1 de Enero del 2.000
Queridos Amigos
En el amanecer de un nuevo milenio,
queremos pedirles que se unan a nosotros en la renovación de nuestro compromiso
de buscar la voluntad del Padre y de servir a nuestros hermanos y hermanas.
Como Urantianos tenemos el desafío
de llevar la revelación de esta verdad a todo el planeta, una empresa profundamente
creativa y que se hace difícil debido a nuestro legado de falta y de aislamiento.
No contamos con un Príncipe Planetario
residente ni tampoco con un Hijo e Hija Materiales para guiarnos en la tarea
de elevar la calidad de vida en Urantia. No tenemos un Templo del Padre, tampoco
un Jardín del Edén al cual podamos dirigirnos para pedir sabiduría o para
retirarnos en adoración. Cada uno de nosotros debe confiar en sus propias
habilidades personales para utilizar los recursos espirituales -nuestro Modelador
del Pensamiento, el Espíritu de la Verdad y la Mente de Jesús- al trabajar
junto a otras personas, realizando actividades de conocimiento público o cooperando
en forma silenciosa.
Como voluntarios de la revelación,
tenemos el desafío de buscar el bien mayor para la mayor cantidad de gente
y de reconocer que la libertad de la expresión religiosa ejercida por creyentes
individuales fortalece a toda la comunidad.
Estos principios de servicio han
evolucionado durante los cuarenta y cinco años de historia de nuestra organización,
primero como la Confraternidad Urantia y ahora como la Hermandad del Libro
de Urantia. A través de estos años nos hemos visto enfrentados a un amplio
espectro de temas difíciles, algunas veces llevándonos a escoger alguna posición
específica, lo cual ha derivado en el enfrentamiento entre lectores. Hemos
aprendido por experiencia que considerar la diversidad refleja en forma más
correcta la verdad de la revelación y el espíritu de la vida del Maestro y
de sus enseñanzas.
Durante esta década, la Hermandad
ha realizado grandes avances en la voluntad de aceptar visiones alternativas
y de utilizar el diálogo para la resolución de los conflictos. Entramos en
este nuevo milenio completamente comprometidos con todos los lectores y creyentes
sin importar cual sea la forma de su llamado personal al servicio. El servicio
a la revelación es un proceso viviente que depende de la creatividad y de
la libertad para experimentar, así como de la presentación de un texto revelado
que sea auténtico.
Este ideal de servicio amplio
se ve reflejado en programas nuevos para nuestros miembros así como para quienes
no lo son. Estamos comprometidos a facilitar el intercambio de ideas, opiniones
y oportunidades entre los Urantianos de todo el mundo y de facilitar una conciencia
creciente de hermandad en nuestro trabajo conjunto. La extensa presencia y
gama de servicios del web de la Hermandad así como nuestras conferencias,
eventos especiales y publicaciones, contribuyen al cumplimiento de estas metas
de servicio.
Hemos descubierto que un sincero
abrazo de la diversidad enriquece nuestra experiencia religiosa y profundiza
nuestra visión espiritual de la naturaleza del Supremo. "Quienquiera
que así lo desee, dejadle venir" dijo el Maestro. Y a quien sea llamado,
dejadle servir. Urantia necesita de todos los corazones y manos deseosos de
colaborar. Déjennos saber qué podemos hacer para ayudarles a Uds. a servir.
Juntos podemos cambiar el mundo.
Por favor acepten nuestros más
sinceros deseos para un fructífero y tranquilo año 2.000.
En servicio amante,
Janet Farrington Graham
Presidente
La Hermandad del Libro de Urantia