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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 171

EN EL CAMINO DE JERUSALÉN

 

6. LA VISITA A ZAQUEO

1873:4  171:6.1 Cuando la procesión del Maestro entró en Jericó, el sol estaba a punto de ponerse, y Jesús se dispuso a permanecer allí durante la noche. Mientras pasaba por delante de la aduana, Zaqueo, el jefe publicano o recaudador de impuestos, se encontraba allí por casualidad, y tenía muchos deseos de ver a Jesús. Este jefe publicano era muy rico y había oído hablar mucho de este profeta de Galilea. Había decidido ver qué tipo de hombre era Jesús la próxima vez que visitara Jericó. En consecuencia, Zaqueo trató de abrirse paso entre el gentío, pero éste era demasiado grande, y como era bajo de estatura, no podía ver por encima de las cabezas. Así pues, el jefe publicano siguió a la multitud hasta que llegaron cerca del centro de la ciudad, no lejos de donde él vivía. Cuando vio que no sería capaz de traspasar la multitud, y pensando que Jesús quizás atravesaría la ciudad sin detenerse, se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro cuyas ramas extendidas colgaban por encima de la calzada. Sabía que de esta manera podría ver muy bien al Maestro cuando éste pasara. Y no quedó decepcionado porque, al pasar por allí, Jesús se detuvo, levantó la vista hacia Zaqueo, y dijo: "Date prisa en bajar, Zaqueo, porque esta noche he de quedarme en tu casa." Cuando Zaqueo escuchó estas palabras sorprendentes, estuvo a punto de caerse del árbol en su prisa por bajar y, acercándose a Jesús, expresó su gran alegría porque el Maestro quisiera detenerse en su casa.
1874:1  171:6.2 Fueron inmediatamente a la casa de Zaqueo, y los habitantes de Jericó se quedaron muy sorprendidos de que Jesús consintiera en residir con el jefe publicano. Mientras el Maestro y sus apóstoles se demoraban con Zaqueo delante de la puerta de su casa, uno de los fariseos de Jericó que estaba cerca, dijo: "Ya veis cómo este hombre ha ido a alojarse con un hijo apóstata de Abraham, con un pecador que es un opresor y roba a su propio pueblo." Cuando Jesús escuchó esto, bajó la mirada sobre Zaqueo y sonrió. Entonces Zaqueo se subió en un taburete y dijo: "¡Hombres de Jericó, escuchadme! Quizás soy un publicano y un pecador, pero el gran Instructor ha venido a residir en mi casa. Antes de que entre, os digo que voy a dar la mitad de todos mis bienes a los pobres; y a partir de mañana, si he exigido algo a alguien de manera injusta, le devolveré el cuádruple. Voy a buscar la salvación con todo mi corazón, y a aprender a actuar con rectitud a los ojos de Dios."
1874:2  171:6.3 Cuando Zaqueo hubo terminado de hablar, Jesús dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, y te has vuelto en verdad un hijo de Abraham." Y volviéndose hacia la multitud congregada alrededor de ellos, Jesús dijo: "No os maravilléis por lo que digo ni os ofendáis por lo que hacemos, pues he declarado desde el principio que el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido."
1874:3  171:6.4 Se alojaron en casa de Zaqueo durante la noche. A la mañana siguiente se levantaron y se dirigieron por "la ruta de los ladrones" hacia Betania, camino de la Pascua en Jerusalén.

 


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