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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 192

LAS APARICIONES EN GALILEA

 

4. LA REUNIÓN A LA ORILLA DEL LAGO

2050:4  192:4.1 La noticia de las apariciones de Jesús se estaba difundiendo por toda Galilea, y cada día llegaban más creyentes a la casa de Zebedeo para informarse sobre la resurrección del Maestro y averiguar la verdad sobre estas supuestas apariciones. A principios de la semana, Pedro hizo saber que el sábado siguiente a las tres de la tarde se celebraría una reunión pública a la orilla del mar.
2050:5  192:4.2 En consecuencia, el sábado 29 de abril a las tres de la tarde, más de quinientos creyentes de los alrededores de Cafarnaum se reunieron en Betsaida para escuchar a Pedro predicar su primer sermón público desde la resurrección. El apóstol estaba en su mejor momento, y después de terminar su atractivo discurso, pocos oyentes suyos dudaron de que el Maestro había resucitado de entre los muertos.
2050:6  192:4.3 Pedro terminó su sermón diciendo: "Afirmamos que Jesús de Nazaret no está muerto; declaramos que ha salido de la tumba; proclamamos que lo hemos visto y que hemos hablado con él." En el preciso momento en que terminaba de efectuar esta declaración de fe, el Maestro apareció en forma morontial allí a su lado, plenamente a la vista de toda aquella gente, y les habló en un tono familiar, diciendo: "Que la paz sea con vosotros, y mi paz os dejo." Después de aparecer así y de hablarles de esta manera, desapareció de su vista. Ésta fue la decimoquinta manifestación morontial del Jesús resucitado.
2051:1  192:4.4 Debido a ciertas cosas que el Maestro había dicho a los once durante la conferencia en el monte de la ordenación, los apóstoles tuvieron la impresión de que su Maestro haría pronto una aparición pública delante de un grupo de creyentes galileos, y que después de esto debían regresar a Jerusalén. En consecuencia, al día siguiente, domingo 30 de abril, los once partieron temprano de Betsaida hacia Jerusalén. Enseñaron y predicaron bastante por el camino que descendía junto al Jordán, de manera que no llegaron a la casa de los Marcos, en Jerusalén, hasta el miércoles 3 de mayo ya tarde.

2051:2  192:4.5 Para Juan Marcos fue un triste regreso al hogar. Pocas horas antes de llegar a su casa, su padre, Elías Marcos, había muerto repentinamente de una hemorragia cerebral. La certidumbre de la resurrección de los muertos contribuyó mucho a consolar el dolor de los apóstoles, pero al mismo tiempo se afligieron sinceramente por la pérdida de su buen amigo, que los había apoyado incondicionalmente incluso en los momentos de las mayores dificultades y decepciones. Juan Marcos hizo todo lo que pudo por consolar a su madre, y hablando en nombre de ella, invitó a los apóstoles a que continuaran sintiéndose como en su hogar en la casa de ella. Y los once instalaron su cuartel general en la habitación de arriba hasta después del día de Pentecostés.

2051:3  192:4.6 Los apóstoles habían entrado adrede en Jerusalén después de la caída de la noche para no ser vistos por las autoridades judías. Tampoco aparecieron en público en el momento del funeral de Elías Marcos. Todo el día siguiente permanecieron aislados tranquilamente en esta memorable habitación de la parte superior.
2051:4  192:4.7 El jueves por la noche, los apóstoles tuvieron una maravillosa reunión en esta habitación de arriba, y todos se comprometieron a salir a predicar públicamente el nuevo evangelio del Señor resucitado, excepto Tomás, Simón Celotes y los gemelos Alfeo. Ya se estaban dando los primeros pasos para sustituir el evangelio del reino —la filiación con Dios y la fraternidad con los hombres— por la proclamación de la resurrección de Jesús. Natanael se opuso a este cambio en la esencia de su mensaje público, pero no pudo oponerse a la elocuencia de Pedro ni pudo vencer el entusiasmo de los discípulos, especialmente de las mujeres creyentes.
2051:5  192:4.8 Y así, bajo la vigorosa dirección de Pedro, y antes de que el Maestro ascendiera hacia el Padre, sus representantes bien intencionados emprendieron este proceso sutil de sustituir de manera gradual y segura la religión de Jesús por una forma nueva y modificada de religión acerca de Jesús.

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