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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 120

LA DONACIÓN DE MIGUEL EN URANTIA

 

1. MISIÓN DE LA SÉPTIMA DONACIÓN

1325:3  120:1.1 "Mi hermano Creador, estoy a punto de presenciar tu séptima y última donación universal. Con gran fidelidad y perfección has ejecutado las seis misiones anteriores, y sólo puedo pensar que saldrás igualmente triunfante de ésta, tu última donación camino de la soberanía. Hasta ahora, has aparecido en tus esferas de donación como un ser plenamente desarrollado de la orden que habías escogido. Pero ahora estás a punto de aparecer en Urantia, el planeta desordenado y turbulento que has elegido, no como un mortal plenamente desarrollado, sino como un recién nacido desamparado. Esto, querido compañero, va a ser para ti una experiencia nueva y no probada todavía. Estás a punto de pagar el precio total de la donación y de experimentar la iluminación completa de la encarnación de un Creador en la similitud de una criatura.
1325:4  120:1.2 "A lo largo de cada una de tus donaciones anteriores, has elegido voluntariamente someterte a la voluntad de las tres Deidades del Paraíso y de sus interasociaciones divinas. De las siete fases de la voluntad del Supremo, has estado sometido a todas ellas en tus anteriores donaciones, excepto a la voluntad personal de tu Padre del Paraiso. Ahora que has decidido someterte por entero a la voluntad de tu Padre durante toda tu séptima donación, yo, como representante personal de nuestro Padre, asumo la jurisdicción ilimitada de tu universo durante el período de tu encarnación.
1325:5  120:1.3 "Al emprender la donación en Urantia, te has despojado voluntariamente de todo apoyo extraplanetario y de toda ayuda especial que hubiera podido ofrecerte cualquier criatura de tu propia creación. Al igual que tus hijos creados de Nebadon dependen totalmente de ti para conducirse con seguridad a lo largo de su carrera universal, de la misma manera deberás depender enteramente y sin reservas de tu Padre Paradisíaco para conducirte con seguridad a través de las vicisitudes desconocidas de tu próxima carrera como mortal. Y cuando hayas terminado esta experiencia donadora, conocerás en toda su verdad el pleno sentido y el rico significado de esa confianza en la fe que tú exiges tan invariablemente que todas tus criaturas dominen como parte de sus relaciones íntimas contigo, como Creador y Padre de su universo local.
1326:1  120:1.4 "A lo largo de tu donación en Urantia, sólo tienes que preocuparte de una cosa, de la comunión ininterrumpida entre tú y tu Padre del Paraíso; la perfección de esa relación permitirá que el mundo de tu donación, e incluso todo el universo de tu creación, perciban una revelación nueva y más comprensible de tu Padre y de mi Padre, el Padre Universal de todos. Sólo tienes que preocuparte, pues, de tu vida personal en Urantia. Yo me haré plena y eficazmente responsable de la seguridad y de la administración ininterrumpida de tu universo desde el momento en que renuncies voluntariamente a tu autoridad, hasta que regreses a nosotros como Soberano del Universo, confirmado por el Paraíso, y recibas nuevamente de mis manos, no la autoridad de vicegerente que ahora me entregas, sino el poder supremo y la jurisdicción de tu universo.
1326:2  120:1.5 "Y para que puedas saber con seguridad que tengo el poder para hacer todo lo que te prometo en este momento (sabiendo muy bien que represento la seguridad de todo el Paraíso para el fiel cumplimiento de mi palabra), te anuncio que acaban de comunicarme un mandato de los Ancianos de los Días de Uversa que apartará todo peligro espiritual en Nebadon durante todo el período de tu donación voluntaria. Desde el momento en que abandones tu conciencia, al principio de tu encarnación mortal, hasta que regreses a nosotros como soberano supremo e incondicional de este universo que tú mismo has creado y organizado, nada grave podrá ocurrir en todo Nebadon. Durante el ínterin de tu encarnación, poseo las instrucciones de los Ancianos de los Días que ordenan, inequívocamente, la destrucción instantánea y automática de todo ser culpable de rebelión, o que se atreva a instigar una insurrección en el universo de Nebadon mientras estás ausente durante esta donación. Hermano mío, gracias a la autoridad del Paraíso inherente a mi presencia y acrecentada por el mandato judicial de Uversa, tu universo y todas sus criaturas leales estarán a salvo durante tu donación. Puedes emprender tu misión con un solo pensamiento: ampliar la revelación de nuestro Padre a los seres inteligentes de tu universo.
1326:3  120:1.6 "Como en todas tus donaciones anteriores, quisiera recordarte que soy depositario de la jurisdicción de tu universo en calidad de hermano fideicomisario. Ejerzo toda la autoridad y uso todo el poder en tu nombre. Actúo como lo haría nuestro Padre del Paraíso y de acuerdo con tu solicitud explícita de que actúe así en tu nombre. Así las cosas, toda esta autoridad delegada será nuevamente tuya en cualquier momento que estimes apropiado solicitar su restitución. Tu donación es totalmente voluntaria en todas sus fases. Como mortal encarnado en el mundo, estarás desprovisto de dones celestiales, pero puedes recuperar todo el poder abandonado en cualquier momento que decidas reasumir tu autoridad universal. Si eligieras revestirte de poder y autoridad, recuerda que sería únicamente por razones personales, puesto que soy la garantía viviente y suprema cuya presencia y promesa aseguran la administración estable de tu universo, de acuerdo con la voluntad de tu Padre. Una rebelión, como ya ha ocurrido tres veces en Nebadon, no puede producirse durante tu ausencia de Salvington para esta donación. Para el período de tu donación en Urantia, los Ancianos de los Días han decretado que toda rebelión en Nebadon contendrá la semilla automática de su propia aniquilación.
1326:4  120:1.7 "Mientras estés ausente debido a esta donación final y extraordinaria, me comprometo (con la cooperación de Gabriel) a administrar fielmente tu universo. Al encomendarte que emprendas este ministerio de revelación divina, y pasar por esta experiencia de comprensión perfeccionada de los humanos, actúo en nombre de mi Padre y tu Padre, y te ofrezco los consejos siguientes que deberían guiarte para vivir tu vida terrestre, a medida que tomes conciencia progresivamente de la misión divina de tu prolongada estancia en la carne.

 


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