ÍNDICE 
  
    El libro de Urantia
  
  
    Edición 1999
  
   
  
    DOCUMENTO 79 
     LA EXPANSIÓN ANDITA EN EL ORIENTE  
  
  
    
       
    
   878:1 79:0.1 
    ASIA es la cuna de la raza humana. Andón y Fonta nacieron allí, en una sureña 
    península de este continente, y en las alturas de lo que hoy en día es Afganistán 
    sus descendientes Badonán fundaron un primitivo centro cultural que ha persistido 
    por más de medio millón de años. Aquí, en este centro oriental de la especie 
    humana las gentes sangik se diferenciaron de los andonitas. Asia fue su primer 
    hogar, su primer territorio de caza, su primer campo de batalla. El sudoeste 
    asiático presenciaba las sucesivas civilizaciones de dalamatianos, noditas, 
    adanitas y anditas, y desde estas regiones el potencial de la civilización 
    moderna se extendió a todo el mundo. 
  1. Los ANDITAS DEL TURQUESTAN 
  
 878:2  79:1.1 Durante más 
    de veinticinco mil años, hasta casi el año 2000 a. de J.C., el corazón de 
    Eurasia fue predominantemente, aunque cada vez menos, andita. En las tierras 
    bajas del Turquestán, los anditas fueron rodeando los lagos interiores por 
    el oeste llegando así a Europa, mientras que desde las tierras altas de la 
    región hicieron una infiltración hacia el este. El Turquestán oriental (Xinjiang 
    [Sinkiang]) y, en una medida menor, el Tíbet, fueron las vetustas compuertas 
    a través de las cuales estos pueblos de la Mesopotamia penetraron las montañas 
    hacia las norteñas tierras del hombre amarillo. La infiltración andita en 
    la India se desplegó desde las alturas del Turquestán hacia el Pendjab y desde 
    las tierras de pastoreo iraníes a través de Beluchistán. Estas migraciones 
    primitivas no constituían en ningún modo conquistas, más bien eran parte del 
    continuo éxodo de las tribus anditas hacia el oeste de la India y China. 
   878:3 79:1.2 
    Persistieron centros de entremezclada cultura andita durante casi quince mil 
    años en la cuenca del río Tarim en Xinjiang y, hacia el sur, en las regiones 
    altas del Tíbet, donde los anditas y andonitas se habían mezclado vastamente. 
    Hacia el este, el puesto más avanzado de la verdadera cultura andita estaba 
    en el valle del Tarim. Allí establecieron sus colonias y comenzaron a mantener 
    relaciones comerciales, hacia el este con los progresistas chinos y hacia 
    el norte con los andonitas. En aquellos días, la región del Tarim era de tierras 
    fértiles y lluvias abundantes. Hacia el este estaba la extensa pradera de 
    Gobi, donde los pastores gradualmente se iban volcando hacia la agricultura. 
    Esta civilización, que en su momento rivalizó con la de la propia Mesopotamia, 
    se perdió cuando cambiaron los vientos llevando las lluvias hacia el sudeste. 
   878:4 79:1.3 
    Hacia el año 8000 a. de J.C., lentamente la aridez de las regiones altas del 
    Asia central fue obligando a los anditas a buscar las cercanías de los ríos 
    y las costas marinas. Esta prolongación de la sequía no solamente los llevó 
    a los valles del Nilo, Eufrates, Indo y Amarillo, sino que produjo un nuevo 
    desarrollo dentro de la civilización andita. Una nueva clase de hombres, los 
    mercaderes, comenzó a surgir en grandes cantidades. 
    879:1  79:1.4 
    Cuando las condiciones climáticas convirtieron la caza en una actividad infructuosa, 
    los migrantes anditas no siguieron la línea evolucionaria de las razas más 
    antiguas y, entonces, no se convirtieron en pastores. En cambio, aparecieron 
    el comercio y la vida urbana. Desde Egipto, a través de la Mesopotamia y el 
    Turquestán, hasta los ríos de China e India, las tribus de civilización más 
    avanzada comenzaron a constituirse en ciudades dedicadas a la manufactura 
    y el comercio. Adonia, ubicada cerca de la actual ciudad de Ashjabad, se convirtió 
    en la metrópolis comercial del Asia central. El intercambio comercial de piedras, 
    metales, madera y alfarería tuvo un rápido incremento tanto por vía terrestre 
    como por la fluvial. 
    879:2  79:1.5 
    Pero la sequía en constante aumento gradualmente ocasionó el gran éxodo andita 
    desde las tierras ubicadas al sur y al este del Mar Caspio. La ola de migración 
    comenzó a virar de norte a sur, y la caballería de Babilonia inició su penetración 
    en la Mesopotamia. 
    879:3  79:1.6 
    El incremento de la aridez en Asia central contribuyó adicionalmente a reducir 
    la población y convertir a estos pueblos en menos belicosos; y cuando las 
    decrecientes lluvias en el norte forzaron a los nómades andonitas a desplazarse 
    hacia el sur, hubo un enorme éxodo de anditas desde el Turquestán. Éste es 
    el movimiento final de los llamados arios hacia el Levante y la India. Culminó 
    así esa gran dispersión de los descendientes mezclados de Adán, durante la 
    cual, todos los pueblos asiáticos y la mayoría de los de las islas del Pacífico 
    se beneficiaron en cierto grado por la influencia de estas razas superiores. 
    
    879:4  79:1.7 
    Así pues, al dispersarse en el hemisferio oriental, los anditas fueron desposeídos 
    de sus tierras natales de la Mesopotamia y el Turquestán, puesto que fue este 
    desplazamiento excesivo de los andonitas hacia el sur el que diluyó a los 
    anditas en Asia central hasta su desaparición casi total. 
    879:5  79:1.8 
    Pero aún en el siglo veinte de la era cristiana quedan rastros de sangre andita 
    entre los turanianos y tibetanos, como se puede ver en los tipos rubios que 
    a veces se hallan en estas regiones. Los primeros anales chinos registran 
    la presencia de nómades de cabellos rojos al norte de las pacíficas colonias 
    del río Amarillo, y aún se conservan pinturas que prueban fielmente la presencia 
    del tipo rubio andita y del moreno mongol en la cuenca del Tarim de hace tiempo. 
    
    879:6  79:1.9 
    La última gran manifestación de la sumergida genialidad militar de los anditas 
    de Asia central se produjo en el 1200 d. de J.C., cuando los mongoles bajo 
    Gengis Kan comenzaron la conquista de la mayor parte del continente asiático. 
    Al igual que los antiguos anditas, estos guerreros proclamaban la existencia 
    de "un solo Dios en el cielo". La prematura disolución de su imperio 
    dilató por mucho tiempo el intercambio cultural entre Occidente y Oriente 
    y retrasó enormemente el desarrollo de un concepto monoteísta en Asia. 
  2. LA CONQUISTA ANDITA DE LA INDIA 
  
 879:7  79:2.1 La India 
    es el único lugar donde todas las razas de Urantia se combinaron, y la invasión 
    andita agregó el último linaje. En las alturas al noroeste de la India se 
    trajeron a la existencia las razas sangik y, sin excepción, en los primeros 
    tiempos penetraron miembros de cada una de ellas el subcontinente de la India 
    dejando a su paso la más heterogénea mezcla de razas que jamás haya existido 
    en Urantia. La antigua India fue en cierto modo una captación de razas migrantes. 
    Anteriormente, la base de la península era de alguna manera más angosta que 
    ahora, siendo la mayor parte de los deltas de los ríos Ganges e Indo resultado 
    de los últimos cincuenta mil años. 
    879:8 79:2.2 
    Las primeras mezclas de razas en la India fueron una combinación de razas 
    migratorias roja y amarilla con los aborígenes andonitas. Este grupo fue más 
    tarde debilitado al absorber la porción más grande de la extinta cepa verde 
    del este así como grandes cantidades de la raza anaranjada, y fue ligeramente 
    mejorado con una pequeña adición de la del hombre azul, pero empeoró notablemente 
    a través de la asimilación de grandes cantidades de la raza índiga. Pero no 
    es completamente propio decir que los llamados aborígenes de la India le representen 
    a esta gente temprana, más bien ellos son de la franja más inferior ubicada 
    al sur y al este, que nunca fueron completamente absorbidos ni por los primeros 
    anditas ni por la posterior aparición de sus primos arios. 
   880:1 79:2.3 
    Por el año 20.000 a. de J.C. la población del oeste de India había ya sido 
    teñida con la sangre adánica, y nunca en la historia de Urantia ningún pueblo 
    combinó tantas razas diferentes. Pero, desafortunadamente predominaba el linaje 
    sangik secundario, y fue una verdadera calamidad que tanto el hombre azul 
    como el hombre rojo estuvieran mayormente ausentes de este crisol de razas 
    de hace tiempo. Una mayor influencia de las cepas sangik primarias había realzado 
    considerablemente lo que podría haberse convertido en una civilización aún 
    más importante. Como fueron las cosas, el hombre rojo se fue destruyendo a 
    sí mismo en las Américas, el hombre azul retozaba en Europa, y los primeros 
    descendientes de Adán (y la mayoría de los últimos) demostraban pocos deseos 
    de mezclarse con las gentes de colores más oscuros, ya sea en la India, en 
    la África o en otras partes. 
   880:2 79:2.4 
    Alrededor de 15.000 años a. de J.C. la presión de la población en aumento 
    en el Turquestán e Irán ocasionó el primer movimiento masivo de los anditas 
    hacia la India. Durante más de quince siglos estos pueblos superiores penetraron 
    a través de las tierras altas de Beluchistán, extendiéndose por los valles 
    del Indo y del Ganges y desplazándose lentamente hacia el sur al interior 
    del Dekán. Esta presión andita desde el noroeste desplazó a muchos de los 
    pueblos inferiores del sur y del este hacia Birmania y el sur de China, pero 
    no lo suficiente como para salvar a los invasores de la obliteración racial. 
    
    880:3  79:2.5 
    La India no pudo lograr la hegemonía de Eurasia debido especialmente a un 
    problema de topografía. La presión de la población desde el norte tan sólo 
    consiguió empujar a la mayoría de la gente hacia el sur, el territorio menguante 
    de Dekán, rodeado a cada lado por el mar. Si hubiera habido tierras adyacentes 
    para la emigración, las cepas inferiores se habrían diseminado hacia todas 
    partes, y el linaje superior habría podido adquirir una civilización más elevada. 
    
    880:4  79:2.6 
    Tal como ocurrieron las cosas, estos primitivos conquistadores anditas hicieron 
    un intento desesperado por preservar su identidad y contener la marejada de 
    sumergimiento racial mediante el establecimiento de rígidas restricciones 
    al matrimonio interracial. A pesar de todo, hacia el año 10.000 a. de J.C., 
    los anditas habían sido sumergidos, aunque la totalidad de la masa de los 
    pueblos había mejorado notablemente al absorberlos. 
   880:5 79:2.7 
    La mezcla de razas siempre es ventajosa, puesto que estimula la versatilidad 
    cultural y contribuye a una civilización progresiva, pero si predominan los 
    elementos inferiores del linaje racial, tales logros serán de corta duración. 
    Una cultura políglota puede ser preservada solamente si el linaje superior 
    se reproduce con cierto margen de seguridad respecto del inferior. La multiplicación 
    desenfrenada de los inferiores, combinada con una decreciente reproducción 
    de los superiores representa indefectiblemente el suicidio de la civilización 
    cultural. 
    880:6  79:2.8 
    Si los conquistadores anditas hubiesen sido tres veces más o, si ellos hubiesen 
    desplazado o destruido al tercio menos deseable de habitantes de mezcla anaranjada-verde-índiga, 
    la India se habría convertido en uno de los principales centros mundiales 
    de civilización cultural e indudablemente habría atraído mucho más a las posteriores 
    olas de pueblos de la Mesopotamia que inundaron Turquestán y desde allí se 
    desplazaron hacia el norte para Europa. 
  3. LA INDIA DRAVIDIANA 
  
 881:1  79:3.1 La mezcla 
    de los conquistadores anditas de la India con el linaje nativo dio como resultado, 
    a la larga, a esos pueblos entremezclados que han sido llamados dravidianos. 
    Los primitivos y más puros dravidianos poseían una gran capacidad para los 
    logros culturales, que se fue debilitando continuamente a medida que su herencia 
    andita se iba atenuando progresivamente. Esto fue lo que llevó a la destrucción 
    el brote de civilización de la India hace casi doce mil años. Pero, aun la 
    infusión de esta pequeña cantidad de sangre de Adán produjo un marcado avance 
    en el desarrollo social. Este linaje compuesto produjo inmediatamente la civilización 
    más versátil de las que por entonces existían en la tierra. 
    881:2 79:3.2 
    No mucho después de la conquista de la India, los anditas dravidianos perdieron 
    su contacto racial y cultural con la Mesopotamia, pero más adelante la apertura 
    de líneas marítimas y las rutas de las caravanas permitieron reanudar estas 
    conexiones, y en los últimos diez mil años, la India no ha estado nunca totalmente 
    aislada de la Mesopotamia en el oeste y China en el este, aunque las barreras 
    montañosas favorecieron grandemente un mayor contacto con el oeste. 
   881:3 79:3.3 
    La cultura superior y las tendencias religiosas de los pueblos de la India 
    provienen de los tiempos primitivos de la dominación dravidiana y se deben, 
    en parte al hecho de que tantos sacerdotes setitas llegaran a la India tanto 
    con la primitiva invasión andita como con la más reciente invasión aria. Por 
    eso el hilo ininterrumpido de monoteísmo a través de la historia de la India 
    surgió de las enseñanzas de los adanitas en el segundo jardín. 
    881:4  79:3.4 
    Ya en el año 16.000 a. de J.C. una sociedad de cien sacerdotes setitas penetró 
    la India y estuvo a punto de realizar la conquista religiosa de la mitad occidental 
    de este pueblo políglota. Pero su religión no persistió. En cinco mil años 
    sus doctrinas sobre la Trinidad del Paraíso decayeron en el símbolo triple 
    del dios del fuego. 
    881:5  79:3.5 
    Pero, durante más de siete mil años desde el fin de las migraciones anditas, 
    el nivel religioso de los habitantes de la India fue muy superior al promedio 
    del mundo. Durante estos tiempos, la India prometía producir la principal 
    civilización cultural, religiosa, filosófica y comercial del mundo. Si los 
    anditas no hubiesen sido totalmente sumidos en la miseria por los pueblos 
    del sur, este destino probablemente se habría concretado. 
   881:6 79:3.6 
    Los centros culturales dravidianos estaban situados en los valles de los ríos, 
    principalmente del Indo y del Ganges, y en el Dekán junto a los tres grandes 
    ríos que fluyen a través de los Ghates del este hacia el mar. Las colonias 
    a lo largo de la costa de los Ghates occidentales les debían su prominencia 
    a los intercambios marítimos con Sumeria. 
    881:7  79:3.7 
    Los dravidianos figuran entre los primeros pueblos en construir ciudades y 
    dedicarse a un vasto comercio de importaciones y exportaciones, tanto por 
    tierra como por mar. Ya para el año 7000 a. de J.C. las caravanas de camellos 
    viajaban en forma regular a la distante Mesopotamia. La marina de los dravidianos 
    se aventuraba hacia las ciudades sumerias del Golfo Pérsico por el mar Arábigo 
    y navegaba las aguas del Golfo de Bengala hasta las Indias Orientales. Estos 
    navegantes y mercaderes importaron de Sumeria un alfabeto y el arte de escribir. 
    
    881:8  79:3.8 
    Estas relaciones comerciales contribuyeron enormemente a una diversificación 
    adicional de esta cultura cosmopolita, que se manifestó en una aparición precoz 
    de muchos de los refinamientos, y aun lujos, de la vida urbana. Cuando los 
    arios más recientes llegaron a la India no reconocieron en los dravidianos 
    a sus primos anditas ya entremezclados con las razas sangik, pero sí descubrieron 
    allí una civilización avanzada. A pesar de sus limitaciones biológicas, los 
    dravidianos fundaron una civilización superior que se difundió por toda la 
    India y que ha sobrevivido hasta los tiempos modernos en el Dekán. 
  4. LA INVASIÓN ARIA DE LA INDIA 
  
 882:1  79:4.1 La segunda 
    penetración andita a la India fue la invasión aria durante un período de casi 
    quinientos años a mediados del tercer milenio a. de J.C. La migración marcó 
    el éxodo final de los anditas de sus tierras natales del Turquestán. 
    882:2 79:4.2 
    Los primeros centros arios estaban esparcidos en la mitad septentrional de 
    la India, particularmente en el noroeste. Estos invasores no llegaron a completar 
    la conquista del país, y posteriormente fueron destruidos como consecuencia 
    de ello debido a su número inferior, lo que los volvió vulnerables a la absorción 
    de los dravidianos del sur, quienes posteriormente invadieron la entera península 
    con excepción de las provincias del Himalaya. 
    882:3  79:4.3 
    Los arios dejaron una escasa marca racial en la India, excepto en las provincias 
    del norte. En el Dekán, su influencia fue más cultural y religiosa que racial. 
    La mayor persistencia de la llamada sangre aria en el norte de la India se 
    debe no sólo a su presencia en mayor número en estas regiones sino al hecho 
    de que esa presencia fue reforzada por conquistadores, mercaderes y misioneros 
    más recientes. Hasta el primer siglo a. de J.C. hubo una continua infiltración 
    de sangre aria en la región del Pendjab, siendo el último influjo en forma 
    de las campañas de los pueblos helénicos. 
    882:4  79:4.4 
    En las llanuras del Ganges, a la larga, los arios y los dravidianos se mezclaron 
    produciendo una cultura elevada, y este centro fue reforzado posteriormente 
    por contribuciones del noreste provenientes de la China. 
    882:5  79:4.5 
    Muchos tipos de organizaciones sociales florecieron esporádicamente en la 
    India desde los sistemas semidemocráticos de los arios hasta formas de gobierno 
    despóticas y monárquicas. Pero la característica más notable de la sociedad 
    fue la persistencia de las grandes castas sociales que fueron instituidas 
    por los arios en un empeño por perpetuar la identidad racial. Este complicado 
    sistema de castas ha sido preservado desde entonces hasta el tiempo presente. 
    
    882:6  79:4.6 
    Las cuatro grandes castas existentes, con excepción de la primera, fueron 
    creadas con la fútil intención de impedir la amalgama racial de los conquistadores 
    arios con sus inferiores sometidos. Pero la casta principal, la de los sacerdotes-maestros, 
    surgió de los setitas. Los brahmines del siglo veinte d. de J.C. son los descendientes 
    culturales directos de los sacerdotes del segundo jardín, aunque sus enseñanzas 
    difieren muchísimo de las de sus ilustres predecesores. 
    882:7  79:4.7 
    Cuando los arios penetraron en la India llevaban consigo sus conceptos de 
    Deidad, preservados en lo que quedaba de las tradiciones de la religión del 
    segundo jardín. Pero los sacerdotes brahmines no supieron resistir el ímpetu 
    pagano fomentado por contacto repentino con las religiones inferiores del 
    Dekán tras el arrasamiento racial de los arios. Así pues, la vasta mayoría 
    de la población cayó en el cautiverio de las esclavizantes supersticiones 
    de las religiones inferiores; y de esa manera resultó que la India fracasó 
    en producir la elevada civilización que se vislumbrara en épocas anteriores. 
    
    882:8  79:4.8 
    El despertar espiritual del siglo sexto antes de Cristo no perduró en la India, 
    habiéndose extinguido aun antes de la invasión mahometana. Pero algún día 
    surgirá tal vez un Gautama más importante que conducirá a la India entera 
    en búsqueda del Dios viviente, y entonces el mundo podrá presenciar el florecimiento 
    de las potencialidades culturales de un pueblo versátil que por tanto tiempo 
    permanece comatoso bajo la paralizante influencia de una visión espiritual 
    sin progresión. 
    883:1  79:4.9 
    La cultura descansa sobre una base biológica, pero las castas por sí solas 
    no pueden perpetuar la cultura aria, pues la religión, la verdadera religión, 
    es la fuente indispensable de esa energía más elevada que impulsa a los hombres 
    a establecer una civilización superior basada en la fraternidad humana. 
  5. EL HOMBRE ROJO Y EL HOMBRE AMARILLO 
  
 883:2  79:5.1 La historia 
    de la India es la historia de la conquista andita y la consiguiente sumersion 
    de los anditas en los pueblos evolucionarios más antiguos; la historia del 
    Asia oriental en general es la historia de los sangiks primarios, particularmente 
    el hombre rojo y el hombre amarillo. Estas dos razas evitaron casi en su totalidad 
    la mezcla con el degradado linaje neandertal, que fue el que retardó enormemente 
    al hombre azul en Europa, preservando de este modo el potencial superior del 
    tipo sangik primario. 
    883:3 79:5.2 
    Los primeros hombres de Neandertal se diseminaron por toda Eurasia, pero el 
    ala oriental era la más contaminada con los degradados linajes animales. Estos 
    tipos subhumanos fueron desplazados hacia el sur por el quinto glaciar, la 
    misma capa de hielo que por mucho tiempo bloqueó la migración sangik hacia 
    el este en Asia. Y cuando el hombre rojo se dirigió hacia el noreste bordeando 
    las tierras altas de la India, halló el noreste de Asia libre de esta especie 
    subhumana. La organización tribal de las razas rojas se formó antes que la 
    de cualquier otro pueblo, y fueron los primeros en emigrar del centro sangik 
    de Asia central. Los linajes inferiores del hombre de Neandertal fueron destruidos 
    o desplazados del territorio continental por las posteriores migraciones de 
    las tribus amarillas. Pero el hombre rojo había reinado en forma suprema en 
    el este de Asia durante casi cien mil años antes de que llegaran las tribus 
    amarillas. 
   883:4 79:5.3 
    Hace más de trescientos mil años el grupo principal de la raza amarilla invadió 
    a la China desde el sur, como emigrantes costeros. Cada milenio fueron penetrando 
    más y más en el continente, pero no establecieron contacto con sus hermanos 
    tibetanos hasta tiempos relativamente recientes. 
    883:5  79:5.4 
    La creciente presión de la población ocasionó que la raza amarilla en su desplazamiento 
    hacia el norte, comenzó a penetrar en los territorios de caza del hombre rojo. 
    Esta usurpación, unida al natural antagonismo racial, culminó en hostilidades, 
    cada vez más graves, y de este modo comenzó la crucial lucha por las tierras 
    fértiles del Asia más lejana. 
    883:6  79:5.5 
    El relato de esta contienda de una entera época entre las razas roja y amarilla 
    es una epopeya de la historia de Urantia. Durante más de doscientos mil años 
    estas dos razas superiores libraron una encarnizada e infatigable guerra. 
    En las primeras luchas, vencieron generalmente las razas rojas y sus incursiones 
    causaron estragos entre las colonias amarillas. Pero el hombre amarillo era 
    un alumno aventajado en las destrezas de la guerra, y rápidamente manifestó 
    una marcada habilidad para vivir pacíficamente con sus compatriotas. Los chinos 
    fueron los primeros en aprender que en la unión está la fuerza. Las tribus 
    rojas continuaron con sus graves conflictos de aniquilación mutua y comenzaron 
    a sufrir repetidas derrotas a manos de los agresivos e implacables chinos, 
    que continuaron su inexorable marcha hacia el norte. 
   883:7 79:5.6 
    Hace cien mil años las diezmadas tribus de la raza roja se batían en retirada 
    hacia los hielos del último glaciar, y cuando el pasaje de tierra hacia el 
    este, sobre el Estrecho de Bering, se hizo transitable, estas tribus no tardaron 
    en abandonar las in hospitalarias costas del continente asiático. Han transcurrido 
    ochenta y cinco mil años desde el momento en que el último hombre rojo puro 
    partió de Asia, pero la prolongada lucha dejó sus huellas genéticas sobre 
    la victoriosa raza amarilla. Los pueblos chinos del norte, junto a los siberianos 
    andonitas, asimilaron una importante cantidad del sangre roja y con ello se 
    beneficiaron considerablemente. 
    884:1  79:5.7 
    Los indios de Norteamérica nunca llegaron a tomar contacto siquiera con los 
    vástagos anditas de Adán y Eva, ya que fueron desposeídos de su tierra natal 
    asiática unos cincuenta mil años antes de la llegada de Adán. Durante la época 
    de las migraciones anditas los linajes puros rojos se estaban diseminando 
    por Norteamérica como tribus nómades y cazadoras que practicaban la agricultura 
    en menor grado. Estas razas y grupos culturales permanecieron en un aislamiento 
    casi total del resto del mundo desde su llegada a las Américas hasta el fin 
    del primer milenio de la era cristiana, cuando fueron descubiertos por las 
    razas blancas de Europa. Hasta ese momento los esquimales eran lo más parecido 
    al hombre blanco que hasta entonces jamás había visto las norteñas tribus 
    de hombres rojos. 
    884:2  79:5.8 
    Las razas roja y amarilla, son las únicas razas humanas que alcanzaron alguna 
    vez un alto grado de civilización lejos de la influencia andita. El más antiguo 
    centro cultural amerindio fue el de los Onamonalonton en California, pero 
    ya por el año 35.000 a. de J.C. había desaparecido. En México, en Centroamérica 
    y en las montañas de Sudamérica las ulteriores y más duraderas civilizaciones 
    fueron fundadas por una raza predominantemente roja, pero que mostraba considerable 
    cantidad de componentes de las razas amarilla, anaranjada y azul. 
    884:3  79:5.9 
    Estas civilizaciones fueron producto de la evolución de los sangik, aunque 
    vestigios de la raza andita llegaron hasta el Perú. Con excepción de los esquimales 
    en Norteamérica y unos pocos anditas polinesios en Sudamérica, los pueblos 
    del hemisferio occidental no tuvieron contacto con el resto del mundo hasta 
    el fin del primer milenio después de Cristo. En el plan original de los Melquisedek 
    para el mejoramiento de las razas de Urantia se había estipulado que un millón 
    de los descendientes directos y puros de Adán debían ir a mejorar al hombre 
    rojo de las Américas. 
  6. Los ALBORES DE LA CIVILIZACIÓN CHINA 
  
 884:4  79:6.1 Algún tiempo 
    después de desplazar al hombre rojo hacia Norteamérica, los chinos en plena 
    expansión desalojaron a los andonitas de los valles de los ríos del este de 
    Asia obligándolos a retirarse hacia Siberia, al norte, y el Turquestán, al 
    oeste; donde pronto entrarían en contacto con la cultura superior de los anditas. 
    
    884:5 79:6.2 
    En Birmania y en la península de Indochina las culturas de la India y de China 
    se mezclaron y combinaron produciendo las sucesivas civilizaciones de esas 
    regiones. Allí la desaparecida raza verde ha persistido en una proporción 
    mayor que en cualquier otra parte del mundo. 
    884:6  79:6.3 
    Muchas razas diferentes ocuparon las islas del Pacífico. En general, las islas 
    situadas al sur, que por ese entonces eran más extensas, estaban habitadas 
    por pueblos que tenían altos porcentajes de sangre de las razas verde e índiga. 
    Las islas situadas al norte estaban dominadas por los andonitas y más tarde 
    por razas compuestas en grandes proporciones por linajes de las razas roja 
    y amarilla. Los antepasados del pueblo japonés no fueron desplazados del territorio 
    continental hasta el año 12.000 a. de J.C., cuando resultaron desalojados 
    por un poderoso ataque en dirección a la costa del sur por las tribus norteñas 
    chinas. Su éxodo final se debió no tanto a la presión del crecimiento de la 
    población sino a la iniciativa de un cacique a quien llegaron a considerar 
    un personaje divino. 
    885:1  79:6.4 
    Al igual que los pueblos de la India y el Levante, las victoriosas tribus 
    de los hombres amarillos establecieron sus primeras bases a lo largo de las 
    costas y en las márgenes de los ríos. A las colonias costeras les fue mal 
    en los años posteriores debido a las inundaciones cada vez más frecuentes 
    y el cambio de curso de las aguas de los ríos, que hicieron insostenible la 
    situación de la ciudades ubicadas en las tierras bajas. 
    885:2  79:6.5 
    Hace veinte mil años los antepasados de los chinos habían construido una docena 
    de primitivos centros de cultura y enseñanza, especialmente a lo largo de 
    los ríos Amarillo y Changjiang [Azul o Yangtze]. Ahora esos centros comenzaban 
    a ser reforzados con la llegada de un caudal constante de pueblos de mezcla 
    superior que provenían de Xinjiang y del Tíbet. La migración desde el Tíbet 
    hacia el valle del río Changjiang no se propagó tanto como en el norte, ni 
    tampoco eran los centros tibetanos tan avanzados como aquellos de la cuenca 
    del Tarim. Pero ambos movimientos llevaron consigo hacia el este y las colonias 
    ribereñas cierta cantidad de sangre andita. 
    885:3  79:6.6 
    La superioridad de la antigua raza amarilla se debió a cuatro grandes factores: 
   
  
885:4  79:6.7 
    1. Genético. A diferencia de sus primos azules en Europa, tanto la 
    raza roja como la amarilla se habían salvado en gran medida de la mezcla con 
    linajes humanos degradados. Los chinos norteños, ya mejorados con pequeñas 
    cantidades de los superiores linajes rojo y andonita, pronto se beneficiarían 
    con un considerable influjo de sangre andita. A los chinos del sur no les 
    fue tan bien en este sentido, y sufrieron mucho las consecuencias de la absorción 
    de la raza verde, y posteriormente fueron debilitados aún más por la infiltración 
    de multitudes de pueblos inferiores que fueron expulsados de la India como 
    consecuencia de la invasión andita-dravidiana. Hoy en día existe en China 
    una notable diferencia entre las razas del norte y las del sur.
  885:5  79:6.8 
    2. Social. La raza amarilla aprendió rápidamente el valor de la paz 
    interna. Su pacifismo tanto contribuyó al aumento de la población que aseguró 
    la diseminación de su civilización entre millones de personas. Desde el año 
    25.000 el 5000 a. de J.C. la civilización más masiva de Urantia se hallaba 
    en el centro y en el norte de China. El hombre amarillo fue el primero en 
    lograr una solidaridad racial y el primero en alcanzar una civilización cultural, 
    social y política en gran escala. 
    885:6  79:6.9 Los chinos del año 15.000 
    a. de J.C. eran militaristas agresivos; no se habían debilitado por una excesiva 
    reverencia al pasado y siendo menos de doce millones, constituían una compacta 
    unidad con un lenguaje común. Durante esta época construyeron una verdadera 
    nación, mucho más unida y homogénea que sus uniones políticas de tiempos históricos. 
  
  885:7  79:6.10 
    3. Espiritual.  En la era de las migraciones anditas, los chinos constituían 
    uno de los pueblos más espirituales de la tierra. La prolongada fidelidad 
    a la adoración de la Verdad Única proclamada por Singlangton los mantuvo al 
    frente de la mayoría de las otras razas. El estímulo de una religión progresiva 
    y avanzada es frecuentemente un factor decisivo en el desarrollo cultural. 
    Mientras la India languidecía, China avanzaba con ímpetu gracias al vigorizador 
    estímulo de una religión en la que la verdad fue elevada como la Deidad suprema. 
    
    885:8  79:6.11 Esta adoración de la 
    verdad estimulaba la investigación y la exploración intrépida de las leyes 
    de la naturaleza y los potenciales de la humanidad. Aun los chinos de hace 
    seis mil años seguían siendo entusiastas y enérgicos estudiantes en la búsqueda 
    de la verdad. 
  885:9  79:6.12 
    4. Geográfico. China está protegida por las montañas hacia el oeste 
    y por el Pacífico hacia el este. Solamente el norte está abierto a los ataques, 
    y desde los días del hombre rojo hasta la llegada de los descendientes de 
    los anditas más recientes, el norte no estuvo ocupado por razas agresivas. 
  
   886:1  79:6.13 
    De no haber sido por las barreras montañosas y la posterior decadencia de 
    la cultura espiritual, la raza amarilla indudablemente habría atraído la mayor 
    parte de la migración andita desde el Turquestán e indudablemente podría haber 
    dominado rápidamente la civilización mundial. 
    
  7. Los ANDITAS ENTRAN A LA CHINA 
  
 886:2  79:7.1 Hace unos 
    quince mil años los anditas atravesaban en grandes números el paso de Ti Tao 
    y se diseminaban por la parte superior del valle del río Amarillo entre las 
    colonias chinas de Kansu. De allí penetraron en dirección este hasta Honan, 
    donde estaban ubicadas las comunidades más progresistas. Esta infiltración 
    desde el oeste fue aproximadamente mitad andonita y mitad andita. 
    886:3  79:7.2 
    Los centros culturales del norte ubicados a lo largo del río Amarillo habían 
    sido siempre más progresistas que las colonias del sur sobre el río Changjiang. 
    En unos pocos miles de años, después de la llegada de estos mortales superiores, 
    si bien escasos en números, las colonias a lo largo del río Amarillo se adelantaron 
    a las aldeas del río Changjiang alcanzando una avanzada posición en comparación 
    con sus hermanos del sur, posición que aún mantienen. 
   886:4   79:7.3 
    No es que haya habido tantos anditas, ni que su cultura fuera tan superior, 
    sino que la amalgama con ellos produjo un linaje más versátil. Los chinos 
    del norte recibieron justamente suficiente sangre andita como para estimular 
    ligeramente la innata capacidad de su mente, pero menos de lo que hubiera 
    sido necesario para inspirarlos con la inquietud y curiosidad exploratoria 
    tan características de las razas blancas del norte. Esta infusión limitada 
    de herencia andita fue menos perturbadora para la estabilidad innata del tipo 
    sangik. 
   886:5  79:7.4 
    Las olas más recientes de anditas llevaron consigo parte de los avances culturales 
    de la Mesopotamia; esto es particularmente cierto respecto a las últimas olas 
    de migración desde el oeste. Ellas mejoraron notablemente las prácticas económicas 
    y educacionales de los chinos norteños, y aunque su influencia sobre las culturas 
    religiosas de la raza amarilla fue efímera, sus posteriores descendientes 
    contribuyeron en gran medida al subsiguiente despertar espiritual. Pero las 
    tradiciones anditas de la belleza del Edén y Dalamatia tuvieron su influencia 
    sobre las tradiciones chinas. Las primitivas leyendas chinas ubicaban "la 
    tierra de los dioses" en el oeste. 
    886:6  79:7.5 
    El pueblo chino no comenzó a construir ciudades ni iniciarse en la producción 
    de manufacturas hasta después del año 10.000 a. de J.C., tras los cambios 
    climáticos en el Turquestán y la llegada de la última inmigración andita. 
    La infusión de esta nueva sangre no agregó mucho a la civilización del hombre 
    amarillo, pero sí estimuló un adicional y rápido desarrollo de las tendencias 
    latentes de los superiores linajes chinos. Desde Honan hasta Chensi los potenciales 
    de una civilización avanzada comenzaban a materializarse. Los trabajos en 
    metales y todas las artes de manufacturas datan de aquellos días. 
    886:7  79:7.6 
    Las similitudes entre algunos de los métodos de los primitivos chinos y mesopotámicos 
    sobre el cálculo del tiempo, la astronomía y la administración de gobierno 
    se debieron a las relaciones comerciales entre estos dos centros situados 
    remotamente. Los mercaderes chinos recorrían las rutas por tierra a través 
    del Turquestán hacia la Mesopotamia aun en los días de los sumerios. Y no 
    fue éste un intercambio unilateral, puesto que el valle del Eufrates se benefició 
    considerablemente, así como también los pueblos de las llanuras del Ganges. 
    Pero los cambios climáticos y las invasiones nómades del tercer milenio antes 
    de Cristo redujeron considerablemente el volumen de comercio por los senderos 
    de las caravanas en el Asia central. 
    
  8. LA CIVILIZACIÓN CHINA POSTERIOR 
  
 887:1  79:8.1 Mientras 
    el hombre rojo sufrió las consecuencias de guerras excesivas, no sería completamente 
    incorrecto decir que el desarrollo de la categoría de estado entre los chinos 
    fue demorado por la escrupulosa conquista del Asia. Tenían ellos una gran 
    tendencia a la solidaridad racial, pero ésta no llegó a desarrollarse apropiadamente 
    porque faltaba el estímulo impulsor del constante peligro de una agresión 
    exterior. 
    887:2  79:8.2 
    En cuanto se hubo completado la conquista del Asia oriental, el antiguo estado 
    militar se fue desintegrando gradualmente, y las pasadas guerras fueron olvidadas. 
    De las épicas luchas con la raza roja sólo persistió la vaga tradición de 
    un antiguo enfrentamiento con los pueblos arqueros. Los chinos pronto se volcaron 
    a la agricultura, lo que contribuyó aún más a fomentar sus tendencias pacíficas. 
    Al mismo tiempo, el hecho de que la población indicaba una relación hombre-tierra 
    muy por debajo de los requisitos agrícolas, contribuyó más aún al creciente 
    carácter pacífico del país. 
    887:3  79:8.3 
    La conciencia de los logros pasados (un tanto menor actualmente), el conservadurismo 
    de un pueblo abrumadoramente agrícola, y una muy bien desarrollada vida familiar 
    dieron origen a la veneración de los antepasados, que culminó en la costumbre 
    de honrar a los hombres del pasado casi hasta lindar con la adoración. Una 
    actitud muy similar prevaleció entre las razas blancas en Europa durante unos 
    quinientos años tras la desintegración de la civilización grecorromana. 
    887:4  79:8.4 
    La creencia y la adoración de la "Verdad Única" tal como era enseñada 
    por Singlangton nunca dejó de existir completamente; pero, a medida que fue 
    pasando el tiempo, la búsqueda de una nueva y más elevada verdad pasó a ser 
    eclipsada por una creciente tendencia a venerar aquella que ya estaba establecida. 
    Lentamente, el genio de la raza amarilla se desvió de lo que había sido la 
    búsqueda de lo desconocido, hacia la preservación de lo conocido. Y ésta es 
    la razón de la paralización de lo que había sido la civilización de más rápido 
    progreso en el mundo. 
   887:5  79:8.5 
    Entre los años 4000 y 500 a. de J.C. se consumó la reunificación política 
    de la raza amarilla, pero la unión cultural de los centros de los ríos Amarillo 
    y el Changjiang ya había sido lograda. Esta reunificación política de los 
    últimos grupos tribales no se produjo sin conflictos, pero el concepto guerrero 
    permaneció desprestigiado en la sociedad. El culto de los antepasados, el 
    aumento de los dialectos y la falta de acción militar durante miles y miles 
    de años hicieron de éste un pueblo ultrapacífico. 
    887:6  79:8.6 
    A pesar de fracasar en el cumplimiento de la promesa del desarrollo precoz 
    de un estado avanzado, la raza amarilla avanzó progresivamente en la realización 
    de las artes de la civilización, especialmente en los campos de la agricultura 
    y la horticultura. Los problemas hidromecánicos enfrentados por los agricultores 
    en Chensi y Honan demandaron la cooperación de los grupos para su solución. 
    Esas dificultades de riego y de conservación de los suelos contribuyeron, 
    no en pequeña medida, al desarrollo de una interdependencia entre los agricultores 
    con la consiguiente promoción de la paz entre esos grupos. 
    887:7  79:8.7 
    Pronto el desarrollo ulterior de la escritura, conjuntamente con el establecimiento 
    de escuelas, contribuyeron a la diseminación del conocimiento en escala sin 
    precedentes. Pero la engorrosa naturaleza del sistema de escritura ideográfica 
    impuso una limitación numérica a las clases cultas, a pesar de la temprana 
    aparición de la imprenta. Y por sobre todas las cosas, el proceso de normalización 
    social y la dogmatización religioso-filosófica continuó. El desarrollo religioso 
    del culto de los antepasados pasó a ser aun más complicado debido a una inundación 
    de supersticiones que presuponían la adoración de la naturaleza, pero persistieron 
    vestigios de un real concepto de Dios en la adoración imperial de Shang-ti. 
    
    888:1  79:8.8 
    La gran debilidad de la veneración de los antepasados consiste en que ésta 
    promueve una filosofía de visión retrógrada. Aunque sea prudente recoger sabiduría 
    del pasado, es un desatino considerar el pasado como la única fuente de la 
    verdad. La verdad es relativa y extensible, siempre vive en el presente logrando 
    nuevas expresiones en cada generación de hombres, aun en cada vida humana. 
    
    888:2  79:8.9 
    La gran fuerza de la veneración de los antepasados es el valor que esa actitud 
    confiere a la familia. La sorprendente estabilidad y persistencia de la cultura 
    china es una consecuencia de la suprema posición otorgada a la familia, ya 
    que la civilización es directamente dependiente del funcionamiento efectivo 
    de la familia. Y en la China la familia llegó a tener una importancia social, 
    aun una significación religiosa, que muy pocos pueblos han sabido alcanzar. 
    
    888:3  79:8.10 
    La devoción filial y la lealtad familiar impuestas por el creciente culto 
    de la adoración a los antepasados aseguró el establecimiento de relaciones 
    familiares superiores y de perdurables grupos familiares, todo lo cual facilitó 
    los siguientes factores en la preservación de la civilización: 
  
    1. Conservación de la propiedad y riqueza. 
      2. El compartir las experiencias de más de una generación.
      3. Educación eficiente de los niños en las artes y ciencias del pasado.
      4. Desarrollo de un fuerte sentido del deber, el realzamiento de la moralidad 
      y el aumento de la sensibilidad ética. 
  
  888:8  79:8.11 
    El período formativo de la civilización china, que comienza con la llegada 
    de los anditas, continúa hasta el gran despertar ético, moral y semirreligioso 
    del siglo sexto antes de Cristo. Y la tradición china conserva el confuso 
    registro del pasado evolucionario; la transición de la familia materna a la 
    familia paterna, el establecimiento de la agricultura, el desarrollo de la 
    arquitectura, la iniciación de la industria -todos ellos se narran sucesivamente. 
    Esta historia presenta, con mayor precisión que cualquier otro relato similar, 
    la imagen del magnífico ascenso de un pueblo superior a partir de los niveles 
    de la barbarie. Durante este período pasaron de una sociedad agrícola primitiva 
    a una más elevada organización social, abarcando ciudades, manufacturas, trabajos 
    con metales, intercambio comercial, gobierno, escritura, matemáticas, arte, 
    ciencias e imprenta. 
    888:9  79:8.12 
    Así pues la antigua civilización de la raza amarilla ha perdurado a través 
    de los siglos. Han transcurrido casi cuarenta mil años desde que se produjeron 
    los primeros avances importantes en la cultura china. A pesar de los muchos 
    retrocesos, la civilización de los hijos de Han sigue siendo la que más se 
    acerca a un cuadro de progreso continuo e ininterrumpido que llega directamente 
    hasta el siglo veinte. Los desarrollos religiosos y mecánicos de las razas 
    blancas han sido de alto orden, pero no han superado nunca a los chinos en 
    lealtad familiar, ética de grupo o moralidad personal. 
    888:10  79:8.13 
    Esta antigua cultura ha contribuido mucho a la felicidad humana; millones 
    de seres humanos han vivido y muerto, bendecidos por sus logros. Durante siglos 
    esta gran civilización ha descansado sobre los laureles del pasado, pero ya 
    está volviendo a despertar para visualizar otra vez los trascendentales objetivos 
    de la existencia mortal, enfrentando nuevamente la infatigable lucha por el 
    progreso sin fin. 
   
    888:11  79:8.14 [Presentado por un 
    Arcángel de Nebadon.]