La fe, la preocupación final
¿Qué es la fe?,
Para nuestra discusión de hoy, consideraremos la fe como nuestras actitudes
de devoción, que son para nosotros de gran preocupación en la vida.
En este mundo desarrollado
y altamente competitivo, el éxito económico es el Dios a quien mucha gente
es fiel. Quizás van a la iglesia todos los domingos y se consideran religiosos,
pero su preocupación final es el éxito económico.
La fe es un estado
de estar verdaderamente preocupado, la naturaleza de la creencia de algunos
es significativa en la vida del creyente, pero no importa en la definición
formal de la fe.
En la página
1780 leemos,
"El
objeto de la devoción religiosa puede ser material o espiritual, verdadero
o falso, real o irreal, humano o divino. Las religiones, por consiguiente,
pueden ser buenas o malas." 1780:5 160:5.3
Y en la página 1088,
"Muchos reconstructores sociales
individuales, aunque repudian vehementemente a la religión institucionalizada,
son después de todo, altamente religiosos en la propagación de sus reformas
sociales. Así la motivación religiosa, personal y más o menos no reconocida,
juega un papel importante en el programa actual de reconstrucción social.
La gran debilidad de todo este tipo de actividad religiosa no reconocida
e inconsciente yace en que es incapaz de aprovecharse de la crítica religiosa
abierta y por lo tanto de obtener niveles beneficiosos de autocorrección.
Es un hecho que la religión no crece a menos que se vea disciplinada por
la crítica constructiva, ampliada por la filosofía, purificada por la ciencia,
y alimentada por el compañerismo leal." 1088:7 99:3.6
La fe no es un acto
de la mente racional, no es una creación de la voluntad. Ni tampoco, es un
acto del inconsciente. Pero si es un acto en el cual elementos racionales
e irracionales de nuestro ser son superados. La fe existe antes que cualquier
tentativa de derivarla de algo más, ya que cualquier tentativa es en sí misma
un indicador de la existencia de la fe.
Nuestro conocimiento
que de alguna manera pertenecemos al infinito, nos conduce hacia la fe espiritual
genuina. La fe es similar al amor que no poseemos amante como una propiedad,
sino que más bien lo descubrimos como una cualidad de nuestras relaciones
interpersonales. Aprendemos a como realzar el amor y a como aumentar su presencia
a través de la lealtad y dedicación. La fe es así; no podemos poseerla como
una propiedad sino que la experimentamos como una cualidad de nuestra orientación
hacia lo que es nuestra preocupación final. Al igual que en el caso del amor,
aprendemos a como realzar y aumentar el poder de la fe a través de la lealtad
y dedicación. La fe ha sido descrita como "la pasión infinita"; pero es una
pasión por el infinito.
En la fe verdadera
la preocupación final es una preocupación que es realmente final. En la fe
idólatra las realidades finitas se elevan al nivel final. La consecuencia
ineludible de la fe idólatra es una decepción profunda, una decepción que
penetra directamente en el corazón de nuestra existencia. La fe idólatra encuentra
su centro principal en algo que está más o menos en la periferia. Por lo tanto,
la dedicación a la fe idólatra conduce a una pérdida del centro y a una perturbación
de la personalidad. Incluso, el carácter estático de una fe idólatra puede
ocultar esta consecuencia, solamente por un cierto tiempo; pero tarde o temprano
sale al descubierto.
Aquel que entra
en la esfera de la fe entra en el santuario de la vida. Donde hay la
genuina fe espiritual, existe una conciencia de
santidad.
El corazón humano
anhela el infinito porque es allí donde nuestra naturaleza finito desea quedarse.
En el infinito, es donde el finito ve su realización completa. La sensación
de ser consumido en la presencia de lo divino es una expresión profunda de
nuestra relación con lo santo. Se sobreentiende en cada acto genuino de fe,
en cada estado de preocupación final.
En muchas de las
tradiciones religiosas de nuestro mundo, se cree que lo divino tiene un aspecto
creativo como así mismo un aspecto destructivo. El mejor ejemplo de esto es
Shiva, el divino hindú cuya danza eterna representa simultáneamente la creación
y destrucción del cosmos. Para esta discusión, nos referiremos a estos dos
aspectos como a los aspectos de santidad divina y diabólica. Con esto en mente,
lo "divino" es caracterizado por la victoria de lo creativo sobre la posibilidad
destructiva de lo santo; lo "diabólico" es caracterizado por la victoria de
lo destructivo sobre la posibilidad creativa de lo santo.
Nuestra preocupación
final puede destruirnos como también puede sanarnos. Pero nunca podemos estar
sin una preocupación final. La prueba final es determinar si nuestra preocupación
final nos ayudará a integrarnos al cosmos o si nos llevará a crear separación
y aislamiento.
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