ÍNDICE
El libro de Urantia
Edición 1999
DOCUMENTO 128
Los PRIMEROS AÑOS DE LA VIDA ADULTA DE JESÚS
1407:1 128:0.1
CUANDO Jesús de Nazaret comenzó los primeros años de su vida adulta,
había vivido, y continuaba viviendo, una vida humana normal y corriente en
la tierra. Jesús vino a este mundo exactamente como los demás niños; no participó
para nada en la elección de sus padres. Había escogido este mundo concreto
como planeta para llevar a cabo su séptima y última donación, su encarnación
en la similitud de la carne mortal; pero aparte de esto, vino al mundo de
una manera natural, creció como un niño del planeta y luchó contra las vicisitudes
de su entorno de la misma manera que lo hacen los demás mortales en este mundo
y en los mundos similares.
1407:2 128:0.2
Tened siempre presente que la donación de Miguel en Urantia tenía una doble
finalidad:
1. Comprender en todos sus detalles la experiencia de vivir la vida completa
de una criatura humana en la carne mortal, para consumar su soberanía en
Nebadon.
2. Revelar el Padre Universal a los habitantes mortales de los mundos del
tiempo y del espacio, y conducir con más eficacia a estos mismos mortales
a comprender mejor al Padre Universal.
1407:5 128:0.3
Todos los demás beneficios para las criaturas y ventajas para el universo
eran fortuitos y secundarios respecto a estas metas principales de la donación
como mortal.
1. EL VIGÉSIMO PRIMER AÑO (AÑO 15 d. de
J.C.)
1407:6 128:1.1 Al llegar
a la edad adulta, Jesús emprendió seriamente y con plena conciencia de sí
mismo la tarea de completar la experiencia de conocer a fondo la vida de las
formas más humildes de sus criaturas inteligentes; así adquiriría el derecho
definitivo y completo a gobernar de manera incondicional el universo que él
mismo había creado. Emprendió esta inmensa tarea con una conciencia total
de su doble naturaleza. Pero ya había combinado eficazmente estas dos naturalezas
en una sola -la de Jesús de Nazaret.
1407:7 128:1.2
Josué ben José sabía muy bien que era un hombre, un hombre mortal, nacido
de una mujer. Esto queda demostrado en la elección de su primera denominación,
el Hijo del Hombre. Compartió realmente la naturaleza de carne y sangre,
e incluso ahora que preside con autoridad soberana los destinos de un universo,
conserva todavía entre sus numerosos títulos bien ganados el de Hijo del Hombre.
Es literalmente cierto que el Verbo creador -el Hijo Creador- del Padre Universal
"se hizo carne y habitó en Urantia como un hombre del mundo". Trabajaba,
se cansaba, descansaba y dormía. Tuvo hambre y sació su apetito con alimentos;
tuvo sed y apagó su sed con agua. Experimentó toda la gama de sentimientos
y emociones humanas; fue "probado en todas las cosas de la misma manera
que vosotros", sufrió y murió.
1407:8 128:1.3
Obtuvo conocimientos, adquirió experiencia y combinó ambas cosas en sabiduría,
como lo hacen otros mortales del mundo. Hasta después de su bautismo no utilizó
ningún poder sobrenatural. No empleó ninguna influencia que no formara parte
de su dotación humana como hijo de José y de María.
1408:1 128:1.4
En cuanto a los atributos de su existencia prehumana, se despojó de ellos.
Antes de empezar su trabajo público, se impuso a sí mismo conocer a los hombres
y a los acontecimientos exclusivamente por medios humanos. Era un verdadero
hombre entre los hombres.
1408:2 128:1.5
Es una verdad eterna y gloriosa que: "Tenemos un alto gobernante que
puede conmoverse con el sentimiento de nuestras debilidades. Tenemos un Soberano
que fue, en todos los aspectos, probado y tentado como nosotros, pero sin
pecar". Y puesto que él mismo sufrió, habiendo sido probado y tentado,
es perfectamente capaz de comprender y ayudar a los que se encuentran confundidos
y afligidos.
1408:3 128:1.6
El carpintero de Nazaret comprendía ahora plenamente el trabajo que le esperaba,
pero escogió dejar que su vida humana continuara su curso natural. En algunas
de estas cuestiones es realmente un ejemplo para sus criaturas mortales, pues
como está escrito: "Tened en vosotros la mente que estaba también en
Cristo Jesús, el cual, siendo de la naturaleza de Dios, no consideraba extraño
ser igual a Dios. Sin embargo, se dio poca importancia, y tomando la forma
de una criatura, nació en la similitud de los hombres. Habiendo sido modelado
así como un hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, incluso
a la muerte en la cruz".
1408:4 128:1.7
Vivió su vida mortal exactamente como todos los miembros de la familia humana
pueden vivir la suya, como "aquel que en los días de su encarnación elevaba
con tanta frecuencia oraciones y súplicas, incluso con una gran emoción y
lágrimas, a Aquel que es capaz de salvar de todo mal, y sus oraciones fueron
eficaces porque creía". Por este motivo era necesario que se volviera
en todos los aspectos semejante a sus hermanos, para poder llegar a
ser un soberano misericordioso y comprensivo para ellos.
1408:5 128:1.8
Nunca dudó de su naturaleza humana; era evidente por sí misma y siempre estaba
presente en su conciencia. En cuanto a su naturaleza divina, siempre había
lugar para las dudas y las conjeturas; al menos fue así hasta el acontecimiento
que se produjo en su bautismo. La autoconciencia de su divinidad fue una lenta
revelación, y desde el punto de vista humano, una revelación evolutiva natural.
Esta revelación y esta autoconciencia de su divinidad empezaron en Jerusalén
con el primer acontecimiento sobrenatural de su existencia humana, cuando
aún no tenía trece años. La experiencia de realizar esta autoconciencia de
su naturaleza divina se completó en el momento de la segunda experiencia sobrenatural
de su encarnación; este episodio se produjo cuando Juan lo bautizó en el Jordán,
acontecimiento que marcó el principio de su carrera pública de servicio y
de enseñanza.
1408:6 128:1.9
Entre estas dos visitas celestiales, una a los trece años y la otra en su
bautismo, no ocurrió nada sobrenatural ni sobrehumano en la vida de este Hijo
Creador encarnado. A pesar de esto, el niño de Belén, el muchacho, el joven
y el hombre de Nazaret, eran en realidad el Creador encarnado de un universo;
pero en el transcurso de su vida humana hasta el día en que Juan lo bautizó,
ni una sola vez utilizó para nada este poder, ni siguió las directrices de
personalidades celestiales, exceptuando las de su serafín guardián. Nosotros
que atestiguamos esto sabemos lo que decimos.
1408:7 128:1.10
Sin embargo, durante todos estos años de su vida en la carne, era realmente
divino. Era en efecto un Hijo Creador del Padre del Paraíso. Una vez que emprendió
su carrera pública, después de completar técnicamente su experiencia puramente
mortal para adquirir la soberanía, no dudó en admitir públicamente que era
el Hijo de Dios. No dudó en declarar: "Yo soy el Alfa y la Omega, el
principio y el fin, el primero y el último." Años más tarde, no protestó
cuando le llamaron Señor de la Gloria, Gobernante de un Universo, el Señor
Dios de toda la creación, el Santo de Israel, el Señor de todo, nuestro Señor
y nuestro Dios, Dios con nosotros, el que tiene un nombre por encima de todos
los nombres y en todos los mundos, la Omnipotencia de un universo, la Mente
Universal de esta creación, el Único en el que están ocultos todos los tesoros
de la sabiduría y del conocimiento, la plenitud de Aquel que llena todas las
cosas, el Verbo eterno del Dios eterno, Aquel que era antes de todas las cosas
y en quien todas las cosas consisten, el Creador de los cielos y de la tierra,
el Sostén de un universo, el Juez de toda la tierra, el Dador de la vida eterna,
el Verdadero Pastor, el Libertador de los mundos y el que Dirige nuestra salvación.
1409:1 128:1.11
Nunca puso objeción a ninguno de estos títulos cuando les fueron aplicados,
después de emerger de su vida puramente humana para entrar en los años siguientes
en los que tenía conciencia del ministerio de la divinidad en la humanidad,
por la humanidad y para la humanidad, en este mundo y para todos los otros
mundos. Jesús sólo puso objeción a un título que le aplicaron: cuando una
vez le llamaron Manuel, simplemente replicó: "No soy yo, es mi hermano
mayor".
1409:2 128:1.12
Siempre, e incluso después de emerger a una vida más amplia en la tierra,
Jesús permaneció humildemente sometido a la voluntad del Padre que está en
los cielos.
1409:3 128:1.13
Después de su bautismo, no tuvo inconveniente en permitir que los que creían
sinceramente en él y sus seguidores agradecidos lo adoraran. Incluso cuando
luchaba contra la pobreza y trabajaba con sus manos para proporcionar las
necesidades básicas a su familia, su conciencia de ser un Hijo de Dios iba
en aumento; sabía que era el autor de los cielos y de esta misma tierra en
la que ahora estaba viviendo su existencia humana. Y las huestes de seres
celestiales de todo el enorme universo que lo observaba sabían igualmente
que este hombre de Nazaret era su amado Soberano y su padre-Creador. Durante
todos estos años, el universo de Nebadon permaneció en una profunda expectativa;
todas las miradas celestiales estaban clavadas contínuamente en Urantia -en
Palestina.
1409:4 128:1.14
Este año, Jesús se desplazó con José a Jerusalén para celebrar la Pascua.
Como ya había llevado a Santiago al templo para la consagración, pensaba que
tenía el deber de llevar a José. Jesús nunca mostró el menor grado de predilección
en el trato con su familia. Fue con José a Jerusalén por la ruta habitual
del valle del Jordán, pero regresó a Nazaret por el camino que pasaba por
Amatus, al este del Jordán. Al bajar por el Jordán, Jesús le contó a José
la historia de los judíos, y en el viaje de vuelta, le habló de las experiencias
de las famosas tribus de Rubén, Gad y Gilead que tradicionalmente habían vivido
en estas regiones al este del río.
1409:5 128:1.15
José hizo muchas preguntas capitales a Jesús en relación con la misión de
su vida, pero a la mayoría de ellas, Jesús se limitó a responder: "Mi
hora aún no ha llegado". Sin embargo, en el transcurso de estas discusiones,
Jesús dejó caer muchas palabras que José recordó durante los excitantes acontecimientos
de los años siguientes. Jesús pasó esta Pascua, acompañado de José, con sus
tres amigos en Betania, como tenía la costumbre de hacer cuando estaba en
Jerusalén asistiendo a estas fiestas conmemorativas.
2. EL VIGÉSIMO SEGUNDO AÑO (AÑO 16 d.
de J.C.)
1409:6 128:2.1 Éste fue
uno de los años durante los cuales los hermanos y hermanas de Jesús se enfrentaron
con las pruebas y tribulaciones propias de los problemas y reajustes de la
adolescencia. Jesús tenía ahora hermanos y hermanas entre los siete y los
dieciocho años de edad, y estaba muy ocupado ayudándolos a adaptarse a los
nuevos despertares de su vida intelectual y emocional. Así pues, tuvo que
luchar con los problemas de la adolescencia a medida que se presentaban en
la vida de sus hermanos y hermanas menores.
1410:1 128:2.2
Simón terminó sus estudios en la escuela este año y empezó a trabajar con
Jacobo el albañil, el antiguo compañero de juegos de la infancia y el defensor
siempre dispuesto de Jesús. Después de varias conversaciones familiares, llegaron
a la conclusión de que no era prudente que todos los muchachos se dedicaran
a la carpintería. Pensaban que si escogían oficios diferentes estarían en
disposiciones de aceptar contratos para construir edificios enteros. Además,
habían pasado por períodos de paro forzoso desde que tres de ellos trabajaban
como carpinteros a tiempo completo.
1410:2 128:2.3
Jesús continuó este año con la terminación de interiores y la ebanistería,
pero dedicó la mayor parte de su tiempo al taller de reparaciones de las caravanas.
Santiago empezaba a alternarse con él en el servicio del taller. Hacia finales
de este año, cuando el trabajo de carpintería llegó a escasear en Nazaret,
Jesús dejó a Santiago a cargo del taller de reparaciones y a José en el banco
de carpintero de la casa, mientras que él se fue a Séforis para trabajar con
un herrero. Estuvo trabajando seis meses en el metal y adquirió una habilidad
considerable en el yunque.
1410:3 128:2.4
Antes de empezar en su nuevo empleo de Séforis, Jesús mantuvo una de sus conferencias
familiares periódicas y nombró solemnemente a Santiago, que acababa de cumplir
dieciocho años, como cabeza de familia. Prometió a su hermano un apoyo sincero
y toda su cooperación, y exigió a cada miembro de la familia la promesa formal
de obedecer a Santiago. A partir de este día, Santiago asumió toda la responsabilidad
financiera de la familia, y Jesús entregaba a su hermano su paga semanal.
Jesús nunca más recuperó de Santiago las riendas del hogar. Mientras trabajaba
en Séforis podría haber regresado cada noche al hogar si hubiera sido necesario,
pero permaneció ausente a propósito, echándole la culpa al tiempo y a otras
causas, aunque su verdadero motivo era preparar a Santiago y a José para llevar
la responsabilidad de la familia. Había empezado el lento proceso de separarse
de su familia. Jesús volvía a Nazaret todos los sábados y a veces durante
la semana cuando lo exigía la ocasión, para observar cómo funcionaba el nuevo
plan, ofrecer consejos y aportar sugerencias útiles.
1410:4 128:2.5
El hecho de vivir la mayoría del tiempo en Séforis durante seis meses, proporcionó
a Jesús una nueva oportunidad para conocer mejor el punto de vista que tenían
los gentiles sobre la vida. Trabajó con ellos, vivió con ellos y de todas
las maneras posibles estudió de cerca y con sumo cuidado los hábitos de vida
y la mentalidad de los gentiles.
1410:5 128:2.6
El nivel moral de esta ciudad donde residía Herodes Antipas era tan inferior,
incluso al de Nazaret, la ciudad de las caravanas, que después de permanecer
seis meses en Séforis, Jesús no dudó en encontrar un pretexto para volver
a Nazaret. El grupo para el que trabajaba iba a emprender unas obras públicas
tanto en Séforis como en la nueva ciudad de Tiberiades, y Jesús estaba poco
dispuesto a asumir cualquier tipo de empleo que estuviera bajo la supervisión
de Herodes Antipas. También existían otras razones que hacían prudente, en
opinión de Jesús, el regresar a Nazaret. Cuando volvió al taller de reparaciones,
no asumió otra vez la dirección personal de los asuntos familiares. Trabajó
en el taller en asociación con Santiago y, tanto como le fue posible, le permitió
continuar supervisando el hogar. La gestión de los gastos familiares y la
administración del presupuesto doméstico, que estaban en manos de Santiago,
no sufrieron ningún cambio.
1410:6 128:2.7
Fue precísamente mediante esta planificación sabia y cuidadosa como Jesús
preparó el camino para su retirada final de toda participación activa en los
asuntos de su familia. Cuando Santiago tuvo dos años de experiencia como cabeza
de familia -y dos años antes de que se casara- José fue encargado de los fondos
de la casa y se le confió la dirección general del hogar.
3. EL VIGÉSIMO TERCER AÑO (AÑO 17 d. de
J.C.)
1411:1 128:3.1 La presión
financiera cedió este año ligeramente, ya que cuatro miembros de la familia
estaban trabajando. Miriam ganaba bastante con la venta de la leche y la mantequilla;
Marta se había convertido en una tejedora experta. Habían pagado más de un
tercio del precio de compra del taller de reparaciones. La situación era tal
que Jesús dejó de trabajar durante tres semanas para llevar a Simón a la Pascua
de Jerusalén; éste era el período más largo, libre de las faenas cotidianas,
que había disfrutado desde la muerte de su padre.
1411:2 128:3.2
Viajaron a Jerusalén por el camino de la Decápolis y atravesaron Pella, Gerasa,
Filadelfia, Hesbón y Jericó. Regresaron a Nazaret por la ruta costera, pasando
por Lida, Jope, Cesarea, y desde allí, rodeando el Monte Carmelo, fueron a
Tolemaida y Nazaret. Este viaje permitió a Jesús conocer bastante bien toda
Palestina al norte de la región de Jerusalén.
1411:3 128:3.3
En Filadelfia, Jesús y Simón conocieron a un mercader de Damasco que experimentó
tanta simpatía por los hermanos de Nazaret, que insistió para que se detuvieran
con él en su sede de Jerusalén. Mientras Simón asistía al templo, Jesús pasó
mucho tiempo conversando con este hombre de mundo bien educado y bastante
viajero. Este mercader poseía más de cuatro mil camellos de caravanas; tenía
intereses en todo el mundo romano y ahora estaba de camino hacia Roma. Le
propuso a Jesús que viniera a Damasco para trabajar en su negocio de importaciones
de oriente, pero Jesús le explicó que no tenía justificación para alejarse
tanto de su familia en ese momento. Sin embargo, durante el camino de vuelta
pensó mucho en aquellas ciudades lejanas y en los países aún más distantes
del Lejano Occidente y del Lejano Oriente, países de los que había oído hablar
con tanta frecuencia a los viajeros y conductores de las caravanas.
1411:4 128:3.4
Simón disfrutó mucho de su visita a Jerusalén. Fue admitido debidamente en
la comunidad de Israel durante la consagración pascual de los nuevos hijos
del mandamiento. Mientras Simón asistía a las ceremonias pascuales, Jesús
se mezcló con las multitudes de visitantes y emprendió muchas conversaciones
personales interesantes con numerosos prosélitos gentiles.
1411:5 128:3.5
El más notable de todos estos contactos fue quizás con un joven helenista
llamado Esteban. Este joven visitaba Jerusalén por primera vez y se encontró
casualmente con Jesús el jueves por la tarde de la semana de la Pascua. Mientras
los dos paseaban contemplando el palacio asmoneo, Jesús inició una conversación
fortuita que tuvo como resultado el sentirse interesados el uno por el otro,
lo que les llevó a una discusión de cuatro horas sobre la manera de vivir
y el verdadero Dios y su culto. Esteban se quedó enormemente impresionado
por lo que Jesús le dijo, y nunca olvidó sus palabras.
1411:6 128:3.6
Este mismo Esteban es el que posteriormente se hizo creyente en las enseñanzas
de Jesús, y cuya intrepidez predicando este evangelio incipiente provocó la
ira de los judíos, que lo apedrearon hasta morir. Una parte de la extraordinaria
audacia de Esteban proclamando su visión del nuevo evangelio provenía directamente
de esta primera conversación con Jesús. Pero Esteban nunca tuvo la menor sospecha
de que el galileo con quien había hablado unos quince años antes era precísamente
la misma persona que más tarde proclamaría como Salvador del mundo, y por
quien tan pronto daría su vida, convirtiéndose así en el primer mártir de
la nueva fe cristiana en evolución. Cuando Esteban dio su vida como precio
por su ataque al templo judío y a sus prácticas tradicionales, un tal Saulo,
ciudadano de Tarso, se hallaba presente. Cuando Saulo vió cómo este griego
podía morir por su fe, se despertaron en su corazón unos sentimientos que
finalmente le llevaron a abrazar la causa por la que había muerto Esteban;
más tarde se convirtió en el dinámico e indomable Pablo, el filósofo, si no
el único fundador, de la religión cristiana.
1412:1 128:3.7
El domingo después de la semana pascual, Simón y Jesús emprendieron su viaje
de regreso a Nazaret. Simón no olvidó nunca lo que Jesús le enseñó en este
viaje. Siempre había amado a Jesús, pero ahora sentía que había empezado a
conocer a su hermano-padre. Tuvieron muchas conversaciones íntimas y confidenciales
mientras atravesaban el país y preparaban sus comidas al borde del camino.
Llegaron a la casa el jueves a mediodía, y aquella noche Simón mantuvo despierta
a la familia hasta tarde, contándoles sus experiencias.
1412:2 128:3.8
María se quedó trastornada cuando Simón le informó que Jesús había pasado
la mayor parte del tiempo en Jerusalén "conversando con los extranjeros,
especialmente de los países lejanos". La familia de Jesús nunca pudo
comprender su gran interés por la gente, su necesidad de hablar con ellos,
de conocer su manera de vivir y de averiguar lo que pensaban.
1412:3 128:3.9
La familia de Nazaret estaba cada vez más absorbida por sus problemas inmediatos
y humanos; no se mencionaba con frecuencia la futura misión de Jesús, y él
mismo hablaba raras veces de su carrera futura. Su madre no se acordaba mucho
de que era un hijo de la promesa. Poco a poco iba abandonando la idea de que
Jesús tenía que cumplir una misión divina en la tierra, pero a veces su fe
se reavivaba cuando se detenía a recordar la visita de Gabriel antes de que
el niño naciera.
4. EL EPISODIO DE DAMASCO
1412:4 128:4.1 Jesús pasó
los cuatro últimos meses de este año en Damasco, como huésped del mercader
que conoció por primera vez en Filadelfia, cuando iba camino de Jerusalén.
Un representante de este mercader había buscado a Jesús al pasar por Nazaret
y lo acompañó hasta Damasco. Este mercader, en parte judío, propuso consagrar
una enorme cantidad de dinero para establecer una escuela de filosofía religiosa
en Damasco. Proyectaba crear un centro de estudios que sobrepasara al de Alejandría.
Le propuso a Jesús que emprendiera inmediatamente una larga gira por los centros
de educación del mundo, como paso previo para convertirse en el director de
este nuevo proyecto. Ésta fue una de las mayores tentaciones con las que Jesús
tuvo que enfrentarse en el transcurso de su carrera puramente humana.
1412:5 128:4.2
Poco después, este mercader trajo ante Jesús a un grupo de doce mercaderes
y banqueros que aceptaban financiar esta escuela recién proyectada. Jesús
manifestó un profundo interés por la escuela que proponían y les ayudó a planificar
su organización, pero siempre expresó el temor de que sus otras obligaciones
anteriores, sin indicar cuáles, le impedirían aceptar la dirección de una
empresa tan ambiciosa. El que deseaba ser su benefactor era obstinado y empleó
provechosamente a Jesús en su casa haciendo algunas traducciones, mientras
que él, su esposa y sus hijos e hijas trataban de persuadirlo para que aceptara
el honor que se le ofrecía. Pero no se dejó convencer. Sabía muy bien que
su misión en la tierra no debía estar sostenida por instituciones de enseñanza;
sabía que no debía comprometerse en lo más mínimo, para no ser dirigido por
"asambleas de hombres", por muy bien intencionadas que fueran.
1412:6 128:4.3
Él, que fue rechazado por los jefes religiosos de Jerusalén incluso después
de haber demostrado su autoridad, fue reconocido y recibido como maestro instructor
por los empresarios y banqueros de Damasco, y todo esto cuando era un carpintero
oscuro y desconocido de Nazaret.
1412:7 128:4.4
Nunca habló de esta oferta a su familia, y al final de este año se encontraba
de nuevo en Nazaret cumpliendo con sus deberes cotidianos, como si nunca hubiera
sido tentado por las proposiciones halagadoras de sus amigos de Damasco. Estos
hombres de Damasco tampoco asociaron nunca al futuro ciudadano de Cafarnaum,
que puso boca abajo a toda la sociedad judía, con el antiguo carpintero de
Nazaret que había osado rechazar el honor que sus riquezas combinadas hubieran
podido procurarle.
1413:1 128:4.5
mundo, nunca fueran asociados y considerados como acciones realizadas por
un mismo individuo. En los años posteriores escuchó muchas veces contar esta
historia del extraño galileo que declinó la oportunidad de fundar en Damasco
una escuela que rivalizara con Alejandría.
1413:2 128:4.6
Al tratar de aislar ciertos aspectos de su experiencia terrestre, uno de los
objetivos que Jesús perseguía era evitar la reconstrucción de una carrera
tan hábil y espectacular, que incitara a las futuras generaciones a venerar
al maestro en lugar de someterse a la verdad que había vivido y enseñado.
Jesús no quería que la reconstrucción de una historia humana tan sobresaliente
desviara la atención de sus enseñanzas. Reconoció muy pronto que sus seguidores
se sentirían tentados a formular una religión acerca de él, que podría
hacerle la competencia al evangelio del reino que tenía la intención de proclamar
al mundo. Por consiguiente, durante toda su carrera extraordinaria trató de
suprimir convenientemente todo aquello que, en su opinión, pudiera favorecer
esta tendencia humana natural de exaltar al maestro en lugar de proclamar
sus enseñanzas.
1413:3 128:4.7
Este mismo motivo explica también por qué permitió que se le conociera por
medio de nombres diferentes durante las diversas épocas de su variada vida
en la tierra. Además, no quería ejercer ninguna influencia indebida sobre
su familia u otras personas, para no inducirles a creer en él en contra de
sus sinceras convicciones. Siempre rehusó sacar una ventaja indebida o injusta
de la mente humana. No quería que los hombres creyeran en él, a menos que
sus corazones fueran sensibles a las realidades espirituales reveladas en
sus enseñanzas.
1413:4 128:4.8
A finales de este año, las cosas marchaban bastante bien en el hogar de Nazaret.
Los niños crecían y María se iba acostumbrando a las ausencias de Jesús del
hogar. Éste continuaba enviando su salario a Santiago para el sostén de la
familia, reservándose sólo una pequeña parte para sus gastos personales más
inmediatos.
1413:5 128:4.9
A medida que pasaban los años, resultaba más difícil percibir que este hombre
era un Hijo de Dios en la tierra. Se parecía en todo a una persona cualquiera
del planeta, a un hombre más entre los hombres. El Padre que está en los cielos
había ordenado que la donación se desarrollara precísamente de esta manera.
5. EL VIGÉSIMO CUARTO AÑO (AÑO 18 d. de
J.C.)
1413:6 128:5.1 Éste fue
el primer año en que Jesús estuvo relativamente libre de responsabilidades
familiares. Santiago administraba con mucho éxito los asuntos del hogar, ayudado
por los consejos y las rentas de Jesús.
1413:7 128:5.2
La semana siguiente a la Pascua de este año, un joven de Alejandría vino hasta
Nazaret para organizar un encuentro, en el transcurso del año, entre Jesús
y un grupo de judíos de Alejandría, en algún lugar de la costa de Palestina.
La conferencia se fijó para mediados de junio, y Jesús se desplazó hasta Cesarea
para reunirse con cinco judíos eminentes de Alejandría, que le rogaron que
se estableciera en su ciudad como instructor religioso, ofreciéndole como
aliciente, para empezar, el puesto de ayudante del chazán en la sinagoga principal
de la ciudad.
1414:1 128:5.3
Los portavoces de esta comisión explicaron a Jesús que Alejandría estaba destinada
a convertirse en el centro principal de la cultura judía para el mundo entero;
que la tendencia helenista de los asuntos judíos había sobrepasado probablemente
a la escuela de pensamiento babilónica. Recordaron a Jesús los siniestros
rumores de rebelión que corrían por Jerusalén y toda Palestina, y le aseguraron
que cualquier sublevación de los judíos palestinos equivaldría a un suicidio
nacional, que la mano de hierro de Roma aplastaría la rebelión en tres meses,
y que Jerusalén sería destruida y el templo demolido hasta que no quedara
piedra sobre piedra.
1414:2 128:5.4
Jesús escuchó todo lo que tenían que decir, les agradeció su confianza, y
al declinar su invitación para ir a Alejandría, les dijo en esencia: "Mi
hora aún no ha llegado". Se quedaron confundidos por su aparente indiferencia
al honor que habían intentado conferirle. Antes de despedirse de Jesús le
ofrecieron una bolsa de dinero como muestra de la estima de sus amigos de
Alejandría, y en compensación por el tiempo y los gastos de venir hasta Cesarea
para hablar con ellos. Pero rehusó también el dinero, diciendo: "La casa
de José nunca ha recibido limosnas, y no podemos comernos el pan de otra persona
mientras yo tenga buenos brazos y mis hermanos puedan trabajar".
1414:3 128:5.5
Sus amigos de Egipto se embarcaron para su tierra; años después, cuando oyeron
los rumores sobre el constructor de barcas de Cafarnaum que estaba creando
tanta conmoción en Palestina, pocos de ellos imaginaron que se trataba del
niño de Belén ya adulto y del mismo galileo singular que había declinado sin
ningún formalismo la invitación de convertirse en un gran maestro en Alejandría.
1414:4 128:5.6
Jesús regresó a Nazaret. Los seis meses restantes de este año fueron los más
tranquilos de toda su carrera. Disfrutó de este respiro temporal en su programa
habitual de problemas a resolver y de dificultades a superar. Comulgó mucho
con su Padre que está en los cielos e hizo enormes progresos en el dominio
de su mente humana.
1414:5 128:5.7
Pero los asuntos humanos en los mundos del tiempo y del espacio no transcurren
con tranquilidad durante mucho tiempo. En diciembre, Santiago tuvo una conversación
privada con Jesús para explicarle que estaba muy enamorado de Esta, una joven
de Nazaret, y que les gustaría casarse pronto si fuera posible. Atrajo la
atención sobre el hecho de que José pronto cumpliría dieciocho años, y que
sería una buena experiencia para él tener la oportunidad de servir como cabeza
de familia. Jesús dió su consentimiento para que Santiago se casara dos años
más tarde, siempre que durante este intervalo preparara adecuadamente a José
para asumir la dirección del hogar.
1414:6 128:5.8
Entonces se produjeron otros hechos -los esponsales estaban en el ambiente.
El éxito que tuvo Santiago al obtener el consentimiento de Jesús para casarse,
animó a Miriam a presentarse con sus proyectos ante su hermano-padre. Jacobo,
el joven albañil, antiguo defensor voluntario de Jesús y ahora socio de Santiago
y José en los negocios, hacía tiempo que había intentado obtener la mano de
Miriam para casarse. Después de que Miriam expuso sus planes a Jesús, éste
ordenó que Jacobo viniera a verle para pedir oficialmente la mano de Miriam,
y prometió su bendición al matrimonio en cuanto ella estimara que Marta estaba
preparada para asumir sus deberes de hija mayor.
1414:7 128:5.9
Cuando estaba en casa, Jesús continuaba enseñando en la escuela nocturna tres
veces por semana, leía a menudo las escrituras los sábados en la sinagoga,
conversaba con su madre, enseñaba a los niños y se comportaba en general como
un ciudadano digno y respetable de Nazaret, dentro de la comunidad de Israel.
6. EL VIGÉSIMO QUINTO AÑO (AÑO 19 d. de
J.C.)
1415:1 128:6.1 Este año
empezó con toda la familia de Nazaret en buena salud y fue testigo del final
de la escolaridad regular de todos los niños, a excepción de algunos trabajos
que Marta tenía que hacer para Rut.
1415:2 128:6.2
Jesús era uno de los ejemplares humanos más vigorosos y refinados que habían
aparecido en la tierra desde la época de Adán. Su desarrollo físico era espléndido.
Su mente era activa, aguda y penetrante -comparada con la mentalidad media
de sus contemporáneos, había alcanzado proporciones gigantescas- y su espíritu
era en verdad humanamente divino.
1415:3 128:6.3
El estado financiero de la familia se encontraba en las mejores condiciones
desde que se liquidaron las propiedades de José. Se habían efectuado los últimos
pagos del taller de reparaciones de las caravanas; no debían nada a nadie
y, por primera vez en muchos años, contaban con algunos fondos. Por todo ello,
y puesto que había llevado a sus otros hermanos a Jerusalén para que participaran
en sus primeras ceremonias pascuales, Jesús decidió acompañar a Judá (que
acababa de terminar sus estudios en la escuela de la sinagoga) en su primera
visita al templo.
1415:4 128:6.4
Fueron a Jerusalén por el valle del Jordán y regresaron por el mismo camino,
porque Jesús se temía que podría tener algún problema si atravesaba Samaria
con su joven hermano. En Nazaret, Judá ya había tenido varias veces pequeñas
dificultades a causa de su carácter impulsivo, unido a sus violentos sentimientos
patrióticos.
1415:5 128:6.5
Llegaron a Jerusalén a su debido tiempo e iban de camino para efectuar una
primera visita al templo, cuya sola visión había excitado y entusiasmado a
Judá hasta lo más profundo de su alma, cuando se encontraron por casualidad
con Lázaro de Betania. Mientras Jesús charlaba con Lázaro y trataba de arreglar
las cosas para celebrar juntos la Pascua, Judá inició un incidente muy serio
para todos ellos. Cerca de allí se encontraba un guardia romano que hizo unos
comentarios indecentes sobre una muchacha judía que pasaba en ese momento.
Judá enrojeció de indignación y no tardó en expresar su resentimiento por
esta descortesía, haciéndolo de manera directa y al alcance del oído del soldado.
Los legionarios romanos eran muy sensibles a todo lo que se pareciera a una
falta de respeto por parte de los judíos; así pues, el guardia arrestó inmediatamente
a Judá. Esto fue demasiado para el joven patriota, y antes de que Jesús pudiera
prevenirlo con una mirada de advertencia, ya había dado rienda suelta a una
voluble declaración de sentimientos antirromanos reprimidos, lo que no hizo
más que empeorar la situación. Judá, con Jesús a su lado, fue llevado de inmediato
a la prisión militar.
1415:6 128:6.6
Jesús trató de conseguir una audiencia inmediata para Judá, o bien que lo
liberaran a tiempo para poder celebrar la Pascua aquella noche, pero fracasó
en sus esfuerzos. Puesto que el día siguiente era un día de "santa asamblea"
en Jerusalén, ni siquiera los romanos se atrevían a oir acusaciones contra
un judío. En consecuencia, Judá continuó encarcelado hasta la mañana del segundo
día después de su arresto, y Jesús permaneció con él en la prisión. No estuvieron
presentes en el templo en la ceremonia de recepción de los hijos de la ley
como plenos ciudadanos de Israel. Judá no participó en esta ceremonia oficial
hasta varios años después, cuando se encontró de nuevo en Jerusalén durante
otra Pascua, en conexión con su trabajo de propaganda a favor de los celotes,
la organización patriótica a la que pertenecía y en la que era muy activo.
1415:7 128:6.7
A la mañana siguiente de su segundo día en la cárcel, Jesús compareció ante
el magistrado militar en nombre de Judá. Presentó sus excusas por la juventud
de su hermano y efectuó una exposición aclaratoria, pero juiciosa, de la naturaleza
provocativa del incidente que había llevado al arresto de su hermano. Jesús
manejó el asunto de tal manera, que el magistrado expresó la opinión de que
el joven judío pudiera haber tenido alguna excusa válida que justificara su
violenta explosión. Después de advertir a Judá que no se atreviera otra vez
a ser culpable de semejante temeridad, dijo a Jesús al despedirlos: "Harías
bien en vigilar al muchacho; es capaz de crearos muchos problemas a todos".
El juez romano tenía razón. Judá causó muchísimos problemas a Jesús, y siempre
eran de la misma naturaleza: encontronazos con las autoridades civiles a causa
de sus estallidos patrióticos imprudentes e insensatos.
1416:1 128:6.8
Jesús y Judá se desplazaron hasta Betania para pasar la noche, explicaron
por qué no habían acudido a la cena pascual, y al día siguiente salieron para
Nazaret. Jesús no contó a la familia el arresto de su joven hermano en Jerusalén,
pero unas tres semanas después de su regreso, tuvo una larga conversación
con Judá sobre este incidente. Después de esta conversación con Jesús, el
mismo Judá contó el suceso a la familia. Nunca olvidó la paciencia y la indulgencia
que manifestó su hermano-padre durante toda esta penosa experiencia.
1416:2 128:6.9
Ésta fue la última Pascua en la que Jesús acompañó a un miembro de su propia
familia. El Hijo del Hombre iba a desligarse cada vez más de los estrechos
lazos que le unían a los de su propia carne y sangre.
1416:3 128:6.10
Este año, sus períodos de profunda meditación fueron interrumpidos a menudo
por Rut y sus compañeros de juego. Jesús siempre estaba dispuesto a posponer
la consideración de su trabajo futuro para el mundo y el universo, a fin de
compartir la alegría infantil y el regocijo juvenil de estos mozalbetes, que
nunca se cansaban de escucharle contar las experiencias de sus diversos viajes
a Jerusalén. También disfrutaban mucho con sus historias sobre los animales
y la naturaleza.
1416:4 128:6.11
Los niños siempre eran bienvenidos al taller de reparaciones. Jesús ponía
arena, pedazos de madera y piedras al lado del taller, y los niños acudían
en bandadas para entretenerse allí. Cuando se cansaban de sus juegos, los
más atrevidos miraban a hurtadillas dentro del taller, y si el dueño no estaba
ocupado, se arriesgaban a entrar diciendo: "Tío Josué, sal y cuéntanos
un cuento largo". Entonces lo hacían salir tirándole de las manos hasta
que se sentaba en su piedra favorita junto a la esquina del taller, con los
niños sentados en semicírculo en el suelo delante de él. ¡Cómo disfrutaban
estos pequeñuelos con su tío Josué! Aprendían a reirse, y a reirse con ganas.
Uno o dos de los más pequeños tenían la costumbre de trepar hasta sus rodillas
y se sentaban allí, contemplando embelesados las expresiones de su rostro
mientras narraba sus historias. Los niños amaban a Jesús, y Jesús amaba a
los niños.
1416:5 128:6.12
A sus amigos les resultaba difícil comprender la amplitud de sus actividades
intelectuales, cómo podía pasar de manera tan súbita y completa de las profundas
discusiones sobre la política, la filosofía o la religión, a las travesuras
alegres y gozosas de estos pequeños de cinco a diez años de edad. A medida
que sus propios hermanos y hermanas crecían, a medida que disponía de más
tiempo libre y antes de que llegaran los nietos, prestaba una gran atención
a estos pequeños. Pero no vivió suficiente tiempo en la tierra como para disfrutar
mucho de los nietos.
7. EL VIGÉSIMO SEXTO AÑO (AÑO 20 d. de
J.C.)
1416:6 128:7.1 Al empezar
este año, Jesús de Nazaret se volvió poderosamente consciente de que poseía
un poder potencial muy extenso. Pero también estaba totalmente persuadido
de que este poder no debía ser empleado por su personalidad, como Hijo del
Hombre, al menos hasta que llegara su hora.
1417:1 128:7.2
Por esta época reflexionó mucho en sus relaciones con su Padre que está en
los cielos, aunque habló poco de ello. La conclusión de todas estas reflexiones
la expresó una vez en su oración en la cima de la colina, cuando dijo: "Independientemente
de quién sea yo y del poder que pueda o no ejercer, siempre he estado y siempre
estaré sometido a la voluntad de mi Padre Paradisiaco". Sin embargo,
mientras este hombre iba y venía de su trabajo por Nazaret, era literalmente
cierto -en lo que se refiere a un enorme universo- que "en él estaban
ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento".
1417:2 128:7.3
Los asuntos de la familia fueron bien todo este año, excepto en lo que se
refiere a Judá. Santiago tuvo dificultades, durante años, con su hermano menor,
que no tenía inclinación por ponerse a trabajar ni se podía contar con él
para que contribuyera a los gastos del hogar. Aunque vivía en la casa, no
era consciente de que tenía que ganar su parte para el mantenimiento de la
familia.
1417:3 128:7.4
Jesús era un hombre de paz, y de vez en cuando se sentía apenado por las explosiones
belicosas y los numerosos arrebatos patrióticos de Judá. Santiago y José estaban
a favor de echarlo de la casa, pero Jesús no quiso consentirlo. Cada vez que
llegaban al límite de su paciencia, Jesús sólo les aconsejaba: "Tened
paciencia. Sed sabios en vuestros consejos y elocuentes en vuestras vidas,
para que vuestro hermano menor pueda conocer primero el mejor camino, y luego
se sienta obligado a seguiros por él". El consejo sabio y afectuoso de
Jesús evitó una ruptura en la familia. Permanecieron juntos, pero Judá nunca
adquirió la sensatez hasta después de casarse.
1417:4 128:7.5
María hablaba rara vez de la futura misión de Jesús. Cada vez que se mencionaba
este asunto, Jesús se limitaba a contestar: "Mi hora aún no ha llegado".
Jesús casi había terminado la difícil tarea de destetar a su familia, para
que no tuvieran que depender de la presencia inmediata de su personalidad.
Se estaba preparando rápidamente para el día en que pudiera dejar convenientemente
este hogar de Nazaret y empezar el preludio más activo de su verdadero ministerio
para los hombres.
1417:5 128:7.6
No perdáis nunca de vista el hecho de que la misión principal de Jesús en
su séptima donación era adquirir la experiencia de las criaturas, lograr la
soberanía de Nebadon. En el acto de reunir los elementos de esta experiencia,
efectuó la revelación suprema del Padre del Paraíso a Urantia y a todo su
universo local. Concomitante con estos objetivos, también se dedicó a desenredar
los complicados asuntos de este planeta en la medida en que estaban relacionados
con la rebelión de Lucifer.
1417:6 128:7.7
Jesús disfrutó este año de más horas libres de lo habitual, y consagró mucho
tiempo a enseñar a Santiago la administración del taller de reparaciones,
y a José la dirección de los asuntos del hogar. María presentía que se estaba
preparando para dejarlos. ¿Dejarlos para ir a dónde? ¿Para hacer qué? Casi
había abandonado la idea de que Jesús era el Mesías. No podía comprenderlo;
simplemente no podía sondear el interior de su hijo primogénito.
1417:7 128:7.8
Jesús pasó este año una gran parte de su tiempo con cada uno de los miembros
de su familia. Salía con ellos para dar largos y frecuentes paseos por las
colinas y a través del campo. Antes de la cosecha, llevó a Judá a casa de
su tío granjero al sur de Nazaret, pero Judá no se quedó mucho tiempo después
de la recolección. Huyó de allí y Simón lo encontró más tarde con los pescadores
en el lago. Cuando Simón lo trajo de vuelta al hogar, Jesús mantuvo una conversación
con el muchacho fugitivo y, puesto que quería ser pescador, fue con él hasta
Magdala y lo puso en manos de un pariente que era pescador; desde aquel momento,
Judá trabajó bastante bien y con regularidad hasta que contrajo matrimonio,
y continuó como pescador después de casarse.
1418:1 128:7.9
Por fin había llegado el día en que todos los hermanos de Jesús habían elegido
sus oficios y se habían establecido en ellos. El escenario se estaba preparando
para que Jesús abandonara el hogar.
1418:2 128:7.10
En noviembre tuvo lugar una doble boda. Santiago se casó con Esta y Miriam
se casó con Jacobo. Fue realmente un feliz acontecimiento. Incluso María estaba
de nuevo feliz, excepto cuando se daba cuenta, de vez en cuando, que Jesús
se estaba preparando para marcharse. Sufría el peso de una gran incertidumbre.
Si Jesús quisiera sentarse y hablar francamente con ella de todo esto como
cuando era niño... Pero se había vuelto muy reservado y mantenía un profundo
silencio sobre el futuro.
1418:3 128:7.11
Santiago y su esposa Esta se instalaron en una linda casita, regalo del padre
de ella, en la parte oeste de la ciudad. Aunque Santiago continuaba manteniendo
el hogar de su madre, su contribución se redujo a la mitad a causa de su matrimonio,
y José fue nombrado oficialmente por Jesús como cabeza de familia. Judá enviaba
ahora fielmente su contribución mensual a la casa. Los enlaces de Santiago
y de Miriam ejercieron una influencia muy beneficiosa sobre Judá, y al marcharse
para la zona pesquera al día siguiente de la doble boda, le aseguró a José
que podía confiar en él "para cumplir con todo mi deber y más si es necesario".
Y mantuvo su promesa.
1418:4 128:7.12
Miriam vivía en la casa de Jacobo, contigua a la de María, pues Jacobo padre
había sido enterrado con sus antepasados. Marta ocupó el lugar de Miriam en
el hogar, y la nueva organización funcionó sin problemas antes de que terminara
el año.
1418:5 128:7.13
Al día siguiente de la doble boda, Jesús tuvo una importante conversación
con Santiago. Le contó confidencialmente que se estaba preparando para dejar
el hogar. Regaló a Santiago la escritura de propiedad del taller de reparaciones,
abdicó de manera oficial y solemne como jefe de la casa de José, e instaló
a su hermano Santiago de forma muy afectuosa como "jefe y protector de
la casa de mi padre". Redactó un pacto secreto, que luego firmaron los
dos, en el que se estipulaba que a cambio de la donación del taller de reparaciones,
Santiago asumiría en adelante toda la responsabilidad financiera de la familia,
eximiendo a Jesús de cualquier obligación posterior en esta materia. Después
de firmar el contrato y de arreglar el presupuesto de tal manera que la familia
pudiera hacer frente a sus gastos reales sin ninguna contribución de Jesús,
éste dijo a Santiago: "Hijo mío, no obstante continuaré enviándote algo
todos los meses hasta que haya llegado mi hora, pero utiliza lo que yo te
envíe según se presenten las circunstancias. Emplea mis fondos para las necesidades
o los placeres de la familia, como te parezca conveniente. Utilízalos en caso
de enfermedad o para hacer frente a los incidentes inesperados que puedan
sobrevenir a cualquier miembro de la familia".
1418:6 128:7.14
Así es como Jesús se preparaba para emprender la segunda fase de su vida adulta,
separado de los suyos, antes de empezar a ocuparse públicamente de los asuntos
de su Padre.