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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 147

EL PARÉNTESIS DE LA VISITA A JERUSALÉN

 

1. EL SERVIDOR DEL CENTURIÓN

1647:3  147:1.1 El día antes de prepararse para ir a Jerusalén a la fiesta de la Pascua, Mangus, un centurión o capitán de la guardia romana estacionada en Cafarnaum, fue a ver a los jefes de la sinagoga, diciendo: "Mi fiel ordenanza está enfermo y a punto de morir. ¿Podríais ir a ver a Jesús en mi nombre para suplicarle que cure a mi servidor?" El capitán romano actuó así porque pensaba que los dirigentes judíos tendrían más influencia sobre Jesús. Así pues, los ancianos fueron a ver a Jesús y su portavoz le dijo: "Maestro, te rogamos encarecidamente que vayas a Cafarnaum para salvar al servidor favorito del centurión romano; este capitán es digno de tu atención porque ama a nuestra nación e incluso nos ha construído la sinagoga donde has hablado tantas veces."
1647:4  147:1.2 Después de haberlos escuchado, Jesús les dijo: "Iré con vosotros." Cuando llegó con ellos a la casa del centurión, y antes de que hubieran entrado en su patio, el soldado romano envió a sus amigos para que saludaran a Jesús, con las instrucciones de decirle: "Señor, no te molestes en entrar en mi casa, porque no soy digno de que vengas bajo mi techo. Tampoco me he considerado digno de ir a verte; por eso te he enviado a los ancianos de tu propio pueblo. Pero sé que puedes pronunciar la palabra allí mismo donde estás y que mi servidor se curará. Porque yo mismo estoy bajo las órdenes de otros, y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a éste que vaya, y va; le digo a otro que venga, y viene, y a mis criados que hagan esto o aquello, y lo hacen."
1648:1  147:1.3 Cuando Jesús oyó estas palabras, se volvió y dijo a sus apóstoles y a los que estaban con ellos: "Me maravilla la creencia de este gentil. En verdad, en verdad os digo que no he encontrado una fe tan grande, no, ni siquiera en Israel." Jesús le dio la espalda a la casa, y dijo "Vámonos de aquí." Los amigos del centurión entraron en la casa y le contaron a Mangus lo que Jesús había dicho. A partir de aquel momento, el servidor empezó a mejorar y finalmente recuperó su salud y utilidad normales.
1648:2  147:1.4 Nunca hemos sabido exactamente qué es lo que sucedió en esta ocasión. Éste es simplemente el relato del suceso; en cuanto a si los seres invisibles contribueron o no a la curación del servidor del centurión, eso es algo que no se reveló a los que acompañaban a Jesús. Sólo conocemos el hecho de que el servidor se recuperó por completo.

 


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