El libro de Urantia
Edición1999
ESCRITO 66
EL PRÍNCIPE PLANETARIO DE URANTIA
8. LAS CALAMIDADES DE CALIGASTIA
752:2 66:8.1 Al recordar la larga carrera de Caligastia, encontramos un solo rasgo de su conducta que pudiera haber llamado la atención; era sobremanera individualista. Tenía propensión a ponerse al lado de casi todo grupo de protesta y solía simpatizar con quienes en forma ligera expresaban críticas implicitas. Detectamos una tendencia temprana a impacientarse ante la autoridad superior y a resentir levemente toda supervisión. A pesar de su incipiente resentimiento por la asesoría de sus superiores y su impaciencia ante la autoridad, cada vez que se sometió a pruebas, demostraba su lealtad a los gobernantes del universo y obedecía los mandatos de los Padres de la Constelación. Hasta el momento de su oprobiosa traición de Urantia, de hecho, no se le había achacado ninguna falta.
752:3 66:8.2 Cabe señalar que a Lucifer y Caligastia se les había informado con paciencia y advertido con amor en cuanto a sus tendencias críticas y al desarrollo sutil de su orgullo propio y el engreimiento que aquél supone. No obstante, todos estos intentos de ayudar habían sido interpretados por ellos como crítica infundada e injustificada intrusión en las libertades personales. Según Caligastia y Lucifer, sus bien intencionados asesores obraban de acuerdo con los mismos motivos reprensibles que empezaban a dominar su propio pensar distorsionado y sus planes descarriados. Juzgaban a sus generosos asesores a través de sus propios ojos cada vez más egoístas.752:4 66:8.3 A partir de la llegada del Príncipe Caligastia, la civilización planetaria progresó de manera bastante normal durante casi trescientos mil años. Aparte de ser una esfera de modificación de vida, y por tanto, propensa a numerosas irregularidades y episodios insólitos de fluctuación evolucionaria, Urantia progresó de forma muy satisfactoria en su trayectoria planetaria hasta los tiempos de la rebelión de Lucifer y la traición simultánea de Caligastia. Este desacierto catastrófico así como el fracaso ulterior de Adán y Eva en cumplir con su misión planetaria modificaron toda la subsiguiente historia del planeta.
752:5 66:8.4 El Príncipe de Urantia ingresó en la oscuridad en el momento de la rebelión de Lucifer, acelerando así la prolongada confusión del planeta. Posteriormente se le privó de su autoridad soberana mediante la acción coordinada de los gobernantes de la constelación y otras autoridades del universo. Compartió las inevitables vicisitudes de Urantia aislada hasta el momento de la estadía de Adán en el planeta y contribuyó en parte al fracaso del plan concebido para elevar las razas mortales mediante la infusión de sangre vital de la nueva raza violeta: los descendientes de Adán y Eva.
753:1 66:8.5 En los días de Abraham, mucho fue coartado el poderío del Príncipe caído como perturbador de los asuntos humanos, debido a la encarnación mortal de Maquiventa Melquisedek; y posteriormente, durante la vida de Miguel en la carne, este Príncipe traidor fue, finalmente, despojado de toda autoridad en Urantia.753:2 66:8.6 Si bien la doctrina de un diablo personal en Urantia tenía algún fundamento en la presencia planetaria del pérfido e inicuo Caligastia, no obstante, fue del todo ficticia por cuanto enseñó que tal "diablo" podía influir en la mente humana normal contra su libre y natural albedrío. Incluso antes del autootorgamiento de Miguel en Urantia, jamás pudieron Caligastia ni Daligastia oprimir a los mortales ni obligar a individuos normales a que cometieran una acción contraria a la voluntad humana. El libre albedrío del hombre es supremo en los asuntos morales; hasta el Ajustador del Pensamiento residente se niega a obligar al hombre a que piense un solo pensamiento o cometa una sola acción contraria al libre albedrío del hombre.
753:3 66:8.7 Y ahora, este rebelde del reino, despojado de todo poder de perjudicar a sus antiguos súbditos, aguarda la sentencia final de los Ancianos de los Días de Uversa para todos los que participaron en la rebelión de Lucifer.753:4 66:8.8 [Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]