ÍNDICE
El libro de Urantia
Edición 1999
DOCUMENTO 12
EL UNIVERSO DE Los UNIVERSOS
128:1 12:0.1
LA inmensidad de la vasta creación del Padre Universal está totalmente más
allá del entendimiento de la imaginación finita; la enormidad del universo
maestro asombra incluso la noción de los seres de mi orden. Pero es posible
enseñar mucho a la mente mortal sobre el plan y la disposición de los universos;
podéis conocer algo de su organización física y de su maravillosa administración;
podéis aprender mucho acerca de los diversos grupos de seres inteligentes
que habitan los siete superuniversos del tiempo y el universo central de la
eternidad.
128:2 12:0.2
En principio, es decir, en potencial eterno, concebimos la creación material
como infinita porque el Padre Universal es realmente infinito, pero según
estudiamos y observamos la totalidad de la creación material, sabemos que
en todo momento específico en el tiempo es limitada, aunque para vuestras
mentes finitas es comparativamente ilimitada, virtualmente sin fronteras.
128:3 12:0.3
Estamos convencidos, por el estudio de las leyes físicas y la observación
de los dominios estelares, que el Creador infinito no se ha manifestado aún
en la finalidad de la expresión cósmica, que gran parte del potencial cósmico
del Infinito sigue siendo autocontenido y no revelado. El universo maestro
puede parecer casi infinito a los ojos de los seres creados; pero dista de
estar terminado; aún existen límites físicos a la creación material, y la
revelación experiencial del eterno propósito sigue su curso.
1. Los NIVELES ESPACIALES DEL UNIVERSO
MAESTRO
128:4 12:1.1 El universo
de universos no es un plano infinito, un cubo sin fronteras ni un círculo
ilimitado; ciertamente tiene dimensiones. Las leyes de la organización y la
administración físicas prueban concluyentemente que el entero vasto agregado
de fuerza-energía y materia funciona en último término como una unidad espacial,
como un todo organizado y coordinado. La conducta observable de la creación
material constituye prueba de un universo físico claramente delimitado. La
prueba final de un universo tanto circular como delimitado está en el hecho,
bien conocido por nosotros, de que todas las formas de energía básica giran
siempre alrededor de la senda curva de los niveles espaciales del universo
maestro, obedeciendo a la atracción incesante y absoluta de la gravedad del
Paraíso.
128:5 12:1.2
Los sucesivos niveles espaciales del universo maestro constituyen las divisiones
principales del espacio ocupado -creación total, organizada y parcialmente
habitada, o aún para ser organizada y habitada. Concebimos que, si el universo
maestro no fuera una serie de niveles espaciales elípticos de reducida resistencia
al movimiento, alternándose con zonas de relativo reposo, algunas de las energías
cósmicas serían despedidas observablemente en una línea de tiro infinita,
en línea recta hacia un espacio sin senderos; pero no observamos jamás dicha
conducta de la fuerza, la energía o la materia; éstas siempre rotan, siempre
giran por las rutas de los grandes circuitos espaciales.
129:1 12:1.3
Partiendo del Paraíso a través de la extensión horizontal del espacio ocupado,
el universo maestro existe en seis elipses concéntricas, los niveles espaciales
que rodean la Isla central son:
129:2 1. El universo central -Havona.
129:3 2. Los siete superuniversos.
129:4 3. El primer nivel del espacio exterior.
129:5 4. El segundo nivel del espacio exterior.
129:6 5. El tercer nivel del espacio exterior.
129:7 6. El cuarto o el más extremo nivel del espacio.
129:8 12:1.4
Havona, el universo central, no es una creación del tiempo; es una
existencia eterna. Este universo sin principio ni fin consta de mil millones
de esferas de perfección sublime y está rodeado por los enormes cuerpos oscuros
de gravedad. En el centro de Havona está la estacionaria y absolutamente establilizada
Isla del Paraíso, rodeada por sus veintiún satélites. Debido a las enormes
masas de cuerpos oscuros de gravedad que la rodean en el límite del universo
central, el contenido de masa de esta creación central es muchísimo mayor
que la totalidad de masa conocida de los siete sectores del gran universo.
129:9 12:1.5
El sistema Paraíso-Havona, el eterno universo que rodea la Isla eterna,
constituye el núcleo perfecto y eterno del universo maestro; los siete superuniversos
y todas las regiones del espacio exterior giran en órbitas establecidas alrededor
del gigantesco agregado central de los satélites del Paraíso y de las esferas
de Havona.
129:10 12:1.6
Los siete superuniversos no son organizaciones físicas primarias; en
ningún lugar dividen sus fronteras una familia nebular, ni tampoco cruzan
ellas un universo local, una unidad creativa principal. Cada superuniverso
es simplemente una agrupación geográfica en el espacio de aproximadamente
una séptima parte de la creación organizada post-Havona y parcialmente habitada,
y cada uno es aproximadamente equivalente a los otros en el número de universos
locales que comprende y en el espacio que le corresponde. Nebadon,
vuestro universo local, es una de las creaciones más nuevas en Orvonton,
el séptimo superuniverso.
129:11 12:1.7
El gran universo es la actual creación organizada y habitada. Consiste
en los siete superuniversos, con un potencial evolucionario total de alrededor
de siete billones de planetas habitados, sin mencionar las esferas eternas
de la creación central. Pero este cálculo aproximado no toma en cuenta las
esferas arquitectónicas administrativas, ni tampoco incluye los grupos exteriores
de universos no organizados. La actual frontera irregular del gran universo,
su periferia desigual y no acabada, juntamente con el estado enormemente inestable
del entero plan astronómico, sugieren a nuestros astrónomos que aun los siete
superuniversos todavía no están completos. A medida que procedemos desde adentro,
desde el centro divino hacia afuera en cualquier dirección, llegamos finalmente
a los límites exteriores de la creación organizada y habitada; llegamos a
los límites exteriores del gran universo. Y es cerca de esta frontera exterior,
en un rincón remoto de tan espléndida creación, que vuestro universo local
tiene su existencia pletórica.
129:12 12:1.8
Los niveles del espacio exterio. Lejos en el espacio, a una distancia
enorme de los siete superuniversos habitados, se están acumulando vastos e
increíblemente maravillosos circuitos de fuerza y energías en vías de materialización.
Entre los circuitos de energía de los siete superuniversos y este gigantesco
cinturón exterior de la actividad de fuerza, hay una zona espacial de relativa
calma, que varía en anchura pero con un promedio de aproximadamente cuatrocientos
mil años-luz. Estas zonas espaciales están libres de polvo estelar- niebla
cósmica. Nuestros estudiosos de estos fenómenos están en duda en cuanto a
la condición exacta de las fuerzas espaciales que existen en esta zona de
calma relativa que rodea los siete superuniversos. Pero alrededor de medio
millón de años-luz más allá de la periferia del gran universo presente, observamos
los comienzos de una zona de increíble acción energética que aumenta en volumen
e intensidad por más de veinticinco millones de años-luz. Estas enormes ruedas
de fuerzas energizantes están ubicadas en el primer nivel del espacio exterior,
un cinturón continuo de actividad cósmica que rodea toda la creación conocida,
organizada y habitada.
130:1 12:1.9
Actividades aún más grandes están teniendo lugar más allá de estas regiones,
pues los físicos de Uversa han detectado indicios iniciales de manifestaciones
de fuerza a más de cincuenta millones de años-luz más allá de la parte más
exterior de los fenómenos en el primer nivel del espacio exterior. Estas actividades
presagian indudablemente la organización de las creaciones materiales del
segundo nivel del espacio exterior del universo maestro.
130:2 12:1.10
El universo central es la creación de la eternidad; los siete superuniversos
son las creaciones del tiempo; los cuatro niveles del espacio exterior están
destinados indudablemente a eventuar-evolucionar la ultimidad de la creación.
También están los que dicen que el Infinito no puede alcanzar jamás plena
expresión sino en la infinidad; y por lo tanto postulan una creación adicional
y no revelada mas allá del cuarto nivel espacial exterior, un universo posible
de infinidad, sin fin y en constante expansión. En teoría no sabemos cómo
limitar la infinidad del Creador ni la infinidad potencial de la creación,
pero tal como existe y es administrada, consideramos que el universo maestro
tiene limitaciones, siendo definitivamente delimitado y contenido en sus fronteras
exteriores por el espacio abierto.
2. Los DOMINIOS DEL ABSOLUTO NO CUALIFICADO
130:3 12:2.1 Cuando los
astrónomos de Urantia escudriñan los misterios del espacio exterior a través
de sus telescopios cada vez más poderosos y contemplan la sorprendente evolución
de universos físicos casi incontables, deberían darse cuenta de que están
contemplando la obra poderosa de los planes inescrutables de los Arquitectos
del Universo Maestro. Es verdad que poseemos pruebas que sugieren la presencia
de ciertas influencias de la personalidad paradisiaca aquí y allá a través
de las vastas manifestaciones de energía que caracterizan ahora a estas regiones
exteriores, pero desde un punto de vista más amplio las regiones espaciales
que se extienden más allá de los límites exteriores de los siete superuniversos
se reconocen generalmente como constituyendo los dominios del Absoluto No
Cualificado.
130:4 12:2.2
Aunque a simple vista el ser humano tan sólo puede ver dos o tres nebulosas
más allá de las fronteras del superuniverso de Orvonton, vuestros telescopios
literalmente revelan millones y millones de estos universos físicos en proceso
de formación. La mayoría de los dominios estelares visualmente expuestos a
la investigación de vuestros telescopios modernos están en Orvonton, pero
mediante la técnica fotográfica, los telescopios más poderosos penetran mucho
más allá de las fronteras del gran universo, hasta los dominios del espacio
exterior, allí donde incontables universos están en proceso de organización.
También existen otros millones de universos fuera del alcance de vuestros
instrumentos presentes.
130:5 12:2.3
En un futuro no lejano, los nuevos telescopios revelarán a la mirada sorprendida
de los astrónomos urantianos no menos de 375 millones de nuevas galaxias en
los tramos remotos del espacio exterior. Al mismo tiempo, estos telescopios
más poderosos revelarán que muchos universos aislados que anteriormente se
creía que estaban en el espacio exterior, son en realidad parte del sistema
galáctico de Orvonton. Los siete superuniversos aún están creciendo; la periferia
de cada uno de ellos se está expandiendo gradualmente; nuevas nebulosas se
están estabilizando y organizando constantemente; y algunas de las nebulosas
que los astrónomos de Urantia consideran extragalácticas están en realidad
junto a la frontera de Orvonton y viajan con nosotros.
131:1 12:2.4
Los astrónomos uversanos observan que el gran universo está rodeado por los
antepasados de una serie de conjuntos estelares o planetarios que rodean completamente
la presente creación habitada como anillos concéntricos de múltiples universos
exteriores. Los físicos de Uversa calculan que la energía y la materia de
estas regiones exteriores no cartografiadas equivalen ya a muchas veces la
totalidad de la masa material y la carga de energía de los siete superuniversos.
Se nos informa que la metamorfosis de la fuerza cósmica en estos niveles del
espacio exterior es función de los organizadores de la fuerza del Paraíso.
Sabemos también que estas fuerzas son ancestrales a aquellas energías físicas
que presentemente activan el gran universo. Los directores de poder de Orvonton,
sin embargo, no tienen nada que ver con estos dominios ultrarremotos, ni tampoco
están los movimientos de la energía que allí ocurren discerniblemente conectados
con los circuitos de poder de las creaciones organizadas y habitadas.
131:2 12:2.5
Poco sabemos sobre la significación de estos extraordinarios fenómenos del
espacio exterior. Una mayor creación del futuro está en proceso de formación.
Podemos observar su inmensidad, discernir su extensión y percibir sus dimensiones
majestuosas, pero por lo demás conocemos poco más de lo que conocen los astrónomos
de Urantia acerca de estos ámbitos. A nuestro entender, en este anillo exterior
de nebulosas, soles y planetas no existen seres materiales del orden de los
humanos, ni ángeles ni otras criaturas espirituales. Este dominio distante
está más allá de la jurisdicción y administración de los gobiernos de los
superuniversos.
131:3 12:2.6
En todo Orvonton se cree que se está gestando un nuevo tipo de creación, un
orden de universos destinados a convertirse en el escenario de las actividades
futuras de los Cuerpos de los Finalistas ahora en formación, y si nuestras
conjeturas son correctas, entonces el futuro interminable deparará para todos
vosotros los mismos maravillosos espectáculos que el pasado interminable reservara
a vuestros mayores y antepasados.
3. LA GRAVEDAD UNIVERSAL
131:4 12:3.1 Todas las
formas de fuerza-energía -material, mental o espiritual- están igualmente
sujetas a aquellas atracciones, a aquellas presencias universales, que llamamos
gravedad. La personalidad también responde a la gravedad: al circuito exclusivo
del Padre; pero aunque este circuito es exclusivo del Padre, no está excluido
él de los otros circuitos; el Padre Universal es infinito y actúa sobre
todos los cuatro circuitos de la gravedad absoluta en el universo maestro:
131:5 1. La gravedad de personalidad
del Padre Universal.
131:6 2. La gravedad espiritual del
Hijo Eterno.
131:7 3. La gravedad mental del Actor
Conjunto.
131:8 4. La gravedad cósmica de la Isla del Paraíso.
131:9 12:3.2
Estos cuatro circuitos no están relacionados con el centro de fuerza del Paraíso
bajo; no son ni circuitos de fuerza, ni de energía, ni de poder. Son circuitos
absolutos de presencia y, como Dios, son independientes del tiempo
y el espacio.
132:1 12:3.3
Respecto a esto es interesante notar ciertas observaciones realizadas en recientes
milenios en Uversa por el cuerpo de investigadores de la gravedad. Este grupo
de expertos ha llegado a las siguientes conclusiones respecto a los diferentes
sistemas de gravedad del universo maestro:
132:2 12:3.4 1. Gravedad física. Habiendo formulado
un cálculo de la suma total de la capacidad de gravedad física del gran universo,
han efectuado una laborioso cotejo de estos resultados con el cálculo total
de la presencia de la gravedad absoluta que funciona presentemente. Estos
cálculos indican que la acción total de la gravedad en el gran universo es
una porción muy pequeña de la atracción de gravedad estimada del Paraíso,
computada en base a la respuesta gravitacional de las unidades físicas básicas
de la materia del universo. Estos investigadores llegan a la pasmosa conclusión
de que el universo central y los siete superuniversos que lo rodean están
presentemente haciendo uso de aproximadamente un cinco por ciento de la función
activa de la atracción de la gravedad absoluta del Paraíso. En otras palabras:
en este momento, alrededor del noventa y cinco por ciento de la acción de
la gravedad cósmica activa de la Isla del Paraíso, computada sobre la base
de esta teoría de totalidad, está dedicada a controlar sistemas materiales
mas allá de las fronteras de los actuales universos organizados. Todos estos
cálculos se refieren a la gravedad absoluta; la gravedad lineal es un fenómeno
interactivo que se puede computar sólo si se conoce la verdadera gravedad
del Paraíso.
132:3 12:3.52. Gravedad espiritual. Mediante igual
técnica de cómputo y cálculo comparativos, estos investigadores han explorado
la capacidad actual de reacción de la gravedad espiritual y, con la cooperación
de los Mensajeros Solitarios y de otras personalidades espirituales, han llegado
al total de la gravedad espiritual activa de la Segunda Fuente y Centro. Es
ilustrativo el mencionar que encuentran aproximadamente el mismo valor para
la presencia real y funcional de la gravedad del espíritu en el gran universo
que postulan para el presente total de la gravedad activa espiritual. Dicho
de otro modo: en este momento, prácticamente toda la gravedad espiritual del
Hijo Eterno, computada sobre la base de esta teoría de totalidad, puede ser
observada funcionando en el gran universo. Si estos descubrimientos son confiables,
podemos concluir que los universos que ahora evolucionan en el espacio exterior
son en este momento, completamente no espirituales. Y si esto es cierto, explicaría
satisfactoriamente por qué los seres dotados de espíritu poseen tan poca o
ninguna información acerca de estas vastas manifestaciones de energía, aparte
de conocer el hecho de su existencia física.
132:4 12:3.63. Gravedad mental. Basándose en los mismos
principios de computación comparativa, estos expertos han acometido el problema
de la presencia y reacción de la gravedad mental. La unidad mental de estimación
fue el resultado del promedio de tres tipos de mentalidad material y tres
tipos de mentalidad espiritual, aunque el tipo de mente de los directores
de poder y sus asociados resultó ser un factor perturbador para los fines
de llegar a una unidad básica para el cálculo de la gravedad mental. Poco
había que impidiera el cálculo de la capacidad presente de la Tercera Fuente
y Centro para la función de la gravedad mental de acuerdo con esta teoría
de la totalidad. Aunque en este caso los hallazgos no son tan definitivos
como en los cálculos de la gravedad física y espiritual, ellos son, si se
los considera comparativamente, muy instructivos e incluso fascinantes. Estos
investigadores deducen que alrededor del ochenta y cinco por ciento de la
respuesta de la gravedad mental a la atracción intelectual del Actor Conjunto
se origina en el gran universo existente. Esto sugeriría la posibilidad de
que haya participación de actividades mentales relacionadas con las actividades
físicas observables actualmente en progreso en todos los dominios del espacio
exterior. Si bien este cálculo probablemente dista de ser preciso, concuerda,
en principio, con nuestra creencia de que organizadores de la fuerza inteligentes
dirigen actualmente la evolución del universo en los niveles espaciales más
allá de los actuales límites exteriores del gran universo. Sea cual fuere
la naturaleza de esta inteligencia postulada, al parecer no responde a la
gravedad del espíritu.
133:1 12:3.7
Pero todos estos cómputos son, en el mejor de los casos, cálculos basados
en leyes presuntas; los consideramos relativamente confiables. Aunque hubiera
unos pocos seres espirituales en el espacio exterior, su presencia colectiva
no influiría marcadamente sobre estos cálculos que conllevan dimensiones tan
enormes.
133:2 12:3.8
La Gravedad de personalidad no es calculable. Reconocemos el circuito,
pero no podemos medir ni cualitativa ni cuantitivamente las realidades que
responden a ella.
4. EL ESPACIO Y EL MOVIMIENTO
133:3 12:4.1 Todas las
unidades de la energía cósmica están en revolución primaria, mientras giran
alrededor de la órbita universal, ocupadas en ejecutar su misión. Los universos
del espacio y los sistemas y mundos que los componen son esferas girantes,
que se mueven a lo largo de los circuitos interminables de los niveles espaciales
del universo maestro. Absolutamente nada es estacionario en todo el universo
maestro, excepto el centro mismo de Havona, la Isla eterna del Paraíso, el
centro de la gravedad.
133:4 12:4.2
El Absoluto No Cualificado está funcionalmente limitado al espacio, pero no
estamos tan seguros sobre la relación de este Absoluto con el movimiento.
¿Es el movimiento inherente al mismo? No lo sabemos. Sabemos que el movimiento
no es inherente al espacio; incluso los movimientos del espacio no
son innatos. Pero no estamos tan seguros acerca de la relación del No Cualificado
con el movimiento. ¿Quién, o qué, es realmente responsable de las gigantescas
actividades de transmutaciones de fuerza-energía presentemente en progreso
más allá de los límites de los siete superuniversos presentes? Respecto al
origen del movimiento tenemos las siguientes opiniones:
133:5 12:4.31.
Pensamos que el Actor Conjunto da inicio al movimiento en el espacio.
133:6 12:4.4 2. Si el Actor Conjunto produce los movimientos
del espacio, no podemos probarlo.
133:7 12:4.53. El Absoluto Universal no origina el movimiento
inicial, pero sí equilibra y controla todas las tensiones originadas por el
movimiento.
133:8 12:4.6
En el espacio exterior, parece que los organizadores de la fuerza son los
responsables de la producción de las gigantescas ruedas universales que se
encuentran ahora en proceso de evolución estelar, pero su capacidad para funcionar
de este modo debe haber sido posibilitada mediante una modificación de la
presencia espacial del Absoluto No Cualificado.
133:9 12:4.7
El espacio desde el punto de vista humano es nada -es negativo; existe sólo
en la medida en que se relaciona con algo positivo y no espacial. El espacio
es, sin embargo, real. Contiene y condiciona el movimiento. Incluso se mueve.
A grandes rasgos los movimientos del espacio se pueden clasificar de la siguiente
manera:
133:10 12:4.8 1. Movimiento primario: respiración espacial,
el movimiento del espacio mismo.
133:11 12:4.9 2. Movimiento secundario: las oscilaciones direccionales
alternativas de los sucesivos niveles espaciales.
133:12 12:4.10 3. Movimientos relativos: relativos en el sentido
de que no se los evalúa tomando como base el Paraíso. Los movimientos primario
y secundario son absolutos, movimiento en relación con el Paraíso inmóvil.
133:13 12:4.11 4. Movimiento compensatorio o correlativo destinado
a coordinar todos los otros movimientos.
134:1 12:4.12
La relación presente de vuestro sol y sus planetas asociados, aunque revela
muchos movimientos relativos y absolutos en el espacio, tiende a dar la impresión
a los observadores astronómicos que estáis relativamente estacionarios en
el espacio y que los conjuntos y sucesiones estelares circundantes vuelan
hacia afuera a velocidades cada vez mayores a medida que calculáis hacia afuera
en el espacio. Pero tal no es el caso. Vosotros no reconocéis la presente
expansión uniforme hacia afuera de las creaciones físicas de todo el espacio
ocupado. Vuestra propia creación local (Nebadon) participa de este movimiento
de expansión universal hacia afuera. Los siete superuniversos participan en
los ciclos de respiración espacial de dos mil millones de años, juntamente
con las regiones exteriores del universo maestro.
134:2 12:4.13
Cuando los universos se expanden y se contraen, las masas materiales en el
espacio ocupado se mueven alternativamente a favor y en contra de la atracción
de la gravedad del Paraíso. El trabajo realizado en el movimiento de la masa
de energía material de la creación es trabajo espacial, pero no trabajo
de poder-energía.
134:3 12:4.14
Aunque vuestros estimados espectroscópicos de las velocidades astronómicas
son bastante confiables cuando se aplican a los dominios estelares pertenecientes
a vuestro superuniverso y a sus superuniversos asociados, tales cómputos con
referencia a los dominios del espacio exterior carecen completamente de crédito.
Las líneas espectrales se desplazan de lo normal hacia el violeta por una
estrella que se aproxima; asimismo esas líneas son desplazadas hacia el rojo
por una estrella que se aleja. Muchas influencias se interponen dando la impresión
de que la velocidad recesional de los universos exteriores aumenta en la proporción
de más de ciento sesenta kilómetros por segundo por cada millón de años-luz
que aumente en distancia. Con este método de cómputo, y cuando haya telescopios
más poderosos, parecerá que estos sistemas remotísimos se están alejando de
esta parte del universo a la increíble velocidad de aproximadamente cincuenta
mil kilómetros por segundo. Pero esta aparente velocidad de recesión no es
real; resulta de numerosos factores de error que incluyen los ángulos de observación
y otras distorsiones espacio-temporales.
134:4 12:4.15 Pero la más grande
de las distorsiones surge porque los vastos universos del espacio exterior
en los reinos próximos a los dominios de los siete superuniversos parecen
estar girando en dirección opuesta a la del gran universo. Es decir, estas
miríadas de nebulosas y sus soles y esferas acompañantes están presentemente
girando en el sentido de las manecillas del reloj alrededor de la creación
central. Los siete superuniversos giran alrededor del Paraíso en dirección
opuesta a las manecillas del reloj. Parece que el segundo universo exterior
de galaxias, al igual que los siete superuniversos, gira en dirección contraria
a las manecillas del reloj alrededor del Paraíso. Y los observadores astronómicos
de Uversa piensan que detectan pruebas de movimientos revolutivos en un tercer
cinturón exterior de remotísimo espacio que está comenzando a mostrar tendencias
direccionales en el sentido de las manecillas del reloj.
134:5 12:4.16
Es probable que estas direcciones alternadas de las sucesivas procesiones
espaciales de los universos tengan algo que ver con la técnica de la gravedad
interior del universo maestro del Absoluto Universal, que consiste en una
coordinación de las fuerzas y una compensación de las tensiones espaciales.
El movimiento, así como el espacio, es un complemento o equilibrante de la
gravedad.
5. SPACE AND TIME
134:6 12:5.1 Al igual
que el espacio, el tiempo es una dádiva del Paraíso, pero no en el mismo sentido,
sino tan sólo indirectamente. El tiempo se produce por virtud del movimiento
y porque la mente está intrínsecamente consciente de lo secuencial. Desde
un punto de vista práctico, el movimiento es esencial al tiempo, pero no existe
una unidad de tiempo universal basada en el movimiento, excepto que el día
estándar del Paraíso-Havona se considera arbitrariamente universal. La totalidad
de la respiración espacial destruye su valor local como fuente del tiempo.
135:1 12:5.2
El espacio no es infinito, aunque se origina en el Paraíso; ni absoluto, porque
está penetrado por el Absoluto No Cualificado. No conocemos los límites absolutos
del espacio, pero sí sabemos que el absoluto del tiempo es la eternidad.
135:2 12:5.3
El tiempo y el espacio son inseparables tan sólo en las creaciones espacio-temporales,
los siete superuniversos. El espacio no temporal (espacio sin tiempo) existe
teóricamente, pero el único lugar verdaderamente no temporal es el área
del Paraíso. El tiempo no espacial (tiempo sin espacio) existe en la mente
correspondiente al nivel funcional del Paraíso.
135:3 12:5.4
Las zonas intermedias del espacio relativamente inmóviles que lindan con el
Paraíso y separan el espacio ocupado del no ocupado son las zonas de transición
del tiempo a la eternidad, de aquí la necesidad de que los peregrinos al Paraíso
estén inconscientes durante este tránsito cuando éste culmina con la ciudadanía
del Paraíso. Los visitantes conscientes del tiempo pueden ir al Paraíso
sin ser adormecidos para este cruce, pero seguirán siendo criaturas del tiempo.
135:4 12:5.5
Las relaciones con el tiempo no existen sin movimiento en el espacio, pero
sí existe la conciencia del tiempo. El concepto de lo secuencial puede llevar
a la conciencia el concepto del tiempo aun en ausencia de movimiento. La mente
del hombre está menos sujeta al tiempo que al espacio, debido a la naturaleza
intrínseca de la mente. Aun durante los tiempos de la vida terrestre en la
carne, a pesar de que la mente del hombre está rígidamente sujeta al espacio,
la imaginación humana creadora está comparativamente libre del tiempo. Pero
el tiempo mismo no es, genéticamente, una cualidad de la mente.
135:5 12:5.6
Existen tres niveles diferentes de conocimiento del tiempo:
135:6 12:5.7 1. Tiempo percibido por la mente: conciencia
de secuencia, movimiento, y sentido de duración.
135:7 12:5.8 2. Tiempo percibido por el espíritu: discernimiento
del movimiento hacia Dios y conciencia del movimiento de ascensión hacia niveles
de divinidad en aumento.
135:8 12:5.9 3. La personalidad crea un singular sentido
del tiempo mediante el discernimiento de la Realidad, más una conciencia de
presencia y la noción de duración.
135:9 12:5.10
Los no espirituales animales sólo conocen el pasado y viven en el presente.
El hombre habitado por el espíritu tiene poderes de previsión (discernimiento);
puede visualizar el futuro. Sólo las actitudes progresistas y que miran hacia
adelante son personalmente reales. La ética estática y la moral tradicional
son tan sólo levemente superanimales. Tampoco es el estoicismo un grado elevado
de autorrealización. La ética y la moral se hacen verdaderamente humanas cuando
son dinámicas y progresistas, llenas de vida de la realidad universal.
135:10 12:5.11
La personalidad humana no es meramente un fenómeno colateral de los acontecimientos
del tiempo y el espacio; la personalidad humana también puede actuar como
causa cósmica de tales acontecimientos.
6. EL SUPERCONTROL UNIVERSAL
135:11 12:6.1 El universo
no es estático. La estabilidad no es el resultado de la inercia sino más bien
el producto de energías equilibradas, de mentes en cooperación, de morontias
coordinadas, de supercontrol espiritual, y de unificación de la personalidad.
La estabilidad es totalmente y siempre proporcional a la divinidad.
135:12 12:6.2
En el control físico del universo maestro, el Padre Universal ejerce prioridad
y primacía a través de la Isla del Paraíso; Dios es absoluto en la administración
espiritual del cosmos en la persona del Hijo Eterno. Respecto a los dominios
de la mente, el Padre y el Hijo funcionan en forma coordinada en el Actor
Conjunto.
136:1 12:6.3
La Tercera Fuente y Centro ayuda al mantenimiento del equilibrio y la coordinación
de las energías y organizaciones físicas y espirituales combinadas mediante
la absolutez de su control de la mente cósmica y el ejercicio de sus complementos
inherentes y universales de gravedad física y espiritual. Cuandoquiera y dondequiera
que ocurra un enlace entre lo material y lo espiritual, ese fenómeno mental
es un acto del Espíritu Infinito. Sólo la mente puede interasociar las fuerzas
y energías físicas del nivel material con los poderes y seres espirituales
del nivel del espíritu.
136:2 12:6.4
En toda vuestra contemplación de los fenómenos universales, aseguraos de tomar
en consideración la interrelación de las energías físicas, intelectuales y
espirituales, y tened en cuenta los fenómenos inesperados correspondientes
a su unificación por la personalidad y los fenómenos imprevisibles resultantes
de las acciones y reacciones de la Deidad experiencial y de los Absolutos.
136:3 12:6.5
El universo es altamente pronosticable sólo en el sentido cuantitativo o de
medición de la gravedad; ni siquiera las fuerzas físicas fundamentales responden
a la gravedad lineal, ni tampoco lo hacen los más elevados significados mentales
ni los verdaderos valores espirituales de las realidades universales últimas.
Cualitativamente, el universo no es altamente pronosticable en lo que respecta
a nuevas asociaciones de fuerzas, sean éstas físicas, mentales o espirituales,
aunque muchas de tales combinaciones de energías o fuerzas se hacen parcialmente
previsibles cuando se las somete a una observación crítica. Cuando la materia,
la mente y el espíritu se unifican por medio de la personalidad de la criatura,
no podemos predecir plenamente las decisiones de un ser con tanto libre albedrío.
136:4 12:6.6
Todas las fases de fuerza primordial, espíritu incipiente, y otras ultimidades
no personales parecen reaccionar de acuerdo con ciertas leyes relativamente
estables pero desconocidas, y se caracterizan por una latitud de actuación
y una flexibilidad de respuesta que resultan a menudo desconcertantes cuando
se las encuentra en los fenómenos de una situación específica y aislada. ¿Cuál
es la explicación de esta imprevisible libertad de reacción revelada por estas
realidades universales emergentes? Estos desconocidos e insondables sucesos
imprevistos -ya pertenezcan al comportamiento de una unidad primordial de
fuerza, la reacción de un nivel mental no identificado, o el fenómeno de un
vasto preuniverso en vías de creación en los dominios del espacio exterior-
probablemente revelan las actividades del Último y las presencia-actuaciones
de los Absolutos, que preceden la función de todos los Creadores universales.
136:5 12:6.7
No sabemos realmente, pero suponemos que versatilidad tan sorprendente y coordinación
tan profunda significan la presencia y actuación de los Absolutos, y que tal
diversidad de respuesta frente a una causación aparentemente uniforme revela
la reacción de los Absolutos, no sólo a la causación inmediata y situacional,
sino también a todas las demás causaciones en el entero universo maestro.
136:6 12:6.8
Los individuos tienen sus guardianes del destino; los planetas, sistemas,
constelaciones, universos y superuniversos cuentan cada uno con sus respectivos
soberanos que laboran por el bien de sus dominios. Havona e incluso el gran
universo son vigilados por aquellos a quienes se ha confiado tan alta responsabilidad.
Pero ¿quién fomenta y atiende las necesidades fundamentales del universo maestro
como un todo, desde el Paraíso hasta el cuarto y más exterior de los niveles
espaciales? Existencialmente tal sobreprotección probablemente es atribuible
a la Trinidad del Paraíso, pero desde el punto de vista experiencial, la aparición
de los universos post-Havona depende de:
136:7 1. Los Absolutos en potencial.
136:8 2. El Último en dirección.
137:1 3. El Supremo en coordinación evolutiva.
137:2 4. Los Arquitectos del Universo Maestro en administración, antes
de la aparición de los soberanos específicos.
137:3 12:6.9
El Absoluto No Cualificado penetra todo el espacio. No tenemos completamente
claro el estado exacto del Absoluto de Deidad y el Absoluto Universal, pero
sabemos que este último funciona dondequiera que funcionan el Absoluto de
Deidad y el Absoluto No Cualificado. El Absoluto de Deidad puede estar universalmente
presente, pero difícilmente presente en el espacio. El Último está, o alguna
vez estará, presente en el espacio hasta las fronteras exteriores del cuarto
nivel espacial. Dudamos que el Último tenga jamás una presencia espacial más
allá de la periferia del universo maestro, pero dentro de estos límites el
Último integra progresivamente la organización creativa de los potenciales
de los tres Absolutos.
7. LA PARTE Y EL TODO
137:4 12:7.1 Una ley inexorable
e impersonal que es equivalente a la función de una providencia cósmica, opera
a través de todo el tiempo y el espacio y respecto a toda realidad cualquiera
sea su naturaleza. La misericordia caracteriza la actitud del amor de Dios
por el individuo; la imparcialidad motiva la actitud de Dios hacia la totalidad.
La voluntad de Dios no prevalece necesariamente en la parte -el corazón de
una personalidad determinada- pero su voluntad realmente gobierna la totalidad,
el universo de los universos.
137:5 12:7.2
En todas sus transacciones con todos sus seres es cierto que las leyes de
Dios no son intrínsecamente arbitrarias. Para ti, con tu visión limitada y
tu punto de vista finito, las acciones de Dios a menudo han de parecer arbitrarias
y dictatoriales. Las leyes de Dios son meramente las costumbres de Dios, su
modo de hacer repetidamente las cosas; y él siempre hace todas las cosas bien.
Observas que Dios hace la misma cosa del mismo modo, y repetidas veces, sencillamente
porque es la mejor manera de hacer esa cosa particular en una circunstancia
dada; y la mejor manera es la manera correcta, y por lo tanto la sabiduría
infinita siempre lo ordena de esa manera precisa y perfecta. Debes recordar
también que la naturaleza no es acción exclusiva de la Deidad; existen otras
influencias en esos fenómenos que el hombre llama naturaleza.
137:6 12:7.3
Es repugnante a la naturaleza divina tolerar cualquier tipo de deterioro o
aun permitir en momento alguno la realización de un acto puramente personal
de una manera inferior. Debe aclararse, sin embargo, que si, en la
divinidad de cualquier situación, en lo extremo de cualquier circunstancia,
en cualquier caso donde el curso de la sabiduría suprema pudiera indicar la
demanda de una conducta diferente -si la demanda de perfección pudiera por
cualquier razón dictar otro método de reacción, uno mejor, entonces y allí
mismo el Dios omnisapiente funcionaría de esa manera mejor y más adecuada.
Eso sería la expresión de una ley superior, no la revocación de una ley inferior.
137:7 12:7.4
Dios no es esclavo de sus hábitos, de la cronicidad de la repetición de sus
propias acciones voluntarias. No hay conflicto entre las leyes del Infinito;
todas ellas son perfecciones de naturaleza infalible; todas son actos incuestionables
expresivos de decisiones sin defectos. La ley es la reacción inmutable de
una mente infinita, perfecta y divina. Las acciones de Dios son todas volitivas
no obstante esta aparente uniformidad. En Dios "no hay variabilidad ni
sombra de cambio". Pero todo esto que puede decirse verdaderamente del
Padre Universal no puede decirse con igual certeza de todas sus inteligencias
subordinadas o de sus criaturas evolutivas.
137:8 12:7.5
Porque Dios es inmutable, por tanto podéis vosotros confiar, en todas las
circunstancias ordinarias, que hará lo mismo, de la misma manera idéntica
y ordinaria. Dios es la garantía de la estabilidad para todas las cosas y
seres creados. Él es Dios; por lo tanto no cambia.
138:1 12:7.6
Toda esta inmutabilidad de conducta y uniformidad de acción es personal, consciente
y altamente volitiva, porque el gran Dios no es el esclavo indefenso de su
propia perfección e infinidad. Dios no es una fuerza ciega y automática; no
es un poder sujeto a una ley esclavizante. Dios no es ni una ecuación matemática
ni una fórmula química. Es una personalidad libre y primordial. Es el Padre
Universal, un ser sobrecargado de personalidad y la fuente universal de toda
personalidad de las criaturas.
138:2 12:7.7
La voluntad de Dios no prevalece uniformemente en el corazón del mortal material
que busca a Dios, pero si el marco temporal se extiende más allá del momento
de abarcar la totalidad de la primera vida, entonces la voluntad de Dios se
hace cada vez más discernible en los frutos del espíritu que se producen en
la vida de los hijos de Dios guiados por el espíritu. Y si la vida humana
se amplía ulteriormente para incluir la experiencia morontial, se observa
que la voluntad divina resplandece con fulgor cada vez mayor en los actos
espiritualizandos de esas criaturas del tiempo que han comenzado a gozar las
delicias divinas de experimentar la relación de la personalidad del hombre
con la personalidad del Padre Universal.
138:3 12:7.8
La Paternidad de Dios y la fraternidad del hombre presentan una paradoja de
la parte y el todo en el nivel de la personalidad. Dios ama a cada
individuo como hijo individual de la familia celeste. Sin embargo Dios así
ama a todos los individuos; no tiene preferidos, y la universalidad
de su amor produce una relación de totalidad, la fraternidad universal.
138:4 12:7.9
El amor del Padre individualiza absolutamente cada personalidad como un hijo
único del Padre Universal, un hijo sin duplicado en el infinito, una criatura
volitiva irremplazable en toda la eternidad. El amor del Padre glorifica a
cada hijo de Dios, iluminando a cada miembro de la familia celestial, perfilando
agudamente la naturaleza única de cada ser personal frente a los niveles impersonales
que se hallan fuera del círculo fraterno del Padre de todos. El amor de Dios
retrata vivamente el valor trascendente de cada criatura volitiva, inequívocamente
revela el altísimo valor que el Padre Universal ha colocado sobre todos y
cada uno de sus hijos, desde la más elevada personalidad creadora de estado
paradisiaco hasta la personalidad más inferior de dignidad volitiva entre
las tribus de los hombres salvajes en los albores de las especies humanas,
en algún mundo evolutivo del tiempo y el espacio.
138:5 12:7.10
El amor mismo de Dios por el individuo crea la familia divina de todos los
individuos, la fraternidad universal de los hijos del libre albedrío del Padre
del Paraíso. Y esta fraternidad, siendo universal, es una relación de totalidad.
La fraternidad, cuando es universal, no revela la relación con un individual,
sino la relación con los todos. La fraternidad es una realidad de lo
total y por lo tanto revela cualidades de la totalidad, en contradicción con
las cualidades de la parte.
138:6 12:7.11
La fraternidad constituye un hecho de relación entre todas las personalidades
en la existencia universal. Ninguna persona puede evadir los beneficios o
las sanciones que puedan sobrevenirle como resultado de una relación con otras
personas. La parte se beneficia o sufre en relación con el todo. El buen esfuerzo
de cada hombre beneficia a todos los hombres; el error o el mal de cada hombre
aumenta las tribulaciones de todos los hombres. Según se mueve la parte, así
se mueve el todo. Según es el progreso de la totalidad, así el progreso de
la parte. Las velocidades relativas de la parte y el todo determinan si la
parte se atrasa por la inercia del todo o si adelanta por el impulso de la
fraternidad cósmica.
139:1 12:7.12
Es un misterio que Dios sea un ser altamente personal y autoconsciente con
un centro de gobierno residencial y, al mismo tiempo, esté presente personalmente
en un universo tan vasto y en contacto personal con un número de seres casi
infinito. Que tal fenómeno sea un misterio que rebasa la comprensión humana
no debe disminuir en lo más mínimo vuestra fe. No dejéis que la magnitud de
la infinitud, la inmensidad de la eternidad y la grandeza y gloria del carácter
incomparable de Dios os sobrecojan, os hagan vacilar u os desalienten; porque
el Padre no está muy lejos de ninguno de vosotros; habita dentro de vosotros,
y en él todos nosotros literalmente nos movemos, realmente vivimos, y verdaderamente
tenemos nuestro ser.
139:2 12:7.13
Aunque el Padre del Paraíso funciona a través de sus creadores divinos y sus
hijos criaturas, disfruta también del contacto interior más íntimo con vosotros,
un contacto tan sublime, tan altamente personal, que aún está más allá de
mi comprensión: esa misteriosa comunión del fragmento del Padre con el alma
humana y con la mente mortal en la cual mora realmente. Si sabéis lo que hacéis
con estos dones de Dios, por ello mismo sabéis que el Padre está en estrecha
relación, no sólo con sus asociados divinos, sino también con sus hijos mortales
evolutivos del tiempo. El Padre ciertamente mora en el Paraíso, pero su divina
presencia también mora en la mente de los hombres.
139:3 12:7.14
Aunque sea derramado el espíritu de un Hijo sobre toda carne, aunque un Hijo
morara cierta vez entre vosotros en semejanza de carne mortal, aunque los
serafines personalmente os guarden y guíen, ¿cómo puede ninguno de estos seres
divinos de los Centros Segundo y Tercero esperar jamás acercarse tanto a vosotros
o comprenderos tan plenamente como el Padre, quien ha dado una parte de sí
mismo para que esté en vosotros, para que sea vuestro ser verdadero, divino
e incluso eterno?
8. LA MATERIA, LA MENTE Y EL ESPÍRITU
139:4 12:8.1 "Dios
es espíritu", pero no lo es el Paraíso. El universo material es siempre
la arena en donde tienen lugar todas las actividades espirituales; los seres
espirituales y los ascendentes espirituales viven y trabajan en las esferas
físicas de la realidad material.
139:5 12:8.2
El otorgamiento de la fuerza cósmica, el dominio de la gravedad cósmica, es
la función de la Isla del Paraíso. Toda la fuerza-energía original procede
del Paraíso, y la materia para la formación de incalculables universos circula
ahora por todo el universo maestro en la forma de una presencia de supergravedad
que constituye la carga de fuerza del espacio ocupado.
139:6 12:8.3
Cualesquiera que sean las transformaciones de la fuerza en los universos remotos,
habiendo salido del Paraíso, viaja sujeta a la infinita, eterna e infalible
atracción de la Isla Eterna, girando por siempre, obediente e inherentemente,
alrededor de las sendas espaciales eternas de los universos. La energía física
es la única realidad que es fiel y constante en su obediencia a la ley universal.
Sólo en los reinos de volición de la criatura ha habido desviaciones de las
sendas divinas y de los planes originales. El poder y la energía son las pruebas
universales de la estabilidad, la constancia y la eternidad de la Isla central
del Paraíso.
139:7 12:8.4
El otorgamiento del espíritu y la espiritualización de las personalidades,
el dominio de la gravedad espiritual, es el ámbito del Hijo Eterno. Y esta
gravedad espiritual del Hijo, que constantemente atrae todas las realidades
espirituales hacia él, es tan real y absoluta como la atracción material todopoderosa
de la Isla del Paraíso. Pero el hombre de mente material está naturalmente
mucho más familiarizado con las manifestaciones materiales de naturaleza física
que con las poderosas operaciones igualmente reales de naturaleza espiritual
que tan sólo se disciernen mediante el discernimiento espiritual del alma.
140:1 12:8.5
A medida que la mente de cualquier personalidad del universo se hace más espiritual
-más semejante a Dios- responde menos a la gravedad material. La realidad,
medida por la respuesta a la gravedad física, es la antítesis de la realidad
determinada por la calidad del contenido espiritual. La acción física-gravitacional
es un determinador cuantitativo de la energía no espiritual; la acción espíritu-gravitacional
es la medida cualitativa de la energía viviente de la divinidad.
140:2 12:8.6
Lo que el Paraíso es para la creación física, y lo que el Hijo Eterno es para
el universo espiritual, el Actor Conjunto es para los ámbitos de la mente:
el universo inteligente de seres y personalidades materiales, morontiales
y espirituales.
140:3 12:8.7
El Actor Conjunto reacciona tanto a las realidades materiales como a las espirituales
y por lo tanto, de manera inherente, se convierte en el ministro universal
de todos los seres inteligentes, los seres que pueden representar una unión
de las fases materiales y espirituales de la creación. La dotación de la inteligencia,
el ministerio a lo material y lo espiritual en el fenómeno de la mente, es
el dominio exclusivo del Actor Conjunto, quien así se vuelve el socio de la
mente espiritual, la esencia de la mente morontial y la sustancia de la mente
material de las criaturas evolutivas del tiempo.
140:4 12:8.8
La mente es la técnica por medio de la cual las realidades espirituales se
hacen experienciales para las criaturas con personalidad. Y en último análisis,
las posibilidades unificadoras incluso de la mente humana, la capacidad de
coordinar cosas, ideas y valores, es supermaterial.
140:5 12:8.9
Aunque difícilmente sea posible para la mente mortal comprender los siete
niveles de la realidad cósmica relativa, el intelecto humano debería poder
entender gran parte del significado de tres niveles funcionales de la realidad
finita:
140:6 12:8.101. Materia. Energía organizada que está
sujeta a la gravedad lineal excepto en cuanto es modificada por el movimiento
y condicionada por la mente.
140:7 12:8.112. Mente. Conciencia organizada que no
está totalmente sujeta a la gravedad material, y que se llega a ser verdaderamente
liberada cuando es modificada por el espíritu.
140:8 12:8.123. Espíritu. La realidad personal más
alta. El verdadero espíritu no está sujeto a la gravedad física, pero finalmente
se convierte en la influencia motivadora de todos los sistemas de energía
evolutiva de la dignidad de la personalidad.
140:9 12:8.13
La meta de la existencia de todas las personalidades es el espíritu; las manifestaciones
materiales son relativas, y la mente cósmica interviene entre estos opuestos
universales. La dotación de la mente y la ministración del espíritu son obra
de las personas asociadas de la Deidad: el Espíritu Infinito y el Hijo Eterno.
La realidad total de la Deidad no es mente sino espíritu-mente -mente-espíritu
unificado por la personalidad. No obstante, los absolutos tanto del espíritu
como el objeto convergen en la persona del Padre Universal.
140:10 12:8.14
En el Paraíso, las tres energías, física, mental y espiritual, se hallan coordinadas.
En el cosmos evolutivo, la energía-materia es dominante excepto en la personalidad,
donde el espíritu, a través de la mediación de la mente, lucha por imponerse.
El espíritu es la realidad fundamental de la experiencia de la personalidad
de todas las criaturas, porque Dios es espíritu. El espíritu es inmutable,
y por lo tanto, en todas las relaciones personales, trasciende tanto la mente
como la materia, que son variables experienciales de logro progresivo.
140:11 12:8.15
En la evolución cósmica, la materia es la sombra filosófica proyectada por
la mente en presencia de la luminosidad espiritual del esclarecimiento divino,
pero esto no invalida la realidad de la materia-energía. La mente, la materia
y el espíritu son igualmente reales, pero no son de igual valor para la personalidad
en el logro de la divinidad. La conciencia de la divinidad es una experiencia
espiritual progresiva.
141:1 12:8.16
Cuanto más brillante sea el resplandor de la personalidad espiritualizada
(el Padre en el universo, el fragmento de personalidad espiritual potencial
en la criatura individual) tanto más grande será la sombra proyectada por
la mente interviniendo sobre su investidura material. En el tiempo, el cuerpo
del hombre es tan real como la mente o el espíritu, pero en la muerte, tanto
la mente (identidad) como el espíritu sobreviven, mientras que el cuerpo no
sobrevive. Una realidad cósmica puede no existir en la experiencia de personalidad.
Y así, vuestra figura retórica griega -lo material como sombra de la substancia
espiritual más real- tiene un significado filosófico.
9. LAS REALIDADES PERSONALES
141:2 12:9.1 El espíritu
es la realidad personal básica de los universos, y la personalidad es básica
para toda experiencia progresiva con la realidad espiritual. Cada fase de
la experiencia de la personalidad en cada nivel sucesivo de progresión universal
abunda en pistas para el descubrimiento de fascinantes realidades personales.
El verdadero destino del hombre consiste en la creación de metas nuevas y
espirituales y luego responder a los atractivos cósmicos de tales metas excelsas
de valor no material.
141:3 12:9.2
El amor es el secreto de la asociación beneficiosa entre las personalidades.
No es posible conocer realmente a una persona como resultado de un solo encuentro.
No es posible conocer apreciativamente la música a través de la deducción
matemática, aunque la música sea una forma de ritmo matemático. El número
asignado a un abonado al sistema de teléfonos no identifica de ninguna manera
la personalidad de ese abonado ni significa nada respecto de su carácter.
141:4 12:9.3
La matemática, ciencia material, es indispensable para la discusión inteligente
de los aspectos materiales del universo, pero tal conocimiento no es necesariamente
parte de la comprensión más elevada de la verdad ni de la apreciación personal
de las realidades espirituales. No sólo en los ámbitos de la vida, sino también
en el mundo de la energía física, la suma de dos o más cosas es muy a menudo
algo más que o diferente de las consecuencias previsibles de
la adición de tales uniones. La entera ciencia de las matemáticas, el completo
dominio de la filosofía, lo más elevado de la física o la química, no pueden
predecir ni conocer que la unión de dos átomos gaseosos de hidrógeno con un
átomo gaseoso de oxígeno daría lugar a una substancia nueva y cualitativamente
superaditiva: el agua líquida. El conocimiento comprensivo de este fenómeno
singular físico-químico debería por sí solo haber prevenido el desarrollo
de la filosofía materialista y de la cosmología mecanicista.
141:5 12:9.4
El análisis técnico no revela lo que una persona o una cosa puedan hacer.
Por ejemplo: el agua se usa eficazmente para extinguir el fuego. Que el agua
apaga el fuego es un hecho de la experiencia cotidiana, pero tal propiedad
no se dedujo jamás del análisis del agua. El análisis determina que el agua
está compuesta de hidrógeno y oxígeno; un estudio ulterior de estos elementos
revelaría que el oxígeno es el verdadero sostén de la combustión y que el
hidrógeno mismo arde libremente.
141:6 12:9.5
Vuestra religión se está tornando real, porque está brotando de la esclavitud
del temor y de la servidumbre de la superstición. Vuestra filosofía lucha
por emanciparse del dogma y de la tradición. Vuestra ciencia está empeñada
en una contienda a través de las edades entre la verdad y el error, mientras
lucha por liberarse de la servidumbre de la abstracción, la esclavitud de
las matemáticas y la relativa ceguera del materialismo mecanicista.
142:1 12:9.6
El hombre mortal tiene un núcleo espiritual. La mente es un sistema de energía
personal que existe alrededor de un núcleo espiritual divino y que funciona
en un ambiente material. Tal relación vital de mente personal y espíritu constituye
la potencialidad universal de la personalidad eterna. Los problemas graves,
la desilusión permanente, las derrotas estrepitosas, o la muerte inescapable
sólo ocurren cuando los autoconceptos tienen la arrogancia de desplazar totalmente
el poder dominante del núcleo espiritual central, destruyendo así el esquema
cósmico de la identidad de la personalidad.
142:2 12:9.7
[Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría que actúa por mandato de
los Ancianos de los Días.]