ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 141 EL COMIENZO DE LA OBRA PÚBLICA
1587:3 141:1.1 Cafarnaum no estaba lejos de Tiberiades, y la fama de Jesús había empezado a propagarse ampliamente por toda Galilea, e incluso más allá. Jesús sabía que Herodes empezaría pronto a prestar atención a su obra; por eso pensó que sería mejor viajar hacia el sur y entrar en Judea con sus apóstoles. Un grupo de más de cien creyentes deseaba ir con ellos, pero Jesús les habló y les rogó que no acompañaran al grupo apostólico en su descenso por el Jordán. Aunque consintieron en quedarse atrás, muchos de ellos siguieron al Maestro pocos días después.
1587:4 141:1.2 El primer día, Jesús y los apóstoles sólo llegaron hasta Tariquea, donde descansaron durante la noche. Al día siguiente viajaron hasta un punto del Jordán, cerca de Pella, donde Juan había predicado aproximadamente un año antes, y donde Jesús había recibido el bautismo. Se detuvieron allí durante más de dos semanas, enseñando y predicando. Hacia el final de la primera semana, varios cientos de personas se habían reunido en un campamento, cerca del lugar donde residían Jesús y los doce; habían venido de Galilea, Fenicia, Siria, la Decápolis, Perea y Judea.
1588:1 141:1.3 Jesús no efectuó ninguna predicación pública. Andrés dividía la multitud y designaba los predicadores para las asambleas de la mañana y de la tarde. Después de la cena, Jesús conversaba con los doce. No les enseñaba nada nuevo, pero repasaba su enseñanza anterior y contestaba a sus numerosas preguntas. Durante una de aquellas noches, contó a los doce algunas cosas sobre los cuarenta días que había pasado en las colinas, cerca de este lugar.
1588:2 141:1.4 Muchas de las personas que venían de Perea y de Judea habían sido bautizadas por Juan y estaban interesadas en saber más cosas sobre las enseñanzas de Jesús. Los apóstoles hicieron muchos progresos enseñando a los discípulos de Juan, ya que no desacreditaban de ninguna manera la predicación de Juan, y además, en aquella época ni siquiera bautizaban a sus nuevos discípulos. Pero siempre fue un escollo para los seguidores de Juan el ver que Jesús, si era todo lo que Juan había anunciado, no hacía nada por sacarlo de la cárcel. Los discípulos de Juan nunca pudieron comprender por qué Jesús no impidió la muerte cruel de su amado jefe.
1588:3 141:1.5 Noche tras noche, Andrés enseñaba cuidadosamente a sus compañeros apóstoles la tarea delicada y difícil de llevarse bien con los seguidores de Juan el Bautista. Durante este primer año del ministerio público de Jesús, más de tres cuartas partes de sus discípulos habían seguido previamente a Juan y habían recibido su bautismo. Todo este año 27 lo pasaron haciéndose cargo tranquilamente de la obra de Juan en Perea y Judea.