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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 131

LAS RELIGIONES DEL MUNDO

 

10. "NUESTRA RELIGIÓN"

1453:3  131:10.1 Después del árduo trabajo de realizar esta compilación de las enseñanzas de las religiones del mundo relativas al Padre del Paraíso, Ganid se puso a preparar lo que pensaba que era un resumen de la creencia a la que había llegado, con relación a Dios, como resultado de las enseñanzas de Jesús. Este joven había cogido la costumbre de denominar estas creencias "nuestra religión", y he aquí lo que escribió:

1453:4  131:10.2 "El Señor nuestro Dios es un Señor único, y deberíais amarlo con toda vuestra mente y con todo vuestro corazón, mientras que hacéis todo lo posible por amar a todos sus hijos como os amáis a vosotros mismos. Este Dios único es nuestro Padre celestial, en quien radican todas las cosas y que habita, por medio de su espíritu, en toda alma humana sincera. Nosotros, que somos los hijos de Dios, deberíamos aprender a confiarle la custodia de nuestra alma como a un fiel Creador. Con nuestro Padre celestial, todas las cosas son posibles. No podía ser de otra manera, puesto que él es el Creador que ha hecho todas las cosas y todos los seres. Aunque no podemos ver a Dios, podemos conocerlo. Viviendo diariamente la voluntad del Padre que está en los cielos, podemos revelarlo a nuestros semejantes.
1453:5  131:10.3 "Las riquezas divinas del carácter de Dios deben ser infinitamente profundas y eternamente sabias. No podemos encontrar a Dios por medio del conocimiento, pero podemos conocerlo en nuestro corazón por experiencia personal. Aunque su justicia puede sobrepasar nuestra capacidad de averiguación, su misericordia puede recibirla el ser más humilde de la tierra. Aunque el Padre llena el universo, vive también en nuestro corazón. La mente del hombre es humana, mortal, pero el espíritu del hombre es divino, inmortal. Dios no es solamente todopoderoso sino también infinitamente sabio. Si nuestros padres terrenales, que tienen tendencia al mal, saben amar a sus hijos y concederles buenas cosas, cuánto más debe saber el buen Padre celestial amar sabiamente a sus hijos terrenales y otorgarles las bendiciones que les convienen.
1454:1  131:10.4 "El Padre celestial no permitirá que perezca un solo hijo de la tierra, si ese hijo tiene el deseo de encontrarle y anhela verdaderamente parecerse a él. Nuestro Padre ama incluso a los perversos y es siempre bondadoso con los ingratos. Si más seres humanos pudieran tan sólo enterarse de la bondad de Dios, se sentirían ciertamente motivados a arrepentirse de su mala conducta y a renunciar a todos los pecados conocidos. Todas las cosas buenas provienen del Padre de la luz, en quien no existe variabilidad ni sombra de cambio. El espíritu del Dios verdadero está en el corazón del hombre. Dios tiene la intención de que todos los hombres sean hermanos. Cuando los hombres empiezan a sentir el anhelo de Dios, esta es la prueba de que Dios los ha encontrado, y de que están a la búsqueda de conocimientos acerca de él. Vivimos en Dios y Dios habita en nosotros.
1454:2  131:10.5 "Ya no me basta con creer que Dios es el Padre de todo mi pueblo; en adelante creeré que es también mi Padre. Siempre trataré de adorar a Dios con la ayuda del Espíritu de la Verdad, que será mi auxiliador cuando haya llegado realmente a conocer a Dios. Pero ante todo voy a practicar el culto de Dios aprendiendo a hacer su voluntad en la tierra, es decir, que voy a hacer todo lo posible por tratar a cada uno de mis compañeros mortales tal como yo pienso que a Dios le gustaría que lo tratara. Cuando vivimos de esta manera en la carne, podemos pedir muchas cosas a Dios, y él nos concederá el deseo de nuestro corazón para que estemos bien preparados para servir a nuestros semejantes. Todo este servicio afectuoso con los hijos de Dios aumenta nuestra capacidad para recibir y experimentar las alegrías del cielo, los placeres superiores del ministerio del espíritu del cielo.
1454:3  131:10.6 "Todos los días daré gracias a Dios por sus dones inefables; lo alabaré por sus obras maravillosas para los hijos de los hombres. Para mí, es el Todopoderoso, el Creador, el Poder y la Misericordia, pero por encima de todo es mi Padre espiritual, y como su hijo terrenal, alguna vez llegaré a verlo. Mi preceptor me ha dicho que a medida que lo busque me volveré como él. Gracias a la fe en Dios, he alcanzado la paz con él. Esta nueva religión nuestra está llena de alegría y produce una felicidad duradera. Estoy seguro de que seré fiel hasta la muerte, y de que recibiré sin duda la corona de la vida eterna.
1454:4  131:10.7 "Estoy aprendiendo a examinar todas las cosas y a adherirme a lo que es bueno. Haré a mis semejantes todo lo que yo quisiera que hicieran por mí. Por medio de esta nueva fe, sé que el hombre puede volverse el hijo de Dios, pero a veces me aterra ponerme a pensar que todos los hombres son mis hermanos, aunque debe ser verdad. No veo cómo podría regocijarme con la paternidad de Dios, si rehúso aceptar la fraternidad de los hombres. El que invoque el nombre del Señor será salvado. Si esto es verdad, entonces todos los hombres deben ser mis hermanos.
1454:5  131:10.8 "A partir de ahora haré mis buenas obras en secreto, y efectuaré mis oraciones principalmente cuando me encuentre solo. No juzgaré, para evitar ser injusto con mis semejantes. Voy a aprender a amar a mis enemigos; en verdad, aún no he dominado esta técnica de ser semejante a Dios. Aunque veo a Dios en las otras religiones, en `nuestra religión' lo encuentro más bello, más afectuoso, más misericordioso, más personal y más positivo. Pero por encima de todo, este Ser grande y glorioso es mi Padre espiritual, y yo soy su hijo. Únicamente por medio de mi deseo sincero de ser como él, terminaré por encontrarlo y por servirle eternamente. Por fin tengo una religión con un Dios, un Dios maravilloso, y es un Dios de salvación eterna".

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