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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 123

Los PRIMEROS AÑOS DE LA INFANCIA DE JESÚS

1355:1  123:0.1 DEBIDO A LAS incertidumbres y ansiedades de su estancia en Belén, María no destetó al niño hasta que llegaron sanos y salvos a Alejandría, donde la familia pudo llevar una vida normal. Vivieron con unos parientes, y José pudo mantener fácilmente a su familia porque consiguió trabajo poco después de su llegada. Estuvo empleado como carpintero durante varios meses y luego lo promovieron al puesto de capataz de un gran grupo de obreros que estaban ocupados en la construcción de un edificio público, entonces en obras. Esta nueva experiencia le dio la idea de hacerse contratista y constructor después de que regresaran a Nazaret.

1355:2  123:0.2 Durante todos estos primeros años de infancia en que Jesús estaba indefenso, María mantuvo una larga y constante vigilancia para que no le ocurriera nada a su hijo que pudiera amenazar su bienestar, o que pudiera obstaculizar, de alguna manera, su futura misión en la tierra; ninguna madre estuvo nunca más consagrada a su hijo. En el hogar donde se encontraba Jesús, había otros dos niños aproximadamente de su misma edad, y entre los vecinos cercanos, seis más cuyas edades se acercaban lo suficiente a la suya como para ser unos compañeros de juego aceptables. Al principio, María estuvo tentada de mantener a Jesús muy cerca de ella. Temía que le ocurriera algo si se le permitía jugar en el jardín con los otros niños, pero José, con la ayuda de sus parientes, consiguió convencerla de que esta actitud privaría a Jesús de la útil experiencia de aprender a adaptarse a los niños de su edad. Comprendiendo que un programa así de protección exagerada e inhabitual podría hacer que el niño se volviera cohibido y un tanto egocéntrico, María dio finalmente su consentimiento al plan que permitía al niño de la promesa crecer exactamente como todos los demás niños. Aunque cumplió con esta decisión, efectuó su papel de estar siempre vigilante mientras que los pequeños jugaban alrededor de la casa o en el jardín. Sólo una madre amorosa puede comprender la carga que María tuvo que soportar en su corazón por la seguridad de su hijo durante estos años de su infancia y de su niñez.
1355:3  123:0.3 Durante los dos años de su estancia en Alejandría, Jesús gozó de buena salud y siguió creciendo normalmente. Aparte de unos pocos amigos y parientes, no se dijo a nadie que Jesús era un "niño de la promesa". Uno de los parientes de José lo reveló a unos amigos de Menfis, descendientes del lejano Ikhnatón. Éstos se reunieron, con un pequeño grupo de creyentes de Alejandría, en la suntuosa casa del pariente y benefactor de José, poco antes de regresar a Palestina, para presentar sus mejores deseos a la familia de Nazaret y sus respetos al niño. En esta ocasión, los amigos reunidos regalaron a Jesús un ejemplar completo de la traducción al griego de las escrituras hebreas. Pero este ejemplar de los textos sagrados judíos no se lo entregaron a José hasta que él y María declinaron definitivamente la invitación de sus amigos de Menfis y Alejandría de permanecer en Egipto. Estos creyentes afirmaban que el hijo del destino podría ejercer una influencia mundial mucho mayor si residía en Alejandría que en cualquier lugar determinado de Palestina. Estos argumentos retrasaron algún tiempo su regreso a Palestina, después de recibir la noticia de la muerte de Herodes.

1356:1  123:0.4 Finalmente, José y María se despidieron de Alejandría en un barco propiedad de su amigo Esraeon, con destino a Jope, puerto al que llegaron a finales de agosto del año 4 a. de J.C. Se dirigieron directamente a Belén, donde pasaron todo el mes de septiembre en deliberaciones con sus amigos y parientes para decidir si debían quedarse allí o regresar a Nazaret.
1356:2  123:0.5 María nunca había abandonado por completo la idea de que Jesús debería crecer en Belén, la Ciudad de David. José no creía en realidad que su hijo estuviera destinado a ser un rey liberador de Israel. Además, sabía que él mismo no era un verdadero descendiente de David; el hecho de contar entre el linaje de David se debía a que uno de sus antepasados había sido adoptado por la línea de descendientes davídicos. María consideraba naturalmente que la Ciudad de David era el lugar más apropiado para criar al nuevo candidato al trono de David, pero José prefería tentar la suerte con Herodes Antipas antes que con su hermano Arquelao. Albergaba muchos temores por la seguridad del niño en Belén o en cualquier otra ciudad de Judea; suponía que era más probable que Arquelao continuara con la política amenazadora de su padre Herodes, a que lo hiciera Antipas en Galilea. Aparte de todas estas razones, José expresó abiertamente su preferencia por Galilea, porque lo consideraba un lugar más adecuado para criar y educar al niño, pero necesitó tres semanas para vencer las objeciones de María.
1356:3  123:0.6 El primero de octubre, José había convencido a María y a todos sus amigos de que era mejor para ellos regresar a Nazaret. En consecuencia, a principios de octubre del año 4 a. de J.C., partieron de Belén rumbo a Nazaret por el camino de Lida y Escitópolis. Salieron un domingo por la mañana temprano; María y el niño iban montados en la bestia de carga que acababan de adquirir, mientras que José y cinco parientes los acompañaban a pie; los parientes de José no consintieron que viajaran solos hasta Nazaret. Temían ir a Galilea pasando por Jerusalén y el valle del Jordán, y las rutas occidentales no eran del todo seguras para dos viajeros solitarios con un niño de poca edad.

 

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