ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 92 LA EVOLUCIÓN ULTERIOR DE LA RELIGIÓN
1003:1 92:0.1. EL HOMBRE poseía una religión de origen natural como parte de su experiencia evolucionaria mucho antes de que se hicieran revelaciones sistemáticas en Urantia. Pero esta religión de origen natural era, en sí misma, el producto de las dotes superanimales de los hombres. La religión evolucionaria surgió lentamente a lo largo de milenios de la carrera experiencial de la humanidad a través del ministerio de las siguientes influencias que operaban, y se inmiscuían en el hombre salvaje, bárbaro y civilizado:
1003:2 92:0.2 1. El ayudante de la adoración —la aparición en la conciencia animal de potenciales superanimales para la percepción de la realidad. Esto podría denominarse el instinto humano primordial hacia la Deidad.
1003:3 92:0.3 2. El ayudante de la sabiduría —la manifestación en una mente adoradora de la tendencia a dirigir su adoración hacia los canales superiores de expresión y en dirección a los conceptos constantemente en expansión de la realidad de la Deidad.
1003:4 92:0.4 3. El Espíritu Santo —éste es el don inicial de la supermente, e infaliblemente aparece en toda verdadera personalidad humana. Este ministerio crea en la mente ansiosa de adoración y deseosa de sabiduría la capacidad de autorrealizar el postulado de la sobrevivencia humana, tanto en su concepto teológico como en la experiencia actual y factual de la personalidad.
1003:5 92:0.5 La función coordinada de estas tres ministraciones divinas es totalmente suficiente para iniciar y proseguir el crecimiento de la religión evolucionaria. Estas influencias más adelante se aumentan mediante los Ajustadores del Pensamiento, los serafines y el Espíritu de la Verdad, todos los cuales aceleran el ritmo del desarrollo religioso. Estas agencias funcionan desde hace mucho tiempo en Urantia, y seguirán actuando aquí hasta tanto el planeta siga siendo una esfera habitada. Mucho del potencial de estas agencias divinas aún nunca ha tenido oportunidad de expresarse; mucho será revelado en las edades venideras a medida que ascienda la religión mortal, de nivel a nivel, hacia las alturas excelsas del valor morontial y de la verdad espiritual.