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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 166

LA ÚLTIMA VISITA A PEREA DEL NORTE

 

4. LA ENSEÑANZA SOBRE Los ACCIDENTES

1830:1  166:4.1 Aunque la mayoría de los palestinos sólo hacían dos comidas al día, Jesús y los apóstoles tenían la costumbre, cuando iban de viaje, de detenerse al mediodía para descansar y tomar un refrigerio. En una de estas detenciones del mediodía, en el camino de Filadelfia, fue cuando Tomás le preguntó a Jesús: "Maestro, después de haber escuchado tus comentarios mientras viajábamos esta mañana, me gustaría averiguar si los seres espirituales están implicados en la producción de acontecimientos extraños y extraordinarios en el mundo material, y preguntar además si los ángeles y otros seres espirituales son capaces de impedir los accidentes."

1830:2  166:4.2 En respuesta a la pregunta de Tomás, Jesús dijo: "¿He estado tanto tiempo con vosotros, y sin embargo continuáis haciéndome estas preguntas? ¿No habéis observado que el Hijo del Hombre vive como uno de vosotros, y que se niega firmemente a emplear las fuerzas del cielo para su sostenimiento personal? ¿No vivimos todos con los mismos recursos que emplean todos los hombres para existir? ¿Acaso veis que el poder del mundo espiritual se manifieste en la vida material de este mundo, salvo en la revelación del Padre y en la curación esporádica de sus hijos afligidos?
1830:3  166:4.3 "Vuestros antepasados han creído durante demasiado tiempo que la prosperidad era el signo de la aprobación divina, y que la adversidad era la prueba del desagrado de Dios. Afirmo que esas creencias son supersticiones. ¿No observáis que un número mucho mayor de pobres reciben el evangelio con regocijo y entran inmediatamente en el reino? Si las riquezas prueban el favor divino, ¿por qué los ricos se niegan tantas veces a creer en esta buena nueva que procede del cielo?
1830:4  166:4.4 "El Padre hace caer su lluvia sobre los justos y los injustos; el sol brilla de igual manera sobre los virtuosos y los perversos. Habéis oído hablar de aquellos galileos cuya sangre mezcló Pilatos con la de los sacrificios, pero yo os digo que esos galileos no eran de ninguna manera más pecadores que todos sus semejantes, simplemente porque esto les sucedió a ellos. También conocéis la historia de los dieciocho hombres que perecieron por la caída de la torre de Siloé. No creáis que esos hombres que fueron aniquilados así eran más pecadores que todos sus hermanos de Jerusalén. Esas personas fueron simplemente las víctimas inocentes de uno de los accidentes del tiempo.
1830:5  166:4.5 "Existen tres tipos de acontecimientos que se pueden producir en vuestras vidas:

1830:6  166:4.6 " 1. Podéis participar en aquellos acontecimientos normales que forman parte de la vida que vosotros y vuestros compañeros vivís sobre la faz de la tierra.

1830:7  166:4.7 " 2. Podéis ser víctimas por casualidad de uno de los accidentes de la naturaleza, de una de las desgracias humanas, sabiendo muy bien que esos sucesos no están de ninguna manera preparados de antemano ni son producidos de otro modo por las fuerzas espirituales del planeta.

1830:8  166:4.8 " 3. Podéis recoger la cosecha de vuestros esfuerzos directos por acatar las leyes naturales que gobiernan el mundo."

1830:9  166:4.9 "Había un hombre que plantó una higuera en su patio, y después de ir muchas veces a buscar los frutos sin encontrar ninguno, llamó a los viñadores y les dijo: `He venido aquí durante tres temporadas para buscar los frutos de esta higuera y no he encontrado ninguno. Derribad este árbol estéril; ¿para qué tiene que estar estorbando en el suelo?' Pero el jardinero en jefe respondió a su señor: `Déjalo tranquilo durante un año más para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono; si el año que viene no produce frutos, entonces lo cortaremos.' Y cuando se hubieron sometido así a las leyes de la fertilidad, fueron recompensados con una cosecha abundante, ya que el árbol estaba vivo y en buen estado.
1831:1  166:4.10 "En las cosas de la enfermedad y de la salud, deberíais saber que esos estados físicos son el resultado de causas materiales; la salud no es la sonrisa del cielo, ni la aflicción el enojo de Dios.
1831:2  166:4.11 "Los hijos humanos del Padre tienen la misma capacidad para recibir las bendiciones materiales; por eso, concede las cosas físicas a los hijos de los hombres sin discriminación. Cuando se trata de atribuir los dones espirituales, el Padre está limitado por la capacidad del hombre para recibir estos dones divinos. Aunque el Padre no hace acepción de personas, en la atribución de los dones espirituales está limitado por la fe del hombre y por su buena disposición para atenerse siempre a la voluntad del Padre."

1831:3  166:4.12 Mientras viajaban hacia Filadelfia, Jesús continuó enseñándoles y respondiendo a sus preguntas sobre los accidentes, las enfermedades y los milagros, pero no fueron capaces de comprender plenamente esta enseñanza. Una hora de enseñanza no es suficiente para cambiar por completo las creencias de toda una vida, y por eso Jesús creyó necesario reiterar su mensaje, decirles una y otra vez lo que deseaba hacerles comprender; y aun así, no lograron captar el significado de su misión terrenal hasta después de su muerte y resurrección.

 

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