ÍNDICE 
  
    El libro de Urantia
  
  
    Edición 1999
  
   
  
    DOCUMENTO 118 
     EL SUPREMO Y EL ÚLTIMO-EL TIEMPO Y EL ESPACIO  
  
  
    
       
    
   EN CUANTO a las diversas naturalezas de la Deidad, se puede decir que: 
  
1294:2  118:0.2 
    1. El Padre es un yo autoexistente. 
    1294:3  118:0.3 2. El Hijo es un yo 
    coexistente. 
    1294:4  118:0.4 
    3. El Espíritu es un yo conjunto-existente. 
    1294:5  118:0.5 4. El Supremo es un 
    yo evolucionario-experiencial. 
    1294:6  118:0.6 5. El Séptuple es 
    divinidad autodistributiva. 
    1294:7  118:0.7 6. El Último es un 
    yo transcendental-experiencial.
    1294:8  118:0.8 
    7. El Absoluto es un yo existencial-experiencial. 
   1294:9  118:0.9 
    Aunque Dios el Séptuple es indispensable para el logro evolucionario del Supremo, 
    el Supremo es también indispensable para la emergencia eventual del Último. 
    Y la presencia dual del Supremo y del Último constituye la asociación básica 
    de la Deidad subabsoluta y derivada, porque son interdependientemente complementarios 
    en el logro del destino. Juntos constituyen el puente experiencial que vincula 
    los comienzos y los cumplimientos de todo crecimiento creador en el universo 
    maestro. 
   1294:10  118:0.10 
    El crecimiento creador es sin fin pero es por siempre satisfactorio, sin fin 
    en extensión pero siempre puntualizado por aquellos momentos de satisfacción 
    de la personalidad por el logro pasajero de un objetivo que sirve tan eficazmente 
    como preludio de la movilización hacia nuevas aventuras en el crecimiento 
    cósmico, la exploración del universo y el logro de la Deidad. 
    1294:11  118:0.11 
    Aunque el dominio de las matemáticas está repleto de limitaciones cualitativas, 
    provee a la mente finita con una base conceptual para discurrir la infinidad. 
    No existen limitaciones cuantitativas a los números, ni siquiera en la comprensión 
    de la mente finita. Aunque el número concebido sea muy grande, puedes visualizar 
    la posibilidad de que se le agregue uno más. Además puedes comprender que 
    eso está por debajo de la infinidad, porque aunque repitas esta adición muchísimas 
    veces, siempre se podrá agregar un número más. 
    1294:12  118:0.12 
    Al mismo tiempo, se puede totalizar la serie infinita en cualquier punto específico, 
    y este total (más adecuadamente un subtotal) proporciona la plenitud de la 
    dulzura del logro del objetivo para una persona determinada en un momento 
    y estado determinados. Pero tarde o temprano esta misma persona comienza a 
    tener hambre y anhelo de objetivos nuevos y más grandes, y dichas aventuras 
    en el crecimiento aparecerán para siempre en la plenitud del tiempo y en los 
    ciclos de la eternidad. 
    1294:13  118:0.13 
    Cada edad universal sucesiva es una antecámara de la era siguiente de crecimiento 
    cósmico, y cada época universal provee un destino inmediato para todas las 
    etapas precedentes. Havona, en sí misma y por sí misma, es una creación perfecta 
    pero limitada por su perfección; la perfección de Havona, que se expande hacia 
    afuera hacia los superuniversos evolucionarios, encuentra no solamente el 
    destino cósmico sino también la liberación de las limitaciones de la existencia 
    preevolucionaria. 
  1. EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD 
  
 1295:1  118:1.1 Es útil 
    para la orientación cósmica del hombre obtener toda comprensión posible de 
    la relación de la Deidad con el cosmos. Aunque la Deidad absoluta es eterna 
    en su naturaleza, los Dioses están relacionados con el tiempo como experiencia 
    en la eternidad. En los universos evolucionarios la eternidad es la perdurabilidad 
    temporal -el ahora sempiterno. 
   1295:2  118:1.2 
    La personalidad de la criatura mortal puede eternizarse mediante la autoidentificación 
    con el espíritu morador a través de la técnica de elegir hacer la voluntad 
    del Padre. Dicha consagración de la voluntad es equivalente a la realización 
    de la eternidad-realidad de propósito. Esto significa que el propósito de 
    la criatura se ha vuelto fijo en cuanto se refiere a la sucesión de los momentos; 
    dicho de otra manera, que la sucesión de los momentos no presenciará ningún 
    cambio en el propósito de la criatura. Un millón o mil millones de momentos 
    no significan una diferencia. El número ha cesado de tener significado en 
    cuanto al propósito de la criatura. Así, la elección de la criatura más la 
    elección de Dios eventúan en las realidades eternas de la unión perdurable 
    del espíritu de Dios y la naturaleza del hombre en el servicio eterno de los 
    hijos de Dios y de su Padre del Paraíso. 
    1295:3  118:1.3 
    Existe una relación directa entre la madurez y la unidad de la conciencia 
    del tiempo en cualquier intelecto determinado. La unidad de tiempo puede ser 
    un día, un año o un período más prolongado, pero inevitablemente es el criterio 
    por el cual el yo consciente evalúa las circunstancias de la vida, y por el 
    cual el intelecto que concibe mide y evalúa los hechos de la existencia temporal. 
    
    1295:4  118:1.4 
    La experiencia, la sabiduría y el juicio son los concomitantes de la prolongación 
    de las unidades del tiempo en la experiencia mortal. A medida que la mente 
    humana piensa hacia atrás en el pasado, evalúa la experiencia pasada con el 
    propósito de aplicarla a la situación presente. Cuando una mente va hacia 
    el futuro, intenta evaluar el significado futuro de una acción posible. Habiendo 
    así tomado en cuenta tanto la experiencia como la sabiduría, la voluntad humana 
    despliega una decisión y juicio en el presente y el plan de acción así nacido 
    del pasado y del futuro se vuelve existente. 
    1295:5  118:1.5 
    En la madurez del yo en desarrollo, el pasado y el futuro se unen para iluminar 
    el verdadero significado del presente. A medida que el yo madura, busca la 
    experiencia cada vez más atrás en el pasado, mientras que sus pronósticos 
    de sabiduría intentan penetrar cada vez más profundamente en el futuro desconocido. 
    A medida que el ser que concibe extiende su alcance cada vez más lejos tanto 
    en el pasado como en el futuro, del mismo modo su juicio se vuelve cada vez 
    menos dependiente del presente momentario. De esta manera la acción de tomar 
    decisiones comienza a escaparse de las cadenas del presente transitorio, empezando 
    a la vez a tomar aspectos de significación pasada-futura. 
   1295:6  118:1.6 
    Los mortales, cuyas unidades de tiempo son cortas, practican la paciencia; 
    la verdadera madurez trasciende la paciencia en un refrenamiento nacido de 
    la verdadera comprensión. 
   1295:7  118:1.7 
    Madurar significa vivir más intensamente en el presente, escapándose al mismo 
    tiempo de las limitaciones del presente. Los planes de madurez, fundados en 
    la experiencia pasada, se están concretando en el presente para de tal manera 
    enaltecer los valores del futuro. 
    1295:8  118:1.8 
    La unidad de tiempo de la inmadurez concentra el significado-valor en el momento 
    presente para de tal manera divorciar el presente de su relación auténtica 
    con el no presente -el pasado-futuro. La unidad de tiempo de la madurez está 
    dimencionada para de tal modo revelar la relación coordinada del pasado-presente-futuro 
    que el yo comienza a obtener discernimiento en la totalidad de los acontecimientos, 
    comienza a visualizar el paisaje del tiempo desde una perspectiva panorámica 
    de horizontes ampliados, comienza tal vez a sospechar el continuo eterno, 
    sin comienzo ni fin, los fragmentos del cual se llaman tiempo. 
    1296:1  118:1.9 
    En los niveles de lo infinito y de lo absoluto, el momento presente contiene 
    todo el pasado, así como también todo el futuro. YO SOY significa también 
    YO FUI y YO SERÉ. Y esto representa nuestro mejor concepto de la eternidad 
    y de lo eterno. 
    1296:2  118:1.10 
    En el nivel absoluto y eterno, la realidad potencial es tan significativa 
    como la realidad actual. Sólo en el nivel finito y para las criaturas ligadas 
    al tiempo, parecería que existiera tan enorme diferencia. Para Dios, como 
    absoluto, un mortal ascendente que ha hecho la decisión eterna ya es un finalista 
    del Paraíso. Pero el Padre Universal, a través del Ajustador del Pensamiento 
    residente, no está limitado de esta manera en su conciencia, sino que también 
    puede saber y participar en toda lucha temporal con los problemas del ascenso 
    de la criatura desde los niveles de la semejanza con los animales hasta los 
    niveles de la existencia de la semejanza con Dios. 
  2. LA OMNIPRESENCIA Y LA UBICUIDAD 
  
 1296:3  118:2.1 No se debe 
    confundir la ubicuidad de la Deidad con la ultimidad de la omnipresencia divina. 
    Es volitivo del Padre Universal que el Supremo, el Último y el Absoluto compensen, 
    coordinen y unifiquen su ubicuidad espacio-temporal y su omnipresencia que 
    trasciende el tiempo y el espacio con su presencia universal y absoluta sin 
    tiempo y sin espacio. Y debéis recordar que, aunque la ubicuidad de la Deidad 
    pueda ser tan frecuentemente asociada con el espacio, no está necesariamente 
    condicionada por el tiempo. 
   1296:4  118:2.2 
    Como seres ascendentes mortales y morontiales discernís progresivamente a 
    Dios a través del ministerio de Dios el Séptuple. A través de Havona descubrís 
    a Dios el Supremo. En el Paraíso lo encontráis como persona, y luego como 
    finalistas finalmente intentaréis conocerlo como el Último. Siendo finalistas, 
    parecería que hubiese tan sólo un curso para seguir después de haber obtenido 
    al Último, y ése sería comenzar la búsqueda del Absoluto. Ningún finalista 
    será atribulado por las incertidumbres del logro del Absoluto de Deidad puesto 
    que al fin de las ascensiones suprema y última ha encontrado a Dios el Padre. 
    Sin duda dichos finalistas creerán que, aunque consiguieran encontrar a Dios 
    el Absoluto, tan sólo estarían descubriendo al mismo Dios, el Padre del Paraíso 
    que se manifiesta en niveles más aproximadamente infinitos y universales. 
    Indudablemente, el logro de Dios en lo absoluto revelaría al Antepasado Primario 
    de los universos así como también al Padre Final de las personalidades. 
    1296:5  118:2.3 
    Dios el Supremo podría no ser una demostración de la omnipresencia espacio-temporal 
    de la Deidad, pero es literalmente una manifestación de la ubicuidad divina. 
    Entre la presencia espiritual del Creador y las manifestaciones materiales 
    de la creación hay un vasto dominio del devenir ubicuo -la emergencia 
    universal de la Deidad evolucionaria. 
    1296:6  118:2.4 
    Si Dios el Supremo toma en algún momento el control directo de los universos 
    del tiempo y del espacio, estamos seguros que dicha administración por la 
    Deidad funcionará bajo el supercontrol del Último. En tal caso Dios el Último 
    comenzaría a hacerse manifiesto a los universos del tiempo como el Todopoderoso 
    trascendental (el Omnipotente) ejerciendo el supercontrol del su pertiempo 
    y del espacio trascendido en cuanto a las funciones administrativas del Supremo 
    Todopoderoso. 
    1297:1  118:2.5 
    La mente mortal puede preguntar, así como lo hacemos nosotros: si la evolución 
    de Dios el Supremo a autoridad administrativa en el gran universo va acompañada 
    de un aumento de las manifestaciones de Dios el Último, ¿irá una emergencia 
    correspondiente de Dios el Último en los universos postulados del espacio 
    exterior acompañada de similares revelaciones enaltecidas de Dios el Absoluto? 
    Pero realmente no lo sabemos. 
  3. LAS RELACIONES ESPACIO-TEMPORALES 
  
 1297:2  118:3.1 Sólo por 
    la ubicuidad podría unificar la Deidad las manifestaciones espacio-temporales 
    a la concepción finita, porque el tiempo es una sucesión de instantes mientras 
    que el espacio es un sistema de puntos asociados. Después de todo, vosotros 
    percibís el tiempo por el análisis y el espacio por la síntesis. Coordináis 
    y asociáis estos dos conceptos distintos mediante la integración del discernimiento 
    de la personalidad. De todo el mundo animal sólo el hombre posee esta perceptibilidad 
    del tiempo y del espacio. Para los animales el movimiento tiene un significado, 
    pero el movimiento exhibe valor tan sólo para una criatura con estado de personalidad. 
   1297:3  118:3.2 
    El tiempo condiciona las cosas, pero la verdad no conoce el tiempo. Cuanto 
    más verdad conozcas más serás verdad, más entenderás del pasado y más comprenderás 
    del futuro. 
    1297:4  118:3.3 
    La verdad es inamovible -perennemente libre de todas las vicisitudes transitorias, 
    aunque jamás muerta ni formal, siempre vibrante y adaptable -radiantemente 
    viva. Pero cuando la verdad se vincula con el hecho, tanto el tiempo como 
    el espacio condicionan sus significados y correlacionan sus valores. Tales 
    realidades de la verdad unidas con el hecho se tornan conceptos y por lo tanto 
    se los relega al dominio de las realidades cósmicas relativas. 
    1297:5  118:3.4 
    La vinculación de la verdad absoluta y eterna del Creador con la experiencia 
    factual de la criatura finita y temporal eventúa un nuevo y emergente valor 
    del Supremo. El concepto del Supremo es esencial para la coordinación del 
    supermundo divino e invariable con el mundo inferior finito y en cambio constante. 
   1297:6  118:3.5 
    El espacio es, de todas las cosas no absolutas, la que más se acerca a ser 
    absoluta. El espacio es aparentemente absolutamente último. La dificultad 
    real que tenemos para comprender el espacio en el nivel material se debe al 
    hecho de que, aunque los cuerpos materiales existen en el espacio, el espacio 
    también existe en estos mismos cuerpos materiales. Aunque el espacio cuenta 
    con mucho que es absoluto, eso no significa que el espacio sea absoluto. 
    1297:7  118:3.6 
    Tal vez sea útil para comprender las relaciones espaciales conjeturar que, 
    hablando en términos relativos, el espacio es, después de todo, una propiedad 
    de todos los cuerpos materiales. Por lo tanto, cuando un cuerpo se mueve a 
    través del espacio también lleva consigo todas sus propiedades, incluso el 
    espacio que está en tal cuerpo en movimiento y es parte del mismo. 
    1297:8  118:3.7 
    Todos los modelos de la realidad ocupan espacio en los niveles materiales, 
    pero los modelos espirituales tan sólo existen en relación con el espacio; 
    no ocupan espacio ni lo desplazan, tampoco lo contienen. Pero para nosotros 
    el enigma principal del espacio corresponde a la forma de una idea. Cuando 
    penetramos el dominio de la mente encontramos muchos enigmas. ¿Acaso la forma 
    -la realidad- de una idea ocupa espacio? Realmente no lo sabemos aunque estamos 
    seguros de que la forma de la idea no contiene espacio. Pero sería incorrecto 
    postular que lo inmaterial es siempre no espacial. 
  4. LA CAUSALIDAD PRIMARIA Y LA SECUNDARIA 
  
 1298:1  118:4.1 Muchas 
    de las dificultades teológicas y de los dilemas metafísicos del hombre mortal 
    se deben al hecho de que el hombre desubica la personalidad de la Deidad y 
    la consiguiente asignación de los atributos infinito y absoluto, a la Divinidad 
    subordinada y a la Deidad evolucionaria. No debéis olvidar que, aunque realmente 
    existe una verdadera Primera Causa, también hay huestes de causas coordinadas 
    y subordinadas, causas tanto asociadas como secundarias. 
    1298:2  118:4.2 
    La distinción vital entre causas primeras y causas segundas es que las causas 
    primeras producen efectos originales libres de la herencia de todo factor 
    derivado de toda causalidad antecedente. Las causas secundarias producen efectos 
    que invariablemente exhiben la herencia de otra causalidad precedente. 
   1298:3  118:4.3 
    Los potenciales puramente estáticos inherentes en el Absoluto No Cualificado 
    son reactivos a esas causaciones del Absoluto de Deidad que se producen por 
    las acciones de la Trinidad del Paraíso. En presencia del Absoluto Universal 
    estos potenciales estáticos impregnados de causalidad se vuelven de pronto 
    activos y reactivos a la influencia de ciertas agencias trascendentales cuyas 
    acciones dan como resultado la transmutación de estos potenciales activados 
    al estado de verdaderas posibilidades universales para el desarrollo, capacidades 
    actualizadas para el crecimiento. Es sobre dichos potenciales madurados sobre 
    los cuales los creadores y controladores del gran universo ejecutan el drama 
    interminable de la evolución cósmica. 
    1298:4  118:4.4 
    La causalidad, si dejamos de lado los existenciales, es triple en su constitución 
    básica. Al operar en esta edad universal y refiriéndose al nivel finito de 
    los siete superuniversos, se la puede concebir como sigue: 
   1298:5  118:4.5 
    1. Activación de los potenciales estáticos. El establecimiento del 
    destino en el Absoluto Universal por las acciones del Absoluto de Deidad, 
    que funciona en el Absoluto No Cualificado y sobre éste y como consecuencia 
    de los mandatos volitivos de la Trinidad del Paraíso. 
  1298:6  118:4.6 
    2. Eventuación de las capacidades universales. Esto comprende la transformación 
    de los potenciales no diferenciados en planes segregados y bien definidos. 
    Ésta es la acción de la Ultimidad de la Deidad y de las múltiples agencias 
    del nivel trascendental. Dichas acciones son en anticipación perfecta a las 
    necesidades futuras de todo el universo maestro. Es en relación con la segregación 
    de potenciales que existen los Arquitectos del Universo Maestro como verdaderas 
    incorporaciones del concepto de la Deidad, mantenido en los universos. Parece 
    que sus planes son, en último término, limitados en su extensión por el espacio, 
    por la periferia conceptual del universo maestro, pero, como planes 
    no están condicionados de ninguna otra manera por el tiempo o el espacio. 
  1298:7  118:4.7 
    3.  Creación y evolución de actuales en los universos. Es sobre un 
    cosmos impregnado de la presencia productora de capacidad de la Ultimidad 
    de la Deidad, sobre el cual los Creadores Supremos actúan para efectuar las 
    transmutaciones temporales de los potenciales madurados en actuales experienciales. 
    Dentro del universo maestro toda actualización de la realidad potencial está 
    limitada por la capacidad última para el desarrollo y está condicionada espacio-temporalmente 
    en las etapas finales de su emergencia. Los Hijos Creadores que salen del 
    Paraíso son, en actualidad, creadores transformadores en el sentido 
    cósmico. Pero esto no invalida de manera alguna el concepto que tiene el hombre 
    sobre ellos como creadores; desde el punto de vista finito ellos indudablemente 
    pueden crear, y por cierto lo hacen. 
  5. LA OMNIPOTENCIA Y LA COMPOSIBILIDAD 
  
 1299:1  118:5.1 La omnipotencia 
    de la Deidad no implica el poder de hacer lo que no se puede hacer. Dentro 
    del marco espacio-temporal y desde un punto de referencia intelectual de la 
    comprensión mortal, aun el Dios infinito no puede crear círculos cuadrados 
    ni producir mal que sea inherentemente bueno. Dios no puede hacer lo que no 
    se parezca a Dios. Dicha contradicción de términos filosóficos es equivalente 
    a una no entidad e implica que nada se crea de esta manera. Un rasgo de la 
    personalidad no puede ser al mismo tiempo semejante y no semejante a Dios. 
    La composibilidad es innata en el poder divino. Y todo esto se deriva del 
    hecho de que la omnipotencia no sólo crea cosas con una naturaleza sino que 
    también da origen a la naturaleza de todas las cosas y seres. 
   1299:2  118:5.2 
    En el comienzo el Padre lo hace todo, pero a medida que el panorama de la 
    eternidad se va abriendo en respuesta a la voluntad y a los mandatos del Infinito, 
    se hace cada vez más aparente que las criaturas, aun los hombres, han de volverse 
    los socios de Dios en la realización de la finalidad del destino. Y esto es 
    verdad inclusive en el caso de la vida en la carne; cuando el hombre y Dios 
    forman una asociación no se puede poner limitación alguna sobre las posibilidades 
    futuras de tal asociación. Cuando el hombre se da cuenta de que el Padre Universal 
    es su socio en la progresión eterna, cuando se fusiona con la presencia Paterna 
    residente en él, ha roto, en espíritu, las cadenas del tiempo y ya ha entrado 
    en las progresiones de la eternidad en pos del Padre Universal. 
    1299:3  118:5.3 
    La conciencia mortal procede del hecho, al significado, y luego al valor. 
    La conciencia del Creador procede del pensamiento-valor, a través de la palabra-significado, 
    al hecho de la acción. Dios siempre debe actuar para romper el impase de la 
    unidad no cualificada inherente a la infinidad existencial. La Deidad debe 
    proporcionar siempre el universo que funciona como modelo, las personalidades 
    perfectas, la verdad, belleza y bondad originales que anhelan todas las creaciones 
    subdeidades. Dios debe siempre encontrar primero al hombre para que el hombre 
    pueda más tarde encontrar a Dios. Siempre debe haber un Padre Universal antes 
    de que pueda haber filiación universal y consiguiente hermandad universal. 
  6. LA OMNIPOTENCIA Y LA OMNIFICENCIA 
  
 1299:4  118:6.1 Dios es 
    verdaderamente omnipotente, pero no es omnificente, -no hace personalmente 
    todo lo que se hace. La omnipotencia comprende el potencial de poder del Supremo 
    Todopoderoso y del Ser Supremo, pero las acciones volitivas de Dios el Supremo 
    no son acciones personales de Dios el Infinito. 
    1299:5  118:6.2 
    Abogar en pro la omnificencia de la Deidad primaria equivaldría a quitar las 
    franquicias de casi un millón de Hijos Creadores Paradisiacos, sin mencionar 
    las innumerables huestes de varias otras órdenes de asistentes creadores concurrentes. 
    No hay sino una Causa no causada en todo el universo. Todas las demás causas 
    son derivativas de esta Primera Gran Fuente y Centro. Nada en esta filosofía 
    viola de manera alguna el libre albedrío de las miríadas de hijos de la Deidad 
    esparcidos por un vasto universo. 
   1299:6  118:6.3 
    Dentro de un marco local, la volición puede parecer funcionar como causa no 
    causada, pero exhibe infaliblemente los factores de la herencia que establecen 
    la relación con las Primeras Causas únicas, originales y absolutas. 
    1299:7  118:6.4 
    Toda volición es relativa. En el sentido original, sólo el Padre-YO SOY posee 
    la finalidad de volición; en el sentido absoluto, sólo el Padre, el Hijo y 
    el Espíritu exhiben las prerrogativas de volición incondicionada por el tiempo 
    e ilimitada por el espacio. El hombre mortal está dotado de libre albedrío, 
    el poder de elección, y aunque dicha elección no sea absoluta es sin embargo 
    relativamente final en un nivel finito y en cuanto respecta al destino de 
    la personalidad que selecciona. 
    1300:1  118:6.5 
    La volición en cualquier nivel que no llegue al absoluto encuentra limitaciones, 
    las cuales son constitutivas en la personalidad misma que ejerce el poder 
    de elección. El hombre no puede elegir más allá de la gama de lo que es elegible. 
    No puede, por ejemplo, elegir ser otra cosa en vez de un ser humano, salvo 
    que puede elegir ser más que un hombre; puede elegir embarcarse en el viaje 
    de la ascensión en los universos, pero esto se debe a que la elección humana 
    y la voluntad divina coinciden en este punto. Y lo que el hijo anhela y el 
    Padre desea, ciertamente ocurrirá. 
    1300:2  118:6.6 
    En la vida mortal, se abren y se cierran continuamente caminos diferenciales 
    de conducta, y durante los tiempos en los que es posible la elección, la personalidad 
    humana está constantemente decidiendo entre estos muchos cursos de acción. 
    La volición temporal se vincula al tiempo y debe aguardar el paso del tiempo 
    para encontrar la oportunidad de expresión. La volición espiritual ha comenzado 
    a saborear la liberación de las cadenas del tiempo, habiendo alcanzado un 
    escape parcial de la secuencia temporal, y eso se debe a que la volición espiritual 
    se autoidentifica con la voluntad de Dios. 
    1300:3  118:6.7 
    La volición, el acto de elegir, debe funcionar dentro del marco universal 
    que se ha actualizado en respuesta a una elección previa y más elevada. La 
    entera gama de la voluntad humana está estrictamente limitada por lo finito, 
    excepto en un detalle: cuando el hombre elige encontrar a Dios y ser como 
    él, dicha elección es superfinita; sólo la eternidad podrá revelar si esta 
    elección es también super-absonita. 
   1300:4  118:6.8 
    Reconocer la omnipotencia de la Deidad consiste en disfrutar de seguridad 
    en tu experiencia de ciudadanía cósmica, poseer la certeza de la seguridad 
    en el largo viaje al Paraíso. Pero aceptar la falacia de la omnificencia es 
    abrazar el colosal error del panteísmo. 
  7. LA OMNICIENCIA Y LA PREDESTINACIÓN 
  
 1300:5  118:7.1 La función 
    de la voluntad del Creador y de la voluntad de la criatura, en el gran universo, 
    opera dentro de los límites y de acuerdo con las posibilidades establecidas 
    por los Arquitectos Maestros. Esta preordenación de estos límites máximos 
    no limita, sin embargo, en lo más mínimo la soberanía de la voluntad de la 
    criatura dentro de estas fronteras. Tampoco constituye el preconocimiento 
    último -con la plena libertad de toda elección finita- una abrogación de la 
    volición finita. Un ser humano maduro y con visión podría tal vez pronosticar 
    en forma más precisa la decisión de un asociado más joven, pero este preconocimiento 
    no quita nada de la libertad y autenticidad de la decisión misma. Los Dioses 
    han sabiamente limitado la gama de acción de la voluntad inmadura, pero ésta 
    es sin embargo voluntad auténtica dentro de estos límites definidos. 
    1300:6  118:7.2 
    Aun la correlación suprema de toda elección pasada, presente y futura, no 
    invalida la autenticidad de estas elecciones. Más bien indica la tendencia 
    preordenada del cosmos y sugiere preconocimiento de aquellos seres volitivos 
    que van, o no, a elegir volverse partes contributivas de la actualización 
    experiencial de toda realidad. 
   1300:7  118:7.3 
    El error en la elección finita está ligado al tiempo y limitado a éste. Puede 
    existir sólo en el tiempo y  dentro  de la presencia evolutiva del 
    Ser Supremo. Tal elección errónea es posible en el tiempo e indica (además 
    de la incompletez del Supremo) esa cierta gama de elección con la cual han 
    de estar dotadas las criaturas inmaduras para disfrutar de la progresión universal 
    al hacer un contacto por libre albedrío con la realidad. 
    1301:1  118:7.4 
    El pecado en el espacio condicionado por el tiempo prueba claramente la libertad 
    temporal -aún la licencia- de la voluntad finita. El pecado ilustra la inmadurez 
    deslumbrada por la libertad de la voluntad relativamente soberana de la personalidad, 
    que al mismo tiempo no es capaz de percibir las obligaciones y deberes supremos 
    de la ciudadanía cósmica. 
    1301:2  118:7.5 
    La iniquidad en los dominios finitos revela la realidad transitoria de todo 
    yo no identificado con Dios. Sólo cuando una criatura se identifica con Dios 
    se vuelve verdaderamente real en los universos. La personalidad finita no 
    es autocreada, pero en la arena superuniversal de elección autodetermina su 
    destino. 
   1301:3  118:7.6 
    El otorgamiento de la vida hace que los sistemas de energía material sean 
    capaces de autoperpetuación, autopropagación y autoadaptación. La dotación 
    de personalidad imparte a los organismos vivos las prerrogativas ulteriores 
    de la autodeterminación, autoevolución y autoidentificación con un espíritu 
    de Deidad, capaz de fusión. 
    1301:4  118:7.7 
    Las cosas vivas subpersonales indican que la mente puede activar la energía-materia, 
    primero en forma de controladores físicos y luego como espíritus ayudantes 
    de la mente. La dotación de la personalidad proviene del Padre e imparte prerrogativas 
    únicas de elección al sistema viviente. Pero si la personalidad tiene la prerrogativa 
    de ejercer la elección volitiva de la identificación con la realidad, y si 
    esto es una elección verdadera y libre, entonces la personalidad en evolución 
    también debe tener la opción de elegir volverse autoconfusa, autodesorganizadora 
    y autodestructiva. No se puede evitar la posibilidad de la autodestrucción 
    cósmica si la personalidad en evolución ha de ser verdaderamente libre en 
    el ejercicio de la voluntad finita. 
    1301:5  118:7.8 
    Por lo tanto hay mayor seguridad si se aminoran los límites de la elección 
    de la personalidad a través de los niveles más bajos de la existencia. La 
    elección se vuelve cada vez más liberada a medida que se asciende en los universos; 
    la elección eventualmente aproxima la libertad divina cuando la personalidad 
    ascendente alcanza divinidad de estado, supremacía de consagración a los propósitos 
    del universo, llenura del logro de la sabiduría cósmica y alcanza finalidad 
    de identificación de la criatura con la voluntad y el camino de Dios. 
  8. EL CONTROL Y EL SUPERCONTROL 
  
 1301:6  118:8.1 En las 
    creaciones del tiempo y el espacio, el libre albedrío está cercado de restricciones, 
    de limitaciones. La evolución de la vida material es primero mecánica, luego 
    activada por la mente y (después de la dotación de la personalidad) puede 
    llegar a ser dirigida por el espíritu. Se limita físicamente la evolución 
    orgánica en los mundos habitados por los potenciales de las implantaciones 
    originales de vida física de los Portadores de Vida. 
    1301:7  118:8.2 
    El hombre mortal es una máquina, un mecanismo vivo; sus raíces están verdaderamente 
    en el mundo físico de la energía. Muchas reacciones humanas son de naturaleza 
    mecánica; mucho de su vida es semejante a la máquina. Pero el hombre, un mecanismo, 
    es mucho más que una máquina; está dotado de mente y residido por el espíritu; 
    y aunque a través de toda su vida material no pueda jamás escapar a la mecánica 
    química y eléctrica de su existencia, puede aprender cada vez más cómo subordinar 
    su máquina de vida física a la sabiduría directiva de la experiencia por el 
    proceso de consagrar la mente humana a la ejecución de los impulsos espirituales 
    del Ajustador del Pensamiento residente. 
   1301:8  118:8.3 
    El espíritu libera, y el mecanismo limita, la función de la voluntad. La elección 
    imperfecta, no controlada por el mecanismo ni identificada con el espíritu 
    es peligrosa e inestable. El dominio mecánico asegura la estabilidad en detrimento 
    del progreso; la alianza con el espíritu libera la elección del nivel físico 
    y al mismo tiempo asegura la estabilidad divina producida por un mayor discernimiento 
    universal y una mayor comprensión cósmica. 
    1302:1  118:8.4 
    El gran peligro que acecha a la criatura es de que, al lograr la liberación 
    de las cadenas del mecanismo de la vida, fracasará al compensar esta pérdida 
    de estabilidad mediante una vinculación armoniosa funcional con el espíritu. 
    La elección de la criatura, cuando está relativamente liberada de la estabilidad 
    mecánica, puede intentar una autoliberación ulterior independientemente de 
    la identificación más elevada con el espíritu. 
    1302:2  118:8.5 
    El principio entero de la evolución biológica hace imposible que el hombre 
    primitivo aparezca en los mundos habitados con una dote grande de autocontrol. 
    Por lo tanto este mismo diseño creador que determinó la evolución, del mismo 
    modo provee aquellos controles exteriores en el tiempo y en el espacio, tales 
    como el hambre y el temor, que circunscriben eficazmente la gama de elección 
    subespiritual de estas criaturas poco cultas. A medida que la mente del hombre 
    sobrepasa con éxito barreras cada vez más difíciles, este mismo diseño creador 
    también ha proveído una lenta acumulación de herencia racial de sabiduría 
    experiencial penosamente ganada -en otras palabras: el mantenimiento de un 
    equilibrio entre los controles exteriores en disminución y los controles interiores 
    en aumento. 
    1302:3  118:8.6 
    La lentitud de la evolución, del progreso cultural humano, atestigua la eficacia 
    de ese freno -inercia material- que tan eficientemente opera para retardar 
    las velocidades peligrosas del progreso. Así amortigua el tiempo mismo y distribuye 
    los resultados, que de otra manera serían fatales, de la huida prematura de 
    las barreras que más inmediatamente afectan la acción humana. Porque cuando 
    la cultura avanza demasiado rápidamente, cuando el logro material va más rápido 
    que la evolución de la adoración-sabiduría, la civilización contiene dentro 
    de sí misma las semillas de la retrogresión; y a menos que se las refuerce 
    por un rápido aumento de la sabiduría experiencial, tales sociedades humanas 
    retrocederán de los niveles de logro elevados pero prematuros, y las "edades 
    de las tinieblas" del interregno de la sabiduría, atestiguarán la restauración 
    inexorable de un desequilibrio entre la autolibertad y el autocontrol. 
    1302:4  118:8.7 
    La iniquidad de Caligastia consistió en desviar el factor de tiempo en la 
    liberación progresiva del hombre -la destrucción gratuita de las barreras 
    de freno, barreras que las mentes mortales de aquellos tiempos aún no habían 
    sobrepasado experiencialmente. 
    1302:5  118:8.8 
    La mente que puede llevar a cabo una reducción parcial del tiempo y del espacio, 
    por esta misma acción se prueba a sí misma como poseyente de las semillas 
    de una sabiduría que puede servir eficazmente en lugar de la barrera de freno 
    trascendida. 
    1302:6  118:8.9 
    Lucifer intentó en forma similar destruir el factor de tiempo que opera como 
    freno del logro prematuro de ciertas libertades en el sistema local. Un sistema 
    local establecido en luz y vida ha logrado experiencialmente aquellos puntos 
    de vista y discernimientos que hacen posible la operación de muchas técnicas 
    que serían destructivas y desgarradoras en las eras anteriores al establecimiento 
    en ese mismo reino. 
    1302:7  118:8.10 
    A medida que el hombre se sacude el peso del temor, a medida que cruza continentes 
    y océanos con sus máquinas y generaciones y siglos con sus registros, debe 
    sustituir cada freno trascendido con un freno nuevo, asumido voluntariamente, 
    de acuerdo con los dictados morales de la sabiduría humana en expansión. Estos 
    frenos autoimpuestos son al mismo tiempo el más poderoso y el más tenue de 
    todos los factores de la civilización humana -los conceptos de justicia y 
    los ideales de fraternidad. El hombre llega a calificarse a sí mismo para 
    llevar las vestimentas restringentes de la misericordia cuando se atreve a 
    amar a sus semejantes, mientras que logra el comienzo de la hermandad espiritual 
    cuando elige tratarlos como le gustaría ser tratado a sí mismo, tratarlos 
    como él concibe que Dios los trataría. 
   1303:1  118:8.11 
    Una reacción universal automática es estable y, en cierta forma, continua 
    en el cosmos. Una personalidad que conoce a Dios y que desea hacer su voluntad, 
    que tiene discernimiento espiritual, es divinamente estable y eternamente 
    existente. La gran aventura universal del hombre consiste en el tránsito de 
    su mente mortal desde la estabilidad de la estática mecánica a la dinámica 
    espiritual de la divinidad, y logra esta transformación por la fuerza y la 
    constancia de sus propias decisiones que afectan personalidad, declarando 
    en cada una de las situaciones de su vida: "Es mi voluntad que se haga 
    tu voluntad". 
  9. Los MECANISMOS DEL UNIVERSO 
  
 1303:2  118:9.1 El tiempo 
    y el espacio constituyen un mecanismo conjunto del universo maestro. Son los 
    dispositivos por los cuales las criaturas finitas están capacitadas para coexistir 
    en el cosmos con el Infinito. Las criaturas finitas están eficazmente aisladas 
    de los niveles absolutos por el tiempo y el espacio. Pero este medio de aislamiento, 
    sin el cual no podría existir ningún mortal, opera directamente para limitar 
    la gama de la acción finita. Sin éstos ninguna criatura podría actuar, pero 
    por la presencia de éstos las acciones de cada criatura están claramente limitadas. 
    
    1303:3  118:9.2 
    Los mecanismos producidos por las mentes más elevadas funcionan para liberar 
    sus fuentes creadoras pero hasta cierto punto invariablemente limitan la acción 
    de todas las inteligencias subordinadas. Para las criaturas de los universos 
    esta limitación se evidencia en el mecanismo de los universos. El hombre no 
    tiene libre albedrío ilimitado; hay límites a su gama de elección, pero dentro 
    del radio de esta elección su voluntad es relativamente soberana. 
    1303:4  118:9.3 
    El mecanismo de vida de la personalidad mortal, el cuerpo humano, es el producto 
    del diseño creador supermortal; por lo tanto el hombre mismo no puede nunca 
    controlarlo perfectamente. Sólo cuando el hombre ascendente, en enlace con 
    el Ajustador fusionado, autocrea el mecanismo para la expresión de la personalidad, 
    alcanzará el control perfeccionado del mismo. 
    1303:5  118:9.4 
    El gran universo es mecanismo así como organismo, mecánico y viviente -un 
    mecanismo vivo activado por una Mente Suprema, un mecanismo que se coordina 
    con el Espíritu Supremo, y que encuentra expresión en los niveles máximos 
    de la unificación del poder y la personalidad como Ser Supremo. Pero negar 
    el mecanismo de la creación finita es negar el hecho y dejar de ver la realidad. 
    
    1303:6  118:9.5 
    Los mecanismos son los productos de la mente, la mente creadora que actúa 
    sobre los potenciales cósmicos y en éstos. Los mecanismos son las cristalizaciones 
    fijas del pensamiento del Creador, y por siempre funcionan de acuerdo con 
    el concepto volitivo que les diera origen. Pero el propósito de la existencia 
    de cada mecanismo está en su origen, no en su función. 
    1303:7  118:9.6 
    No se deben considerar estos mecanismos como una limitación de la acción de 
    la Deidad; más bien es verdad que en estos mismos mecanismos la Deidad ha 
    alcanzado una fase de expresión eterna. Los mecanismos básicos del universo 
    han comenzado a existir como respuesta a la voluntad absoluta de la Primera 
    Fuente y Centro y por lo tanto funcionarán eternamente en armonía perfecta 
    con el plan del Infinito; son en verdad los rasgos no volitivos de ese mismo 
    plan. 
    1303:8  118:9.7 
    Comprendemos algo de cómo el mecanismo del Paraíso se correlaciona con la 
    personalidad del Hijo Eterno; ésta es la función del Actor Conjunto. Y tenemos 
    teorías a propósito de las operaciones del Absoluto Universal en cuanto a 
    los mecanismos teóricos del Absoluto No Cualificado y a la persona potencial 
    del Absoluto de Deidad. Pero en las Deidades evolutivas del Supremo y del 
    Último observamos que ciertas fases impersonales se unen efectivamente con 
    sus contrapartes volitivas y por lo tanto una nueva relación está evolucionándose 
    entre el modelo y la persona. 
    1304:1  118:9.8 
    En la eternidad del pasado el Padre y el Hijo encontraron unión en la unidad 
    de la expresión del Espíritu Infinito. Si, en la eternidad del futuro, los 
    Hijos Creadores y los Espíritus Creativos de los universos locales del tiempo 
    y del espacio fueran a lograr la unión creadora en los reinos del espacio 
    exterior, ¿qué crearía su unidad como expresión combinada de sus naturalezas 
    divinas? Es muy posible que presenciaremos una manifestación hasta ahora no 
    revelada de la Deidad Última, un nuevo tipo de superadministrador. Estos seres 
    comprenderían prerrogativas únicas de personalidad, siendo la unión, por una 
    parte, de la experiencia de un Creador personal, de un Espíritu Creativo impersonal 
    y de las criaturas mortales, y por otra, de la personalización progresiva 
    de la Ministra Divina. Tales seres podrían ser últimos en cuanto comprenderían 
    la realidad personal e impersonal, mientras que combinaran las experiencias 
    del Creador y de la criatura. Sean cuales fueren los atributos de tales terceras 
    personas de estas trinidades funcionales postuladas de las creaciones del 
    espacio exterior, mantendrán una relación un tanto similar con sus Padres 
    Creadores y sus Madres Creativas a la que mantiene el Espíritu Infinito con 
    el Padre Universal y el Hijo Eterno. 
   1304:2  118:9.9 
    Dios el Supremo es la personalización de toda la experiencia universal, el 
    enfoque de toda evolución finita, la maximación de toda realidad de la criatura, 
    la consumación de la sabiduría cósmica, la incorporación de las bellezas armoniosas 
    de las galaxias del tiempo, la verdad de los significados mentales cósmicos 
    y la bondad de los supremos valores espirituales. Y Dios el Supremo en el 
    futuro eterno, sintetizará estas múltiples diversidades finitas en un todo 
    experiencialmente significativo, así como están ahora unidos existencialmente 
    en los niveles absolutos en la Trinidad del Paraíso. 
  10. LAS FUNCIONES DE LA PROVIDENCIA 
  
 1304:3  118:10.1 La providencia 
    no significa que Dios ha decidido todo para nosotros y por adelantado. Dios 
    nos ama demasiado como para hacer eso, porque eso sería prácticamente tiranía 
    cósmica. El hombre tiene poderes relativos de elección. Tampoco es el amor 
    divino, ese afecto miope que mimaría y consentiría a los hijos del hombre. 
   1304:4  118:10.2 
    El Padre, el Hijo y el Espíritu -como Trinidad- no son el Supremo Todopoderoso, 
    pero la supremacía del Todopoderoso no puede nunca manifestarse sin ellos. 
    El crecimiento del Todopoderoso está centrado en los Absolutos de actualidad 
    y basado en los Absolutos de potencialidad. Pero las funciones del 
    Supremo Todopoderoso están relacionadas con las funciones de la Trinidad del 
    Paraíso. 
    1304:5  118:10.3 
    Parecería que, en el Ser Supremo, todas las fases de la actividad universal 
    están siendo parcialmente reunidas por la personalidad de esta Deidad experiencial. 
    Cuando, por lo tanto, deseamos visualizar la Trinidad como un Dios, y si limitamos 
    este concepto al gran universo actualmente conocido y organizado, descubrimos 
    que el Ser Supremo en evolución es la representación parcial de la Trinidad 
    del Paraíso. Ulteriormente descubrimos que esta Deidad Suprema está evolucionando 
    como síntesis de personalidad de la materia, la mente y el espíritu finitos 
    en el gran universo. 
    1304:6  118:10.4 
    Los Dioses tienen atributos pero la Trinidad tiene funciones, y como la Trinidad, 
    la providencia es una función, el compuesto del supercontrol distinto de personal 
    del universo de los universos, que se extiende de los niveles evolucionarios 
    del Séptuple, sintetizándose en poder del Todopoderoso hasta los dominios 
    trascendentales de la Ultimidad de la Deidad. 
   1304:7  118:10.5 
    Dios ama a cada criatura como a un hijo, y ese amor acompaña a cada criatura 
    a lo largo de todo el tiempo y de la eternidad. La providencia funciona respecto 
    al total y trata de la función de cualquier criatura en cuanto tal función 
    esté relacionada con el total. La intervención providencial respecto de un 
    ser específico es indicativa de la importancia de la  función de ese 
    ser en cuanto al crecimiento evolucionario de algún total; dicho total puede 
    ser la raza total, la nación total, el planeta total o aun un total más elevado. 
    Es la importancia de la función de la criatura la que ocasiona la intervención 
    providencial, no la importancia de la criatura como persona. 
    1305:1  118:10.6 
    Sin embargo, el Padre como persona puede en cualquier momento interponer una 
    mano paterna en la corriente de los acontecimientos cósmicos, todo de acuerdo 
    con la voluntad de Dios y en consonancia con la sabiduría de Dios y motivado 
    por el amor de Dios. 
    1305:2  118:10.7 
    Lo que el hombre llama providencia es demasiado frecuentemente el producto 
    de su propia imaginación, la yuxtaposición fortuita de las circunstancias 
    del azar. Existe sin embargo una providencia real y emergente en el reino 
    finito de la existencia universal, una correlación verdadera y actualizante 
    de las energías del espacio, los movimientos del tiempo, los pensamientos 
    del intelecto, los ideales del carácter, los deseos de las naturalezas espirituales 
    y las acciones volitivas determinadas de las personalidades en evolución. 
    Las circunstancias de los mundos materiales encuentran integración finita 
    final en las presencias entrelazadas del Supremo y del Último. 
    1305:3  118:10.8 
    A medida que los mecanismos del gran universo se van perfeccionando hasta 
    el punto de una precisión final a través del supercontrol de la mente, y a 
    medida que la mente de la criatura asciende a la perfección del logro de la 
    divinidad a través de la integración perfeccionada con el espíritu, y a medida 
    que el Supremo, consiguientemente, emerge como un unificador actual de todos 
    estos fenómenos universales, del mismo modo la providencia se vuelve cada 
    vez más discernible. 
    1305:4  118:10.9 
    Algunas de las condiciones sorprendentemente fortuitas que ocasionalmente 
    prevalecen en los mundos evolucionarios pueden ser debidas a la presencia 
    en gradual emergencia del Supremo, la anticipación de sus actividades universales 
    futuras. La mayor parte de lo que un mortal llamaría providencial no lo es; 
    su juicio en estos asuntos está muy dificultado por la falta de visión perspicaz 
    en los verdaderos significados de las circunstancias de la vida. Mucho de 
    lo que un mortal llamaría buena suerte puede ser en realidad mala suerte; 
    la sonrisa de la fortuna, que dona tiempo libre no ganado y riqueza no merecida 
    puede ser la mayor de las aflicciones humanas; la crueldad aparente del hado 
    perverso que acumula tribulaciones sobre un mortal sufriente puede ser en 
    realidad un fuego templador que está transmutando el hierro blando de la personalidad 
    inmadura en el acero duro del verdadero carácter. 
    1035:5  118:10.10 
    Existe una providencia en los universos en evolución, y las criaturas pueden 
    descubrirla hasta el punto en que ellas hayan alcanzado la capacidad de percibir 
    el propósito de los universos en evolución. La capacidad completa de discernir 
    los propósitos universales equivale a haber completado la evolución de la 
    criatura y se puede expresar de otra manera como el logro del Supremo dentro 
    de los límites del estado presente de los universos incompletos. 
    1035:6  118:10.11 
    El amor del Padre actúa directamente en el corazón del individuo, independientemente 
    de las acciones o reacciones de todos los demás individuos; la relación es 
    personal -hombre y Dios. La presencia impersonal de la Deidad (el Supremo 
    Todopoderoso y la Trinidad del Paraíso) manifiesta respeto por el todo y no 
    por la parte. La providencia del supercontrol de la Supremacía se vuelve cada 
    vez más aparente a medida que las sucesivas partes del universo progresan 
    en el logro de los destinos finitos. A medida que los sistemas, constelaciones, 
    universos y superuniversos se establecen en luz y vida, el Supremo emerge 
    cada vez más como correlativo significativo de todo lo que ocurre, mientras 
    que el Último emerge gradualmente como unificador trascendental de todas las 
    cosas. 
    1306:1  118:10.12 
    En los comienzos de un mundo evolucionario los sucesos naturales de orden 
    material y los deseos personales de los seres humanos frecuentemente parecen 
    ser antagónicos. Es muy difícil para el hombre mortal comprender mucho de 
    lo que ocurre en un mundo en evolución -la ley natural tan frecuentemente 
    parece ser cruel, sin corazón e indiferente a todo lo que es verdadero, bello 
    y bueno en la comprensión humana. Pero a medida que la humanidad progresa 
    en el desarrollo planetario, observamos que este punto de vista se ve modificado 
    por los siguientes factores: 
   1306:2  118:10.13 
    1.  La visión en aumento del hombre -su comprensión creciente del mundo 
    en el cual vive; su capacidad que se va ampliando para la comprensión de los 
    hechos materiales del tiempo, las ideas significativas del pensamiento y los 
    ideales valiosos del discernimiento espiritual. Mientras los hombres midan 
    tan sólo con la vara de las cosas de naturaleza física no pueden esperar jamás 
    encontrar unidad en el tiempo y en el espacio. 1306:3  118:10.14 
    2.  El control en aumento del hombre -la acumulación gradual del conocimiento 
    de las leyes del mundo material, los propósitos de la existencia espiritual 
    y las posibilidades de la coordinación filosófica de estas dos realidades. 
    El hombre, el salvaje, estaba desamparado ante los ataques de las fuerzas 
    naturales, era esclavo ante el dominio cruel de sus propios temores interiores. 
    El hombre semicivilizado comienza a abrir la puerta del almacén de los secretos 
    de los reinos naturales y su ciencia está destruyendo lenta, pero eficazmente, 
    sus supersticiones, mientras que al mismo tiempo provee una base nueva y ampliada 
    de hecho para la comprensión de los significados de la filosofía y de los 
    valores de la verdadera experiencia espiritual. El hombre civilizado algún 
    día alcanzará un dominio relativo de las fuerzas físicas de su planeta; esparcirá 
    el amor de Dios en su corazón hacia afuera en forma eficaz como amor hacia 
    sus semejantes, mientras que los valores de la existencia humana se aproximarán 
    a los límites de la capacidad mortal. 1306:4  118:10.15 
    3.  Integración del hombre con el universo -el aumento de discernimiento 
    humano más el aumento del logro experiencial humano le trae hacia una armonía 
    más estrecha con las presencias unificadoras de la Supremacía -la Trinidad 
    del Paraíso y el Ser Supremo. Esto es lo que establece la soberanía del Supremo 
    en los mundos que se han establecido por mucho tiempo en luz y vida. Tales 
    planetas avanzados son efectivamente poemas de armonía, retratos de la belleza 
    de la bondad lograda, conseguida mediante la búsqueda de la verdad cósmica. 
    Si tales cosas pueden suceder en un planeta, cosas aun más grandes pueden 
    suceder en un sistema y en las unidades más grandes del gran universo a medida 
    que éstos también logren un establecimiento que indique el agotamiento de 
    los potenciales para el crecimiento finito. 
   1306:5  118:10.16 
    En un planeta de este orden avanzado, la providencia se ha vuelto una actualidad, 
    las circunstancias de la vida están correlacionadas, pero esto no se debe 
    solamente a que el hombre ha llegado a dominar los problemas materiales de 
    su mundo; es también porque ha comenzado a vivir de acuerdo con la tendencia 
    de los universos; está siguiendo el camino de la Supremacía para el logro 
    del Padre Universal. 
    1306:6  118:10.17 
    El reino de Dios está en el corazón de los hombres; y cuando este reino se 
    vuelve actual en el corazón de cada individuo de un mundo, la regla de Dios 
    se ha vuelto actual en el planeta; ésta es la soberanía lograda del Ser Supremo. 
    
    1306:7  118:10.18 
    Para realizar la providencia en el tiempo el hombre debe cumplir la tarea 
    de alcanzar la perfección. Pero el hombre aun ahora puede saborear por adelantado 
    esta providencia en sus significados eternos cuando discurre en el hecho universal 
    de que todas las cosas, ya sean buenas o malas, cooperan para el avance de 
    los mortales que conocen a Dios en su búsqueda del Padre de todo. 
    1306:8  118:10.19 
    La providencia se vuelve cada vez más discernible a medida que los hombres 
    se dirigen hacia arriba desde lo material a lo espiritual. El logro del discernimiento 
    espiritual completado permite que la personalidad ascendente detecte armonía 
    en lo que hasta ese momento era caos. Aun la mota morontial representa un 
    avance real en esta dirección. 
   1307:1  118:10.20 
    La providencia es en parte el supercontrol del Supremo incompleto manifestada 
    en los universos incompletos, y por lo tanto por siempre debe ser: 
  
     1.  Parcial  -debido a la condición incompleta de la actualización 
      del Ser Supremo;
      2.  Imprevisible  -debido a las fluctuaciones de la actitud de la 
      criatura, que por siempre varía de un nivel a otro, causando así aparentemente 
      una respuesta variable recíproca en el Supremo. 
  
   1307:4  118:10.21 
    Cuando los hombres oran para requerir la intervención providencial en las 
    circunstancias de la vida, muchas veces la respuesta a sus oraciones es su 
    propia actitud cambiada hacia la vida. Pero la providencia no es caprichosa, 
    tampoco es fantástica ni mágica. Es la emergencia lenta y segura del soberano 
    poderoso de los universos finitos, cuya presencia majestuosa detectan ocasionalmente 
    las criaturas en evolución en sus progresiones universales. La providencia 
    es la marcha segura y certera de las galaxias del espacio y de las personalidades 
    del tiempo hacia las metas de la eternidad, primero en el Supremo, luego en 
    el Último y tal vez en el Absoluto. Y en la infinidad creemos que existe la 
    misma providencia y que ésta es la voluntad, las acciones, el propósito de 
    la Trinidad del Paraíso que motiva así el panorama cósmico de universos tras 
    universos. 
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    [Patrocinado por un Mensajero Poderoso residente temporalmente en Urantia.]