carrera de la ascensión
son iguales para todos; es posible alcanzar niveles crecientes de discernimiento
espiritual y de significados cósmicos independientemente de todas las diferencias
sociomorales de los ambientes materiales diversificados en los mundos evolutivos.
63:3 5:1.5 Por mucho que los mortales de Urantia puedan diferir
en sus oportunidades y dotes intelectuales, sociales, económicas e incluso
morales, no olvidéis que su dote espiritual es uniforme y única. Todos ellos
disfrutan de la misma presencia divina de la dádiva del Padre, y todos cuentan
con el idéntico privilegio de poder procurar una íntima comunión personal
con el espíritu residente de origen divino, a la vez que todos pueden igualmente
elegir aceptar la uniforme dirección espiritual de estos Monitores Misteriosos.
63:4 5:1.6 Si el hombre mortal está sincera y espiritualmente
motivado y consagrado sin reservas al hacer la voluntad del Padre, entonces,
puesto que está tan certera y efectivamente dotado por el Ajustador divino
que mora en él, no puede dejar de materializarse en la experiencia de ese
individuo la conciencia sublime de conocer a Dios y la excelsa certidumbre
de sobrevivir para el propósito de encontrar a Dios mediante la experiencia
progresiva de hacerse cada vez más semejante a él.
63:5 5:1.7 El hombre está espiritualmente habitado por un
Ajustador del Pensamiento sobreviviente. Si la mente de un hombre está sincera
y espiritualmente motivada, si tal alma humana desea conocer a Dios y hacerse
como él, si honestamente desea hacer la voluntad del Padre, no hay influencia
negativa alguna de carencia mortal ni fuerza positiva de posible interferencia
que pueda prevenir la ascensión certera de dicha alma divinamente motivada,
hasta las puertas del Paraíso.
63:6 5:1.8 El Padre desea que todas sus criaturas estén en
comunión personal con él. Él tiene un lugar en el Paraíso para recibir a todos
los que por su estado de supervivencia y naturaleza espiritual hacen posible
tal logro. Por lo tanto, asentad en vuestra filosofía ahora y para siempre:
para cada uno de vosotros y para todos nosotros, Dios es accesible, el Padre
es alcanzable, el camino está abierto; las fuerzas del amor divino y los medios
y arbitrios de la administración divina se entrelazan para facilitar el avance
de todas las inteligencias merecedoras de todos los universos hasta la presencia
en el Paraíso del Padre Universal.
63:7 5:1.9 El hecho de que llegar hasta Dios conlleva un tiempo
inmenso no hace menos real la presencia y personalidad del Infinito. Vuestra
ascensión es una parte del circuito de los siete superuniversos, y aunque
gires alrededor por veces incontables, puedes esperar, en espíritu y en estado,
estar siempre avanzando hacia el centro. Puedes confiar en que serás trasladado
de esfera a esfera, desde los circuitos exteriores hasta el centro interior,
y algún día, no dudes, te encontrarás ante la presencia divina y central y
le verás, figurativamente hablando, cara a cara. Es cuestión de alcanzar los
niveles espirituales reales y literales; y a estos niveles espirituales puede
llegar cualquier ser en que haya residido un Monitor Misterioso, y que posteriormente
se haya fusionado eternamente con este Ajustador del Pensamiento.
64:1 5:1.10 El Padre no se oculta espiritualmente, pero muchas
de sus criaturas se han ocultado en las brumas de sus propias decisiones obstinadas
y por ahora se han distanciado de la comunión con su espíritu y el espíritu
de su Hijo por haber elegido sus propios caminos perversos y por permitirse
la arrogancia de sus mentes intolerantes y de sus naturalezas no espirituales.
64:2 5:1.11 El hombre mortal puede acercarse a Dios y puede
abandonar repetidamente la voluntad divina mientras conserve la facultad de
elegir. La sentencia del hombre no está sellada hasta cuando haya perdido
la facultad de elegir la voluntad del Padre. El corazón del Padre no se cierra
jamás a las necesidades y solicitudes de sus hijos. Son sus vástagos los que
cierran sus corazones para siempre al poder de atracción del Padre cuando
finalmente y para siempre pierden el deseo de hacer su divina voluntad: conocerle
y ser semejante a él. Del mismo modo, el eterno destino del hombre está asegurado
cuando la fusión con el Ajustador proclama al universo que ese ascendiente
ha hecho la elección definitiva e irrevocable de vivir la voluntad del Padre.
64:3 5:1.12 El gran Dios hace contacto directo con la mente
del hombre mortal y le otorga una parte de su ser infinito, eterno e incomprensible
para que viva y habite dentro de él. Dios se ha embarcado en la aventura eterna
con el hombre. Si cedéis a las fuerzas espirituales que moran dentro y en
torno a vosotros no podréis dejar de alcanzar el alto destino establecido
por un Dios amoroso como meta universal para sus criaturas ascendentes de
los mundos evolutivos del espacio.
2. LA PRESENCIA DE DIOS
64:4 5:2.1 La presencia
física del Infinito es la realidad del universo material. La presencia mental
de la Deidad debe determinarse por la profundidad de la experiencia intelectual
individual y por el nivel de la personalidad evolutiva. La presencia espiritual
de la Divinidad necesariamente debe ser diferencial en el universo. La determina
la capacidad espiritual de receptividad y el grado de consagración de la voluntad
de la criatura al cumplimiento de la voluntad divina.
64:5 5:2.2 Dios vive en cada uno de sus hijos nacidos del
espíritu. Los Hijos Paradisiacos siempre tienen acceso a la presencia de Dios,
"la mano derecha del Padre", y todas sus personalidades criaturas
tienen acceso al "seno del Padre". Esto se refiere al circuito de
la personalidad, donde quiera, cuando quiera y como quiera se le contacte,
o de otro modo presupone un contacto personal y autoconsciente y una comunión
con el Padre Universal, ya sea en la morada central o en cualquier otro sitio
designado, como por ejemplo en una de las siete esferas sagradas del Paraíso.
64:6 5:2.3 Sin embargo, la presencia divina no se puede descubrir
en cualquier parte en la naturaleza o incluso en las vidas de los mortales
que conocen a Dios tan plena y certeramente como en vuestro intento de comunión
con el Monitor Misterioso residente, el Ajustador paradisiaco del Pensamiento.
¡Qué error soñar en un Dios remoto en los cielos cuando el espíritu del Padre
Universal vive dentro de vuestra mente!
64:7 5:2.4 Es debido a este fragmento de Dios que reside en
ti que puedes esperar, según progresas en armonía con la dirección espiritual
del Ajustador, discernir más plenamente la presencia y el poder transformador
de esas otras influencias espirituales que te rodean y sobrecogen pero que
no funcionan como parte integrante de ti. El hecho de que no tienes intelectualmente
conciencia de un contacto estrecho e íntimo con el Ajustador residente no
refuta en lo más mínimo tan elevada experiencia. La prueba de la fraternidad
con el Ajustador divino consiste totalmente en la naturaleza y grado de los
frutos del espíritu que rinden en la experiencia vital del creyente. "Por
sus frutos los conoceréis".
65:1 5:2.5 Es en extremo difícil para la mente material y
escasamente espiritualizada del hombre mortal experimentar una conciencia
marcada de las actividades espirituales de entidades divinas como los Ajustadores
Paradisiacos. A medida que el alma, creación conjunta de la mente y del Ajustador,
se hace cada vez más existente, también evoluciona una nueva fase de la conciencia
del alma que es capaz de experimentar la presencia, y de reconocer la conducción
espiritual y otras actividades supermateriales, de los Monitores Misteriosos.
65:2 5:2.6 La entera experiencia de comunión con el Ajustador
implica un estado moral, una motivación mental, y una experiencia espiritual.
La realización de tal logro se limita principalmente, aunque no exclusivamente,
a los dominios de la conciencia del alma, pero las pruebas se producen y abundan
en la manifestación de los frutos del espíritu en la vida de todos los que
se ponen en contacto con ese espíritu interior.
3. LA VERDADERA ADORACIÓN
65:3 5:3.1 Aunque las
Deidades del Paraíso, desde el punto de vista universal, son como una, en
sus relaciones espirituales con seres como los que habitan Urantia son también
tres personas distintas y separadas. Hay una diferencia entre los Dioses en
lo que se refiere a las peticiones personales, la comunión y otras relaciones
íntimas. En el sentido más elevado, adoramos al Padre Universal y sólo a él.
Ciertamente, podemos adorar y adoramos al Padre según se manifiesta en sus
Hijos Creadores, pero es el Padre, directa o indirectamente, a quien adoramos
y rendimos culto.
65:4 5:3.2 Las súplicas de toda clase pertenecen al dominio
del Hijo Eterno y a la organización espiritual del Hijo. Las oraciones, todas
las comunicaciones formales, todo excepto la adoración y el culto del Padre
Universal, son asuntos que conciernen al universo local; ordinariamente no
salen fuera del ámbito de jurisdicción del Hijo Creador. Pero la adoración
indudablemente entra en circuito y es enviada a la persona del Creador por
el circuito de la personalidad del Padre. Creemos además que tal registro
del homenaje de una criatura en quien habita un Ajustador se facilita por
la presencia del espíritu del Padre. Existe cantidad enorme de pruebas que
confirman dicha creencia, y yo sé que todos los tipos de fragmentos del Padre
tienen facultades para registrar aceptablemente la adoración sincera de sus
súbditos en la presencia del Padre Universal. Los Ajustadores indudablemente
utilizan también canales directos prepersonales de comunicación con Dios,
a la vez que también pueden utilizar los circuitos de gravedad del espíritu
del Hijo Eterno.
65:5 5:3.3 La adoración es por su propio motivo; la oración
incorpora un elemento de autointerés o interés en la criatura; ésa es la gran
diferencia entre adoración y oración. No hay absolutamente ninguna autodemanda
ni ningún otro elemento de interés personal en el culto verdadero; simplemente
adoramos a Dios por lo que entendemos que es él. La adoración no pide nada
ni espera nada en favor del que adora. No adoramos al Padre porque podamos
derivar algo de tal veneración; rendimos devoción y nos dedicamos a la adoración
como reacción espontánea y natural al reconocimiento de la incomparable personalidad
del Padre y a causa de su naturaleza amante y de sus adorables atributos.
65:6 5:3.4 En el momento en que se introduce el elemento del
autointerés en la adoración, en ese instante la devoción se traduce de adoración
a oración y debería ser dirigida más propiamente a la persona del Hijo Eterno
o del Hijo Creador. Pero en la experiencia religiosa práctica no existe ninguna
razón por la cual la oración no deba dirigirse a Dios el Padre como parte
de la adoración verdadera.
66:1 5:3.5 Cuando tratáis los asuntos prácticos de vuestra
vida diaria, estáis en las manos de las personalidades espirituales que provienen
de la Tercera Fuente y Centro; estáis cooperando con las agencias del Actor
Conjunto. Así pues: vosotros adoráis a Dios; oráis y os comunicáis con el
Hijo; y resolvéis los detalles de vuestra estadía terrestre en conexión con
las inteligencias del Espíritu Infinito que opera en vuestro mundo y en todo
vuestro universo.
66:2 5:3.6 Los Hijos Creadores o Soberanos que presiden los
destinos del universo local están en el lugar del Padre Universal y del Hijo
Eterno del Paraíso. Estos Hijos de los Universos reciben, en el nombre del
Padre, la adoración del culto y prestan oído a las súplicas de sus súbditos
peticionarios en cada una de las creaciones respectivas. Para los hijos de
un universo local un Hijo Miguel es, para todos los fines y propósitos prácticos,
Dios. Es la personificación del Padre Universal y del Hijo Eterno en el universo
local. El Espíritu Infinito mantiene contacto personal con los hijos de estos
reinos a través de los Espíritus del Universo, las asociadas administrativas
y creativas de los Hijos Creadores del Paraíso.
66:3 5:3.7 La adoración sincera connota la movilización de
todos los poderes de la personalidad humana bajo la dominación del alma evolutiva
y sujeto a la dirección divina del Ajustador del Pensamiento asociado. La
mente de limitaciones materiales jamás puede llegar a estar altamente consciente
del significado real de la adoración verdadera. La comprensión que el hombre
tiene de la realidad de la experiencia del culto está principalmente determinada
por el estado de desarrollo de su alma inmortal evolutiva. El crecimiento
espiritual del alma tiene lugar de manera totalmente independiente de la autoconciencia
intelectual.
66:4 5:3.8 La experiencia de la adoración consiste en el sublime
intento del Ajustador asociado para comunicar al Padre divino los anhelos
inefables y las aspiraciones inexpresables del alma humana: la creación conjunta
de la mente mortal que busca a Dios y del Ajustador inmortal que lo revela.
La adoración es, por lo tanto, el acto de consentimiento de la mente material
al intento de su ser espiritualizante, bajo la dirección del espíritu asociado,
de comunicarse con Dios como hijo de fe del Padre Universal. La mente mortal
consciente en adorar; el alma inmortal anhela e inicia la adoración; la presencia
del Ajustador divino dirige tal culto en nombre de la mente mortal y del alma
inmortal evolutiva. El culto verdadero, en último análisis, se convierte en
una experiencia llevada a cabo en cuatro niveles cósmicos: el intelectual,
el morontial, el espiritual y el personal: la conciencia de la mente, el alma
y el espíritu, y su unificación en la personalidad.
4. DIOS EN LA RELIGIÓN
66:5 5:4.1 La moralidad
de las religiones de evolución impulsa a los hombres hacia adelante
en la búsqueda de Dios, por el poder motivado por el temor. Las religiones
de revelación atraen a los hombres a buscar a un Dios de amor porque
anhelan hacerse semejantes a él. Pero la religión no es meramente un sentimiento
pasivo de "absoluta dependencia" y "certidumbre de supervivencia";
es una experiencia viviente y dinámica de logro de la divinidad, basada en
el servicio de la humanidad.
66:6 5:4.2 El grande e inmediato servicio de la verdadera
religión es el establecimiento de una unidad perdurable en la experiencia
humana, de una paz duradera y de una confianza profunda. En el hombre primitivo,
hasta el politeísmo es una unificación relativa del concepto evolutivo de
la Deidad; el politeísmo es monoteísmo en proceso de formación. Tarde o temprano,
Dios está destinado a ser comprendido como realidad de los valores, substancia
de los significados y vida de la verdad.
67:1 5:4.3 Dios no es sólo el determinador del destino;
es el destino eterno del hombre. Todas las actividades humanas no religiosas
procuran someter el universo al deformante servicio del yo; el individuo verdaderamente
religioso intenta identificar el yo con el universo y luego dedicar las actividades
de este yo unificado al servicio de la familia universal de sus semejantes,
humanos y sobrehumanos.
67:2 5:4.4 Los dominios de la filosofía y el arte, están entre
las actividades no religiosas y las actividades religiosas del ser humano.
A través del arte y la filosofía el hombre de mente material es inducido a
la contemplación de las realidades espirituales y los valores universales
de significado eterno.
67:3 5:4.5 Todas las religiones enseñan la adoración de la
Deidad y alguna doctrina de salvación humana. La religión budista promete
salvación del sufrimiento, paz sin fin; la religión judía promete salvación
de las dificultades, prosperidad basada en la rectitud; la religión griega
prometía salvación de la falta de armonía, fealdad, mediante la realización
de la belleza; el cristianismo promete salvación del pecado, santidad; el
mahometismo ofrece liberación de las rigurosas normas morales del judaísmo
y del cristianismo. La religión de Jesús es salvación del yo, liberación
de los males del aislamiento de la criatura en el tiempo y en la eternidad.
67:4 5:4.6 Los hebreos basaban su religión en la bondad; los
griegos, en la belleza; ambas religiones buscaban la verdad. Jesús reveló
un Dios de amor, y el amor abarca la totalidad de la verdad, la belleza y
la bondad.
67:5 5:4.7 Los zoroástricos tenían una religión moral; los
hindúes, una religión de metafísica; los confucionistas, una religión de ética.
Jesús vivió una religión de servicio. Todas estas religiones son valiosas
en la medida en que son aproximaciones válidas a la religión de Jesús. La
religión está destinada a convertirse en la realidad de la unificación espiritual
de todo lo que es bueno, bello y verdadero en la experiencia humana.
67:6 5:4.8 La religión griega tenía una máxima "conócete
a ti mismo"; los hebreos centraban su doctrina en "conoce a tu Dios";
los cristianos predican un evangelio que tiene por objeto el "conocimiento
del Señor Jesucristo"; Jesús proclamó la buena nueva de que "conoce
a Dios y conócete a ti mismo como un hijo de Dios". Estos conceptos diferentes
del propósito de la religión determinan la actitud del individuo en distintas
situaciones de la vida y prefiguran la profundidad del culto y naturaleza
de los hábitos personales de oración. Se puede determinar el estado espiritual
de cualquier religión por la naturaleza de sus oraciones.
67:7 5:4.9 El concepto de un Dios semihumano y celoso es una
transición inevitable entre el politeísmo y el monoteísmo sublime. Un antropomorfismo
exaltado es el nivel más alto de logro de una religión puramente evolutiva.
El cristianismo ha elevado el concepto de antropomorfismo desde el ideal de
lo humano hasta el concepto trascendente y divino de la persona del Cristo
glorificado. Y éste es el antropomorfismo más elevado que el hombre puede
concebir jamás.
67:8 5:4.10 El concepto cristiano de Dios es un intento de
combinar tres enseñanzas separadas:
1. El concepto hebreo: Dios como vindicador de los valores morales,
un Dios justo.
2. El concepto griego: Dios
como unificador, un Dios de sabiduría.
3. El concepto de Jesús: Dios como amigo viviente, Padre amante,
la presencia divina.
68:2 5:4.11 Debe por lo tanto ser evidente que la teología
cristiana compuesta, encuentra gran dificultad en alcanzar consistencia. Esta
dificultad se agrava aún más por el hecho de que las doctrinas del cristianismo
primitivo generalmente se basaban en la experiencia religiosa de tres personas
diferentes: Filo de Alejandría, Jesús de Nazaret y Pablo de Tarso.
68:3 5:4.12 Al estudiar la vida religiosa de Jesús, visualizadle
positivamente. No penséis tanto en su falta de pecado sino en su rectitud,
su servicio amante. Jesús superó el amor pasivo comprendido en el concepto
hebreo del Padre celestial por el afecto más alto y mucho más activo
y amante de un Dios que es el Padre de todos los individuos, incluso de los
descarriados.
5. LA CONCIENCIA DE DIOS
68:4 5:5.1 La moral tiene
su origen en la razón de la autoconciencia; es superanimal pero completamente
evolutiva. La evolución humana abarca en su desarrollo todas las dotes que
anteceden a la dádiva de los Ajustadores y al esparcimiento del Espíritu de
la Verdad. Pero el alcanzar niveles de moralidad no libera al hombre de las
luchas reales de la vida mortal. El ambiente físico del hombre acarrea la
batalla por la existencia; el entorno social demanda ajustes éticos; las situaciones
morales exigen hacer elecciones en los dominios más elevados de la razón;
la experiencia espiritual (el haber concebido a Dios) exige que el hombre
lo encuentre y sinceramente intente parecerse a él.
68:5 5:5.2 La religión no se funda en los hechos de la ciencia,
ni en las obligaciones de la sociedad, ni en las hipótesis de la filosofía,
ni en los deberes implícitos de la moralidad. La religión es un ámbito independiente
de respuesta humana a las situaciones de la vida y aparece indefectiblemente
en todas las etapas postmorales del desarrollo humano. La religión puede penetrar
los cuatro niveles de comprensión de los valores y del disfrute de la fraternidad
universal: el nivel físico o material de autopreservación; el nivel social
o emocional de fraternidad; el nivel moral o de deber de la razón; el nivel
espiritual de la conciencia de la fraternidad universal a través de la adoración
divina.
68:6 5:5.3 El científico que investiga los hechos concibe
a Dios como la Primera Causa, un Dios de fuerza. El artista emotivo ve a Dios
como el ideal de la belleza, un Dios de la estética. El filósofo razonador
a veces tiende a proponer un Dios de unidad universal, incluso una Deidad
panteísta. El religioso de fe cree en un Dios que fomenta la supervivencia,
el Padre que está en los cielos, el Dios de amor.
68:7 5:5.4 La conducta moral es siempre un antecedente de
la religión evolucionada y aun forma parte de la religión revelada, pero no
es nunca la totalidad de la experiencia religiosa. El servicio social es el
resultado de un pensamiento moral y de un vivir religioso. La moralidad no
conduce biológicamente a los más elevados niveles espirituales de la experiencia
religiosa. La adoración de la belleza abstracta no es el culto a Dios; como
tampoco lo es la exaltación de la naturaleza ni la reverencia de la unidad.
68:8 5:5.5 La religión evolutiva es la madre de la ciencia,
el arte y la filosofía que elevaron al hombre al nivel de receptividad de
la religión revelada, incluyendo la dádiva de los Ajustadores y la venida
del Espíritu de la Verdad. El cuadro evolutivo de la existencia humana comienza
y termina con la religión, aunque se trate de muy diferentes clases de religión,
una evolutiva y biológica, la otra revelada y periódica. Así pues, aunque
la religión es normal y natural para el hombre, es también optativa. El hombre
no tiene que ser religioso contra su voluntad.
69:1 5:5.6 La experiencia religiosa, siendo esencialmente
espiritual, no puede nunca ser plenamente comprendida por la mente material;
de aquí la función de la teología, la psicología de la religión. La doctrina
esencial de la comprensión humana de Dios crea una paradoja en el entendimiento
finito. Es casi imposible para la lógica humana y para la razón finita armonizar
el concepto de la inmanencia divina, Dios dentro de cada individuo y como
parte de él, con la idea de la trascendencia del Dios, la dominación divina
del universo de los universos. Estos dos conceptos esenciales de la Deidad
deben unificarse en la comprensión por la fe del concepto de la trascendencia
de un Dios personal y en la comprensión de la presencia interior de un fragmento
de ese Dios, a fin de justificar el culto inteligente y validar la esperanza
de la supervivencia de la personalidad. Las dificultades y paradojas de la
religión son inherentes en el hecho de que las realidades de la religión están
absolutamente más allá de la capacidad mortal de comprensión intelectual.
69:2 5:5.7 El hombre mortal obtiene tres grandes satisfacciones
de la experiencia religiosa, incluso en los días de su estadía temporal en
la tierra:
69:3 5:5.8
1. Intelectualmente adquiere la satisfacción de una conciencia humana
más unificada.
69:4 5:5.9
2. Filosóficamente disfruta de la substanciación de sus ideales de
valores morales.
69:5 5:5.10
3. Espiritualmente prospera en la experiencia de la compañía divina,
en las satisfacciones espirituales de la verdadera adoración.
69:6 5:5.11 La conciencia de Dios, como la experimenta un
mortal evolutivo de los reinos, debe constar de tres factores variables, tres
niveles diferenciales de comprensión de la realidad. Primero está la conciencia
intelectual: la comprensión de la idea de Dios. Luego le sigue la conciencia
del alma: la comprensión del ideal de Dios. Finalmente surge la conciencia
del espíritu: la comprensión de la realidad espiritual de Dios. Mediante
la unificación de estos factores de comprensión divina, no importa cuán incompleta
sea, la personalidad mortal en todo momento rebasa todos los niveles conscientes
con una comprensión de la personalidad de Dios. En aquellos mortales
que han alcanzado el Cuerpo de la Finalidad todo esto conducirá con el tiempo
a la comprensión de la supremacía de Dios y puede posteriormente resultar
en la comprensión de la ultimidad de Dios, una fase de la superconciencia
absonita del Padre Paradisiaco.
69:7 5:5.12 La experiencia de la conciencia de Dios permanece
idéntica de generación en generación, pero con los adelantos de cada época
en conocimiento humano, el concepto filosófico y las definiciones teológicas
de Dios deben cambiar. La experiencia de conocer a Dios, la conciencia
religiosa, es una realidad universal, pero independientemente de cuán válida
(real) sea la experiencia religiosa, debe estar dispuesta a someterse a la
crítica inteligente y a una interpretación filosófica razonable; no debe tratar
de ser una cosa separada de la totalidad de la experiencia humana.
69:8 5:5.13 La supervivencia eterna de la personalidad depende
completamente de la elección de la mente mortal, cuyas decisiones determinan
el potencial de supervivencia del alma inmortal. Cuando la mente cree en Dios
y el alma conoce a Dios, y cuando, y con el Ajustador ayudante, todos ellos
desean a Dios, entonces la supervivencia es segura. Las limitaciones
del intelecto, las restricciones de la educación, la carencia de cultura,
el empobrecimiento del estado social, incluso la inferioridad de las normas
morales humanas que resultan de la infortunada falta de ventajas de instrucción,
cultura o posición social, no pueden invalidar la presencia del espíritu divino
en tales individuos tan desafortunados y humanamente limitados, pero creyentes.
La residencia del Monitor Misterioso constituye el comienzo y asegura la posibilidad
del potencial de crecimiento y supervivencia del alma inmortal.
70:1 5:5.14 La capacidad de procrear de los padres mortales
no se basa en su situación cultural, social, económica o de instrucción. La
unión de los factores de los progenitores bajo condiciones naturales es más
que suficiente para iniciar un vástago. Una mente humana que discierna el
bien y el mal y que posea la capacidad de adorar a Dios, en unión con el Ajustador
divino, es todo lo que se requiere en ese mortal para iniciar y fomentar la
producción en su alma inmortal de las cualidades de supervivencia, si ese
individuo espiritualmente dotado busca a Dios y sinceramente desea llegar
a ser como él, y honestamente elige hacer la voluntad del Padre que está en
los cielos.
6. EL DIOS DE LA PERSONALIDAD
70:2 5:6.1 El Padre Universal
es el Dios de las personalidades. El dominio de la personalidad en el universo,
desde la criatura mortal y material más inferior hasta los seres más elevados
con dignidad de creador y condición divina, tiene su centro y circunferencia
en el Padre Universal. Dios el Padre es el otorgador y el conservador de toda
personalidad. Y el Padre Paradisiaco es asímismo el destino de todas las personalidades
finitas que sinceramente eligen hacer la voluntad divina, los que aman a Dios
y anhelan ser como él.
70:3 5:6.2 La personalidad es uno de los misterios no resueltos
de los universos. Podemos formar conceptos apropiados de los factores que
entran en la composición de las diversas órdenes y niveles de personalidades,
pero no comprendemos plenamente la verdadera naturaleza de la personalidad
misma. Percibimos claramente los numerosos factores que, cuando se combinan,
constituyen el vehículo de la personalidad humana, pero no comprendemos plenamente
la naturaleza y significación de tal personalidad finita.
70:4 5:6.3 La personalidad es potencial en todas las criaturas
que poseen una dote de mente, desde un mínimo de autoconciencia hasta un máximo
de conciencia de Dios. Pero la dote mental por sí sola no es personalidad,
ni tampoco el espíritu ni la energía física. La personalidad es la cualidad
y valor en la realidad cósmica exclusivamente otorgada por Dios el Padre a
estos sistemas vivientes de energías asociadas y coordinadas de materia, mente
y espíritu. La personalidad no es tampoco un logro progresivo. La personalidad
puede ser material o espiritual, pero o hay personalidad o no hay personalidad.
Lo que es distinto de personal no alcanza nunca el nivel de lo personal excepto
por la acción directa del Padre del Paraíso.
70:5 5:6.4 El otorgamiento de la personalidad es la función
exclusiva del Padre Universal, la personalización de los sistemas vivientes
de energía que él otorga con los atributos de conciencia creadora relativa
y con el correspondiente control en forma de libre albedrío. No hay personalidad
aparte de Dios el Padre, y no existe personalidad ninguna sino por Dios el
Padre. Los atributos fundamentales del yo humano, así como el núcleo en forma
de Ajustador absoluto de la personalidad humana, son dones del Padre Universal,
que actúa en su dominio exclusivamente personal del ministerio cósmico.
70:6 5:6.5 Los Ajustadores de estado prepersonal, habitan
numerosos tipos de criaturas mortales, asegurando así que estos mismos seres
puedan sobrevivir la muerte para personalizarse como criaturas morontiales,
con la posibilidad de alcanzar el último logro espiritual. Porque, cuando
un fragmento del espíritu del Dios eterno, la dádiva prepersonal del Padre
personal, habita la mente de tal criatura dotada de personalidad, ciertamente
esta personalidad finita posee el potencial de lo divino y lo eterno y aspira
a un destino semejante al Último, aun a un intento de comprensión de lo Absoluto.
71:1 5:6.6 La capacidad para la personalidad divina es intrínseca
en el Ajustador pre-personal; la capacidad para la personalidad humana existe
potencialmente en la dote de la mente cósmica del ser humano. Pero la personalidad
experiencial del hombre mortal no es observable como una realidad activa y
funcional hasta después de que el vehículo de la vida material de la criatura
mortal haya sido tocado por la divinidad liberadora del Padre Universal, siendo
así lanzado a los mares de la experiencia como personalidad autoconsciente,
autodeterminada (relativamente) y autocreadora. El yo material es verdadera
e incualificablemente personal
71:2 5:6.7 El yo material tiene personalidad e identidad,
identidad temporal; el Ajustador espiritual prepersonal también tiene identidad,
identidad eterna. Esta personalidad material y esta prepersonalidad espiritual
son capaces de unir de tal manera sus atributos creadores para traer a la
existencia la identidad superviviente del alma inmortal.
71:3 5:6.8 Así que habiendo proporcionado los medios para
el crecimiento del alma inmortal y habiendo liberado al ser interior del hombre
de las cadenas de la dependencia absoluta de la causación antecedente, el
Padre se hace a un lado. Ahora bien, el hombre ya liberado de las cadenas
de la respuesta a la causación, al menos en lo tocante al destino eterno,
y habiéndose proporcionado los medios para el crecimiento del yo inmortal,
del alma, la creación o la inhibición de la creación de este yo superviviente
y eterno que es suyo por elección depende de la voluntad del hombre. Ningún
otro ser, fuerza, creador, ni agencia en todo el vasto universo de los universos
puede interferir en medida alguna en la absoluta soberanía del libre albedrío
del ser mortal, tal como éste opera en el ámbito de la elección, en lo que
se refiere al destino eterno de la personalidad del mortal que hace su elección.
En lo que toca a la supervivencia eterna, Dios ha decretado la soberanía de
la voluntad material y mortal, y ese decreto es absoluto.
71:4 5:6.9 El otorgamiento de personalidad a la criatura confiere
una liberación relativa a partir de la respuesta esclavizada a la causación
antecedente, y las personalidades de todos estos seres morales, evolutivos
u otros, están centradas en la personalidad del Padre Universal. Ellos son
atraídos siempre hacia su presencia en el Paraíso por esa afinidad del ser
que constituye el vasto y universal círculo familiar y el circuito fraterno
del Dios eterno. Existe un parentesco de espontaneidad divina en toda personalidad.
71:5 5:6.10 El circuito de personalidad del universo de los
universos está centrado en la persona del Padre Universal, y el Padre Paradisiaco
es personalmente consciente de todas las personalidades de todos los niveles
de existencia autoconsciente y se mantiene en contacto personal con ellas.
Y esta conciencia de personalidad de toda la creación existe independientemente
de la misión de los Ajustadores del Pensamiento.
71:6 5:6.11 Tal como toda la gravedad está puesta en circuito
en la Isla del Paraíso, y toda mente está puesta en circuito en el Actor Conjunto
y todo espíritu en el Hijo Eterno, del mismo modo toda personalidad está puesta
en circuito en la presencia personal del Padre Universal, y este circuito
transmite infaliblemente la adoración de todas las personalidades a la Personalidad
Original y Eterna.
71:7 5:6.12 Respecto de aquellas personalidades que no son
habitadas por un Ajustador, también el Padre Universal les ha concedido la
libertad de elección y tales personas están asimismo incluidas en el gran
circuito del amor divino, el circuito de personalidad del Padre Universal.
Dios concede elección soberana a todas las personalidades auténticas. No se
puede forzar a ninguna criatura personal a emprender la aventura eterna; las
puertas de la eternidad se abren tan sólo en respuesta a la libre elección
de los hijos dotados de libre albedrío, del Dios de libre albedrío.
72:1 5:6.13 Y he aquí pues mis esfuerzos para presentar la
relación del Dios viviente con los hijos del tiempo. Una vez que esté todo
dicho y hecho, no puedo hacer nada más beneficioso que reiterar que Dios es
vuestro Padre en el universo, y que todos vosotros sois sus hijos planetarios.
72:2 5:6.14 [Éste es el quinto y último documento de la serie
en que un Consejero Divino de Uversa presenta la descripción del Padre Universal.]
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