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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 189

LA RESURRECCIÓN

 

2. EL CUERPO MATERIAL DE JESÚS

2022:5  189:2.1 A las tres y diez, mientras el Jesús resucitado fraternizaba con las personalidades morontiales reunidas de los siete mundos de las mansiones de Satania, el jefe de los arcángeles —los ángeles de la resurrección— se acercó a Gabriel y le pidió el cuerpo mortal de Jesús. El jefe de los arcángeles dijo: "No nos está permitido participar en la resurrección morontial de la experiencia de donación de nuestro soberano Miguel; pero quisiéramos que se nos entregaran sus restos mortales para disolverlos inmediatamente. No tenemos la intención de utilizar nuestra técnica de desmaterialización; deseamos simplemente invocar el proceso de la aceleración del tiempo. Ya es suficiente con haber visto al Soberano vivir y morir en Urantia; las huestes celestiales quisieran ahorrarse el recuerdo de soportar el espectáculo de la lenta putrefacción de la forma humana del Creador y Sostenedor de un universo. En nombre de las inteligencias celestiales de todo Nebadon, solicito un mandato que me confiera la custodia del cuerpo mortal de Jesús de Nazaret y que nos autorice a proceder a su disolución inmediata."
2023:1  189:2.2 Después de que Gabriel hubiera conversado con el decano de los Altísimos de Edentia, el arcángel portavoz de las huestes celestiales recibió el permiso de disponer de los restos físicos de Jesús tal como estimara conveniente.
2023:2  189:2.3 Cuando al jefe de los arcángeles le hubieron concedido esta petición, llamó en su ayuda a un gran número de sus semejantes, así como a una multitud de representantes de todas las órdenes de personalidades celestiales; luego, con la ayuda de los medianos de Urantia, procedió a hacerse cargo del cuerpo físico de Jesús. Este cadáver era una creación puramente material; era literalmente físico; no podía ser sacado de la tumba tal como la forma morontial de la resurrección había podido escapar del sepulcro sellado. Con la ayuda de ciertas personalidades morontiales auxiliares, la forma morontial puede hacerse en ciertos momentos semejante a la del espíritu, de tal manera que puede volverse indiferente a la materia común, mientras que en otros momentos puede volverse discernible y contactable para los seres materiales tales como los mortales del reino.
2023:3  189:2.4 Mientras se preparaban para sacar el cuerpo de Jesús del sepulcro, antes de disponer de él de una manera digna y respetuosa mediante la disolución casi instantánea, los medianos secundarios de Urantia recibieron la misión de apartar las piedras de la entrada de la tumba. La más grande de estas dos piedras era una enorme roca redonda, muy parecida a una rueda de molino, que se desplazaba dentro de una ranura cincelada en la roca, de tal manera que se la podía hacer rodar hacia adelante y hacia atrás para abrir o cerrar la tumba. Cuando los guardias judíos y los soldados romanos que estaban de vigilancia vieron, a la tenue luz de la madrugada, que esta enorme piedra empezaba a desplazarse aparentemente por sí sola para abrir la entrada de la tumba —sin ningún medio visible que explicara este movimiento— se sintieron dominados por el temor y el pánico, y huyeron precipitadamente del lugar. Los judíos huyeron a sus casas, y más tarde regresaron al templo para informar a su capitán de estos hechos. Los romanos huyeron hacia la fortaleza de Antonia e informaron al centurión de lo que habían visto en cuanto éste entró de servicio.
2023:4  189:2.5 Ofreciéndole sobornos al traidor Judas, los dirigentes judíos habían emprendido la sórdida tarea de desembarazarse supuestamente de Jesús, y ahora, al enfrentarse con esta situación embarazosa, en lugar de pensar en castigar a los guardias por haber abandonado su puesto, recurrieron a sobornar a estos guardias y a los soldados romanos. Pagaron una suma de dinero a cada uno de estos veinte hombres y les ordenaron que dijeran a todos: "Mientras estábamos durmiendo por la noche, los discípulos de Jesús nos sorprendieron y se llevaron el cuerpo." Y los dirigentes judíos prometieron solemnemente a los soldados que los defenderían ante Pilatos en el caso de que el gobernador se enterara alguna vez que habían aceptado un soborno.

2023:5  189:2.6 La creencia cristiana en la resurrección de Jesús se ha basado en el hecho de la "tumba vacía". En verdad es un hecho que la tumba estaba vacía, pero ésta no es la verdad de la resurrección. La tumba estaba realmente vacía cuando llegaron los primeros creyentes, y este hecho, unido al de la resurrección indudable del Maestro, les llevó a formular una creencia que no era cierta: la enseñanza de que el cuerpo material y mortal de Jesús había resucitado de la tumba. Puesto que la verdad está relacionada con las realidades espirituales y los valores eternos, no siempre se puede construir sobre una combinación de hechos aparentes. Aunque unos hechos individuales pueden ser materialmente ciertos, eso no significa que la asociación de un grupo de hechos deba conducir necesariamente a unas conclusiones espirituales verídicas.
2023:6  189:2.7 La tumba de José estaba vacía, no porque el cuerpo de Jesús había sido rehabilitado o resucitado, sino porque las huestes celestiales habían recibido el permiso solicitado para aplicarle una disolución especial y excepcional, una vuelta del "polvo al polvo", sin la intervención del paso del tiempo y sin el funcionamiento de los procesos ordinarios y visibles de la descomposición mortal y la corrupción material.
2024:1  189:2.8 Los restos mortales de Jesús sufrieron el mismo proceso natural de desintegración elemental que caracteriza a todos los cuerpos humanos en la tierra, excepto que, en lo que se refiere al tiempo, este modo natural de disolución fue enormemente acelerado, apresurado hasta tal punto que se volvió casi instantáneo.
2024:2  189:2.9 Las verdaderas pruebas de la resurrección de Miguel son de naturaleza espiritual, aunque esta enseñanza esté corroborada por el testimonio de numerosos mortales del reino que se encontraron con el Maestro morontial resucitado, lo reconocieron y conversaron con él. Jesús formó parte de la experiencia personal de casi mil seres humanos, antes de despedirse finalmente de Urantia.

 

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