ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 185 EL JUICIO ANTE PILATOS
8. EL TRÁGICO ABANDONO DE PILATOS
1996:5 185:1.1 Allí estaba el Hijo de Dios, encarnado como Hijo del Hombre. Había sido arrestado sin acusación, acusado sin pruebas, juzgado sin testigos, castigado sin veredicto, y pronto iba a ser condenado a muerte por un juez injusto que había confesado que no podía encontrar ninguna falta en él. Si Pilatos había creído apelar al patriotismo de la gente llamando a Jesús el "rey de los judíos", se había equivocado por completo. Los judíos no esperaban ningún rey de este tipo. La declaración de los jefes de los sacerdotes y los saduceos "No tenemos más rey que al césar" impactó incluso a la plebe irreflexiva, pero ya era demasiado tarde para salvar a Jesús, aunque el gentío se hubiera atrevido a abrazar la causa del Maestro.
1996:6 185:8.2 Pilatos temía un alboroto o un motín. No se atrevía a arriesgarse a tener este tipo de disturbios durante la época de la Pascua en Jerusalén. Recientemente había recibido una reprimenda del césar, y no quería arriesgarse a recibir otra. El gentío aplaudió cuando ordenó que soltaran a Barrabás. Luego ordenó que le trajeran una palangana y un poco de agua, y se lavó las manos allí mismo delante de la multitud, diciendo: "Soy inocente de la sangre de este hombre. Estáis decididos a que muera, pero no he encontrado ninguna culpa en él. Allá vosotros. Los soldados se lo llevarán." Entonces el gentío aplaudió y replicó: "Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos."