|  | ÍNDICE 
  
    El libro de Urantia
  
  
    Edición 1999
  
   
  DOCUMENTO 103  LA REALIDAD DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA  
   
        1129:1  103:0.1 
    TODAS las reacciones verdaderamente religiosas del hombre son patrocinadas 
    por el primitivo ministerio del ayudante de adoración y verificadas por el 
    ayudante de la sabiduría. La primera dotación de supermente del hombre es 
    la de la vinculación de la personalidad en el circuito del Espíritu Santo 
    del Espíritu Creativo del Universo; y mucho antes de los autootorgamientos 
    de los Hijos divinos o de la dotación universal de los Ajustadores, esta influencia 
    funciona para ampliar el punto de vista del hombre sobre la ética, la religión 
    y la espiritualidad. Después de los autootorgamientos de los Hijos del Paraíso, 
    el Espíritu de la Verdad liberado, hace poderosas contribuciones a la expansión 
    de la capacidad humana para percibir las verdades religiosas. A medida que 
    la evolución avanza en un mundo habitado, los Ajustadores del Pensamiento 
    participan cada vez más en el desarrollo de los tipos más altos de discernimiento 
    religioso humano. El Ajustador del Pensamiento es la ventana cósmica a través 
    de la cual la criatura finita puede vislumbrar por la fe las certezas y divinidades 
    de la Deidad ilimitada, el Padre Universal. 1129:2  103:0.2 
    Las tendencias religiosas de las razas humanas son innatas; se manifiestan 
    universalmente y tienen un origen aparentemente natural; las religiones primitivas 
    siempre son evolucionarias en su génesis. A medida que la experiencia religiosa 
    natural continúa progresando, revelaciones periódicas de la verdad puntualizan 
    el curso por otra parte lento de la evolución planetaria.
  1129:3  103:0.3 
    En Urantia, hoy en día, existen cuatro tipos de religión: 
  
     1. Religión natural o evolucionaria.2. Religión supernatural o revelatoria.
 3. Religión práctica o corriente, una mezcla en grados variables de la religión 
      natural y la supernatural.
 4. Religiones filosóficas, doctrinas teológicas hechas por el hombre o razonadas 
      filosóficamente y religiones creadas por la razón.
 1. LA FILosOFÍA DE LA RELIGIÓN 
    1129:8  103:1.1 La unidad 
    de la experiencia religiosa de un grupo social o racial deriva de la naturaleza 
    idéntica del fragmento de Dios que reside en el individuo. Es esta parte divina 
    en el hombre la que origina su interés altruista en el bienestar de los demás. 
    Pero puesto que la personalidad es única -no hay dos mortales idénticos- inevitablemente 
    ocurre que no hay dos seres humanos que puedan interpretar en forma similar 
    las tendencias e impulsos del espíritu de la divinidad que vive en su mente. 
    Un grupo de mortales puede experimentar la unidad espiritual, pero no podrán 
    jamás llegar a una uniformidad filosófica. Y esta diversidad de interpretación 
    del pensamiento religioso y de la experiencia se ilustra por el hecho de que 
    los teólogos y filósofos del siglo veinte han formulado más de quinientas 
    definiciones distintas de la religión. En realidad, cada ser humano define 
    la religión en términos de su propia interpretación experiencial de los impulsos 
    divinos que emanan del espíritu de Dios que en él reside, y por lo tanto esta 
    interpretación debe ser única y totalmente distinta de la filosofía religiosa 
    de todos los demás seres humanos. 1130:1  103:1.2 
    Cuando un mortal se encuentra en acuerdo total con la filosofía religiosa 
    de un mortal semejante, ese fenómeno indica que estos dos seres han tenido 
    una experiencia religiosa similar en cuanto a los asuntos que se refieren 
    a su similaridad de interpretación religiosa filosófica.
 1130:2  103:1.3 
    Aunque tu religión sea un asunto de experiencia personal, es muy importante 
    que te expongas al conocimiento de un vasto número de otras experiencias religiosas 
    (las distintas interpretaciones de otros mortales distintos) para que puedas 
    prevenir el peligro de que tu vida religiosa se torne egocéntrica -circunscrita, 
    egoísta y no sociable.
 1130:3  103:1.4 
    El racionalismo es erróneo cuando supone que la religión es en primer término 
    una creencia primitiva en algo que luego va seguido de la búsqueda de los 
    valores. La religión es principalmente una búsqueda de valores primero, que 
    luego formula un sistema de creencias interpretativas. Es mucho más fácil 
    para los hombres concordar sobre valores religiosos -objetivos- que sobre 
    creencias -interpretaciones. Y esto explica por qué la religión es capaz de 
    llegar a un acuerdo en cuanto a valores y objetivos, exhibiendo al mismo tiempo 
    el confuso fenómeno de creer en cientos de creencias conflictivas -credos. 
    Esto también explica por qué una determinada persona puede mantener su experiencia 
    religiosa frente a la experiencia de abandonar o cambiar muchas de sus creencias 
    religiosas. La religión persiste a pesar de los cambios revolucionarios en 
    las creencias religiosas. La teología no produce la religión; es la religión 
    la que produce la filosofía teológica.
 1130:4  103:1.5 
    El hecho de que los religiosos hayan creído tantas cosas que eran falsas no 
    invalida la religión, porque la religión se funda en el reconocimiento de 
    valores y se valida por la fe de experiencia religiosa personal. La religión 
    pues se basa en la experiencia y en el pensamiento religioso. La teología, 
    la filosofía de la religión, es un intento honesto de interpretar esa experiencia. 
    Estas creencias interpretativas pueden ser justas o erróneas o una mezcla 
    de verdad y error.
 1130:5  103:1.6 
    La realización del reconocimiento de los valores espirituales es una experiencia 
    que es superideacional. No existe una palabra en ningún idioma humano que 
    pueda ser empleada para designar este "sentimiento", "sensación", 
    "intuición" o "experiencia" que hemos elegido llamar conciencia 
    de Dios. El espíritu de Dios que reside en el hombre no es personal -el Ajustador 
    es prepersonal- pero este Monitor presenta un valor, exuda un sabor de divinidad 
    que es personal en el sentido más alto e infinito. Si Dios no fuera por lo 
    menos personal, no podría ser consciente, y si no fuera consciente, sería 
    infrahumano.
 2. LA RELIGIÓN Y EL INDIVIDUO 
    1130:6  103:2.1 La religión 
    es funcional en la mente humana y se ha realizado en la experiencia previamente 
    a su aparición en la conciencia humana. Un niño ya existe alrededor de nueve 
    meses antes de experimentar el nacimiento. Pero el "nacimiento" 
    de la religión no es repentino, es más un surgimiento paulatino. Sin embargo, 
    más tarde o más temprano hay un "día de nacimiento". No entras al 
    reino de los cielos a menos que hayas "nacido nuevamente" -nacido 
    del espíritu. Muchos nacimientos espirituales van acompañados por mucha angustia 
    de espíritu y marcados de perturbaciones psicológicas, así como muchos nacimientos 
    físicos están caracterizados por un "parto difícil" y otras anormalidades 
    de "parto". Otros nacimientos espirituales son un crecimiento natural 
    y normal del reconocimiento de los valores humanos con un enaltecimiento de 
    la experiencia espiritual, aunque no ocurre desarrollo religioso sin esfuerzo 
    consciente y determinación positiva e individual. La religión no es nunca 
    una experiencia pasiva, una actitud negativa. Lo que se llama "nacimiento 
    de la religión" no está directamente asociado con las así llamadas experiencias 
    de conversión que generalmente caracterizan episodios religiosos que ocurren 
    más adelante en la vida como resultado de conflictos mentales, represiones 
    emocionales y sublevamientos temperamentales. 1131:1  103:2.2 
    Pero aquellas personas criadas por sus padres de manera tal que crecieron 
    en la conciencia de ser hijos de un Padre celestial amante, no deben despreciar 
    a sus semejantes que tan sólo llegan a dicha conciencia de la asociación con 
    Dios a través de una crisis psicológica o de trastornos emocionales.
 1131:2  103:2.3 
    El terreno evolucionario en la mente del hombre es donde germina la semilla 
    de la religión revelada, es la naturaleza moral que tan tempranamente da origen 
    a una conciencia social. Los primeros impulsos de la naturaleza moral de un 
    niño no tienen que ver con el sexo, la culpa ni el orgullo personal, sino 
    más bien con el ímpetu hacia la justicia, rectitud y bondad -el servicio y 
    ayuda a los semejantes. Cuando estos precoces despertares morales son alimentados, 
    ocurre un desarrollo gradual de la vida religiosa que está comparativamente 
    libre de conflictos, trastornos y crisis.
 1131:3  103:2.4 
    Todo ser humano experimenta muy tempranamente algo del conflicto entre sus 
    impulsos egoístas y sus impulsos altruistas, y muchas veces se llega a la 
    primera experiencia de la conciencia de Dios como resultado de buscar una 
    ayuda superhumana en la tarea de resolver dichos conflictos morales.
 1131:4  103:2.5 
    La psicología de un niño es naturalmente positiva, no negativa. Tantos mortales 
    son negativos porque así fueron educados. Cuando se dice que el niño es positivo 
    se hace referencia a sus impulsos morales, a esos poderes de la mente cuyo 
    surgir señala la llegada del Ajustador del Pensamiento.
 1131:5  103:2.6 
    En ausencia de enseñanzas erróneas, la mente del niño normal se mueve en forma 
    positiva, en el surgir de la conciencia religiosa, hacia la rectitud moral 
    y el ministerio social, en vez de moverse negativamente, alejándose del pecado 
    y de la culpa. Puede haber o no conflicto en el desarrollo de la experiencia 
    religiosa, pero siempre están presentes las decisiones inevitables, el esfuerzo 
    y la función de la voluntad humana.
 1131:6  103:2.7 
    La elección moral está generalmente acompañada por conflicto moral mayor o 
    menor. Y este primer conflicto se desencadena en la mente del niño entre los 
    impulsos del egoísmo y los impulsos del altruismo. El Ajustador del Pensamiento 
    no descarta los valores de personalidad en la motivación egoísta, pero opera 
    para colocar una ligera preferencia sobre el impulso altruista como conductor 
    a la meta de la felicidad humana y a las alegrías del reino de los cielos.
 1131:7  103:2.8 
    Cuando un ser moral elige ser altruista, cuando se enfrenta al impulso a ser 
    egoísta, se trata de una experiencia religiosa primitiva. Ningún animal puede 
    hacer tal elección; esta decisión es humana y religiosa. Comprende el hecho 
    de la conciencia de Dios y exhibe el impulso al servicio social, la base de 
    la hermandad de los hombres. Cuando la mente elige un juicio moral justo por 
    acción del libre albedrío, esta decisión constituye una experiencia religiosa.
 1131:8  103:2.9 
    Pero antes de que el niño se haya desarrollado suficientemente como para adquirir 
    la capacidad moral y por lo tanto ser capaz de elegir el servicio altruista, 
    ya ha desarrollado una naturaleza egoísta, fuerte y bien unificada. Y es esta 
    situación factual la que da origen a la teoría de la lucha entre las naturalezas 
    "superior" e "inferior", entre el "viejo hombre pecador" 
    y la "nueva naturaleza" de la gracia. Muy pronto en la vida el niño 
    normal comienza a aprender que es "más bien aventurado dar que recibir".
 1131:9  103:2.10 
    El hombre tiende a identificar el impulso a atender a sus necesidades con 
    su ego -con su yo. En contraste, se inclina a identificar la voluntad de ser 
    altruista con alguna influencia fuera de sí mismo -Dios. Y efectivamente es 
    justo este juicio, puesto que todos esos deseos altruistas en verdad se originan 
    en la guía del Ajustador del Pensamiento residente, y este Ajustador es un 
    fragmento de Dios. El impulso del Monitor espiritual es realizado en la conciencia 
    humana como un impulso al altruismo, a la preocupación por los semejantes. 
    Por lo menos ésta es la experiencia precoz y fundamental de la mente infantil. 
    Si el niño en crecimiento no consigue unificar la personalidad, el impulso 
    altruista puede desarrollarse tanto como para amenazar seriamente el bienestar 
    del yo. Una conciencia desviada puede volverse responsable de muchos conflictos, 
    preocupaciones y penas y un sinfín de infelicidad humana.
 3. LA RELIGIÓN Y LA RAZA HUMANA 
    1132:1  103:3.1 Aunque 
    la creencia en los espíritus, los sueños y diversas otras supersticiones jugaron 
    un papel en el origen evolucionario de las religiones primitivas, no debéis 
    olvidar la influencia del espíritu de solidaridad del clan o tribal. En las 
    relaciones de grupo existía la situación social precisa que proveía el desafío 
    al conflicto egoísta-altruista en la naturaleza moral de la mente humana primitiva. 
    A pesar de su creencia en los espíritus, en el foco de la religión de los 
    australianos primitivos todavía está el clan. Con el tiempo, estos conceptos 
    religiosos tienden a personalizarse, primero, en animales, y más adelante, 
    en conceptos de superhombre o Dios. Aun tales razas inferiores como los bosquimanos 
    africanos, que ni siquiera llegan a ser totémicos en sus creencias, reconocen 
    la diferencia entre el autointerés y el interés del grupo, una distinción 
    primitiva entre los valores de lo secular y lo sagrado. Pero el grupo social 
    no es la fuente de la experiencia religiosa. Sea cual fuere la influencia 
    de todas estas contribuciones primitivas a la religión primitiva del hombre, 
    el hecho existe de que el verdadero impulso religioso tiene su origen en presencias 
    espirituales genuinas que activan la voluntad al altruismo. 
   1132:2  103:3.2 
    La religión más reciente está prefigurada por la creencia primitiva en los 
    milagros naturales y los misterios, el impersonal 'maná'. Pero tarde o temprano, 
    la religión en evolución exige que el individuo haga un sacrificio personal 
    de alguna índole para el bien de su grupo social, algo que haga más feliz 
    y mejor al pueblo. En último término, la religión está destinada a llegar 
    a ser el servicio de Dios y del hombre. 
   1132:3  103:3.3 
    La religión está designada para cambiar el medio ambiente del hombre, pero 
    mucho de lo que se llama religión entre los mortales hoy en día se ha vuelto 
    incapaz de hacerlo. Alguna que otra vez el medio ambiente ha dominado sobre 
    la religión. 
   1132:4  103:3.4 
    Recordad que en la religión de todas las edades la experiencia que es importantísima 
    es el sentimiento de los valores morales y significados sociales, no el pensamiento 
    sobre los dogmas teológicos o las teorías filosóficas. La religión evoluciona 
    favorablemente a medida que se reemplaza el elemento de magia por el concepto 
    de la moral. 1132:5  103:3.5 
    El hombre evolucionó a través de las supersticiones de maná, magia, adoración 
    de la naturaleza, temor de los espíritus y adoración de los animales, a los 
    variados ceremoniales mediante los cuales la actitud religiosa del individuo 
    se transformó en reacciones grupales del clan. Más tarde, estas ceremonias 
    se enfocaron y cristalizaron en las creencias tribales, y eventualmente estos 
    temores y fe se personalizaron en dioses. Pero en toda esta evolución religiosa, 
    el elemento moral no estaba nunca totalmente ausente. El impulso del Dios 
    dentro del hombre fue siempre poderoso. Y estas influencias poderosas -una 
    humana y la otra divina- aseguraron la supervivencia de la religión a través 
    de las vicisitudes de las edades, a pesar de que tan frecuentemente corrió 
    ésta el peligro de sucumbir ante las miles de tendencias subversivas y antagonismos 
    hostiles.
 4. LA COMUNIÓN ESPIRITUAL 
    1133:1  103:4.1 La diferencia 
    característica entre una ocasión social y una reunión religiosa es de que, 
    en contraste con lo secular, lo religioso exuda una atmósfera de comunión. 
    De esta manera la asociación humana genera una sensación de hermandad con 
    lo divino, y éste es el comienzo de la adoración grupal. El compartir una 
    comida comunal fue el tipo más primitivo de comunión social, y por lo tanto 
    las religiones primitivas dispusieron que alguna porción del sacrificio ceremonial 
    fuera comida por los adoradores. Aun en el cristianismo, la Santa Cena retiene 
    este modo de comunión. La atmósfera de la comunión provee un período refrescante 
    y consolador de tregua en el conflicto del ego autoservidor con el impulso 
    altruista del Monitor espiritual residente. Éste es el preludio de la verdadera 
    adoración -la práctica de la presencia de Dios que eventúa en el surgimiento 
    de la hermandad del hombre. 1133:2  103:4.2 
    Cuando el hombre primitivo sentía que su comunión con Dios había sido interrumpida, 
    recurría a alguna clase de sacrificio en su esfuerzo para hacer una expiación, 
    para restaurar las relaciones amistosas. El hambre y la sed de rectitud conducen 
    al descubrimiento de la verdad, y la verdad aumenta los ideales, y esto crea 
    nuevos problemas para los religionistas individuales, puesto que nuestros 
    ideales tienden a crecer en progresión geométrica, mientras que nuestra habilidad 
    para vivir de acuerdo con ellos tan sólo aumenta en progresión aritmética.
 1133:3  103:4.3 
    El sentimiento de culpa (no la conciencia del pecado) se produce, sea a partir 
    de la interrupción de la comunión espiritual, o porque se han rebajado los 
    ideales morales. La liberación de este estado tan sólo puede producirse mediante 
    la comprensión de que los propios ideales morales más elevados no son necesariamente 
    sinónimos de la voluntad de Dios. El hombre no puede esperar vivir de acuerdo 
    con sus ideales más elevados, pero puede ser fiel a su propósito de encontrar 
    a Dios y de tornarse cada vez más como él.
 1133:4  103:4.4 
    Jesús eliminó todos los ceremoniales de sacrificio y expiación. Destruyó la 
    base para toda esta culpa ficticia y sentido de aislamiento en el universo 
    al declarar que el hombre es hijo de Dios; la relación criatura-Creador se 
    tornó así una relación hijo-padre. Dios se vuelve el Padre amante para sus 
    hijos e hijas mortales. Todas las ceremonias que no sean parte legítima de 
    tal relación familiar íntima se eliminan para siempre.
 1133:5  103:4.5 
    Dios el Padre trata con el hombre su hijo a partir de la base, no de su virtud 
    o valor real, sino en reconocimiento de la motivación del hijo -el propósito 
    e intento de la criatura. Esta relación es una asociación de padre e hijo 
    y está activada por el amor divino.
 5. EL ORIGEN DE Los IDEALES 
    1133:6  103:5.1 La mente 
    evolucionaria primitiva da origen a una sensación de deber social y obligación 
    moral derivadas principalmente del temor emocional. El impulso más positivo 
    de servicio social y el idealismo del altruismo se derivan del impulso directo 
    del espíritu divino que reside en la mente humana. 1133:7  103:5.2 
    Esta idea-ideal de hacer el bien a otros -el impulso de negarle algo al ego 
    para beneficio del prójimo- está al principio muy circunscrito. El hombre 
    primitivo considera prójimo tan sólo a aquellos que están muy cerca de él, 
    a aquellos que lo tratan a él como prójimo; a medida que avanza la civilización 
    religiosa, el prójimo se expande en su concepto hasta comprender el clan, 
    la tribu, la nación. Y luego Jesús amplió el alcance del prójimo hasta comprender 
    a toda la humanidad, hasta declarar que deberíamos amar a nuestros enemigos. 
    Y hay algo dentro de cada ser humano normal que le dice que esta enseñanza 
    es moral -justa. Aún aquellos que menos practican este ideal admiten que es 
    justo en teoría.
 1134:1  103:5.3 
    Todos los hombres reconocen la moralidad de este impulso humano universal 
    hacia el altruismo. El humanista adscribe el origen de este impulso al funcionamiento 
    natural de la mente material; el religionista reconoce más correctamente que 
    el impulso verdaderamente altruista de la mente mortal es en respuesta a la 
    guía espiritual interior del Ajustador del Pensamiento.
 1134:2  103:5.4 
    Pero la interpretación del hombre de estos conflictos primitivos entre la 
    voluntad egoísta y la voluntad altruista no es siempre confiable. Tan sólo 
    una personalidad relativamente bien unificada puede arbitrar las opiniones 
    multiformes de los deseos del ego y la conciencia social naciente. El yo tiene 
    derechos tanto como los tienen sus prójimos. Ninguno de los dos ha de reclamar 
    exclusivamente la atención y servicio del individuo. La incapacidad de resolver 
    este problema da origen al tipo más primitivo de los sentimientos humanos 
    de culpa.
 1134:3  103:5.5 
    La felicidad humana se alcanza tan sólo cuando el deseo egoísta del yo y el 
    impulso altruista del yo superior (espíritu divino) están coordinados y reconciliados 
    por la voluntad unificada de la personalidad integrante y supervisora. La 
    mente del hombre evolucionario se enfrenta constantemente con el complejo 
    problema de arbitrar la contienda entre la expansión natural de los impulsos 
    emocionales y el crecimiento moral de los impulsos altruistas predicados en 
    el discernimiento espiritual -la reflexion religiosa genuina.
 1134:4  103:5.6 
    El intento de asegurar un bien equivalente para el yo y para la mayor cantidad 
    de otros yoes presenta un problema que no siempre puede ser resuelto satisfactoriamente 
    dentro de un marco espacio-temporal. En una vida eterna, estos antagonismos 
    pueden ser solucionados, pero en la corta vida humana es imposible solucionarlos. 
    Jesús se refirió a dicha paradoja cuando dijo: "El que salve su vida 
    la perderá, pero el que pierda su vida en nombre del reino, la hallará".
  1134:5  103:5.7 
    El perseguimiento del ideal -la lucha por ser semejante a Dios- es un esfuerzo 
    continuo antes y después de la muerte. La vida después de la muerte no es 
    esencialmente distinta de la existencia mortal. Todo lo bueno que hagamos 
    en esta vida contribuye directamente al enaltecimiento de la vida futura. 
    La religión real no fomenta la indolencia moral ni la pereza espiritual al 
    alentar la vana esperanza de recibir todas las virtudes de un carácter noble 
    como resultado de cruzar las puertas de la muerte natural. La verdadera religión 
    no menosprecia el esfuerzo humano por progresar durante el contrato mortal 
    de la vida. Todo logro mortal es una contribución directa al enriquecimiento 
    de las primeras etapas de la experiencia de supervivencia inmortal. 
   1134:6  103:5.8 
    Es fatal para el idealismo del hombre que se le enseñe que todos sus impulsos 
    altruistas son meramente el desarrollo de sus instintos gregarios naturales. 
    Pero se encuentra ennoblecido y poderosamente energizado cuando aprende que 
    estos impulsos superiores de su alma emanan de las fuerzas espirituales que 
    residen en su mente mortal. 1134:7  103:5.9 
    Eleva al hombre por encima y más allá de sí mismo el comprender plenamente 
    que dentro de él vive y afana algo que es eterno y divino. Y así pues una 
    fe viva en el origen superhumano de nuestros ideales valida nuestra creencia 
    de que somos los hijos de Dios y hace reales nuestras convicciones altruistas, 
    los sentimientos de la hermandad del hombre.
 1134:8  103:5.10 
    El hombre, en su dominio espiritual, verdaderamente tiene una voluntad libre. 
    El hombre mortal no es un esclavo desamparado de la soberanía inflexible de 
    un Dios todopoderoso ni la víctima de una fatalidad sin esperanzas dentro 
    de un determinismo mecanicista cósmico. El hombre es en verdad el arquitecto 
    de su propio destino eterno.
  1135:1  103:5.11 
    Pero el hombre no halla la salvación ni se ennoblece por las presiones. El 
    crecimiento espiritual emana desde el interior del alma en evolución. La presión 
    puede deformar la personalidad, pero no estimula jamás el crecimiento. Aún 
    la presión educativa es útil únicamente en forma negativa, en cuanto ayuda 
    a prevenir experiencias desastrosas. El crecimiento espiritual es más grande 
    cuando todas las presiones externas son mínimas. "Donde está el espíritu 
    del Señor, allí hay libertad". El hombre se desarrolla mejor cuando las 
    presiones del hogar, de la comunidad, la iglesia y el estado son menores. 
    Pero esto no se debe interpretar como significando que no haya cabida en la 
    sociedad progresiva para el hogar, las instituciones sociales, la iglesia 
    y el estado. 1135:2  103:5.12 
    Una vez que un miembro de un grupo social religioso haya cumplido con los 
    requisitos de dicho grupo, debería ser alentado a disfrutar de libertad religiosa 
    en la expresión plena de su propia interpretación personal de las verdades 
    de la creencia religiosa y los hechos de la experiencia religiosa. La seguridad 
    de un grupo religioso depende de la unidad espiritual, no de la uniformidad 
    teológica. Un grupo religioso debería poder disfrutar de la libertad de pensar 
    libremente, sin tener que volverse "librepensadores". Existe gran 
    esperanza para toda iglesia que adore al Dios vivo, valide la hermandad de 
    los hombres, y se atreva a quitar toda presión de credo de sus integrantes.
 6. LA COORDINACIÓN FILosÓFICA 
    1135:3  103:6.1 La teología 
    es el estudio de las acciones y reacciones del espíritu humano; no puede jamás 
    volverse una ciencia, puesto que debe estar siempre combinada más o menos 
    con la psicología en su expresión personal y con la filosofía en su marco 
    sistemático. La teología es siempre el estudio de tu religión; el estudio 
    de la religión de otros es psicología. 1135:4  103:6.2 
    Cuando el hombre se acerca al estudio y al examen de su universo desde afuera, 
    da origen a varias ciencias físicas; cuando encara la investigación del yo 
    y del universo desde adentro, da origen a la teología y a la metafísica. 
    El arte de la filosofía más reciente se desarrolla en un esfuerzo por armonizar 
    las muchas discrepancias que están destinadas a aparecer al principio entre 
    los hallazgos y enseñanzas de estas dos avenidas diametralmente opuestas de 
    enfoque al universo de las cosas y de los seres.
 1135:5  103:6.3 
    La religión tiene que ver con el punto de vista espiritual, el conocimiento 
    del carácter  interior de la experiencia humana. La naturaleza espiritual 
    del hombre le ofrece la oportunidad de volver el universo de afuera hacia 
    adentro. Por lo tanto es verdad que, vista exclusivamente desde el interior 
    de la experiencia de la personalidad, toda creación parece ser espiritual 
    en su naturaleza.
 1135:6  103:6.4 
    Cuando el hombre inspecciona analíticamente el universo a través de las dotes 
    materiales de sus sentidos físicos y la percepción mental asociada, el cosmos 
    parece ser mecánico y hecho de materia-energía. Dicha técnica de estudiar 
    la realidad consiste en volver el universo de adentro hacia afuera.
  1135:7  103:6.5 
    Un concepto filosófico lógico y coherente del universo no puede ser construido 
    sobre los postulados ni del materialismo ni del espiritismo, pues ambos sistemas 
    de pensamiento, cuando se los aplica en forma universal, obligan a ver el 
    cosmos en una distorsión, el primero encarando el universo de adentro hacia 
    afuera, el segundo comprendiendo la naturaleza del universo de afuera hacia 
    adentro. Por consiguiente, ni la ciencia ni la religión, podrán jamás por 
    sí mismas, en aislamiento, esperar ganar una comprensión adecuada de las verdades 
    universales y de sus relaciones, sin la guía de la filosofía humana y el esclarecimiento 
    de la revelación divina. 1136:1  103:6.6 
    El espíritu interior del hombre debe depender siempre para su expresión y 
    autorrealización del mecanismo y técnica de la mente. Del mismo modo, la experiencia 
    exterior del hombre con la realidad material debe fundarse en la conciencia 
    mental de la personalidad que la experimenta. Por lo tanto, las experiencias 
    humanas espirituales y materiales -interiores y exteriores- están siempre 
    correlacionadas con la función de la mente y condicionadas, en cuanto a su 
    comprensión consciente, por la actividad de la mente. El hombre experimenta 
    la materia en su mente; experimenta la realidad espiritual en el alma, pero 
    se hace consciente de esta experiencia en la mente. El intelecto es el armonizador, 
    el condicionador y calificador constante de la suma total de la experiencia 
    mortal. Tanto las cosas-energía como los valores espirituales están coloreados 
    por su interpretación a través del medio mental de la conciencia.
 1136:2  103:6.7 
    Vuestra dificultad para llegar a una coordinación más armoniosa entre la ciencia 
    y la religión se debe a vuestra total ignorancia de la existencia intermedia 
    del reino del mundo morontial de cosas y seres. El universo local consiste 
    en tres grados, o etapas, de manifestación de la realidad: materia, morontia 
    y espíritu. El ángulo morontial de enfoque borra toda divergencia entre los 
    hallazgos de las ciencias físicas y el funcionamiento del espíritu de la religión. 
    La razón es la técnica de comprensión de las ciencias; la fe es la técnica 
    de discernimiento de la religión. Mota es la técnica del nivel morontial. 
    Mota es una sensibilidad supermaterial a la realidad que está comenzando a 
    compensar el crecimiento incompleto, y su sustancia es el conocimiento-razón 
    y su esencia la fe-discernimiento. Mota es una reconciliación superfilosófica 
    de la percepción divergente de la realidad que no es obtenible para las personalidades 
    materiales; está basada en parte sobre la experiencia de haber sobrevivido 
    la vida material en la carne. Pero muchos mortales han reconocido que es deseable 
    tener algún método de reconciliación de la interrelación entre los vastamente 
    separados dominios de la ciencia y la religión; y la metafísica es el resultado 
    del vano intento del hombre por salvar este abismo bien reconocido. Pero la 
    metafísica humana ha demostrado ser más desconcertante que esclarecedora. 
    La metafísica representa un esfuerzo bien intencionado pero fútil del hombre 
    por compensar la ausencia de la mota de morontia.
  1136:3  103:6.8 
    La metafísica ha resultado ser un fracaso; la mota, el hombre no puede percibirla. 
    La revelación es la única técnica que puede compensar por la ausencia de la 
    sensibilidad a la verdad de mota en un mundo material. La revelación aclara 
    en forma determinada la mezcla de metafísica desarrollada por la razón en 
    una esfera evolucionaria. 1136:4  103:6.9 
    La ciencia es el intento del hombre de estudiar su medio ambiente físico, 
    el mundo de la energía-materia; la religión es la experiencia del hombre con 
    el cosmos de los valores espirituales; la filosofía ha sido desarrollada por 
    el esfuerzo de la mente del hombre para organizar y correlacionar los hallazgos 
    de estos conceptos vastamente separados en algo que se parezca a una actitud 
    razonable y unificada hacia el cosmos. La filosofía, aclarada por la revelación, 
    funciona aceptablemente en ausencia de mota, y cuando la metafísica, que la 
    razón del hombre ha creado en sustituto de mota, se derrumba y fracasa.
  1136:5  103:6.10 
    El hombre primitivo no diferenciaba entre el nivel energético y el nivel espiritual. 
    Fueron la raza violeta y sus sucesores anditas quienes en primer término intentaron 
    divorciar lo matemático de lo volicional. Cada vez más el hombre civilizado 
    ha seguido los pasos de los primeros griegos y sumerios, quienes distinguieron 
    entre lo inanimado y lo animado. A medida que la civilización progresa, la 
    filosofía tendrá que arrojar puentes sobre los abismos cada vez más grandes 
    entre el concepto del espíritu y el concepto de la energía. Pero en el tiempo 
    del espacio estas divergencias son una en el Supremo. 
   1137:1  103:6.11 
    La ciencia siempre debe basarse en la razón, aunque la imaginación y la conjetura 
    son útiles en la extensión de sus límites. La religión depende para siempre 
    de la fe, aunque la razón sea una influencia estabilizadora y una asistenta 
    útil. Siempre ha habido, y siempre habrá, interpretaciones confusas de los 
    fenómenos tanto del mundo natural como del mundo espiritual, ciencias y religiones 
    falsamente llamadas así. 1137:2  103:6.12 
    Basado en su comprensión incompleta de la ciencia, su leve captación de la 
    religión, y sus intentos abortivos en cuanto a la metafísica, el hombre ha 
    intentado construir sus formulaciones de filosofía. El hombre moderno verdaderamente 
    construiría una filosofía valiosa y atractiva de sí mismo y de su universo 
    si no fuese por la ruptura de su conexión metafísica importantísima e indispensable 
    entre los mundos de la materia y del espíritu, el fracaso de la metafísica 
    para tender un puente sobre el abismo morontial entre lo físico y lo espiritual. 
    El hombre mortal no tiene el concepto de mente y materia morontiales, y la 
    revelación es la única técnica para restaurar esta deficiencia en los 
    datos conceptuales que el hombre tan urgentemente necesita para poder construir 
    una filosofía lógica del universo y llegar a una comprensión satisfactoria 
    de su lugar seguro y establecido en ese universo.
 1137:3  103:6.13 
    La revelación es la única esperanza del hombre evolucionario por tender un 
    puente sobre el abismo morontial. La fe y la razón, sin ayuda de mota, no 
    pueden concebir ni construir un universo lógico. Sin la visión de mota, el 
    hombre mortal no puede discernir la bondad, el amor y la verdad en los fenómenos 
    del mundo material.
 1137:4  103:6.14 
    Cuando la filosofía del hombre se inclina intensamente hacia el mundo de la 
    materia, se vuelve racionalista o naturalista. Cuando la filosofía 
    se inclina particularmente hacia el nivel espiritual, se vuelve  idealista 
    o aun mística. Cuando la filosofía es tan desafortunada como para inclinarse 
    hacia la metafísica, infaliblemente se vuelve  escéptica, confusa. 
    En eras pasadas, la mayor parte del conocimiento del hombre y de sus evaluaciones 
    intelectuales ha caído en una de estas tres distorsiones de percepción. La 
    filosofía no se atreve a proyectar sus interpretaciones de la realidad en 
    la forma lineal de la lógica; no debe fallar nunca en tomar en cuenta la simetría 
    elíptica de la realidad y la curvatura esencial de todos los conceptos de 
    relación.
 1137:5  103:6.15 
    La filosofía más elevada obtenible por el hombre mortal debe estar basada 
    lógicamente en la razón de la ciencia, la fe de la religión, y el discernimiento 
    de la verdad ofrecido por la revelación. Mediante esta unión el hombre puede 
    compensar de algún modo su fracaso en desarrollar una metafísica adecuada 
    y por su incapacidad para comprender la mota de morontia.
 7. LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 
    1137:6  103:7.1 La ciencia 
    está sostenida por la razón, la religión por la fe. La fe, aunque no esté 
    basada en la razón, es razonable; aunque independiente de la lógica, está 
    sin embargo alentada por una lógica sólida. La fe no puede ser alimentada 
    ni siquiera por una filosofía ideal; en efecto es, con la ciencia, la fuente 
    misma de dicha filosofía. La fe, el discernimiento religioso humano, tan sólo 
    puede ser instruida en forma segura por la revelación, puede ser seguramente 
    elevada tan sólo por la experiencia mortal personal con la presencia espiritual 
    Ajustadora del Dios que es espíritu. 
   1137:7  103:7.2 
    La verdadera salvación es la técnica de la evolución divina de la mente mortal 
    desde la identificación con la materia, a través de los dominios del vínculo 
    morontial, al elevado estado universal de la correlación espiritual. Así como 
    el instinto intuitivo material precede a la aparición del conocimiento razonado 
    en la evolución terrestre, también la manifestación del discernimiento intuitivo 
    espiritual presagia la aparición posterior de la razón y experiencia morontiales 
    y espirituales en el programa excelso de la evolución celestial, el asunto 
    de transmutar los potenciales del hombre temporal en la actualidad y divinidad 
    del hombre eterno, un finalista en el Paraíso. 1138:1  103:7.3 
    Pero a medida que el hombre ascendente se acerca interiormente y hacia el 
    Paraíso buscando la experiencia con Dios, del mismo modo se acercará hacia 
    afuera y hacia el espacio buscando la comprensión energética del cosmos material. 
    La progresión de la ciencia no está limitada a la vida terrestre del hombre. 
    Su experiencia de ascensión en el universo y en el superuniverso será en buena 
    parte el estudio de la transmutación de la energía y de la metamorfosis de 
    la materia. Dios es espíritu, pero Deidad es unidad, y la unidad de la Deidad 
    comprende no sólo los valores espirituales del Padre Universal y del Hijo 
    Eterno sino que también conoce los hechos energéticos del Controlador Universal 
    y de la Isla del Paraíso, mientras que estas dos fases de la realidad universal 
    están perfectamente correlacionadas en las relaciones mentales del Actor Conjunto 
    y unificadas en el nivel finito en la Deidad surgente del Ser Supremo.
  1138:2  103:7.4 
    La unión de la actitud científica y el discernimiento religioso por la mediación 
    de la filosofía experiencial es parte de la experiencia del hombre en su larga 
    ascención al Paraíso. Las aproximaciones de las matemáticas y las certezas 
    del discernimiento siempre requerirán la función armonizadora de lógica mental 
    en todos los niveles de la experiencia antes del logro máximo del Supremo. 
    1138:3  103:7.5 
    Pero la lógica jamás podrá conseguir armonizar los hallazgos de la ciencia 
    y los discernimientos de la religión a menos que tanto el aspecto científico 
    como el religioso de una personalidad estén dominados por la verdad, sinceramente 
    deseosos de seguir la verdad adondequiera que los conduzca sin preocuparse 
    por las conclusiones que puedan derivar.
 1138:4  103:7.6 
    La lógica es la técnica de la filosofía, su método de expresión. Dentro del 
    dominio de la verdadera ciencia, la razón puede responder siempre a la lógica 
    genuina; dentro del dominio de la verdadera religión, la fe es siempre lógica 
    desde la base del punto de vista interior, aunque dicha fe pueda parecer sin 
    fundamentos desde el punto de vista interior del planteamiento científico. 
    Desde afuera, mirando hacia adentro, el universo podrá parecer material; desde 
    adentro, mirando hacia afuera, el mismo universo parece totalmente espiritual. 
    La razón nace de la conciencia material, la fe de la conciencia espiritual, 
    pero por la mediación de una filosofía fortalecida por la revelación, la lógica 
    puede confirmar tanto la visión interior como la exterior, realizando de esta 
    manera la estabilización tanto de la ciencia como de la religión. Así, mediante 
    el contacto común con la lógica de la filosofía, tanto la ciencia como la 
    religión se volverán cada vez más tolerantes cada una de la otra, y cada vez 
    menos escépticas.
 1138:5  103:7.7 
    Lo que tanto la ciencia en desarrollo como la religión necesitan es una mirada 
    más penetrante y una autocrítica sin miedo, una mayor conciencia de la condición 
    incompleta del estado evolucionario. Los maestros tanto de la ciencia como 
    de la religión frecuentemente muestran demasiada autoconfianza y son excesivamente 
    dogmáticos. La ciencia y la religión tan sólo pueden ser autocríticas de sus 
     hechos. En cuanto uno se aleja de la etapa de los hechos, la razón 
    abdica o bien degenera rápidamente en un consorte de lógica falsa.
  1138:6  103:7.8 
    La verdad -una comprensión de las relaciones cósmicas, de los hechos del universo, 
    y los valores espirituales- puede ser alcanzada mejor a través del ministerio 
    del Espíritu de la Verdad y puede ser criticada mejor por la revelación. Pero 
    la revelación no origina ni una ciencia ni una religión; su función 
    consiste en coordinar tanto la ciencia como la religión con la verdad de la 
    realidad. Siempre, en ausencia de revelación o ante su incapacidad de aceptarla 
    o entenderla, el hombre mortal ha recurrido a su fútil gesto de la metafísica, 
    siendo ésa el único sustituto humano de la revelación de la verdad o de la 
    mota de la personalidad morontial. 1139:1  103:7.9 
    La ciencia del mundo material permite al hombre controlar, y hasta cierto 
    punto dominar, su ambiente físico. La religión de la experiencia espiritual 
    es la fuente del impulso a la fraternidad que permite a los hombres convivir 
    en las complejidades de la civilización de una era científica. La metafísica, 
    pero más certeramente la revelación, permite un punto de encuentro común para 
    los descubrimientos de la ciencia y de la religión y hace posible el intento 
    humano de correlacionar lógicamente estos dominios separados pero interdependientes 
    del pensamiento en una filosofía bien equilibrada de estabilidad científica 
    y certeza religiosa.
  1139:2  103:7.10 
    En el estado mortal, nada puede ser probado en forma absoluta; tanto la ciencia 
    como la religión se basan en suposiciones. En el nivel morontial, los postulados 
    tanto de la ciencia como de la religión pueden ser comprobados, parcialmente, 
    por la lógica mota. En el nivel espiritual de estado máximo la necesidad de 
    prueba finita se desvanece gradualmente ante la experiencia real de la realidad 
    y con la misma; pero aun entonces existe mucho, más allá de lo finito, que 
    queda sin comprobar. 1139:3  103:7.11 
    Todas las divisiones del pensamiento humano se basan en ciertas suposiciones 
    que se aceptan, aunque no estén comprobadas, mediante una sensibilidad constitutiva 
    a la realidad de la dotación mental del hombre. La ciencia inicia su carrera 
    de razonamiento suponiendo  la realidad de tres cosas: la materia, 
    el movimiento y la vida. La religión inicia su carrera con la suposición de 
    la validez de tres cosas: la mente, el espíritu y el universo -el Ser Supremo.
 1139:4  103:7.12 
    La ciencia se vuelve el dominio del pensamiento de las matemáticas, de la 
    energía y de lo material del tiempo en el espacio. La religión intenta tratar 
    no sólo con el espíritu finito y temporal sino también con el espíritu de 
    la eternidad y de la supremacía. Sólo a través de una larga experiencia en 
    mota estos dos extremos de la percepción universal pueden hacer que produzcan 
    interpretaciones análogas de orígenes, funciones, relaciones, realidades y 
    destinos. La armonización máxima de la divergencia energía-espíritu está en 
    el circuito de los Siete Espíritus Rectores; la primera unificación de esta 
    divergencia, en la Deidad del Supremo; su unidad finalista, en la infinidad 
    de la Primera Fuente y Centro, el YO SOY.
  1139:5  103:7.13 
    La  razón es el acto de reconocer las conclusiones de la conciencia 
    en cuanto a la experiencia en el mundo físico de energía y materia y con ese 
    mismo mundo. La fe es el acto de reconocer la validez de la conciencia 
    espiritual -algo que no admite otra prueba mortal. La lógica es la 
    progresión sintética de la búsqueda de la verdad de la unidad de la fe y la 
    razón y está fundada en las dotes constitutivas de la mente de los seres mortales, 
    el reconocimiento innato de cosas, significados y valores. 
   1139:6  103:7.14 
    Existe una verdadera prueba de realidad espiritual en la presencia del Ajustador 
    del Pensamiento, pero la validez de esta presencia no es demostrable al mundo 
    exterior sino sólo al que así experimenta la residencia de Dios. La conciencia 
    del Ajustador se basa en la recepción intelectual de la verdad, la percepción 
    supermental de la bondad, y la motivación de la personalidad al amor. 1139:7  103:7.15 
    La ciencia descubre el mundo material, la religión lo evalúa, y la filosofía 
    intenta interpretar sus significados mientras coordina el punto de vista material 
    científico con el concepto religioso espiritual. Pero la historia es el dominio 
    en el que la ciencia y la religión tal vez no lleguen nunca a concordar totalmente.
 8. LA FILosOFÍA Y LA RELIGIÓN 
    1140:1  103:8.1 Aunque 
    tanto la ciencia como la filosofía pueden suponer la probabilidad de Dios 
    mediante su razón y lógica, sólo la experiencia religiosa personal de un hombre 
    conducido por el espíritu puede afirmar la certeza de dicha Deidad suprema 
    y personal. Mediante la técnica de tal encarnación de la verdad viva, la hipótesis 
    filosófica de la probabilidad de Dios se vuelve una realidad religiosa. 1140:2  103:8.2 
    La confusión sobre la experiencia de la certidumbre de Dios surge de las interpretaciones 
    y relaciones poco similares de esa experiencia por parte de los distintos 
    individuos y de las diversas razas de los hombres. La experiencia de Dios 
    puede ser totalmente válida, pero la disertación sobre Dios, siendo 
    intelectual y filosófica, es divergente y a menudo confusamente falaz.
 1140:3  103:8.3 
    Un hombre bueno y noble puede estar totalmente enamorado de su esposa pero 
    ser completamente incapaz de pasar en forma satisfactoria un examen escrito 
    sobre la psicología del amor conyugal. Otro hombre, con muy poco amor o ninguno 
    por su esposa, puede pasar el mismo examen aceptablemente. La imperfección 
    del discernimiento del amante en la verdadera naturaleza del ser amado no 
    invalida en lo más mínimo la realidad o la sinceridad de su amor.
  1140:4  103:8.4 
    Si crees sinceramente en Dios -por la fe lo conoces y lo amas- no permitas 
    que la realidad de dicha experiencia sea de ninguna manera disminuida o substraída 
    por las insinuaciones dudosas de la ciencia, las especulaciones de la lógica, 
    los postulados de la filosofía, o las astutas sugerencias de almas bien intencionadas 
    que quieren crear una religión sin Dios. 1140:5  103:8.5 
    La certidumbre del religionista que conoce a Dios no debería ser alterada 
    por la incertidumbre del materialista incrédulo; por el contrario, la incertidumbre 
    del no creyente debería ser poderosamente desafiada por la profunda fe y la 
    certidumbre inconmovible del creyente experiencial.
  1140:6  103:8.6 
    La filosofía, para servir mejor a la ciencia y la religión, debe evitar los 
    extremos tanto del materialismo como del panteísmo. Sólo una filosofía que 
    reconozca la realidad de la personalidad -la permanencia en la presencia del 
    cambio- puede ser de valor moral para el hombre, puede servir de enlace entre 
    las teorías de la ciencia material y de la religión espiritual. La revelación 
    es la compensación de la fragilidad de la filosofía en evolución. 
  9. LA ESENCIA DE LA RELIGIÓN 
    1140:7  103:9.1 La teología 
    trata del contenido intelectual de la religión, la metafísica (revelación) 
    de los aspectos filosóficos. La experiencia religiosa es el contenido espiritual 
    de la religión. A pesar de los caprichos mitológicos y de las ilusiones psicológicas 
    del contenido intelectual de la religión, las suposiciones metafísicas erróneas 
    y las técnicas de autoengaño, las distorsiones políticas y las perversiones 
    socioeconómicas del contenido filosófico de la religión, la experiencia espiritual 
    de la religión personal permanece genuina y válida. 1140:8  103:9.2 
    La religión tiene que ver con el sentimiento, la actuación, y el vivir, no 
    meramente con el pensar. El proceso de pensar está más estrechamente vinculado 
    con la vida material y debería ser dominado en su mayor parte, pero no totalmente, 
    por la razón y los hechos de la ciencia y, en sus alcances no materiales hacia 
    los dominios espirituales, por la verdad. Aunque la propia teología sea ilusoria 
    y errónea, la propia religión puede ser totalmente genuina y eternamente verdadera.
 1141:1  103:9.3 
    El budismo en su forma original es una de las mejores religiones sin Dios 
    que hayan surgido a lo largo de la historia evolucionaria de Urantia, aunque, 
    en la forma en que esta fe se desarrolló, no permaneció sin Dios. La religión 
    sin fe es una contradicción; sin Dios, una contradicción filosófica y un absurdo 
    intelectual.
 1141:2  103:9.4 
    La paternidad mágica y mitológica de la religión natural no invalida la realidad 
    y verdad de las religiones revelatorias posteriores y el profundo evangelio 
    salvador de la religión de Jesús. La vida de Jesús y sus enseñanzas finalmente 
    libraron a la religión de las supersticiones de la magia, las ilusiones de 
    la mitología, y la esclavitud del dogmatismo tradicional. Pero esta primitiva 
    magia y mitología prepararon efectivamente el terreno para una religión superior 
    y más reciente, suponiendo la existencia y realidad de valores y seres supermateriales.
 1141:3  103:9.5 
    Aunque la experiencia religiosa es un fenómeno subjetivo puramente espiritual, 
    dicha experiencia comprende una actitud positiva y de fe viviente hacia los 
    más altos dominios de la realidad objetiva del universo. El ideal de la filosofía 
    religiosa es tal fe-confianza que pueda conducir al hombre a depender sin 
    condiciones del amor absoluto del Padre Infinito del universo de los universos. 
    Tal experiencia religiosa genuina trasciende en mucho la objetivación filosófica 
    del deseo idealista; en efecto, toma a la salvación como cosa normal y se 
    preocupa tan sólo por aprender y hacer la voluntad del Padre en el Paraíso. 
    Las marcas de dicha religión son: fe en una Deidad suprema, esperanza de supervivencia 
    eterna, y amor, especialmente hacia el prójimo.
  1141:4  103:9.6 
    Cuando la teología domina la religión, la religión muere; se torna una doctrina 
    en vez de una vida. La misión de la teología consiste meramente en facilitar 
    la autoconciencia de la experiencia personal espiritual. La teología constituye 
    el esfuerzo religioso de definir, aclarar, exponer y justificar las declaraciones 
    experienciales de la religión que, en último análisis, tan sólo pueden ser 
    validadas por la fe viviente. En la filosofía más elevada del universo, la 
    sabiduría, como la razón, se alía a la fe. La razón, la sabiduría y la fe 
    son los logros más elevados del hombre. La razón lleva al hombre al mundo 
    de los hechos, de las cosas; la sabiduría le presenta el mundo de la verdad, 
    de las relaciones; la fe le abre la puerta al mundo de la divinidad, la experiencia 
    espiritual. 1141:5  103:9.7 
    La fe lleva voluntariamente a la razón hasta donde ésta puede llegar, y luego 
    sigue con la sabiduría hasta el límite filosófico total; finalmente se atreve 
    a lanzarse en un viaje universal sin límites ni fin acompañada tan sólo por 
    la verdad.
  1141:6  103:9.8 
    La ciencia (el conocimiento) se funda en la suposición inherente (espíritu 
    ayudante) de que la razón es válida, de que el universo puede ser comprendido. 
    La filosofía (comprensión coordinada) se funda en la suposición inherente 
    (espíritu de sabiduría) de que la sabiduría es válida, de que el universo 
    material puede ser coordinado con el espiritual. La religión (la verdad de 
    la experiencia espiritual personal) se funda en la suposición inherente (Ajustador 
    del Pensamiento) de que la fe es válida, de que Dios puede ser conocido y 
    alcanzado. 1141:7  103:9.9 
    La plena realización de la realidad de la vida mortal consiste en un deseo 
    progresivo de creer en estas suposiciones de la razón, la sabiduría y la fe. 
    Dicha vida está motivada por la verdad y dominada por el amor; y estos son 
    los ideales de realidad cósmica objetiva cuya existencia no puede ser demostrada 
    en forma material.
 1142:1  103:9.10 
    Cuando la razón reconoce el bien y el mal, exhibe sabiduría; cuando la sabiduría 
    elige entre el bien y el mal, entre la verdad y el error, demuestra ser guiada 
    por el espíritu. Y de esta manera las funciones de la mente, el alma y el 
    espíritu están unidas estrechamente por siempre y funcionalmente interasociadas. 
    La razón trata del conocimiento de los hechos; la sabiduría, de la filosofía 
    y la revelación; la fe, de la experiencia espiritual viva. Mediante la verdad, 
    el hombre alcanza la belleza y mediante el amor espiritual, asciende a la 
    bondad.
 1142:2  103:9.11 
    La fe conduce a conocer a Dios, no meramente a un sentimiento místico de la 
    presencia divina. La fe no debe estar influida excesivamente por sus consecuencias 
    emotivas. La verdadera religión es una experiencia de creencia y conocimiento 
    así como también una satisfacción de sentimiento.
  1142:3  103:9.12 
    Existe una realidad en la experiencia religiosa que es proporcional al contenido 
    espiritual, y dicha realidad trasciende la razón, la ciencia, la filosofía, 
    la sabiduría y todos los demás logros humanos. Las convicciones de dicha experiencia 
    son inatacables; la lógica del vivir religioso es incontrovertible; la certidumbre 
    de dicho conocimiento es superhumana; las satisfacciones son soberbiamente 
    divinas, la valentía indomitable, las devociones incuestionables, las lealtades 
    supremas, y los destinos finales -eternos, últimos y universales. 
   1142:4  103:9.13  
    [Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]   
   
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