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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 131

LAS RELIGIONES DEL MUNDO

 

4. EL HINDUISMO

1447:5  131:4.1 Los misioneros de Melquisedec llevaron las enseñanzas del Dios único a todos los lugares por donde pasaron. Una gran parte de esta doctrina monoteísta, unida a otros conceptos anteriores, se incorporó en las enseñanzas posteriores del hinduismo. Jesús y Ganid efectuaron los extratos siguientes:

1448:1  131:4.2 "Él es el gran Dios, supremo en todos los sentidos. Él es el Señor que abarca todas las cosas. Es el Creador y el controlador del universo de universos. Dios es un Dios único; está solo y existe por sí mismo; él es el único. Este Dios único es nuestro Hacedor y el destino último del alma. El Supremo brilla de una manera indescriptible; es la Luz de las Luces. Esta luz divina ilumina todos los corazones y todos los mundos. Dios es nuestro protector —permanece al lado de sus criaturas— y los que aprenden a conocerlo se vuelven inmortales. Dios es la gran fuente de la energía; es la Gran Alma. Ejerce una soberanía universal sobre todo. Este Dios único es amoroso, glorioso y adorable. Nuestro Dios tiene un poder supremo y habita en la morada suprema. Esta verdadera Persona es eterna y divina; es el Señor primordial del cielo. Todos los profetas lo han saludado, y él se ha revelado a nosotros. Nosotros lo adoramos. ¡Oh Persona Suprema, origen de los seres, Señor de la creación y soberano del universo, revélanos a tus criaturas el poder por el que permaneces inmanente! Dios ha hecho el sol y las estrellas; él es resplandeciente, puro y existe por sí mismo. Su conocimiento eterno es divinamente sabio. El mal no puede penetrar en el Eterno. Puesto que el universo surgió de Dios, él lo gobierna adecuadamente. Él es la causa de la creación, por eso todas las cosas están establecidas en él.
1448:2  131:4.3 "Dios es el refugio seguro de todo hombre de bien que está necesitado; el Inmortal cuida de toda la humanidad. La salvación de Dios es poderosa y su bondad agradable. Es un protector amante y un defensor bendito. Dice el Señor: `Resido dentro de sus propias almas como una lámpara de sabiduría. Soy el esplendor de los espléndidos y la bondad de los buenos. Cuando dos o tres se reúnen, allí estoy yo también'. La criatura no puede eludir la presencia del Creador. El Señor cuenta incluso el parpadeo incesante de los ojos de todos los mortales; y adoramos a este Ser divino como nuestro compañero inseparable. Él es predominante, generoso, omnipresente e infinitamente bondadoso. El Señor es nuestro soberano, nuestro refugio y nuestro controlador supremo, y su espíritu primigenio reside dentro del alma mortal. El Testigo Eterno del vicio y de la virtud habita en el corazón del hombre. Meditemos largamente sobre el Vivificador adorable y divino; que su espíritu dirija plenamente nuestros pensamientos. ¡De este mundo irreal, condúcenos al real! ¡De las tinieblas, llévanos a la luz! ¡De la muerte, guíanos a la inmortalidad!
1448:3  131:4.4 "Con nuestro corazón purificado de todo odio, adoremos al Eterno. Nuestro Dios es el Señor de la oración; escucha el clamor de sus hijos. Que todos los hombres sometan su voluntad al Resuelto. Deleitémonos con la liberalidad del Señor de la oración. Haced de la oración vuestra amiga más íntima, y de la adoración el sostén de vuestra alma. `Si quisierais darme un culto de amor', dice el Eterno, `os daría la sabiduría para alcanzarme, porque mi culto es la virtud común de todas las criaturas'. Dios es la iluminación de los abatidos y la fuerza de los que desfallecen. Puesto que Dios es nuestro amigo poderoso, ya no tenemos miedo. Alabamos el nombre del Conquistador nunca conquistado. Lo adoramos porque es el auxiliador fiel y eterno del hombre. Dios es nuestro director seguro y nuestro guía infalible. Es el gran autor del cielo y de la tierra, poseedor de una energía ilimitada y de una sabiduría infinita. Su esplendor es sublime y su belleza divina. Es el refugio supremo del universo y el guardián inmutable de la ley perpétua. Nuestro Dios es el Señor de la vida y el Consolador de todos los hombres; ama a la humanidad y ayuda a los afligidos. Es el dador de nuestra vida y el Buen Pastor de los rebaños humanos. Dios es nuestro padre, nuestro hermano y nuestro amigo. Anhelamos conocer a este Dios en lo más profundo de nuestro ser.
1448:4  131:4.5 "Hemos aprendido a conseguir la fe con el deseo ardiente de nuestro corazón. Hemos alcanzado la sabiduría refrenando nuestros sentidos, y por medio de la sabiduría, hemos experimentado la paz en el Supremo. El que está lleno de fe adora verdaderamente cuando su yo interno está absorto en Dios. Nuestro Dios usa los cielos como un manto; habita también en los otros seis universos esparcidos por todas partes. Es supremo sobre todo y en todo. Imploramos el perdón del Señor por todas nuestras ofensas a nuestros semejantes y eximimos a nuestro amigo del mal que nos ha hecho. Nuestro espíritu detesta todo mal; por lo tanto, oh Señor, líbranos de toda mancha de pecado. Oramos a Dios como consolador, protector y salvador —como alguien que nos ama.
1449:1  131:4.6 "El espíritu del Guardián del Universo entra en el alma de las criaturas simples. El hombre que adora al Dios Único es sabio. Los que se esfuerzan por llegar a la perfección deben conocer ciertamente al Señor Supremo. El que conoce la seguridad bienaventurada del Supremo nunca tiene miedo, porque el Supremo dice a los que le sirven, `No temáis porque estoy con vosotros'. El Dios de la providencia es nuestro Padre. Dios es la verdad. Y es el deseo de Dios que sus criaturas lo comprendan —que lleguen a conocer plenamente la verdad. La verdad es eterna; sostiene el universo. Nuestro deseo supremo será unirnos con el Supremo. El Gran Controlador es el generador de todas las cosas —todo evoluciona partiendo de él. Y he aquí la cima del deber: que ningún hombre haga a otro lo que le repugnaría a él mismo; no fomentad ninguna maldad, no castiguéis al que os castiga, conquistad la cólera con la misericordia, y venced el odio con la benevolencia. Deberíamos hacer todo esto porque Dios es un amigo cariñoso y un padre bondadoso que nos perdona todas nuestras ofensas terrenales.
1449:2  131:4.7 "Dios es nuestro Padre, la tierra es nuestra madre y el universo es el lugar donde hemos nacido. Sin Dios, el alma está prisionera; conocer a Dios libera el alma. La meditación sobre Dios y la unión con él producen la liberación de las ilusiones del mal y la salvación última de todas las trabas materiales. Cuando el hombre enrolle el espacio como un pedazo de cuero, entonces llegará el fin del mal, porque el hombre habrá encontrado a Dios. ¡Oh Dios, sálvanos de la triple ruina del infierno: la lujuria, la ira y la avaricia! ¡Oh alma, cíñete para la lucha espiritual de la inmortalidad! Cuando llegue el fin de la vida mortal, no dudes en abandonar este cuerpo por una forma más apropiada y hermosa, y despertarte en los dominios del Supremo y del Inmortal donde no existe el temor, la aflicción, el hambre, la sed ni la muerte. Conocer a Dios es cortar los lazos de la muerte. El alma que conoce a Dios se eleva en el universo como la crema aparece en la superficie de la leche. Adoramos a Dios, el hacedor de todo, la Gran Alma, que siempre está asentado en el corazón de sus criaturas. Los que saben que Dios está entronizado en el corazón humano, están destinados a volverse como él —inmortales. El mal debe quedarse atrás en este mundo, pero la virtud acompaña al alma hasta el cielo.
1449:3  131:4.8 "Sólo el perverso dice: El universo no posee ni verdad ni gobernante; sólo fue diseñado para satisfacer nuestra codicia. Estas almas están engañadas por la mezquindad de su intelecto. Por eso se abandonan a la satisfacción de su codicia, y privan a sus almas de las alegrías de la virtud y de los placeres de la rectitud. ¿Qué puede ser más grande que experimentar la salvación del pecado? El hombre que ha visto al Supremo es inmortal. Los amigos carnales del hombre no pueden sobrevivir a la muerte; sólo la virtud camina junto al hombre mientras viaja siempre adelante hacia los campos alegres y soleados del Paraíso".

 

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