ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 166 LA ÚLTIMA VISITA A PEREA DEL NORTE
5. LA CONGREGACIÓN DE FILADELFIA
1831:4 166:5.1 Jesús y los doce iban de camino para visitar a Abner y a sus asociados, que predicaban y enseñaban en Filadelfia. De todas las ciudades de Perea, es en Filadelfia donde el grupo más numeroso de judíos y gentiles, ricos y pobres, eruditos e ignorantes, aceptó las enseñanzas de los setenta y entró así en el reino de los cielos. La sinagoga de Filadelfia nunca había estado sometida a la supervisión del sanedrín de Jerusalén, por lo que nunca había estado cerrada a las enseñanzas de Jesús y sus compañeros. En ese mismo momento, Abner enseñaba tres veces al día en la sinagoga de Filadelfia.
1831:5 166:5.2 Esta misma sinagoga se convirtió más tarde en una iglesia cristiana y fue el cuartel general de los misioneros que promulgaron el evangelio en las regiones situadas al este. Fue mucho tiempo la plaza fuerte de las enseñanzas del Maestro, y durante siglos se mantuvo sola en esta región como centro del conocimiento cristiano.
1831:6 166:5.3 Los judíos de Jerusalén siempre habían tenido problemas con los judíos de Filadelfia. Después de la muerte y resurrección de Jesús, la iglesia de Jerusalén, cuyo jefe era Santiago, el hermano del Señor, empezó a tener graves dificultades con la congregación de creyentes de Filadelfia. Abner se convirtió en el jefe de la iglesia de Filadelfia, y continuó siéndolo hasta su muerte. Este distanciamiento de Jerusalén explica por qué los relatos evangélicos del Nuevo Testamento no mencionan nada sobre Abner y su obra. Esta enemistad entre Jerusalén y Filadelfia permaneció durante toda la vida de Santiago y Abner, y continuó hasta algún tiempo después de la destrucción de Jerusalén. Filadelfia fue realmente el centro de la iglesia primitiva en el sur y en el este, como Antioquía lo fue en el norte y el oeste.1831:7 166:5.4 Fue una aparente desgracia para Abner estar en desacuerdo con todos los jefes de la iglesia cristiana primitiva. Riñó con Pedro y Santiago (el hermano de Jesús) sobre cuestiones relacionadas con la administración y la jurisdicción de la iglesia de Jerusalén; se separó de Pablo por divergencias sobre filosofía y teología. Abner tenía una filosofía más babilónica que helenista, y se opuso obstinadamente a todos los intentos de Pablo por rehacer las enseñanzas de Jesús para que ocasionaran menos objeciones, primero entre los judíos, y luego entre los grecorromanos que creían en los misterios.
1832:1 166:5.5 Abner se vio obligado así a vivir una vida de aislamiento. Era el jefe de una iglesia que no gozaba de ninguna reputación en Jerusalén. Se había atrevido a desafiar a Santiago, el hermano del Señor, que posteriormente fue apoyado por Pedro. Esta conducta lo separó efectivamente de todos sus antiguos asociados. Luego se atrevió a oponerse a Pablo. Aunque estaba totalmente de acuerdo con la misión de Pablo entre los gentiles, y aunque lo apoyaba en sus disputas con la iglesia de Jerusalén, se opuso encarnizadamente a la versión de las enseñanzas de Jesús que Pablo había elegido predicar. En los últimos años de su vida, Abner denunció a Pablo como el "hábil corruptor de las enseñanzas de la vida de Jesús de Nazaret, el Hijo del Dios viviente".
1832:2 166:5.6 Durante los últimos años de Abner y hasta algún tiempo después de su muerte, los creyentes de Filadelfia se atuvieron a la religión de Jesús, tal como éste la había vivido y enseñado, más estrictamente que cualquier otro grupo en la tierra.
1832:3 166:5.7 Abner vivió hasta los 89 años de edad, y murió en Filadelfia el día 21 de noviembre del año 74. Hasta el final de su vida, fue un creyente fiel en el evangelio del reino celestial y un instructor del mismo.