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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 123

Los PRIMEROS AÑOS DE LA INFANCIA DE JESÚS

 

2. EL QUINTO AÑO (AÑO 2 a. de J.C.)

1357:5  123:2.1 Poco más de un año después del regreso a Nazaret, el niño Jesús llegó a la edad de su primera decisión moral personal y sincera; fue entonces cuando vino a quedarse con él un Ajustador del Pensamiento, un don divino del Padre del Paraíso, que había servido anteriormente con Maquiventa Melquisedec, adquiriendo así la experiencia de las operaciones relacionadas con la encarnación de un ser supermortal que vive en la similitud de la carne mortal. Este acontecimiento sucedió el 11 de febrero del año 2 a. de J.C. Jesús no tuvo más conciencia de la llegada del Monitor divino que los millones y millones de otros niños que, antes y después de ese día, han recibido igualmente estos Ajustadores del Pensamiento para residir en su mente, trabajar para la espiritualización última de dicha mente y la supervivencia eterna de su alma inmortal evolutiva.
1357:6  123:2.2 En este día de febrero terminó la supervisión directa y personal de los Gobernantes del Universo en lo referente a la integridad de Miguel encarnado como niño. A partir de este momento y durante todo el desarrollo humano de su encarnación, la custodia de Jesús fue encomendada a este Ajustador interior y a los guardianes seráficos asociados, auxiliados de vez en cuando por el ministerio de las criaturas medianas, designadas para efectuar ciertas tareas específicas, de acuerdo con las instrucciones de sus superiores planetarios.

1357:7  123:2.3 Jesús cumplió cinco años en agosto de este año, y por ello nos referiremos a él como el quinto año de su vida (según el calendario). En este año 2 a. de J.C., poco más de un mes antes de su quinto cumpleaños, Jesús se sintió muy feliz con la llegada al mundo de su hermana Miriam, que nació en la noche del 11 de julio. Durante el atardecer del día siguiente, Jesús tuvo una larga conversación con su padre sobre la manera en que los diversos grupos de seres vivos nacen en el mundo como individuos diferentes. La parte más valiosa de la primera educación de Jesús la proporcionaron sus padres, respondiendo a sus preguntas reflexivas y penetrantes. José no dejó nunca de cumplir plenamente con su deber, tomándose el trabajo y encontrando el tiempo para contestar a las numerosas preguntas del niño. Desde los cinco hasta los diez años, Jesús fue una interrogación permanente. Aunque José y María no siempre podían contestar a sus preguntas, nunca dejaron de discutirlas a fondo, y lo ayudaban de todas las maneras posibles en sus esfuerzos por encontrar una solución satisfactoria al problema que su mente despierta le había sugerido.
1358:1  123:2.4 Desde su regreso a Nazaret, habían tenido una intensa vida familiar, y José había estado extraordinariamente ocupado con la construcción de su nuevo taller y la reanudación de sus negocios. Tenía tanto trabajo que no había encontrado tiempo para hacer una cuna para Santiago, pero esto pudo remediarlo mucho antes de que naciera Miriam, de manera que ella contó con una cuna muy cómoda en la cual se acurrucaba mientras que la familia la admiraba. El niño Jesús participaba de todo corazón en todas estas experiencias naturales y normales del hogar. Disfrutaba mucho con su hermanito y su hermanita, y ayudaba mucho a María cuidando de ellos.
1358:2  123:2.5 En el mundo de los gentiles de aquellos tiempos, había pocos hogares que pudieran proporcionar a un niño una educación intelectual, moral y religiosa mejor que la de los hogares judíos de Galilea. Estos judíos tenían un programa sistemático para criar y educar a sus hijos. Dividían la vida de los niños en siete etapas:

1. El niño recién nacido hasta el octavo día.
2. El niño de pecho.
3. El destete del niño.
4. El período de dependencia de la madre, hasta el final del quinto año.
5. El comienzo de la independencia del niño, y en el caso de los hijos varones, el padre asumía la responsabilidad de su educación.
6. Los chicos y las chicas adolescentes.
7. Los hombres y las mujeres jóvenes.

1358:10  123:2.6 Los judíos de Galilea tenían la costumbre de que la madre se responsabilizara de la educación del niño hasta que éste cumplía los cinco años, y si el niño era varón, entonces el padre se encargaba en adelante de su educación. Así pues, aquel año Jesús entró en la quinta etapa de la carrera de un niño judío de Galilea; en consecuencia, el 21 de agosto del año 2 a. de J.C., María transfirió formalmente a José la educación futura de su hijo.
1358:11  123:2.7 Aunque José tenía que asumir ahora directamente la responsabilidad de la educación intelectual y religiosa de Jesús, su madre seguía ocupándose de su educación hogareña. Le enseñó a conocer y a cuidar las parras y las flores que crecían en las paredes del jardín, que rodeaban por completo el terreno de su hogar. María también se ocupó de poner en el techo de la casa (el dormitorio de verano) unos cajones de arena poco profundos, en los que Jesús dibujaba mapas y efectuó la mayoría de sus primeras prácticas de escritura en arameo, en griego y más tarde en hebreo, porque aprendió en su momento a leer, escribir y hablar perfectamente estos tres idiomas.
1358:12  123:2.8 Jesús tenía la apariencia física de un niño casi perfecto y continuaba progresando de manera normal en el aspecto mental y emocional. Tuvo un ligero problema digestivo, su primera enfermedad leve, a finales de este año, el quinto (según el calendario).
1359:1  123:2.9 Aunque José y María hablaban con frecuencia del futuro de su hijo mayor, si hubiérais estado allí, únicamente hubiérais observado el crecimiento de un niño normal de aquel tiempo y lugar, sano, sin preocupaciones, pero extremadamente ávido de saber.

 

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