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ÍNDICE
El libro de Urantia
Edición 1999
DOCUMENTO 103
LA REALIDAD DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA
1129:1 103:0.1
TODAS las reacciones verdaderamente religiosas del hombre son patrocinadas
por el primitivo ministerio del ayudante de adoración y verificadas por el
ayudante de la sabiduría. La primera dotación de supermente del hombre es
la de la vinculación de la personalidad en el circuito del Espíritu Santo
del Espíritu Creativo del Universo; y mucho antes de los autootorgamientos
de los Hijos divinos o de la dotación universal de los Ajustadores, esta influencia
funciona para ampliar el punto de vista del hombre sobre la ética, la religión
y la espiritualidad. Después de los autootorgamientos de los Hijos del Paraíso,
el Espíritu de la Verdad liberado, hace poderosas contribuciones a la expansión
de la capacidad humana para percibir las verdades religiosas. A medida que
la evolución avanza en un mundo habitado, los Ajustadores del Pensamiento
participan cada vez más en el desarrollo de los tipos más altos de discernimiento
religioso humano. El Ajustador del Pensamiento es la ventana cósmica a través
de la cual la criatura finita puede vislumbrar por la fe las certezas y divinidades
de la Deidad ilimitada, el Padre Universal.
1129:2 103:0.2
Las tendencias religiosas de las razas humanas son innatas; se manifiestan
universalmente y tienen un origen aparentemente natural; las religiones primitivas
siempre son evolucionarias en su génesis. A medida que la experiencia religiosa
natural continúa progresando, revelaciones periódicas de la verdad puntualizan
el curso por otra parte lento de la evolución planetaria.
1129:3 103:0.3
En Urantia, hoy en día, existen cuatro tipos de religión:
1. Religión natural o evolucionaria.
2. Religión supernatural o revelatoria.
3. Religión práctica o corriente, una mezcla en grados variables de la religión
natural y la supernatural.
4. Religiones filosóficas, doctrinas teológicas hechas por el hombre o razonadas
filosóficamente y religiones creadas por la razón.
1. LA FILosOFÍA DE LA RELIGIÓN
1129:8 103:1.1 La unidad
de la experiencia religiosa de un grupo social o racial deriva de la naturaleza
idéntica del fragmento de Dios que reside en el individuo. Es esta parte divina
en el hombre la que origina su interés altruista en el bienestar de los demás.
Pero puesto que la personalidad es única -no hay dos mortales idénticos- inevitablemente
ocurre que no hay dos seres humanos que puedan interpretar en forma similar
las tendencias e impulsos del espíritu de la divinidad que vive en su mente.
Un grupo de mortales puede experimentar la unidad espiritual, pero no podrán
jamás llegar a una uniformidad filosófica. Y esta diversidad de interpretación
del pensamiento religioso y de la experiencia se ilustra por el hecho de que
los teólogos y filósofos del siglo veinte han formulado más de quinientas
definiciones distintas de la religión. En realidad, cada ser humano define
la religión en términos de su propia interpretación experiencial de los impulsos
divinos que emanan del espíritu de Dios que en él reside, y por lo tanto esta
interpretación debe ser única y totalmente distinta de la filosofía religiosa
de todos los demás seres humanos.
1130:1 103:1.2
Cuando un mortal se encuentra en acuerdo total con la filosofía religiosa
de un mortal semejante, ese fenómeno indica que estos dos seres han tenido
una experiencia religiosa similar en cuanto a los asuntos que se refieren
a su similaridad de interpretación religiosa filosófica.
1130:2 103:1.3
Aunque tu religión sea un asunto de experiencia personal, es muy importante
que te expongas al conocimiento de un vasto número de otras experiencias religiosas
(las distintas interpretaciones de otros mortales distintos) para que puedas
prevenir el peligro de que tu vida religiosa se torne egocéntrica -circunscrita,
egoísta y no sociable.
1130:3 103:1.4
El racionalismo es erróneo cuando supone que la religión es en primer término
una creencia primitiva en algo que luego va seguido de la búsqueda de los
valores. La religión es principalmente una búsqueda de valores primero, que
luego formula un sistema de creencias interpretativas. Es mucho más fácil
para los hombres concordar sobre valores religiosos -objetivos- que sobre
creencias -interpretaciones. Y esto explica por qué la religión es capaz de
llegar a un acuerdo en cuanto a valores y objetivos, exhibiendo al mismo tiempo
el confuso fenómeno de creer en cientos de creencias conflictivas -credos.
Esto también explica por qué una determinada persona puede mantener su experiencia
religiosa frente a la experiencia de abandonar o cambiar muchas de sus creencias
religiosas. La religión persiste a pesar de los cambios revolucionarios en
las creencias religiosas. La teología no produce la religión; es la religión
la que produce la filosofía teológica.
1130:4 103:1.5
El hecho de que los religiosos hayan creído tantas cosas que eran falsas no
invalida la religión, porque la religión se funda en el reconocimiento de
valores y se valida por la fe de experiencia religiosa personal. La religión
pues se basa en la experiencia y en el pensamiento religioso. La teología,
la filosofía de la religión, es un intento honesto de interpretar esa experiencia.
Estas creencias interpretativas pueden ser justas o erróneas o una mezcla
de verdad y error.
1130:5 103:1.6
La realización del reconocimiento de los valores espirituales es una experiencia
que es superideacional. No existe una palabra en ningún idioma humano que
pueda ser empleada para designar este "sentimiento", "sensación",
"intuición" o "experiencia" que hemos elegido llamar conciencia
de Dios. El espíritu de Dios que reside en el hombre no es personal -el Ajustador
es prepersonal- pero este Monitor presenta un valor, exuda un sabor de divinidad
que es personal en el sentido más alto e infinito. Si Dios no fuera por lo
menos personal, no podría ser consciente, y si no fuera consciente, sería
infrahumano.
2. LA RELIGIÓN Y EL INDIVIDUO
1130:6 103:2.1 La religión
es funcional en la mente humana y se ha realizado en la experiencia previamente
a su aparición en la conciencia humana. Un niño ya existe alrededor de nueve
meses antes de experimentar el nacimiento. Pero el "nacimiento"
de la religión no es repentino, es más un surgimiento paulatino. Sin embargo,
más tarde o más temprano hay un "día de nacimiento". No entras al
reino de los cielos a menos que hayas "nacido nuevamente" -nacido
del espíritu. Muchos nacimientos espirituales van acompañados por mucha angustia
de espíritu y marcados de perturbaciones psicológicas, así como muchos nacimientos
físicos están caracterizados por un "parto difícil" y otras anormalidades
de "parto". Otros nacimientos espirituales son un crecimiento natural
y normal del reconocimiento de los valores humanos con un enaltecimiento de
la experiencia espiritual, aunque no ocurre desarrollo religioso sin esfuerzo
consciente y determinación positiva e individual. La religión no es nunca
una experiencia pasiva, una actitud negativa. Lo que se llama "nacimiento
de la religión" no está directamente asociado con las así llamadas experiencias
de conversión que generalmente caracterizan episodios religiosos que ocurren
más adelante en la vida como resultado de conflictos mentales, represiones
emocionales y sublevamientos temperamentales.
1131:1 103:2.2
Pero aquellas personas criadas por sus padres de manera tal que crecieron
en la conciencia de ser hijos de un Padre celestial amante, no deben despreciar
a sus semejantes que tan sólo llegan a dicha conciencia de la asociación con
Dios a través de una crisis psicológica o de trastornos emocionales.
1131:2 103:2.3
El terreno evolucionario en la mente del hombre es donde germina la semilla
de la religión revelada, es la naturaleza moral que tan tempranamente da origen
a una conciencia social. Los primeros impulsos de la naturaleza moral de un
niño no tienen que ver con el sexo, la culpa ni el orgullo personal, sino
más bien con el ímpetu hacia la justicia, rectitud y bondad -el servicio y
ayuda a los semejantes. Cuando estos precoces despertares morales son alimentados,
ocurre un desarrollo gradual de la vida religiosa que está comparativamente
libre de conflictos, trastornos y crisis.
1131:3 103:2.4
Todo ser humano experimenta muy tempranamente algo del conflicto entre sus
impulsos egoístas y sus impulsos altruistas, y muchas veces se llega a la
primera experiencia de la conciencia de Dios como resultado de buscar una
ayuda superhumana en la tarea de resolver dichos conflictos morales.
1131:4 103:2.5
La psicología de un niño es naturalmente positiva, no negativa. Tantos mortales
son negativos porque así fueron educados. Cuando se dice que el niño es positivo
se hace referencia a sus impulsos morales, a esos poderes de la mente cuyo
surgir señala la llegada del Ajustador del Pensamiento.
1131:5 103:2.6
En ausencia de enseñanzas erróneas, la mente del niño normal se mueve en forma
positiva, en el surgir de la conciencia religiosa, hacia la rectitud moral
y el ministerio social, en vez de moverse negativamente, alejándose del pecado
y de la culpa. Puede haber o no conflicto en el desarrollo de la experiencia
religiosa, pero siempre están presentes las decisiones inevitables, el esfuerzo
y la función de la voluntad humana.
1131:6 103:2.7
La elección moral está generalmente acompañada por conflicto moral mayor o
menor. Y este primer conflicto se desencadena en la mente del niño entre los
impulsos del egoísmo y los impulsos del altruismo. El Ajustador del Pensamiento
no descarta los valores de personalidad en la motivación egoísta, pero opera
para colocar una ligera preferencia sobre el impulso altruista como conductor
a la meta de la felicidad humana y a las alegrías del reino de los cielos.
1131:7 103:2.8
Cuando un ser moral elige ser altruista, cuando se enfrenta al impulso a ser
egoísta, se trata de una experiencia religiosa primitiva. Ningún animal puede
hacer tal elección; esta decisión es humana y religiosa. Comprende el hecho
de la conciencia de Dios y exhibe el impulso al servicio social, la base de
la hermandad de los hombres. Cuando la mente elige un juicio moral justo por
acción del libre albedrío, esta decisión constituye una experiencia religiosa.
1131:8 103:2.9
Pero antes de que el niño se haya desarrollado suficientemente como para adquirir
la capacidad moral y por lo tanto ser capaz de elegir el servicio altruista,
ya ha desarrollado una naturaleza egoísta, fuerte y bien unificada. Y es esta
situación factual la que da origen a la teoría de la lucha entre las naturalezas
"superior" e "inferior", entre el "viejo hombre pecador"
y la "nueva naturaleza" de la gracia. Muy pronto en la vida el niño
normal comienza a aprender que es "más bien aventurado dar que recibir".
1131:9 103:2.10
El hombre tiende a identificar el impulso a atender a sus necesidades con
su ego -con su yo. En contraste, se inclina a identificar la voluntad de ser
altruista con alguna influencia fuera de sí mismo -Dios. Y efectivamente es
justo este juicio, puesto que todos esos deseos altruistas en verdad se originan
en la guía del Ajustador del Pensamiento residente, y este Ajustador es un
fragmento de Dios. El impulso del Monitor espiritual es realizado en la conciencia
humana como un impulso al altruismo, a la preocupación por los semejantes.
Por lo menos ésta es la experiencia precoz y fundamental de la mente infantil.
Si el niño en crecimiento no consigue unificar la personalidad, el impulso
altruista puede desarrollarse tanto como para amenazar seriamente el bienestar
del yo. Una conciencia desviada puede volverse responsable de muchos conflictos,
preocupaciones y penas y un sinfín de infelicidad humana.
3. LA RELIGIÓN Y LA RAZA HUMANA
1132:1 103:3.1 Aunque
la creencia en los espíritus, los sueños y diversas otras supersticiones jugaron
un papel en el origen evolucionario de las religiones primitivas, no debéis
olvidar la influencia del espíritu de solidaridad del clan o tribal. En las
relaciones de grupo existía la situación social precisa que proveía el desafío
al conflicto egoísta-altruista en la naturaleza moral de la mente humana primitiva.
A pesar de su creencia en los espíritus, en el foco de la religión de los
australianos primitivos todavía está el clan. Con el tiempo, estos conceptos
religiosos tienden a personalizarse, primero, en animales, y más adelante,
en conceptos de superhombre o Dios. Aun tales razas inferiores como los bosquimanos
africanos, que ni siquiera llegan a ser totémicos en sus creencias, reconocen
la diferencia entre el autointerés y el interés del grupo, una distinción
primitiva entre los valores de lo secular y lo sagrado. Pero el grupo social
no es la fuente de la experiencia religiosa. Sea cual fuere la influencia
de todas estas contribuciones primitivas a la religión primitiva del hombre,
el hecho existe de que el verdadero impulso religioso tiene su origen en presencias
espirituales genuinas que activan la voluntad al altruismo.
1132:2 103:3.2
La religión más reciente está prefigurada por la creencia primitiva en los
milagros naturales y los misterios, el impersonal 'maná'. Pero tarde o temprano,
la religión en evolución exige que el individuo haga un sacrificio personal
de alguna índole para el bien de su grupo social, algo que haga más feliz
y mejor al pueblo. En último término, la religión está destinada a llegar
a ser el servicio de Dios y del hombre.
1132:3 103:3.3
La religión está designada para cambiar el medio ambiente del hombre, pero
mucho de lo que se llama religión entre los mortales hoy en día se ha vuelto
incapaz de hacerlo. Alguna que otra vez el medio ambiente ha dominado sobre
la religión.
1132:4 103:3.4
Recordad que en la religión de todas las edades la experiencia que es importantísima
es el sentimiento de los valores morales y significados sociales, no el pensamiento
sobre los dogmas teológicos o las teorías filosóficas. La religión evoluciona
favorablemente a medida que se reemplaza el elemento de magia por el concepto
de la moral.
1132:5 103:3.5
El hombre evolucionó a través de las supersticiones de maná, magia, adoración
de la naturaleza, temor de los espíritus y adoración de los animales, a los
variados ceremoniales mediante los cuales la actitud religiosa del individuo
se transformó en reacciones grupales del clan. Más tarde, estas ceremonias
se enfocaron y cristalizaron en las creencias tribales, y eventualmente estos
temores y fe se personalizaron en dioses. Pero en toda esta evolución religiosa,
el elemento moral no estaba nunca totalmente ausente. El impulso del Dios
dentro del hombre fue siempre poderoso. Y estas influencias poderosas -una
humana y la otra divina- aseguraron la supervivencia de la religión a través
de las vicisitudes de las edades, a pesar de que tan frecuentemente corrió
ésta el peligro de sucumbir ante las miles de tendencias subversivas y antagonismos
hostiles.
4. LA COMUNIÓN ESPIRITUAL
1133:1 103:4.1 La diferencia
característica entre una ocasión social y una reunión religiosa es de que,
en contraste con lo secular, lo religioso exuda una atmósfera de comunión.
De esta manera la asociación humana genera una sensación de hermandad con
lo divino, y éste es el comienzo de la adoración grupal. El compartir una
comida comunal fue el tipo más primitivo de comunión social, y por lo tanto
las religiones primitivas dispusieron que alguna porción del sacrificio ceremonial
fuera comida por los adoradores. Aun en el cristianismo, la Santa Cena retiene
este modo de comunión. La atmósfera de la comunión provee un período refrescante
y consolador de tregua en el conflicto del ego autoservidor con el impulso
altruista del Monitor espiritual residente. Éste es el preludio de la verdadera
adoración -la práctica de la presencia de Dios que eventúa en el surgimiento
de la hermandad del hombre.
1133:2 103:4.2
Cuando el hombre primitivo sentía que su comunión con Dios había sido interrumpida,
recurría a alguna clase de sacrificio en su esfuerzo para hacer una expiación,
para restaurar las relaciones amistosas. El hambre y la sed de rectitud conducen
al descubrimiento de la verdad, y la verdad aumenta los ideales, y esto crea
nuevos problemas para los religionistas individuales, puesto que nuestros
ideales tienden a crecer en progresión geométrica, mientras que nuestra habilidad
para vivir de acuerdo con ellos tan sólo aumenta en progresión aritmética.
1133:3 103:4.3
El sentimiento de culpa (no la conciencia del pecado) se produce, sea a partir
de la interrupción de la comunión espiritual, o porque se han rebajado los
ideales morales. La liberación de este estado tan sólo puede producirse mediante
la comprensión de que los propios ideales morales más elevados no son necesariamente
sinónimos de la voluntad de Dios. El hombre no puede esperar vivir de acuerdo
con sus ideales más elevados, pero puede ser fiel a su propósito de encontrar
a Dios y de tornarse cada vez más como él.
1133:4 103:4.4
Jesús eliminó todos los ceremoniales de sacrificio y expiación. Destruyó la
base para toda esta culpa ficticia y sentido de aislamiento en el universo
al declarar que el hombre es hijo de Dios; la relación criatura-Creador se
tornó así una relación hijo-padre. Dios se vuelve el Padre amante para sus
hijos e hijas mortales. Todas las ceremonias que no sean parte legítima de
tal relación familiar íntima se eliminan para siempre.
1133:5 103:4.5
Dios el Padre trata con el hombre su hijo a partir de la base, no de su virtud
o valor real, sino en reconocimiento de la motivación del hijo -el propósito
e intento de la criatura. Esta relación es una asociación de padre e hijo
y está activada por el amor divino.
5. EL ORIGEN DE Los IDEALES
1133:6 103:5.1 La mente
evolucionaria primitiva da origen a una sensación de deber social y obligación
moral derivadas principalmente del temor emocional. El impulso más positivo
de servicio social y el idealismo del altruismo se derivan del impulso directo
del espíritu divino que reside en la mente humana.
1133:7 103:5.2
Esta idea-ideal de hacer el bien a otros -el impulso de negarle algo al ego
para beneficio del prójimo- está al principio muy circunscrito. El hombre
primitivo considera prójimo tan sólo a aquellos que están muy cerca de él,
a aquellos que lo tratan a él como prójimo; a medida que avanza la civilización
religiosa, el prójimo se expande en su concepto hasta comprender el clan,
la tribu, la nación. Y luego Jesús amplió el alcance del prójimo hasta comprender
a toda la humanidad, hasta declarar que deberíamos amar a nuestros enemigos.
Y hay algo dentro de cada ser humano normal que le dice que esta enseñanza
es moral -justa. Aún aquellos que menos practican este ideal admiten que es
justo en teoría.
1134:1 103:5.3
Todos los hombres reconocen la moralidad de este impulso humano universal
hacia el altruismo. El humanista adscribe el origen de este impulso al funcionamiento
natural de la mente material; el religionista reconoce más correctamente que
el impulso verdaderamente altruista de la mente mortal es en respuesta a la
guía espiritual interior del Ajustador del Pensamiento.
1134:2 103:5.4
Pero la interpretación del hombre de estos conflictos primitivos entre la
voluntad egoísta y la voluntad altruista no es siempre confiable. Tan sólo
una personalidad relativamente bien unificada puede arbitrar las opiniones
multiformes de los deseos del ego y la conciencia social naciente. El yo tiene
derechos tanto como los tienen sus prójimos. Ninguno de los dos ha de reclamar
exclusivamente la atención y servicio del individuo. La incapacidad de resolver
este problema da origen al tipo más primitivo de los sentimientos humanos
de culpa.
1134:3 103:5.5
La felicidad humana se alcanza tan sólo cuando el deseo egoísta del yo y el
impulso altruista del yo superior (espíritu divino) están coordinados y reconciliados
por la voluntad unificada de la personalidad integrante y supervisora. La
mente del hombre evolucionario se enfrenta constantemente con el complejo
problema de arbitrar la contienda entre la expansión natural de los impulsos
emocionales y el crecimiento moral de los impulsos altruistas predicados en
el discernimiento espiritual -la reflexion religiosa genuina.
1134:4 103:5.6
El intento de asegurar un bien equivalente para el yo y para la mayor cantidad
de otros yoes presenta un problema que no siempre puede ser resuelto satisfactoriamente
dentro de un marco espacio-temporal. En una vida eterna, estos antagonismos
pueden ser solucionados, pero en la corta vida humana es imposible solucionarlos.
Jesús se refirió a dicha paradoja cuando dijo: "El que salve su vida
la perderá, pero el que pierda su vida en nombre del reino, la hallará".
1134:5 103:5.7
El perseguimiento del ideal -la lucha por ser semejante a Dios- es un esfuerzo
continuo antes y después de la muerte. La vida después de la muerte no es
esencialmente distinta de la existencia mortal. Todo lo bueno que hagamos
en esta vida contribuye directamente al enaltecimiento de la vida futura.
La religión real no fomenta la indolencia moral ni la pereza espiritual al
alentar la vana esperanza de recibir todas las virtudes de un carácter noble
como resultado de cruzar las puertas de la muerte natural. La verdadera religión
no menosprecia el esfuerzo humano por progresar durante el contrato mortal
de la vida. Todo logro mortal es una contribución directa al enriquecimiento
de las primeras etapas de la experiencia de supervivencia inmortal.
1134:6 103:5.8
Es fatal para el idealismo del hombre que se le enseñe que todos sus impulsos
altruistas son meramente el desarrollo de sus instintos gregarios naturales.
Pero se encuentra ennoblecido y poderosamente energizado cuando aprende que
estos impulsos superiores de su alma emanan de las fuerzas espirituales que
residen en su mente mortal.
1134:7 103:5.9
Eleva al hombre por encima y más allá de sí mismo el comprender plenamente
que dentro de él vive y afana algo que es eterno y divino. Y así pues una
fe viva en el origen superhumano de nuestros ideales valida nuestra creencia
de que somos los hijos de Dios y hace reales nuestras convicciones altruistas,
los sentimientos de la hermandad del hombre.
1134:8 103:5.10
El hombre, en su dominio espiritual, verdaderamente tiene una voluntad libre.
El hombre mortal no es un esclavo desamparado de la soberanía inflexible de
un Dios todopoderoso ni la víctima de una fatalidad sin esperanzas dentro
de un determinismo mecanicista cósmico. El hombre es en verdad el arquitecto
de su propio destino eterno.
1135:1 103:5.11
Pero el hombre no halla la salvación ni se ennoblece por las presiones. El
crecimiento espiritual emana desde el interior del alma en evolución. La presión
puede deformar la personalidad, pero no estimula jamás el crecimiento. Aún
la presión educativa es útil únicamente en forma negativa, en cuanto ayuda
a prevenir experiencias desastrosas. El crecimiento espiritual es más grande
cuando todas las presiones externas son mínimas. "Donde está el espíritu
del Señor, allí hay libertad". El hombre se desarrolla mejor cuando las
presiones del hogar, de la comunidad, la iglesia y el estado son menores.
Pero esto no se debe interpretar como significando que no haya cabida en la
sociedad progresiva para el hogar, las instituciones sociales, la iglesia
y el estado.
1135:2 103:5.12
Una vez que un miembro de un grupo social religioso haya cumplido con los
requisitos de dicho grupo, debería ser alentado a disfrutar de libertad religiosa
en la expresión plena de su propia interpretación personal de las verdades
de la creencia religiosa y los hechos de la experiencia religiosa. La seguridad
de un grupo religioso depende de la unidad espiritual, no de la uniformidad
teológica. Un grupo religioso debería poder disfrutar de la libertad de pensar
libremente, sin tener que volverse "librepensadores". Existe gran
esperanza para toda iglesia que adore al Dios vivo, valide la hermandad de
los hombres, y se atreva a quitar toda presión de credo de sus integrantes.
6. LA COORDINACIÓN FILosÓFICA
1135:3 103:6.1 La teología
es el estudio de las acciones y reacciones del espíritu humano; no puede jamás
volverse una ciencia, puesto que debe estar siempre combinada más o menos
con la psicología en su expresión personal y con la filosofía en su marco
sistemático. La teología es siempre el estudio de tu religión; el estudio
de la religión de otros es psicología.
1135:4 103:6.2
Cuando el hombre se acerca al estudio y al examen de su universo desde afuera,
da origen a varias ciencias físicas; cuando encara la investigación del yo
y del universo desde adentro, da origen a la teología y a la metafísica.
El arte de la filosofía más reciente se desarrolla en un esfuerzo por armonizar
las muchas discrepancias que están destinadas a aparecer al principio entre
los hallazgos y enseñanzas de estas dos avenidas diametralmente opuestas de
enfoque al universo de las cosas y de los seres.
1135:5 103:6.3
La religión tiene que ver con el punto de vista espiritual, el conocimiento
del carácter interior de la experiencia humana. La naturaleza espiritual
del hombre le ofrece la oportunidad de volver el universo de afuera hacia
adentro. Por lo tanto es verdad que, vista exclusivamente desde el interior
de la experiencia de la personalidad, toda creación parece ser espiritual
en su naturaleza.
1135:6 103:6.4
Cuando el hombre inspecciona analíticamente el universo a través de las dotes
materiales de sus sentidos físicos y la percepción mental asociada, el cosmos
parece ser mecánico y hecho de materia-energía. Dicha técnica de estudiar
la realidad consiste en volver el universo de adentro hacia afuera.
1135:7 103:6.5
Un concepto filosófico lógico y coherente del universo no puede ser construido
sobre los postulados ni del materialismo ni del espiritismo, pues ambos sistemas
de pensamiento, cuando se los aplica en forma universal, obligan a ver el
cosmos en una distorsión, el primero encarando el universo de adentro hacia
afuera, el segundo comprendiendo la naturaleza del universo de afuera hacia
adentro. Por consiguiente, ni la ciencia ni la religión, podrán jamás por
sí mismas, en aislamiento, esperar ganar una comprensión adecuada de las verdades
universales y de sus relaciones, sin la guía de la filosofía humana y el esclarecimiento
de la revelación divina.
1136:1 103:6.6
El espíritu interior del hombre debe depender siempre para su expresión y
autorrealización del mecanismo y técnica de la mente. Del mismo modo, la experiencia
exterior del hombre con la realidad material debe fundarse en la conciencia
mental de la personalidad que la experimenta. Por lo tanto, las experiencias
humanas espirituales y materiales -interiores y exteriores- están siempre
correlacionadas con la función de la mente y condicionadas, en cuanto a su
comprensión consciente, por la actividad de la mente. El hombre experimenta
la materia en su mente; experimenta la realidad espiritual en el alma, pero
se hace consciente de esta experiencia en la mente. El intelecto es el armonizador,
el condicionador y calificador constante de la suma total de la experiencia
mortal. Tanto las cosas-energía como los valores espirituales están coloreados
por su interpretación a través del medio mental de la conciencia.
1136:2 103:6.7
Vuestra dificultad para llegar a una coordinación más armoniosa entre la ciencia
y la religión se debe a vuestra total ignorancia de la existencia intermedia
del reino del mundo morontial de cosas y seres. El universo local consiste
en tres grados, o etapas, de manifestación de la realidad: materia, morontia
y espíritu. El ángulo morontial de enfoque borra toda divergencia entre los
hallazgos de las ciencias físicas y el funcionamiento del espíritu de la religión.
La razón es la técnica de comprensión de las ciencias; la fe es la técnica
de discernimiento de la religión. Mota es la técnica del nivel morontial.
Mota es una sensibilidad supermaterial a la realidad que está comenzando a
compensar el crecimiento incompleto, y su sustancia es el conocimiento-razón
y su esencia la fe-discernimiento. Mota es una reconciliación superfilosófica
de la percepción divergente de la realidad que no es obtenible para las personalidades
materiales; está basada en parte sobre la experiencia de haber sobrevivido
la vida material en la carne. Pero muchos mortales han reconocido que es deseable
tener algún método de reconciliación de la interrelación entre los vastamente
separados dominios de la ciencia y la religión; y la metafísica es el resultado
del vano intento del hombre por salvar este abismo bien reconocido. Pero la
metafísica humana ha demostrado ser más desconcertante que esclarecedora.
La metafísica representa un esfuerzo bien intencionado pero fútil del hombre
por compensar la ausencia de la mota de morontia.
1136:3 103:6.8
La metafísica ha resultado ser un fracaso; la mota, el hombre no puede percibirla.
La revelación es la única técnica que puede compensar por la ausencia de la
sensibilidad a la verdad de mota en un mundo material. La revelación aclara
en forma determinada la mezcla de metafísica desarrollada por la razón en
una esfera evolucionaria.
1136:4 103:6.9
La ciencia es el intento del hombre de estudiar su medio ambiente físico,
el mundo de la energía-materia; la religión es la experiencia del hombre con
el cosmos de los valores espirituales; la filosofía ha sido desarrollada por
el esfuerzo de la mente del hombre para organizar y correlacionar los hallazgos
de estos conceptos vastamente separados en algo que se parezca a una actitud
razonable y unificada hacia el cosmos. La filosofía, aclarada por la revelación,
funciona aceptablemente en ausencia de mota, y cuando la metafísica, que la
razón del hombre ha creado en sustituto de mota, se derrumba y fracasa.
1136:5 103:6.10
El hombre primitivo no diferenciaba entre el nivel energético y el nivel espiritual.
Fueron la raza violeta y sus sucesores anditas quienes en primer término intentaron
divorciar lo matemático de lo volicional. Cada vez más el hombre civilizado
ha seguido los pasos de los primeros griegos y sumerios, quienes distinguieron
entre lo inanimado y lo animado. A medida que la civilización progresa, la
filosofía tendrá que arrojar puentes sobre los abismos cada vez más grandes
entre el concepto del espíritu y el concepto de la energía. Pero en el tiempo
del espacio estas divergencias son una en el Supremo.
1137:1 103:6.11
La ciencia siempre debe basarse en la razón, aunque la imaginación y la conjetura
son útiles en la extensión de sus límites. La religión depende para siempre
de la fe, aunque la razón sea una influencia estabilizadora y una asistenta
útil. Siempre ha habido, y siempre habrá, interpretaciones confusas de los
fenómenos tanto del mundo natural como del mundo espiritual, ciencias y religiones
falsamente llamadas así.
1137:2 103:6.12
Basado en su comprensión incompleta de la ciencia, su leve captación de la
religión, y sus intentos abortivos en cuanto a la metafísica, el hombre ha
intentado construir sus formulaciones de filosofía. El hombre moderno verdaderamente
construiría una filosofía valiosa y atractiva de sí mismo y de su universo
si no fuese por la ruptura de su conexión metafísica importantísima e indispensable
entre los mundos de la materia y del espíritu, el fracaso de la metafísica
para tender un puente sobre el abismo morontial entre lo físico y lo espiritual.
El hombre mortal no tiene el concepto de mente y materia morontiales, y la
revelación es la única técnica para restaurar esta deficiencia en los
datos conceptuales que el hombre tan urgentemente necesita para poder construir
una filosofía lógica del universo y llegar a una comprensión satisfactoria
de su lugar seguro y establecido en ese universo.
1137:3 103:6.13
La revelación es la única esperanza del hombre evolucionario por tender un
puente sobre el abismo morontial. La fe y la razón, sin ayuda de mota, no
pueden concebir ni construir un universo lógico. Sin la visión de mota, el
hombre mortal no puede discernir la bondad, el amor y la verdad en los fenómenos
del mundo material.
1137:4 103:6.14
Cuando la filosofía del hombre se inclina intensamente hacia el mundo de la
materia, se vuelve racionalista o naturalista. Cuando la filosofía
se inclina particularmente hacia el nivel espiritual, se vuelve idealista
o aun mística. Cuando la filosofía es tan desafortunada como para inclinarse
hacia la metafísica, infaliblemente se vuelve escéptica, confusa.
En eras pasadas, la mayor parte del conocimiento del hombre y de sus evaluaciones
intelectuales ha caído en una de estas tres distorsiones de percepción. La
filosofía no se atreve a proyectar sus interpretaciones de la realidad en
la forma lineal de la lógica; no debe fallar nunca en tomar en cuenta la simetría
elíptica de la realidad y la curvatura esencial de todos los conceptos de
relación.
1137:5 103:6.15
La filosofía más elevada obtenible por el hombre mortal debe estar basada
lógicamente en la razón de la ciencia, la fe de la religión, y el discernimiento
de la verdad ofrecido por la revelación. Mediante esta unión el hombre puede
compensar de algún modo su fracaso en desarrollar una metafísica adecuada
y por su incapacidad para comprender la mota de morontia.
7. LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN
1137:6 103:7.1 La ciencia
está sostenida por la razón, la religión por la fe. La fe, aunque no esté
basada en la razón, es razonable; aunque independiente de la lógica, está
sin embargo alentada por una lógica sólida. La fe no puede ser alimentada
ni siquiera por una filosofía ideal; en efecto es, con la ciencia, la fuente
misma de dicha filosofía. La fe, el discernimiento religioso humano, tan sólo
puede ser instruida en forma segura por la revelación, puede ser seguramente
elevada tan sólo por la experiencia mortal personal con la presencia espiritual
Ajustadora del Dios que es espíritu.
1137:7 103:7.2
La verdadera salvación es la técnica de la evolución divina de la mente mortal
desde la identificación con la materia, a través de los dominios del vínculo
morontial, al elevado estado universal de la correlación espiritual. Así como
el instinto intuitivo material precede a la aparición del conocimiento razonado
en la evolución terrestre, también la manifestación del discernimiento intuitivo
espiritual presagia la aparición posterior de la razón y experiencia morontiales
y espirituales en el programa excelso de la evolución celestial, el asunto
de transmutar los potenciales del hombre temporal en la actualidad y divinidad
del hombre eterno, un finalista en el Paraíso.
1138:1 103:7.3
Pero a medida que el hombre ascendente se acerca interiormente y hacia el
Paraíso buscando la experiencia con Dios, del mismo modo se acercará hacia
afuera y hacia el espacio buscando la comprensión energética del cosmos material.
La progresión de la ciencia no está limitada a la vida terrestre del hombre.
Su experiencia de ascensión en el universo y en el superuniverso será en buena
parte el estudio de la transmutación de la energía y de la metamorfosis de
la materia. Dios es espíritu, pero Deidad es unidad, y la unidad de la Deidad
comprende no sólo los valores espirituales del Padre Universal y del Hijo
Eterno sino que también conoce los hechos energéticos del Controlador Universal
y de la Isla del Paraíso, mientras que estas dos fases de la realidad universal
están perfectamente correlacionadas en las relaciones mentales del Actor Conjunto
y unificadas en el nivel finito en la Deidad surgente del Ser Supremo.
1138:2 103:7.4
La unión de la actitud científica y el discernimiento religioso por la mediación
de la filosofía experiencial es parte de la experiencia del hombre en su larga
ascención al Paraíso. Las aproximaciones de las matemáticas y las certezas
del discernimiento siempre requerirán la función armonizadora de lógica mental
en todos los niveles de la experiencia antes del logro máximo del Supremo.
1138:3 103:7.5
Pero la lógica jamás podrá conseguir armonizar los hallazgos de la ciencia
y los discernimientos de la religión a menos que tanto el aspecto científico
como el religioso de una personalidad estén dominados por la verdad, sinceramente
deseosos de seguir la verdad adondequiera que los conduzca sin preocuparse
por las conclusiones que puedan derivar.
1138:4 103:7.6
La lógica es la técnica de la filosofía, su método de expresión. Dentro del
dominio de la verdadera ciencia, la razón puede responder siempre a la lógica
genuina; dentro del dominio de la verdadera religión, la fe es siempre lógica
desde la base del punto de vista interior, aunque dicha fe pueda parecer sin
fundamentos desde el punto de vista interior del planteamiento científico.
Desde afuera, mirando hacia adentro, el universo podrá parecer material; desde
adentro, mirando hacia afuera, el mismo universo parece totalmente espiritual.
La razón nace de la conciencia material, la fe de la conciencia espiritual,
pero por la mediación de una filosofía fortalecida por la revelación, la lógica
puede confirmar tanto la visión interior como la exterior, realizando de esta
manera la estabilización tanto de la ciencia como de la religión. Así, mediante
el contacto común con la lógica de la filosofía, tanto la ciencia como la
religión se volverán cada vez más tolerantes cada una de la otra, y cada vez
menos escépticas.
1138:5 103:7.7
Lo que tanto la ciencia en desarrollo como la religión necesitan es una mirada
más penetrante y una autocrítica sin miedo, una mayor conciencia de la condición
incompleta del estado evolucionario. Los maestros tanto de la ciencia como
de la religión frecuentemente muestran demasiada autoconfianza y son excesivamente
dogmáticos. La ciencia y la religión tan sólo pueden ser autocríticas de sus
hechos. En cuanto uno se aleja de la etapa de los hechos, la razón
abdica o bien degenera rápidamente en un consorte de lógica falsa.
1138:6 103:7.8
La verdad -una comprensión de las relaciones cósmicas, de los hechos del universo,
y los valores espirituales- puede ser alcanzada mejor a través del ministerio
del Espíritu de la Verdad y puede ser criticada mejor por la revelación. Pero
la revelación no origina ni una ciencia ni una religión; su función
consiste en coordinar tanto la ciencia como la religión con la verdad de la
realidad. Siempre, en ausencia de revelación o ante su incapacidad de aceptarla
o entenderla, el hombre mortal ha recurrido a su fútil gesto de la metafísica,
siendo ésa el único sustituto humano de la revelación de la verdad o de la
mota de la personalidad morontial.
1139:1 103:7.9
La ciencia del mundo material permite al hombre controlar, y hasta cierto
punto dominar, su ambiente físico. La religión de la experiencia espiritual
es la fuente del impulso a la fraternidad que permite a los hombres convivir
en las complejidades de la civilización de una era científica. La metafísica,
pero más certeramente la revelación, permite un punto de encuentro común para
los descubrimientos de la ciencia y de la religión y hace posible el intento
humano de correlacionar lógicamente estos dominios separados pero interdependientes
del pensamiento en una filosofía bien equilibrada de estabilidad científica
y certeza religiosa.
1139:2 103:7.10
En el estado mortal, nada puede ser probado en forma absoluta; tanto la ciencia
como la religión se basan en suposiciones. En el nivel morontial, los postulados
tanto de la ciencia como de la religión pueden ser comprobados, parcialmente,
por la lógica mota. En el nivel espiritual de estado máximo la necesidad de
prueba finita se desvanece gradualmente ante la experiencia real de la realidad
y con la misma; pero aun entonces existe mucho, más allá de lo finito, que
queda sin comprobar.
1139:3 103:7.11
Todas las divisiones del pensamiento humano se basan en ciertas suposiciones
que se aceptan, aunque no estén comprobadas, mediante una sensibilidad constitutiva
a la realidad de la dotación mental del hombre. La ciencia inicia su carrera
de razonamiento suponiendo la realidad de tres cosas: la materia,
el movimiento y la vida. La religión inicia su carrera con la suposición de
la validez de tres cosas: la mente, el espíritu y el universo -el Ser Supremo.
1139:4 103:7.12
La ciencia se vuelve el dominio del pensamiento de las matemáticas, de la
energía y de lo material del tiempo en el espacio. La religión intenta tratar
no sólo con el espíritu finito y temporal sino también con el espíritu de
la eternidad y de la supremacía. Sólo a través de una larga experiencia en
mota estos dos extremos de la percepción universal pueden hacer que produzcan
interpretaciones análogas de orígenes, funciones, relaciones, realidades y
destinos. La armonización máxima de la divergencia energía-espíritu está en
el circuito de los Siete Espíritus Rectores; la primera unificación de esta
divergencia, en la Deidad del Supremo; su unidad finalista, en la infinidad
de la Primera Fuente y Centro, el YO SOY.
1139:5 103:7.13
La razón es el acto de reconocer las conclusiones de la conciencia
en cuanto a la experiencia en el mundo físico de energía y materia y con ese
mismo mundo. La fe es el acto de reconocer la validez de la conciencia
espiritual -algo que no admite otra prueba mortal. La lógica es la
progresión sintética de la búsqueda de la verdad de la unidad de la fe y la
razón y está fundada en las dotes constitutivas de la mente de los seres mortales,
el reconocimiento innato de cosas, significados y valores.
1139:6 103:7.14
Existe una verdadera prueba de realidad espiritual en la presencia del Ajustador
del Pensamiento, pero la validez de esta presencia no es demostrable al mundo
exterior sino sólo al que así experimenta la residencia de Dios. La conciencia
del Ajustador se basa en la recepción intelectual de la verdad, la percepción
supermental de la bondad, y la motivación de la personalidad al amor.
1139:7 103:7.15
La ciencia descubre el mundo material, la religión lo evalúa, y la filosofía
intenta interpretar sus significados mientras coordina el punto de vista material
científico con el concepto religioso espiritual. Pero la historia es el dominio
en el que la ciencia y la religión tal vez no lleguen nunca a concordar totalmente.
8. LA FILosOFÍA Y LA RELIGIÓN
1140:1 103:8.1 Aunque
tanto la ciencia como la filosofía pueden suponer la probabilidad de Dios
mediante su razón y lógica, sólo la experiencia religiosa personal de un hombre
conducido por el espíritu puede afirmar la certeza de dicha Deidad suprema
y personal. Mediante la técnica de tal encarnación de la verdad viva, la hipótesis
filosófica de la probabilidad de Dios se vuelve una realidad religiosa.
1140:2 103:8.2
La confusión sobre la experiencia de la certidumbre de Dios surge de las interpretaciones
y relaciones poco similares de esa experiencia por parte de los distintos
individuos y de las diversas razas de los hombres. La experiencia de Dios
puede ser totalmente válida, pero la disertación sobre Dios, siendo
intelectual y filosófica, es divergente y a menudo confusamente falaz.
1140:3 103:8.3
Un hombre bueno y noble puede estar totalmente enamorado de su esposa pero
ser completamente incapaz de pasar en forma satisfactoria un examen escrito
sobre la psicología del amor conyugal. Otro hombre, con muy poco amor o ninguno
por su esposa, puede pasar el mismo examen aceptablemente. La imperfección
del discernimiento del amante en la verdadera naturaleza del ser amado no
invalida en lo más mínimo la realidad o la sinceridad de su amor.
1140:4 103:8.4
Si crees sinceramente en Dios -por la fe lo conoces y lo amas- no permitas
que la realidad de dicha experiencia sea de ninguna manera disminuida o substraída
por las insinuaciones dudosas de la ciencia, las especulaciones de la lógica,
los postulados de la filosofía, o las astutas sugerencias de almas bien intencionadas
que quieren crear una religión sin Dios.
1140:5 103:8.5
La certidumbre del religionista que conoce a Dios no debería ser alterada
por la incertidumbre del materialista incrédulo; por el contrario, la incertidumbre
del no creyente debería ser poderosamente desafiada por la profunda fe y la
certidumbre inconmovible del creyente experiencial.
1140:6 103:8.6
La filosofía, para servir mejor a la ciencia y la religión, debe evitar los
extremos tanto del materialismo como del panteísmo. Sólo una filosofía que
reconozca la realidad de la personalidad -la permanencia en la presencia del
cambio- puede ser de valor moral para el hombre, puede servir de enlace entre
las teorías de la ciencia material y de la religión espiritual. La revelación
es la compensación de la fragilidad de la filosofía en evolución.
9. LA ESENCIA DE LA RELIGIÓN
1140:7 103:9.1 La teología
trata del contenido intelectual de la religión, la metafísica (revelación)
de los aspectos filosóficos. La experiencia religiosa es el contenido espiritual
de la religión. A pesar de los caprichos mitológicos y de las ilusiones psicológicas
del contenido intelectual de la religión, las suposiciones metafísicas erróneas
y las técnicas de autoengaño, las distorsiones políticas y las perversiones
socioeconómicas del contenido filosófico de la religión, la experiencia espiritual
de la religión personal permanece genuina y válida.
1140:8 103:9.2
La religión tiene que ver con el sentimiento, la actuación, y el vivir, no
meramente con el pensar. El proceso de pensar está más estrechamente vinculado
con la vida material y debería ser dominado en su mayor parte, pero no totalmente,
por la razón y los hechos de la ciencia y, en sus alcances no materiales hacia
los dominios espirituales, por la verdad. Aunque la propia teología sea ilusoria
y errónea, la propia religión puede ser totalmente genuina y eternamente verdadera.
1141:1 103:9.3
El budismo en su forma original es una de las mejores religiones sin Dios
que hayan surgido a lo largo de la historia evolucionaria de Urantia, aunque,
en la forma en que esta fe se desarrolló, no permaneció sin Dios. La religión
sin fe es una contradicción; sin Dios, una contradicción filosófica y un absurdo
intelectual.
1141:2 103:9.4
La paternidad mágica y mitológica de la religión natural no invalida la realidad
y verdad de las religiones revelatorias posteriores y el profundo evangelio
salvador de la religión de Jesús. La vida de Jesús y sus enseñanzas finalmente
libraron a la religión de las supersticiones de la magia, las ilusiones de
la mitología, y la esclavitud del dogmatismo tradicional. Pero esta primitiva
magia y mitología prepararon efectivamente el terreno para una religión superior
y más reciente, suponiendo la existencia y realidad de valores y seres supermateriales.
1141:3 103:9.5
Aunque la experiencia religiosa es un fenómeno subjetivo puramente espiritual,
dicha experiencia comprende una actitud positiva y de fe viviente hacia los
más altos dominios de la realidad objetiva del universo. El ideal de la filosofía
religiosa es tal fe-confianza que pueda conducir al hombre a depender sin
condiciones del amor absoluto del Padre Infinito del universo de los universos.
Tal experiencia religiosa genuina trasciende en mucho la objetivación filosófica
del deseo idealista; en efecto, toma a la salvación como cosa normal y se
preocupa tan sólo por aprender y hacer la voluntad del Padre en el Paraíso.
Las marcas de dicha religión son: fe en una Deidad suprema, esperanza de supervivencia
eterna, y amor, especialmente hacia el prójimo.
1141:4 103:9.6
Cuando la teología domina la religión, la religión muere; se torna una doctrina
en vez de una vida. La misión de la teología consiste meramente en facilitar
la autoconciencia de la experiencia personal espiritual. La teología constituye
el esfuerzo religioso de definir, aclarar, exponer y justificar las declaraciones
experienciales de la religión que, en último análisis, tan sólo pueden ser
validadas por la fe viviente. En la filosofía más elevada del universo, la
sabiduría, como la razón, se alía a la fe. La razón, la sabiduría y la fe
son los logros más elevados del hombre. La razón lleva al hombre al mundo
de los hechos, de las cosas; la sabiduría le presenta el mundo de la verdad,
de las relaciones; la fe le abre la puerta al mundo de la divinidad, la experiencia
espiritual.
1141:5 103:9.7
La fe lleva voluntariamente a la razón hasta donde ésta puede llegar, y luego
sigue con la sabiduría hasta el límite filosófico total; finalmente se atreve
a lanzarse en un viaje universal sin límites ni fin acompañada tan sólo por
la verdad.
1141:6 103:9.8
La ciencia (el conocimiento) se funda en la suposición inherente (espíritu
ayudante) de que la razón es válida, de que el universo puede ser comprendido.
La filosofía (comprensión coordinada) se funda en la suposición inherente
(espíritu de sabiduría) de que la sabiduría es válida, de que el universo
material puede ser coordinado con el espiritual. La religión (la verdad de
la experiencia espiritual personal) se funda en la suposición inherente (Ajustador
del Pensamiento) de que la fe es válida, de que Dios puede ser conocido y
alcanzado.
1141:7 103:9.9
La plena realización de la realidad de la vida mortal consiste en un deseo
progresivo de creer en estas suposiciones de la razón, la sabiduría y la fe.
Dicha vida está motivada por la verdad y dominada por el amor; y estos son
los ideales de realidad cósmica objetiva cuya existencia no puede ser demostrada
en forma material.
1142:1 103:9.10
Cuando la razón reconoce el bien y el mal, exhibe sabiduría; cuando la sabiduría
elige entre el bien y el mal, entre la verdad y el error, demuestra ser guiada
por el espíritu. Y de esta manera las funciones de la mente, el alma y el
espíritu están unidas estrechamente por siempre y funcionalmente interasociadas.
La razón trata del conocimiento de los hechos; la sabiduría, de la filosofía
y la revelación; la fe, de la experiencia espiritual viva. Mediante la verdad,
el hombre alcanza la belleza y mediante el amor espiritual, asciende a la
bondad.
1142:2 103:9.11
La fe conduce a conocer a Dios, no meramente a un sentimiento místico de la
presencia divina. La fe no debe estar influida excesivamente por sus consecuencias
emotivas. La verdadera religión es una experiencia de creencia y conocimiento
así como también una satisfacción de sentimiento.
1142:3 103:9.12
Existe una realidad en la experiencia religiosa que es proporcional al contenido
espiritual, y dicha realidad trasciende la razón, la ciencia, la filosofía,
la sabiduría y todos los demás logros humanos. Las convicciones de dicha experiencia
son inatacables; la lógica del vivir religioso es incontrovertible; la certidumbre
de dicho conocimiento es superhumana; las satisfacciones son soberbiamente
divinas, la valentía indomitable, las devociones incuestionables, las lealtades
supremas, y los destinos finales -eternos, últimos y universales.
1142:4 103:9.13
[Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]
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