ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 131 LAS RELIGIONES DEL MUNDO
1449:4 131:5.1 Zoroastro estuvo personalmente en contacto directo con los descendientes de los primeros misioneros de Melquisedec, y la doctrina del Dios único se convirtió en la enseñanza central de la religión que fundó en Persia. Aparte del judaísmo, ninguna religión de esta época contenía mayor cantidad de estas enseñanzas de Salem. Ganid sacó los extractos siguientes de los archivos de esta religión:
1450:1 131:5.2 "Todas la cosas proceden del Dios Único y le pertenecen —él es infinitamente sabio, bueno, justo, santo, resplandeciente y glorioso. Éste, nuestro Dios, es el origen de toda luminosidad. Es el Creador, el Dios de todas las buenas intenciones y el protector de la justicia del universo. La conducta sabia en la vida consiste en actuar en armonía con el espíritu de la verdad. Dios lo ve todo y contempla tanto las malas acciones del perverso como las buenas obras del justo; nuestro Dios observa todas las cosas con una mirada destellante. Su toque es el toque de la curación. El Señor es un benefactor todopoderoso. Dios tiende su mano benéfica tanto al justo como al perverso. Dios estableció el mundo y ordenó las recompensas para el bien y para el mal. El Dios infinitamente sabio ha prometido la inmortalidad a las almas piadosas que piensan con pureza y actúan con rectitud. Llegaréis a ser aquello que deseáis de manera suprema. La luz del sol es como la sabiduría para aquellos que disciernen a Dios en el universo.
1450:2 131:5.3 "Alabad a Dios buscando lo que complace al Sabio. Adorad al Dios de la luz caminando alegremente en las sendas ordenadas por su religión revelada. No hay más que un Dios Supremo, el Señor de las Luces. Adoramos a aquel que hizo las aguas, las plantas, los animales, la tierra y los cielos. Nuestro Dios es el Señor, el más benévolo. Adoramos al más hermoso, al Inmortal generoso dotado de la luz eterna. Dios está muy lejos de nosotros y al mismo tiempo muy cerca, porque reside en nuestras almas. Nuestro Dios es el divino y santísimo Espíritu del Paraiso, y sin embargo es más amistoso para el hombre que la más amistosa de todas las criaturas. Dios es de una gran ayuda para nosotros en la más grande de todas las ocupaciones, la de conocerlo a él mismo. Dios es nuestro amigo más adorable y justo; es nuestra sabiduría, nuestra vida y el vigor de nuestra alma y de nuestro cuerpo. Gracias a nuestros buenos pensamientos, el sabio Creador nos permitirá hacer su voluntad, consiguiendo así la realización de todo lo que es divinamente perfecto.
1450:3 131:5.4 "Señor, enséñanos a vivir esta vida en la carne mientras nos preparamos para la próxima vida del espíritu. Háblanos, Señor, y haremos lo que nos ordenes. Enséñanos las buenas sendas, y caminaremos rectos. Concédenos el que podamos alcanzar la unión contigo. Sabemos que la religión es buena cuando conduce a la unión con la rectitud. Dios es nuestra naturaleza sabia, nuestro mejor pensamiento y nuestra acción justa. ¡Que Dios nos conceda la unidad con el espíritu divino y la inmortalidad en él mismo!
1450:4 131:5.5 "Esta religión del Sabio purifica al creyente de todo mal pensamiento y de todo acto pecaminoso. Me inclino ante el Dios del cielo arrepintiéndome si he ofendido de pensamiento, palabra u obra —intencionalmente o no— y ofrezco oraciones por la misericordia y alabanzas por el perdón. Cuando me confieso, si me propongo no volver a hacer el mal, sé que el pecado será apartado de mi alma. Sé que el perdón disuelve las cadenas del pecado. Los que hacen el mal serán castigados, pero los que siguen la verdad gozarán de la felicidad de una salvación eterna. Cógenos mediante la gracia y dispensa un poder salvador a nuestra alma. Pedimos misericordia porque aspiramos a alcanzar la perfección; quisiéramos ser semejantes a Dios".