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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 160

RODÁN DE ALEJANDRÍA

 

5. LA RELIGIÓN DEL IDEAL

1780:3  160:5.1 Me habéis dicho que vuestro Maestro considera que la religión humana verdadera es la experiencia del individuo con las realidades espirituales. Yo he considerado la religión como la experiencia del hombre que reacciona ante algo que le parece digno del homenaje y de la devoción de toda la humanidad. En este sentido, la religión simboliza nuestra devoción suprema a lo que representa nuestro concepto más elevado de los ideales de la realidad, y el máximo límite que puede alcanzar nuestra mente en su búsqueda de las posibilidades eternas de la consecución espiritual.
1780:4  160:5.2 Cuando los hombres reaccionan ante la religión en un sentido tribal, nacional o racial, es porque consideran que los que no pertenecen a su grupo no son realmente humanos. Siempre consideramos el objeto de nuestra lealtad religiosa como digno de ser venerado por todos los hombres. La religión no puede ser nunca un asunto de simple creencia intelectual o de razonamiento filosófico; la religión es siempre y para siempre una manera de reaccionar ante las situaciones de la vida; es una especie de conducta. La religión engloba el pensar, el sentir y el actuar con reverencia hacia una realidad que consideramos digna de la adoración universal.
1780:5  160:5.3 Si algo se ha vuelto una religión en vuestra experiencia, es evidente que ya sois evangelistas activos de esa religión, puesto que considerais al concepto supremo de vuestra religión como digno del culto de toda la humanidad, de todas las inteligencias del universo. Si no sois evangelistas positivos y misioneros de vuestra religión, os engañais a vosotros mismos, puesto que lo que llamais religión es tan sólo una creencia tradicional o un mero sistema de filosofía intelectual. Si vuestra religión es una experiencia espiritual, el objeto de vuestra adoración debe ser la realidad espiritual universal y el ideal de todos vuestros conceptos espiritualizados. Todas las religiones que se basan en el miedo, la emoción, la tradición y la filosofía, las denomino religiones intelectuales, mientras que las que se basan en la verdadera experiencia espiritual, las denominaría religiones verdaderas. El objeto de la devoción religiosa puede ser material o espiritual, verdadero o falso, real o irreal, humano o divino. Las religiones, por consiguiente, pueden ser buenas o malas.
1780:6  160:5.4 La moralidad y la religión no son necesariamente la misma cosa. Si un sistema de moral adopta un objeto de adoración, puede volverse una religión. Al perder su llamamiento universal a la lealtad y a la devoción suprema, una religión puede transformarse en un sistema de filosofía o en un código de moral. Esa cosa, ser, estado, orden de existencia o posibilidad de realización, que constituye el ideal supremo de la lealtad religiosa, y que es el receptor de la devoción religiosa de los que adoran, es Dios. Sea cual fuere el nombre que se aplique a este ideal de la realidad espiritual, es Dios.
1781:1  160:5.5 La característica social de una verdadera religión consiste en el hecho de que ésta busca invariablemente convertir al individuo y transformar el mundo. La religión implica la existencia de ideales no descubiertos que trascienden con mucho las normas éticas y morales conocidas, incorporadas en los usos sociales, incluso más elevados, de las instituciones más maduras de la civilización. La religión trata de alcanzar ideales no descubiertos, realidades inexploradas, valores sobrehumanos, una sabiduría divina y un verdadero logro espiritual. La verdadera religión hace todo esto; todas las demás creencias no son dignas de este nombre. No podéis tener una religión espiritual auténtica sin el ideal supremo y celeste de un Dios eterno. Una religión sin este Dios es un invento del hombre, una institución humana de creencias intelectuales sin vida y de ceremonias emocionales sin sentido. Una religión puede pretender tener un gran ideal como objeto de su devoción, pero estos ideales irreales son inaccesibles y tal concepto es ilusorio. Los únicos ideales accesibles para los hombres son las realidades divinas de los valores infinitos inherentes en el hecho espiritual del Dios eterno.
1781:2  160:5.6 La palabra Dios, la idea de Dios en contraposición con el ideal de Dios, puede formar parte de cualquier religión, por muy falsa o pueril que sea. Y aquellos que conciben esta idea de Dios pueden hacer de ella cualquier cosa que quieran. Las religiones inferiores modelan sus ideas de Dios para adaptarlas al estado natural del corazón humano; las religiones superiores exigen que el corazón humano cambie, para satisfacer las demandas de los ideales de la verdadera religión.

1781:3  160:5.7 La religión de Jesús trasciende todos nuestros conceptos anteriores de la idea de la adoración, en el sentido de que no solamente describe a su Padre como el ideal de la realidad infinita, sino que declara positivamente que este origen divino de los valores y el centro eterno del universo es verdadera y personalmente accesible para cada criatura mortal que elija entrar en el reino de los cielos en la tierra, y reconozca así que acepta la filiación con Dios y la fraternidad con el hombre. En mi opinión, este es el concepto más elevado de la religión que el mundo haya conocido jamás, y declaro que no puede haber nunca un concepto más alto, puesto que este evangelio engloba la infinidad de las realidades, la divinidad de los valores y la eternidad de los logros universales. Este concepto constituye la realización de la experiencia del idealismo de lo supremo y lo último.
1781:4  160:5.8 No sólo me intrigan los ideales altísimos de esta religión de vuestro Maestro, sino que me siento poderosamente impulsado a confesar mi creencia en su declaración de que estos ideales de las realidades espirituales son accesibles; que vosotros y yo podemos emprender esta larga y eterna aventura, con su garantía de que al final llegaremos ciertamente a las puertas del Paraíso. Hermanos míos, soy un creyente, me he embarcado, me encamino con vosotros en esta aventura eterna. El Maestro dice que ha venido del Padre y que nos mostrará el camino. Estoy totalmente persuadido de que dice la verdad, y definitivamente convencido de que fuera del Padre Universal y eterno no existen ideales de realidad ni valores de perfección que se puedan alcanzar.
1781:5  160:5.9 Vengo pues a adorar, no simplemente al Dios de las existencias, sino al Dios de la posibilidad de todas las existencias futuras. Por lo tanto, vuestra devoción a un ideal supremo, si ese ideal es real, debe ser una devoción a este Dios de los universos pasados, presentes y futuros de cosas y de seres. Y no hay otro Dios, porque no es posible que haya ningún otro Dios. Todos los demás dioses son invenciones de la imaginación, ilusiones de la mente mortal, distorsiones de la lógica falsa e ídolos que engañan a los que los crean. Sí, podéis tener una religión sin este Dios, pero no significará nada. Si buscáis sustituir la realidad de este ideal del Dios viviente por la palabra Dios, tan sólo os engañaréis a vosotros mismos, poniendo una idea en el lugar de un ideal, de una realidad divina. Estas creencias son simplemente religiones de quimeras.
1782:1  160:5.10 En las enseñanzas de Jesús, veo la religión en su mejor expresión. Este evangelio nos permite buscar al verdadero Dios y encontrarlo. Pero, ¿estamos dispuestos a pagar el precio de esta entrada en el reino de los cielos?. ¿Estamos dispuestos a nacer de nuevo, a ser rehechos?. ¿Estamos dispuestos a someternos a ese terrible proceso probatorio de la destrucción del yo y de la reconstrucción del alma?. ¿Acaso no ha dicho el Maestro: "El que quiera salvar su vida tiene que perderla. No creáis que he venido para traer la paz, sino más bien la lucha del alma"? Es verdad que después de pagar el precio de la dedicación a la voluntad del Padre experimentamos una gran paz, siempre que sigamos caminando por los senderos espirituales de la vida consagrada.
1782:2  160:5.11 Ahora estamos abandonando de verdad las atracciones del orden de existencia conocido, mientras nos dedicamos sin reservas a buscar las atracciones del orden de existencia desconocido e inexplorado de una vida futura de aventuras en los mundos espirituales del idealismo superior de la realidad divina. Y buscamos los símbolos significativos que nos permitan trasmitir a nuestros semejantes estos conceptos de la realidad del idealismo de la religión de Jesús. No dejemos de rezar por el día en que toda la humanidad se conmoverá ante la visión común de esta verdad suprema. En este momento, nuestro concepto resumido del Padre, tal como lo entendemos en nuestro corazón, es que Dios es espíritu; cuando lo trasmitimos a nuestros semejantes, Dios es amor.
1782:3  160:5.12 La religión de Jesús exige una experiencia viviente y espiritual. Otras religiones podrán consistir en creencias tradicionales, sentimientos emotivos, conciencias filosóficas, y todo eso junto, pero la enseñanza del Maestro implica alcanzar los niveles reales de progreso espiritual verdadero.
1782:4  160:5.13 La conciencia de sentirse impulsado a parecerse a Dios no es la verdadera religión. Los sentimientos emotivos de adorar a Dios no son la verdadera religión. La convicción consciente de olvidarse del yo para servir a Dios no es la verdadera religión. La sabiduría del razonamiento de que esta religión es la mejor de todas, no es la religión como experiencia personal y espiritual. La verdadera religión se refiere al destino y a la realidad de lo que se obtiene, así como a la realidad y al idealismo de lo que se acepta de todo corazón por la fe. Y todo esto se nos debe hacer personal mediante la revelación del Espíritu de la Verdad.

1782:5  160:5.14 Así terminaron las disertaciones del filósofo griego, uno de los más grandes de su raza, que se había vuelto creyente en el evangelio de Jesús.

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