ÍNDICE 
  
    
      El libro de Urantia
    
    
  
    
      Edición 1999 
    
  
  
    
      DOCUMENTO 66 
    
  
  
    
       EL PRÍNCIPE PLANETARIO DE URANTIA  
    
  
  
    
       
    
  
   741:1  66:0.1 
    EL ADVENIMIENTO de un Hijo Lanonandek a un mundo ordinario significa que la 
    voluntad, la capacidad de optar por el camino de la supervivencia eterna, 
    se ha desarrollado en la mente del hombre primitivo. Pero el Príncipe Planetario 
    llegó a Urantia casi medio millón de años después de la aparición de la voluntad 
    humana. 
    741:2  66:0.2 
    Caligastia, el Príncipe Planetario, arribó a Urantia hace alrededor de quinientos 
    mil años, lo cual coincidió con la aparición de las seis razas de color, es 
    decir, de las razas sangik. Había casi quinientos millones de seres humanos 
    primitivos en la tierra al llegar el Príncipe, y estaban bien dispersos por 
    Europa, Asia y África. Se estableció la sede central del Príncipe en Mesopotamia, 
    aproximadamente en el centro de la población mundial. 
  1. EL PRÍNCIPE CALIGASTIA 
   741:3  66:1.1  Caligastia 
    era un Hijo Lanonandek, el número 9.344 de la orden secundaria. Tenía gran 
    experiencia en la administración general de los asuntos del universo local 
    y, poste riormente, en la administración específica del sistema local de Satania 
    en particular. 
    741:4  66:1.2 
    Antes del reinado de Lucifer en Satania, a Caligastia se le había adscrito 
    al consejo de los asesores de los Portadores de Vida en Jerusem. Lucifer ascendió 
    a Caligastia a un puesto en su séquito personal, y éste desempeñó satisfactoriamente 
    cinco misiones sucesivas de honor y confianza. 
   741:5  66:1.3 
    Muy temprano solicitó Caligastia un nombramiento para un cargo de Príncipe 
    Planetario; pero, reiteradamente, cada vez que su petición se sometía a consideración 
    en los consejos de la constelación, no lograba recibir la anuencia de los 
    Padres de la Constelación. Caligastia parecía particularmente deseoso de ser 
    enviado a un planeta decimal o mundo de modificación de la vida en calidad 
    de gobernante planetario. Su petición se había denegado varias veces antes 
    de que, finalmente, se le asignara a Urantia. 
    741:6  66:1.4 
    Con admirables antecedentes de lealtad y dedicación al bienestar del universo 
    de su origen y residencia temporal, y a pesar de cierta inquietud característica, 
    junto con cierta tendencia a discrepar del orden establecido en ciertos asuntos 
    menores, Caligastia salió de Jerusem, encomendado con el dominio de un mundo. 
    
    741:7  66:1.5 
    Yo estaba en Jerusem cuando el brillante Caligastia partió de la capital del 
    sistema. Ningún príncipe de los planetas se había embarcado jamás en una carrera 
    de autoridad mundial con experiencias preparatorias más ricas ni con perspectivas 
    mejores que las de Caligastia en aquel memorable día hace medio millón de 
    años. Lo cierto es que, al ejecutar el cometido que se me había asignado, 
    el de difundir la narración de aquel acontecimiento en las transmisiones del 
    universo local, jamás se me pasó por la mente ni la menor idea de que este 
    noble Lanonandek, dentro de tan poco tiempo, traicionaría su encomienda sagrada 
    de custodia planetaria y, de forma tan repugnante, mancharía el nombre honrado 
    de su orden exaltada de filiación de un universo. Yo, en verdad, consideraba 
    que Urantia figuraba entre los cinco o seis planetas más bienhadados de toda 
    Satania, ya que había de asumir el mando de los asuntos mundiales una mente 
    tan original, brillante y experta. No comprendí por aquel entonces que Caligastia 
    se estaba enamorando insidiosamente de sí mismo; en ese momento, no entendía 
    yo tan a fondo las sutilezas del orgullo de la personalidad. 
  2. EL SÉQUITO DEL PRÍNCIPE 
   742:1  66:2.1 No se envió 
    el Príncipe Planetario de Urantia solo a su misión, sino que fue acompañado 
    por el cuerpo acostumbrado de asistentes y auxiliares administrativos. 
    742:2  66:2.2 
    Encabezó este grupo Daligastia, el asistente asociado del Príncipe Planetario. 
    Daligastia también era un Hijo secundario Lanonandek, el número 319.407 de 
    dicha orden. Tenía rango de asistente en el momento de ser asignado al puesto 
    de asociado de Caligastia. 
    742:3  66:2.3 
    El séquito comprendía gran cantidad de ángeles cooperadores y una multitud 
    de otros entes celestiales que se asignaron a fin de llevar adelante los intereses 
    y promover el bienestar de las razas humanas. Pero desde vuestro punto de 
    vista, el grupo más interesante de todo el séquito del Príncipe era el de 
    los miembros corpóreos -a los cuales, a veces, se les refiere como los cien 
    de Caligastia. 
   742:4  66:2.4 
    Caligastia escogió a estos cien miembros rematerializados para su organización 
    entre más de 785.000 ciudadanos ascendentes de Jerusem que se ofrecieron para 
    embarcarse en la aventura de Urantia. Cada uno de los cien elegidos provenía 
    de un planeta diferente, y ninguno de ellos era de Urantia. 
    742:5  66:2.5 
    Se trajeron estos voluntarios jerusemitas directamente de la capital del sistema 
    hasta Urantia por transporte seráfico; y, a su llegada, se mantuvieron enserafinados 
    hasta tanto se les pudiera dar la forma de personalidad de naturaleza dual 
    del servicio planetario especial. Eran verdaderos cuerpos de carne y hueso 
    que, a la vez, estaban sintonizados con los circuitos vitales del sistema. 
  
   742:6  66:2.6 
    Antes de la llegada de estos cien ciudadanos de Jerusem, los dos Portadores 
    de Vida supervisores que residían en Urantia, tras haber perfeccionado sus 
    planes, solicitaron permiso a Jerusem y Edentia para trasplantar el plasma 
    vital de cien supervivientes seleccionados de la descendencia de Andón y Fonta 
    a los cuerpos materiales destinados para los miembros corpóreos del Príncipe. 
    Se otorgó el permiso en Jerusem y se aprobó en Edentia. 
    742:7  66:2.7 
    Por consiguiente, los Portadores de Vida seleccionaron a cincuenta varones 
    y cincuenta hembras de la posteridad de Andón y Fonta, que representaban la 
    supervivencia de las mejores variedades de aquella raza única. Con una o dos 
    excepciones, estos andonitas que tanto contribuyeron al progreso de la raza 
    no se conocían entre sí. Provenían de lugares separados por grandes distancias. 
    Mediante la dirección coordinada de los Ajustadores del Pensamiento y la conducción 
    seráfica se juntaron en el umbral de la sede central del Príncipe. Aquí los 
    cien sujetos humanos se pusieron al cargo de la comisión de voluntarios sumamente 
    capaces de Avalón que dirigió la extracción material de una porción del plasma 
    vital de estos descendientes andónicos. Este material viviente, a su vez, 
    se transfirió a los cuerpos materiales hechos para uso de los cien miembros 
    jerusemitas del séquito del Príncipe. Entretanto, estos ciudadanos recién 
    llegados de la capital del sistema se mantuvieron en el sueño del transporte 
    seráfico. 
   742:8  66:2.8 
    Estos sucesos, juntamente con la creación concreta de los cuerpos especiales 
    para los cien de Caligastia, dieron origen a numerosas leyendas, gran parte 
    de las cuales se confundieron más tarde con las tradiciones posteriores acerca 
    de la instalación planetaria de Adán y Eva. 
    743:1  66:2.9 
    Toda la ejecución de la repersonalización duró precisamente diez días, desde 
    que llegaron de Jerusem los transportes seráficos que portaban a los cien 
    voluntarios, hasta que recuperaron éstos el conocimiento, ya convertidos en 
    seres triples del reino. 
  3. DALAMATIA -LA CIUDAD DEL PRÍNCIPE 
  
   743:2  66:3.1 Se ubicó 
    la sede central del Príncipe Planetario en la región del Golfo Pérsico de 
    aquellos días, en la zona que correspondió a la Mesopotamia futura. 
    743:3  66:3.2 
    El clima y el paisaje en la Mesopotamia de aquellos tiempos eran, en todos 
    los aspectos, favorables para las iniciativas del séquito del Príncipe y sus 
    asistentes, muy diferentes de las condiciones que algunas veces han predominado 
    desde entonces. Era necesario disponer de un clima favorable como parte del 
    medio ambiente natural concebido para inducir a los primitivos de Urantia 
    a realizar ciertos adelantos en la cultura y la civilización. La única gran 
    tarea de aquellas edades fue la de transformar al hombre de cazador en pastor, 
    con la esperanza de que, con el tiempo, evolucionara a agricultor pacífico 
    y hogareño. 
   743:4  66:3.3 
    La sede central del Príncipe Planetario en Urantia era característica de las 
    estaciones en esferas jóvenes en desarrollo. El núcleo del asentamiento del 
    Príncipe era una ciudad muy sencilla, pero muy bella, cercada por una muralla 
    de doce metros de alto. Este centro mundial de la cultura se llamó Dalamatia 
    en honor a Daligastia. 
    743:5  66:3.4 
    La ciudad se trazó en diez subdivisiones, con las sedes centrales de los diez 
    consejos del séquito corpóreo situadas en el centro de cada una de estas subdivisiones. 
    En el centro de la ciudad estaba el templo del Padre invisible. La sede central 
    administrativa del Príncipe y sus asociados estaba dispuesta en doce cámaras 
    agrupadas contiguamente en torno al templo mismo. 
    743:6  66:3.5 
    Todos los edificios de Dalamatia eran de un solo piso, con excepción de la 
    sede del consejo, que era de dos pisos, y el templo central del Padre de todos 
    que, a pesar de ser pequeño, tenía tres pisos. 
    743:7  66:3.6 
    La ciudad representaba lo mejor de aquellos días primitivos en material de 
    construcción -el ladrillo. Se utilizó muy poca piedra o madera. Se mejoraron 
    considerablemente la construcción de viviendas y la arquitectura de las aldeas 
    cercanas merced al ejemplo dalamatiano. 
   743:8  66:3.7 
    Cerca de la sede central del Príncipe moraban seres humanos de todos los colores 
    y estratos. Los primeros estudiantes de las escuelas del Príncipe se reclutaron 
    de esas tribus cercanas. Aunque estas primeras escuelas de Dalamatia eran 
    toscas, brindaron todo cuanto se podía a beneficio de los hombres y mujeres 
    de aquella edad primitiva. 
    743:9  66:3.8 
    El personal corpóreo del Príncipe, incesantemente reunía a los elementos superiores 
    de las tribus circundantes y, tras haber adiestrado e inspirado a estos estudiantes, 
    los enviaba de regreso en calidad de maestros y dirigentes de sus pueblos 
    respectivos. 
  4. Los PRIMEROS DÍAS DE Los CIEN 
  
   743:10  66:4.1 La llegada 
    del séquito del Príncipe produjo profunda impresión. Bien que se requirieron 
    casi mil años para difundirse las nuevas al extranjero, las enseñanzas y la 
    conducta de los cien nuevos residentes influyeron sobremanera en las tribus 
    próximas a la sede central mesopotámica. Y gran parte de vuestra mitología 
    subsiguiente nació de las leyendas tergiversadas sobre estos días pasados 
    en que estos miembros del séquito del Príncipe se repersonalizaron en Urantia 
    como superhombres. 
    744:1  66:4.2 
    La tendencia de los mortales a considerarlos como dioses obstaculiza gravemente 
    la buena influencia de tales maestros extraplanetarios; pero, aparte de la 
    técnica de su aparición en la tierra, los cien de Caligastia -cincuenta hombres 
    y cincuenta mujeres- no recurrieron a métodos sobrenaturales ni a manipulaciones 
    sobrehumanas. 
    744:2  66:4.3 
    El grupo corpóreo, no obstante, era sobrehumano. Comenzaron ellos su misión 
    en Urantia como extraordinarios seres de naturaleza triple: 
   744:3  66:4.4 
    1. Eran corpóreos y relativamente humanos, pues encarnaban el mismo plasma 
    vital de una de las razas humanas, el plasma vital andónico de Urantia. 
    744:4  66:4.5 Estos cien miembros del 
    séquito del Príncipe se dividieron por partes iguales, según el sexo y de 
    acuerdo con su estado mortal previo. Cada persona que integraba este grupo 
    era capaz de llegar a ser co-progenitor de algún orden nuevo de ser físico, 
    pero se les había exhortado a no recurrir a la procreación, salvo en ciertas 
    circunstancias. El séquito corpóreo del Príncipe Planetario suele procrear 
    sus sucesores en algún momento anterior al retiro del servicio planetario 
    especial. Lo normal es que dicho acto acontezca a la llegada del Adán y Eva 
    Planetarios o poco tiempo después de eso.
    744:5  66:4.6 
    Estos seres extraordinarios, por ende, casi no tenían idea de qué tipo de 
    criatura material se produciría como resultado de su unión sexual. Y, de hecho, 
    nunca lo supieron; pues, antes de llegar al momento de dicho paso en la prosecución 
    de su labor mundial, se trastornó el régimen entero debido a la rebelión, 
    y los que más adelante desempeñaron el papel de progenitores quedaron separados 
    de las corrientes vitales del sistema. 
    744:6  66:4.7 En cuanto al color de 
    la piel y el lenguaje, estos miembros materializados del séquito de Caligastia 
    siguieron la raza andónica. Tomaban alimentos tal como lo hacían los mortales 
    del reino con la siguiente diferencia: los cuerpos recreados de este grupo 
    quedaban del todo satisfechos con un régimen alimenticio sin carne. Esta figuraba 
    entre las consideraciones que determinaron su residencia en una región cálida 
    en la cual abundaban las frutas y nueces. La práctica de subsistir a régimen 
    no carnívoro data de los tiempos de los cien de Caligastia; pues esta costumbre 
    se propagó por todas partes, afectando los hábitos alimenticios de muchas 
    tribus circundantes, los grupos descendientes de las razas evolutivas que, 
    en otro tiempo, habían sido exclusivamente carnívoras. 
    744:7  66:4.8 2. Los cien eran seres 
    materiales pero sobrehumanos, tras haberse reconstituido en Urantia a manera 
    de hombres y mujeres singulares que pertenecían a un orden superior y extraordinario. 
    
    744:8  66:4.9 A pesar de que este grupo 
    tenía ciudadanía provisional en Jerusem, hasta este momento, aún no se habían 
    fusionado con sus Ajustadores del Pensamiento; y cuando se ofrecieron de voluntarios 
    y se aceptaron para el servicio planetario de acuerdo con las órdenes descendentes 
    de la filiación, sus Ajustadores se separaron de ellos. Estos jerusemitas, 
    sin embargo, eran seres sobrehumanos -tenían almas de crecimiento ascendente. 
    Durante la vida mortal en la carne, el alma es de estado embrionario; nace 
    (resucita) en la vida morontial y experimenta el desarrollo a través de los 
    mundos morontiales sucesivos. Y las almas de los cien de Caligastia, de este 
    modo, se expandieron mediante las experiencias progresivas de los siete mundos 
    de estancia hasta el estado de ciudadanía en Jerusem.
    744:9  66:4.10 
    Conforme a sus instrucciones, el séquito no practicó la reproducción sexual, 
    aunque sí estudiaron con gran esmero su constitución personal, y exploraron 
    a fondo cada fase imaginable de unión del intelecto (la mente) y de la morontia 
    (el alma). Durante el año treinta y tres de su estadía en Dalamatia, mucho 
    antes de terminar de construirse la muralla, los números dos y siete del grupo 
    danita descubrieron por azar un fenómeno que resulta de la unión del yo morontial 
    de cada uno de ellos (el cual, presuntamente, es no sexual y no es material); 
    esta aventura dio como resultado la primera de las criaturas intermedias primarias. 
    Este ser nuevo era del todo visible para el séquito planetario y sus asociados 
    celestiales y, sin embargo, no era visible a los hombres y mujeres de las 
    distintas tribus humanas. Con autorización del Príncipe Planetario, todo el 
    grupo corpóreo emprendió la producción de seres similares, y todos lo lograron, 
    siguiendo las instrucciones de la pareja precursora danita. Así, pues, el 
    séquito del Príncipe, con el tiempo, engendró el cuerpo original de los 50.000 
    seres intermedios primarios. 
    745:1  66:4.11 Estas criaturas de 
    tipo intermedio prestaban un gran servicio al llevar adelante los asuntos 
    de la sede central mundial. Eran invisibles a los seres humanos, pero a los 
    residentes temporales primitivos en Dalamatia se les enseñó sobre estos semiespíritus 
    invisibles, y durante edades constituyeron la totalidad del mundo espiritual 
    para estos mortales en vías de evolución.
    745:2  66:4.12 
    3. Los cien de Caligastia eran personalmente inmortales, o incapaces de morir. 
    Por su forma material circulaban los antídotos de las corrientes vitales del 
    sistema; y de no haber perdido el contacto con los circuitos por causa de 
    la rebelión, habrían seguido viviendo por tiempo indefinido, hasta que adviniera 
    posteriormente el próximo Hijo de Dios, o hasta su futura liberación a fin 
    de reanudar el trayecto interrumpido a Havona y al Paraíso.
    745:3  66:4.13 
    Estos complementos antidotales de las corrientes vitales de Satania se derivaban 
    del fruto del árbol de la vida, un arbusto de Edentia que los Altísimos de 
    Norlatiadek enviaron a Urantia al llegar Caligastia. En la época de Dalamatia 
    este árbol se cultivaba en el patio central del templo del Padre invisible, 
    y el fruto del árbol de la vida permitió que los seres materiales y, en otros 
    respectos mortales, del séquito del Príncipe, siguieran viviendo por tiempo 
    indefinido, siempre y cuando tuvieran acceso a él.
    745:4  66:4.14 
    Si bien a las razas evolucionarias no les servía de nada, este supersustento 
    fue más que suficiente para brindarles vida continua a los cien de Caligastia 
    y también a los cien andonitas modificados que estaban asociados con ellos. 
    
    745:5  66:4.15 Cabe por explicar que, 
    al contribuir los cien andonitas su plasma de germen humano a los miembros 
    del séquito del Príncipe, los Portadores de Vida introdujeron en sus cuerpos 
    mortales el complemento de los circuitos del sistema; y así pudieron continuar 
    viviendo junto con el séquito, siglo tras siglo, desafiando a la muerte física.
    745:6  66:4.16 
    Con el tiempo se dio conocimiento a los cien andonitas de su contribución 
    a las nuevas formas de sus superiores, y estos mismos cien hijos de las tribus 
    de Andón se mantuvieron en la sede central en calidad de asistentes personales 
    del séquito corpóreo del Príncipe. 
  5. LA ORGANIZACIÓN DE Los CIEN 
  
   745:7  66:5.1 Los cien 
    se organizaron para el servicio en diez consejos autónomos, formando cada 
    uno de diez miembros. Cuando dos o más de dos de estos diez consejos se reunían 
    en sesión conjunta, tales conferencias de enlace eran presididas por Daligastia. 
    Se constituyeron estos diez grupos como sigue: 
  745:8  66:5.2 
    1.  El concilio de alimentación y bienestar material. Ang presidió 
    este grupo. Este cuerpo capaz fomentó la obtención de alimentos, agua, ropa 
    y progreso material de la especie humana. Impartieron instrucción sobre la 
    excavación de pozos, el control de las fuentes de agua y el riego. Les enseñaron 
    a los que vivían en las alturas más elevadas y en las zonas septentrionales 
    mejores métodos de tratar las pieles de los animales para vestirse con ellas; 
    más adelante los maestros de las artes y las ciencias introdujeron la tejeduría. 
    
    746:1  66:5.3 Se hicieron grandes adelantos 
    en los métodos de almacenamiento de los alimentos. Se conservó la comida mediante 
    la cocción, la deshidratación y la curación con humo; así pues el alimento 
    se convirtió en la primera propiedad. Al hombre se le enseñó a prepararse 
    para los peligros de la escasez que diezmaba el mundo periódicamente.
  746:2  66:5.4 
     2.  La junta de domesticación y utilización de los animales. 
    Este consejo se dedicó a la labor de seleccionar y criar aquellos animales 
    que mejor se adaptaban a ayudar a los seres humanos al llevar cargas y trasportar 
    a los mismos, para proporcionar sustento, y más adelante, para prestar servicio 
    en la labranza de la tierra. Bon dirigió este cuerpo competente. 
    746:3  66:5.5 Se domaron varios tipos 
    de animales útiles, unos ya extintos, otros se perpetuaron como animales domésticos 
    hasta el presente. El hombre llevaba mucho tiempo conviviendo con el perro, 
    y el hombre azul ya había logrado domar al elefante. La vaca se mejoró mediante 
    la cría esmerada hasta tal grado que llegó a ser una valiosa fuente de alimento; 
    la mantequilla y el queso se convirtieron en artículos comunes del régimen 
    alimenticio humano. Los hombres aprendieron a valerse de los bueyes para acarrear 
    sus cargas; sin embargo, no se domesticó el caballo hasta un tiempo posterior. 
    Los miembros de este cuerpo enseñaron a los hombres a servirse de la rueda 
    para facilitar la tracción. 
    746:4  66:5.6 En esta época se utilizaron 
    por primera vez las palomas mensajeras; se las llevaba en los viajes largos, 
    a fin de enviar mensajes o súplicas de socorro. El grupo de Bon consiguió 
    amaestrar a los grandes fándores como aves de transporte, pero éstos se extinguieron 
    hace más de treinta mil años.
  746:5  66:5.7 
     3. Los asesores sobre el dominio de los animales de rapiña. 
    No bastaba con que el hombre primitivo intentara domesticar ciertos animales, 
    sino que también tuvo que aprender a protegerse de la destrucción que podía 
    ocasionar el resto hostil del mundo animal. Dan capitaneó este grupo. 
    746:6  66:5.8 El objeto de las murallas 
    que rodeaban a las ciudades antiguas consistía en protección contra las bestias 
    feroces, así como también contra ataques sorpresivos de humanos hostiles. 
    Los que vivían en el bosque, sin la protección de una muralla, dependían de 
    las moradas arbóreas, los cobijos de piedra, y el mantenimiento de las fogatas 
    nocturnas. Por tanto, era muy natural que estos maestros dedicaran mucho tiempo 
    a instruir a sus alumnos en el mejoramiento de las moradas humanas. Se hicieron 
    grandes progresos en la subyugación de los animales empleando trampas y técnicas 
    mejoradas.
   746:7  66:5.9 
    4.  El cuerpo docente para la difusión y conservación del conocimiento. 
    Este grupo organizó y dirigió los esfuerzos puramente didácticos de aquellas 
    edades primitivas. Fad la presidió. Los métodos didácticos de Fad consistían 
    en la supervisión del sistema de empleos, acompañada de instrucción en métodos 
    mejorados de trabajo. Fad formuló el primer alfabeto e introdujo un sistema 
    de escritura. Este alfabeto contenía veinticinco caracteres. Como material 
    de escritura, estos pueblos primitivos utilizaron la corteza de los árboles, 
    placas de arcilla, láminas de piedra, una forma de pergamino hecho de pellejos 
    amartillados y un tipo tosco de material parecido al papel, extraído de los 
    nidos de las avispas. La biblioteca de Dalamatia, destruida al poco tiempo 
    de la deslealtad de Caligastia, comprendía más de dos millones de constancias 
    separadas y se la llamaba "la casa de Fad". 
    746:8  66:5.10 El hombre azul tuvo 
    predilección por escribir con el alfabeto e hizo grandes progresos al respecto. 
    El hombre rojo prefirió la pictografía, mientras que las razas amarillas tendieron 
    al uso de símbolos para las palabras e ideas, de forma muy parecida a lo que 
    hoy día emplean. Pero el alfabeto y muchas otras cosas se perdieron en el 
    mundo durante la confusión que resultó de la rebelión. La deserción de Caligastia 
    destruyó la esperanza mundial de una lengua universal, al menos por largas 
    edades. 
  747:1  66:5.11 
    5.  La comisión de industria y comercio. Este consejo se ocupó de fomentar 
    la industria dentro de las tribus y de promover el intercambio comercial entre 
    los distintos grupos pacíficos. Su guía fue Nod. Este cuerpo estimuló toda 
    forma de manufactura. Contribuyeron directamente a la elevación del nivel 
    de vida, proporcionando muchos productos básicos nuevos para atraer a los 
    hombres primitivos. Ampliaron considerablemente el comercio de la sal mejorada, 
    producida por el consejo de las ciencias y artes. 
    747:2  66:5.12 El crédito comercial 
    se practicó por vez primera entre estos grupos iluminados que se formaron 
    en las escuelas de Dalamatia. A partir de una bolsa central de créditos conseguían 
    fichas, aceptadas en lugar de los mismos objetos de trueque. El mundo no mejoró 
    estos métodos comerciales durante cientos de miles de años.
  747:3  66:5.13 
    6.  El colegio de la religión revelada. Este cuerpo fue de funcionamiento 
    lento. La civilización en Urantia literalmente se forjó entre el yunque de 
    la necesidad y los martillos del temor. Pero este grupo había hecho considerables 
    progresos en su esfuerzo para sustituir el temor del Creador por el temor 
    de las criaturas (la adoración de los espectros) antes de que sus labores 
    fueran interrumpidas por la confusión que resultó de la sublevación separatista. 
    La cabeza de este consejo fue Hap.
    747:4  66:5.14 
    Nadie en el séquito del Príncipe quiso presentar la revelación para complicar 
    la evolución; presentaron la revelación sólo como punto culminante después 
    de haber agotado las fuerzas de la evolución. Pero Hap sí cedió al deseo de 
    los habitantes de la ciudad de establecer una forma de servicio religioso. 
    Su grupo les entregó a los dalamatianos los siete cánticos de adoración y 
    también les dio la frase laudatoria diaria; y ulteriormente, les enseñó "la 
    oración del Padre", que decía: 
  747:5  66:5.15 
    "Padre de todos, a cuyo Hijo honramos, míranos con favor. Redímenos de 
    todo temor, salvo del temor de ti. Haz que complazcamos a nuestros maestros 
    divinos y pon la verdad en nuestros labios por siempre jamás. Redímenos de 
    la violencia y de la ira; danos respeto por nuestros ancianos y por lo que 
    pertenece a nuestro prójimo. Danos en esta temporada pastizales verdes y rebaños 
    fructíferos para alegrarnos el corazón. Oramos por la pronta llegada del elevador 
    prometido, y queremos hacer tu voluntad en este mundo tal como los demás la 
    hacen en los mundos más lejanos". 
   747:6  66:5.16 
    Si bien el séquito del Príncipe se limitó a medios naturales y a los métodos 
    ordinarios para mejorar las razas, les prometió el don adánico de una raza 
    nueva como meta del desarrollo evolucionario subsiguiente, cuando se alcanzara 
    la cumbre del desarrollo biológico. 
  747:7  66:5.17 
    7.  Los guardianes de la salud y la vida. Este consejo se ocupaba de 
    enseñar sanidad y promover medidas primitivas de higiene y Lut lo dirigió. 
    
    747:8  66:5.18 Gran parte de lo que 
    sus miembros enseñaron se perdió durante la confusión de las edades subsiguientes, 
    que apenas se volvió a descubrir en el siglo veinte. Enseñaron al género humano 
    que cocer, hervir y asar los alimentos, eran medios de evitar las enfermedades; 
    también que tales preparaciones reducían sobremanera la mortalidad infantil 
    y facilitaban el pronto destete. 
    747:9  66:5.19  Muchas de las primeras 
    enseñanzas de los guardianes de Lut sobre la salud perduraron entre las tribus 
    de la tierra hasta los días de Moisés, aunque se confundieron mucho y se cambiaron 
    considerablemente. 
    748:1  66:5.20  El mayor obstáculo 
    a la enseñanza de las normas de higiene a estos pueblos ignorantes estribaba 
    en el hecho de que las verdaderas causas de muchas enfermedades son demasiado 
    pequeñas para que se las pueda ver a simple vista; esto se combinaba a la 
    vez con el temor supersticioso que estos seres primitivos le tenían al fuego. 
    Se requirieron miles de años para persuadirles a que incineraran la basura. 
    Entre tanto, se les instó a que enterraran los desechos en putrefacción. El 
    gran adelanto sanitario de esta época consistió en la difusión de la información 
    sobre las propiedades curativas y promovedoras de la salud de la luz del sol. 
  
   748:2  66:5.21 
    Antes de la llegada del Príncipe, el baño era una ceremonia exclusivamente 
    religiosa. En efecto, resultaba difícil persuadir a los hombres primitivos 
    a que se lavaran el cuerpo como práctica sanitaria. Finalmente, Lut indujo 
    a los maestros religiosos a que incluyeran abluciones en las ceremonias de 
    purificación que se debían practicar en relación con las devociones del mediodía, 
    una vez por semana, en adoración del Padre de todo.
    748:3  66:5.22 
    Estos guardianes de la salud también trataron de enseñar el apretón de manos 
    para sellar la amistad y como símbolo de lealtad al grupo, en reemplazo de 
    la práctica de intercambiar saliva o beberse la sangre. Pero cuando no se 
    sentían presionados por la obligación de las enseñanzas de sus guías superiores, 
    estos pueblos primitivos no tardaban en revertir a sus antiguas prácticas 
    ignorantes y supersticiosas que destruían la salud y fomentaban las enfermedades.
  748:4  66:5.23 
    8.  El consejo planetario de las artes y ciencias. Este cuerpo contribuyó 
    mucho a mejorar la técnica industrial del hombre primitivo y a elevar sus 
    conceptos de la belleza. Su dirigente fue Mek.
    748:5  66:5.24 
    Las artes y las ciencias eran de muy bajo nivel en todo el mundo; sin embargo 
    se les impartió a los dalamatianos los rudimentos de la física y la química. 
    La alfarería avanzó, todas las artes decorativas mejoraron, y los cánones 
    de la belleza humana se realzaron considerablemente. Pero la música progresó 
    muy poco hasta después de la llegada de la raza violeta. 
    748:6  66:5.25 Estos hombres primitivos 
    no consintieron en experimentar con la energía del vapor, a pesar de las repetidas 
    exhortaciones de sus maestros; nunca pudieron sobreponerse al gran temor de 
    la potencia explosiva del vapor confinado. A la larga se persuadieron a trabajar 
    los metales y el fuego, aunque, para el hombre primitivo, un pedazo de metal 
    candente era un objeto aterrador.
    748:7  66:5.26 
     Mucho contribuyó Mek al avance de la cultura de los andonitas y al 
    mejoramiento del arte del hombre azul. Una mezcla del hombre azul con la cepa 
    de Andón produjo un tipo artísticamente dotado, y muchos entre ellos llegaron 
    a ser escultores maestros. No trabajaban la piedra ni el mármol, pero sus 
    obras de arcilla, endurecidas por el horno, adornaron los jardines de Dalamatia. 
    
    748:8  66:5.27 Grandes progresos se 
    hicieron en la economía doméstica, gran parte de los cuales se perdieron durante 
    la prolongada y obscura época de la rebelión, y no se volvieron a descubrir 
    hasta la época moderna.
  748:9  66:5.28 
    9.  Los gobernadores de las relaciones tribales avanzadas. Este fue 
    el grupo encomendado con la labor de elevar la sociedad humana al nivel de 
    estado. Su jefe fue Tut. 
    748:10  66:5.29 Estos dirigentes contribuyeron 
    mucho a fomentar el matrimonio entre miembros de diferentes tribus. Aconsejaban 
    un período de cortejo, y matrimonio tras deliberación debida y oportunidad 
    plena de conocerse. Las danzas de carácter puramente militar fueron refinadas 
    y modificadas para que se adaptaran a fines sociales valiosos. Se introdujeron 
    muchos juegos competitivos, pero esta gente antigua era seria; estas tribus 
    primitivas se distinguieron poco por su humor. Pocas de estas prácticas sobrevivieron 
    a la desintegración subsiguiente a la insurrección planetaria. 
    749:1  66:5.30  Tut y sus asociados 
    se afanaron en promover grupos asociados de carácter pacífico, en reglamentar 
    y humanizar la guerra, en coordinar las relaciones intertribales, y en mejorar 
    los gobiernos tribales. En las cercanías de Dalamatia se desarrolló una cultura 
    más avanzada, y estas mejores relaciones sociales ejercieron una influencia 
    beneficiosa sobre las tribus más remotas. Pero el modelo de civilización que 
    prevalecía en la sede central del Príncipe era muy diferente de la sociedad 
    barbárica que evolucionaba en otras partes; así como la sociedad del siglo 
    veinte de la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en nada se parece a la tosca cultura 
    de los diminutos bosquimanes del norte. 
  749:2  66:5.31 
    10. El tribunal supremo de coordinación tribal y cooperación racial. 
    Van dirigió este consejo supremo, que constituía el tribunal de apelaciones 
    para todas las otras nueve comisiones encargadas de la supervisión de los 
    asuntos humanos. Este consejo tenía amplias funciones, pues se ocupaba de 
    todo asunto de interés terrenal que no específicamente les incumbiera a los 
    otros grupos. Este grupo altamente seleccionado había sido aprobado por los 
    Padres de la Constelación de Edentia antes de que se lo autorizara para asumir 
    funciones del tribunal supremo de Urantia. 
  6. EL REINADO DEL PRÍNCIPE 
   479:3  66:6.1 El nivel 
    de cultura de un mundo se mide por el legado social de sus seres nativos, 
    y el grado de expansión cultural depende exclusivamente de la capacidad de 
    sus habitantes para comprender ideas nuevas y avanzadas. 
    479:4  66:6.2 
    La esclavitud a la tradición produce estabilidad y cooperación sentimentalmente 
    vinculando el pasado con el presente; pero, al mismo tiempo, reprime la iniciativa 
    y encadena los poderes creativos de la personalidad. Cuando llegaron los cien 
    de Caligastia y comenzaron a proclamar este nuevo credo de la iniciativa individual 
    dentro de los grupos sociales de aquellos días, todo el mundo participaba 
    en el marasmo de las costumbres apegadas a la tradición. Pero este régimen 
    benéfico se interrumpió después de tan poco tiempo, que las razas no llegaron 
    a liberarse nunca completamente de la esclavitud de las costumbres; la moda 
    sigue siendo en Urantia una fuerza de dominación indebida. 
    749:5  66:6.3 
    Los cien de Caligastia -graduados de los mundos de estancia de Satania- bien 
    conocían las artes y la cultura de Jerusem, pero dichos conocimientos son 
    casi inútiles en un planeta salvaje, poblado por humanos primitivos. Estos 
    seres sabios sabían que no convenía emprender la transformación repentina, 
    o la elevación masiva, de las razas primitivas de aquella época. Bien comprendían 
    la lenta evolución de la especie humana, y prudentemente se abstuvieron de 
    todo intento radical para modificar el modo de vida del hombre en la tierra. 
    
    749:6  66:6.4 
    Cada una de las diez comisiones planetarias abordó  lenta y naturalmente 
    el fomento de los intereses que se les había encomendado. Su plan consistió 
    en atraer a los mejores intelectos de las tribus circundantes y, tras haberles 
    preparado, enviarles de vuelta a su pueblo respectivo como emisarios de la 
    elevación social. 
    749:7  66:6.5 
    Nunca se enviaban emisarios extranjeros a ninguna raza a no ser que el grupo 
    mismo presentara una solicitud específica. Los que trabajaban para la elevación 
    y avance de una tribu o raza determinada eran siempre nativos de esa tribu 
    o raza. Los cien no deseaban imponer hábitos y costumbres a ninguna tribu, 
    ni siquiera los de una raza superior. Siempre gestionaban con paciencia para 
    elevar y hacer avanzar las costumbres sometidas a la prueba del tiempo de 
    cada raza. La gente simple de Urantia trajo consigo sus costumbres sociales 
    a Dalamatia, no para cambiarlas por prácticas mejores y nuevas, sino para 
    hacer que se elevaran por el contacto con una cultura superior y por asociación 
    con intelectos superiores. El proceso fue lento, pero surtió efecto. 
    750:1  66:6.6 
    Los maestros de Dalamatia procuraron agregar la selección social consciente 
    a la selección puramente natural de la evolución biológica. No trastornaron 
    la sociedad humana, pero sí aceleraron marcadamente su evolución natural y 
    normal. Su motivo fue la progesión mediante la evolución y no la revolución 
    mediante la revelación. La raza humana había tardado muchas edades en adquirir 
    la escasa religión y los principios morales que tenía, y estos superhombres 
    bien sabían que no convenía robarle a la humanidad estos pocos avances, porque 
    se produce confusión y consternación cada vez que los seres superiores iluminados 
    emprenden la elevación de las razas atrasadas en forma de excesiva erudición 
    e iluminación 
    750:2  66:6.7 
    Cuando los misioneros cristianos van al corazón de África, donde es costumbre 
    que los hijos permanezcan bajo el control y la dirección de sus padres mientras 
    éstos estén con vida, sólo ocasionan confusión y la desintegración de toda 
    autoridad si, en una sola generación, intentan suplantar esta práctica, enseñando 
    que los hijos han de librarse de toda restricción paterna al cumplir los veintiún 
    años. 
  7. LA VIDA EN DALAMATIA 
   750:3  66:7.1 La sede central 
    del Príncipe, aunque de una hermosura primorosa y concebida para infundir 
    temor reverente al hombre primitivo de aquella edad, era en realidad modesta. 
    Los edificios no eran particularmente grandes, pues el motivo de estos maestros 
    importados fue estimular el desarrollo ulterior de la agricultura mediante 
    la introducción de la ganadería. La reserva de tierra dentro de las murallas 
    de la ciudad era suficiente para abastecer a la población de casi veinte mil 
    habitantes mediante el pastoreo y la horticultura. 
    750:4  66:7.2 
    Los interiores del templo central de adoración y las diez mansiones de los 
    consejos de los grupos supervisores de superhombres eran efectivamente hermosas 
    obras de arte. Y aunque los edificios residenciales eran modelos de orden 
    y limpieza, todo era muy sencillo y del todo primitivo en comparación con 
    el desarrollo posterior. En esta sede central de la cultura no se emplearon 
    métodos que no pertenecieran al orden natural de Urantia. 
    750:5  66:7.3 
    El séquito corpóreo del Príncipe se dispuso de moradas sencillas y ejemplares, 
    hogares concebidos para inspirar e impresionar favorablemente a los estudiantes 
    observadores que residían temporalmente en el centro social y sede central 
    educativa del mundo. 
   750:6  66:7.4 
    El orden definido de vida familiar y residencia unifamiliar en una sola vivienda 
    de ubicación comparativamente estable data de estos tiempos de Dalamatia y 
    se debe en gran parte al ejemplo y las enseñanzas de los cien y sus discípulos. 
    El hogar en cuanto unidad social no logró aceptación hasta que los superhombres 
    y supermujeres de Dalamatia indujeron al género humano a amar y planificar 
    para sus nietos y los hijos de sus nietos. El hombre salvaje ama a sus hijos, 
    pero el hombre civilizado ama también a sus nietos. 
    750:7  66:7.5 
    El séquito del Príncipe convivía como padres y madres. Aunque no tenían hijos 
    propios, los cincuenta hogares modelo de Dalamatia nunca albergaron menos 
    de quinientos pequeños adoptados, seleccionados de las familias superiores 
    de las razas andónicas y sangik; muchos de estos niños eran huérfanos. Gozaban 
    del privilegio de la disciplina y enseñanzas de estos superpadres; y luego, 
    al cabo de tres años en las escuelas del Príncipe (a las que ingresaban entre 
    los trece y los quince años de edad), eran candidatos para el matrimonio y 
    para recibir su encargo de emisarios del Príncipe a las menesterosas tribus 
    de sus razas respectivas. 
   751:1  66:7.6 
    Fad patrocinó el plan dalamatiano de enseñanza, que se llevó a cabo como escuela 
    industrial, en la cual los alumnos aprendían en la práctica, realizando tareas 
    útiles diariamente. Este plan educativo no desatendía el área del pensamiento 
    y de los sentimientos para formar el carácter; pero dio la más alta prioridad 
    al adiestramiento manual. La instrucción era individual y colectiva. Tanto 
    hombres como mujeres, por separado y en conjunto, impartían instrucción a 
    los alumnos. La mitad de estos cursos de grupo se segregaban por sexo; la 
    otra mitad era mixta. Se les enseñaba a los estudiantes destreza manual individualmente 
    y se socializaban en grupos o clases colectivas. Se les enseñaba a que fraternizaran 
    con grupos más jóvenes, grupos mayores y adultos, así como también a trabajar 
    en equipo con los coetáneos. También se los familiarizaba con asociaciones 
    tales como grupos familiares, equipos de juego y clases escolares. 
    751:2  66:7.7 
    Entre los estudiantes más recientes capacitados en Mesopotamia para trabajar 
    con sus razas respectivas figuraban los andonitas de las tierras altas de 
    la India occidental juntamente con representantes del hombre rojo y del hombre 
    azul; aún más adelante, también se acogió un número limitado de la raza amarilla. 
  
   751:3  66:7.8 
    Hap presentó a las razas primitivas un código moral. Este código se conocía 
    por el nombre de "el Camino del Padre" y consistía en los siete 
    mandamientos que siguen: 
   751:4  66:7.9 
    1. No temas ni sirvas a otro Dios que no sea el Padre de todo. 
    751:5  66:7.10 2. No desobedezcas 
    al Hijo del Padre, el gobernante mundial, ni faltes al respeto de sus asociados 
    sobrehumanos. 
    751:6  66:7.11 3. No mientas cuando 
    comparezcas ante los jueces del pueblo.
    751:7  66:7.12 
    4. No mates a hombres, mujeres o niños.
    751:8  66:7.13 
    5. No robes los bienes ni el ganado de tu prójimo. 
    751:9  66:7.14 6. No toques a la esposa 
    de tu amigo. 
    751:10  66:7.15 7. No faltes al respeto 
    a tus padres ni a los ancianos de la tribu. 
   751:11  66:7.16 
    Éste fue el código legal de Dalamatia durante casi trescientos mil años. Y 
    gran parte de las piedras sobre las cuales se inscribió este código yacen 
    actualmente bajo las aguas frente a las costas de Mesopotamia y Persia. Llegó 
    a ser costumbre traer a la mente uno de estos mandamientos cada día de la 
    semana, sirviéndose de él como saludo y como acción de gracias a la hora de 
    las comidas. 
   751:12  66:7.17 
    En esta época se medía el tiempo según el mes lunar, que se consideraba de 
    veintiocho días. Ésta fue, con excepción del día y la noche, la única medida 
    del tiempo que conocieron estos pueblos primitivos. Los maestros de Dalamatia 
    introdujeron la semana de siete días que surgió del hecho de que el número 
    siete es la cuarta parte de veintiocho. El significado del número siete en 
    el superuniverso les brindó sin duda la oportunidad de introducir elementos 
    espirituales en la consideración ordinaria del tiempo. Pero el período semanal 
    no tiene origen natural. 
   751:13  66:7.18 
    La campiña en torno a la ciudad quedó bastante bien colonizada dentro de un 
    radio de ciento sesenta kilómetros. En las inmediaciones de la ciudad, cientos 
    de graduados de las escuelas del Príncipe practicaban la ganadería, o bien, 
    pusieron en práctica la instrucción que habían recibido del séquito del Príncipe 
    y de sus numerosos ayudantes humanos. Unos cuantos practicaron la agricultura 
    y la horticultura. 
    751:14  66:7.19 
    El género humano no se destinó a la ardua faena de la agricultura como castigo 
    de un supuesto pecado. "Con el sudor de tu frente comerás el fruto de 
    la tierra" no fue el castigo por la participación del hombre en las locuras 
    de la rebelión de Lucifer bajo el caudillaje del traicionero Caligastia. La 
    labranza de la tierra es inherente al establecimiento de una civilización 
    progresiva de los mundos evolutivos, y este precepto era el meollo mismo de 
    la enseñanza del Príncipe Planetario y de su séquito a través de los trescientos 
    mil años que mediaron entre su llegada a Urantia y aquellos días trágicos 
    en los que Caligastia compartió la suerte del rebelde Lucifer. La labranza 
    de la tierra no es una maldición; más bien es la bendición más alta que se 
    le pueda brindar a todos los que así pueden gozar de la más humana de todas 
    las actividades humanas. 
    752:1  66:7.20 
    Al estallar la rebelión, Dalamatia tenía una población residente de casi seis 
    mil habitantes. Esta cifra incluye a los estudiantes ordinarios, pero no engloba 
    a los visitantes y observadores, quienes siempre ascendían a más de mil. No 
    obstante, del concepto poco o nada que podéis tener, el progreso prodigioso 
    de aquellos tiempos lejanos; la terrible confusión y abyecta oscuridad espiritual 
    que siguió a la catástrofe de engaño y sedición de Caligastia aniquiló casi 
    todos los descubrimientos maravillosos de los humanos de aquellos días. 
  8. LAS CALAMIDADES DE CALIGASTIA 
  
   752:2  66:8.1  Al recordar 
    la larga carrera de Caligastia, encontramos un solo rasgo de su conducta que 
    pudiera haber llamado la atención; era sobremanera individualista. Tenía propensión 
    a ponerse al lado de casi todo grupo de protesta y solía simpatizar con quienes 
    en forma ligera expresaban críticas implicitas. Detectamos una tendencia temprana 
    a impacientarse ante la autoridad superior y a resentir levemente toda supervisión. 
    A pesar de su incipiente resentimiento por la asesoría de sus superiores y 
    su impaciencia ante la autoridad, cada vez que se sometió a pruebas, demostraba 
    su lealtad a los gobernantes del universo y obedecía los mandatos de los Padres 
    de la Constelación. Hasta el momento de su oprobiosa traición de Urantia, 
    de hecho, no se le había achacado ninguna falta. 
    752:3  66:8.2 
    Cabe señalar que a Lucifer y Caligastia se les había informado con paciencia 
    y advertido con amor en cuanto a sus tendencias críticas y al desarrollo sutil 
    de su orgullo propio y el engreimiento que aquél supone. No obstante, todos 
    estos intentos de ayudar habían sido interpretados por ellos como crítica 
    infundada e injustificada intrusión en las libertades personales. Según Caligastia 
    y Lucifer, sus bien intencionados asesores obraban de acuerdo con los mismos 
    motivos reprensibles que empezaban a dominar su propio pensar distorsionado 
    y sus planes descarriados. Juzgaban a sus generosos asesores a través de sus 
    propios ojos cada vez más egoístas. 
   752:4  66:8.3 
    A partir de la llegada del Príncipe Caligastia, la civilización planetaria 
    progresó de manera bastante normal durante casi trescientos mil años. Aparte 
    de ser una esfera de modificación de vida, y por tanto, propensa a numerosas 
    irregularidades y episodios insólitos de fluctuación evolucionaria, Urantia 
    progresó de forma muy satisfactoria en su trayectoria planetaria hasta los 
    tiempos de la rebelión de Lucifer y la traición simultánea de Caligastia. 
    Este desacierto catastrófico así como el fracaso ulterior de Adán y Eva en 
    cumplir con su misión planetaria modificaron toda la subsiguiente historia 
    del planeta. 
    752:5  66:8.4 
    El Príncipe de Urantia ingresó en la oscuridad en el momento de la rebelión 
    de Lucifer, acelerando así la prolongada confusión del planeta. Posteriormente 
    se le privó de su autoridad soberana mediante la acción coordinada de los 
    gobernantes de la constelación y otras autoridades del universo. Compartió 
    las inevitables vicisitudes de Urantia aislada hasta el momento de la estadía 
    de Adán en el planeta y contribuyó en parte al fracaso del plan concebido 
    para elevar las razas mortales mediante la infusión de sangre vital de la 
    nueva raza violeta: los descendientes de Adán y Eva. 
    753:1  66:8.5 
    En los días de Abraham, mucho fue coartado el poderío del Príncipe caído como 
    perturbador de los asuntos humanos, debido a la encarnación mortal de Maquiventa 
    Melquisedek; y posteriormente, durante la vida de Miguel en la carne, este 
    Príncipe traidor fue, finalmente, despojado de toda autoridad en Urantia. 
  
   753:2  66:8.6 
    Si bien la doctrina de un diablo personal en Urantia tenía algún fundamento 
    en la presencia planetaria del pérfido e inicuo Caligastia, no obstante, fue 
    del todo ficticia por cuanto enseñó que tal "diablo" podía influir 
    en la mente humana normal contra su libre y natural albedrío. Incluso antes 
    del autootorgamiento de Miguel en Urantia, jamás pudieron Caligastia ni Daligastia 
    oprimir a los mortales ni obligar a individuos normales a que cometieran una 
    acción contraria a la voluntad humana. El libre albedrío del hombre es supremo 
    en los asuntos morales; hasta el Ajustador del Pensamiento residente se niega 
    a obligar al hombre a que piense un solo pensamiento o cometa una sola acción 
    contraria al libre albedrío del hombre. 
    753:3  66:8.7 
    Y ahora, este rebelde del reino, despojado de todo poder de perjudicar a sus 
    antiguos súbditos, aguarda la sentencia final de los Ancianos de los Días 
    de Uversa para todos los que participaron en la rebelión de Lucifer. 
   753:4  66:8.8 
     [Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]