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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 140

LA ORDENACIÓN DE Los DOCE

 

1. LA INSTRUCCIÓN PRELIMINAR

1568:4  140:1.1 Antes del servicio formal de ordenación, Jesús habló a los doce que estaban sentados a su alrededor: "Hermanos míos, la hora del reino ha llegado. Os he traído aquí, a solas conmigo, para presentaros al Padre como embajadores del reino. Algunos de vosotros me habéis oído hablar de este reino en la sinagoga cuando fuísteis llamados por primera vez. Cada uno de vosotros ha aprendido más sobre el reino del Padre desde que habéis estado trabajando conmigo en las ciudades cercanas al Mar de Galilea. Pero en este momento tengo algo más que deciros con respecto a este reino.
1568:5  140:1.2 "El nuevo reino que mi Padre está a punto de establecer en el corazón de sus hijos terrestres está destinado a ser un dominio eterno. Este gobierno de mi Padre en el corazón de aquellos que desean hacer su voluntad divina no tendrá fin. Os declaro que mi Padre no es el Dios de los judíos o de los gentiles. Muchos vendrán del este y del oeste para sentarse con nosotros en el reino del Padre, mientras que muchos hijos de Abraham se negarán a entrar en esta nueva fraternidad, en la que el espíritu del Padre reina en el corazón de los hijos de los hombres.
1568:6  140:1.3 "El poder de este reino no consistirá en la fuerza de los ejércitos ni en la importancia de las riquezas, sino más bien en la gloria del espíritu divino que vendrá a enseñar la mente y dirigir el corazón de los ciudadanos renacidos de este reino celestial —los hijos de Dios. Ésta es la fraternidad del amor donde reina la rectitud y cuyo grito de guerra será: Paz en la tierra y buena voluntad entre todos los hombres. Este reino, que muy pronto vais a proclamar, es el deseo de los hombres de bien de todos los tiempos, la esperanza de toda la tierra y el cumplimiento de las sabias promesas de todos los profetas.
1569:1  140:1.4 "Pero para vosotros, hijos míos, y para todos los demás que quieran seguiros en este reino, una dura prueba se prepara. Sólo la fe os permitirá atravesar sus puertas, pero tendréis que producir los frutos del espíritu de mi Padre si queréis continuar ascendiendo en la vida progresiva de la comunidad divina. En verdad, en verdad os digo que no todo el que dice `Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino más bien aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
1569:2  140:1.5 "Vuestro mensaje para el mundo será: Buscad primero el reino de Dios y su rectitud, y cuando los hayáis encontrado, todas las demás cosas esenciales para la supervivencia eterna estarán aseguradas por añadidura. Ahora quisiera dejar claro para vosotros que este reino de mi Padre no vendrá con una exhibición exterior de poder ni con una demostración indecorosa. No debéis salir de aquí para proclamar el reino diciendo: `está aquí' o `está allí', porque este reino que predicaréis es Dios dentro de vosotros.
1569:3  140:1.6 "Quien quiera ser grande en el reino de mi Padre, deberá volverse un ministro para todos; y si alguien quiere ser el primero entre vosotros, que se convierta en el servidor de sus hermanos. Una vez que hayáis sido recibidos realmente como ciudadanos del reino celestial, ya no seréis servidores, sino hijos, hijos del Dios viviente. Así es como este reino progresará en el mundo, hasta que destruya todas las barreras y conduzca a todos los hombres a conocer a mi Padre y a creer en la verdad salvadora que he venido a proclamar. Incluso ahora mismo el reino está cerca, y algunos de vosotros no moriréis hasta que hayáis visto llegar el reino de Dios con gran poder.
1569:4  140:1.7 "Esto que vuestros ojos contemplan ahora, este pequeño comienzo de doce hombres comunes, se multiplicará y crecerá hasta que, finalmente, toda la tierra se llene con las alabanzas de mi Padre. Y no será tanto por las palabras que diréis, sino más bien por la vida que viviréis, que los hombres sabrán que habéis estado conmigo y que habéis aprendido las realidades del reino. Aunque no quisiera colocar ninguna carga pesada sobre vuestra mente, estoy a punto de depositar sobre vuestra alma la solemne responsabilidad de representarme en el mundo cuando os deje dentro de poco, como yo represento ahora a mi Padre en esta vida que estoy viviendo en la carne". Cuando Jesús terminó de hablar, se levantó.

 


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