ÍNDICEEl libro de Urantia Edición 1999
ESCRITO 120
LA DONACIÓN DE MIGUEL EN URANTIA
1323:1 120:0.1 DESIGNADO por Gabriel para supervisar la nueva presentación de la vida de Miguel en Urantia en la similitud de la carne mortal, yo, el Melquisedec director de la comisión reveladora a cargo de esta tarea, estoy autorizado para presentar este relato de ciertos acontecimientos inmediatamente anteriores a la llegada del Hijo Creador a Urantia para abordar la fase final de su experiencia de donación en el universo. Vivir una vida idéntica a la que él impone a los seres inteligentes de su propia creación, donarse así en la similitud de sus diversas órdenes de seres creados, es una parte del precio que cada Hijo Creador debe pagar para conseguir la soberanía completa y suprema del universo de cosas y de seres construído por él.
1323:2 120:0.2 Antes de los acontecimientos que estoy a punto de describir, Miguel de Nebadon se había donado seis veces, en la similitud de seis órdenes diferentes de su variada creación de seres inteligentes. A continuación, se preparó para descender a Urantia en la similitud de los mortales, la orden más humilde de sus criaturas volitivas inteligentes y, como tal humano del reino material, ejecutar el último acto del drama consistente en adquirir la soberanía de su universo, de acuerdo con los mandatos de los divinos Gobernantes Paradisíacos del universo de universos.
1323:3 120:0.3 En el transcurso de cada una de las donaciones precedentes, Miguel no sólo adquirió la experiencia finita de un grupo de sus seres creados, sino también una experiencia esencial de cooperación con el Paraíso que, en sí misma y por sí misma, contribuiría además a establecerlo como soberano del universo creado por él. En cualquier momento del tiempo pasado del universo local, Miguel podía haber afirmado su soberanía personal como Hijo Creador, y como Hijo Creador, podía haber gobernado su universo de la manera que hubiera escogido. Si esto hubiera ocurrido, Manuel y los Hijos asociados del Paraíso se hubieran marchado del universo. Pero Miguel no deseaba gobernar Nebadon simplemente según su propio derecho aislado como Hijo Creador. Deseaba ascender, a través de una experiencia efectiva de subordinación cooperativa a la Trinidad del Paraíso, hasta esa elevada posición en el estado universal que lo cualificara para gobernar su universo y administrar sus asuntos con la perfección de perspicacia y la sabiduría de ejecución que un día caracterizarán al gobierno sublime del Ser Supremo. No aspiraba a la perfección de gobierno como Hijo Creador, sino a la supremacía administrativa como personificación de la sabiduría universal y de la experiencia divina del Ser Supremo.
1324:1 120:0.4 Por consiguiente, Miguel tenía una doble finalidad al efectuar estas siete donaciones a las diversas órdenes de criaturas de su universo. En primer lugar, completaba la experiencia necesaria de comprensión de las criaturas que se exige a todos los Hijos Creadores antes de que asuman la soberanía completa. En cualquier momento, un Hijo Creador puede gobernar su universo por su propio derecho, pero sólo puede gobernar como representante supremo de la Trinidad del Paraíso después de haber pasado por las siete donaciones a las criaturas de su universo. En segundo lugar, aspiraba al privilegio de representar la máxima autoridad de la Trinidad del Paraíso que puede ser ejercida en la administración directa y personal de un universo local. En consecuencia, durante la experiencia de cada una de sus donaciones en el universo, Miguel se subordinó voluntariamente, con éxito y agrado, a las voluntades combinadas de las diversas asociaciones de las personas de la Trinidad del Paraíso. Es decir, en la primera donación se sometió a la voluntad combinada del Padre, del Hijo y del Espíritu; en la segunda, a la voluntad del Padre y del Hijo; en la tercera, a la voluntad del Padre y del Espíritu; en la cuarta donación, a la voluntad del Hijo y del Espíritu; en la quinta, a la voluntad del Espíritu Infinito; en la sexta, a la voluntad del Hijo Eterno; y durante la séptima y última donación en Urantia, a la voluntad del Padre Universal.
1324:2 120:0.5 Miguel combina pues, en su soberanía personal, la voluntad divina de las séptuples fases de los Creadores universales con la experiencia comprensiva de las criaturas de su universo local. Su administración se ha vuelto así representativa del máximo poder y autoridad, pero desprovista de cualquier apropiación arbitraria. Su poder es ilimitado, porque deriva de una asociación experimentada con las Deidades del Paraíso; su autoridad es incuestionable, ya que ha sido adquirida a través de una experiencia real en la semejanza de las criaturas del universo; su soberanía es suprema, porque expresa al mismo tiempo el punto de vista séptuple de la Deidad del Paraíso y el punto de vista de las criaturas del tiempo y del espacio.1324:3 120:0.6 Después de haber determinado la época para su donación final, y seleccionado el planeta donde tendría lugar este acontecimiento extraordinario, Miguel mantuvo con Gabriel la conferencia habitual que precede a una donación, y luego se presentó ante Manuel, su hermano mayor y consejero paradisíaco. Miguel entregó entonces, a la custodia de Manuel, todos los poderes de la administración del universo que no habían sido transferidos previamente a Gabriel. Y momentos antes de la partida de Miguel para encarnarse en Urantia, Manuel aceptó la custodia del universo durante el período de la donación en Urantia, y procedió a impartir los consejos habituales en caso de donación, que servirían de guía a Miguel para su encarnación cuando pronto creciera en Urantia como un mortal del planeta.
1324:4 120:0.7 A este respecto, es preciso recordar que Miguel había elegido efectuar esta donación en la similitud de la carne mortal, sujeto a la voluntad del Padre del Paraíso. El Hijo Creador no necesitaba instrucciones de nadie para llevar a cabo esta encarnación, si hubiera tenido el único propósito de conseguir la soberanía de su universo. Pero se había embarcado en un programa de revelación del Supremo, que implicaba un funcionamiento cooperativo con las diversas voluntades de las Deidades del Paraíso. Y así, cuando obtuviera definitiva y personalmente su soberanía, incluiría efectivamente en su totalidad la voluntad séptuple de la Deidad tal como culmina en el Supremo. Por esta razón, ya había recibido seis veces en el pasado instrucciones de los representantes personales de las diversas Deidades del Paraíso y de sus asociaciones; y ahora recibía las instrucciones del Unión de los Días, el embajador de la Trinidad del Paraíso en el universo local de Nebadon, que actuaba en nombre del Padre Universal.
1325:1 120:0.8 La buena disposición con que este poderoso Hijo Creador se subordinaba voluntariamente una vez más a la voluntad de las Deidades del Paraíso, en esta ocasión a la del Padre Universal, había de producir ventajas inmediatas y enormes compensaciones. Mediante esta decisión de efectuar un acto así de subordinación asociativa, Miguel iba a experimentar en esta encarnación no solamente la naturaleza del hombre mortal, sino también la voluntad del Padre Paradisíaco de todos. Además, podía empezar esta donación única con la completa seguridad de que no solamente Manuel ejercería la plena autoridad del Padre Paradisíaco para administrar su universo durante su ausencia debida a la donación en Urantia, sino también con la tranquilidad de saber que los Ancianos de los Días del superuniverso habían decretado que su creación estaría segura durante todo el período de la donación.
1325:2 120:0.9 Ésta era la situación en el momento importante en que Manuel presentó el cometido de la séptima donación. Se me ha permitido dar a conocer los siguientes extractos de las instrucciones ofrecidas por Manuel, antes de la donación, al gobernante del universo que después se convertiría en Jesús de Nazaret (Cristo Miguel) en Urantia.
1. MISIÓN DE LA SÉPTIMA DONACIÓN
1325:3 120:1.1 "Mi hermano Creador, estoy a punto de presenciar tu séptima y última donación universal. Con gran fidelidad y perfección has ejecutado las seis misiones anteriores, y sólo puedo pensar que saldrás igualmente triunfante de ésta, tu última donación camino de la soberanía. Hasta ahora, has aparecido en tus esferas de donación como un ser plenamente desarrollado de la orden que habías escogido. Pero ahora estás a punto de aparecer en Urantia, el planeta desordenado y turbulento que has elegido, no como un mortal plenamente desarrollado, sino como un recién nacido desamparado. Esto, querido compañero, va a ser para ti una experiencia nueva y no probada todavía. Estás a punto de pagar el precio total de la donación y de experimentar la iluminación completa de la encarnación de un Creador en la similitud de una criatura.
1325:4 120:1.2 "A lo largo de cada una de tus donaciones anteriores, has elegido voluntariamente someterte a la voluntad de las tres Deidades del Paraíso y de sus interasociaciones divinas. De las siete fases de la voluntad del Supremo, has estado sometido a todas ellas en tus anteriores donaciones, excepto a la voluntad personal de tu Padre del Paraiso. Ahora que has decidido someterte por entero a la voluntad de tu Padre durante toda tu séptima donación, yo, como representante personal de nuestro Padre, asumo la jurisdicción ilimitada de tu universo durante el período de tu encarnación.
1325:5 120:1.3 "Al emprender la donación en Urantia, te has despojado voluntariamente de todo apoyo extraplanetario y de toda ayuda especial que hubiera podido ofrecerte cualquier criatura de tu propia creación. Al igual que tus hijos creados de Nebadon dependen totalmente de ti para conducirse con seguridad a lo largo de su carrera universal, de la misma manera deberás depender enteramente y sin reservas de tu Padre Paradisíaco para conducirte con seguridad a través de las vicisitudes desconocidas de tu próxima carrera como mortal. Y cuando hayas terminado esta experiencia donadora, conocerás en toda su verdad el pleno sentido y el rico significado de esa confianza en la fe que tú exiges tan invariablemente que todas tus criaturas dominen como parte de sus relaciones íntimas contigo, como Creador y Padre de su universo local.
1326:1 120:1.4 "A lo largo de tu donación en Urantia, sólo tienes que preocuparte de una cosa, de la comunión ininterrumpida entre tú y tu Padre del Paraíso; la perfección de esa relación permitirá que el mundo de tu donación, e incluso todo el universo de tu creación, perciban una revelación nueva y más comprensible de tu Padre y de mi Padre, el Padre Universal de todos. Sólo tienes que preocuparte, pues, de tu vida personal en Urantia. Yo me haré plena y eficazmente responsable de la seguridad y de la administración ininterrumpida de tu universo desde el momento en que renuncies voluntariamente a tu autoridad, hasta que regreses a nosotros como Soberano del Universo, confirmado por el Paraíso, y recibas nuevamente de mis manos, no la autoridad de vicegerente que ahora me entregas, sino el poder supremo y la jurisdicción de tu universo.
1326:2 120:1.5 "Y para que puedas saber con seguridad que tengo el poder para hacer todo lo que te prometo en este momento (sabiendo muy bien que represento la seguridad de todo el Paraíso para el fiel cumplimiento de mi palabra), te anuncio que acaban de comunicarme un mandato de los Ancianos de los Días de Uversa que apartará todo peligro espiritual en Nebadon durante todo el período de tu donación voluntaria. Desde el momento en que abandones tu conciencia, al principio de tu encarnación mortal, hasta que regreses a nosotros como soberano supremo e incondicional de este universo que tú mismo has creado y organizado, nada grave podrá ocurrir en todo Nebadon. Durante el ínterin de tu encarnación, poseo las instrucciones de los Ancianos de los Días que ordenan, inequívocamente, la destrucción instantánea y automática de todo ser culpable de rebelión, o que se atreva a instigar una insurrección en el universo de Nebadon mientras estás ausente durante esta donación. Hermano mío, gracias a la autoridad del Paraíso inherente a mi presencia y acrecentada por el mandato judicial de Uversa, tu universo y todas sus criaturas leales estarán a salvo durante tu donación. Puedes emprender tu misión con un solo pensamiento: ampliar la revelación de nuestro Padre a los seres inteligentes de tu universo.
1326:3 120:1.6 "Como en todas tus donaciones anteriores, quisiera recordarte que soy depositario de la jurisdicción de tu universo en calidad de hermano fideicomisario. Ejerzo toda la autoridad y uso todo el poder en tu nombre. Actúo como lo haría nuestro Padre del Paraíso y de acuerdo con tu solicitud explícita de que actúe así en tu nombre. Así las cosas, toda esta autoridad delegada será nuevamente tuya en cualquier momento que estimes apropiado solicitar su restitución. Tu donación es totalmente voluntaria en todas sus fases. Como mortal encarnado en el mundo, estarás desprovisto de dones celestiales, pero puedes recuperar todo el poder abandonado en cualquier momento que decidas reasumir tu autoridad universal. Si eligieras revestirte de poder y autoridad, recuerda que sería únicamente por razones personales, puesto que soy la garantía viviente y suprema cuya presencia y promesa aseguran la administración estable de tu universo, de acuerdo con la voluntad de tu Padre. Una rebelión, como ya ha ocurrido tres veces en Nebadon, no puede producirse durante tu ausencia de Salvingtón para esta donación. Para el período de tu donación en Urantia, los Ancianos de los Días han decretado que toda rebelión en Nebadon contendrá la semilla automática de su propia aniquilación.
1326:4 120:1.7 "Mientras estés ausente debido a esta donación final y extraordinaria, me comprometo (con la cooperación de Gabriel) a administrar fielmente tu universo. Al encomendarte que emprendas este ministerio de revelación divina, y pasar por esta experiencia de comprensión perfeccionada de los humanos, actúo en nombre de mi Padre y tu Padre, y te ofrezco los consejos siguientes que deberían guiarte para vivir tu vida terrestre, a medida que tomes conciencia progresivamente de la misión divina de tu prolongada estancia en la carne.2. LAS LIMITACIONES DE LA DONACIÓN
1327:1 120:2.1 "1. Según la costumbre y de acuerdo con la técnica de Sonarington —en cumplimiento de los mandatos del Hijo Eterno del Paraíso— he tomado las medidas necesarias para que puedas emprender inmediatamente esta donación como mortal, en armonía con los planes que tú has formulado y que Gabriel me ha entregado para su custodia. Crecerás en Urantia como un hijo del planeta, completarás tu educación humana —en todo momento sujeto a la voluntad de tu Padre del Paraíso— vivirás tu vida en Urantia como lo has determinado, terminarás tu estancia planetaria y te prepararás para ascender hasta tu Padre, y recibir de él la soberanía suprema de tu universo.
1327:2 120:2.2 "2. Aparte de tu misión en la tierra y de tu revelación al universo, pero concomitante con las dos, te aconsejo que, una vez que seas suficientemente autoconsciente de tu identidad divina, asumas la tarea adicional de poner fin técnicamente a la rebelión de Lucifer en el sistema de Satania, y hacer todo esto como Hijo del Hombre. Así pues, como criatura mortal del mundo, que en su debilidad se ha hecho poderosa porque se ha sometido por la fe a la voluntad de su Padre, te sugiero que lleves a cabo con benevolencia todo lo que tantas veces te has negado a realizar arbitrariamente por la fuerza y el poder, cuando disponías de estos poderes en la época en que empezó esta rebelión pecaminosa e injustificada. Yo consideraría como un broche apropiado para tu donación como mortal que volvieras entre nosotros como Hijo del Hombre, Príncipe Planetario de Urantia, a la vez que Hijo de Dios, soberano supremo de tu universo. Como hombre mortal, el tipo más inferior de criatura inteligente en Nebadon, afronta y adjudica las pretensiones blasfemas de Caligastia y de Lucifer, y en el humilde estado que habrás asumido, pon fin para siempre a las falsedades vergonzosas de estos hijos de la luz caídos. Ya que has rehusado persistentemente desacreditar a estos rebeldes mediante el ejercicio de tus prerrogativas de creador, sería conveniente que ahora, en la similitud de las criaturas más humildes de tu creación, arranques el poder de las manos de estos Hijos caídos. Así, todo tu universo local reconocerá con toda equidad, claramente y para siempre, que has sido justo al hacer, en la forma de la carne mortal, las cosas que la misericordia no te permitía hacer con el poder de una autoridad arbitraria. Habiendo establecido así, por medio de tu donación, la posibilidad de la soberanía del Supremo en Nebadon, habrás llevado efectivamente a su término los asuntos pendientes de todas las insurrecciones anteriores, a pesar de la mayor o menor cantidad de tiempo que te lleve realizar esta tarea. Esta acción eliminará lo más esencial de las disensiones pendientes en tu universo. Cuando recibas posteriormente la soberanía suprema sobre tu universo, en ninguna parte de tu gran creación personal podrán producirse desafíos similares a tu autoridad.
1327:3 120:2.3 "3. Cuando hayas logrado poner fin a la secesión en Urantia, cosa que harás indudablemente, te aconsejo que aceptes que Gabriel te confiera el título de 'Príncipe Planetario de Urantia', como reconocimiento eterno de tu universo por tu experiencia final de donación, y que además tomes todas las medidas compatibles con el significado de tu donación, para compensar la aflicción y la confusión causadas en Urantia por la traición de Caligastia y la falta adánica posterior.
1328:1 120:2.4 "4. De acuerdo con tu petición, Gabriel y todos los interesados cooperarán contigo en el deseo expresado de terminar tu donación en Urantia con el pronunciamiento de un juicio dispensacional del planeta, acompañado por el final de una era, la resurrección de los sobrevivientes mortales dormidos y el establecimiento de la dispensación del Espíritu de la Verdad otorgado.
1328:2 120:2.5 "5. En lo que respecta al planeta de tu donación y a la generación inmediata de hombres que vivirán allí en la época de tu estancia como mortal, te aconsejo que asumas ampliamente el papel de instructor. Concede tu atención, en primer lugar, a la liberación e inspiración de la naturaleza espiritual del hombre. A continuación, ilumina el intelecto confundido de los hombres, cura sus almas y libera sus mentes de los temores ancestrales. Y entonces, según tu sabiduría de mortal, trabaja por el bienestar físico y la comodidad material de tus hermanos en la carne. Vive la vida religiosa ideal para inspiración y edificación de todo tu universo.
1328:3 120:2.6 "6. En el planeta de tu donación, libera espiritualmente al hombre aislado por la rebelión. En Urantia, haz una contribución más a la soberanía del Supremo, para que el establecimiento de dicha soberanía abarque así todos los vastos dominios de tu creación personal. Gracias a tu donación material en la similitud de la carne, estás a punto de experimentar la iluminación final de un Creador del espacio-tiempo, la doble experiencia de trabajar dentro de la naturaleza del hombre, con la voluntad de tu Padre del Paraíso. En tu vida temporal, la voluntad de la criatura finita y la voluntad del Creador infinito deberán convertirse en una sola, tal como se están uniendo también en la Deidad evolutiva del Ser Supremo. Derrama sobre el planeta de tu donación el Espíritu de la Verdad, para que todos los mortales normales de esa esfera aislada tengan así un acceso inmediato y completo al ministerio de la presencia segregada de nuestro Padre del Paraíso, los Ajustadores del Pensamiento de los mundos.
1328:4 120:2.7 "7. En todo lo que hagas en el mundo de tu donación, recuerda siempre que estás viviendo una vida para la instrucción y edificación de todo tu universo. Vas a donar esta vida de encarnación mortal en Urantia, pero debes vivir dicha vida para inspirar espiritualmente a todas las inteligencias humanas y superhumanas que han vivido, existen actualmente, o podrán vivir aún en cada uno de los mundos habitados que han formado, forman ahora o puedan formar parte aún de la vasta galaxia de tu dominio administrativo. Tu vida terrestre en la similitud de la carne mortal no debes vivirla para que sirva de ejemplo a los mortales de Urantia de la época de tu estancia en la tierra, ni para ninguna generación posterior de seres humanos de Urantia o de cualquier otro mundo. En lugar de eso, tu vida encarnada en Urantia será una inspiración para todas las vidas en todos los mundos de Nebadon, a través de todas las generaciones de los tiempos por venir.
1328:5 120:2.8 "8. La gran misión que debes realizar y experimentar en la encarnación mortal está contenida en tu decisión de vivir una vida totalmente dedicada a hacer la voluntad de tu Padre del Paraíso, y así revelar a Dios, tu Padre, en la carne y especialmente a las criaturas de carne. Al mismo tiempo, también interpretarás con un nuevo realce a nuestro Padre para los seres supermortales de todo Nebadon. Junto con este ministerio de nueva revelación y de interpretación ampliada del Padre del Paraíso para los tipos de mente humana y superhumana, actuarás también de tal manera que efectuarás una nueva revelación del hombre a Dios. Ilustra con tu única y corta vida en la carne, como nunca antes se había visto en todo Nebadon, las posibilidades trascendentes que puede alcanzar un humano que conoce a Dios, durante la breve carrera de la existencia mortal. Y proporciona una interpretación nueva y reveladora del hombre y de las vicisitudes de su vida planetaria, a todas las inteligencias superhumanas de Nebadon y para todos los tiempos. Vas a descender a Urantia en la similitud de la carne mortal, y al vivir como un hombre de tu tiempo y de tu generación, actuarás de tal manera que mostrarás a todo tu universo el ideal de una técnica perfeccionada en el compromiso supremo de los asuntos de tu vasta creación: el logro de Dios que busca al hombre y lo encuentra, y el fenómeno del hombre que busca a Dios y lo encuentra; y harás todo esto para su satisfacción mútua, durante una corta vida en la carne.
1329:1 120:2.9 "9. Te recomiendo que recuerdes siempre que, aunque de hecho vas a ser un hombre normal del mundo, en potencia seguirás siendo un Hijo Creador del Padre del Paraíso. Durante toda esta encarnación, aunque vas a vivir y actuar como Hijo del Hombre, los atributos creativos de tu divinidad personal irán contigo desde Salvingtón a Urantia. Tu voluntad siempre tendrá el poder de dar por terminada la encarnación en cualquier momento posterior a la llegada de tu Ajustador del Pensamiento. Antes de la llegada y de la recepción del Ajustador, yo garantizaré la integridad de tu personalidad. Pero después de la llegada de tu Ajustador, y a medida que reconozcas progresivamente la naturaleza y la importancia de tu misión donadora, deberás abstenerte de formular cualquier intención superhumana de adquisición, de logro o de poder, debido al hecho de que tus prerrogativas como creador permanecerán asociadas a tu personalidad mortal, porque estos atributos son inseparables de tu presencia personal. Pero, aparte de la voluntad del Padre del Paraíso, ninguna repercusión superhumana acompañará tu carrera terrestre, a menos que tú, mediante un acto de voluntad consciente y deliberada, tomes una decisión indivisa que desemboque en una elección de toda tu personalidad.
3. CONSEJOS Y ADVERTENCIAS ADICIONALES
1329:2 120:3.1 "Y ahora, hermano mío, al despedirme de ti mientras te preparas para partir hacia Urantia, y después de haberte aconsejado sobre la conducta general de tu donación, permíteme presentarte algunas advertencias que son el resultado de una deliberación con Gabriel, y que se refieren a aspectos menores de tu vida como mortal. Así pues, te sugerimos además:
1329:3 120:3.2 "1. Que, en la búsqueda del ideal de tu vida como mortal en la tierra, concedas también alguna atención a la realización y ejemplificación de algunas cosas prácticas inmediatamente útiles para tus compañeros humanos.
1329:4 120:3.3 "2. En lo que concierne a las relaciones familiares, da prioridad a las costumbres aceptadas de la vida familiar tal como las encuentres establecidas en la época y en la generación de tu donación. Vive tu vida familiar y comunitaria de acuerdo con las prácticas del pueblo en el que has elegido aparecer.
1329:5 120:3.4 "3. En tus relaciones con el orden social, te aconsejamos que limites tus esfuerzos principalmente a la regeneración espiritual y a la emancipación intelectual. Evita todo enredo con la estructura económica y los compromisos políticos de tu época. Conságrate en especial a vivir la vida religiosa ideal en Urantia.
1329:6 120:3.5 "4. Bajo ninguna circunstancia, ni siquiera en el más mínimo detalle, debes interferir en la evolución progresiva, normal y ordenada de las razas de Urantia. Sin embargo, esta prohibición no debe ser interpretada como una limitación a tus esfuerzos por dejar detrás de ti, en Urantia, un sistema duradero y mejorado de ética religiosa positiva. Como Hijo dispensacional, tienes concedidos ciertos privilegios para mejorar el estado espiritual y religioso de los pueblos del mundo.
1330:1 120:3.6 "5. Si lo consideras conveniente, debes identificarte con los movimientos religiosos y espirituales tal como puedan encontrarse en Urantia, pero trata de evitar, de todas las maneras posibles, el establecimiento formal de un culto organizado, de una religión cristalizada o de una agrupación ética separada de seres humanos. Tu vida y tus enseñanzas deben convertirse en el patrimonio común de todas las religiones y de todos los pueblos.
1330:2 120:3.7 "6. Con el fin de evitar que contribuyas sin necesidad a la creación, en Urantia, de sistemas estereotipados posteriores de creencias religiosas, o de otros tipos de lealtades religiosas no progresivas, te aconsejamos además que no dejes ningún escrito de tu paso por el planeta. Abstente de escribir en materiales perdurables; ordena a tus asociados que no hagan imágenes u otros retratos de tu aspecto físico. Asegúrate de no dejar nada potencialmente idólatra en el planeta en el momento de tu partida.
1330:3 120:3.8 "7. Aunque vivirás la vida social normal y corriente del planeta, y serás un individuo normal del sexo masculino, posiblemente no entrarás en la relación del matrimonio, que sería perfectamente honorable y compatible con tu donación. Pero debo recordarte que uno de los mandatos de Sonarington, relativos a la encarnación, prohíbe que un Hijo donador originario del Paraíso deje tras de sí una descendencia humana en un planeta cualquiera.
1330:4 120:3.9 "8. Para todos los demás detalles de tu próxima donación, quisiéramos confiarte a la dirección de tu Ajustador interior, a las enseñanzas del espíritu divino siempre presente que guía a los hombres, y al juicio razonable de tu mente humana en expansión, de origen hereditario. Una asociación así de atributos de criatura y de Creador te permitirá vivir para nosotros la vida perfecta del hombre en las esferas planetarias. Esta vida no será necesariamente considerada perfecta por un hombre determinado de una generación determinada en un mundo determinado (y mucho menos en Urantia), pero su plenitud será evaluada como total y suprema por los mundos más perfeccionados y en vías de perfeccionarse de tu vasto universo.
1330:5 120:3.10 "Y ahora, que tu Padre y mi Padre, que siempre nos ha apoyado en todas las empresas pasadas, te guíe, te sostenga y esté contigo desde el momento en que nos dejes, cuando termines por abandonar la conciencia de tu personalidad. Que así sea a lo largo de tu descubrimiento gradual de tu identidad divina encarnada en una forma humana, y luego en todo el transcurso de tu experiencia de donación en Urantia, hasta tu liberación de la carne y tu ascensión a la derecha de la soberanía de nuestro Padre. Cuando vuelva a verte en Salvingtón, te acojeremos a tu regreso como soberano supremo e incondicional de este universo que tú mismo has creado, servido y comprendido por completo.
1330:6 120:3.11 "Ahora reino en tu lugar. Asumo la jurisdicción de todo Nebadon como soberano en funciones durante el ínterin de tu séptima donación, la de un mortal en Urantia. A ti, Gabriel, te encomiendo la salvaguardia del que está a punto de ser el Hijo del Hombre, hasta que pronto regrese a mí envuelto en poder y gloria como Hijo del Hombre e Hijo de Dios. Y, Gabriel, yo soy tu soberano hasta que Miguel vuelva así".
1330:7 120:3.12 Entonces, en presencia de todo Salvingtón reunido, Miguel se retiró rápidamente de entre nosotros, y ya no volvimos a verlo en su sitio de costumbre hasta su regreso como soberano supremo y personal del universo, después de finalizar su carrera de donación en Urantia.
4. LA ENCARNACIÓN —LA UNIÓN DE DOS EN UNO
1331:1 120:4.1 Y así es como ciertos hijos indignos de Miguel, que habían acusado a su padre-Creador de buscar egoistamente la soberanía, y se habían atrevido a insinuar que el Hijo Creador se mantenía en el poder de manera arbitraria y autocrática debido a la lealtad ciega de las criaturas serviles de un universo engañado, iban a ser callados para siempre y dejados confundidos y desilusionados por la vida de servicio altruista que el Hijo de Dios empezaba ahora como Hijo del Hombre —siempre sometido a "la voluntad del Padre del Paraíso".
1331:2 120:4.2 Pero no os engañéis: aunque Cristo Miguel era verdaderamente un ser de origen dual, no era una personalidad doble. No era Dios en asociación con el hombre, sino más bien Dios encarnado en el hombre, y siempre fue precísamente este ser combinado. El único factor progresivo en esta relación incomprensible fue la comprensión y el reconocimiento conscientes y graduales (por parte de su mente humana) de este hecho de ser Dios y hombre.
1331:3 120:4.3 Cristo Miguel no se volvió paulatinamente Dios. Dios no se volvió hombre en algún momento vital de la vida terrestre de Jesús. Jesús fue Dios y hombre, siempre y para siempre. Este Dios y este hombre eran, y son ahora, uno, igual que la Trinidad del Paraíso compuesta por tres seres es en realidad una Deidad.
1331:4 120:4.4 Nunca perdáis de vista el hecho de que la meta espiritual suprema de la donación de Miguel era realzar la revelación de Dios.1331:5 120:4.5 Los mortales de Urantia tienen conceptos variados de lo milagroso, pero para nosotros, que vivimos como ciudadanos del universo local, hay pocos milagros, y entre éstos, las donaciones de encarnación de los Hijos del Paraíso son con mucho las más misteriosas. La aparición de un Hijo divino en vuestro mundo por un proceso aparentemente natural, nosotros la consideramos como un milagro _el funcionamiento de unas leyes universales que sobrepasan nuestro entendimiento. Jesús de Nazaret era una persona milagrosa.
1331:6 120:4.6 A través y en el transcurso de esta experiencia extraordinaria, Dios Padre escogió manifestarse como siempre lo hace, — de la manera habitual — de la manera normal, natural y digna de confianza, de la acción divina.