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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 122

EL NACIMIENTO Y LA INFANCIA DE JESÚS

 

5. Los PADRES TERRESTRES DE JESÚS

1348:1  122:5.1 José era un hombre de modales dulces, extremadamente escrupuloso, y fiel en todos los aspectos a las convenciones y prácticas religiosas de su pueblo. Hablaba poco, pero pensaba mucho. La penosa condición del pueblo judío entristecía mucho a José. En su juventud, conviviendo con sus ocho hermanos y hermanas, había sido más alegre, pero durante los primeros años de su vida matrimonial (durante la infancia de Jesús) sufrió períodos de ligero desaliento espiritual. Estas manifestaciones temperamentales se atenuaron considerablemente poco antes de su muerte prematura y después de que la situación económica de su familia hubiera mejorado gracias a su elevación del rango de carpintero a la condición de próspero contratista.
1348:2  122:5.2 El temperamento de María era totalmente opuesto al de su marido. Habitualmente alegre, rara vez se encontraba abatida, y poseía un natural siempre risueño. María se permitía expresar libre y frecuentemente sus sentimientos emocionales, y nunca se la vio afligida hasta después de la muerte súbita de José. Apenas se había recuperado de este golpe cuando tuvo que enfrentarse con las ansiedades y las dudas que despertaron en ella la extraordinaria carrera de su hijo mayor, que se desarrollaba tan rápidamente ante sus ojos asombrados. Pero durante toda esta experiencia insólita, María se mantuvo serena, animosa y bastante juiciosa en sus relaciones con su extraño y poco comprensible hijo mayor, y con sus hermanos y hermanas sobrevivientes.
1348:3  122:5.3 Jesús poseía de su padre gran parte de su dulzura excepcional y de su maravillosa comprensión benevolente de la naturaleza humana; había heredado de su madre su don de gran educador y su formidable capacidad de justa indignación. En sus reacciones emocionales hacia su entorno durante su vida adulta, Jesús era a veces como su padre, meditativo y piadoso, a veces caracterizado por una tristeza aparente; pero la mayoría de las veces continuaba hacia adelante a la manera optimista y decidida del carácter de su madre. En conjunto, el temperamento de María tendía a dominar la carrera del Hijo divino a medida que crecía y avanzaba a grandes pasos hacia su vida de adulto. En algunos detalles, Jesús era una mezcla de los rasgos de sus padres; en otros aspectos, los rasgos de uno predominaban sobre los del otro.
1348:4  122:5.4 Jesús poseía de José su estricta educación en los usos de las ceremonias judías y su conocimiento excepcional de las escrituras hebreas; de María obtuvo un punto de vista más amplio de la vida religiosa y un concepto más liberal de la libertad espiritual personal.
1349:1  122:5.5 Las familias de José y de María eran muy instruidas para su tiempo. José y María poseían una educación que estaba muy por encima del promedio de su época y de su posición social. Él era un pensador; ella sabía planificar, era experta en adaptarse y práctica en la ejecución de las tareas inmediatas. José era moreno con los ojos negros; María era casi rubia con los ojos castaños.
1349:2  122:5.6 Si José hubiera vivido, se hubiera convertido sin duda alguna en un firme creyente en la misión divina de su hijo mayor. María alternaba entre la creencia y la duda, enormemente influída por la postura que tomaron sus otros hijos y sus amigos y parientes, pero su actitud final siempre estuvo fortalecida por el recuerdo de la aparición de Gabriel inmediatamente después de la concepción del niño.
1349:3  122:5.7 María era una tejedora experta, con una habilidad por encima de la media en la mayoría de las artes hogareñas de la época; era una buena ama de casa, con capacidad sobrada para crear un hogar. Tanto José como María eran buenos educadores, y se preocuparon por que sus hijos estuvieran bien instruídos en los conocimientos de su tiempo.

1349:4  122:5.8 Cuando José era joven, fue contratado por el padre de María para construir un anexo a su casa; en el transcurso de una comida al mediodía, María llevó a José un vaso de agua, y fue en ese momento cuando empezó realmente el cortejo de los dos jóvenes que estaban destinados a ser los padres de Jesús.
1349:5  122:5.9 José y María se casaron, de acuerdo con la costumbre judía, en la casa de María, en las afueras de Nazaret, cuando José contaba veintiún años de edad. Esta boda fue la culminación de un noviazgo normal de casi dos años. Poco después se trasladaron a su nueva casa de Nazaret, que había sido construida por José con la ayuda de dos de sus hermanos. La casa estaba situada al pie de una elevación que dominaba de manera muy agradable la comarca circundante. En esta casa especialmente preparada, los jóvenes esposos en espera de niño pensaban acoger al hijo de la promesa, sin saber que este importante acontecimiento del universo iba a suceder en Belén de Judea, mientras estaban ausentes de su domicilio.

1349:6  122:5.10 La mayor parte de la familia de José se hizo creyente en las enseñanzas de Jesús, pero muy pocos miembros de la familia de María creyeron en él hasta después de su partida de este mundo. José se inclinaba más hacia el concepto espiritual del Mesías esperado, pero María y su familia, y sobre todo su padre, mantenían la idea de un Mesías como liberador temporal y gobernante político. Los antepasados de María se habían identificado de manera destacada con las actividades de los Macabeos, en tiempos por aquel entonces muy recientes.
1349:7  122:5.11 José sostenía vigorosamente el punto de vista oriental, o babilonio, de la religión judía; María tendía fuertemente hacia la interpretación occidental o helenística de la ley y de los profetas, que era más amplia y liberal.

 

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