ÍNDICE 
  
    El libro de Urantia 
  
  
    Edición 1999 
  
   
  
    DOCUMENTO 101 
     LA VERDADERA NATURALEZA DE LA RELIGIÓN  
  
   
    
       
 
    
   1104:1  101:0.1 
    LA RELIGIÓN, como experiencia humana, progresa de la esclavitud del temor 
    primitivo del salvaje evolutivo hasta la libertad de fe sublime y admirable 
    de aquellos mortales civilizados que son magníficamente conscientes de la 
    filiación con el Dios eterno. 
    1104:2  101:0.2 
    La religión es el antepasado de la ética y moral avanzadas de la evolución 
    social progresiva. Pero la religión como tal no es meramente un movimiento 
    moral, aunque las manifestaciones exteriores y sociales de la religión estén 
    poderosamente influidas por el impulso ético y moral de la sociedad humana. 
    La religión es siempre la inspiración de la naturaleza del hombre en evolución, 
    pero no es el secreto de esa evolución. 
    1104:3  101:0.3 
    La religión -la fe y convicción de la personalidad- puede siempre triunfar 
    sobre la lógica superficialmente contradictoria de la desesperación, nacida 
    en la mente material no creyente. Existe realmente una verdadera y genuina 
    voz interior, esa "luz verdadera que alumbra a todo hombre que entra 
    en el mundo". Y esta guía espíritu es distinta del impulso ético de la 
    conciencia humana. La sensación de seguridad religiosa es más que un sentimiento 
    emotivo. La seguridad de la religión trasciende la razón de la mente, aun 
    la lógica de la filosofía. La religión es fe, confianza y seguridad. 
  1. LA VERDADERA RELIGIÓN 
  
 1104:4  101:1.1 La verdadera 
    religión no es un sistema de creencia filosófica que se pueda razonar y sustanciar 
    mediante pruebas naturales, tampoco es una experiencia fantástica y mística 
    de sentimientos indescriptibles de éxtasis que tan sólo puedan disfrutar los 
    devotos románticos del misticismo. La religión no es el producto de la razón, 
    pero vista desde adentro, es totalmente razonable. La religión no se deriva 
    de la lógica de la filosofía humana, pero como experiencia mortal es totalmente 
    lógica. La religión es la experiencia de la divinidad en la conciencia del 
    ser moral de origen evolucionario; representa la verdadera experiencia con 
    las realidades eternas en el tiempo, la realización de las satisfacciones 
    espirituales aún en la carne. 
   1104:5  101:1.2 
    El Ajustador del Pensamiento no tiene mecanismos especiales para obtener la 
    autoexpresión; no hay ninguna facultad religiosa mística para la recepción 
    o la expresión de las emociones religiosas. Estas experiencias se vuelven 
    disponibles mediante el mecanismo natural de la mente mortal. Y en esto yace 
    la explicación de las dificultades del Ajustador para ponerse en comunicación 
    directa con la mente material de su morada permanente. 
    1104:6  101:1.3 
    El espíritu divino hace contacto con el hombre mortal, no mediante sentimientos 
    o emociones, sino en el dominio del pensamiento  más elevado y más 
    espirituali zado. Son vuestros pensamientos los que os conducen hacia Dios. 
    Se puede percibir la naturaleza divina tan sólo con los ojos de la mente. 
    Pero la mente que verdaderamente discierne a Dios, escucha al Ajustador residente, 
    es la mente limpia. "Sin santidad ningún hombre podrá ver a Dios". 
    Toda comunión interna y espiritual de este tipo se denomina discernimiento 
    espiritual. Estas experiencias religiosas son el resultado de la impresión 
    producida sobre la mente del hombre por la actuación combinada del Ajustador 
    y del Espíritu de la Verdad a medida que éstos funcionan sobre y por intermedio 
    de las ideas, ideales, visiones y luchas espirituales de los hijos evolutivos 
    de Dios. 
    1105:1  101:1.4 
    La religión vive y prospera, entonces no por la vista y el sentimiento, sino 
    más bien por la fe y el discernimiento interior. Consiste, no en el descubrimiento 
    de nuevos hechos o en el hallazgo de una experiencia única, sino más bien 
    en el descubrimiento de significados  nuevos y espirituales de los 
    hechos ya bien conocidos por la humanidad. La experiencia religiosa más elevada 
    no depende de actos previos de creencia, tradición y autoridad; tampoco es 
    la religión el vástago de sentimientos sublimes y emociones puramente místicas. 
    Más bien es una experiencia profundamente honda y real de comunión espiritual 
    con las influencias espirituales residentes en la mente humana, y en cuanto 
    dicha experiencia se pueda definir en términos de psicología, es simplemente 
    la experiencia de experimentar la realidad de creer en Dios como la realidad 
    de tal experiencia puramente personal. 
   1105:2  101:1.5 
    Aunque la religión no sea el producto de las especulaciones racionalistas 
    de una cosmología material, es, sin embargo, la creación de un discernimiento 
    interior totalmente racional que se origina en la experiencia mental del hombre. 
    La religión no nace de las meditaciones místicas ni de las contemplaciones 
    aisladas, aunque sea por siempre más o menos misteriosa y siempre indefinible 
    e inexplicable en términos de razón intelectual pura y de lógica filosófica. 
    Los gérmenes de la verdadera religión se originan en el dominio de la conciencia 
    moral del hombre, y son revelados en el crecimiento del discernimiento interior 
    espiritual del hombre, esa facultad de la personalidad humana que crece como 
    consecuencia de la presencia del Ajustador del Pensamiento revelador de Dios 
    en la mente mortal hambrienta de Dios. 
    1105:3  101:1.6 
    La fe une el discernimiento moral con las discriminaciones conscientes de 
    los valores y el sentido de deber evolucionario preexistente, completa el 
    linaje de la verdadera religión. La experiencia de la religión eventualmente 
    da como resultado la conciencia certera de Dios y la seguridad indudable de 
    la sobrevivencia de la personalidad creyente. 
    1105:4  101:1.7 
    Así pues se puede ver que los deseos religiosos y los impulsos espirituales 
    no son de naturaleza tal como para conducir a los hombres meramente a querer 
     creer en Dios, sino más bien que son de una naturaleza y poder tal que 
    los hombres quedan profundamente marcados por la convicción de que deben 
     creer en Dios. El sentido de deber evolucionario y las obligaciones consiguientes 
    a la iluminación de la revelación producen una impresión tan profunda sobre 
    la naturaleza moral del hombre que éste finalmente llega a esa situación de 
    la mente y actitud del alma en la que concluye que no  tiene derecho a 
    no creer en Dios.  La sabiduría más elevada y superfilosófica de un individuo 
    así esclarecido y disciplinado instruye en último término que dudar de Dios 
    o desconfiar de su bondad equivaldría a traicionar la cosa más  real  
    y más profunda  dentro de la mente y del alma humana -el Ajustador 
    divino. 
  2. EL HECHO DE LA RELIGIÓN 
  
 1105:5  101:2.1 La realidad 
    de la religión consiste totalmente en la experiencia religiosa de los seres 
    humanos racionales y promedios. Y éste es el único sentido en el cual la religión 
    se puede considerar científica o aun psicológica. La prueba de que la revelación 
    es revelación es este mismo hecho de la experiencia humana: el hecho de que 
    la revelación sintetiza las ciencias aparentemente divergentes de la naturaleza 
    y la teología de la religión en una filosofía uniforme y lógica del universo, 
    una explicación coordinada y continua tanto de la ciencia como de la religión, 
    creando así una armonía de mente y satisfacción de espíritu que responde en 
    la experiencia humana a aquellas interrogaciones de la mente mortal que desea 
    saber cómo cumple el Infinito su voluntad y sus planes en la materia, con 
    las mentes y sobre el espíritu. 
    1106:1  101:2.2 
    La razón es el método de la ciencia; la fe es el método de la religión; la 
    lógica es la técnica intentada de la filosofía. La revelación compensa la 
    ausencia del punto de vista morontial, proveyendo una técnica para llegar 
    a la unidad en la comprensión de la realidad y de las relaciones de la materia 
    y el espíritu por la mediación de la mente. La verdadera revelación no vuelve 
    jamás artificial a la ciencia, irrazonable a la religión ni ilógica a la filosofía. 
    
    1106:2  101:2.3 
    La razón, mediante el estudio de la ciencia, puede conducir, a través de la 
    naturaleza, de vuelta a una Primera Causa, pero se necesita la fe religiosa 
    para transformar la Primera Causa de la ciencia en un Dios de salvación; y 
    la revelación se necesita ulteriormente para validar tal fe, tal discernimiento 
    interior espiritual. 
   1106:3  101:2.4 
    Existen dos razones básicas para creer en un Dios que fomenta la supervivencia 
    humana: 
  
     1. La experiencia humana, la seguridad personal, la esperanza y confianza 
      que de algún modo son registradas e iniciadas por el Ajustador del Pensamiento 
      residente.
      2. La revelación de la verdad, sea por ministerio personal directo del Espíritu 
      de la Verdad, por el autootorgamiento mundial de Hijos divinos, o a través 
      de las revelaciones de la palabra escrita. 
  
   1106:6  101:2.5 
    La ciencia acaba su búsqueda por la razón en la hipótesis de una Primera Causa. 
    La religión no se detiene en su trayectoria de fe hasta no estar segura de 
    un Dios de salvación. El estudio discriminatorio de la ciencia sugiere lógicamente 
    la realidad y existencia de un Absoluto. La religión cree sin reservas en 
    la existencia y realidad de un Dios que fomenta la supervivencia de la personalidad. 
    Lo que la metafísica completamente fracasa en hacer, lo que aun la filosofía 
    parcialmente fracasa en hacer, lo hace la revelación; es decir, que afirma 
    que esta Primera Causa de la ciencia y el Dios de salvación de la religión 
    son una y la misma Deidad. 
    1106:7  101:2.6 
    La razón es la prueba de la ciencia; la fe, la prueba de la religión; la lógica, 
    la prueba de la filosofía, pero la revelación se valida sólo por la experiencia 
    humana. La ciencia produce conocimiento; la religión produce felicidad; la 
    filosofía produce unidad; la revelación confirma la armonía experimental de 
    este alcance trino a la realidad universal. 
   1106:8  101:2.7 
    La contemplación de la naturaleza puede tan sólo revelar a un Dios de la naturaleza, 
    un Dios de movimiento. La naturaleza exhibe tan sólo la materia, el movimiento 
    y la animación -la vida. La materia más la energía, bajo ciertas condiciones, 
    se manifiesta en formas vivas, pero aunque la vida natural sea de esta manera 
    relativamente continua como fenómeno, es totalmente transitoria en cuanto 
    a las individualidades. La naturaleza no proporciona base para la creencia 
    lógica en la supervivencia de la personalidad humana. El hombre religioso 
    que encuentra a Dios en la naturaleza ya ha encontrado primero a este mismo 
    Dios personal en su propia alma. 
    1106:9  101:2.8 
    La fe revela a Dios en el alma. La revelación, el sustituto del discernimiento 
    interior morontial en un mundo evolucionario, permite al hombre ver en la 
    naturaleza al mismo Dios que la fe exhibe en su alma. Así pues la revelación 
    consigue formar un puente entre lo material y lo espiritual, aun entre la 
    criatura y el Creador, entre el hombre y Dios. 
    1107:1  101:2.9 
    La contemplación de la naturaleza señala lógicamente que existe una guía inteligente, 
    aun una supervisión viviente, pero no revela en ninguna forma satisfactoria 
    a un Dios personal. Por otra parte, la naturaleza no demuestra nada que impida 
    considerar al universo como obra del Dios de la religión. No se puede hallar 
    a Dios a través de la naturaleza por sí sola, pero una vez que el hombre le 
    haya encontrado de otra manera, el estudio de la naturaleza se vuelve completamente 
    acorde con una interpretación más elevada y más espiritual del universo. 
   1107:2  101:2.10 
    La revelación como fenómeno de época es periódica; como experiencia personal 
    humana es continua. La divinidad funciona en la personalidad mortal como el 
    don Ajustador del Padre, como el Espíritu de la Verdad del Hijo y como el 
    Espíritu Santo del Espíritu del Universo; mientras que estas tres dotaciones 
    supermortales se unifican en la evolución experiencial humana, como el ministerio 
    del Supremo. 
    1107:3  101:2.11 
    La verdadera religión es discernimiento interior de la realidad, el vástago 
    de fe de la conciencia moral, y no un simple consentimiento intelectual en 
    un cuerpo de doctrinas dogmáticas. La verdadera religión consiste en la experiencia 
    de "que el Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu, de que 
    somos hijos de Dios". La religión consiste, no en proposiciones teológicas 
    sino en discernimiento espiritual interior y sublimidad de la confianza del 
    alma. 
    1107:4  101:2.12 
    Tu naturaleza más profunda -el Ajustador divino- crea dentro de ti un hambre 
    y sed de rectitud, un certero deseo de perfección divina. La religión es el 
    acto de fe del reconocimiento de este impulso interior al alcance divino; 
    así se obtiene esa confianza y seguridad del alma de la cual te vuelves consciente 
    como camino hacia la salvación, la técnica de la supervivencia de la personalidad 
    y todos aquellos valores que has llegado a considerar verdaderos y buenos. 
   1107:5  101:2.13 
    La comprensión de la religión no ha sido nunca ni será jamás dependiente de 
    gran saber o de lógica ingeniosa. Es discernimiento interior espiritual, y 
    ésa es precisamente la razón por la cual algunos de los más grandes maestros 
    religiosos del mundo, aun los profetas, a veces han poseído tan poco de la 
    sabiduría del mundo. La fe religiosa está al alcance tanto de los cultos como 
    de los incultos. 
    1107:6  101:2.14 
    La religión debe ser por siempre su propio crítico y juez; no puede ser observada, 
    ni mucho menos comprendida, desde afuera. La única seguridad que tienes de 
    un Dios personal consiste en tu propio discernimiento en cuanto a tu creencia 
    en las cosas espirituales y experiencia con ellas. Para todos aquellos de 
    tus semejantes que hayan tenido una experiencia similar, no es necesario ningún 
    argumento sobre la personalidad o la realidad de Dios, mientras que para todos 
    los demás hombres que no están seguros de Dios de esta manera, no hay argumento 
    posible que pueda ser jamás realmente convincente. 
    1107:7  101:2.15 
    La psicología puede en efecto intentar estudiar los fenómenos de las reacciones 
    religiosas al medio ambiente social, pero no puede esperar jamás penetrar 
    los motivos y mecanismos reales e interiores de la religión. Tan sólo la teología, 
    la provincia de la fe y la técnica de la revelación, puede proporcionar un 
    recuento inteligente de la naturaleza y contenido de la experiencia religiosa. 
  3. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA RELIGIÓN 
  
 1107:8  101:3.1 La religión 
    es tan vital que persiste en ausencia de la erudición. Vive a pesar de su 
    contaminación con cosmologías erróneas y filosofías falsas; sobrevive aun 
    a la confusión de la metafísica. A través de todas las vicisitudes históricas 
    de la religión y en ellas siempre persiste aquello que es indispensable para 
    el progreso y la supervivencia humanos: la conciencia ética y moral. 
    1108:1  101:3.2 
    La fe-visión o intuición espiritual, es la dote de la mente cósmica en asociación 
    con el Ajustador del Pensamiento, que constituye el don del Padre para el 
    hombre. La razón espiritual, la inteligencia del alma, es la dote del Espíritu 
    Santo, el don del Espíritu Creativo al hombre. La filosofía espiritual, la 
    sabiduría de las realidades espirituales, es la dote del Espíritu de la Verdad, 
    el don combinado de los Hijos autootorgadores a los hijos de los hombres. 
    Y la coordinación e interasociación de estas dotes espirituales constituyen 
    al hombre en una personalidad espiritual con un destino potencial. 
    1108:2  101:3.3 
    Es lo que el Ajustador posee de esta misma personalidad espiritual en su forma 
    primitiva y embrionaria lo que sobrevive a la muerte natural de la carne. 
    Esta entidad compuesta de origen espiritual en asociación con la experiencia 
    humana está habilitada, mediante el camino vivo previsto por los Hijos divinos, 
    a sobrevivir (bajo la custodia del Ajustador) a la disolución del yo material 
    de la mente y la materia cuando dicha asociación transitoria de lo material 
    y lo espiritual se divorcia debido a la cesación del movimiento vital. 
    1108:3  101:3.4 
    A través de la fe religiosa, el alma del hombre se revela a sí misma y demuestra 
    la divinidad potencial de su naturaleza emergente por la forma característica 
    en que induce a la personalidad mortal a reaccionar ante ciertas situaciones 
    intelectuales y sociales difíciles y de prueba. La genuina fe espiritual (conciencia 
    moral auténtica) se revela en que: 
   
     1. Ocasiona el progreso de la ética y de la moral a pesar de las tendencias 
      animalísticas inherentes y adversas.
      2. Produce una confianza sublime en la bondad de Dios aun frente a un amargo 
      desencanto y una derrota total.
      3. Genera profundo valor y confianza a pesar de la adversidad natural y 
      la calamidad física.
      4. Exhibe un aplomo inexplicable y una tranquilidad constante a pesar de 
      la presencia de enfermedades desconcertantes y aun de sufrimiento físico 
      agudo.
      5. Mantiene un aplomo misterioso y un equilibrio de la personalidad frente 
      al maltrato y las injusticias más flagrantes.
      6. Mantiene una confianza divina en la victoria final a pesar de las crueldades 
      de un hado aparentemente ciego y de la aparente indiferencia total al bienestar 
      humano de las fuerzas naturales.
      7. Persiste en la creencia indestructible en Dios a pesar de todas las demostraciones 
      contrarias de la lógica y resiste con éxito todos los demás sofismas intelectuales.
      8. Continúa exhibiendo una fe infalible en la supervivencia del alma a pesar 
      de las enseñanzas engañosas de la ciencia falsa y de los delirios persuasivos 
      de una filosofía defectuosa.
      9. Vive y triunfa a pesar del peso demoledor de las civilizaciones complejas 
      y parciales de los tiempos modernos.
      10. Contribuye a la supervivencia continuada del altruismo a pesar del egoísmo 
      humano, de los antagonismos sociales, las avideces industriales y los desajustes 
      políticos.
      11. Se adhiere en forma inquebrantable a la creencia sublime en la unidad 
      universal y en la guía divina a pesar de la presencia desconcertante del 
      mal y del pecado.
      12. Continúa adorando a Dios a pesar de todo y de cada cosa. Se atreve a 
      declarar "aunque me matare, seguiré sirviéndole". 
  
   1108:16  101:3.5 
    Sabemos pues mediante tres fenómenos, que el hombre tiene un espíritu o espíritus 
    divinos residentes en él: en primer término, por experiencia personal -la 
    fe religiosa; en segundo término, por la revelación -personal y racial; y 
    en tercer término, por la exhibición sorprendente de reacciones tan extraordinarias 
    y poco naturales a su medio ambiente material como las que se ilustran en 
    la enumeración arriba mencionada de doce actuaciones de aspecto espiritual 
    en la presencia de tesituras reales y difíciles de la existencia humana real. 
    Y aún hay más. 
    1109:1  101:3.6 
    Y es precisamente tal actuación vital y vigorosa de la fe en el dominio de 
    la religión la que da al hombre mortal derecho a afirmar la posesión personal 
    y la realidad espiritual de esa dote coronadora de la naturaleza humana: la 
    experiencia religiosa. 
  4. LAS LIMITACIONES DE LA REVELACIÓN 
  
 1109:2  101:4.1 Puesto 
    que vuestro mundo es en general ignorante de los orígenes, aun de los orígenes 
    físicos, de vez en cuando nos ha parecido sabio proveer instrucción en cosmología. 
    Y siempre esto ha producido problemas para el futuro. Las leyes de la revelación 
    nos frenan considerablemente, debido a la prohibición de impartir conocimiento 
    no ganado o prematuro. Toda cosmología presentada como parte de la religión 
    revelada está destinada a ser superada en un período muy corto. Por lo tanto, 
    los estudiantes futuros de tal revelación están tentados a descartar todo 
    elemento de verdad religiosa genuina que pueda contener, debido a que descubren 
    errores frente a las cosmologías asociadas que allí se presentan. 
    1109:3  101:4.2 
    La humanidad debe comprender que nosotros, quienes participamos en la revelación 
    de la verdad, estamos limitados muy rigurosamente por las instrucciones de 
    nuestros superiores. No tenemos libertad para anticipar los descubrimientos 
    científicos de mil años. Los reveladores deben actuar de acuerdo con las instrucciones 
    que forman parte del mandato de revelación. No vemos forma alguna de superar 
    dicha dificultad, ni ahora ni en un tiempo futuro. Bien sabemos que, mientras 
    los hechos históricos y las verdades religiosas de esta serie de presentaciones 
    reveladoras permanecerán en los registros de las eras venideras, dentro de 
    pocos años muchas de nuestras declaraciones sobre las ciencias físicas necesitarán 
    una revisión como consecuencia de desarrollos científicos adicionales y de 
    nuevos descubrimientos. Estos nuevos desarrollos los anticipamos desde ya, 
    pero se nos prohíbe incluir tales hechos aún no descubiertos por la humanidad 
    en nuestros registros revelatorios. Aclaremos que las revelaciones no son 
    necesariamente inspiradas. La cosmología de estas revelaciones no es inspirada. 
    Está limitada por el permiso que tenemos para la coordinación y selección 
    del conocimiento actual. Aunque el discernimiento divino o espiritual sea 
    un don,  la sabiduría humana debe evolucionar. 
   1109:4  101:4.3 
    La verdad es siempre una revelación: autorrevelación cuando surge como resultado 
    del trabajo del Ajustador residente; revelación de época cuando se presenta 
    mediante la función de alguna otra agencia, grupo o personalidad celestial. 
    
    1109:5  101:4.4 
    En último análisis, la religión debe juzgarse por sus frutos, de acuerdo con 
    la manera y el grado en el que exhibe su propia excelencia inherente y divina. 
   1109:6  101:4.5 
    La verdad puede ser tan sólo relativamente inspirada, aunque la revelación 
    es invariablemente un fenómeno espiritual. Aunque las declaraciones referentes 
    a la cosmología no son jamás inspiradas, esas revelaciones son de inmenso 
    valor en cuanto por lo menos aclaran transitoriamente el conocimiento mediante: 
   
     1. La reducción de la confusión por la eliminación experta del error.
      2. La coordinación de hechos y observaciones conocidos o a punto de ser 
      conocidos.
      3. La restitución de fragmentos importantes de conocimiento perdido relativo 
      a transacciones de época en el pasado distante.
      4. El abastecimiento de información que llene lagunas vitales en el conocimiento 
      por otra parte ya ganado. 
      5. La presentación de datos cósmicos en una forma tal que ilumine las enseñanzas 
      espirituales contenidas en la revelación acompañante. 
  
  5. LA RELIGIÓN AMPLIADA POR LA REVELACIÓN 
  
 1110:4  101:5.1 La revelación 
    es una técnica mediante la cual se le ahorran eras y eras de tiempo en el 
    trabajo necesario de selección y para separar los errores de la evolución 
    de las verdades de adquisición espiritual. 
    1110:5  101:5.2 
    La ciencia trata de los hechos; la religión se preocupa tan sólo de 
    los  valores. Mediante la filosofía esclarecida la mente intenta unir 
    los significados tanto de hechos como de valores, llegando así a un concepto 
    completo de realidad.  Recordad que la ciencia es el dominio del conocimiento, 
    la filosofía el reino de la sabiduría, y la religión la esfera de la experiencia 
    de la fe. Pero la religión, sin embargo, presenta dos fases de manifestación: 
   1110:6  101:5.31. 
    La religión evolucionaria. La experiencia de la adoración primitiva, la religión 
    que se deriva de la mente. 
    1110:7  101:5.42. La religión revelada. La actitud universal 
    que se deriva del espíritu; la seguridad de -y la creencia en- la conservación 
    de las realidades eternas, la supervivencia de la personalidad y el logro 
    final de la Deidad cósmica cuyo propósito ha hecho todo esto posible. Es parte 
    del plan universal que tarde o temprano la religión evolucionaria está destinada 
    a recibir la ampliación espiritual de la revelación. 
   1110:8  101:5.5 
    Tanto la ciencia como la religión comienzan suponiendo ciertas bases generalmente 
    aceptadas para hacer deducciones lógicas. Así también ha de comenzar la filosofía 
    su carrera basándose en la suposición de la realidad de tres cosas: 
   
     1. El cuerpo material.
      2. La fase supermaterial del ser humano, el alma o aun el espíritu residente.
      3. La mente humana, el mecanismo para la intercomunicación e interasociación 
      entre el espíritu y la materia, entre lo material y lo espiritual. 
  
   1110:12  101:5.6 
    Los científicos reúnen hechos, los filósofos coordinan ideas, mientras los 
    profetas exaltan ideales. El sentimiento y la emoción son concomitantes invariables 
    de la religión, pero no son la religión. La religión puede ser el sentimiento 
    de la experiencia; pero no podemos decir que sea la experiencia del sentimiento. 
    Ni la lógica (racionalización) ni la emoción (sentimiento) son esencialmente 
    parte de la experiencia religiosa, aunque ambas puedan estar asociadas en 
    forma variada con el ejercicio de la fe en el adelanto del discernimiento 
    espiritual de la realidad, todo de acuerdo con el estado y la tendencia temperamental 
    de la mente individual. 
    1110:13  101:5.7 
    La religión evolucionaria es la manifestación exterior de la dote del ayudante 
    de la mente del universo local, encargado de crear y fomentar la tendencia 
    a la adoración en el hombre evolutivo. Estas religiones primitivas se ocupan 
    directamente de la ética y la moral, el sentido del deber humano. Estas 
    religiones se basan en la seguridad de la conciencia y dan como resultado 
    la estabilización de civilizaciones relativamente éticas. 
    1111:1  101:5.8 
    Las religiones reveladas personalmente están patrocinadas por los espíritus 
    de dotación que representan a las tres personas de la Trinidad del Paraíso 
    y se ocupan especialmente de la expansión de la verdad.  La religión 
    evolucionaria lleva al individuo la idea del deber personal; la religión revelada 
    acentúa cada vez más el amor, la regla de oro. 
    1111:2  101:5.9 
    La religión evolucionada se apoya enteramente en la fe. La revelación tiene 
    la seguridad adicional de su presentación ampliada de las verdades de la divinidad 
    y de la realidad y el testimonio aun más valioso de la experiencia real que 
    se acumula como consecuencia de la unión y práctica de trabajo de la fe evolucionaria 
    con la verdad revelatoria. Tal unión trabajadora de fe humana y verdad divina 
    constituye la posesión de un carácter que está bien encaminado hacia la adquisición 
    real de una personalidad morontial. 
   1111:3  101:5.10 
    La religión evolucionaria provee tan sólo la seguridad de la fe y la confirmación 
    de la conciencia; la religión revelatoria provee la seguridad de la fe más 
    la verdad de una experiencia viva en las realidades de la revelación. El tercer 
    paso en la religión, o la tercera fase de la experiencia de la religión, tiene 
    que ver con el estado morontial, la comprensión más firme de mota. En la progresión 
    morontial las verdades de la religión revelada se van ampliando cada vez más; 
    más y más conocerás la verdad de los valores supremos, de las bondades divinas, 
    de las interrelaciones universales, las realidades eternas y los destinos 
    últimos. 
    1111:4  101:5.11 
    Cada vez más a lo largo de la progresión morontial la seguridad de la verdad 
    va reemplazando la seguridad de la fe. Cuando finalmente seas llamado a las 
    filas del verdadero mundo espiritual, las seguridades del discernimiento espiritual 
    puro operarán en lugar de la fe y de la verdad o, más bien, juntamente con 
    estas técnicas previas de seguridad de la personalidad, y superpuestas a ellas. 
  6. LA EXPERIENCIA RELIGIOSA PROGRESIVA 
  
 1111:5  101:6.1 La fase 
    morontial de la religión revelada tiene que ver con la experiencia de supervivencia, 
    y su gran impulso consiste en el logro de la perfección del espíritu. También 
    existe un ímpetu más elevado a la adoración asociado con un llamado poderoso 
    a un mayor servicio ético. El discernimiento morontial facilita una conciencia, 
    cada vez más amplia, del Séptuple, el Supremo y aun el Último. 
    1111:6  101:6.2 
    A lo largo de toda experiencia religiosa, desde su más primitivo inicio en 
    el nivel material hasta el tiempo de la obtención del estado pleno de un espíritu, 
    el Ajustador es el secreto de la comprensión personal de la realidad de la 
    existencia del Supremo; y este mismo Ajustador también guarda los secretos 
    de tu fe en el alcance trascendental del Último. La personalidad experiencial 
    del hombre en evolución, unida con la esencia Ajustador del Dios existencial, 
    constituye la coronación potencial de la existencia suprema y es inherentemente 
    la base para la eventuación superfinita de la personalidad trascendental. 
   1111:7  101:6.3 
    La voluntad moral abraza decisiones basadas en el conocimiento razonado, aumentadas 
    por la sabiduría y sancionadas por la fe religiosa. Estas elecciones son acciones 
    de naturaleza moral y prueban la existencia de la personalidad moral, el precursor 
    de la personalidad morontial y finalmente del verdadero estado espiritual. 
    
    1111:8  101:6.4 
    El tipo evolucionario de conocimiento no es sino la acumulación de material 
    de memoria protoplasmática; ésta es la forma más primitiva de conciencia de 
    las criaturas. La sabiduría comprende las ideas formuladas a partir de la 
    memoria protoplasmática en el proceso de asociación y recombinación, y estos 
    fenómenos diferencian a la mente humana de la mera mente animal. Los animales 
    tienen conocimiento, pero sólo el hombre posee la capacidad para la sabiduría. 
    La verdad se hace accesible al individuo provisto con sabiduría por el don 
    a dicha mente de los espíritus del Padre y de los Hijos: el Ajustador del 
    Pensamiento y el Espíritu de la Verdad. 
   1112:1  101:6.5 
    Cristo Miguel, cuando se autootorgó en Urantia, vivió bajo el reino de la 
    religión evolucionaria hasta el tiempo de su bautismo. Desde ese momento hasta 
    el acontecimiento de su crucifixión llevó a cabo su obra mediante la guía 
    combinada de la religión evolucionaria y revelada. Desde la mañana de su resurrección 
    hasta su ascensión atravesó las múltiples fases de la vida morontial de transición 
    mortal desde el mundo de la materia hasta el del espíritu. Después de su ascensión, 
    Miguel poseyó la experiencia de la Supremacía, la realización del Supremo; 
    y puesto que era la persona única en Nebadon que poseía capacidad ilimitada 
    para experimentar la realidad del Supremo, obtuvo inmediatamente el estado 
    de la soberanía de supremacía en su universo local y para sí mismo. 
    1112:2  101:6.6 
    Para el hombre, la fusión eventual y la unidad resultante con el Ajustador 
    residente -la síntesis de la personalidad del hombre y la esencia de Dios- 
    lo transforma, potencialmente, en parte viva del Supremo y asegura para dicho 
    ser anteriormente mortal el derecho al nacimiento eterno de la búsqueda interminable 
    de la finalidad del servicio universal para el Supremo y con él. 
   1112:3  101:6.7 
    La revelación enseña al hombre mortal que, para comenzar tan magnífica y fascinante 
    aventura a través del espacio mediante la progresión del tiempo, debe comenzar 
    por organizar el conocimiento en ideas-decisiones; luego, exhortar a la sabiduría 
    que trabaje sin descanso en su noble tarea de transformar las ideas autoposeídas 
    en ideales cada vez más prácticos pero sin embargo excelsos, aun aquellos 
    conceptos que son tan razonables como ideas y tan lógicos como ideales que 
    el Ajustador se atreve a combinarlos y espiritualizarlos de modo de tornarlos 
    disponibles para que se asocien en la mente finita en forma tal como para 
    constituirlos en complementos humanos reales, así preparados para la acción 
    del Espíritu de la Verdad de los Hijos, las manifestaciones espacio-temporales 
    de la verdad del Paraíso -la verdad universal. La coordinación de ideas-decisiones, 
    ideales lógicos y verdad divina constituye la posesión de un carácter recto, 
    el prerrequisito para la admisión mortal a las realidades en constante expansión 
    y cada vez más espirituales de los mundos morontiales. 
    1112:4  101:6.8 
    Las enseñanzas de Jesús constituyeron la primera religión urantiana que comprendió 
    tan plenamente una coordinación armoniosa de conocimiento, sabiduría, fe, 
    verdad y amor, tan completa y simultáneamente como para proveer tranquilidad 
    temporal, certidumbre intelectual, esclarecimiento moral, estabilidad filosófica, 
    sensibilidad ética, conciencia de Dios y la seguridad positiva de la supervivencia 
    personal. La fe de Jesús trazó el camino a la finalidad de la salvación humana, 
    a lo último de la obtención mortal del universo, puesto que proveyó: 
   
     1. La salvación a partir de las cadenas materiales en la comprensión personal 
      de la filiación de Dios, que es espíritu.
      2. La salvación a partir de la esclavitud intelectual: el hombre conocerá 
      la verdad y la verdad lo hará libre.
      3. La salvación a partir de la ceguera espiritual, la comprensión humana 
      de la fraternidad de los seres mortales y el conocimiento morontial de la 
      hermandad de todas las criaturas universales; el descubrimiento por medio 
      del servicio de la realidad espiritual y la revelación -a través del ministerio- 
      de la bondad de los valores espirituales.
      4. La salvación a partir de la condición incompleta del yo mediante la obtención 
      de los niveles espirituales del universo y a través de la comprensión final 
      de la armonía de Havona y de la perfección del Paraíso.
      5. La salvación a partir del yo, la liberación de las limitaciones de la 
      autoconciencia a través de la obtención de los niveles cósmicos de la mente 
      Suprema y por coordinación con los logros de todos los demás seres autoconscientes.
      6. La salvación a partir del tiempo, la obtención de una vida eterna de 
      progresión sin fin en el reconocimiento de Dios y al servicio de Dios.
      7. La salvación a partir de lo finito, la unión perfeccionada con la Deidad 
      en el Supremo y a través de él, mediante la cual la criatura intenta el 
      descubrimiento trascendental del Último en los niveles posfinales de lo 
      absonito. 
  
   1113:5  101:6.9 
    Esta salvación séptuple es el equivalente del carácter completo y perfecto 
    de la realización de la experiencia última del Padre Universal. Y todo esto, 
    potencialmente, está contenido dentro de la realidad de la fe de la experiencia 
    humana de la religión. Y puede estar así contenido puesto que la fe de Jesús 
    estuvo alimentada por realidades aún más allá de lo último y las reveló; la 
    fe de Jesús se aproximó a un absoluto universal en cuanto como tal es posible 
    manifestarse en el cosmos espacio-temporal en evolución. 
    1113:6  101:6.10 
    Mediante la apropiación de la fe de Jesús, el hombre mortal puede empezar 
    a saborear en el tiempo las realidades de la eternidad. Jesús hizo el descubrimiento, 
    en la experiencia humana, del Padre Final, y sus hermanos en la carne de la 
    vida mortal pueden seguirle en esta misma experiencia del descubrimiento del 
    Padre. Aun pueden obtener, por lo que son, la misma satisfacción en esta experiencia 
    con el Padre como lo logró Jesús por lo que era. Nuevos potenciales se actualizaron 
    en el universo de Nebadon como consecuencia del autootorgamiento terminal 
    de Miguel, y uno de éstos fue la nueva iluminación del camino de la eternidad 
    que conduce al Padre de todos y que puede ser emprendido aun por los mortales 
    materiales, de carne y hueso, en su vida inicial en los planetas del espacio. 
    Jesús fue y es el nuevo camino viviente por el cual el hombre puede alcanzar 
    la herencia divina que el Padre ha decretado será suya si sólo la pide. En 
    Jesús se demuestra abundantemente tanto el comienzo como el fin de la experiencia 
    de fe de la humanidad, aun de la humanidad divina. 
  7. UNA FILosOFÍA PERSONAL DE LA RELIGIÓN 
  
 1113:7  101:7.1 Una idea 
    es tan sólo un plan teórico de acción, mientras que una decisión positiva 
    es un plan de acción ratificado. Un estereotipo es un plan de acción aceptado 
    sin ratificación. Los materiales a partir de los cuales se puede construir 
    una filosofía personal de la religión se derivan tanto de la experiencia interior 
    como de la experiencia ambiental del individuo. El estado social, las condiciones 
    económicas, las oportunidades de instrucción, las tendencias morales, las 
    influencias institucionales, los desarrollos políticos, las tendencias raciales 
    y las enseñanzas religiosas del propio tiempo y lugar, todos ellos se tornan 
    factores que afectan la formulación de una filosofía personal de la religión. 
    Aun el temperamento inherente y la tendencia intelectual determinan en forma 
    marcada la configuración de la filosofía religiosa. La vocación, el matrimonio 
    y los parientes también influyen sobre la evolución de las propias normas 
    personales de vida. 
    1113:8  101:7.2 
    La filosofía de la religión evoluciona del crecimiento básico de las ideas 
    más el vivir experimental en la forma en que ambos son modificados por la 
    tendencia a imitar a los asociados. La solidez de las conclusiones filosóficas 
    depende de un pensamiento agudo, honesto y discriminante relacionado con una 
    sensibilidad a los significados y precisión de evaluación. Los cobardes morales 
    jamás obtienen altos niveles de pensamiento filosófico; se requiere valor 
    para invadir los nuevos niveles de experiencia e intentar la exploración de 
    mundos desconocidos de vida intelectual. 
    1114:1  101:7.3 
    Tarde o temprano comienzan a surgir nuevos sistemas de valores; se alcanzan 
    nuevas formulaciones de principios y normas; se modifican hábitos e ideales; 
    se obtiene cierta idea de un Dios personal, y seguidamente, conceptos cada 
    vez más amplios, de las relaciones correspondientes. 
   1114:2  101:7.4 
    La gran diferencia entre una filosofía religiosa y una no religiosa del vivir 
    consiste en la naturaleza y nivel de los valores reconocidos y en el objeto 
    de las lealtades. Hay cuatro fases en la evolución de la filosofía religiosa: 
    Dicha experiencia puede volverse meramente conformante, resignada a someterse 
    a la tradición y a la autoridad. O puede satisfacerse con ligeros logros, 
    lo suficiente para estabilizar la vida diaria, y por lo tanto queda detenida 
    precozmente en este nivel adventicio. Estos mortales creen en mantener el 
    status quo. Un tercer grupo progresa al nivel de la intelectualidad lógica, 
    pero allí se estanca como consecuencia de la esclavitud cultural. Es verdaderamente 
    penoso contemplar intelectos grandiosos mantenidos tan firmemente dentro del 
    cruel abrazo de la esclavitud cultural. Es igualmente patético observar a 
    aquellos que intercambian su esclavitud cultural por las cadenas materialistas 
    de una ciencia, falsamente llamada así. El cuarto nivel de la filosofía obtiene 
    la liberación de todas las dificultades convencionales y tradicionales y se 
    atreve a pensar, a actuar y a vivir honesta, leal, valiente y sinceramente. 
    
    1114:3  101:7.5 
    La prueba máxima de toda filosofía religiosa consiste en si ésta distingue 
    entre las realidades del mundo material y de los mundos espirituales, reconociendo 
    al mismo tiempo su unificación en el alcance intelectual y en el servicio 
    social. Una filosofía religiosa sólida no confunde las cosas de Dios con las 
    cosas del César. Tampoco reconoce el culto estético de la pura admiración 
    como sustituto de la religión. 
    1114:4  101:7.6 
    La filosofía transforma esa religión primitiva que era en gran parte cuento 
    de hadas de la conciencia, en una experiencia viva en los valores ascendentes 
    de la realidad cósmica. 
  8. LA FE Y LA CREENCIA 
  
 1114:5  101:8.1 La creencia 
    llega al nivel de la fe cuando motiva la vida y da forma a la manera de vivir. 
    La aceptación de una enseñanza como verdadera no es fe; es meramente creencia; 
    tampoco lo es la certidumbre ni la convicción. Un estado mental llega a los 
    niveles de fe tan sólo cuando domina efectivamente la manera de vivir. La 
    fe es un atributo vivo de la experiencia religiosa personal genuina. Una persona 
    cree en la verdad, admira la belleza y reverencia la bondad, pero no las adora; 
    esta actitud de fe salvadora está centrada solamente en Dios, quien es todas 
    estas cosas personificadas e infinitamente más. 
    1114:6  101:8.2 
    La creencia es siempre limitadora y astringente; la fe es expansiva y liberadora. 
    La creencia fija, la fe libera. Pero la fe religiosa viva es más que la asociación 
    de creencias nobles; es más que un sistema exaltado de filosofía; es una experiencia 
    viva que comprende los significados espirituales, los ideales divinos y los 
    valores supremos; es conocedora de Dios y servidora del hombre. Las creencias 
    pueden volverse posesiones del grupo, pero la fe ha de ser personal. Se pueden 
    sugerir las creencias teológicas a un grupo, pero la fe puede únicamente surgir 
    en el corazón del religionista individual. 
    1114:7  101:8.3 
    La fe traiciona su confianza cuando presume negar realidades y conferir sobre 
    sus devotos un conocimiento asumido. La fe traiciona cuando fomenta la traición 
    de la integridad intelectual y menosprecia la lealtad a los valores supremos 
    y a los ideales divinos. La fe nunca escapa del deber de solucionar los problemas 
    del vivir mortal. La fe viva no fomenta el fanatismo, la persecución ni la 
    intolerancia. 
    1115:1  101:8.4 
    La fe no encadena la imaginación creadora, tampoco mantiene un prejuicio irrazonable 
    hacia los descubrimientos de la investigación científica. La fe vitaliza la 
    religión y obliga al religionista a vivir heroicamente de acuerdo con la regla 
    de oro. El fervor de la fe está de acuerdo con el conocimiento, y sus impulsos 
    son el preludio a la paz sublime. 
  9. LA RELIGIÓN Y LA MORALIDAD 
  
 1115:2  101:9.1 No se puede 
    considerar auténtica ninguna revelación profesada de religión si no reconoce 
    las demandas del deber de obligación ética que han sido creadas y fomentadas 
    por la religión evolucionaria precedente. La revelación infaliblemente amplía 
    el horizonte ético de la religión evolucionaria, expandiendo a la vez simultánea 
    e infaliblemente las obligaciones morales de todas las revelaciones previas. 
    
    1115:3  101:9.2 
    Cuando presumís juzgar críticamente la religión primitiva del hombre (o la 
    religión del hombre primitivo), debéis recordar que hay que juzgar a estos 
    salvajes y evaluar su experiencia religiosa de acuerdo con su esclarecimiento 
    y estado de conciencia. No cometáis el error de juzgar la religión de otro 
    con vuestras propias normas de conocimiento y verdad. 
    1115:4  101:9.3 
    La verdadera religión es esa convicción sublime y profunda dentro del alma 
    que amonesta obligatoriamente al hombre, que sería erróneo no creer en esas 
    realidades morontiales que constituyen sus conceptos éticos y morales más 
    elevados, su interpretación más elevada de los grandes valores de la vida 
    y las realidades más profundas del universo. Y dicha religión es simplemente 
    la experiencia de entregar lealtad intelectual a los dictados más altos de 
    la conciencia espiritual. 
    1115:5  101:9.4 
    La búsqueda de la belleza es parte de la religión sólo en tanto sea ética 
    y hasta el punto que enriquezca el concepto de la moral. El arte es religioso 
    tan sólo cuando está infundido de propósito que sea derivado de motivaciones 
    espirituales elevadas. 
    1115:6  101:9.5 
    La conciencia espiritual esclarecida del hombre civilizado no se preocupa 
    tanto por una creencia intelectual específica o por un modo particular de 
    vida como por descubrir la verdad del vivir, la técnica buena y justa de reaccionar 
    a las situaciones constantemente recurrentes de la existencia mortal. La conciencia 
    moral es tan sólo un nombre aplicado al reconocimiento y conocimiento humano 
    de aquellos valores éticos y morontiales emergentes que el deber demanda que 
    el hombre obedezca en el control y guía diarios de la conducta. 
   1115:7  101:9.6 
    Aun reconociendo que la religión es imperfecta, existen por lo menos dos manifestaciones 
    prácticas de su naturaleza y función: 
   1115:8  101:9.71. El impulso espiritual y la presión filosófica 
    de la religión tienden a hacer que el hombre proyecte su estimación de los 
    valores morales directamente hacia afuera, hacia los asuntos de sus semejantes 
    -la reacción ética de la religión. 
    1115:9  101:9.82. La religión crea para la mente humana una 
    conciencia espiritualizada de la realidad divina basada en conceptos antecedentes 
    de valores morales y derivada por la fe de estos conceptos y coordinada con 
    conceptos sobrepuestos de valores espirituales. La religión de esta manera 
    se torna un censor de los asuntos mortales, una forma de fideicomiso moral 
    glorificado y confianza en la realidad, las realidades enaltecidas del tiempo 
    y las realidades más duraderas de la eternidad. 
   1116:1  101:9.9 
    La fe se vuelve la conexión entre la conciencia moral y el concepto espiritual 
    de la realidad duradera. La religión se vuelve la avenida de escape del hombre 
    de las limitaciones materiales del mundo temporal y natural a las realidades 
    excelsas del mundo eterno y espiritual mediante la técnica de la salvación, 
    la transformación morontial progresiva. 
  10. LA RELIGIÓN COMO LIBERTADORA DEL 
    HOMBRE 
  
 1116:2  101:10.1 El hombre 
    inteligente sabe que es hijo de la naturaleza, una parte del universo material; 
    del mismo modo, discierne que no hay supervivencia de la personalidad individual 
    en los movimientos y tensiones del nivel matemático del universo de energía. 
    Tampoco puede el hombre jamás discernir la realidad espiritual mediante el 
    examen de las causas y efectos físicos. 
    1116:3  101:10.2 
    Un ser humano también sabe que es una parte de un cosmos ideacional, pero 
    aunque este concepto pueda durar más allá de una vida mortal, no hay nada 
    inherente en el concepto que indique la supervivencia personal de la personalidad 
    que lo concibe. Tampoco va el agotamiento de las posibilidades de la lógica 
    y de la razón a revelar jamás al ser lógico o al ser razonador la verdad eterna 
    de la supervivencia de la personalidad. 
    1116:4  101:10.3 
    El nivel material de la ley proporciona la continuidad de causalidad, la respuesta 
    interminable del efecto a la acción antecedente; el nivel mental sugiere la 
    perpetuación de la continuidad ideacional, el flujo incesante del potencial 
    conceptual de los conceptos preexistentes. Pero ninguno de estos niveles del 
    universo revela al mortal curioso una avenida de escape de la parcialidad 
    del estado y del intolerable suspenso de ser una realidad transitoria en el 
    universo, una personalidad temporal condenada a extinguirse cuando se agotan 
    sus limitadas energías vitales. 
    1116:5  101:10.4 
    Es sólo mediante el camino morontial, que conduce al discernimiento espiritual, 
    mediante el que el hombre puede romper las cadenas inherentes a su estado 
    mortal en el universo. La energía y la mente conducen de vuelta al Paraíso 
    y a la Deidad, pero ni el don de la energía ni el don de la mente del hombre 
    proceden directamente de dicha Deidad del Paraíso. Sólo en el sentido espiritual 
    es el hombre hijo de Dios. Esto es verdad porque es sólo en el sentido espiritual 
    que el hombre está presentemente dotado y residido por el Padre del Paraíso. 
    La humanidad no podrá jamás descubrir la divinidad, excepto a través del camino 
    de la experiencia religiosa y por el ejercicio de la fe verdadera. La aceptación 
    por la fe de la verdad de Dios permite al hombre escapar de los límites circunscritos 
    de las limitaciones materiales y le otorga una esperanza racional de alcanzar 
    salvoconducto del mundo material mortal, al mundo espiritual, donde la vida 
    es eterna. 
   1116:6  101:10.5 
    El propósito de la religión no es satisfacer la curiosidad sobre Dios, sino 
    más bien permitir la constancia intelectual y la seguridad filosófica, para 
    estabilizar y enriquecer la vida humana combinando lo mortal con lo divino, 
    lo parcial con lo perfecto, el hombre y Dios. Es a través de la experiencia 
    religiosa a través de la que los conceptos de idealidad del hombre son dotados 
    de realidad. 
   1116:7  101:10.6 
    No podrá haber nunca prueba científica o lógica de la divinidad. La razón 
    por sí sola no podrá jamás validar los valores y las bondades de la experiencia 
    religiosa. Pero siempre será verdad: el que decida hacer la voluntad de Dios 
    comprenderá la validez de los valores espirituales. Éste es el acercamiento 
    más aproximado que pueda hacerse en un nivel mortal al ofrecimiento de pruebas 
    de la realidad de la experiencia religiosa. Esta fe permite el único escape 
    del abrazo mecánico del mundo material y de la distorsión errónea del estado 
    no completo del mundo intelectual; es la única solución descubierta a la dificultad 
    insuperable en el pensamiento mortal en cuanto a la supervivencia continuada 
    de la personalidad individual. Es el único pasaporte para completar la realidad 
    y para la eternidad de la vida en una creación universal de amor, ley, unidad 
    y logro progresivo de la Deidad. 
    1117:1  101:10.7 
    La religión eficazmente cura el sentido del hombre de aislamiento idealístico 
    o de soledad espiritual; otorga al creyente la posición de hijo de Dios, ciudadano 
    de un universo nuevo y significativo. La religión asegura al hombre que, al 
    seguir el destello de la rectitud que discierne en su alma, se identifica 
    de esa manera con el plan del Infinito y el propósito del Eterno. Tal alma 
    liberada inmediatamente comienza a sentirse cómoda en este nuevo universo, 
    su universo. 
    1117:2  101:10.8 
    Cuando experimentes tal transformación de la fe, ya no serás una parte esclavizada 
    del cosmos matemático, sino más bien un hijo liberado volitivo del Padre Universal. 
    Tal hijo liberado ya no luchará solo contra el destino inexorable de la terminación 
    de la existencia temporal; ya no luchará contra toda la naturaleza, con las 
    posibilidades irremediablemente en contra suya; ya no le azotará el temor 
    paralizante de que, tal vez, haya puesto su confianza en un fantasma sin esperanzas 
    o colocado su fe en un error de la fantasía. 
    1117:3  101:10.9 
    En cambio, ahora los hijos de Dios se unen en el fervor de la batalla para 
    el triunfo de la realidad sobre las sombras parciales de la existencia. Finalmente, 
    todas las criaturas se vuelven conscientes del hecho de que Dios y todas las 
    huestes divinas de un universo casi ilimitado están de su lado en la lucha 
    excelsa por obtener la eternidad de la vida y la divinidad de estado. Estos 
    hijos liberados por la fe participan en forma certera en las luchas temporales 
    del lado de las fuerzas supremas y de las personalidades divinas de la eternidad; 
    aun las estrellas en su curso están ahora luchando por ellos; finalmente, 
    contemplan el universo desde adentro, desde el punto de vista de Dios y todo 
    se transforma de las inseguridades del aislamiento material a la certeza de 
    la progresión espiritual eterna. Aun el tiempo mismo se torna una mera sombra 
    de la eternidad, arrojada por las realidades del Paraíso sobre la panoplia 
    móvil del espacio. 
   1117:4  101:10.10 
    [Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]