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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 134

Los AÑOS DE TRANSICIÓN

 

6. LA LEY, LA LIBERTAD Y LA SOBERANÍA

1490:4  134:6.1 Si un hombre desea ardientemente su independencia —la libertad— debe recordar que todos los demás hombres anhelan la misma independencia. Los grupos de mortales que aman así la libertad no pueden convivir en paz a menos que se sometan a las leyes, reglas y reglamentos que conceden a cada persona el mismo grado de independencia, salvaguardando al mismo tiempo un grado igual de independencia para todos sus semejantes mortales. Si un hombre ha de ser absolutamente libre, entonces otro tendrá que convertirse en un esclavo absoluto. La naturaleza relativa de la libertad es verdadera en el terreno social, económico y político. La libertad es el don de la civilización, hecho posible por la fuerza de la LEY.
1490:5  134:6.2 La religión hace espiritualmente posible realizar la fraternidad de los hombres, pero se necesitará un gobierno de la humanidad para que regule los problemas sociales, económicos y políticos asociados a ese objetivo de la felicidad y de la eficacia humanas.
1490:6  134:6.3 Habrá guerras y rumores de guerras —una nación se levantará contra otra— mientras que la soberanía política del mundo esté dividida e injustamente mantenida por un grupo de estados nacionales. Inglaterra, Escocia y Gales siempre estuvieron luchando entre sí hasta que renunciaron a sus respectivas soberanías, y las confiaron al Reino Unido.
1490:7  134:6.4 Una nueva guerra mundial enseñará a las naciones llamadas soberanas a formar una especie de federación, creando así el mecanismo para evitar las guerras menores, las guerras entre las naciones más pequeñas. Pero las guerras globales continuarán hasta que se cree el gobierno de la humanidad. La soberanía global impedirá las guerras globales —ninguna otra cosa puede hacerlo.
1490:8  134:6.5 Los cuarenta y ocho estados americanos libres conviven en paz. Entre los ciudadanos de estos cuarenta y ocho estados se encuentran todas las razas y nacionalidades diversas que viven en las naciones de Europa, donde siempre están en guerra. Estos americanos representan a casi todas las religiones, sectas y cultos religiosos de todo el ancho mundo, y sin embargo conviven en paz aquí en Norteamérica. Todo esto es posible porque estos cuarenta y ocho estados han renunciado a su soberanía y han abandonado toda noción de supuestos derechos a la autodeterminación.
1490:9  134:6.6 No es una cuestión de armamento o de desarme. La cuestión del servicio militar obligatorio o voluntario tampoco influye en estos problemas de mantener la paz mundial. Si se le quitaran a las naciones poderosas todas las formas de armamento mecánico moderno y todos los tipos de explosivos, lucharían con los puños, las piedras y las mazas, mientras siguieran aferradas a las ilusiones de su derecho divino a la soberanía nacional.
1491:1  134:6.7 La guerra no es una enfermedad del hombre grande y terrible; la guerra es un síntoma, un resultado. La verdadera enfermedad es el virus de la soberanía nacional.
1491:2  134:6.8 Las naciones de Urantia no han poseído una verdadera soberanía; nunca han tenido una soberanía que pudiera protegerlas de los estragos y devastaciones de las guerras mundiales. Al crear el gobierno global de la humanidad, las naciones no abandonan su soberanía, sino más bien están creando de hecho una soberanía mundial, real, duradera y de buena fe, que en adelante será plenamente capaz de protegerlas de todas las guerras. Los asuntos locales serán tratados por los gobiernos locales, y los asuntos nacionales por los gobiernos nacionales; los asuntos internacionales serán administrados por el gobierno mundial.
1491:3  134:6.9 La paz mundial no se puede mantener mediante tratados, diplomacia, políticas exteriores, alianzas, equilibrios de potencias o cualquier otro tipo de arreglo que haga malabarismos con las soberanías del nacionalismo. Hay que crear una ley mundial y debe ser aplicada por un gobierno mundial —la soberanía de toda la humanidad.
1491:4  134:6.10 Con un gobierno mundial, los individuos gozarán de una libertad mucho más amplia. Hoy, los ciudadanos de las grandes potencias están cargados de impuestos, reglamentados y controlados de una manera casi opresiva. Una gran parte de esta intromisión actual en las libertades individuales desaparecerá cuando los gobiernos nacionales estén dispuestos a depositar su soberanía, en materia de asuntos internacionales, entre las manos de un gobierno global.
1491:5  134:6.11 Bajo un gobierno mundial, las colectividades nacionales tendrán una verdadera oportunidad para realizar y disfrutar las libertades personales de una auténtica democracia. La falacia de la autodeterminación habrá terminado. Con la reglamentación global del dinero y del comercio llegará la nueva era de una paz a escala mundial. Pronto podría surgir un idioma mundial, y al menos habrá alguna esperanza de que algún día exista una religión mundial —o unas religiones con un punto de vista global.
1491:6  134:6.12 La seguridad colectiva nunca garantizará la paz hasta que la colectividad incluya a toda la humanidad.
1491:7  134:6.13 La soberanía política del gobierno representativo de la humanidad traerá una paz duradera a la tierra, y la fraternidad espiritual del hombre asegurará para siempre la buena voluntad entre todos los hombres. No existe ningún otro camino para conseguir la paz en la tierra y la buena voluntad entre los hombres.


1491:8  134:6.14 Después de la muerte de Cimboitón, sus hijos encontraron grandes dificultades para mantener la paz en la facultad. Las repercusiones de las enseñanzas de Jesús hubieran sido mucho mayores si los educadores cristianos posteriores que se asociaron a la facultad de Urmia hubieran mostrado más sabiduría y hubieran ejercido más tolerancia.
1491:9  134:6.15 El hijo mayor de Cimboitón recurrió a Abner, de Filadelfia, para que le ayudara, pero Abner tuvo muy poco acierto en la elección de los educadores, en el sentido de que resultaron ser inflexibles e intransigentes. Estos instructores trataron de que su religión dominara a las otras creencias. Nunca sospecharon que las conferencias del conductor de caravanas, a las que se aludía con tanta frecuencia, habían sido dadas por el mismo Jesús.
1491:10  134:6.16 Al aumentar la confusión dentro de la facultad, los tres hermanos retiraron su apoyo financiero, y al cabo de cinco años la escuela cerró. Más tarde se abrió de nuevo como templo mitríaco, y finalmente se incendió en conjunción con una de sus celebraciones orgiásticas.

 

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