ÍNDICE
El libro de Urantia
Edición 1999
DOCUMENTO 101
LA VERDADERA NATURALEZA DE LA RELIGIÓN
1104:1 101:0.1
LA RELIGIÓN, como experiencia humana, progresa de la esclavitud del temor
primitivo del salvaje evolutivo hasta la libertad de fe sublime y admirable
de aquellos mortales civilizados que son magníficamente conscientes de la
filiación con el Dios eterno.
1104:2 101:0.2
La religión es el antepasado de la ética y moral avanzadas de la evolución
social progresiva. Pero la religión como tal no es meramente un movimiento
moral, aunque las manifestaciones exteriores y sociales de la religión estén
poderosamente influidas por el impulso ético y moral de la sociedad humana.
La religión es siempre la inspiración de la naturaleza del hombre en evolución,
pero no es el secreto de esa evolución.
1104:3 101:0.3
La religión -la fe y convicción de la personalidad- puede siempre triunfar
sobre la lógica superficialmente contradictoria de la desesperación, nacida
en la mente material no creyente. Existe realmente una verdadera y genuina
voz interior, esa "luz verdadera que alumbra a todo hombre que entra
en el mundo". Y esta guía espíritu es distinta del impulso ético de la
conciencia humana. La sensación de seguridad religiosa es más que un sentimiento
emotivo. La seguridad de la religión trasciende la razón de la mente, aun
la lógica de la filosofía. La religión es fe, confianza y seguridad.
1. LA VERDADERA RELIGIÓN
1104:4 101:1.1 La verdadera
religión no es un sistema de creencia filosófica que se pueda razonar y sustanciar
mediante pruebas naturales, tampoco es una experiencia fantástica y mística
de sentimientos indescriptibles de éxtasis que tan sólo puedan disfrutar los
devotos románticos del misticismo. La religión no es el producto de la razón,
pero vista desde adentro, es totalmente razonable. La religión no se deriva
de la lógica de la filosofía humana, pero como experiencia mortal es totalmente
lógica. La religión es la experiencia de la divinidad en la conciencia del
ser moral de origen evolucionario; representa la verdadera experiencia con
las realidades eternas en el tiempo, la realización de las satisfacciones
espirituales aún en la carne.
1104:5 101:1.2
El Ajustador del Pensamiento no tiene mecanismos especiales para obtener la
autoexpresión; no hay ninguna facultad religiosa mística para la recepción
o la expresión de las emociones religiosas. Estas experiencias se vuelven
disponibles mediante el mecanismo natural de la mente mortal. Y en esto yace
la explicación de las dificultades del Ajustador para ponerse en comunicación
directa con la mente material de su morada permanente.
1104:6 101:1.3
El espíritu divino hace contacto con el hombre mortal, no mediante sentimientos
o emociones, sino en el dominio del pensamiento más elevado y más
espirituali zado. Son vuestros pensamientos los que os conducen hacia Dios.
Se puede percibir la naturaleza divina tan sólo con los ojos de la mente.
Pero la mente que verdaderamente discierne a Dios, escucha al Ajustador residente,
es la mente limpia. "Sin santidad ningún hombre podrá ver a Dios".
Toda comunión interna y espiritual de este tipo se denomina discernimiento
espiritual. Estas experiencias religiosas son el resultado de la impresión
producida sobre la mente del hombre por la actuación combinada del Ajustador
y del Espíritu de la Verdad a medida que éstos funcionan sobre y por intermedio
de las ideas, ideales, visiones y luchas espirituales de los hijos evolutivos
de Dios.
1105:1 101:1.4
La religión vive y prospera, entonces no por la vista y el sentimiento, sino
más bien por la fe y el discernimiento interior. Consiste, no en el descubrimiento
de nuevos hechos o en el hallazgo de una experiencia única, sino más bien
en el descubrimiento de significados nuevos y espirituales de los
hechos ya bien conocidos por la humanidad. La experiencia religiosa más elevada
no depende de actos previos de creencia, tradición y autoridad; tampoco es
la religión el vástago de sentimientos sublimes y emociones puramente místicas.
Más bien es una experiencia profundamente honda y real de comunión espiritual
con las influencias espirituales residentes en la mente humana, y en cuanto
dicha experiencia se pueda definir en términos de psicología, es simplemente
la experiencia de experimentar la realidad de creer en Dios como la realidad
de tal experiencia puramente personal.
1105:2 101:1.5
Aunque la religión no sea el producto de las especulaciones racionalistas
de una cosmología material, es, sin embargo, la creación de un discernimiento
interior totalmente racional que se origina en la experiencia mental del hombre.
La religión no nace de las meditaciones místicas ni de las contemplaciones
aisladas, aunque sea por siempre más o menos misteriosa y siempre indefinible
e inexplicable en términos de razón intelectual pura y de lógica filosófica.
Los gérmenes de la verdadera religión se originan en el dominio de la conciencia
moral del hombre, y son revelados en el crecimiento del discernimiento interior
espiritual del hombre, esa facultad de la personalidad humana que crece como
consecuencia de la presencia del Ajustador del Pensamiento revelador de Dios
en la mente mortal hambrienta de Dios.
1105:3 101:1.6
La fe une el discernimiento moral con las discriminaciones conscientes de
los valores y el sentido de deber evolucionario preexistente, completa el
linaje de la verdadera religión. La experiencia de la religión eventualmente
da como resultado la conciencia certera de Dios y la seguridad indudable de
la sobrevivencia de la personalidad creyente.
1105:4 101:1.7
Así pues se puede ver que los deseos religiosos y los impulsos espirituales
no son de naturaleza tal como para conducir a los hombres meramente a querer
creer en Dios, sino más bien que son de una naturaleza y poder tal que
los hombres quedan profundamente marcados por la convicción de que deben
creer en Dios. El sentido de deber evolucionario y las obligaciones consiguientes
a la iluminación de la revelación producen una impresión tan profunda sobre
la naturaleza moral del hombre que éste finalmente llega a esa situación de
la mente y actitud del alma en la que concluye que no tiene derecho a
no creer en Dios. La sabiduría más elevada y superfilosófica de un individuo
así esclarecido y disciplinado instruye en último término que dudar de Dios
o desconfiar de su bondad equivaldría a traicionar la cosa más real
y más profunda dentro de la mente y del alma humana -el Ajustador
divino.
2. EL HECHO DE LA RELIGIÓN
1105:5 101:2.1 La realidad
de la religión consiste totalmente en la experiencia religiosa de los seres
humanos racionales y promedios. Y éste es el único sentido en el cual la religión
se puede considerar científica o aun psicológica. La prueba de que la revelación
es revelación es este mismo hecho de la experiencia humana: el hecho de que
la revelación sintetiza las ciencias aparentemente divergentes de la naturaleza
y la teología de la religión en una filosofía uniforme y lógica del universo,
una explicación coordinada y continua tanto de la ciencia como de la religión,
creando así una armonía de mente y satisfacción de espíritu que responde en
la experiencia humana a aquellas interrogaciones de la mente mortal que desea
saber cómo cumple el Infinito su voluntad y sus planes en la materia, con
las mentes y sobre el espíritu.
1106:1 101:2.2
La razón es el método de la ciencia; la fe es el método de la religión; la
lógica es la técnica intentada de la filosofía. La revelación compensa la
ausencia del punto de vista morontial, proveyendo una técnica para llegar
a la unidad en la comprensión de la realidad y de las relaciones de la materia
y el espíritu por la mediación de la mente. La verdadera revelación no vuelve
jamás artificial a la ciencia, irrazonable a la religión ni ilógica a la filosofía.
1106:2 101:2.3
La razón, mediante el estudio de la ciencia, puede conducir, a través de la
naturaleza, de vuelta a una Primera Causa, pero se necesita la fe religiosa
para transformar la Primera Causa de la ciencia en un Dios de salvación; y
la revelación se necesita ulteriormente para validar tal fe, tal discernimiento
interior espiritual.
1106:3 101:2.4
Existen dos razones básicas para creer en un Dios que fomenta la supervivencia
humana:
1. La experiencia humana, la seguridad personal, la esperanza y confianza
que de algún modo son registradas e iniciadas por el Ajustador del Pensamiento
residente.
2. La revelación de la verdad, sea por ministerio personal directo del Espíritu
de la Verdad, por el autootorgamiento mundial de Hijos divinos, o a través
de las revelaciones de la palabra escrita.
1106:6 101:2.5
La ciencia acaba su búsqueda por la razón en la hipótesis de una Primera Causa.
La religión no se detiene en su trayectoria de fe hasta no estar segura de
un Dios de salvación. El estudio discriminatorio de la ciencia sugiere lógicamente
la realidad y existencia de un Absoluto. La religión cree sin reservas en
la existencia y realidad de un Dios que fomenta la supervivencia de la personalidad.
Lo que la metafísica completamente fracasa en hacer, lo que aun la filosofía
parcialmente fracasa en hacer, lo hace la revelación; es decir, que afirma
que esta Primera Causa de la ciencia y el Dios de salvación de la religión
son una y la misma Deidad.
1106:7 101:2.6
La razón es la prueba de la ciencia; la fe, la prueba de la religión; la lógica,
la prueba de la filosofía, pero la revelación se valida sólo por la experiencia
humana. La ciencia produce conocimiento; la religión produce felicidad; la
filosofía produce unidad; la revelación confirma la armonía experimental de
este alcance trino a la realidad universal.
1106:8 101:2.7
La contemplación de la naturaleza puede tan sólo revelar a un Dios de la naturaleza,
un Dios de movimiento. La naturaleza exhibe tan sólo la materia, el movimiento
y la animación -la vida. La materia más la energía, bajo ciertas condiciones,
se manifiesta en formas vivas, pero aunque la vida natural sea de esta manera
relativamente continua como fenómeno, es totalmente transitoria en cuanto
a las individualidades. La naturaleza no proporciona base para la creencia
lógica en la supervivencia de la personalidad humana. El hombre religioso
que encuentra a Dios en la naturaleza ya ha encontrado primero a este mismo
Dios personal en su propia alma.
1106:9 101:2.8
La fe revela a Dios en el alma. La revelación, el sustituto del discernimiento
interior morontial en un mundo evolucionario, permite al hombre ver en la
naturaleza al mismo Dios que la fe exhibe en su alma. Así pues la revelación
consigue formar un puente entre lo material y lo espiritual, aun entre la
criatura y el Creador, entre el hombre y Dios.
1107:1 101:2.9
La contemplación de la naturaleza señala lógicamente que existe una guía inteligente,
aun una supervisión viviente, pero no revela en ninguna forma satisfactoria
a un Dios personal. Por otra parte, la naturaleza no demuestra nada que impida
considerar al universo como obra del Dios de la religión. No se puede hallar
a Dios a través de la naturaleza por sí sola, pero una vez que el hombre le
haya encontrado de otra manera, el estudio de la naturaleza se vuelve completamente
acorde con una interpretación más elevada y más espiritual del universo.
1107:2 101:2.10
La revelación como fenómeno de época es periódica; como experiencia personal
humana es continua. La divinidad funciona en la personalidad mortal como el
don Ajustador del Padre, como el Espíritu de la Verdad del Hijo y como el
Espíritu Santo del Espíritu del Universo; mientras que estas tres dotaciones
supermortales se unifican en la evolución experiencial humana, como el ministerio
del Supremo.
1107:3 101:2.11
La verdadera religión es discernimiento interior de la realidad, el vástago
de fe de la conciencia moral, y no un simple consentimiento intelectual en
un cuerpo de doctrinas dogmáticas. La verdadera religión consiste en la experiencia
de "que el Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu, de que
somos hijos de Dios". La religión consiste, no en proposiciones teológicas
sino en discernimiento espiritual interior y sublimidad de la confianza del
alma.
1107:4 101:2.12
Tu naturaleza más profunda -el Ajustador divino- crea dentro de ti un hambre
y sed de rectitud, un certero deseo de perfección divina. La religión es el
acto de fe del reconocimiento de este impulso interior al alcance divino;
así se obtiene esa confianza y seguridad del alma de la cual te vuelves consciente
como camino hacia la salvación, la técnica de la supervivencia de la personalidad
y todos aquellos valores que has llegado a considerar verdaderos y buenos.
1107:5 101:2.13
La comprensión de la religión no ha sido nunca ni será jamás dependiente de
gran saber o de lógica ingeniosa. Es discernimiento interior espiritual, y
ésa es precisamente la razón por la cual algunos de los más grandes maestros
religiosos del mundo, aun los profetas, a veces han poseído tan poco de la
sabiduría del mundo. La fe religiosa está al alcance tanto de los cultos como
de los incultos.
1107:6 101:2.14
La religión debe ser por siempre su propio crítico y juez; no puede ser observada,
ni mucho menos comprendida, desde afuera. La única seguridad que tienes de
un Dios personal consiste en tu propio discernimiento en cuanto a tu creencia
en las cosas espirituales y experiencia con ellas. Para todos aquellos de
tus semejantes que hayan tenido una experiencia similar, no es necesario ningún
argumento sobre la personalidad o la realidad de Dios, mientras que para todos
los demás hombres que no están seguros de Dios de esta manera, no hay argumento
posible que pueda ser jamás realmente convincente.
1107:7 101:2.15
La psicología puede en efecto intentar estudiar los fenómenos de las reacciones
religiosas al medio ambiente social, pero no puede esperar jamás penetrar
los motivos y mecanismos reales e interiores de la religión. Tan sólo la teología,
la provincia de la fe y la técnica de la revelación, puede proporcionar un
recuento inteligente de la naturaleza y contenido de la experiencia religiosa.
3. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA RELIGIÓN
1107:8 101:3.1 La religión
es tan vital que persiste en ausencia de la erudición. Vive a pesar de su
contaminación con cosmologías erróneas y filosofías falsas; sobrevive aun
a la confusión de la metafísica. A través de todas las vicisitudes históricas
de la religión y en ellas siempre persiste aquello que es indispensable para
el progreso y la supervivencia humanos: la conciencia ética y moral.
1108:1 101:3.2
La fe-visión o intuición espiritual, es la dote de la mente cósmica en asociación
con el Ajustador del Pensamiento, que constituye el don del Padre para el
hombre. La razón espiritual, la inteligencia del alma, es la dote del Espíritu
Santo, el don del Espíritu Creativo al hombre. La filosofía espiritual, la
sabiduría de las realidades espirituales, es la dote del Espíritu de la Verdad,
el don combinado de los Hijos autootorgadores a los hijos de los hombres.
Y la coordinación e interasociación de estas dotes espirituales constituyen
al hombre en una personalidad espiritual con un destino potencial.
1108:2 101:3.3
Es lo que el Ajustador posee de esta misma personalidad espiritual en su forma
primitiva y embrionaria lo que sobrevive a la muerte natural de la carne.
Esta entidad compuesta de origen espiritual en asociación con la experiencia
humana está habilitada, mediante el camino vivo previsto por los Hijos divinos,
a sobrevivir (bajo la custodia del Ajustador) a la disolución del yo material
de la mente y la materia cuando dicha asociación transitoria de lo material
y lo espiritual se divorcia debido a la cesación del movimiento vital.
1108:3 101:3.4
A través de la fe religiosa, el alma del hombre se revela a sí misma y demuestra
la divinidad potencial de su naturaleza emergente por la forma característica
en que induce a la personalidad mortal a reaccionar ante ciertas situaciones
intelectuales y sociales difíciles y de prueba. La genuina fe espiritual (conciencia
moral auténtica) se revela en que:
1. Ocasiona el progreso de la ética y de la moral a pesar de las tendencias
animalísticas inherentes y adversas.
2. Produce una confianza sublime en la bondad de Dios aun frente a un amargo
desencanto y una derrota total.
3. Genera profundo valor y confianza a pesar de la adversidad natural y
la calamidad física.
4. Exhibe un aplomo inexplicable y una tranquilidad constante a pesar de
la presencia de enfermedades desconcertantes y aun de sufrimiento físico
agudo.
5. Mantiene un aplomo misterioso y un equilibrio de la personalidad frente
al maltrato y las injusticias más flagrantes.
6. Mantiene una confianza divina en la victoria final a pesar de las crueldades
de un hado aparentemente ciego y de la aparente indiferencia total al bienestar
humano de las fuerzas naturales.
7. Persiste en la creencia indestructible en Dios a pesar de todas las demostraciones
contrarias de la lógica y resiste con éxito todos los demás sofismas intelectuales.
8. Continúa exhibiendo una fe infalible en la supervivencia del alma a pesar
de las enseñanzas engañosas de la ciencia falsa y de los delirios persuasivos
de una filosofía defectuosa.
9. Vive y triunfa a pesar del peso demoledor de las civilizaciones complejas
y parciales de los tiempos modernos.
10. Contribuye a la supervivencia continuada del altruismo a pesar del egoísmo
humano, de los antagonismos sociales, las avideces industriales y los desajustes
políticos.
11. Se adhiere en forma inquebrantable a la creencia sublime en la unidad
universal y en la guía divina a pesar de la presencia desconcertante del
mal y del pecado.
12. Continúa adorando a Dios a pesar de todo y de cada cosa. Se atreve a
declarar "aunque me matare, seguiré sirviéndole".
1108:16 101:3.5
Sabemos pues mediante tres fenómenos, que el hombre tiene un espíritu o espíritus
divinos residentes en él: en primer término, por experiencia personal -la
fe religiosa; en segundo término, por la revelación -personal y racial; y
en tercer término, por la exhibición sorprendente de reacciones tan extraordinarias
y poco naturales a su medio ambiente material como las que se ilustran en
la enumeración arriba mencionada de doce actuaciones de aspecto espiritual
en la presencia de tesituras reales y difíciles de la existencia humana real.
Y aún hay más.
1109:1 101:3.6
Y es precisamente tal actuación vital y vigorosa de la fe en el dominio de
la religión la que da al hombre mortal derecho a afirmar la posesión personal
y la realidad espiritual de esa dote coronadora de la naturaleza humana: la
experiencia religiosa.
4. LAS LIMITACIONES DE LA REVELACIÓN
1109:2 101:4.1 Puesto
que vuestro mundo es en general ignorante de los orígenes, aun de los orígenes
físicos, de vez en cuando nos ha parecido sabio proveer instrucción en cosmología.
Y siempre esto ha producido problemas para el futuro. Las leyes de la revelación
nos frenan considerablemente, debido a la prohibición de impartir conocimiento
no ganado o prematuro. Toda cosmología presentada como parte de la religión
revelada está destinada a ser superada en un período muy corto. Por lo tanto,
los estudiantes futuros de tal revelación están tentados a descartar todo
elemento de verdad religiosa genuina que pueda contener, debido a que descubren
errores frente a las cosmologías asociadas que allí se presentan.
1109:3 101:4.2
La humanidad debe comprender que nosotros, quienes participamos en la revelación
de la verdad, estamos limitados muy rigurosamente por las instrucciones de
nuestros superiores. No tenemos libertad para anticipar los descubrimientos
científicos de mil años. Los reveladores deben actuar de acuerdo con las instrucciones
que forman parte del mandato de revelación. No vemos forma alguna de superar
dicha dificultad, ni ahora ni en un tiempo futuro. Bien sabemos que, mientras
los hechos históricos y las verdades religiosas de esta serie de presentaciones
reveladoras permanecerán en los registros de las eras venideras, dentro de
pocos años muchas de nuestras declaraciones sobre las ciencias físicas necesitarán
una revisión como consecuencia de desarrollos científicos adicionales y de
nuevos descubrimientos. Estos nuevos desarrollos los anticipamos desde ya,
pero se nos prohíbe incluir tales hechos aún no descubiertos por la humanidad
en nuestros registros revelatorios. Aclaremos que las revelaciones no son
necesariamente inspiradas. La cosmología de estas revelaciones no es inspirada.
Está limitada por el permiso que tenemos para la coordinación y selección
del conocimiento actual. Aunque el discernimiento divino o espiritual sea
un don, la sabiduría humana debe evolucionar.
1109:4 101:4.3
La verdad es siempre una revelación: autorrevelación cuando surge como resultado
del trabajo del Ajustador residente; revelación de época cuando se presenta
mediante la función de alguna otra agencia, grupo o personalidad celestial.
1109:5 101:4.4
En último análisis, la religión debe juzgarse por sus frutos, de acuerdo con
la manera y el grado en el que exhibe su propia excelencia inherente y divina.
1109:6 101:4.5
La verdad puede ser tan sólo relativamente inspirada, aunque la revelación
es invariablemente un fenómeno espiritual. Aunque las declaraciones referentes
a la cosmología no son jamás inspiradas, esas revelaciones son de inmenso
valor en cuanto por lo menos aclaran transitoriamente el conocimiento mediante:
1. La reducción de la confusión por la eliminación experta del error.
2. La coordinación de hechos y observaciones conocidos o a punto de ser
conocidos.
3. La restitución de fragmentos importantes de conocimiento perdido relativo
a transacciones de época en el pasado distante.
4. El abastecimiento de información que llene lagunas vitales en el conocimiento
por otra parte ya ganado.
5. La presentación de datos cósmicos en una forma tal que ilumine las enseñanzas
espirituales contenidas en la revelación acompañante.
5. LA RELIGIÓN AMPLIADA POR LA REVELACIÓN
1110:4 101:5.1 La revelación
es una técnica mediante la cual se le ahorran eras y eras de tiempo en el
trabajo necesario de selección y para separar los errores de la evolución
de las verdades de adquisición espiritual.
1110:5 101:5.2
La ciencia trata de los hechos; la religión se preocupa tan sólo de
los valores. Mediante la filosofía esclarecida la mente intenta unir
los significados tanto de hechos como de valores, llegando así a un concepto
completo de realidad. Recordad que la ciencia es el dominio del conocimiento,
la filosofía el reino de la sabiduría, y la religión la esfera de la experiencia
de la fe. Pero la religión, sin embargo, presenta dos fases de manifestación:
1110:6 101:5.31.
La religión evolucionaria. La experiencia de la adoración primitiva, la religión
que se deriva de la mente.
1110:7 101:5.42. La religión revelada. La actitud universal
que se deriva del espíritu; la seguridad de -y la creencia en- la conservación
de las realidades eternas, la supervivencia de la personalidad y el logro
final de la Deidad cósmica cuyo propósito ha hecho todo esto posible. Es parte
del plan universal que tarde o temprano la religión evolucionaria está destinada
a recibir la ampliación espiritual de la revelación.
1110:8 101:5.5
Tanto la ciencia como la religión comienzan suponiendo ciertas bases generalmente
aceptadas para hacer deducciones lógicas. Así también ha de comenzar la filosofía
su carrera basándose en la suposición de la realidad de tres cosas:
1. El cuerpo material.
2. La fase supermaterial del ser humano, el alma o aun el espíritu residente.
3. La mente humana, el mecanismo para la intercomunicación e interasociación
entre el espíritu y la materia, entre lo material y lo espiritual.
1110:12 101:5.6
Los científicos reúnen hechos, los filósofos coordinan ideas, mientras los
profetas exaltan ideales. El sentimiento y la emoción son concomitantes invariables
de la religión, pero no son la religión. La religión puede ser el sentimiento
de la experiencia; pero no podemos decir que sea la experiencia del sentimiento.
Ni la lógica (racionalización) ni la emoción (sentimiento) son esencialmente
parte de la experiencia religiosa, aunque ambas puedan estar asociadas en
forma variada con el ejercicio de la fe en el adelanto del discernimiento
espiritual de la realidad, todo de acuerdo con el estado y la tendencia temperamental
de la mente individual.
1110:13 101:5.7
La religión evolucionaria es la manifestación exterior de la dote del ayudante
de la mente del universo local, encargado de crear y fomentar la tendencia
a la adoración en el hombre evolutivo. Estas religiones primitivas se ocupan
directamente de la ética y la moral, el sentido del deber humano. Estas
religiones se basan en la seguridad de la conciencia y dan como resultado
la estabilización de civilizaciones relativamente éticas.
1111:1 101:5.8
Las religiones reveladas personalmente están patrocinadas por los espíritus
de dotación que representan a las tres personas de la Trinidad del Paraíso
y se ocupan especialmente de la expansión de la verdad. La religión
evolucionaria lleva al individuo la idea del deber personal; la religión revelada
acentúa cada vez más el amor, la regla de oro.
1111:2 101:5.9
La religión evolucionada se apoya enteramente en la fe. La revelación tiene
la seguridad adicional de su presentación ampliada de las verdades de la divinidad
y de la realidad y el testimonio aun más valioso de la experiencia real que
se acumula como consecuencia de la unión y práctica de trabajo de la fe evolucionaria
con la verdad revelatoria. Tal unión trabajadora de fe humana y verdad divina
constituye la posesión de un carácter que está bien encaminado hacia la adquisición
real de una personalidad morontial.
1111:3 101:5.10
La religión evolucionaria provee tan sólo la seguridad de la fe y la confirmación
de la conciencia; la religión revelatoria provee la seguridad de la fe más
la verdad de una experiencia viva en las realidades de la revelación. El tercer
paso en la religión, o la tercera fase de la experiencia de la religión, tiene
que ver con el estado morontial, la comprensión más firme de mota. En la progresión
morontial las verdades de la religión revelada se van ampliando cada vez más;
más y más conocerás la verdad de los valores supremos, de las bondades divinas,
de las interrelaciones universales, las realidades eternas y los destinos
últimos.
1111:4 101:5.11
Cada vez más a lo largo de la progresión morontial la seguridad de la verdad
va reemplazando la seguridad de la fe. Cuando finalmente seas llamado a las
filas del verdadero mundo espiritual, las seguridades del discernimiento espiritual
puro operarán en lugar de la fe y de la verdad o, más bien, juntamente con
estas técnicas previas de seguridad de la personalidad, y superpuestas a ellas.
6. LA EXPERIENCIA RELIGIOSA PROGRESIVA
1111:5 101:6.1 La fase
morontial de la religión revelada tiene que ver con la experiencia de supervivencia,
y su gran impulso consiste en el logro de la perfección del espíritu. También
existe un ímpetu más elevado a la adoración asociado con un llamado poderoso
a un mayor servicio ético. El discernimiento morontial facilita una conciencia,
cada vez más amplia, del Séptuple, el Supremo y aun el Último.
1111:6 101:6.2
A lo largo de toda experiencia religiosa, desde su más primitivo inicio en
el nivel material hasta el tiempo de la obtención del estado pleno de un espíritu,
el Ajustador es el secreto de la comprensión personal de la realidad de la
existencia del Supremo; y este mismo Ajustador también guarda los secretos
de tu fe en el alcance trascendental del Último. La personalidad experiencial
del hombre en evolución, unida con la esencia Ajustador del Dios existencial,
constituye la coronación potencial de la existencia suprema y es inherentemente
la base para la eventuación superfinita de la personalidad trascendental.
1111:7 101:6.3
La voluntad moral abraza decisiones basadas en el conocimiento razonado, aumentadas
por la sabiduría y sancionadas por la fe religiosa. Estas elecciones son acciones
de naturaleza moral y prueban la existencia de la personalidad moral, el precursor
de la personalidad morontial y finalmente del verdadero estado espiritual.
1111:8 101:6.4
El tipo evolucionario de conocimiento no es sino la acumulación de material
de memoria protoplasmática; ésta es la forma más primitiva de conciencia de
las criaturas. La sabiduría comprende las ideas formuladas a partir de la
memoria protoplasmática en el proceso de asociación y recombinación, y estos
fenómenos diferencian a la mente humana de la mera mente animal. Los animales
tienen conocimiento, pero sólo el hombre posee la capacidad para la sabiduría.
La verdad se hace accesible al individuo provisto con sabiduría por el don
a dicha mente de los espíritus del Padre y de los Hijos: el Ajustador del
Pensamiento y el Espíritu de la Verdad.
1112:1 101:6.5
Cristo Miguel, cuando se autootorgó en Urantia, vivió bajo el reino de la
religión evolucionaria hasta el tiempo de su bautismo. Desde ese momento hasta
el acontecimiento de su crucifixión llevó a cabo su obra mediante la guía
combinada de la religión evolucionaria y revelada. Desde la mañana de su resurrección
hasta su ascensión atravesó las múltiples fases de la vida morontial de transición
mortal desde el mundo de la materia hasta el del espíritu. Después de su ascensión,
Miguel poseyó la experiencia de la Supremacía, la realización del Supremo;
y puesto que era la persona única en Nebadon que poseía capacidad ilimitada
para experimentar la realidad del Supremo, obtuvo inmediatamente el estado
de la soberanía de supremacía en su universo local y para sí mismo.
1112:2 101:6.6
Para el hombre, la fusión eventual y la unidad resultante con el Ajustador
residente -la síntesis de la personalidad del hombre y la esencia de Dios-
lo transforma, potencialmente, en parte viva del Supremo y asegura para dicho
ser anteriormente mortal el derecho al nacimiento eterno de la búsqueda interminable
de la finalidad del servicio universal para el Supremo y con él.
1112:3 101:6.7
La revelación enseña al hombre mortal que, para comenzar tan magnífica y fascinante
aventura a través del espacio mediante la progresión del tiempo, debe comenzar
por organizar el conocimiento en ideas-decisiones; luego, exhortar a la sabiduría
que trabaje sin descanso en su noble tarea de transformar las ideas autoposeídas
en ideales cada vez más prácticos pero sin embargo excelsos, aun aquellos
conceptos que son tan razonables como ideas y tan lógicos como ideales que
el Ajustador se atreve a combinarlos y espiritualizarlos de modo de tornarlos
disponibles para que se asocien en la mente finita en forma tal como para
constituirlos en complementos humanos reales, así preparados para la acción
del Espíritu de la Verdad de los Hijos, las manifestaciones espacio-temporales
de la verdad del Paraíso -la verdad universal. La coordinación de ideas-decisiones,
ideales lógicos y verdad divina constituye la posesión de un carácter recto,
el prerrequisito para la admisión mortal a las realidades en constante expansión
y cada vez más espirituales de los mundos morontiales.
1112:4 101:6.8
Las enseñanzas de Jesús constituyeron la primera religión urantiana que comprendió
tan plenamente una coordinación armoniosa de conocimiento, sabiduría, fe,
verdad y amor, tan completa y simultáneamente como para proveer tranquilidad
temporal, certidumbre intelectual, esclarecimiento moral, estabilidad filosófica,
sensibilidad ética, conciencia de Dios y la seguridad positiva de la supervivencia
personal. La fe de Jesús trazó el camino a la finalidad de la salvación humana,
a lo último de la obtención mortal del universo, puesto que proveyó:
1. La salvación a partir de las cadenas materiales en la comprensión personal
de la filiación de Dios, que es espíritu.
2. La salvación a partir de la esclavitud intelectual: el hombre conocerá
la verdad y la verdad lo hará libre.
3. La salvación a partir de la ceguera espiritual, la comprensión humana
de la fraternidad de los seres mortales y el conocimiento morontial de la
hermandad de todas las criaturas universales; el descubrimiento por medio
del servicio de la realidad espiritual y la revelación -a través del ministerio-
de la bondad de los valores espirituales.
4. La salvación a partir de la condición incompleta del yo mediante la obtención
de los niveles espirituales del universo y a través de la comprensión final
de la armonía de Havona y de la perfección del Paraíso.
5. La salvación a partir del yo, la liberación de las limitaciones de la
autoconciencia a través de la obtención de los niveles cósmicos de la mente
Suprema y por coordinación con los logros de todos los demás seres autoconscientes.
6. La salvación a partir del tiempo, la obtención de una vida eterna de
progresión sin fin en el reconocimiento de Dios y al servicio de Dios.
7. La salvación a partir de lo finito, la unión perfeccionada con la Deidad
en el Supremo y a través de él, mediante la cual la criatura intenta el
descubrimiento trascendental del Último en los niveles posfinales de lo
absonito.
1113:5 101:6.9
Esta salvación séptuple es el equivalente del carácter completo y perfecto
de la realización de la experiencia última del Padre Universal. Y todo esto,
potencialmente, está contenido dentro de la realidad de la fe de la experiencia
humana de la religión. Y puede estar así contenido puesto que la fe de Jesús
estuvo alimentada por realidades aún más allá de lo último y las reveló; la
fe de Jesús se aproximó a un absoluto universal en cuanto como tal es posible
manifestarse en el cosmos espacio-temporal en evolución.
1113:6 101:6.10
Mediante la apropiación de la fe de Jesús, el hombre mortal puede empezar
a saborear en el tiempo las realidades de la eternidad. Jesús hizo el descubrimiento,
en la experiencia humana, del Padre Final, y sus hermanos en la carne de la
vida mortal pueden seguirle en esta misma experiencia del descubrimiento del
Padre. Aun pueden obtener, por lo que son, la misma satisfacción en esta experiencia
con el Padre como lo logró Jesús por lo que era. Nuevos potenciales se actualizaron
en el universo de Nebadon como consecuencia del autootorgamiento terminal
de Miguel, y uno de éstos fue la nueva iluminación del camino de la eternidad
que conduce al Padre de todos y que puede ser emprendido aun por los mortales
materiales, de carne y hueso, en su vida inicial en los planetas del espacio.
Jesús fue y es el nuevo camino viviente por el cual el hombre puede alcanzar
la herencia divina que el Padre ha decretado será suya si sólo la pide. En
Jesús se demuestra abundantemente tanto el comienzo como el fin de la experiencia
de fe de la humanidad, aun de la humanidad divina.
7. UNA FILosOFÍA PERSONAL DE LA RELIGIÓN
1113:7 101:7.1 Una idea
es tan sólo un plan teórico de acción, mientras que una decisión positiva
es un plan de acción ratificado. Un estereotipo es un plan de acción aceptado
sin ratificación. Los materiales a partir de los cuales se puede construir
una filosofía personal de la religión se derivan tanto de la experiencia interior
como de la experiencia ambiental del individuo. El estado social, las condiciones
económicas, las oportunidades de instrucción, las tendencias morales, las
influencias institucionales, los desarrollos políticos, las tendencias raciales
y las enseñanzas religiosas del propio tiempo y lugar, todos ellos se tornan
factores que afectan la formulación de una filosofía personal de la religión.
Aun el temperamento inherente y la tendencia intelectual determinan en forma
marcada la configuración de la filosofía religiosa. La vocación, el matrimonio
y los parientes también influyen sobre la evolución de las propias normas
personales de vida.
1113:8 101:7.2
La filosofía de la religión evoluciona del crecimiento básico de las ideas
más el vivir experimental en la forma en que ambos son modificados por la
tendencia a imitar a los asociados. La solidez de las conclusiones filosóficas
depende de un pensamiento agudo, honesto y discriminante relacionado con una
sensibilidad a los significados y precisión de evaluación. Los cobardes morales
jamás obtienen altos niveles de pensamiento filosófico; se requiere valor
para invadir los nuevos niveles de experiencia e intentar la exploración de
mundos desconocidos de vida intelectual.
1114:1 101:7.3
Tarde o temprano comienzan a surgir nuevos sistemas de valores; se alcanzan
nuevas formulaciones de principios y normas; se modifican hábitos e ideales;
se obtiene cierta idea de un Dios personal, y seguidamente, conceptos cada
vez más amplios, de las relaciones correspondientes.
1114:2 101:7.4
La gran diferencia entre una filosofía religiosa y una no religiosa del vivir
consiste en la naturaleza y nivel de los valores reconocidos y en el objeto
de las lealtades. Hay cuatro fases en la evolución de la filosofía religiosa:
Dicha experiencia puede volverse meramente conformante, resignada a someterse
a la tradición y a la autoridad. O puede satisfacerse con ligeros logros,
lo suficiente para estabilizar la vida diaria, y por lo tanto queda detenida
precozmente en este nivel adventicio. Estos mortales creen en mantener el
status quo. Un tercer grupo progresa al nivel de la intelectualidad lógica,
pero allí se estanca como consecuencia de la esclavitud cultural. Es verdaderamente
penoso contemplar intelectos grandiosos mantenidos tan firmemente dentro del
cruel abrazo de la esclavitud cultural. Es igualmente patético observar a
aquellos que intercambian su esclavitud cultural por las cadenas materialistas
de una ciencia, falsamente llamada así. El cuarto nivel de la filosofía obtiene
la liberación de todas las dificultades convencionales y tradicionales y se
atreve a pensar, a actuar y a vivir honesta, leal, valiente y sinceramente.
1114:3 101:7.5
La prueba máxima de toda filosofía religiosa consiste en si ésta distingue
entre las realidades del mundo material y de los mundos espirituales, reconociendo
al mismo tiempo su unificación en el alcance intelectual y en el servicio
social. Una filosofía religiosa sólida no confunde las cosas de Dios con las
cosas del César. Tampoco reconoce el culto estético de la pura admiración
como sustituto de la religión.
1114:4 101:7.6
La filosofía transforma esa religión primitiva que era en gran parte cuento
de hadas de la conciencia, en una experiencia viva en los valores ascendentes
de la realidad cósmica.
8. LA FE Y LA CREENCIA
1114:5 101:8.1 La creencia
llega al nivel de la fe cuando motiva la vida y da forma a la manera de vivir.
La aceptación de una enseñanza como verdadera no es fe; es meramente creencia;
tampoco lo es la certidumbre ni la convicción. Un estado mental llega a los
niveles de fe tan sólo cuando domina efectivamente la manera de vivir. La
fe es un atributo vivo de la experiencia religiosa personal genuina. Una persona
cree en la verdad, admira la belleza y reverencia la bondad, pero no las adora;
esta actitud de fe salvadora está centrada solamente en Dios, quien es todas
estas cosas personificadas e infinitamente más.
1114:6 101:8.2
La creencia es siempre limitadora y astringente; la fe es expansiva y liberadora.
La creencia fija, la fe libera. Pero la fe religiosa viva es más que la asociación
de creencias nobles; es más que un sistema exaltado de filosofía; es una experiencia
viva que comprende los significados espirituales, los ideales divinos y los
valores supremos; es conocedora de Dios y servidora del hombre. Las creencias
pueden volverse posesiones del grupo, pero la fe ha de ser personal. Se pueden
sugerir las creencias teológicas a un grupo, pero la fe puede únicamente surgir
en el corazón del religionista individual.
1114:7 101:8.3
La fe traiciona su confianza cuando presume negar realidades y conferir sobre
sus devotos un conocimiento asumido. La fe traiciona cuando fomenta la traición
de la integridad intelectual y menosprecia la lealtad a los valores supremos
y a los ideales divinos. La fe nunca escapa del deber de solucionar los problemas
del vivir mortal. La fe viva no fomenta el fanatismo, la persecución ni la
intolerancia.
1115:1 101:8.4
La fe no encadena la imaginación creadora, tampoco mantiene un prejuicio irrazonable
hacia los descubrimientos de la investigación científica. La fe vitaliza la
religión y obliga al religionista a vivir heroicamente de acuerdo con la regla
de oro. El fervor de la fe está de acuerdo con el conocimiento, y sus impulsos
son el preludio a la paz sublime.
9. LA RELIGIÓN Y LA MORALIDAD
1115:2 101:9.1 No se puede
considerar auténtica ninguna revelación profesada de religión si no reconoce
las demandas del deber de obligación ética que han sido creadas y fomentadas
por la religión evolucionaria precedente. La revelación infaliblemente amplía
el horizonte ético de la religión evolucionaria, expandiendo a la vez simultánea
e infaliblemente las obligaciones morales de todas las revelaciones previas.
1115:3 101:9.2
Cuando presumís juzgar críticamente la religión primitiva del hombre (o la
religión del hombre primitivo), debéis recordar que hay que juzgar a estos
salvajes y evaluar su experiencia religiosa de acuerdo con su esclarecimiento
y estado de conciencia. No cometáis el error de juzgar la religión de otro
con vuestras propias normas de conocimiento y verdad.
1115:4 101:9.3
La verdadera religión es esa convicción sublime y profunda dentro del alma
que amonesta obligatoriamente al hombre, que sería erróneo no creer en esas
realidades morontiales que constituyen sus conceptos éticos y morales más
elevados, su interpretación más elevada de los grandes valores de la vida
y las realidades más profundas del universo. Y dicha religión es simplemente
la experiencia de entregar lealtad intelectual a los dictados más altos de
la conciencia espiritual.
1115:5 101:9.4
La búsqueda de la belleza es parte de la religión sólo en tanto sea ética
y hasta el punto que enriquezca el concepto de la moral. El arte es religioso
tan sólo cuando está infundido de propósito que sea derivado de motivaciones
espirituales elevadas.
1115:6 101:9.5
La conciencia espiritual esclarecida del hombre civilizado no se preocupa
tanto por una creencia intelectual específica o por un modo particular de
vida como por descubrir la verdad del vivir, la técnica buena y justa de reaccionar
a las situaciones constantemente recurrentes de la existencia mortal. La conciencia
moral es tan sólo un nombre aplicado al reconocimiento y conocimiento humano
de aquellos valores éticos y morontiales emergentes que el deber demanda que
el hombre obedezca en el control y guía diarios de la conducta.
1115:7 101:9.6
Aun reconociendo que la religión es imperfecta, existen por lo menos dos manifestaciones
prácticas de su naturaleza y función:
1115:8 101:9.71. El impulso espiritual y la presión filosófica
de la religión tienden a hacer que el hombre proyecte su estimación de los
valores morales directamente hacia afuera, hacia los asuntos de sus semejantes
-la reacción ética de la religión.
1115:9 101:9.82. La religión crea para la mente humana una
conciencia espiritualizada de la realidad divina basada en conceptos antecedentes
de valores morales y derivada por la fe de estos conceptos y coordinada con
conceptos sobrepuestos de valores espirituales. La religión de esta manera
se torna un censor de los asuntos mortales, una forma de fideicomiso moral
glorificado y confianza en la realidad, las realidades enaltecidas del tiempo
y las realidades más duraderas de la eternidad.
1116:1 101:9.9
La fe se vuelve la conexión entre la conciencia moral y el concepto espiritual
de la realidad duradera. La religión se vuelve la avenida de escape del hombre
de las limitaciones materiales del mundo temporal y natural a las realidades
excelsas del mundo eterno y espiritual mediante la técnica de la salvación,
la transformación morontial progresiva.
10. LA RELIGIÓN COMO LIBERTADORA DEL
HOMBRE
1116:2 101:10.1 El hombre
inteligente sabe que es hijo de la naturaleza, una parte del universo material;
del mismo modo, discierne que no hay supervivencia de la personalidad individual
en los movimientos y tensiones del nivel matemático del universo de energía.
Tampoco puede el hombre jamás discernir la realidad espiritual mediante el
examen de las causas y efectos físicos.
1116:3 101:10.2
Un ser humano también sabe que es una parte de un cosmos ideacional, pero
aunque este concepto pueda durar más allá de una vida mortal, no hay nada
inherente en el concepto que indique la supervivencia personal de la personalidad
que lo concibe. Tampoco va el agotamiento de las posibilidades de la lógica
y de la razón a revelar jamás al ser lógico o al ser razonador la verdad eterna
de la supervivencia de la personalidad.
1116:4 101:10.3
El nivel material de la ley proporciona la continuidad de causalidad, la respuesta
interminable del efecto a la acción antecedente; el nivel mental sugiere la
perpetuación de la continuidad ideacional, el flujo incesante del potencial
conceptual de los conceptos preexistentes. Pero ninguno de estos niveles del
universo revela al mortal curioso una avenida de escape de la parcialidad
del estado y del intolerable suspenso de ser una realidad transitoria en el
universo, una personalidad temporal condenada a extinguirse cuando se agotan
sus limitadas energías vitales.
1116:5 101:10.4
Es sólo mediante el camino morontial, que conduce al discernimiento espiritual,
mediante el que el hombre puede romper las cadenas inherentes a su estado
mortal en el universo. La energía y la mente conducen de vuelta al Paraíso
y a la Deidad, pero ni el don de la energía ni el don de la mente del hombre
proceden directamente de dicha Deidad del Paraíso. Sólo en el sentido espiritual
es el hombre hijo de Dios. Esto es verdad porque es sólo en el sentido espiritual
que el hombre está presentemente dotado y residido por el Padre del Paraíso.
La humanidad no podrá jamás descubrir la divinidad, excepto a través del camino
de la experiencia religiosa y por el ejercicio de la fe verdadera. La aceptación
por la fe de la verdad de Dios permite al hombre escapar de los límites circunscritos
de las limitaciones materiales y le otorga una esperanza racional de alcanzar
salvoconducto del mundo material mortal, al mundo espiritual, donde la vida
es eterna.
1116:6 101:10.5
El propósito de la religión no es satisfacer la curiosidad sobre Dios, sino
más bien permitir la constancia intelectual y la seguridad filosófica, para
estabilizar y enriquecer la vida humana combinando lo mortal con lo divino,
lo parcial con lo perfecto, el hombre y Dios. Es a través de la experiencia
religiosa a través de la que los conceptos de idealidad del hombre son dotados
de realidad.
1116:7 101:10.6
No podrá haber nunca prueba científica o lógica de la divinidad. La razón
por sí sola no podrá jamás validar los valores y las bondades de la experiencia
religiosa. Pero siempre será verdad: el que decida hacer la voluntad de Dios
comprenderá la validez de los valores espirituales. Éste es el acercamiento
más aproximado que pueda hacerse en un nivel mortal al ofrecimiento de pruebas
de la realidad de la experiencia religiosa. Esta fe permite el único escape
del abrazo mecánico del mundo material y de la distorsión errónea del estado
no completo del mundo intelectual; es la única solución descubierta a la dificultad
insuperable en el pensamiento mortal en cuanto a la supervivencia continuada
de la personalidad individual. Es el único pasaporte para completar la realidad
y para la eternidad de la vida en una creación universal de amor, ley, unidad
y logro progresivo de la Deidad.
1117:1 101:10.7
La religión eficazmente cura el sentido del hombre de aislamiento idealístico
o de soledad espiritual; otorga al creyente la posición de hijo de Dios, ciudadano
de un universo nuevo y significativo. La religión asegura al hombre que, al
seguir el destello de la rectitud que discierne en su alma, se identifica
de esa manera con el plan del Infinito y el propósito del Eterno. Tal alma
liberada inmediatamente comienza a sentirse cómoda en este nuevo universo,
su universo.
1117:2 101:10.8
Cuando experimentes tal transformación de la fe, ya no serás una parte esclavizada
del cosmos matemático, sino más bien un hijo liberado volitivo del Padre Universal.
Tal hijo liberado ya no luchará solo contra el destino inexorable de la terminación
de la existencia temporal; ya no luchará contra toda la naturaleza, con las
posibilidades irremediablemente en contra suya; ya no le azotará el temor
paralizante de que, tal vez, haya puesto su confianza en un fantasma sin esperanzas
o colocado su fe en un error de la fantasía.
1117:3 101:10.9
En cambio, ahora los hijos de Dios se unen en el fervor de la batalla para
el triunfo de la realidad sobre las sombras parciales de la existencia. Finalmente,
todas las criaturas se vuelven conscientes del hecho de que Dios y todas las
huestes divinas de un universo casi ilimitado están de su lado en la lucha
excelsa por obtener la eternidad de la vida y la divinidad de estado. Estos
hijos liberados por la fe participan en forma certera en las luchas temporales
del lado de las fuerzas supremas y de las personalidades divinas de la eternidad;
aun las estrellas en su curso están ahora luchando por ellos; finalmente,
contemplan el universo desde adentro, desde el punto de vista de Dios y todo
se transforma de las inseguridades del aislamiento material a la certeza de
la progresión espiritual eterna. Aun el tiempo mismo se torna una mera sombra
de la eternidad, arrojada por las realidades del Paraíso sobre la panoplia
móvil del espacio.
1117:4 101:10.10
[Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]