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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 96

YAHVÉ —EL DIOS DE Los HEBREOS

 

1. Los CONCEPTOS DE LA DEIDAD ENTRE Los SEMITAS

1052:4  96:1.1 Los semitas primitivos consideraban que todo tenía en sí a un espíritu residente. Había espíritus del mundo animal y el mundo vegetal; espíritus anuales, el señor de la progenie, espíritus del fuego, el agua y el aire; un verdadero panteón de espíritus que debían ser temidos y adorados. Y las enseñanzas de Melquisedek sobre un Creador Universal nunca destruyeron plenamente la creencia en estos espíritus subordinados o dioses de la naturaleza.
1052:5  96:1.2 El progreso de los hebreos de politeísmo a través del henoteísmo al monoteísmo no fue un desarrollo conceptual continuo y sin interrupciones. Experimentaron muchos retrocesos en la evolución de sus conceptos de Deidad, mientras que en cualquiera de la épocas existieron ideas variables de Dios entre los distintos grupos de creyentes semitas. De vez en cuando numerosos términos fueron aplicados a sus conceptos de Dios, y para prevenir la confusión estos varios títulos de Deidad serán definidos en cuanto pertenecen a la evolución de la teología judía:

1053:1  96:1.3 1. Yahvé fue el dios de las tribus del sur de Palestina, que asociaron este concepto de deidad con el Monte Horeb, el volcán del Sinaí. Yahvé era tan sólo uno de los cientos y los miles de dioses de la naturaleza que mantenían la atención y reclamaban la adoración de las tribus y pueblos semitas.

1053:2  96:1.4 2. El Elyón. Durante siglos después de la estadía de Melquisedek en Salem su doctrina de la Deidad persistió en varias versiones pero fue generalmente denominada por el término El Elyón, el Dios Altísimo del cielo. Muchos semitas, incluyendo los descendientes inmediatos de Abraham, en distintas épocas adoraron tanto a Yahvé como a El Elyón.

1053:3  96:1.5 3. El Shaddai. Es difícil explicar qué representaba El Shaddai. Esta idea de Dios era un compuesto derivado de las enseñanzas del Libro de la sabiduría de Amenemope, modificadas por la doctrina ikhnatonica de Atón y ulteriormente influidas por las enseñanzas de Melquisedek contenidas en el concepto de El Elyón. Pero en la forma en que el concepto de El Shaddai permeó la mente hebrea, se tornó completamente coloreado con las creencias yahveítas del desierto.
1053:4  96:1.6 Una de las ideas dominantes de la religión de esta era fue el concepto egipcio de la Providencia divina, la enseñanza de que la prosperidad material fuese un premio por servir a El Shaddai.

1053:5  96:1.7 4. El. Entre toda esta confusión de terminología y nubosidad de concepto, muchos creyentes devotos intentaron sinceramente adorar todas estas ideas evolutivas de la divinidad y creció la práctica de referirse a esta Deidad compuesta como El. Y este término incluía aún otros de los dioses de la naturaleza de los beduinos.

1053:6  96:1.8 5. Elohim. En Cis y en Ur, por mucho tiempo persistieron grupos sumerio-caldeos que enseñaron un concepto de Dios de tres en uno fundado en las tradiciones de los días de Adán y de Melquisedek. Esta doctrina fue llevada a Egipto, donde esta Trinidad fue adorada bajo el nombre de Elohim, o en singular, como Eloah. Los círculos filosóficos de Egipto y más adelante los maestros alejandrinos de extracción hebraica enseñaron esta unidad de dioses pluralísticos, y muchos de los consejeros de Moisés a tiempo del éxodo, creían en esta Trinidad. Pero el concepto del Elohim trinitario nunca se volvió una parte auténtica de la teología hebrea hasta después de que los hebreos recibieran la influencia política de los babilonios.

1053:7  96:1.9 6. Nombres varios. A los semitas no les gustaba pronunciar el nombre de su Deidad, y por consiguiente recurrieron a numerosos apelativos de vez en cuando, tales como: el Espíritu de Dios, el Señor, el Ángel del Señor, el Todopoderoso, el Santísimo, el Altísimo, Adonai, el Anciano de los Días, el Señor Dios de Israel, el Creador del Cielo y de la Tierra, Kyriós, Yah, el Señor de las Huestes y el Padre en el Cielo.

1053:8  96:1.10 Jehová es un término que en tiempo reciente ha sido empleado para designar el concepto completo de Yahvé que finalmente ha evolucionado en la larga experiencia hebrea. Pero el nombre Jehová no entró en uso hasta mil quinientos años después de la época de Jesús.
1054:1  96:1.11 Hasta alrededor del año 2000 a. de J. C., el Monte Sinaí mostró actividades intermitentes volcánicas, con erupciones ocasionales que ocurrieron hasta el momento de la estadía de los israelitas en esta región. El fuego y el humo, juntamente con las explosiones y truenos asociados con las erupciones de esta montaña volcánica, impresionaban y asustaban a los beduinos de las regiones circunvecinas y les hacían temer grandemente a Yahvé. Este espíritu del Monte Horeb más adelante se volvió el Dios de los semitas hebreos, y ellos finalmente creyeron en él como el supremo por encima de todos los demás dioses.
1054:2  96:1.12 Los cananeos habían reverenciado por mucho tiempo a Yahvé, y aunque muchos de los ceneos creían más o menos en El Elyón, el superdios de la religión de Salem, una mayoría de los cananeos siguieron adorando en forma no estructurada a las viejas deidades tribales. No querían abandonar sus deidades nacionales en favor de un Dios internacional, por no decir un Dios interplanetario. No tenían una tendencia mental hacia una deidad universal, y por consiguiente estas tribus continuaron adorando a sus deidades tribales, incluyendo a Yahvé y los becerros de plata y oro que simbolizaban el concepto de los pastores beduinos del espíritu del volcán Sinaí.
1054:3  96:1.13 Los sirios, mientras adoraban a sus dioses, también creían en el Yahvé de los hebreos, porque sus profetas dijeron al rey sirio: "Sus dioses son dioses de los montes; por eso fueron más fuertes que nosotros; pero luchemos contra ellos en la llanura, y con seguridad seremos más fuertes que ellos".
1054:4  96:1.14 A medida que el hombre avanza en la cultura, los dioses menores son subordinados a una deidad suprema. El gran Júpiter persiste solamente como una exclamación. Los monoteístas mantienen a sus dioses subordinados como espíritus, demonios, hados, nereides, duendes, enanos y el mal de ojo. Los hebreos pasaron por el henoteísmo y creyeron durante mucho tiempo en la existencia de dioses distintos de Yahvé, pero cada vez más consideraron que estas deidades extrañas eran subordinadas a Yahvé. Pudieron conceder la actualidad de Quemos, dios de los amoritas, pero mantuvieron que era subordinado a Yahvé.
1054:5  96:1.15 La idea de Yahvé ha sufrido el desarrollo más profundo de todas las teorías mortales de Dios. Su evolución progresiva tan sólo puede ser comparada con la metamorfosis del concepto de Buda en Asia, que finalmente llevó al concepto del Absoluto Universal justo cuando el concepto de Yahvé finalmente condujo a la idea del Padre Universal. Pero como un asunto de hecho histórico, debe comprenderse que, aunque los judíos cambiaron así sus puntos de vista sobre la Deidad a partir del dios tribal del Monte Horeb al Padre Creador amante y misericordioso de los tiempos más recientes, no cambiaron su nombre; siguieron siempre llamando a este concepto evolutivo de la Deidad, Yahvé.

  

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