ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 133 EL REGRESO DE ROMA
5. EN ATENAS —DISCURSO SOBRE LA CIENCIA
1476:3 133:5.1 Llegaron poco después al antiguo centro de la ciencia y del saber griegos. Ganid estaba muy emocionado con la idea de encontrarse en Atenas, de estar en Grecia, en el centro cultural del antiguo imperio de Alejandro, que había extendido sus fronteras hasta su propio país de la India. Había pocos negocios que tratar, de manera que Gonod pasó la mayor parte de su tiempo con Jesús y Ganid, visitando los numerosos lugares de interés y escuchando las atractivas discusiones entre el muchacho y su hábil maestro.
1476:4 133:5.2 Una gran universidad florecía aún en Atenas, y el trío hizo frecuentes visitas a sus salas de enseñanza. Jesús y Ganid habían discutido a fondo las enseñanzas de Platón cuando asistieron a las conferencias en el museo de Alejandría. Todos disfrutaron del arte de Grecia, cuyos ejemplos aún podían encontrarse aquí y allá por toda la ciudad.
1476:5 133:5.3 Tanto el padre como el hijo disfrutaron mucho con la discusión sobre la ciencia que tuvo lugar una noche en la posada entre Jesús y un filósofo griego. Después de que aquel pedante se llevara hablando cerca de tres horas y hubo terminado su discurso, Jesús dijo —en términos adaptados al pensamiento moderno:1476:6 133:5.4 Algún día, los científicos podrán medir la energía o las manifestaciones de fuerza de la gravedad, de la luz y de la electricidad, pero estos mismos científicos nunca podrán decir (científicamente) qué son estos fenómenos del universo. La ciencia trata de las actividades de la energía física; la religión trata de los valores eternos. La verdadera filosofía procede de la sabiduría, que hace todo lo que puede para correlacionar estas observaciones cuantitativas y cualitativas. Siempre existe el peligro de que el científico que se ocupa de lo puramente físico pueda llegar a sufrir de orgullo matemático y de egoísmo estadístico, sin mencionar la ceguera espiritual.
1476:7 133:5.5 La lógica es válida en el mundo material, y las matemáticas son fiables cuando su aplicación se limita a las cosas físicas; pero ninguna de las dos puede considerarse enteramente digna de confianza o infalible cuando se aplican a los problemas de la vida. La vida contiene fenómenos que no son totalmente materiales. La aritmética dice que si un hombre puede esquilar una oveja en diez minutos, diez hombres pueden hacerlo en un minuto. Es un cálculo exacto, pero no es cierto, porque los diez hombres no podrían hacerlo; se estorbarían tanto los unos a los otros que el trabajo se retrasaría considerablemente.
1477:1 133:5.6 Las matemáticas afirman que si una persona representa cierta unidad de valor intelectual y moral, diez personas representarían diez veces ese valor. Pero al tratar de la personalidad humana, sería más exacto decir que una asociación semejante de personalidades es igual al cuadrado del número de personalidades que figuran en la ecuación, en lugar de su simple suma aritmética. Un grupo social de seres humanos que trabaja en armonía coordinada representa una fuerza mucho más grande que la simple suma de sus componentes.
1477:2 133:5.7 La cantidad puede ser identificada como un hecho, convirtiéndose así en una uniformidad científica. La calidad, como está sujeta a la interpretación de la mente, representa una estimación de valores, y por lo tanto, debe permanecer como una experiencia del individuo. Cuando la ciencia y la religión sean menos dogmáticas y toleren mejor la crítica, la filosofía empezará entonces a conseguir la unidad en la comprensión inteligente del universo.
1477:3 133:5.8 Hay unidad en el universo cósmico, si tan sólo pudiérais discernir su funcionamiento en su estado actual. El universo real es amistoso para cada hijo del Dios eterno. El verdadero problema es: ¿Cómo puede conseguir la mente finita del hombre una unidad de pensamiento lógica, verdadera y proporcionada? Este estado mental de conocimiento del universo sólo se puede obtener concibiendo la idea de que los hechos cuantitativos y los valores cualitativos tienen una causación común: el Padre del Paraíso. Una concepción así de la realidad permite una comprensión más amplia de la unidad intencional de los fenómenos del universo; revela incluso una meta espiritual que la personalidad alcanza de manera progresiva. Éste es un concepto de unidad que puede percibir el trasfondo inmutable de un universo viviente donde las relaciones impersonales cambian sin cesar y donde las relaciones personales evolucionan contínuamente.
1477:4 133:5.9 La materia, el espíritu y el estado intermedio entre ambos, son tres niveles interrelacionados e interasociados de la verdadera unidad del universo real. Por muy divergentes que puedan parecer los fenómenos universales de los hechos y de los valores, a fin de cuentas están unificados en el Supremo.
1477:5 133:5.10 La realidad de la existencia material está vinculada a la energía no reconocida así como a la materia visible. Cuando las energías del universo son frenadas hasta el punto de adquirir el grado requerido de movimiento, entonces, en condiciones favorables, estas mismas energías se convierten en masa. Y no olvidéis que la mente, la única que puede percibir la presencia de las realidades aparentes, es también real. La causa fundamental de este universo de energía-masa, de mente y de espíritu, es eterna —existe y consiste en la naturaleza y en las reacciones del Padre Universal y de sus coordinados absolutos.1477:6 133:5.11 Todos estaban más que asombrados por las palabras de Jesús, y cuando el griego se despidió de ellos, dijo: "Por fin mis ojos han visto a un judío que piensa en algo más que en la superioridad racial, y que habla de algo más que de religión". Y se retiraron para pasar la noche.
1477:7 133:5.12 La estancia en Atenas fue agradable y provechosa, pero no particularmente fructífera en contactos humanos. Demasiados atenienses de aquellos tiempos, o estaban intelectualmente orgullosos de su reputación del pasado, o eran mentalmente estúpidos e ignorantes, pués descendían de los esclavos inferiores traídos en épocas anteriores, cuando había gloria en Grecia y sabiduría en la mente de sus habitantes. Sin embargo, aún se podían encontrar muchas mentes agudas entre los ciudadanos de Atenas.