ÍNDICE
previo      continuo
El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 135

JUAN EL BAUTISTA

 

9. CUARENTA DÍAS DE PREDICACIÓN

1505:1  135:9.1 Cuando Juan regresó junto a sus discípulos (ahora tenía unos veinticinco o treinta que vivían constantemente con él), los encontró conversando seriamente, discutiendo lo que acababa de suceder en relación con el bautismo de Jesús. Se quedaron mucho más asombrados cuando Juan les contó ahora la historia de la visita de Gabriel a María antes del nacimiento de Jesús, y también el hecho de que Jesús no le dijera ni una palabra después de hablarle acerca de ello. Aquella noche no llovió, y este grupo de treinta personas o más conversó largamente bajo la noche estrellada. Se preguntaban dónde había ido Jesús y cuándo lo volverían a ver.

1505:2  135:9.2 Después del incidente de este día, la predicación de Juan adquirió un nuevo tono de certidumbre en sus proclamaciones respecto al reino venidero y al Mesías esperado. Estos cuarenta días de espera, aguardando el regreso de Jesús, fueron un período de tensión. Pero Juan continuó predicando con gran fuerza, y sus discípulos empezaron a predicar aproximadamente por esta época a las multitudes desbordantes que se amontonaban alrededor de Juan a orillas del Jordán.
1505:3  135:9.3 En el transcurso de estos cuarenta días de espera, numerosos rumores se esparcieron por el país, llegando incluso hasta Tiberiades y Jerusalén. Miles de personas pasaban por el campamento de Juan para ver la nueva atracción, el famoso Mesías, pero Jesús no estaba a la vista. Cuando los discípulos de Juan afirmaban que el extraño hombre de Dios se había marchado a las colinas, muchos dudaban de toda la historia.
1505:4  135:9.4 Unas tres semanas después de la partida de Jesús, una nueva delegación de los sacerdotes y fariseos de Jerusalén llegó hasta aquel lugar de Pella. Preguntaron directamente a Juan si él era Elías o el profeta que Moisés había prometido. Cuando Juan les dijo, "Yo no soy", se atrevieron a preguntarle, "¿Eres el Mesías?", y Juan respondió: "No lo soy." Entonces, estos hombres de Jerusalén le dijeron: "Si no eres Elías, ni el profeta, ni el Mesías, entonces ¿por qué bautizas a la gente, creando todo este alboroto?" Y Juan replicó: "Aquellos que me han escuchado y han recibido mi bautismo os pueden decir quién soy yo, pero os afirmo que si bien yo bautizo con agua, ha estado entre nosotros aquel que volverá para bautizaros con el Espíritu Santo."
1505:5  135:9.5 Estos cuarenta días fueron un período difícil para Juan y sus discípulos. ¿Cuales iban a ser las relaciones entre Juan y Jesús? Se planteaban cientos de interrogantes. La política y las preferencias egoístas empezaron a hacer su aparición. Brotaron violentas discusiones alrededor de las diversas ideas y conceptos del Mesías. ¿Se convertiría en un jefe militar y en un rey como David? ¿Destruiría a los ejércitos romanos como Josué había hecho con los cananeos? ¿O vendría para establecer un reino espiritual? Juan se definió más bien por la opinión de la minoría, de que Jesús había venido para establecer el reino de los cielos, aunque no tenía del todo claro en su propia mente qué debería de incluirse exactamente dentro de esta misión de establecer el reino de los cielos.
1505:6  135:9.6 Fueron días árduos en la experiencia de Juan, y oró para que Jesús regresara. Algunos discípulos de Juan organizaron grupos de reconocimiento para ir en busca de Jesús, pero Juan lo prohibió diciendo: "El tiempo de cada uno de nosotros está en las manos del Dios del cielo; él guiará a su Hijo elegido".

1505:7  135:9.7 El sábado 23 de febrero por la mañana temprano, cuando los compañeros de Juan, que estaban tomando su desayuno, levantaron la mirada hacia el norte, vieron a Jesús que venía hacia ellos. Mientras se acercaba, Juan se subió a una gran roca, elevó su voz sonora y dijo: "¡Mirad al Hijo de Dios, el libertador del mundo! Es de él de quien he dicho, `Detrás de mí vendrá aquel que ha sido elegido antes que yo, porque existía antes que yo'. Por esta razón he salido del desierto para predicar el arrepentimiento y bautizar con agua, proclamando que el reino de los cielos está cerca. Ahora viene aquel que os bautizará con el Espíritu Santo. Yo he visto al espíritu divino descender sobre este hombre, y he oído la voz de Dios afirmar: `Éste es mi hijo amado en quien me siento muy complacido.'"
1506:1  135:9.8 Jesús les rogó que continuaran desayunando, mientras se sentaba para comer con Juan, pues sus hermanos Santiago y Judá habían regresado a Cafarnaum.

1506:2  135:9.9 Al día siguiente por la mañana temprano, se despidió de Juan y de sus discípulos y emprendió el regreso a Galilea. No les dió ninguna indicación sobre cuándo volverían a verlo. A las preguntas de Juan acerca de su propia predicación y de su misión, Jesús dijo solamente: "Mi Padre te guiará ahora y en el futuro como lo ha hecho en el pasado." Y estos dos grandes hombres se separaron aquella mañana a orillas del Jordán, para no volverse a ver nunca más en la carne.

 

previo      continuo