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CAPITULO II
LA ANTITESIS EVOLUCIONARIA

El Reto de la Imperfección: Capacidad de Crecimiento
Dios el Séptuplo: Deidad Evolucional
El Vacío de la Imperfección: Capacidad de Crecimiento
El Reto de Unificación del Poder-Personalidad
Desafío y Respuesta

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En la presenta edad universal el universo central y divino es obviamente la tesis creativa de Perfección. Los superuniversos (comenzando como creaciones imperfectas) son la gran antítesis de perfección de Havona. Estos universos imperfectos constituyen el reto màs grande posible para aquellas personalidades del Paraíso y Havona que son creadores y administradores de los reinos evolucionarios del tiempo y el espacio. Su primera gran aventura fue –la Aventura Suprema –llevar la perfección de eternidad y divinidad afuera hacia los dominios evolucionarios de imperfección original.

Dios el Séptuplo era (y es) la respuesta de la Deidad al reto de la imperfección. Y Dios el Séptuplo trae el contra desafío de perfección divina en el mismo centro de los reinos evolutivos aún a los mundos habitados mismos, a través del otorgamiento de las criaturas de los Hijos de Dios Paradisíacos.

1. EL RETO DE LA IMPERFECCION

Este estudio propone la opinión que Dios es poseedor de aquellas cualidades de ser que son ancestrales a esa posesión de aventura, una respuesta, a los estímulos del desafío – que aparece en el carácter de criaturas progresivas. ¿Por qué razón de repente confrontaría el sistema Paraíso-Havona de perfección eterna con el sorprendente desafío de la imperfección abismal de los siete súper universos?

En la Primera Edad Universal todo está en equilibrio; todo está ordenadamente; las esferas de la eterna Havona giran en orbitas fijas y establecidas alrededor de la estática. Isla del Paraíso. La desarmonia no se conoce; el desorden nunca aparece. La creación total sigue un modelo inmutable de perfección impecable, edad en edad -y edad tras edad. Y luego, Dios expande esta creación perfectamente equilibrada y simétrica. Los universos organizados se expanden hacia fuera y hacia el espacio. De pronto abarca nuevos y periféricos reinos: reinos de desarrollo físico incierto; reinos de naturaleza imperfecta; reinos en que las criaturas de imperfección pronto aparecerán; reinos del mal potencial; reinos en que el mal potencial demasiado a menudo se volverá mal actual, aún pecado –  a través de la elección imprudente de criaturas imperfectas.

Haga una pausa para imaginar cuán sorprendente e inaudito eran estos desafíos hace tiempos a los seres inerrantes de la eternidad. ¿Cuál fue su primera reacción a la disonancia – esos seres que habrían conocido nada mas que la armonía? ¿Cómo consideraron ellos el primer desorden – estos seres que no conocían nada más sino el modelo de perfección completa? ¿Cuál fue su respuesta al mal potencial – esos seres que siempre habrían escogido el bien en ausencia de todo mal por contraste? ¿Y cuál fue su reacción cuando por primera vez en su experiencia, el mal potencial se vuelve mal actual a través de la decisión de la criatura? ¡Y que impresión tendría cuando el mal más la insinceridad equivalente al pecado y aún a la iniquidad.!

De pronto, por así decirlo, tenemos una inmensa creación que pulula con criaturas imperfectas; cada una de ellas ha sido dotada con el poder inapreciable de elección por Dios. Cada una de estas criaturas es un soberano dentro de sí mismo. Cada una de ellas puede elegir, y en pro o contra, acerca de la ciudadanía en el universo y la filiación con Dios. Y nadie se atreve a interferir con estas elecciones para que no encuentre a sí mismo violando la voluntad de Dios, porque es Dios quien da a las criaturas este poder inapreciable de elección. Sin este poder de elección, sin el don de Dios de la personalidad, seríamos un poco menos que máquinas vivientes. Pero con este regalo de (relativo) libre albedrío,  somos mas que máquinas; somos hombres y podemos elegir, ser aún más que hombres, podemos elegir ser hijos ascendentes de Dios. También  podemos elegir el mal y continuar eligiendo el mal, y nadie puede detenernos – solamente el tiempo y el olvido.

Este fue el reto de hace tiempo que confronta a los ciudadanos de los reinos eternos. Ellos se embarcaron en esta aventura -la Aventura Suprema- cuando ellos dejen los dominios establecidos de perfección divina y salen hacia las nuevas fronteras creativas, hacia el nuevo nivel espacial de los superuniversos, allí tomar posesión como creadores, organizadores y administradores de los dominios evolucionarios inestables e inciertos del tiempo.

Quién sino Dios, se habría atrevido a unir la forma más pura de espíritu con el tipo más bajo de criaturas capaz de ser dotadas con personalidad –el hombre mortal!. Aquí, verdaderamente, es la reunión de lo más alto y lo más bajo. Y quien sino Dios combinaría el espíritu de aventura así con ese amor divino que causaría un Ser Infinito querer entrar en sociedad eterna con los hijos mortales de las razas de origen animal de los mundos habitados.

Si estas acciones y transacciones no son excitantes y aventurosas e impredecibles -¿entonces qué es? ¿O qué podría ser? De pronto por así decirlo, la perfección existencial de la creación entera de la eternidad es desafiada por la aparición de la antítesis de perfección, por la aparición de los dominios imperfectos y evolucionarios del tiempo y el espacio.

RESUMEN: UNA PRESENTACIÓN FUNCIONAL DE DIOS EL SEPTUPLO

 DIOS EL SÉPTUPLO Una agrupación en tres niveles de Dios el Séptuplo

1) Los Hijos Creadores LOS CREADORES SUPREMOS. Estos tres grupos son los Cuerpos de los Creadores Supremos. Ellos son los

2) Los Ancianos de los Días creadores post-Havona de los universos del tiempo y el   espacio, los universos locales y los superuniversos. Ellos trabajan con las Deidades y la Trinidad del Paraíso

3) Los Espíritus Rectores   para evolucionar el poder del Todopoderoso, que es la base experiencial para la soberanía emergente del Ser Supremo en los siete súper universos.

4) El Ser Supremo   EL PODER TODOPODEROSO, que se deriva de todos los Creadores Supremos, se une con la persona espiritual del Supremo, que se deriva de la Trinidad del Paraíso, por la acción de la Mente Suprema, que fue otorgada por el   Actor Conjunto. Esto tiene lugar en el mundo piloto del   circuito exterior del universo central. 

5) El Espíritu Infinito LA DEIDAD TRIUNA PARADISIACA es el nombre a   veces usado para designar este grupo, y a veces lo es la

6) El Hijo Eterno     Trinidad del Paraíso. Creemos probable que los Creadores Supremos trabajan con la Deidad del Paraíso en ambos aspectos como las tres personas y como la Trinidad.

7) El Padre Universal   La “unión del poder creativo de los Creadores Supremos   con los potenciales Creativos de la Trinidad es la misma   fuente de la actualidad del Ser Supremo.”

(Ver Apéndice XXII. Sec.5. Síntesis de Poder-Personalidad Finita.)

2. DIOS EL SÉPTUPLO: DEIDAD EVOLUCIONAL

Dios el Séptuplo es la respuesta de la Deidad al reto de la imperfección. Como hemos anotado en nuestro estudio de la Deidad creativa, esta asociación séptuple comenzó a funcionar al tiempo de la organización de los superuniversos. Hay varias maneras de estudiar  esta asociación de la Deidad, y una de ellos es considerar el Séptuplo desde un punto de vista funcional. El Resumen anterior hace tal presentación de Dios el Séptuplo. El énfasis se hace en los tres grupos que interactúan dentro de estos siete niveles de asociación:

a)  Los Creadores Supremos

b)  El Ser Supremo

c)  La Deidad Triuna Paradisíaca

Los varios seres que están colaborando en estos tres grupos de la Deidad Séptuple están trabajando en los niveles potencial, asociativo, creativo y evolucional de actividad de la Deidad en el tiempo y en el espacio. En parte debido a sus exitosos esfuerzos en los universos evolucionarios, el Ser Supremo está evolucionando lentamente (emergiendo) como una Deidad experiencial.

Deidad evolucional . Hemos trazado la expansión de la acción de la Deidad total desde el nivel estático, a través del potencial, hasta el asociativo. En el capítulo anterior observamos a Dios el Séptuplo entrar en el cuarto nivel, el nivel creativo. Ahora, observamos que la Deidad está funcionando en el quinto nivel de actividad, el nivel evolucional.

El Ser Supremo está evolucionando. Él comienza en los albores de la Segunda Edad como una persona espiritual en Havona. Y luego empieza a crecer, a evolucionar, cuando los Creadores Supremos tienen éxito perfeccionando sus creaciones imperfectas – incluso mundos como el que vivimos. Estos triunfos de los Creadores Supremos (y sus asociados coordinados; y subordinados) son como muchos manantiales y arroyos que convergen en ríos que se unen en ríos más grandes que a su vez, se vuelven los grandes afluentes de un poderoso río. Y este “poderoso río” de triunfos divinos en el tiempo y en el espacio es algo que se llama el “poder experiencial del Todopoderoso”. Como un “poderoso río” corre hacia el mar, así este poder afluente y convergente del Todopoderoso se une con la persona espiritual del Supremo en Havona. Este es la fuente de crecimiento del poder soberano del Supremo que comienza como una persona espiritual (con ningún poder soberano en todo) Y está creciendo gradualmente (evolucionando) como el soberano experiencial de los siete superuniversos (Ver Apéndice XXII. Sec. 5. Síntesis del Poder-Personalidad Finita.)

Aún los Creadores Supremos mismos evolucionan. Ellos participan en el proceso de crecimiento en la Segunda Edad. Esto es particularmente verdad de los Hijos Creadores y los Espíritus Creativos, pero es probablemente también verdad de los enteros cuerpos de los Creadores Supremos (Ver Apéndice X. Sec. III Evolución de los Miembros de la Trinidad Ultima; Apéndice III, Evolución de los Hijos y Espíritus Universales.)

La gran diferencia entre la creación y la evolución es el factor de tiempo. La creación tiene lugar sin el paso del tiempo, en un instante. La evolución retarda el proceso transformativo al punto que las criaturas puedan comprender que están viajando y pueden participar en él –pueden representar una parte consiente en su propio crecimiento. En esta forma el hombre (y otras criaturas evolucionarias) pueden entrar en relaciones con Dios; el hombre puede volverse un socio consciente con Dios en la evolución de sí mismo, determinando lo que él es. (Ver Apéndice VIII. Sec. 5. Técnicas Evolucionarias.)

Interacción de niveles . El Ser Supremo no es solo un destinatario pasivo de todo este esfuerzo; él está personalmente activo haciendo algo acerca de su propio crecimiento y evolución. El está logrando de atrás hacia los niveles creativos y asociativos (de función de la Deidad Total) para actualizar los potenciales de las Deidades del Paraíso. El está expresando su propia voluntad y propósito emergente en la auto distribución a las creaciones del tiempo y del espacio. Haciendo esto, él está lentamente haciéndose a sí mismo real cuando se expande hacia los universos evolucionarios y se identifica con todo el crecimiento de las criaturas y con todas las criaturas en crecimiento. (Vea Apéndice VI. Sec. 1. Un Análisis de los Niveles de la Función de la Deidad Total; Apéndice VII. Sec. 4. El Crecimiento del Supremo: Crecimiento de la Segunda Edad; Apéndice XXII. Sec. 5. Síntesis del Poder Personalidad Finita.)

3. LOS VACÍOS DE LA IMPERFECCIÓN: CAPACIDAD DE CRECIMIENTO

Nosotros que somos nativos en la Segunda Edad, tomamos el crecimiento evolucionario y de experiencia finita como un asunto de importancia. Es todo lo que sabemos. Pero desde una perspectiva más grande es algo que es bastante peculiar a, y único en, la presente edad universal. Esta es la edad del crecimiento del Supremo. Él está creciendo así como nosotros estamos creciendo; él crece en virtud de nuestro crecimiento; y nosotros podemos crecer porque estamos creciendo dentro de él –nosotros somos una parte de su crecimiento. En cierto modo podríamos pensar del gran universo como la arena en que el Ser Supremo está evolucionando y casi todo en esta arena esta evolucionando junto con él. Nosotros crecemos en él y él crece en nosotros –es un procedimiento bidireccional.

Esta es la edad en que es posible tener experiencia finita. El Ser Supremo está creciendo en experiencia finita. Otras edades proporcionarán experiencia pero no será finita; puede ser post-finita o superfinita, pero ciertamente será otra cosa distinta a lo finito. Esto es porque el crecimiento del Supremo se limita en la Segunda Edad, la presente edad. Cuando este proceso haya sido completado, él emergerá como una Deidad que todos nosotros podemos percibir y conocer. Entonces su proceso de crecimiento evolucionario habrá llegado a su fin y de ese modo la posibilidad para participar en el –la posibilidad para tener experiencia finita.

Los seres humanos comienzan muy abajo de la existencia de la criatura finita. Ellos comienzan como súper animales y tienen una oportunidad para ascender por crecimiento evolucionario al estado más elevado de finalistas. Nosotros comenzamos lo màs bajo de todo, por lo tanto nuestra oportunidad es la más grande –nosotros comenzamos con lo mas bajo, por lo tanto nuestro crecimiento puede abrazar lo más alto.

La virtud de un vaso vacío es que puede llegarse (así  dijo Lao Tse en el Tao Te Ching) La virtud de la imperfección es que puede ser llenado con la experiencia de crecer conscientemente hacia un estado de perfección. La imperfección de las creaciones espacio-temporales proveen la posibilidad para este tipo de crecimiento. Si ellos hubieran sido creados en perfección, los superuniversos habrían sido nada más que una extensión de la creación central -Havona de nuevo pero en una escala más grande. Y esta necesidad de los súper universos, esta misma falta de perfección, da a las personalidades del Paraíso-Havona la oportunidad para nuevo crecimiento en su extenso servicio cuando intentan ayudarnos a alcanzar la perfección divina más elevada de la que ellos han descendido. (Ver Apéndice XI Sec. 11. Las Necesidades Citoplasmáticas Expanden las Funciones Nucleares.)

4. EL RETO DE LA UNIFICACIÓN DEL PODER-PERSONALIDAD

El modelo de crecimiento en la Segunda Edad es establecido por el Supremo. Él deriva su poder (como el emergente Soberano Todopoderoso de los superuniversos) desde las actividades y los éxitos de los Creadores Supremos y todos los habitantes de los universos espacio-temporales. Si los hechos de estos seres son malos, entonces el crecimiento se frustra; si sus actos son buenos, entonces el crecimiento es aumentado. El crecimiento espacio-temporal del Supremo depende del poder influyente del Todopoderoso. Este poder convergente se une con la persona espiritual del Supremo, en Havona, por la acción de la dotación de la mente del Ser Supremo. Y este es el hecho importante: El poder se une con, y, sujeto a, el control de la personalidad espiritual por la acción unificante de la mente.

Este principio de crecimiento –síntesis del poder-personalidad– se encuentra muchas veces en los Documentos. La síntesis del poder-personalidad es una transacción que tiene lugar debido a un cierto juego de condiciones que se obtienen en los universos espacio-temporales. En estos dominios parece que la energía-materia ha sido dada una ventaja –es dominante– mientras que el espíritu está esforzándose por volverse dominante. Pero el espíritu solo es impotente. El espíritu realmente no toca la materia en algún punto. Toma la mente para lograr el domino de la materia, de realidad física; y sólo esa mente que también es personal posee el poder de elegir subordinarse así misma al espíritu, incluso mientras adquiere el dominio de la energía materia. Pero, si tal mente dominante de la energía no elige ser espiritualizada, entonces nunca puede tener éxito (persistir y sobrevivir) en larga carrera. Como un ejemplo, considere el estado de cosas en nuestro mundo hoy; hemos logrado un considerable dominio sobre las fuerzas y los secretos de la naturaleza –y somos miedosos! (Vea Apéndice XXII. Sec. 5. Síntesis del Poder-Personalidad Finita especialmente en la discusión de “La Divergencia de las Tres Energías.”)

¿Se ha planteado alguna vez la pregunta, “cómo puede el manso siempre heredar la tierra?” La respuesta es bastante simple; ninguno sino los mansos posiblemente podrían –y conservan la herencia! Por supuesto, tales personas de gran fuerza también son mansas. Y, cuando tales personas de gran fuerza también son mansas, entonces su fuerza no hace que nadie se asuste. Cuando el fuerte no es manso, es entonces cuando su fuerza engendra miedo. Y es este miedo de la fuerza desenfrenada  que, tarde o temprano, causa la reunión de aun el más grande contra desenfreno a través de la formación de una confederación de aquellos que temen. La fuerza (el poder)  sin la dominación del espíritu o la restricción del espíritu engendra miedo; y aquellos que temen, alguna vez, se combinaran para destruir al fuerte.

El reto del crecimiento de la presente edad parece ser este: ¿Podemos usar la mente para dominar los problemas de la creación física y al mismo tiempo sujetar estas mentes victoriosas al supercontrol del espíritu por el poder de elección de la personalidad? Si  podemos hacer esto, entonces podemos volvernos tanto fuertes como mansos. Tal mente dominante de la materia y afiliada con el espíritu está comenzando a encontrarse con la revelación de los movimientos evolucionarios de los universos. Que es decir, nosotros nos habremos vuelto relativamente triunfantes en nuestros esfuerzos por hacer la voluntad de Dios.

5. DESAFÍO Y RESPUESTA

Los Documentos nos dicen  (435:8) que hay tres llaves para el reino de los cielos: “sinceridad, más sinceridad, y más sinceridad”; y que hace más progresos en el reino “ por más decisiones, y por más decisiones”. Estas instrucciones parecen poner un elevado premio en la honestidad primero, luego en el coraje –en la fuerza moral de carácter.

El ejercicio de carácter moral, la fabricación de decisiones morales, pueden conducir solamente al desarrollo de fuerza moral. Aquellos que están progresando en el reino deben ser honestos de corazón, y aquellos que están progresando en el reino deben estar creciendo en fuerza moral. ¿Adónde nos lleva esta fuerza moral? Si tal fuerza se vuelve hacia el ego, entonces todos están perdidos -pueden volverse, a lo mejor, nada más que éticos. Pero si esta fuerza se vuelve hacia el núcleo espiritual del hombre, al Ajustador, entonces todos ganan –entonces puede la moral trascender la ética alcanzando lo espiritual.

La obtención de los valores espirituales, -la búsqueda de Dios- es un hecho causado por un sentimiento de necesidad que nace del hambre en el corazón humano. Tal hambre engendrada por la realización de pequeñez, por el sentimiento de humildad. Fuera de esta humildad, fuera de esta realización de limitaciones humanas, viene un hambre que surge y que busca conocer la voluntad de Dios y encontrar alguna forma de hacer esta voluntad. Esta es la victoria de la mansedumbre sobre el orgullo, cuando un hombre fuerte –no un hombre débil– contempla las virtudes comparativas de la voluntad del hombre y la voluntad  de Dios.

Con la fortaleza moral que viene de la decisión – acción, y con el sentimiento honesto de humildad, y hambre, y mansedumbre, un ser humano podría comenzar a aspirar niveles de comprensión reales (y raros) –niveles de relativa sabiduría y de una bondadosa afectación que podría ser completamente anticínico. Este ser humano podría comenzar a ser inteligentemente confiado de Dios; y esta sabiduría y fe infantil es algo muy diferente de la presuntuosidad de una fe ignorante y pueril. La comprensión de una afectación anticínica podría generar un discernimiento compasivo –una sensibilidad por los problemas humanos y a las necesidades humanas que sería algo mucho más que mero sentimentalismo. Por supuesto, volviéndose sensible a las necesidades humanas, la persona que discierne a permanecido expuesto al sufrimiento. La capacidad para sentir las necesidades humanas en la misma capacitación que puede sentir dolor, que puede lamentar las tragedias de la vida.

En aproximadamente este tiempo en el proceso de maduración de un ser humano, las cualidades de ternura, humildad y afectación anticínica podría todo meldjuntos en los más elevados discernimiento de un rico humor, una genuina capacitación de reírse de uno mismo, y para reírse  con (pero no-de) el prójimo. Una realización, no obstante, de la infinidad de Dios acoplada con una aguda conciencia de la pequeñez finita del hombre, puede contribuir grandemente al crecimiento del humor –un humor que puede ser vuelto interno en el ego, y especialmente dirigido hacia el siempre hambriento ego y, orgullo de un ser humano normal. Dado tal humor autodirigido (humor vuelto interno como un freno a la exaltación del ego) se vuelve más fácil para un ser humano vivir  con él, y para reírse a menudo con él, aprende a vivir en paz con él.

Esta persona madura, que se ha unido inteligentemente al humor y sabiduría para simpatizar y entender, es una que puede dar consuelo eficaz; y en el dar puede crear en la capacidad para recibir y beneficiarse de la misma ministración de entendimiento. Esta bondad y sofisticado entendimiento podría servir como fundamento para la verdadera misericordia. Estamos instruidos (315:2) no es una cosa sencilla. La misericordia se origina de la justicia y la rectitud, y la paciencia, y la bondad; esta misericordia es verdaderamente amor en acción. Pero este amor en acción es un amor que se ha vuelto sabio y con discernimiento por virtud de la comprensión de la experiencia. El amor en acción es misericordia, y la misericordia aplicada es ministerio (75:10; 94:5) El ministerio puede ser eficaz, o puede ser ineficaz, todo depende del contenido de sabiduría  –así como la calidad de desinterés en la motivación fundamental de amor.

El hecho de dar aumenta la capacidad de recibir, sin tener en cuenta la sabiduría o la efectividad del dador. Si el arte de dar es ser realmente efectivo, realmente constructivo, y genuinamente útil –verdad y belleza así como bondad– puede requerir el pleno uso de todos los recursos humanos de sabiduría, humor, experiencia, y amor. ¿Un dador imprudente puede cosechar los beneficios espirituales de sinceridad, pero ineficaz, dando; pero cuál de la situación de la necesidad única, quien gana nada de este torpe ministerio?

El dador eficaz y constructivo está comprometido, en un ministerio de acción positiva. Él está volviéndose sensible y comprensivo en su donación; él está volviéndose una fuerza activa y benéfica entre su prójimo; él es un revelador de buena voluntad; él es un mejorador de dificultades y reconciliador de disputas. Él es activamente “hacedor de paz” entre sus hermanos.

Esta persona fuerte, amante y sabia está volviéndose no temerosa para vivir en la tierra como un ciudadano de un reino muy grande –aún como un “ciudadano consciente del universo”. El intento por vivir este tipo de vida, puede llevar a la angustia y la contienda –aún al dolor. Pero este ser humano no se acobardará de estos desafíos al coraje  interior; desafíos que prueban la calidad y resistencia de su humor; desafíos a sus muy elevadas convicciones de verdad, belleza y bondad. Aunque tales sentimientos de fortaleza de convicción interior sólo podrían ser humanamente seguros si ellos fueran asociados con la sinceridad y humildad; sólo si ellos son gobernados por el impulso de honestidad y son reprimidos por la realización de la pequeñez, y especialmente mantenidos en control del ego por el ministerio de un activo sentido del humor.

Quizás esto es porque en una cierta ocasión Jesús dijo lo que dijo a doce seres humanos:

“Bienaventurados son los pobres de espíritu, porque suyo es el reino de los cielos.”

“Bienaventurados aquellos que lloran porque ellos serán consolados.”

“Bienaventurados son los mansos, porque ellos heredarán la tierra.”

“Bienaventurados son aquellos que tienen hambre y sed de rectitud, porque ellos serán saciados.”

“Bienaventurados son los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.”

“Bienaventurados son los limpios de corazón, por que ellos verán a Dios.”

“Bienaventurados los pacificadores, por que ellos serán llamados hijos de Dios.”

“Bienaventurados aquellos que son perseguidos por causa de la rectitud, por que suyo es el reino de los cielos.” (Mt. 5: 3-11.)

Y Él concluyó su discurso a los doce con la novena declaración acerca de la respuesta humana al desafío de Dios a los hombres.

“Bienaventurados sean ustedes cuando los hombres los ultrajen y persigan y profieran todo tipo de mal falsamente contra ustedes. Regocíjense y alégrense, por que así los hombre persiguieron a los profetas quienes fueron antes que ustedes”. (Mt.5: 11-12)

El desafío de Dios al hombre no es algo ligero, ilusorio, distante y teórico. El desafío de Dios es la cosa más real que un ser humano posiblemente pueda conocer en esta vida. ¿Qué hacemos nosotros acerca de este desafío? ¿Cuál es nuestra respuesta?

Cuando respondamos con éxito al desafío de Dios, creceremos. Este crecimiento no es algo que se proyecta hacia lo lejos, lejos, el futuro de los eventos distantes de alguna inconcebible edad remota. Esto es un reto “aquí y ahora”, nuestra respuesta a él es “aquí y ahora”, y nuestro crecimiento como resultado de una respuesta exitosa, también es “aquí y ahora”.

Dios habita la eternidad, y como el eterno Dios su reto es eterno -absolutamente divorciado del pasado-futuro del tiempo- es siempre presente en el eterno momento presente del AHORA. Nosotros respondemos al desafío de Dios -no por pesares acerca del pasado, no por resoluciones acerca del futuro sino por decisiones, por acciones, en el AHORA del tiempo.

El Padre Universal a equipado a cada uno de nosotros magníficamente; él nos ha dotado con todos los poderes y atributos necesarios para responder a su desafío. Él nos ha investidos con poderes inapreciables de elección que acompañan su regalo de personalidad. Él ha confiado a nuestra custodia una pequeña porción (un Ajustador –fragmento) de su propia naturaleza insondable para servir como nuestro núcleo espiritual y como nuestro piloto al Paraíso. Y, habiéndonos así dotado ricamente, él nos desafía grandemente, y luego espera pacientemente para ver que haremos con lo que tenemos, en vista de lo que él ha hecho. (70: Sec. 6)

De cada uno de nosotros él reclama por todo –todo lo que tenemos. Pero “todo” es siempre en proporción a nuestra capacidad para dar. A uno él dice, “sé un buen pastor, alimenta mis ovejas”. A otro él puede decir “sé diligente y fiel, en hacer de todo lo que tengas que hace para ser mejor.” 

A algunos él pregunta ¿¡me amas?  De otro él pregunta “¿confías en mí?” De uno él puede preguntar ¿me sirves? De otro él puede inquirir, ¿me obedeces? Y de aún otro él puede preguntar “¿crees en mí?” (2047 Sec.2) Siempre es el reto personalizado e individualizado -no un reto a todos los hombres, sino un reto a cada hombre, Y siempre se hace en términos de las capacidades individuales y las necesidades, de la persona particular a quién Dios está desafiando personalmente. Siempre el reto de Dios “toma nota del hombre, en que forma nació”. (314:1)

En resumen, Dios nos ha enriquecido y está instándonos a invertir nuestros “talentos” con beneficio -con beneficio para nosotros mismos  y para su creación. Pero más que todo, él está instándonos con amor, con un amor infinito que es todo pero deslumbrante en intensidad de su manifestación. La pregunta que nos confronta –y cada ser libre en la presente edad universal -es una muy simple ¿Qué vamos a hacer sobre este amor, este amor que podemos sentir aún sin entenderlo? ¿Qué  vamos a hacer sobre esto, aquí y ahora?

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