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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 189

LA RESURRECCIÓN

 

1. EL TRÁNSITO MORONTIAL

2020:4  189:1.1 A las dos y cuarenta y cinco del domingo por la mañana, la comisión de encarnación del Paraíso, compuesta por siete personalidades paradisiacas no identificadas, llegó al lugar y se desplegó inmediatamente alrededor de la tumba. A las tres menos diez minutos, intensas vibraciones de actividades materiales y morontiales entremezcladas empezaron a emanar del sepulcro nuevo de José, y a las tres y dos minutos de este domingo por la mañana 9 de abril del año 30, la forma y la personalidad morontiales resucitadas de Jesús de Nazaret salieron de la tumba.
2021:1  189:1.2 Cuando el Jesús resucitado emergió de su tumba, el cuerpo de carne en el que había vivido y trabajado en la tierra durante cerca de treinta y seis años yacía todavía allí en el nicho del sepulcro, intacto y envuelto en la sábana de lino, tal como había sido colocado para su descanso el viernes por la tarde por José y sus compañeros. La piedra que tapaba la entrada de la tumba tampoco había sido alterada para nada; el sello de Pilatos permanecía aún intacto; los soldados continuaban de guardia. Los guardias del templo habían estado de servicio sin interrupción; la guardia romana había sido cambiada a medianoche. Ninguno de estos vigilantes sospechaba que el objeto de su desvelo se había elevado a una forma de existencia nueva y superior, y que el cuerpo que estaban custodiando era ahora una envoltura exterior desechada, sin ninguna conexión con la personalidad morontial liberada y resucitada de Jesús.

2021:2  189:1.3 La humanidad es lenta en percibir que, en todo lo que es personal, la materia es el esqueleto de la morontia, y que ambos son la sombra reflejada de la realidad espiritual duradera. ¿Cuánto tiempo necesitaréis para considerar que el tiempo es la imagen móvil de la eternidad, y el espacio la sombra fugaz de las realidades del Paraíso?
2021:3  189:1.4 Por lo que podemos discernir, ninguna criatura de este universo y ninguna personalidad de otro universo tuvo nada que ver con esta resurrección morontial de Jesús de Nazaret. El viernes entregó su vida como un mortal del reino; el domingo por la mañana la recuperó de nuevo como un ser morontial del sistema de Satania en Norlatiadek. Hay muchas cosas sobre la resurrección de Jesús que no comprendemos. Pero sabemos que tuvo lugar tal como lo hemos contado y aproximadamente a la hora indicada. También podemos afirmar que todos los fenómenos conocidos asociados con este tránsito como mortal, o resurrección morontial, se produjeron allí mismo en la tumba nueva de José, donde los restos mortales materiales de Jesús yacían envueltos en los lienzos fúnebres.
2021:4  189:1.5 Sabemos que ninguna criatura del universo local participó en este despertar morontial. Percibimos que las siete personalidades del Paraíso rodearon la tumba, pero no les vimos hacer nada en relación con el despertar del Maestro. En cuanto Jesús apareció al lado de Gabriel, justo por encima del sepulcro, las siete personalidades del Paraíso señalaron su intención de partir inmediatamente para Uversa.
2021:5  189:1.6 Clarifiquemos para siempre el concepto de la resurrección de Jesús efectuando las declaraciones siguientes:

2021:6  189:1.7 1. Su cuerpo material o físico no formaba parte de la personalidad resucitada. Cuando Jesús salió de la tumba, su cuerpo de carne permaneció intacto en el sepulcro. Emergió de la tumba sin desplazar las piedras que cerraban la entrada y sin romper los sellos de Pilatos.
2021:7  189:1.8 2. No surgió de la tumba como un espíritu ni como Miguel de Nebadon; no apareció con la forma del Soberano Creador, como la que había tenido antes de su encarnación en la similitud de la carne mortal en Urantia.
2021:8  189:1.9 3. Salió de esta tumba de José con el mismo aspecto que las personalidades morontiales de aquellos que emergen, como seres ascendentes morontiales resucitados, de las salas de resurrección del primer mundo de las mansiones de este sistema local de Satania. La presencia del monumento conmemorativo a Miguel en el centro del inmenso patio de las salas de resurrección de la mansonia número uno nos lleva a sospechar que la resurrección del Maestro en Urantia se promovió de alguna manera en este primer mundo de las mansiones del sistema.

2022:1  189:1.10 El primer acto de Jesús al salir de la tumba fue saludar a Gabriel e indicarle que continuara con el cargo ejecutivo de los asuntos del universo bajo la supervisión de Manuel; luego ordenó al jefe de los Melquisedeks que transmitiera sus saludos fraternales a Manuel. A continuación pidió al Altísimo de Edentia la certificación de los Ancianos de los Días en cuanto a su tránsito como mortal; luego se volvió hacia los grupos morontiales congregados de los siete mundos de las mansiones, reunidos allí para saludar a su Creador y darle la bienvenida como una criatura de su orden, y Jesús pronunció las primeras palabras de su carrera postmortal. El Jesús morontial dijo: "Una vez terminada mi vida en la carne, quisiera detenerme aquí un poco de tiempo en mi forma de transición para poder conocer mejor la vida de mis criaturas ascendentes y revelar aún más la voluntad de mi Padre que está en el Paraíso."
2022:2  189:1.11 Después de haber hablado, Jesús hizo señas al Ajustador Personalizado y todas las inteligencias del universo, que se habían reunido en Urantia para presenciar la resurrección, fueron enviadas inmediatamente a sus respectivas asignaciones en el universo.
2022:3  189:1.12 Jesús empezó entonces a tomar contacto con el nivel morontial, y se le inició, como criatura, a las exigencias de la vida que había escogido vivir durante un corto período de tiempo en Urantia. Esta iniciación al mundo morontial necesitó más de una hora del tiempo terrestre, y fue interrumpida dos veces por su deseo de comunicarse con sus antiguos compañeros en la carne, cuando éstos vinieron de Jerusalén para asomarse con asombro a la tumba vacía y descubrir lo que consideraban una prueba de su resurrección.
2022:4  189:1.13 El tránsito de Jesús como ser mortal —la resurrección morontial del Hijo del Hombre— ya ha terminado. La experiencia transitoria del Maestro como personalidad a medio camino entre lo material y lo espiritual, ha comenzado. Y ha hecho todo esto mediante un poder inherente a él mismo; ninguna personalidad le ha prestado ayuda alguna. Ahora vive como Jesús de morontia, y mientras comienza esta vida morontial, su cuerpo material de carne yace intacto allí en la tumba. Los soldados continúan vigilando, y aún no se ha roto el sello del gobernador colocado alrededor de las rocas.

 

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